Náufragos Supervivencia imposible _ Relatos del lado oscuro
Relatos del lado oscuro.
Fantasmas.
Seres extraños.
Sucesos inexplicables.
Perversidad humana.
Historias que otras leyes prefieren ignorar.
Bienvenidos, buenas noches.
Déjeme que le platique algo.
En el año 2006, el 2 de julio del 2006, en México, hubo elecciones federales, unas elecciones en las que, entre otros cargos, estaba en juego la presidencia de la república.
Los candidatos compitieron, pero el resultado no fue del todo convincente.
El candidato más popular no ganó, y no ganó por un margen ridículamente pequeño.
Pero aunado a eso, crecían las sospechas de que la elección no había sido limpia.
Había habido todo tipo de tejes manejes y de acciones extrañas, que sembraban una duda enorme acerca de la legitimidad y de que realmente hubiera perdido la elección el candidato favorito.
Esto llevó a que muy pronto las calles estuvieran llenas de personas.
Manifestaciones como nunca se había visto en México.
Todo lleno de personas que protestaban.
La situación sociopolítica del momento era particularmente preocupante.
Un estallido social podía ocurrir en cualquier momento porque la masa de gente que se había reunido para protestar estaba enardecida.
Y no solamente en la gran capital, en la Ciudad de México, sino en todo el país había protestas constantes.
Cierre de carreteras, cierre de puertos, manifestaciones, bloqueos, vamos, una situación que amenazaba llegar más allá.
Era un momento muy tenso para el país, porque ciertamente la elección se veía rara.
No soy experto político, yo no tengo por qué juzgar nada, pero llegó un momento en el que la tensión era enorme.
A principios de septiembre, el Tribunal Electoral, es decir, la máxima autoridad electoral en México, tendría que dictaminar si realmente la elección había estado limpia o sucia.
Si fallaba y decía que era una elección limpia, iba a haber una tensión mayor.
Y en medio de todo esto, de pronto, a mediados de agosto, llega a México una noticia que hace que todos los periódicos dejen de publicar reportajes acerca de la elección y comiencen a hablar de esto.
Prensa, radio, televisión, volantes, comentarios en programas de variedades, vamos, en los programas tradicionales donde se hablaba de lo que había hecho tal actor o tal actriz o de con quién andaba o con quién se había metido, ahora se hablaba de esto.
¿Y qué era esto?
La gran noticia es que tres pescadores mexicanos habían estado perdidos en el mar nueve meses.
Habían sido encontrados cerca de las Islas Marshall, en el Pacífico Sur Oriental, por allá, al otro lado del mundo, cerca de Australia.
El asunto llamó la atención, pero se sentía también un poquito forzado.
Se sentía forzado porque parecía como que era la consigna, hablas de esto.
Así es que en el desayuno, en la comida y en la cena, usted oía hablar de los náufragos.
Pero, ¿cuál era su historia?
Déjeme que le platique un poco y vamos juzgando conforme avanzamos.
¿Le parece bien?
Todo comienza en octubre del 2005, 28 de octubre de 2005.
En México se considera el Día de los Inocentes, es el Día de las Bromas.
Pero ese día no era broma para cinco personas.
En una lancha zarparían del muelle de San Blas, en Nayarit, México, en la costa del Pacífico.
El objetivo de la embarcación era navegar mar adentro, llegar cerca del archipiélago de las Islas Marías, en un lugar conocido como la Isla Isabel, y pescar tiburón.
La lancha era una lancha grande, pero finalmente era una lancha.
No tenía una cabina, no tenía dormitorios, no era un barco, era una lancha abierta.
Así como se lo estoy diciendo, ahora mismo por ahí debe de haber una foto.
La lancha era simplemente, como tantas otras lanchas pesqueras de México, un par de motores fuera de borda, mucho combustible, algo de comer y agua.
Estarían fuera un par de días.
El objetivo de estas lanchas era llegar allá, pescar algunos animalitos, lo que fuera, preparar carnada y extender una cosa que se llama palangre.
El palangre o cimbra de pesca es una especie de cable, de soga, una soga gruesa, en donde se van colgando a diferentes profundidades, anzuelos, con carnada.
En esta ocasión llevaban 500 anzuelos para pescar tiburón.
El tiburón en México no es tan codiciado como en China o Japón, pero las aletas de tiburón se exportan a aquellas regiones en Oriente y el resto del tiburón se prepara para vender en el mercado nacional.
A bordo de la lancha, que era así como le digo, una lancha abierta, no era ninguna cosa sofisticada, no tenía un toldo siquiera, no había una cabinita, nada.
Lo único que había era a la proa de esta lancha un hueco, como una especie de pañol, donde meter ahí las sogas, los amarres, algunos alijos, lo que fuera.
Pequeña, no tanto.
Para la zona, esta era una lancha grande.
Las otras lanchas de los demás pescadores eran muy pequeñas.
Esta era una lancha de casi 10 metros.
Curiosamente, y no pierda de vista los detalles, la lancha había llegado de Mazatlán, un poco más hacia abajo, en Sinaloa y no tenía números.
A diferencia de muchas otras embarcaciones que tienen hasta nombre, dibujitos, número de serie, esta no tenía ningún número.
Solamente aquellos dos poderosos motores fuera de borda y bastante combustible.
Los tripulantes iban a ser cinco.
El primero de ellos, al que llamaban capitán, era Juan David, Juan David Lorenzo.
Después estaban Salvador, Lucio y Jesús.
Y había un quinto elemento que nadie conocía y al que únicamente le llamaron el farcero, el bromista, por así decirlo.
