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Esp - VisualPolitik, ¿Cómo es el MEJOR sistema EDUCATIVO de EUROPA? (Que bate incluso a FINLANDIA) - VisualPolitik

¿Cómo es el MEJOR sistema EDUCATIVO de EUROPA? (Que bate incluso a FINLANDIA) - VisualPolitik

Estonia. 1991.

Tras más de 50 años de ocupación soviética y dictadura comunista, Estonia recuperaba

su independencia. El legado de la época comunista para los estonios fue, al igual que para todos

los países restantes de la extinta Unión Soviética, nefasto.

En 1991, el PIB per cápita estonio no llegaba a los 3.500 dólares, el equivalente hoy a

países como Bolivia o El Salvador.

Claro que lo peor aún estaba por llegar. La desintegración del bloque soviético supuso

un duro mazazo para sus países miembros. Y por supuesto Estonia no fue una excepción.

En 1992 su economía se contrajo más de un 20%.

Era la hora de construir un nuevo modelo de país.

Y queridos amigos, amigas, esta fue una idea que los estonios se tomaron muy pero que muy

en serio.

Mientras que algunos de los nuevos países herederos de la Unión Soviética, como Ucrania,

Uzbekistán y Bielorrusia se hundieron en la inestabilidad, la crisis y la autocracia,

la historia de Estonia fue completamente diferente. (Estonia es hoy uno de los países más prósperos

de todo el mundo. Su potencial es inmenso y su nivel de vida no deja de mejorar. En

2020 el PIB per cápita ajustado por la diferencia de precios de Estonia se aproximó a los 40.000

dólares, algo que le ha permitido ya superar a países como España.)

Y eso no es todo. La evolución de prácticamente todos sus parámetros macroeconómicos vence

de largo no solo a España sino a la mayoría de países de la Unión Europea.

Por ejemplo, es uno de los países con las cuentas públicas más saneadas de todo el

mundo y es el país de Europa con mayores tasas de emprendimiento en relación a su

población. Cada año se crean más de 20 empresas por cada 1.000 habitantes, 6 veces

más que la media comunitaria.

Queridos amigos, amigas, Estonia se ha convertido en el país de los emprendedores europeos.

Algo así como un pequeño, y eso sí, gélido Silicon Valley en plena Unión Europea.

Pero dicho esto la pregunta es, ¿Cómo demonios han logrado semejante evolución en tan poco

tiempo? ¿Qué esconde el modelo estonio? ¿Cuáles son los ingredientes de su éxito?

Pues… Aquí, tal y como ya os comentamos en un vídeo especial en Patreon, podemos

destacar varios factores: desde la política fiscal hasta su apuesta por la tecnología.

Y, también, entre los ingredientes más importantes del éxito estonio se encuentra su sistema

educativo.

Puede que no lo sepas y que nunca te lo hubieras imaginado pero Estonia tiene el mejor sistema

educativo de toda Europa. De hecho se califica así misma como la “Education Nation”,

la nación de la educación.

Pero, ¿Queréis saber qué tiene de especial su sistema educativo? ¿Cuáles son exactamente

sus características y claves más importantes?

Pues… Atentos.

(MÁS IMPORTANTE EL ‘CÓMO' QUE EL ‘CUÁNTO')

El éxito del modelo educativo estonio no es una opinión, es algo acreditado por todas

las instituciones dedicadas a evaluar los diferentes sistemas educativos, incluido por

supuesto el informe PISA.

En PISA, Estonia está literalmente no solo a la cabeza de Europa sino de todo el mundo.

Tras Singapur, este pequeño país báltico es el país que mejor calificación obtiene

en las tres competencias básicas: lectura, matemáticas y ciencia.

(Y no solo esto. Estonia también tiene el mayor porcentaje del mundo de estudiantes

con alto rendimiento académico que provienen de familias pobres. Y la menor diferencia

en resultados entre el entorno rural y el entorno urbano. La menor tasa de estudiantes

sin educación básica - apenas un 5% - y una de las tasas de repetición de curso más

bajas de toda la OCDE.

Apenas el 3,5% de los estudiantes de hasta 15 años repiten alguna vez, frente a la media

del 12,4%. Por si fuera poco también se coloca a la cabeza en cuanto a dominio de lenguas

extranjeras)

Amigos, aquí el ascensor social funciona a toda velocidad. Y para que nos entendamos,

podemos decir que Estonia ha adelantado por la derecha al sistema educativo de la mismísima

Finlandia, el hasta ahora referente de toda Europa en materia educativa.

