10.04.20 “Vienen a morir”: el colapso de Guayaquil (1)
Eliezer Budasoff: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia Viñas: Y yo soy Silvia Viñas.
Cynthia Viteri, Alcaldesa de Guayaquil: No retiran a los muertos de las casas. Los dejan en las veredas, caen frente a hospitales, nadie los quiere ir a recoger. ¿Qué pasa con nuestros enfermos también?
Silvia: Ella es la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri. Estaba infectada con el nuevo coronavirus cuando grabó ese video, el 27 de marzo. En medio de su cuarentena, le exigió al gobierno central de Ecuador que recoja los cadáveres que se estaban acumulando en las casas de las personas, y en las calles de la ciudad…
Cynthia Viteri: Las familias deambulan por toda la ciudad tocando puertas para que los atiendan o los reciba un hospital público donde ya no hay camas. Les cierran las puertas y los dejan afuera.
Eliezer: En la última semana, Ecuador se ha convertido en el país sudamericano con más contagios y fallecidos per cápita por COVID-19. Y Guayaquil, la ciudad más poblada del país, que tiene más de dos millones y medio de habitantes, se ha vuelto el epicentro de una crisis sanitaria y humanitaria sin precedentes.
Durante semanas hemos escuchado que el peligro más grande de no tomar medidas preventivas es que colapse el sistema sanitario. En Guayaquil, esa amenaza ya se convirtió en realidad.
Hoy, la historia de una crisis que sacudió un país desde el lugar donde empezó todo.
Es 10 de abril de 2020.
Doctor: Ahora sí los escucho.
Silvia: Nosotros también. Perfecto.
Silvia: Para los que tenemos el privilegio de quedarnos en nuestras casas, para los que no estamos trabajando en hospitales, es difícil imaginarse qué pasaría, en términos prácticos, si el sistema de salud de nuestras ciudades llega a colapsar. Así que hablamos con dos médicos que están enfrentando día a día esta pandemia en medio del colapso.
Ahora, muchos médicos ecuatorianos tienen miedo a represalias si hablan sobre la situación en los hospitales. Por eso, para proteger sus identidades, no los vamos a identificar.
El doctor y la doctora –así nos vamos a referir a ellos– me explicaron que en el sector público los contratos indican que pueden ser cancelados en cualquier momento, unilateralmente.
Doctor: Entonces ya hay muchos médicos que han dicho cosas que no les parece, les han llamado la atención
Doctora: O los han echado.
Doctor: Ajá, los han echado.
Silvia: Hablamos por videollamada, y los dos estaban usando mascarilla. Las usan todo el rato dentro de casa para evitar contagiar a su familia. Tienen hijos pequeños y viven con los papás de la doctora. Llevan unas dos semanas tratando a pacientes con coronavirus.
Doctora: Bueno, yo soy médico general, que somos los que en estos momentos estamos luchando en la primera línea porque es lo que más están pidiéndonos.
Silvia: Trabaja en un hospital público, de la red del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, en Guayaquil… Estaba haciendo su residencia en otra especialidad, pero por la pandemia, la movieron de área.
Doctor: Y, bueno, yo estoy haciendo el posgrado de terapia intensiva.
Silvia: En un hospital privado.
Doctor: Pero debido a toda esta pandemia, a todos los reorganizaron. Hay gente que la han mandado de cirugía, la han mandado a la emergencia. Hay gente de otras especialidades neuro, endocrino, les han mandado a los pisos.
Silvia: Entonces, cuando se veía venir el virus, ¿qué tipo de conversaciones tuvieron con sus colegas del hospital? ¿Se entendía la magnitud de lo que se venía?
Doctor: O sea, no, no, para nada. Nadie. Nadie estaba preparado por lo que está pasando ahorita. O sea, psicológicamente, nadie. De ahí nosotros tenemos la referencia de lo que pasaba en China, en Italia, en España. Pero a veces uno estas cosas las ve de lejos. Por ahí sabíamos de lo contagioso que era. No nos hacíamos ni siquiera la idea de que vamos a estar en la casa, teníamos que ser mascarilla. Nada.
