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La Ciudad de las Bestias, Capítulo 09 La gente de la neblina (3)

Capítulo 09 La gente de la neblina (3)

—Chisss —dijo, llevándose un dedo a los labios.

Todavía quedaba algo de claridad diurna, pero casi no se distinguían colores, el mundo aparecía en tonos de gris y negro. Alex se había sentido constantemente observado desde que saliera de Santa María de la Lluvia, pero justo esa tarde la impresión de ser espiado había desaparecido. Lo invadía una sensación de calma y seguridad que no había tenido en muchos días. También se había esfumado el penetrante olor que acompañó el asesinato del soldado la noche anterior. Los dos muchachos y Borobá se internaron unos metros en la vegetación y allí aguardaron, con más curiosidad que inquietud. Sin haberlo dicho, suponían que si había indios por los alrededores y tuvieran intención de hacerles daño, ya lo habrían hecho, porque los miembros de la expedición, bien iluminados por la hoguera del campamento, estaban expuestos a sus flechas y dardos envenenados.

Esperaron quietos, sintiendo que se hundían en una algodonosa niebla, como si al caer la noche se perdieran las dimensiones habituales de la realidad. Entonces, poco a poco, Alex comenzó a ver a los seres que los rodeaban, uno a uno. Estaban desnudos, pintados de rayas y manchas, con plumas y tiras de cuero atadas en los brazos, silenciosos, ligeros, inmóviles. A pesar de encontrarse a su lado, era difícil verlos; se mimetizaban tan perfectamente con la naturaleza, que resultaban invisibles, como tenues fantasmas. Cuando pudo distinguirlos, Alex calculó que había por lo menos veinte de ellos, todos hombres y con sus primitivas armas en las manos.

—Aía —susurró Nadia muy quedamente.

Nadie contestó, pero un movimiento apenas perceptible entre las hojas indicó que los indios se aproximaban. En la penumbra y sin anteojos, Alex no estaba seguro de lo que veía, pero su corazón se disparó en loca carrera y sintió que la sangre se le agolpaba en las sienes. Lo envolvió la misma alucinante sensación de estar viviendo un sueño, que tuvo en presencia del jaguar negro en el patio de Mauro Carías. Había una tensión similar, como si los acontecimientos transcurrieran en una burbuja de vidrio que en cualquier instante podía hacerse añicos. El peligro estaba en el aire, tal como lo había estado con el jaguar, pero el chico no tuvo miedo. No se creyó amenazado por aquellos seres transparentes que flotaban entre los árboles. La idea de sacar su navaja o de llamar pidiendo socorro no se le ocurrió. En cambio pasó por su mente, como un relámpago, una escena que había visto años antes en una película: el encuentro de un niño con un extraterrestre. La situación que vivía en ese momento era similar. Pensó, maravillado, que no cambiaría esa experiencia por nada en el mundo.

—Aía —repitió Nadia.

—Aía —murmuró él también.

No hubo respuesta.

Los muchachos esperaron, sin soltarse las manos, quietos como estatuas, y también Borobá se mantuvo inmóvil, expectante, como si supiera que participaba en un instante precioso. Pasaron minutos interminables y la noche se dejó caer con gran rapidez, arropándolos por completo. Finalmente se dieron cuenta de que estaban solos; los indios se habían esfumado con la misma ligereza con que habían surgido de la nada.

—¿Quiénes eran? —preguntó Alex cuando volvieron al campamento.

—Deben ser la «gente de la neblina», los invisibles, los habitantes más remotos y misteriosos del Amazonas. Se sabe que existen, pero nadie en verdad ha hablado con ellos.

—¿Qué quieren de nosotros? —preguntó Alex.

—Ver cómo somos, tal vez... —sugirió ella.

—Lo mismo quiero yo —dijo él.

—No le digamos a nadie que los hemos visto, Jaguar.

—Es raro que no nos hayan atacado y que tampoco se acerquen atraídos por los regalos que colgó tu papá —comentó el muchacho.

—¿Crees que fueron ellos los que mataron al soldado en la lancha? —preguntó Nadia.