Que no tenía nada de bromista, era un tipo seco, áspero, un tanto grosero.
Se le saludaba, se le hablaba, no contestaba.
Se veía a leguas que ese no era un pescador.
Así de simple.
No era un hombre de mar.
El capitán, sin embargo, dijo, él viene y se acabó.
Comenzaron a navegar, lo que les tomó unas cinco horas, llegaron a donde tenían que llegar, el clima estaba bien, no había mucho problema, comenzaron a pescar con los arreglos de mano para jalar la carnada, al caer la noche prepararon el palangre, esta especie de línea de anzuelos, la amarraron a la popa de la barca y se quedaron ahí.
No podían anclarse porque es mar profundo, así es que simplemente se quedaron ahí flotando.
Conforme caía la noche se fueron quedando dormidos.
La situación es que cuando despiertan en algún momento de la madrugada, listos para comenzar a jalar aquella cuerda e ir recuperando la pesca para volver al puerto, resulta que el cable se había roto y el palangre ya no se veía por ningún lado.
Los palangres se quedan semisumergidos, pero afuera se les ponen botellas vacías de plástico, bidones, boyas, cualquier cosa para que floten, y se queden ahí colgando los alambres estos que llevan los anzuelos.
El problema es que ya no se ve por ninguna parte.
Y comienza a crecer la desesperación porque habían salido de puerto, todo lo que implicaba navegar hasta allá, las cinco horas, vamos, tenían que recuperarlos y no porque habían venido, nadie cobraría nada y es más, el propio capitán tendría que pagar el combustible perdido y el tiempo, bueno, aquel hombre desesperado espera,
un momento más a que amanezca y comienza a navegar buscando las boyas del palangre, es decir, estas cosas que lo mantenían a flote y dan una vuelta por aquí, otra vuelta por allá, hasta que de pronto Salvador le dice, capitán, nos estamos quedando sin gasolina.
Aquel hombre le dice, no importa, el chiste es encontrarlo, pero capitán, no tenemos ya para volver, se nos está acabando la gasolina, navegue por favor a Islas Marías y ahí esperemos a que vengan por nosotros.
Es las Maria es una antigua colonia penitenciaria, que para el 2006 seguía activa, así es que podía navegar ahí, pedir apoyo y esperar a que otra lancha viniera a traerles combustible.
Finalmente, ni modo, perdieron todo, pero el capitán Necio con aquello continúa hasta que se quedan sin combustible.
No era raro, tampoco era el momento de sentirse destruidos.
Apenas Salvador, unos días atrás, le había pasado lo mismo, se habían quedado sin combustible y habían tenido que estar cuatro días en el mar esperando a que pasara otra barca que se los llevara.
Así que no, no era tan trágico, solo había que esperar.
El farcero, sin embargo, se veía visiblemente nervioso.
Los primeros dos días, ahí la llevaban, a bordo llevaban 50 litros de agua, llevaban algunas cosas para comer, que no sirvieron de mucho, porque en cuestión de unos pocos días se acabó el agua, y se acabó lo que llevaban para comer, y el sol inclemente comenzó a brillar en ese extensísimo mar.
Los primeros días vieron las Islas Marías ahí, a unas pocas millas, era de esperarse que los viera alguien.
Pero de pronto, se dieron cuenta que nadie había venido por ellos.
Y no solo eso, sino que el clima comenzó a cambiar, y aquel soleado mar tranquilo y agradable comenzó a encabritarse.
Y comenzaron las olas, y comenzó el movimiento, y el farcero se descompuso completamente, agarrado de una orilla temblando de miedo.
El capitán, pues, pues qué capitaneaba, si esto estaba muerto, el motor ya no servía, estaban a la deriva.
Además había otros problemas, por ejemplo, no habían traído un remo.
La barca no tenía GPS, no tenía una radio en forma, y otra cosa más, no habían reportado la partida del puerto, no habían avisado a la capitanía del puerto que se harían a la mar, lo cual de por sí era raro, sumado a que la barca no tenía números, era todo muy raro.
El hecho es que aquel mar encabritado hace que Bambolén para acá, para allá, a punto de voltearse, pero trae consigo una bendición, lluvia.
Ligera, apenas moja la lengua, pero es lluvia.
Un par de días atrás habían intentado beber agua de mar, y ¿sabe qué? Se sintieron morir, porque el agua de mar te mata, te vuelve loco, y si sigues tomándola, terminas delirante.
Apenas dieron un par de tragos y empezaron los calabres, y el dolor de estómago, y el deseo de volver, y alucinaciones, dejaron de hacerlo, pero comenzó a llover.
El problema es que ya no había nada que comer.
El agua se volvió una preocupación secundaria, y le explico el por qué.
Ese pedacito al frente de la lancha, que estaba como cubierto, era un pedacito, hacía la vez de una especie de trampa para agua.
El agua que llovía ahí escurría por un ladito, y resulta que Salvador, que era muy ingenioso, era un chico que empezó a prscar a los 13 años, y a sus 30 y tantos años, había estado en el mar 80% de su vida
Así que corrió, agarró uno de esos bidones vacíos que habían sido de combustible, y comenzó a recuperar agua.
Enjuagó, lo tiró, lo volvió, lo volvió, y aquello se llenó, y siguió lloviendo.
Pero además, el agua que entraba a la embarcación servía un poco de lastre, de peso, para que a pesar del oleaje, la barca no se volcara.
Sumado a eso, con la lluvia, muy pronto tuvieron agua para beber, aunque reconocieron que en un primer momento tuvieron que beber sus propios orines, su orina.