Ahora bien, ¿Cómo lo han conseguido? Y justo aquí sé lo que muchos estáis pensando:

Alberto, seguro, seguro que se gastan una barbaridad en educación.

Pues… No, estáis muy pero que muy equivocados.

Sí, Estonia hace un importante esfuerzo en educación, pero el gasto público por alumno

no es ni de lejos el más alto de la OCDE. Ni siquiera si ajustamos el gasto por la diferencia

de precios y salarios.

De hecho, hay muchos países con un gasto por alumno muy superior y que sin embargo

obtienen resultados mucho peores.

¿Queréis un ejemplo? Pues sin ir más lejos… España. Fijaos.

Ya lo véis, a pesar de cosechar holgadamente los mejores resultados educativos, Estonia

no es ni de lejos el país que más gasta en educación por alumno. De hecho, su nivel

de gasto se sitúa bastante por debajo de la media de la OCDE y de la Unión Europea

incluso si tenemos en cuenta la diferencia de precios.

Lo cual nos lleva directamente a una idea que creo conviene repetir:

[NO. Señores políticos, gastar más en educación NO es la receta simple del éxito. Si fuera

tan sencillo, sería, no sé, muy fácil, ¿no os parece? Bastaría con gastar más

y más para obtener mejores resultados.

Pero… La realidad, sin embargo, es totalmente diferente. Esto no va de cuánto se gaste

sino sobre todo de cómo. Así que, por favor, políticos y periodistas de todos los colores

y partidos, dejad de una vez por todas de utilizar el mantra del dinero.]

Pongamos un ejemplo. Islandia gasta por alumno mucho, muchísimo más que Estonia incluso,

repito, teniendo en cuenta la diferencia de salarios y precios.

Así que si nos guiamos por la lógica política de que a más gasto mejores resultados, entonces

Islandia tendría que tener un sistema educativo mucho mejor que Estonia. Sin embargo, ¡Sorpresa!

No es que Estonia gane, es que Islandia, por ejemplo en PISA, es uno de los peores países

de Europa-

El gasto, amigos, no lo es todo. Pero dicho esto y ahora que ya sabemos que no es simplemente

una cuestión de pasta, ¿Qué os parece si nos ponemos el buzo de trabajo y nos sumergimos

de lleno en las claves del sistema educativo de Estonia?

¿Qué podemos aprender de él?

Atentos.

(LOS PILARES DE LA PROSPERIDAD ESTONIA))

Querida comunidad de VisualPolitik, resetead vuestra mente durante un buen rato porque

el modelo educativo del que os vamos a hablar seguro, seguro que tiene poco que ver con

lo que hayáis visto hasta ahora.

Vamos a hablar de un modelo educativo que extrañamente no está subordinado a intereses

políticos, sino a las necesidades de capital humano que tiene el mundo moderno, incluyendo

por supuesto el mundo de la empresa y el emprendimiento.

[Espera, espera, un momento… ¿Un sistema educativo diseñado para que los estudiantes

puedan encontrar un trabajo de alta cualificación rápidamente al terminar sus estudios? De

locos]

Pues, sí, no nos hemos equivocado. En Estonia la educación se ha situado como uno de los

ejes clave sobre los que pivotan los planes económicos del país.

Ahora bien, ¿en qué se diferencia, exactamente, el modelo educativo estonio del de otros países?

Pues veréis, la primera clave la podemos encontrar en la independencia. Independencia

tanto de escuelas como de profesores.

(Aunque en Estonia todas los centros educativos tienen que ceñirse a un programa marco de

contenidos mínimos fijado por el gobierno, la aplicación de este marco es muy abierta,

y cada colegio, instituto o, incluso, cada profesor, tiene mucha independencia para decidir

tanto el currículo educativo final como el método.)

Y creedme si os digo que tanto centros como profesores son los primeros interesados en

que todo esto funcione.

Entre otras cosas por el modelo estonio dual de financiación pública de la educación.

[Espera, espera, ¿modelo qué? ¿Qué diantres es eso?]

Pues, veréis. En Estonia la educación privada es testimonial, residual. Sin embargo, lo

cierto es que los centros educativos públicos están sometidos a un intenso modelo de competencia.

