¿Cómo encontrar trabajo? –Según los expertos–
Una cosa es descubrir tu vocación, tus pasiones y habilidades, y otra muy distinta
encontrar trabajo ejerciendo esa vocación. Tus sueños se confrontan con la realidad
del mercado laboral. No es cosa fácil, pero en este video buscaremos esclarecer…
¿Cómo encontrar trabajo? (Según los expertos)
El mercado laboral o mercado de trabajo lo forman el conjunto de relaciones que hay
entre empleadores y trabajadores. Hasta cierto punto se puede decir que se rige
por la ley de la oferta y la demanda: los trabajadores ofrecen su fuerza de trabajo
(oferta) y los empleadores “compran” pagando por ella salarios (demanda). De esa manera,
se supone que, por un lado, los empleadores tienen la posibilidad de elegir a los trabajadores que
les ofrezcan mejores condiciones y precios, y los trabajadores podrían elegir a los empleadores que
les ofrezcan mayor salario y beneficios. Pero ahí se acaba la similitud con otros mercados:
la fuerza de trabajo no es como las mercancías. Entre otros factores, porque quien define los
precios de la fuerza de trabajo (o sea los salarios), no es el trabajador, sino el empleador.
Esto se debe a que el empleador suele ser el dueño de los medios de producción como terrenos,
instalaciones, maquinaria y herramientas, y también a que, en nuestro sistema
económico actual, siempre hay un porcentaje de trabajadores sin empleo. Esta tasa de desempleo,
más que ser una anomalía a resolver, es una característica que beneficia a los empresarios:
si hay más trabajadores que puestos de trabajo los empleadores pueden
ofrecer salarios bajos porque saben que habrá personas desempleadas que preferirán trabajar
por poco dinero en lugar de seguir sin empleo. Dada esta dura realidad estructural ¿qué podemos
hacer para mejorar nuestras oportunidades, no sólo de encontrar un empleo, sino uno gratificante,
interesante, bien remunerado y de acuerdo con nuestros sueños y metas?
Un estudio hecho en Portugal comparó diferentes métodos para encontrar empleo y su efectividad.
Los procedimientos de búsqueda se agruparon en cinco categorías: amigos y familiares, anuncios
clasificados, agencias de empleo gubernamentales, solicitudes directas y autoempleo.
Resultó que el método menos efectivo fue la agencia gubernamental, seguido por
los anuncios y por amigos y familiares. Los más efectivos fueron las solicitudes
directas y el autoempleo (acuérdate de éste último porque lo retomaremos más adelante).
El estudio encontró que, además del método de búsqueda, otras variables
mejoran considerablemente la velocidad para encontrar trabajo. Estas variables son una
mayor escolaridad, tener una edad considerada conveniente, una historia laboral larga y estable,
estar casado, e incluso pertenecer al sexo masculino. Aunque este estudio no contempló
esta variable, otros estudios demuestran que pertenecer a ciertas etnias mejora las
opciones laborales. Y otros expertos destacan la importancia de tener una red de relaciones
(a lo que le llaman networking). Estas condiciones pueden considerarse
privilegios y constituyen una desventaja para quienes no los poseen. Ante tales condiciones
¿qué se puede hacer? Bueno, pues es posible mejorar nuestras posibilidades en dos niveles.
A nivel individual, es posible invertir nuestros esfuerzos en incrementar nuestro capital cultural
estudiando y el capital social aumentando la extensión de nuestra red de relaciones y nuestro
prestigio. También usar los métodos de búsqueda de empleo más efectivos o combinar varios de ellos.
También conviene prepararnos para tener una entrevista de trabajo exitosa, siguiendo
estos cuatro consejos que los especialistas proponen en la revista Scientific American:
Revisa tus redes sociales. Es muy posible que tus potenciales empleadores vean qué
andas publicando y se formen una opinión de tí incluso antes de entrevistarte ¿Te la
pasas hablando mal de tus jefes? ¿Publicas fotos que hagan parecer que te la pasas de
fiesta o en actitudes comprometedoras? ¿Qué es lo primero que aparece cuando te buscas en Google?