Algo que fue muy penoso, porque el primero en hacerlo fue Salvador, que ya lo había hecho alguna vez que se había quedado atrapado en el mar, pero los otros se negaban a hacerlo.
Pero al final del día tuvieron que hacerlo.
Pero el hambre, eso era peor.
Se había acabado todo, y comenzaron a...
...sufrir de hambre.
Hasta aquel día.
Salvador estaba sentado delante de la barca, cuando de pronto vio pasar por la proa nadando una tortuga.
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Sin pensarlo dos veces, se encaramó, saltó, y le cayó encima la tortuga, que de inmediato intentó nadar hacia las profundidades.
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Momentos después ya la tenía boca arriba, le había dado la vuelta y la estaba subiendo a la barca.
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Ese día, comieron.
Bueno, es un decir.
El capitán no pudo con el alimento crudo.
El farcero mucho menos, ese hombre jamás había estado como pescador, así es que no sabía comer esto, y cuando probó la carne, no pudo retenerla, tuvo que volver el estómago.
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Pero además la tortuga aportó algo más.
Sangre.
Sí, sangre.
La cual bebieron.
En esos días no había llovido, así es que ya se había acabado el agua, tenían sed, tenían hambre, la tortuga les salvó la vida.
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Y siguieron a la deriva.
Conforme los días iban pasando, fueron notando, por ejemplo, que el capitán se ponía raro.
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Hablaba mucho, se movía, decía que fuerte soy, y sí, se veía bien, pero en realidad ya estaba dañado.
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No comer le estaba afectando.
Por otro lado, se mantenían activos pensando cómo rescatarse o cómo hacer señas, lo que fuera.
..
Y entonces fue cuando a Salvador, que era muy ingenioso, se le ocurrió destapar el motor.
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Uno de los motores, y vio que en el motor había alambres.
Gruesos.
Si los doblamos y los tallamos y les hacemos, quedan como anzuelos.
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En la barca había una caja de herramienta muy rudimentaria, pero servía, así es que hicieron unos anzuelos.
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Y luego, para hacer una boca de carnada, metieron la mano al agua y resulta que había percebes, una especie de crustáceos que se adhieren a los cascos, que cuando los abres, sale un bichito que sirve como carnada.
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Así es que pusieron la carnada y pescaron.
Al principio eran peces pequeñitos, pero después los peces pequeñitos dieron paso a otros más grandecitos.
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Y tenían comida.
Y seguía lloviendo, juntaban agua y tenían aquello, pero obviamente ni el capitán ni el farcero comieron.
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En enero del 2006, el capitán murió.
Tenía hemorragias internas, había estado sangrando por la boca durante un par de días, tenía unos dolores horribles, había perdido la razón.
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Deliraba, tenía incontinencia, una situación terrible.
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Una madrugada comenzó a llamar a Salvador a voces.
Cuando Salvador se acercó, el capitán estaba muerto, con los ojos abiertos.
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Lo limpiaron, lo acomodaron bien y lo tuvieron ahí un par de días.
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Solamente por esperar, en una de esas los rescataban y le podrían dar sepultura, pero no fue así, lo colocaron en el mar y le dieron la sepultura del marino.
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Pero la situación seguía complicada, porque así como habían podido pescar algunas cosas, otros días no pescaban nada y luego, por ejemplo, cuando el mar volvió a estar encabritado horriblemente, ¿qué haces?
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Pues perdieron lo que habían pescado, perdieron algunos bidones, estuvieron a punto de volcar, esto generó en ellos mucho miedo.
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Ya llevaban algún tiempo en el mar. Dejame decirle.
Pero esto se sumaba, además había otro problema.
Cuando hacía tanto calor, no había donde refugiarse.
Aún cuando estaba ese huequito al frente en donde se colocaban, no tenían una lona como para taparse.
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Usaban unas cobijas, una cosa muy simple, cuando zarparon de Nayarit, de San Blas, llevaban algunos suéteres, llevaban unas cobijas porque sabían que iban a dormir ahí en el barquito, en esta lanchita.
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Con esto se hacían algo ahí improvisado para protegerse, pero no servía de mucho.
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A principios de febrero, una noche muy fría, los cuatro sobrevivientes se fueron a meter ahí, al frente de la barca, en donde estaba este hueco, se acurrucaron uno contra otro para mantener el calor corporal.
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Pero a la madrugada el farcero murió.
Había sido muy raro todo.
Ese hombre no era un pescador porque estaba ahí, había muerto.
Esperaron también un par de días y lo colocaron en el agua.
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A bordo Salvador llevaba una Biblia.
Y todos los días leía algo de la Biblia.
E incluso habían llegado a hacer oración juntos y a cantar algunos cánticos, algunas alabanzas que él había oído en un templo al que asistía, en una iglesia evangélica.
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Con esto se animaban un poco, así que cuando tiraron al mar, al farcero, hicieron todo un rito al funerario para sentirse un poco más allá, un poco protegidos.
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Esto no lo pierda de vista porque una de las piezas clave de la supervivencia es la mental, no solamente la física, sino también la mente.
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Los días seguían pasando y si bien podían pescar cosas, se inventaron cualquier cantidad de cosas como pescar, cortar y poner a secar al sol.
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Con el agua de mar, lo mojaban en agua de mar y aquello era pescado salado, que no se echaba a perder tan fácilmente.
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Después idearon algo.
Con los dos caparazones que cubren el motor fuera de borda, hicieron una especie de horno.