(Por un lado la financiación de los centros sigue una filosofía que se parece bastante

al proceso de competencia de mercado. El ingreso que las escuelas reciben está determinado

por el número de alumnos que consigan. Cuántos más alumnos logre un centro mayor será su

financiación.

Por otro lado, el rendimiento académico y las características de cada centro se evalúan

constantemente y los resultados son totalmente públicos. Esto genera la dinámica competitiva

de que los padres quieran inscribir a sus hijos en los mejores colegios e institutos,

los cuales al lograr más alumnos consiguen más financiación.

Este proceso, además, incrementa la presión sobre los responsables y profesores de los

centros con peor rendimiento haciendo que se tengan que poner las pilas .)

Y no solo eso. Ya no se trata solo de que los mejores colegios e institutos logren más

demanda, más reputación y más recursos. Sino que además los buenos resultados garantizan

también su supervivencia.

Porque… Amigos, uno de los grandes retos a los que se enfrenta Estonia es la demografía.

En los últimos 15 años el número de estudiantes en el país ha caído un 40%, lo que ha obligado

al Gobierno y a los municipios a ir cerrando los colegios e institutos que sobran. Eso

sí, se cierran los que peores resultados obtienen.

Así que ya os podéis imaginar el interés que tanto las escuelas como los profesores

tienen para mejorar sus resultados y atraer más alumnos.

Por cierto, que en este punto hay que decir que los directores y los órganos de dirección

de cada centro cuentan con un nivel de autonomía muy alto para cosas como, por ejemplo, decidir

a qué profesores contratan, que salarios reciben o como reparten los fondos que reciben

del gobierno.

Sí, sí, lo habéis escuchado bien: Los salarios de los profesores en Estonia no son los mismos

en todas las escuelas ni se determinan mediante convenio colectivo. Se deciden en los propios

centros.

Por supuesto cuánto más fondos reciba un centro mayores salarios podrá pagar. Es simple

y llanamente el resultado de la competencia.

Además, esta enorme autonomía permite que cada centro pueda diferenciarse de otros especializándose

en diferentes cuestiones: arte, economía, ciencias, etcétera, etcétera.

Incluso existen las llamadas “escuelas de élite”, un tipo de centro pensado para

poder desarrollar todas las capacidades de los alumnos más brillantes.

Pero no aquí termina todo.

Los profesores también están supeditados a mayores niveles de competencia y más responsabilidades

que en otros países.

M(En Estonia si los alumnos tienen malos resultados de forma prolongada el profesor puede ser

despedido. Pero para no tener que llegar a ese extremo, en este país los profesores

reciben una intensa formación continua, lo que les permite mejorar y reciclarse en cuanto

a conocimientos, contenidos o métodos de enseñanza. Es una formación intensa y obligatoria

que conlleva muchos beneficios: por ejemplo la adaptación a las nuevas tecnologías.)

A cambio los profesores, cuentan con más libertad docente e influencia en la toma de

decisiones. ¿No os parece sorprendente? Todo, absolutamente

todo el modelo educativo de Estonia se basa en la competencia. Y recordad que hablamos

de un sistema esencialmente público. Parece casi de otro mundo.

Ahora bien, llegados a este punto es posible que os estéis preguntando: Vale, vale, pero,

¿Cómo es exactamente el curriculum escolar? ¿Tiene algo que ver con la altísima tasa

de creación de empresas que tiene el país?

Atentos.

(CODO CON CODO HASTA EL ÉXITO FINAL)

Lo mencionamos ya al principio del vídeo: el modelo educativo de Estonia está orientado,

sobre todo, a la empresa y a la preparación para el mundo laboral.

Por ejemplo, en el diseño de los programas académicos participan tanto representantes

de la sociedad civil como de las propias empresas. Pero esa no es la única vía de colaboración.

Tanto la educación secundaria como la educación terciaria cuentan con amplios programas de

prácticas laborales que permiten que los estudiantes estonios accedan al mercado laboral

con algo de experiencia.

En este sentido, Estonia ha apostado muy fuerte por incluir las prácticas de trabajo en la

educación vocacional, que sería el equivalente a la formación profesional, y también en

los másteres universitarios.

Y ojo que no hablamos del típico mes de prácticas. Estos programas contemplan que las prácticas

laborales supongan hasta el 50% de las horas de formación.

Pero al margen de la colaboración con empresas, podemos destacar otra característica muy

particular: los estonios están obsesionados con la igualdad en la etapa educativa.