—No lo sé, pero si son los mismos ¿por qué no nos atacaron hoy? Esa noche Alex hizo su guardia junto a su abuela sin temor, porque no percibió el olor de la Bestia y no le preocupaban los indios. Después del extraño encuentro con ellos, estaba convencido de que unas pistolas servirían de muy poco en caso que quisieran atacarlos. ¿Cómo apuntar a esos seres casi invisibles? Los indios se disolvían como sombras en la noche, eran mudos fantasmas que podían caerles encima y asesinarlos en cuestión de un instante sin que ellos alcanzaran a darse cuenta. En el fondo, sin embargo, él tenía la certeza de que las intenciones de la gente de la neblina no eran ésas.

Capítulo 09 La gente de la neblina (3) Kapitel 09 Das Volk des Nebels (3) Chapter 09 The people of the mist (3) Chapitre 09 Le peuple de la brume (3) Capitolo 09 Il popolo della nebbia (3) Chapter 09 霧の民 (3) Capítulo 09 O Povo da Névoa (3) Глава 09 Люди тумана (3)

—Chisss —dijo, llevándose un dedo a los labios. 「シーッ」と彼女は言い、指を唇に当てた。

Todavía quedaba algo de claridad diurna, pero casi no se distinguían colores, el mundo aparecía en tonos de gris y negro. Alex se había sentido constantemente observado desde que saliera de Santa María de la Lluvia, pero justo esa tarde la impresión de ser espiado había desaparecido. Lo invadía una sensación de calma y seguridad que no había tenido en muchos días. También se había esfumado el penetrante olor que acompañó el asesinato del soldado la noche anterior. L'odeur âcre qui avait accompagné le meurtre du soldat la nuit précédente avait également disparu. Los dos muchachos y Borobá se internaron unos metros en la vegetación y allí aguardaron, con más curiosidad que inquietud. The two boys and Borobá went a few meters into the vegetation and waited there, more curious than anxious. Les deux garçons et Borobá marchent quelques mètres dans la végétation et attendent, plus curieux qu'inquiets. Sin haberlo dicho, suponían que si había indios por los alrededores y tuvieran intención de hacerles daño, ya lo habrían hecho, porque los miembros de la expedición, bien iluminados por la hoguera del campamento, estaban expuestos a sus flechas y dardos envenenados. Without having said so, they supposed that if there were Indians in the vicinity and they intended to harm them, they would have done so already, for the members of the expedition, well lighted by the camp fire, were exposed to their arrows and poisoned darts.

Esperaron quietos, sintiendo que se hundían en una algodonosa niebla, como si al caer la noche se perdieran las dimensiones habituales de la realidad. They waited quietly, feeling as if they were sinking into a cottony fog, as if as night fell the usual dimensions of reality were lost. Ils attendirent tranquillement, ayant l'impression de s'enfoncer dans un brouillard cotonneux, comme si la nuit tombait et que les dimensions habituelles de la réalité disparaissaient. Entonces, poco a poco, Alex comenzó a ver a los seres que los rodeaban, uno a uno. Estaban desnudos, pintados de rayas y manchas, con plumas y tiras de cuero atadas en los brazos, silenciosos, ligeros, inmóviles. They were naked, painted with stripes and spots, with feathers and leather straps tied around their arms, silent, light, motionless. Ils étaient nus, peints de rayures et de taches, avec des plumes et des lanières de cuir attachées autour de leurs bras, silencieux, légers, immobiles. A pesar de encontrarse a su lado, era difícil verlos; se mimetizaban tan perfectamente con la naturaleza, que resultaban invisibles, como tenues fantasmas. Despite being next to them, it was difficult to see them; they blended in so perfectly with nature that they were invisible, like faint ghosts. Bien qu'étant tout près d'eux, il était difficile de les voir ; ils se fondaient si parfaitement dans la nature qu'ils étaient invisibles, comme de faibles fantômes. Cuando pudo distinguirlos, Alex calculó que había por lo menos veinte de ellos, todos hombres y con sus primitivas armas en las manos.

—Aía —susurró Nadia muy quedamente. -Aia," Nadia whispered very softly.

