E35 El ego, tu mayor enemigo
¡Hola!, soy César, profesor de español. Te doy la bienvenida al podcast de Spanish Language Coach, la comunidad de estudiantes de nivel intermedio. En cada episodio hablamos de un tema de una forma comprensible y natural, adaptada a los estudiantes como tú, de nivel intermedio. ¡No te olvides de clicar el botón “suscribirse” para saber cuándo hay un nuevo episodio disponible.
También puedes leer gratis la transcripción de los episodios en www.spanishlanguagecoach.com
Además, si quieres continuar en contacto con español comprensible te espero en la cuenta de Instagram “spanishlanguagecoach”, donde puedes continuar aprendiendo y ver cómo lucho contra mi personalidad introvertida.
Recuerda también que si estás escuchando este podcast desde iTunes o cualquier otra plataforma donde se puedan escribir comentarios, por favor escribe un pequeño comentario porque es una gran ayuda.
¡Ahora sí, empezamos!
Hoy quiero hablarte de alguien a quien conocí hace algunos años. Su nombre es Ana y ha trabajado toda su vida en una televisión local de Canadá. Es una mujer increíble, es de ese tipo de personas que no sabes por qué, pero tiene un magnetismo especial. Los años de experiencia en la televisión la han convertido en una gran comunicadora, elocuente, articulada… en resumen, una persona difícil de olvidar. Ana, además de su pasión por su trabajo también ama profundamente España y la cultura española. De hecho viajaba a España frecuentemente. A pesar de la distancia que separa Canadá y España, ella siempre intentaba ir un par de semanas por año. Conocía España mejor que muchos españoles ya que cada vez viajaba a una región diferente para disfrutar de la gastronomía, arquitectura y cultura popular tan diversa que el país ofrece. Finalmente, cuando ella y su marido se jubilaron, se retiraron, decidieron que era momento de ir a España de forma semi-permanente y pasar el mayor número de meses posibles allí. Compraron una casa en Madrid, sin duda la ciudad favorita de ambos, de los dos.
Ana nunca había estudiado español, aunque tenía nociones básicas gracias a haber pasado la mayor parte de sus vacaciones en España. Ahora que tenía tiempo y además vivía en el país era el momento perfecto para aprender español. Sin embargo Ana se encontró con un enemigo inesperado. Ahora que estudiaba español de una forma estructurada y con la ayuda de un profesor, se dio cuenta de que no era tan fácil como parecía. Digo “se dio cuenta”, darse cuenta de algo es ser consciente de algo. No tenía un problema con sus capacidades, sus habilidades, ella estaba acostumbrada a aprender cosas nuevas, pero no estaba acostumbrada a como decía ella “sentirse estúpida todo el tiempo”. Ana sufría una frustración constante al cometer los mismos errores una y otra vez y al no poder expresarse tan bien como lo hacía en inglés. Repetía constantemente “me siento como una niña de 5 años hablando español, me siento ridícula”.
Como habrás podido adivinar el enemigo de Ana no era una falta, una necesidad de motivación o una falta de constancia. Su mayor enemigo ella era misma, o mejor dicho, su ego. Más tarde te contaré como acaba la historia de Ana y su español. Ahora quiero que hablemos de su enemigo, el ego.
Una palabra de solo 3 letras, ego, es la responsable de los mayores conflictos con nosotros mismos y probablemente también ha sido responsable de los mayores conflictos en el mundo.
Hoy vamos a hablar del ego. Como probablemente sabes, “ego” significa “yo” en griego. La primera vez que me interesé por este término fue después de leer un libro hace 10 años, el título del libro es “El Principito se pone la corbata” de Borja Vilaseca, un autor español. Este libro es una fábula sobre el crecimiento personal y cultura empresarial, cultura de empresa. Uno de los temas de los que habla es del ego y leer sus página hizo clic en mi mente. Quiero compartir contigo algunas de las reflexiones más interesantes y descubrir por qué el ego es el gran enemigo de una persona que está aprendiendo un idioma.
Entonces, ¿qué es exactamente el ego?
Si buscamos en el diccionario, una de las definiciones de ego es exceso de autoestima, la autoestima es la valoración que tenemos de nosotros mismos. Vamos a verlo desde otras perspectivas, vamos a ver el ego como lo que comúnmente llamamos personalidad. Lo que creemos que somos, cómo nos definimos. En realidad el ego no es lo que somos, no es nuestra verdadera esencia, esto lo veremos después.
El ego es también un mecanismo de supervivencia emocional. Los humanos nacemos con un mecanismo de supervivencia físico pero también emocional. Los humanos tenemos consciencia de nosotros mismos y eso es un gran tesoro, un gran regalo. Ser conscientes de nuestra existencia hace que podamos tomar decisiones y moldear, crear nuestra vida. Pero esta consciencia también provoca la necesidad de tener un mecanismo de supervivencia emocional controlado por el ego. Este mecanismo nos protege cuando nos sentimos vulnerables, esa es su principal función.