Y no estoy hablando de una igualdad entendida como hacer que todos consigan el título,

sino que todos tengan las mismas condiciones sea cual sea su entorno socioeconómico. Es

decir, igualdad de oportunidades, no de resultados.

(Esto supone que en Estonia no solo la educación está pagada por el Estado, incluida la Universidad,

sino también los libros de textos e, incluso, el comedor. Los estudiantes de educación

obligatoria tienen comida gratis en la escuela.

Además, todos los alumnos hasta los 19 años tienen una cobertura sanitaria gratuita, así

como enfermeras en los colegios de primaria, chequeos médicos rutinarios gratuitos y dentista

gratis.)

La idea fundamental es que sea cual sea su nivel socioeconómico todos los estudiantes

puedan tener las mismas oportunidades.

En fin, competencia, especialización, integración con la empresa e igualdad de oportunidades

en un país con poca burocracia y bajos impuestos. No está nada mal, ¿No os parece?

Por supuesto, no todo es perfecto. Y aunque el sistema educativo de Estonia ha demostrado

ser hoy por hoy el mejor de toda Europa con mucha diferencia, todavía tiene algún que

otro reto. Sobre todo dos: la escasez de profesores de materias específicas y la mejora en el

rendimiento educativo de los estudiantes de etnia rusa.

Queridos amigos, amigas, estas son las claves del modelo educativo de Estonia, el mejor

sistema educativo de toda Europa y uno de los mejores del mundo. Uno de los ingredientes

que ha permitido que este país no solo de un enorme salto en prosperidad sino que se

convierta también en un líder tecnológico y en todo un semillero de Start-ups.

La pregunta es: ¿Creéis que vuestro país debería tomar nota del éxito estonio? ¿Qué

os gustaría ver en vuestros países?

Dejadnos vuestros comentarios aquí debajo, y como siempre, si te ha gustado este vídeo

dale a like y suscríbete a nuestro canal haciendo clic en la campanita.

¡Y por cierto! Si te gusta el trabajo que hacemos, apóyanos y únete a nuestra comunidad

en Patreon, donde además de contribuir con Visual Politik obtendrás contenidos exclusivos,

así como regalos periódicos y mucho más. Os dejamos el enlace en la descripción.

Un saludo y hasta la próxima.


¿Cómo es el MEJOR sistema EDUCATIVO de EUROPA? (Que bate incluso a FINLANDIA) - VisualPolitik Wie ist das BESTE BILDUNGSSYSTEM in EUROPA (das sogar FINNLAND übertrifft) - VisualPolitik How is the BEST EDUCATIONAL system in EUROPE (which beats even FINLAND) - VisualPolitik

Estonia. 1991.

Tras más de 50 años de ocupación soviética y dictadura comunista, Estonia recuperaba

su independencia. El legado de la época comunista para los estonios fue, al igual que para todos

los países restantes de la extinta Unión Soviética, nefasto.

En 1991, el PIB per cápita estonio no llegaba a los 3.500 dólares, el equivalente hoy a

países como Bolivia o El Salvador.

Claro que lo peor aún estaba por llegar. La desintegración del bloque soviético supuso

un duro mazazo para sus países miembros. Y por supuesto Estonia no fue una excepción.

En 1992 su economía se contrajo más de un 20%.

Era la hora de construir un nuevo modelo de país.

Y queridos amigos, amigas, esta fue una idea que los estonios se tomaron muy pero que muy

en serio.

Mientras que algunos de los nuevos países herederos de la Unión Soviética, como Ucrania,

Uzbekistán y Bielorrusia se hundieron en la inestabilidad, la crisis y la autocracia,

la historia de Estonia fue completamente diferente. (Estonia es hoy uno de los países más prósperos

de todo el mundo. Su potencial es inmenso y su nivel de vida no deja de mejorar. En

2020 el PIB per cápita ajustado por la diferencia de precios de Estonia se aproximó a los 40.000

dólares, algo que le ha permitido ya superar a países como España.)

Y eso no es todo. La evolución de prácticamente todos sus parámetros macroeconómicos vence

de largo no solo a España sino a la mayoría de países de la Unión Europea.

Por ejemplo, es uno de los países con las cuentas públicas más saneadas de todo el

mundo y es el país de Europa con mayores tasas de emprendimiento en relación a su

población. Cada año se crean más de 20 empresas por cada 1.000 habitantes, 6 veces

más que la media comunitaria.