Y entonces ya no era crudo, ya era algo un poco más elaborado y se podía comer bien.
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Pero claro, había muchos problemas porque cuando estaban contentos, porque el clima era favorable, todo iba bien, pero cuando venían las olas y cuando venía el viento, aquello se corría un riesgo enorme, aunque esta barca era particularmente estable y muy resistente.
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Al paso de los días hubo discusiones, pero terminaban arreglándolas y terminaban todos leyendo la Biblia.
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No es que esté yo argumentando que sea algo milagroso, ni mucho menos, aunque si usted así lo quiere ver, adelante.
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Lo que me refiero es que eso implicaba un trabajo mental.
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Sumado con el hecho de que llovía y podían captar lluvia y tener agua, fue una gran ayuda.
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Pero la nostalgia era tremenda.
Sin embargo, hay otro detalle que Salvador narró y es que en ciertas madrugadas él no podía dormir.
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Le era imposible dormir.
Estaba sufriendo de un insomnio muy violento y ocurrió un fenómeno que es muy poco conocido.
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El arcoíris de medianoche.
¡Ay, ingeniero, qué tontería! ¿Cómo un arcoíris en la noche?
Bien, eso fue lo que a mí me llamó la atención, porque casi nadie habla de eso, es muy poco conocido y sólo alguien que lo ha visto sabe lo que es.
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Había una llovizna, a mar abierto, lejos de tierra,
no hay nada. En una noche de luna llena
comenzó a haber esta llovizna ligera
y unas nubes que se movían suavemente
y de pronto, pum, aparece un arcoíris en medio del mar
a mitad de la noche.
Cuando Salvador se los dijo a Lucio y a Jesús,
le dijeron que ya estaba delirante, que estaba loco.
Así es que a la noche siguiente
los despertó para que lo vieran, los tres lo pudieron ver.
Ese detalle no lo pierda de vista.
Sin embargo, no tenían idea de dónde estaban.
No sabían a dónde iban
ni cuánto tiempo estarían ahí. Cosas tan básicas
como ir al baño.
Era un tema especial porque había que buscar el momento
para poder ir al baño, porque a bordo
de la lancha no se puede hacer, las condiciones sanitarias habrían sido
terribles, y todo esto se fue manejando de manera
inordenada, ideando la manera
de trabajar algo todos los días.
Había veces que a las seis de la mañana los tres estaban pescando.
Para el mediodía tenían comida para varios días
porque habían encontrado un cardumen o un banco
de peces. Pudieron ver,
al menos en dos ocasiones a la distancia, grandes barcos,
pero no los vieron.
Ignorantes del tiempo exacto que habían estado ahí, en un principio
fueron haciendo cositas, nuditos, rayitas
y de pronto ya no tenía sentido. Eran demasiadas.
Hasta que el 9 de agosto
de 2006.
Habían pasado nueve meses con nueve días.
Ese día habían pescado temprano.
Se habían inventado una especie
de vela. Uno de los muchachos
había arrancado un pedazo de una de las bancas de la barca,
la había parado y le había puesto
una de las cobijas a manera de vela.
A donde fuera que fueran a ir, lo mejor sería llegar rápido.
Así es que habían inventado esto.
Les daba una sensación ahí de algo, como que tenían algún poder, algo.
Cuando de pronto
oyeron un motor. Cerca de ellos.
Era un motor de una lancha.
Cuando se incorporaron, vieron a la distancia
un esquife, una lancha
que venía hacia ellos y un poco más allá
estaba un barco.
Cuando el esquife se acercó, se dan cuenta que no entienden
una sola palabra. Aquella gente les habla en una lengua
que no conocen. Pero obviamente se dan cuenta
que están en apuros. Los amarran
y los jalan hacia el barco. El barco era el
Q2. Un pesquero.
Un atunero y un pesquero de altura.
La tripulación era una tripulación taiwanesa
de las islas Marshall, Filipinas.
Venían mezclados todos. El barco pertenecía a una
compañía china. Era una mezcla de todo.
Cuando llegan ahí, el capitán del barco les pregunta
¿Qué pasó? ¿Por qué están aquí?
Y al verlos, totalmente quemados por el sol
esqueléticos, raros, se imagina
que se trata de gente de alguna de las islas de por ahí
que se ha perdido. Pero
al mismo tiempo, aquellos le empiezan a hablar en español
tratando de explicar que son mexicanos
y que están perdidos.
El capitán se voltea y le dice a su primer oficial
cuando escucha México
les hace la seña de que están locos, ¿quién es esta gente?
Pero llegan a un punto en el que
se les ocurre anotar cosas.
En un papel. Aquella gente no habla una palabra de español
y estos no hablan ni de chino ni de taiwanés
vamos ni de inglés. Pero escriben en un papel
sus nombres.
El capitán del barco, de este pesquero
KOO2
manda un telegrama por medio de sus sistemas de comunicación
a su base central de operaciones en donde un tal Müller lo recibe
y se comunica con el consulado mexicano
en no sé qué parte de las Islas Marshall
por allá o Nueva Zelanda en alguna parte
enviando los nombres y diciéndoles
encontramos a tres mexicanos a la deriva
a 8000 kilómetros de México.
Cuando el consul se pone en contacto con la Secretaría
de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Relaciones Exteriores
telefonea a San Blas en donde no tienen idea
de lo que les están hablando.
Porque las autoridades no tenían noticias de que se hubiera perdido
ninguna barca, porque esta barca no estaba registrada
porque esta barca no reportó su salida
y si bien otros pescadores habían salido
a buscarlos por lo menos durante 10 días hubo una búsqueda
pero fue una búsqueda particular.