Cuando somos niños pequeños necesitamos la protección física y emocional de nuestros padres o tutores. Pero incluso con la protección de estos adultos es inevitable que en ocasiones, en este primer periodo de nuestra vida suframos pequeños traumas que nos hacen sentir vulnerables. Empezamos a entrar en contacto con sentimientos nada cómodos como el abandono, el miedo, la tristeza o la vergüenza. La vergüenza es ese sentimiento tan incómodo que nos hace sentirnos ridículos o a veces humillados. ¿Tú te acuerdas de la primera vez que sentiste vergüenza? O mejor dicho, de la primera vez que fuiste consciente de esa sensación. Esta misma pregunta, esta cuestión me la hicieron haciendo terapia. Después de un tiempo de reflexión, me llegó un recuerdo bastante vivido de un día de playa y respondí a la psicóloga. Yo tenía 4 o 5 años y estaba jugando en el agua. No llevaba bañador, estaba completamente desnudo, sin ropa, y tampoco me preocupaba. Para mí era normal estar en la playa sin bañador, es bastante frecuente en España que los niños pequeños se bañen sin ropa. El caso es que había un grupo de niños a mi lado, un poco más mayores que yo y empezaron a reírse de mí porque estaba desnudo. Me señalaron con el dedo y experimenté de forma consciente lo que era la vergüenza. No entendía por qué se estaban riendo pero sabía que había algo con estar desnudo en la playa, con mostrarse completamente desnudo que no era correcto, que no estaba bien. Desde aquel día, cada vez que iba a la playa usaba bañador claro.
Este tipo de experiencias como la que acabo de contar hace que poco a poco adquiramos valores, creencias, ideas que no vienen de nosotros, sino de nuestros padres, de la sociedad, del mundo que nos ha tocado vivir. Poco a poco identificamos todos estos valores, creencias, ideas y experiencias como algo nuestro y empezamos a definir nuestra personalidad, aunque en realidad estemos hablando de ego.
Antes decíamos que “ego” viene del griego. La palabra “persona” viene del latín y significa “máscara”. Cuando usamos una máscara estamos cubriendo, escondiendo nuestra verdadera cara, y es eso precisamente lo que hace el ego o personalidad; cubrir nuestra verdadera esencia, lo que de verdad somos. Usamos una máscara y nos justificamos con nuestra personalidad. Decimos cosas como “yo soy muy miedoso, no puedo hablar en público”, o “yo soy muy poco creativo, no puedo pintar un cuadro”.
Desde nuestro ego o personalidad estamos en una posición cómoda, segura, estamos protegidos porque tenemos justificación cuando no queremos hacer algo, porque nuestra personalidad no es compatible con esa acción. Al mismo tiempo sentimos una gran insatisfacción porque el ego nos limita, es el enemigo que no nos permite progresar en muchas ocasiones.
Las personas pasamos por tres fases en cuanto al nivel de consciencia que podemos tener. Bueno, algunas personas desafortunadamente se quedan en la segunda fase. Cuando hablo del nivel de consciencia, hablo de cómo somos de conscientes de quién somos realmente.
La primera fase es la inocencia. Es un periodo que dura desde que nacemos hasta los 10 años aproximadamente. En este periodo somos inocentes, blancos, puros. No pensamos en las convenciones sociales, somos naturales. Cantamos en la calle si estamos contentos y damos respuestas espontáneas sin preocuparnos demasiado por lo que los otros piensan.
Un poco más tarde, en la adolescencia entramos en la segunda fase, la ignorancia. Todos esos valores, creencias, convenciones sociales que hemos adquirido están más presentes que nunca. Cuando somos adolescentes, o cuando estamos en la edad del pavo, sí, del pavo, “the turkey age” (risas), en esta etapa queremos sentirnos aceptados y formar parte del grupo y nos preocupa la imagen que proyectamos a los demás, a veces de forma exagerada.
Por último, llegamos a la tercera fase, la sabiduría. Es una fase de cuestionamiento. Nos empezamos a cuestionar quién somos. También nos cuestionamos si en lo que nos hemos convertido o toda la información adquirida en los años en el pasado tiene sentido para nosotros, si nos sirve. Es un momento de ruptura en muchos casos. Yo me considero muy afortunado por la educación en valores que he recibido pero no todos los valores que adquirí de mi familia son válidos en mi vida actual. Soy una persona independiente a mi familia, con experiencias diferentes y además vivo en un mundo diferente. En muchos casos se trata de hacer lo contrario a aprender, es decir, desaprender. ¿Qué funciona para nosotros y qué no?
Este último proceso no es fácil, de hecho es muy incómodo. Supone quitarnos la máscara y confrontar situaciones que no nos gustan e incluso la oposición de personas que no nos admiten cómo realmente somos. Por supuesto también tiene un gran beneficio, sentirse libre, la libertad de ser.
Ahora que ya sabemos qué es el ego y cómo funciona, vamos a ver por qué es el gran enemigo de un estudiante de idiomas como tú y como yo.