Nadie contestó, pero un movimiento apenas perceptible entre las hojas indicó que los indios se aproximaban. En la penumbra y sin anteojos, Alex no estaba seguro de lo que veía, pero su corazón se disparó en loca carrera y sintió que la sangre se le agolpaba en las sienes. In the gloom and without glasses, Alex wasn't sure what he was seeing, but his heart skipped a mad dash and he felt the blood rush to his temples. Dans la pénombre et sans lunettes, Alex n'est pas sûr de ce qu'il voit, mais son cœur s'emballe et il sent le sang lui monter aux tempes. Lo envolvió la misma alucinante sensación de estar viviendo un sueño, que tuvo en presencia del jaguar negro en el patio de Mauro Carías. Había una tensión similar, como si los acontecimientos transcurrieran en una burbuja de vidrio que en cualquier instante podía hacerse añicos. There was a similar tension, as if events were taking place in a glass bubble that could shatter at any moment. Il y avait une tension similaire, comme si les événements se déroulaient dans une bulle de verre qui pouvait éclater à tout moment. El peligro estaba en el aire, tal como lo había estado con el jaguar, pero el chico no tuvo miedo. No se creyó amenazado por aquellos seres transparentes que flotaban entre los árboles. He did not think he was threatened by those transparent beings floating among the trees. Il ne se croit pas menacé par les êtres transparents qui flottent entre les arbres. La idea de sacar su navaja o de llamar pidiendo socorro no se le ocurrió. En cambio pasó por su mente, como un relámpago, una escena que había visto años antes en una película: el encuentro de un niño con un extraterrestre. La situación que vivía en ese momento era similar. Pensó, maravillado, que no cambiaría esa experiencia por nada en el mundo.

—Aía —repitió Nadia.

—Aía —murmuró él también.

No hubo respuesta.

Los muchachos esperaron, sin soltarse las manos, quietos como estatuas, y también Borobá se mantuvo inmóvil, expectante, como si supiera que participaba en un instante precioso. The boys waited, without letting go of each other's hands, still as statues, and Borobá also remained motionless, expectant, as if he knew he was participating in a precious moment. Les garçons attendent, se tenant par la main, immobiles comme des statues, et Borobá reste lui aussi immobile, dans l'expectative, comme s'il savait qu'il participait à un moment précieux. Pasaron minutos interminables y la noche se dejó caer con gran rapidez, arropándolos por completo. Endless minutes passed and the night fell very quickly, enveloping them completely. D'interminables minutes passèrent et la nuit tomba très vite, les enveloppant complètement. Finalmente se dieron cuenta de que estaban solos; los indios se habían esfumado con la misma ligereza con que habían surgido de la nada.

—¿Quiénes eran? —preguntó Alex cuando volvieron al campamento.

—Deben ser la «gente de la neblina», los invisibles, los habitantes más remotos y misteriosos del Amazonas. Se sabe que existen, pero nadie en verdad ha hablado con ellos.

—¿Qué quieren de nosotros? —preguntó Alex.

—Ver cómo somos, tal vez... —sugirió ella.

—Lo mismo quiero yo —dijo él.

—No le digamos a nadie que los hemos visto, Jaguar.

—Es raro que no nos hayan atacado y que tampoco se acerquen atraídos por los regalos que colgó tu papá —comentó el muchacho.

—¿Crees que fueron ellos los que mataron al soldado en la lancha? —preguntó Nadia.

—No lo sé, pero si son los mismos ¿por qué no nos atacaron hoy? Esa noche Alex hizo su guardia junto a su abuela sin temor, porque no percibió el olor de la Bestia y no le preocupaban los indios. Después del extraño encuentro con ellos, estaba convencido de que unas pistolas servirían de muy poco en caso que quisieran atacarlos. ¿Cómo apuntar a esos seres casi invisibles? Los indios se disolvían como sombras en la noche, eran mudos fantasmas que podían caerles encima y asesinarlos en cuestión de un instante sin que ellos alcanzaran a darse cuenta. The Indians dissolved like shadows in the night, they were mute ghosts that could fall on them and kill them in a matter of an instant without them even realizing it. Les Indiens se dissolvent comme des ombres dans la nuit, des fantômes muets qui peuvent leur tomber dessus et les tuer en un instant sans qu'ils s'en rendent compte. En el fondo, sin embargo, él tenía la certeza de que las intenciones de la gente de la neblina no eran ésas. Au fond de lui, cependant, il était certain que les intentions des gens dans la brume n'étaient pas celles-là.