Ni la marina ni los servicios de emergencia los buscaron
y por supuesto que la capitanía del puerto no tenían idea
de nada, pero cuando se comunican con la presidencia
municipal, en la presidencia municipal sí tenían
un informe de que se habían perdido unos pescadores
no estaban muy seguros de los nombres
pero entonces en el barco, en el Coup
les toman una foto, la foto que ha visto
usted ahora mismo fue tomada a bordo
recientemente de haber sido rescatados una semana después
cuando los del municipio
allá en San Blas, el jefe de pesca
de aquella zona, ve las fotos, dice
este lo conozco y este también, este no me acuerdo como se llama pero sí sé quién es
he pescado con él
y los reconoce e informan y entonces se sabe que están allí
el barco sin embargo no volvería a las Islas Marshall
por lo menos en algún tiempo
porque tenía que terminar su ruta
aun cuando la recortó le tomaría dos semanas más
volver a Mayuro que es la capital en donde
está la sede, llegarían allá el
veintitantos de agosto y serían interceptados
por una especie de enjambre de periodistas
la noticia había corrido como pólvora y cuando se bajan
del barco sin embargo se ven bastante bien
cuando llegan los periodistas y los ven dicen estos son los naufragos
esta es la gente que ha estado nueve meses en el mar, vamos hombre
que pifia es esto, si estos tipos hasta sonrientes
y bonitos se ven, claro
llevaban varias semanas a bordo del barco pesquero comiendo bien
habían comido, bebido, se habían bañado
los tenían en una habitación con aire acondicionado vamos
habían subido de peso
pero el hecho de que llegaran tan bonitos y tan peinaditos
generó muchas preguntas
algunos días después cuando llegan a
México en el aeropuerto internacional
también son interceptados y las preguntas fueron muy agresivas
las preguntas iban en el sentido de si realmente
habían estado perdidos nueve meses
si eran narcotraficantes que se habían perdido mientras
trasladaban droga, si se habían comido a los dos
que se habían muerto y estupideces y
cosas increíbles que les preguntó la prensa
hubo un periodista que preguntó si habían estado teniendo relaciones entre ellos
y cosas así
sin embargo allá en la región de donde venían
hubo mucha fiesta, hubo celebraciones
hubo palabras célebres del presidente municipal
y por supuesto muchos encabezados, periódicos y demás
solo que también hubo muchas voces
que decían esto no puede ser cierto
una persona no puede estar en el mar nueve meses
no puede, le habría dado escorbuto
y se muere, la anemia, la sed
se habrían muerto de cualquier otra cosa de insolación
de lo que fuera, no habrían sobrevivido
y por supuesto
ante la situación sociopolítica que reinaba en ese momento
en México, surgió también
la posibilidad de que estos tipos realmente fueran una cortina
de humo, que nunca hubieran estado perdidos
que probablemente los habían capturado traficando droga
y que habían llegado a un acuerdo
habían fingido haberse perdido, los habían llevado en barco hasta allá
y allá los habían puesto cerca del pesquero
y ya, santo remedio, todo un ardid
para una cortina de humo y
quitar la atención de las elecciones
y sonaba razonable, déjeme decirle que en México
eso ya se había hecho antes, en los años 90's
en medio de una crisis económica espantosa
asesinatos de políticos, guerrilla
de pronto apareció el chupacabras con bombo y platillo en horario
premier, noticieros, periódicos, radio
todo el mundo hablaba del chupacabras para distraer la atención
se antojaba que era lo mismo
y tenía bastante sentido
y el argumento principal, en principio también parecía lógico
no se puede vivir tantos meses
perdidos en el mar
¿o si?
y eso era algo que muchos no habían tenido en cuenta
estos hombres no eran los primeros que habían vivido algo así
punto y aparte
déjeme que lo lleve más atrás en el tiempo
vamos a buscar la historia de Poon Linn
este hombre era un sujeto estupendo
un chinito
había nacido en China en 1918
y como aquello estaba bajo control británico
se había convertido en cocinero de la marina británica
para 1940
fue asignado a un vapor, a un carguero
el SS Ben Lomond
era un barco pequeño
6 mil y pico de toneladas
navegando en el Atlántico
carguero, pasajeros mixto
y se había convertido en un barco artillero
con ese pretexto
dejó de tener escolta armada
y comenzó a navegar en solitario
este hombre del que le estoy hablando
Poon Linn
o como usted quiera pronunciarlo
se escribe P O O N L I M
Poon Linn
era un chino muy contento
que cocinaba muy sabroso
y que se la pasaba bomba a bordo de su barco
hasta que el fatídico día
el fatídico día en el que se topó con un U-Boat
el U-172
que tuvo a bien dispararle dos torpedos
el 23 de noviembre de 1942
y reventarlo en mil pedazos
enviándolo a pique en tan solo 5 minutos
en 5 minutos el SS Ben Lomond
se fue al fondo del mar
en el momento en el que comenzó a hundirse
sin embargo, de pronto
este chinito Poon Linn
y cuando me refiero a chinitos porque era una persona muy menudita
alcanzó a tomar un chaleco salvavidas
correr hacia la borda y saltar al agua
únicamente sobrevivieron él y 4 personas más
el resto de la tripulación completa
se fue al fondo del mar con el barco
y los otros 4 fueron capturados por el U-172
que se los llevó y nunca fueron vistos de nuevo
no se sabe si tras interrogarlos los echaron al mar, los mataron
o si se fueron a pique con el barco aquel
con el submarino aquel que fue hundido algún tiempo después
el hecho es que nunca se supo más de ellos
se quedó flotando en el agua alegremente
como un corcho en alta mar
con el miedo de no saber que pasaba más o menos
a la altura de Brasil en medio del Atlántico
preocupado por sobrevivir obviamente
comenzó a ver a su alrededor y de pronto frente a él
la gloria, una especie de barca
en realidad era algo que se utilizaba