John Fotheringham, lingüista y experto en la enseñanza del japonés dice que el ego es el enemigo en tres maneras diferentes:
El ego hace que no podamos evaluar honestamente nuestro nivel. Casi siempre hará que pensemos que nuestro español es mucho mejor o mucho peor de lo que realmente es. En mi experiencia como profesor de español diría que lo más común es subestimar tu nivel, pensar que es peor de lo que realmente es. Siempre me sorprende que los estudiantes nunca se feliciten por su nivel o por el progreso que han conseguido. Lo habitual es que nos castiguemos pensando “no es lo suficientemente bueno”, y te puedo decir que eso lo piensan los estudiantes de cualquier nivel.
El ego odia los errores. Ya has escuchado muchas veces que los errores son inevitables, forman parte del proceso y nos ayudan a aprender. Al ego no le gusta nada verse expuesto y sentirse vulnerable. Probablemente tengas que luchar con esta limitación del ego durante mucho tiempo pero es una cuestión de práctica.
El ego odia el trabajo duro y la gratificación futura. Tenemos dos tipos de gratificación; la instantánea, la que nos da el placer, esa sensación que sentimos cuando comemos chocolate por ejemplo y la gratificación futura. La segunda toma tiempo en aparecer, no podemos ver los resultados de un día para otro. Nuestro ego es como un niño mimado. Un niño mimado es el típico niño que no acepta un no por respuesta, sus padres le ofrecen todo lo que pide y lo quiere todo ahora mismo. Nuestro ego es un niño mimado y piensa que las cosas se consiguen rápido y con poco esfuerzo. Como estudiante de nivel intermedio sabes que aprender español es un proceso muy bonito pero que desde luego no es rápido ni está libre de esfuerzos. Tenemos que estar vigilantes cuando nuestro ego nos diga “esta semana has escuchado el podcast de César y has visto dos episodios de tu serie favorita en español, es suficiente. No tienes que hacer nada más”. Tu ego puede intentar engañarte, no decirte la verdad, pero tú sabes lo que de verdad necesitas para progresar.
Es muy importante identificar nuestro ego en estas circunstancias e intentar decirle: “No, eso no es verdad. No me estás contando las cosas honestamente”. Necesitamos estar en guardia.
La realidad es que es difícil mantener a nuestro ego dormido. Recibimos constantemente mensajes que provocan que se despierte y se haga más y más grande. Un ejemplo de este tipo de mensajes nocivos es este anuncio publicitario de una gran empresa de enseñanza de idiomas. Escucha.
(Audio en inglés)
El anuncio dice que después de usar esta app durante 15 días vas a poder hablar en español, francés o japonés con seguridad y que además después de solo 30 días vas a hablar con un acento casi nativo. Después de escuchar esto, yo pienso en mi caso. He estudiado inglés desde que soy pequeño y además vivo en Inglaterra y no tengo un acento similar al de un nativo, tengo un acento claramente español.
¿Puedes ver cómo este tipo de anuncios son alimento, comida para el ego? No es honesto ni realista y además nos dice que aprender es fácil y rápido.
Cada día tenemos que luchar con cosas así, por eso creo que es importante mantenerse alerta.
Por cierto, antes de acabar, déjame terminar de contarte la historia de Ana. Te recuerdo que estaba muy frustrada porque su ego impedía su progreso. Bueno, Ana ahora mismo habla español, es una mujer muy constante y ha conseguido su objetivo. Sin embargo, también es consciente de que podía haber conseguido este objetivo de una forma más eficaz y más rápida sin su gran ego.
El ego no va a hacer que no aprendas español, no lo va a impedir, pero sí que va a provocar que progreses más lentamente, te va a estar limitando constantemente, especialmente a la hora de ganar fluidez y hablar en español.
Recuerda, cada vez que te sientas como Ana, cuestiónate, ¿eres tú o es tu ego intentando limitarte?
Hemos llegado al final del episodio, espero que lo hayas disfrutado y pueda ayudarte. Yo sigo luchando con mi ego cada día. Al principio del episodio te hablaba de mi personalidad introvertida en Instagram. Por cierto, si te interesa este tema en el episodio 28 hablamos de la introversión. Te decía antes que puedes ver en mi cuenta de Instagram cómo lucho contra mi personalidad introvertida, esa categoría de persona introvertida que un día alguien o algo me hizo ponerme. Ahora uso Instagram como un método, una cura para las limitaciones de mi ego. Porque puedo ser introvertido pero yo no quiero que eso sea una limitación para hablar delante de una cámara y enseñar español en Instagram por ejemplo. Te recomiendo que busques formas de quitarte límites y controlar tu ego, es mágico.
Nos vemos en el próximo episodio, pasa buena semana y un abrazo muy grande desde Londres.
¡Hasta luego!
Fuentes:
-“El principito se pone la corbata” de Borja Vilaseca
-www.languagemastery.com (web de John Fotheringham)
-LANGUAGE EGO AS A BARRIER IN ENGLISH LANGUAGE ACQUISITION Bilal Zakarneh (PhD)