Queridos amigos, amigas, Estonia se ha convertido en el país de los emprendedores europeos.

Algo así como un pequeño, y eso sí, gélido Silicon Valley en plena Unión Europea.

Pero dicho esto la pregunta es, ¿Cómo demonios han logrado semejante evolución en tan poco

tiempo? ¿Qué esconde el modelo estonio? ¿Cuáles son los ingredientes de su éxito?

Pues… Aquí, tal y como ya os comentamos en un vídeo especial en Patreon, podemos

destacar varios factores: desde la política fiscal hasta su apuesta por la tecnología.

Y, también, entre los ingredientes más importantes del éxito estonio se encuentra su sistema

educativo.

Puede que no lo sepas y que nunca te lo hubieras imaginado pero Estonia tiene el mejor sistema

educativo de toda Europa. De hecho se califica así misma como la “Education Nation”,

la nación de la educación.

Pero, ¿Queréis saber qué tiene de especial su sistema educativo? ¿Cuáles son exactamente

sus características y claves más importantes?

Pues… Atentos.

(MÁS IMPORTANTE EL ‘CÓMO' QUE EL ‘CUÁNTO')

El éxito del modelo educativo estonio no es una opinión, es algo acreditado por todas

las instituciones dedicadas a evaluar los diferentes sistemas educativos, incluido por

supuesto el informe PISA.

En PISA, Estonia está literalmente no solo a la cabeza de Europa sino de todo el mundo.

Tras Singapur, este pequeño país báltico es el país que mejor calificación obtiene

en las tres competencias básicas: lectura, matemáticas y ciencia.

(Y no solo esto. Estonia también tiene el mayor porcentaje del mundo de estudiantes

con alto rendimiento académico que provienen de familias pobres. Y la menor diferencia

en resultados entre el entorno rural y el entorno urbano. La menor tasa de estudiantes

sin educación básica - apenas un 5% - y una de las tasas de repetición de curso más

bajas de toda la OCDE.

Apenas el 3,5% de los estudiantes de hasta 15 años repiten alguna vez, frente a la media

del 12,4%. Por si fuera poco también se coloca a la cabeza en cuanto a dominio de lenguas

extranjeras)

Amigos, aquí el ascensor social funciona a toda velocidad. Y para que nos entendamos,

podemos decir que Estonia ha adelantado por la derecha al sistema educativo de la mismísima

Finlandia, el hasta ahora referente de toda Europa en materia educativa.

Ahora bien, ¿Cómo lo han conseguido? Y justo aquí sé lo que muchos estáis pensando:

Alberto, seguro, seguro que se gastan una barbaridad en educación.

Pues… No, estáis muy pero que muy equivocados.

Sí, Estonia hace un importante esfuerzo en educación, pero el gasto público por alumno

no es ni de lejos el más alto de la OCDE. Ni siquiera si ajustamos el gasto por la diferencia

de precios y salarios.

De hecho, hay muchos países con un gasto por alumno muy superior y que sin embargo

obtienen resultados mucho peores.

¿Queréis un ejemplo? Pues sin ir más lejos… España. Fijaos.

Ya lo véis, a pesar de cosechar holgadamente los mejores resultados educativos, Estonia

no es ni de lejos el país que más gasta en educación por alumno. De hecho, su nivel

de gasto se sitúa bastante por debajo de la media de la OCDE y de la Unión Europea

incluso si tenemos en cuenta la diferencia de precios.

Lo cual nos lleva directamente a una idea que creo conviene repetir:

[NO. Señores políticos, gastar más en educación NO es la receta simple del éxito. Si fuera

tan sencillo, sería, no sé, muy fácil, ¿no os parece? Bastaría con gastar más

y más para obtener mejores resultados.

Pero… La realidad, sin embargo, es totalmente diferente. Esto no va de cuánto se gaste

sino sobre todo de cómo. Así que, por favor, políticos y periodistas de todos los colores

y partidos, dejad de una vez por todas de utilizar el mantra del dinero.]

Pongamos un ejemplo. Islandia gasta por alumno mucho, muchísimo más que Estonia incluso,

repito, teniendo en cuenta la diferencia de salarios y precios.