cuando se estaba en el muelle, se bajaba esta cosa
se ponía junto al barco y desde ahí se enviaban las provisiones
para no chocar contra el muelle y cosas así
era una especie de plataforma de madera más que una barca
no era como tal una barca
y estaba flotando ahí, era parte del barco, era el equipo del barco
Poon Lim se apresuró a llegar a la barca
y después desde ahí comenzó a jalar cosas
que seguían flotando, encontró una lona
la lona que cubría el bote salvavidas
que se había hundido con el barco, había flotado
la recuperó, recuperó unos trozos de madera
y oh sorpresa, había una damajuana
llena de agua potable flotando
al momento de hundirse, la damajuana había flotado
una damajuana es un bidón
como de unos 40 litros, se apresuró a tomarla
después vio por ahí otra cosa y otra cosa
y resulta que había una caja con galletas
que estaban en el bote salvavidas que habían flotado cuando el barco se hundió
llevándose el barco salvavidas con todo y todo
pero lo que estaba adentro flotó
recuperó todo eso, había unas barras de chocolate
algunas sogas que estaban por ahí flotando
y después de eso se sentó en una orilla
con unos palos improvisó una lona
y esperó
y esperó
y esperó
pero no pasó nada
y entonces se acabaron las provisiones
y entonces se acabó también el agua
y entonces comenzó
a beber su propia orina
porque era lo único que había
pero eso provocaba más sed
y entonces aquel día de pronto
un ave, es un albatros
ha hecho un invento raro como un conalgas
que ha puesto por ahí encima
y el torpe pájaro aquel imagina que eso es un nido y llega volando
P'unli lo mata
y bebe su sangre
suena cruel, pero era la supervivencia
después otro día cuando está sentadito en la orilla de su balsa
ahí meneándose, ve que hay un mundo de pececitos
a su alrededor
y se inventa algo y atrapa un pez
y se lo come crudo
porque no hay otra forma de comérselo
y después se inventa otro y luego se inventa otra cosa
y así logra capturar peces que se va comiendo
y entonces llueve un poco
y recupera agua en su dama juana
aparte de que bebe algo de lo que llueve
y luego se va captando agua con la que llena la dama juana
y un buen día
ha juntado muchos peces que pone ahí en la barca
en la parte del medio y hay una tormenta
y bueno, aquello se hace una cosa espantosa
pero además, otro día que junta peces
se le echan a perder por el sol
y tiene que arrojarlos al mar y adivine que
comienzan a llegar tiburones
y sabe que, Poon Lim lo que hacía era saltar al agua
para atrapar pecesillos pero ahora no puede saltar porque se lo comen
los tiburones
y se le ocurre algo
saca un clavo de la barca
lo dobla y pesca un tiburón, no era un enorme tiburón
era un tiburón pequeño, lo saca del agua con una de las sogas
que recuperó y aquello se empieza a mover como loco
encima de la barca y con la dama juana
acaba con él y se lo come
y entonces descubre que con esto podía comer un par de días o varios días más
así es que se las ingenia para ir preparando
anzuelos, carnada y comer
algo que en China era un privilegio
aleta de tiburón y resulta que él tenía todos los tiburones
que quisiera y algunas cuantas tortugas
pero sigue flotando a la deriva
hasta aquel día en el que ve
a un submarino alemán
a ese mismo submarino alemán que los había hundido
navegando en superficie felices de la vida
jugando, riéndose
pasaron a su lado y ni siquiera le hicieron señas
afortunadamente porque quién sabe qué habría pasado con el pobre Poon
si lo hubieran visto
después otro día pasó un enorme petrolero
que incluso cambió el curso cuando lo vieron
no en alejarse sino en alejarse porque obviamente pensaron que era un señuelo
después otro barco grande
también pasó por ahí pero cuando lo vieron que era de rasgos orientales
rápidamente se alejaron pensando que sería
un japonés
pasó un avión de la marina americana
un Catalina o algo de esos
que se acercó, dio varias vueltas, él le hizo señas
y levantaba la mano, les hacía
una boya como para marcar que ahí estaba y lo pudieran identificar
y se fue
y en la tarde hubo una tormenta y la boya se fue por allá
este hombre desesperado, triste
seguía ahí flotando
tranquilamente hasta que
de pronto, un buen día
sin que supiera de dónde, mientras estaba mirando el horizonte
apareció un velero
no era un velero impresionante, más bien era una chalupa con vela
era una barquita diminuta en la que iban
tres pescadores brasileños
se acercaron al verlo
y lo encontraron en harapos maltratado con la piel totalmente quemada
flaco como pocas cosas ha habido
y lo llevaron a Belém
en la costa de Brasil
en donde lo internaron en un hospital y notificaron
al consulado británico
había sido rescatado
143 días después de haber salido
de su barco del SS Ben Lomond
143 días a la deriva sin provisiones y sin agua
no
no es tanto como los nueve meses que estuvieron los otros
pero había permanecido solo completamente
recuerda usted aquello del trabajo mental
y de cómo una persona se enfrenta no solamente al hambre y la sed
sino también a la locura por la soledad y el aislamiento
este hombre estaba solo
y había sobrevivido
y se acreditó que había sobrevivido
de hecho antes de que volviera a Inglaterra
el propio rey Jorge lo había nombrado caballero del imperio británico
se convirtió en Lord
por supuesto que volvió
pero en su regreso pasó por Estados Unidos
y le encantó Estados Unidos
así que cuando terminó la guerra y todo aquello
se fue a vivir a Estados Unidos en donde murió en 1991
explicó claramente cómo había sobrevivido
lo que había hecho y de hecho
su historia se convirtió en el manual de supervivencia
que se repartía entre los marineros
para saber cómo sobrevivir
y usted pensará
bueno pero era menos tiempo
sí claro
aquellos otros hicieron lo mismo
comieron carne cruda
bebieron sangre
bebieron agua de lluvia
su propia orina
y sobrevivieron
¿esto es increíble?