Silvia: ¿Hubo algún preparativo al comienzo por parte del gobierno, o de las autoridades de esos hospitales para que pudieran prepararse para recibir más pacientes?
Doctor: No, la verdad es que no. La verdad es que cuando llegó el primer paciente todos fueron rumores.
Silvia: El primer caso se anunció el 29 de febrero. Era una mujer ecuatoriana que llegó de visita desde España. La comunidad ecuatoriana en España es muy grande y es común que viajen en esas fechas para visitar a familiares durante carnaval y las vacaciones de enero y febrero. Llegó primero a Guayaquil, sin síntomas, según las autoridades ecuatorianas, y luego fue a una provincia vecina para visitar a su familia.
Doctor: Fue a dar a un hospital privado y de ese hospital privado ahí recién salieron las fotos con los EPP.
Silvia: EPP: Equipos de protección personal. O sea, las batas, mascarillas, guantes… ese equipo completo que hemos visto en fotos de personal de salud de todo el mundo. Y, bueno, el doctor dice que, al principio, todos estaban impactados viendo estas imágenes en un hospital de Ecuador, porque no están acostumbrados a ver a choferes de ambulancia o a camilleros, así. Pero, a la vez, la doctora, en el hospital público, veía otra cosa…
Doctora: Los médicos querían usar mascarillas y les decían que por favor no, no usen las mascarillas porque crean pánico en las personas.
Silvia: O sea, los coordinadores de piso, que también son médicos, les decían que no usaran los EPP.
Silvia: ¿Y cuándo se dieron cuenta que la situación era grave?
Doctora: Como por el 23, 24 de marzo. Me dicen que la situación de emergencia es caótica. Llegan personas ya prácticamente a morir.
Doctor: Literal.
Doctora: Literalmente llegan a morir porque todo, absolutamente todo, está lleno, está colapsado. Todas las tomas de oxígeno, ya no hay más. Ya no hay más ventiladores y lo que hacen mis compañeros es darles una muerte digna a las personas que van llegando, que según cuentan diariamente son, a mi hospital, son como aproximadamente 30 personas por guardia.
Silvia: ¿30 que fallecen? No son 30 que llegan.
Doctora: Son 30 que llegan a morir. Desde que inició casi la capacidad colapsó. De hecho nunca ha habido una capacidad completa para todos los pacientes y ahora muchísimo menos.
Doctor: Siempre, siempre había… Yo trabajé en ese hospital también. Siempre había en la emergencia una cola de gente y por ahí de uno de los 25 o 30 que está haciendo cola por ahí uno, dos, tres sí ameritaba una atención un poco más rápida. Ahor,a la cola no es de 20, sino de 200. Ya y de esos 200, tal vez 20 sí necesitan esa atención. Creo que se ha multiplicado por 10.
Silvia: Entonces, ¿cómo priorizan? O sea, si llegan tantas personas, ¿a quién deciden tratar? ¿O simplemente no los están tratando porque ya no hay cómo tratarlos?
Doctor: No hay cómo.
Doctora: Es que ya todo está lleno. O sea, no los tratan ya y solamente les ayudan a obtener una muerte digna porque todo lo que, todas las tomas de oxígeno, todos los ventiladores, ya están copados con pacientes que ya estaban previamente en el hospital. Entonces llegan y no hay manera.
Doctor: Entonces, eso es una cosa que se repite en casi todos los hospitales públicos.
Doctora: Y mucha gente, aún con seguro privado, que lo paga mes a mes… No vale ahorita el seguro privado, no vale ahorita nada. Así tengan seguro privado, no los están aceptando en hospitales, no los están aceptando en clínicas porque no hay capacidad.
Doctor: Esa es otra. Sí, los hospitales privados están bastante parecido, o casi igual. No hay camas. Yo he trabajado en un hospital privado mucho tiempo y está igualito. O sea, hay una barricada afuera y están llegando los pacientes así, cada guardia llega tres, cuatro, cinco pacientes con, ya sin signos vitales, y no los pueden recibir porque ya llegan sin signos vitales. Entonces los mandan a la casa.