Así que si nos guiamos por la lógica política de que a más gasto mejores resultados, entonces

Islandia tendría que tener un sistema educativo mucho mejor que Estonia. Sin embargo, ¡Sorpresa!

No es que Estonia gane, es que Islandia, por ejemplo en PISA, es uno de los peores países

de Europa-

El gasto, amigos, no lo es todo. Pero dicho esto y ahora que ya sabemos que no es simplemente

una cuestión de pasta, ¿Qué os parece si nos ponemos el buzo de trabajo y nos sumergimos

de lleno en las claves del sistema educativo de Estonia?

¿Qué podemos aprender de él?

Atentos.

(LOS PILARES DE LA PROSPERIDAD ESTONIA))

Querida comunidad de VisualPolitik, resetead vuestra mente durante un buen rato porque

el modelo educativo del que os vamos a hablar seguro, seguro que tiene poco que ver con

lo que hayáis visto hasta ahora.

Vamos a hablar de un modelo educativo que extrañamente no está subordinado a intereses

políticos, sino a las necesidades de capital humano que tiene el mundo moderno, incluyendo

por supuesto el mundo de la empresa y el emprendimiento.

[Espera, espera, un momento… ¿Un sistema educativo diseñado para que los estudiantes

puedan encontrar un trabajo de alta cualificación rápidamente al terminar sus estudios? De

locos]

Pues, sí, no nos hemos equivocado. En Estonia la educación se ha situado como uno de los

ejes clave sobre los que pivotan los planes económicos del país.

Ahora bien, ¿en qué se diferencia, exactamente, el modelo educativo estonio del de otros países?

Pues veréis, la primera clave la podemos encontrar en la independencia. Independencia

tanto de escuelas como de profesores.

(Aunque en Estonia todas los centros educativos tienen que ceñirse a un programa marco de

contenidos mínimos fijado por el gobierno, la aplicación de este marco es muy abierta,

y cada colegio, instituto o, incluso, cada profesor, tiene mucha independencia para decidir

tanto el currículo educativo final como el método.)

Y creedme si os digo que tanto centros como profesores son los primeros interesados en

que todo esto funcione.

Entre otras cosas por el modelo estonio dual de financiación pública de la educación.

[Espera, espera, ¿modelo qué? ¿Qué diantres es eso?]

Pues, veréis. En Estonia la educación privada es testimonial, residual. Sin embargo, lo

cierto es que los centros educativos públicos están sometidos a un intenso modelo de competencia.

(Por un lado la financiación de los centros sigue una filosofía que se parece bastante

al proceso de competencia de mercado. El ingreso que las escuelas reciben está determinado

por el número de alumnos que consigan. Cuántos más alumnos logre un centro mayor será su

financiación.

Por otro lado, el rendimiento académico y las características de cada centro se evalúan

constantemente y los resultados son totalmente públicos. Esto genera la dinámica competitiva

de que los padres quieran inscribir a sus hijos en los mejores colegios e institutos,

los cuales al lograr más alumnos consiguen más financiación.

Este proceso, además, incrementa la presión sobre los responsables y profesores de los

centros con peor rendimiento haciendo que se tengan que poner las pilas .)

Y no solo eso. Ya no se trata solo de que los mejores colegios e institutos logren más

demanda, más reputación y más recursos. Sino que además los buenos resultados garantizan

también su supervivencia.

Porque… Amigos, uno de los grandes retos a los que se enfrenta Estonia es la demografía.

En los últimos 15 años el número de estudiantes en el país ha caído un 40%, lo que ha obligado

al Gobierno y a los municipios a ir cerrando los colegios e institutos que sobran. Eso

sí, se cierran los que peores resultados obtienen.

Así que ya os podéis imaginar el interés que tanto las escuelas como los profesores

tienen para mejorar sus resultados y atraer más alumnos.

Por cierto, que en este punto hay que decir que los directores y los órganos de dirección

de cada centro cuentan con un nivel de autonomía muy alto para cosas como, por ejemplo, decidir

a qué profesores contratan, que salarios reciben o como reparten los fondos que reciben

del gobierno.

Sí, sí, lo habéis escuchado bien: Los salarios de los profesores en Estonia no son los mismos

en todas las escuelas ni se determinan mediante convenio colectivo. Se deciden en los propios

centros.

Por supuesto cuánto más fondos reciba un centro mayores salarios podrá pagar. Es simple

y llanamente el resultado de la competencia.