para algunos investigadores sí que lo era
no solamente en ambos casos
habían evadido el escorbuto
sino la anemia y la muerte
años después se sabría
por medio de investigaciones académicas y de medicina
que lo que estos hombres habían hecho de forma completamente ingenua
era comer carne cruda de pez
y con una buena cantidad de vitamina C
equivalente a que si comieran verduras y frutas
¿por qué a los antiguos barcos que navegaban en el mar
no les servía igual?
porque cocinaban las cosas
las ahumaban y les quitaban la posibilidad de que sirvieran
como complemento de vitamina C
pero en estos dos casos habían sobrevivido gracias a eso
pero usted todavía puede decirme
¿no estoy muy convencido?
¿seguía sonando aquello asunto político?
le platico otra historia que me ha caído por ahí
y que me han platicado hace tiempo
17 de noviembre de 2012
un par de pescadores
están zarpando de la costa mexicana de Oaxaca
a algunos cientos de kilómetros más abajo de San Blas
cerca de las fronteras sur de México
se trata ni más ni menos que de un sujeto llamado
José Salvador Alvarenga
y otro chico llamado Ezequiel Córdoba
en realidad a José Salvador lo conocen más bien
como Cirilo Vargas
y lo conocen así porque él es salvadoreño
y ha tenido que emigrar del Salvador y no quiere que sepan que está aquí
así que cuando llegó a este lugar dijo que se llamaba Cirilo Vargas
y se ha hecho de un hombre como pescador
es un buen pescador, es un hombre que sabe navegar
que sabe orientarse, que sabe usar los equipos, que sabe cómo arreglar un motor
es un buen pescador
su patrón tiene una barca
que no es como la otra, esta es una barca más chica
y la única característica que la diferencia principalmente
es que lleva una especie de neven en medio
una caja azul grande en donde van echando los peces
la idea de pescar es más o menos una tonelada
800 kilos y vuelven, es una barca que tiene un solo motor
aquel día reportan su salida de puerto
y comienzan a navegar
él sí hizo la salida, él hizo el reporte
correctamente, tenía radio
se van a navegar, comienzan a pescar, jijijaja
qué tú qué yo y de pronto ¡pum! una tormenta
la barca no era muy grande, ahora mismo por ahí están viendo unas fotos
de la barca original de la real
no era muy grande, así es que aquello comienza a bambolearse
horrible y van para acá y van para allá y el agua les moja esto
les moja lo otro y se echa a perder el posicionador
global, el GPS, la radio y el motor
y se quedan flotando
a mitad del mar
por supuesto que llevaban alguna provisión, pero esa provisión era para uno o dos días
así es que de pronto ya están en el mar
ya empiezan a tener hambre, ya empiezan a no poder tomar agua
porque se les acabó y empiezan a tener cosas
y empiezan a irles muy mal porque no saben ni dónde están
apenas pudo reportar a su patrón, estamos en una tormenta
tenemos problema y se acabó
hubo búsqueda? sí, salieron un par de avionetas
por ahí, ocho días, los pescadores fueron a dar la vuelta
por aquí y por allá, la marina mandó un barquito
que quién sabe se haya navegado por donde estaban ellos
el hecho es que comienzan a pasar los días
y no, nadie viene
y siguen pasando los días
y el mar enorme
solitario y triste
es lo único que les acompaña
Salvador canta a veces
pero no hay mucho que cantar porque la tristeza crece
el sol es increíblemente cruel
por lo que de pronto lo que inventan es
ponerse dentro de esta caja
que era la nevera, la hielera
y se cubren un poquito para que no les dé tan fuerte el sol
y aquella noche que comienza a llover
bueno, es fiesta porque abren esto y se llena de agua
la tormenta hizo que cayera mucha agua adentro
así es que tienen para beber, pero a la hora de comer
bueno, el chico aquel es aquel que no tolera la carne cruda
y comienza a desmejorarse muchísimo
el otro, este hombre, José Salvador Alvarenga
este sí, se atrapa alguna cosilla y se la come
y como son pescadores y tenían los arreos de pesca
pues no es problema
pesca algo, se come una buena parte y la otra buena parte
bueno, la prepara como carnada y pesca para el otro día
y así se las ingenia para seguir comiendo
y van bebiendo de lo que van atrapando con la lluvia
y de la sangre de los animales que han comido
pero Ezequiel termina por fallecer
se fue poniendo triste, muy triste, seco
él no lo quiso tirar al mar
se esperó y se esperó
hasta el día en el que se dio cuenta que estaba platicando con Ezequiel
pero Ezequiel llevaba ya varios días muerto
y él seguía platicándole y pensó
me estoy volviendo loco, tengo que arreglar esto
rezó algo ahí que se supo y puso el cuerpo en el mar
unos días después, o semanas
o quizá hasta un par de meses
pensó que lo mejor sería
seguir el camino de Ezequiel
estaba consciente de que había pasado mucho tiempo
pero no sabía cuánto
estaba triste, solo
había comida, claro
pero se sentía mal, le dolían los huesos, le dolían las manos
sabía que no volvería a ver a su familia, a sus seres queridos
qué sentido tenía seguir aquí
sería mejor saltar al mar y acabar con esto
o beberse de una sola vez mucha agua para
agua de mar para terminar sus días
pero esa idea al mismo tiempo
le parecía que no era correcta, era un hombre de fe
así es que siguió repitiendo cada faena
pescando, comiendo
y esperando
hasta que de pronto aquel día la barca pegó con algo
él iba a bordo cuando de pronto
sintió el golpe y se movió todo, pensó, se acabó
pero cuando levantó la vista
estaba en tierra
había navegado y había llegado a un lugar
y habían callado en una playa
en las Islas Marshall
¿sabes de algo?