Doctor: Este virus, cuando ya llega a neumonía, produce una inflamación, un estado inflamatorio severo, ya que, bueno, que no solamente en ese momento afecta a los pulmones, sino a todo el organismo. Hay pacientes, por ejemplo, que llegan con poca neumonía, con unos pulmones que uno los ve y dice, bueno, le damos un poco de ventilación y salé, pero llega con falla renal, llega con sangrando. Entonces a esos pacientes ya no se les puede rescatar, o es muy difícil rescatarlos.
Doctora: A mí llegan pacientes un poco más estables. Aunque llegan pacientes un poco más estables, igualmente hay pacientes que mueren en piso.
Doctor: Ahora, ahorita el criterio de no estar grave, es no estar en terapia intensiva.
Doctora: Realmente ahorita en Guayaquil no hay persona que no haya perdido un ser querido. Todos los días sonar el teléfono es ya sentir que viene una mala noticia que alguien más falleció. Pero para nadie… nadie se ha escapado de que un ser querido, medio cercano, medio lejano, haya fallecido.
Silvia: ¿Hay algún caso en particular que les haya tocado?
Doctor: Tenemos un buen amigo que estaba… que tiene al suegro. Él sólo tenía algo de tos, nada más. Un día, así póngale un lunes, algo de tos. El señor no salía, no estaba expuesto, para nada. Vivía en su casa. Ni siquiera él hacía las compras. Lo llevaron a hacer una radiografía y nos la mandaron por WhatsApp y la radiografía era terrible. Le dije, apenas yo vi esa placa, yo le dije a mi amigo, le dije, “¿Sabes qué? lo más responsable”… Me dijo, “¿Qué hago?” “Lo más responsable que puedes hacer ahorita es hacer que tu mujer se despida de su papá”. Y lamentablemente así fue, yo quisiera haberme equivocado, pero así fue. Lunes, martes, miércoles, jueves, ya había fallecido.
Silvia: ¿Hay miedo entre el personal que sigue trabajando?
Doctor: Muchísimo. El miedo va ahí porque mire, mucha gente trabaja en terapia intensiva. Entonces, no le digo que está acostumbrada a ver gente grave, porque a veces… uno nunca se acostumbra a ver gente mal, aún ellos. Muchos, pero pónganle, ocho de 10, tienen insomnio, lloran, se escapan al baño a llorar porque piensan en su familia. Entre nosotros nos damos ánimo, porque todos los días vemos gente que fallece y médicos que fallecen. Pero sí hay mucho, mucho miedo. Y hablo no solo de médicos, terapistas, enfermeras, auxiliares, choferes de ambulancia.
Silvia: ¿Por qué ha habido tanto personal de salud contagiado?
Doctora: Ayer estaba leyendo que en las cifras de los contagiados 44% es personal de salud oficial… 44% de las cifras es personal de salud.
Silvia: Recordemos que la doctora dijo que al comienzo no los dejaban usar mascarillas, para no causar pánico en la gente. Y dice que una vez que empezaron a llegar casos, les dieron un directivo verbal en el hospital.
Doctora: Que únicamente podían usar las mascarillas N95 el personal de emergencia y el personal de terapia intensiva. Y el resto teníamos que andar con mascarillas quirúrgicas.
Silvia: Las mascarillas N95 están diseñadas para cubrir de manera muy ajustada la boca y la nariz. Filtran el 95% de las partículas que están en el aire. Son más firmes que las quirúrgicas, que son más sueltas, filtran menos partículas y no crean este sello alrededor de la boca y la nariz como las N95.
Doctora: Poco a poco fuimos exigiendo que nos den las mascarillas. Yo, por mi parte, lo que hice fue conseguirlas por mi cuenta para poder llevarla. Pero médicos tratantes, médicos residentes, muchísimos, se vieron expuestos a lo que decía el hospital que había que hacer. Y cada guardia o cada turno es una pelea con los jefes para que nos entreguen ese equipo, porque no hay, porque ya les llevamos. Esperen un momento que ya les llevamos. Y ese es el de todos… lo de todos los días.
Silvia: Y la doctora dice que si la situación es así en su hospital…
Doctora: No quiero pensar y no quiero imaginarme las instituciones más pequeñas. Y la verdad es que estamos a la deriva.