Además, esta enorme autonomía permite que cada centro pueda diferenciarse de otros especializándose

en diferentes cuestiones: arte, economía, ciencias, etcétera, etcétera.

Incluso existen las llamadas “escuelas de élite”, un tipo de centro pensado para

poder desarrollar todas las capacidades de los alumnos más brillantes.

Pero no aquí termina todo.

Los profesores también están supeditados a mayores niveles de competencia y más responsabilidades

que en otros países.

M(En Estonia si los alumnos tienen malos resultados de forma prolongada el profesor puede ser

despedido. Pero para no tener que llegar a ese extremo, en este país los profesores

reciben una intensa formación continua, lo que les permite mejorar y reciclarse en cuanto

a conocimientos, contenidos o métodos de enseñanza. Es una formación intensa y obligatoria

que conlleva muchos beneficios: por ejemplo la adaptación a las nuevas tecnologías.)

A cambio los profesores, cuentan con más libertad docente e influencia en la toma de

decisiones. ¿No os parece sorprendente? Todo, absolutamente

todo el modelo educativo de Estonia se basa en la competencia. Y recordad que hablamos

de un sistema esencialmente público. Parece casi de otro mundo.

Ahora bien, llegados a este punto es posible que os estéis preguntando: Vale, vale, pero,

¿Cómo es exactamente el curriculum escolar? ¿Tiene algo que ver con la altísima tasa

de creación de empresas que tiene el país?

Atentos.

(CODO CON CODO HASTA EL ÉXITO FINAL)

Lo mencionamos ya al principio del vídeo: el modelo educativo de Estonia está orientado,

sobre todo, a la empresa y a la preparación para el mundo laboral.

Por ejemplo, en el diseño de los programas académicos participan tanto representantes

de la sociedad civil como de las propias empresas. Pero esa no es la única vía de colaboración.

Tanto la educación secundaria como la educación terciaria cuentan con amplios programas de

prácticas laborales que permiten que los estudiantes estonios accedan al mercado laboral

con algo de experiencia.

En este sentido, Estonia ha apostado muy fuerte por incluir las prácticas de trabajo en la

educación vocacional, que sería el equivalente a la formación profesional, y también en

los másteres universitarios.

Y ojo que no hablamos del típico mes de prácticas. Estos programas contemplan que las prácticas

laborales supongan hasta el 50% de las horas de formación.

Pero al margen de la colaboración con empresas, podemos destacar otra característica muy

particular: los estonios están obsesionados con la igualdad en la etapa educativa.

Y no estoy hablando de una igualdad entendida como hacer que todos consigan el título,

sino que todos tengan las mismas condiciones sea cual sea su entorno socioeconómico. Es

decir, igualdad de oportunidades, no de resultados.

(Esto supone que en Estonia no solo la educación está pagada por el Estado, incluida la Universidad,

sino también los libros de textos e, incluso, el comedor. Los estudiantes de educación

obligatoria tienen comida gratis en la escuela.

Además, todos los alumnos hasta los 19 años tienen una cobertura sanitaria gratuita, así

como enfermeras en los colegios de primaria, chequeos médicos rutinarios gratuitos y dentista

gratis.)

La idea fundamental es que sea cual sea su nivel socioeconómico todos los estudiantes

puedan tener las mismas oportunidades.

En fin, competencia, especialización, integración con la empresa e igualdad de oportunidades

en un país con poca burocracia y bajos impuestos. No está nada mal, ¿No os parece?

Por supuesto, no todo es perfecto. Y aunque el sistema educativo de Estonia ha demostrado

ser hoy por hoy el mejor de toda Europa con mucha diferencia, todavía tiene algún que

otro reto. Sobre todo dos: la escasez de profesores de materias específicas y la mejora en el

rendimiento educativo de los estudiantes de etnia rusa.

Queridos amigos, amigas, estas son las claves del modelo educativo de Estonia, el mejor

sistema educativo de toda Europa y uno de los mejores del mundo. Uno de los ingredientes

que ha permitido que este país no solo de un enorme salto en prosperidad sino que se

convierta también en un líder tecnológico y en todo un semillero de Start-ups.

La pregunta es: ¿Creéis que vuestro país debería tomar nota del éxito estonio? ¿Qué

os gustaría ver en vuestros países?

Dejadnos vuestros comentarios aquí debajo, y como siempre, si te ha gustado este vídeo

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Un saludo y hasta la próxima.