2006, en donde los recogieron a los tres tripulantes perdidos
a los tres náufragos, cerca de las Islas Marshall
y este hombre no solo es cerca, sino que fue y se encalló en una playa
por supuesto, cuando se bajó caminó un poco por aquí
por allá y resulta que no era una isla desierta
ahí cerca había unas casas, cuando lo vieron
se espantaron de verlo porque la apariencia de este hombre era horrible
con unas barbas crecidísimas, todo negro
todo raro, por supuesto avisaron a las autoridades
que fueron a verlo y ahí estaba
¿sí?
parecía Robinson Crusoe, pero estaba vivo
tenía problemas de circulación, tenía inflamados los tobillos
tenía la presión arterial horrible, tenía problemas de sal
tenía todo lo que usted quiera, pero estaba vivo
¿sabe cuánto tiempo había pasado?
13 meses
llevaba 13 meses
solo en una barca en medio del mar
y aquí sí, había un reporte de desaparición
en las autoridades del puerto se había reportado
la pérdida de dos pescadores entre ellos
un tal Cirilo Vargas y Ezequiel Córdova
él y su ayudante
a Ezequiel apenas lo conocía, realmente era un ayudante
que le habían asignado, el dueño de la barca le había puesto el ayudante
pero además de eso, cuando fue recuperado en la playa
estaba tan desquiciado que dijo que se llamaba Iván
después dijo, no, yo no me llamo así
Iván es otra persona, yo no me llamo así
yo soy fulano de tal, y así fue como empezaron a seguir el cabo
hasta que finalmente lo subieron en una barca
lo llevaron a la capital y es la imagen que usted ha visto
donde está bajando de un barco todo maltratado
y eso que ya lo habían bañado y le habían cambiado la camisa
sí, había sobrevivido
y bueno, por supuesto
estas historias tenían algo que contar, en el caso de los tres náufragos
fueron
invitados a participar en una cosa ahí
con un cineasta de Estados Unidos
que les prometió mucho dinero y que todo iba a ser maravilloso
iban a vender camisetas, iba a ver souvenirs, película
vamos, iba a ver hasta cajita feliz de los tres náufragos
iban a ganar mucho dinero, en realidad aquel hombre lo que hizo
fue una película un tanto religiosa
hubo un libro por ahí muy, muy, muy ligero
y se perdieron en la distancia
la gente no les creía, decían que mentían
la teoría principal es que habían estado
traficando drogas, eran arrastreros, en esa época
lo que ocurría es que aviones procedentes de Sudamérica
volaban en los límites de las aguas territoriales
mexicanas y en un cierto punto arrojaban la carga de droga
al mar, lancheros como estos
iban en sus embarcaciones, recogían la droga y la llevaban a la costa
a la playa, en donde la entregaban
a los demás traficantes
¿Era posible? Sí, sí era posible
¿No se podía confirmar? Claro que no se podía confirmar
ellos siempre lo negaron, pero ¿qué importaba eso?
el tema central es que habían estado nueve meses
en el mar, después se les acusó
de canibalismo, negaron eso, no tenía sentido
un cadáver en el sol tremendo del mar
en cuestión de un par de días ya no es algo que se pueda tocar
no tenía mucho caso
se les acusó de que les habían pagado para decir todo eso
y que no era cierto, pero estaba el reporte
del gerente de Q Fishing
que era el dueño del barco, que reportó al consulado
que había encontrado a estos tres hombres en medio del mar en condiciones deplorables
así es que sí había un reporte
sí había una evidencia de que algo había pasado
y luego estaba el testimonio de Poon Lim
que había vivido algo parecido en solitario y había resistido
pero más aún el caso de 2012
de José Salvador Albarenga que había sobrevivido
14 meses, en la misma ruta
siguiendo las mismas corrientes marinas y comiendo lo mismo
era posible
se usó la noticia para distraer la atención en cuestiones políticas
eso suena más lógico
pero pudieron sobrevivir
usted puede considerarlo si así lo desea como algo milagroso
¿por qué no?
en los dos casos principales los hombres eran hombres de fe
Salvador, al igual que el otro José Salvador Albarenga
eran hombres de fe
y ellos leían la Biblia todos los días
como una disciplina para mantenerse sanos mentalmente
y este hombre cantaba himnos para mantener la salud mental
así es que sí
pudo ser, sí
y serían casos de supervivencia extrema
en donde la voluntad
creo yo
supera la adversidad
buenas noches y que descansen
en paz