Prepara algunas respuestas clave. Algunas preguntas que es posible que te hagan son
“Cuéntame algún conflicto que hayas tenido con un compañero de trabajo y
cómo lo resolviste” o “¿Cuál fue el problema más grave al que te
enfrentaste y cuál fue la solución?”. Para anticipar qué preguntas podrían hacerte,
piensa qué tipo de tareas se pueden presentar en tu trabajo.
Visualízate obteniendo el empleo. Un estudio de 2003 mostró que imaginarte
ya ejerciendo tu trabajo aumentará tu confianza. También puedes hacer un
ejercicio de 10 a 20 minutos visualizándote en la entrevista proyectando una actitud de
seguridad concluyendo con una oferta de empleo. Anímate a presumir. Aunque en la mayor parte de
las situaciones sociales las personas que presumen suelen causar molestia,
la evidencia sugiere que en las entrevistas de trabajo está bien visto conocer y expresar
abiertamente las fortalezas propias. ¡No tengas miedo de decir tus cualidades fuerte y claro!
Ahora bien ¿recuerdas que íbamos a retomar lo del autoempleo? Pues bien vale la pena considerar esta
posibilidad, que tiene varias opciones: una es sencillamente ofrecer tus servicios como agente
libre. La otra es iniciar un negocio propio, especialmente si tienes herramienta y un lugar
para trabajar o acceso a crédito para adquirirlas (especialmente bueno si ese crédito no proviene
de un banco, sino de amigos y familiares). Pero donde se pone más interesante el asunto
es si, en vez de pensar a nivel individual pensamos y actuamos a nivel colectivo.
Por ejemplo, hablando de autoempleo, una opción es agruparse con personas que tengan tu misma
profesión u oficio, o que tengan habilidades complementarias y formar una organización –por
ejemplo, una sociedad civil o una cooperativa– que ofrezca servicios a tu comunidad y
donde las ganancias se repartan de manera justa. Quizá significa asumir más riesgo,
pero de esa manera tu salario y estabilidad laboral no dependerían de los deseos de un patrón.
Otra forma de organización colectiva es el “banco de tiempo”. Imagínate que tú ofreces tus servicios
a otras personas pero, en vez de recibir dinero, se registran y guardan tus horas de trabajo. Así,
tienes derecho de recibir los servicios que vayas requiriendo de otras personas: más
allá de un simple trueque, todos intercambian con todos según sus habilidades y necesidades. Además
de vencer el desempleo, los bancos de tiempo refuerzan los lazos comunitarios de los barrios,
pueblos y ciudades. Ya existen muchos bancos de tiempo en España, México, Colombia, Chile y otros
países de América Latina, así como en Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y más naciones.
Y, si ya tienes empleo en una empresa que no es tuya, es buena idea juntarte con tus
compañeros y compañeras y formar gremios o sindicatos (genuinos, no de los llamados
“sindicatos blancos” o “sindicatos charros”) para defender salarios y condiciones de trabajo
dignas y evitar despidos injustificados. Las cooperativas, los bancos de tiempo y
otras formas de economía social no solo son una respuesta a la necesidad inmediata de encontrar
trabajo, sino que representan alternativas reales con la capacidad de transformar las
estructuras económicas, de manera gradual pero creciente, hacia modelos más equitativos y justos.
En fin, ya sea que busques empleo en una empresa grande o pequeña;
que decidas ser “freelance” o fundar tu propia empresa; que fundes un banco de tiempo o te unas
a uno o que formes una cooperativa, deseamos que lo que acabamos de platicarte te sea muy
útil ¡y que tengas mucho éxito! ¡Curiosamente! Una buena parte del funcionamiento de CuriosaMente
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