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La Ciudad de las Bestias, Capítulo 09 La gente de la neblina (1)

Capítulo 09 La gente de la neblina (1)

Capítulo 9

La gente de la neblina

Esa noche colgaron las hamacas entre los árboles y César Santos asignó los turnos, de dos horas cada uno, para montar guardia y mantener el fuego encendido. Después de la muerte del hombre víctima de la flecha y del accidente de Joel González, quedaban diez adultos y los dos chicos, porque Leblanc no contaba, para cubrir las ocho horas de oscuridad. Ludovic Leblanc se consideraba jefe de la expedición y como tal debía «mantenerse fresco»; sin una buena noche de sueño no se sentiría lúcido para tomar decisiones, argumentó. Los demás se alegraron, porque en realidad ninguno quería montar guardia con un hombre que se ponía nervioso a la vista de una ardilla. El primer turno, que normalmente era el más fácil, porque la gente aún estaba alerta y todavía no hacía mucho frío, fue asignado a la doctora Omayra Torres, un caboclo y Timothy Bruce, quien no se consolaba por lo ocurrido a su colega. Bruce y González habían trabajado juntos durante varios años y se estimaban como hermanos. El segundo turno correspondía a otro soldado, Alex y Kate Cold; el tercero a Matuwe, César Santos y su hija Nadia. El turno del amanecer fue entregado a dos soldados y Karakawe. Para todos fue difícil conciliar el sueño, porque a los gemidos del infortunado Joel González se sumaba un extraño y persistente olor, que parecía impregnar el bosque. Habían oído hablar de la fetidez que, según se aseguraba, era característica de la Bestia. César Santos explicó que probablemente estaban acampando cerca de una familia de iracas, una especie de comadreja de rostro muy dulce, pero con un olor parecido al de los zorrillos. Esa interpretación no tranquilizó a nadie.

—Estoy mareado y con náuseas —comentó Alex, pálido.

—Si el olor no te mata, te hará fuerte —dijo Kate, que era la única impasible ante la hediondez.

—¡Es espantoso!

—Digamos que es diferente. Los sentidos son subjetivos, Alexander. Lo que a ti te repugna, para otro puede ser atractivo. Tal vez la Bestia emite este olor como un canto de amor, para llamar a su pareja —dijo sonriendo su abuela.

—¡Puaj! Huele a cadáver de rata mezclado con orina de elefante, comida podrida y...

—Es decir, huele como tus calcetines —lo cortó su abuela.

Persistía en los expedicionarios la sensación de ser observados por cientos de ojos desde la espesura. Se sentían expuestos, iluminados como estaban por la tembleque claridad de la fogata y un par de lámparas de petróleo. La primera parte de la noche transcurrió sin mayores sobresaltos, hasta el turno de Alex, Kate y uno de los soldados. El chico pasó la primera hora mirando la noche y el reflejo del agua, cuidando el sueño de los demás. Pensaba en cuánto había cambiado en pocos días. Ahora podía pasar mucho tiempo quieto y en silencio, entretenido con sus propias ideas, sin necesidad de sus juegos de video, su bicicleta o la televisión, como antes. Descubrió que podía trasladarse a ese lugar íntimo de quietud y silencio que debía alcanzar cuando escalaba montañas. La primera lección de montañismo de su padre había sido que mientras estuviera tenso, ansioso o apurado, la mitad de su fuerza se dispersaba. Se requería calma para vencer a la montaña. Podía aplicar esa lección cuando escalaba, pero hasta ese momento de poco le había servido en otros aspectos de su vida. Se dio cuenta de que tenía muchas cosas en las cuales meditar, pero la imagen más recurrente era siempre su madre. Si ella moría... Siempre se detenía allí. Había decidido no ponerse en ese caso, porque era como llamar a la desgracia. Se concentraba, en cambio, en enviarle energía positiva; era su forma de ayudarla.

De súbito un ruido interrumpió sus pensamientos. Oyó con toda nitidez unos pasos de gigante aplastando los arbustos cercanos. Sintió un espasmo en el pecho, como si se ahogara. Por primera vez desde que perdiera los lentes en el recinto de Mauro Carías, los echó de menos, porque su visión era mucho peor de noche. Sosteniendo la pistola con ambas manos para dominar su temblor, tal como había visto en las películas, esperó sin saber qué hacer. Cuando percibió que la vegetación se movía muy cerca, como si hubiera un contingente de enemigos agazapados, lanzó un largo grito estremecedor, que sonó como sirena de naufragio y despertó a todo el mundo. En un instante su abuela estaba a su lado empuñando su rifle. Los dos se encontraron frente a frente con la cabezota de un animal que al principio no pudieron identificar. Era un cerdo salvaje, un gran jabalí. No se movieron, paralizados por la sorpresa, y eso los salvó, porque el animal, como Alex, tampoco veía bien en la oscuridad. Por suerte la brisa corría en dirección contraria, así es que no pudo olerlos. César Santos fue el primero en deslizarse con cautela de su hamaca y evaluar la situación, a pesar de la pésima visibilidad.

—Nadie se mueva... —ordenó casi en un susurro, para no atraer al jabalí.

Su carne es muy sabrosa y habría alcanzado para festejar durante varios días, pero no había luz para disparar y nadie se atrevió a empuñar un machete y arremeter contra tan peligroso animal. El cerdo se paseó tranquilo entre las hamacas, olisqueó las provisiones que colgaban de cordeles para salvarlas de ratas y hormigas y finalmente asomó la nariz en la carpa del profesor Ludovic Leblanc, quien estuvo a punto de sufrir un infarto del susto. No quedó más remedio que aguardar a que el pesado visitante se aburriera de recorrer el campamento y se fuera, pasando tan cerca de Alex, que éste hubiera podido estirar la mano y tocar su erizado pelaje. Después que se disipó la tensión y pudieron bromear, el muchacho se sintió como un histérico por haber gritado de esa manera, pero César Santos le aseguró que había hecho lo correcto. El guía repitió sus instrucciones en caso de alerta: agacharse y gritar primero, disparar después. No había terminado de decirlo cuando sonó un tiro: era Ludovic Leblanc disparando al aire diez minutos después que había pasado el peligro. Definitivamente el profesor era de gatillo ligero, como dijo Kate Cold.

En el tercer turno, cuando la noche estaba más fría y oscura, correspondió la vigilancia a César Santos, Nadia y uno de los soldados. El guía vaciló en despertar a su hija, quien dormía profundamente, abrazada a Borobá, pero adivinó que ella no le perdonaría si dejaba de hacerlo. La niña se despabiló el sueño con dos tragos de café negro bien azucarado y se abrigó lo mejor que pudo con un par de camisetas, su chaleco y la chaqueta de su padre. Alex había alcanzado a dormir sólo dos horas y estaba muy cansado, pero cuando vislumbró en la tenue luz de la fogata que Nadia se aprontaba para hacer su guardia, se levantó también, dispuesto a acompañarla.

—Yo estoy segura, no te preocupes. Tengo el talismán que me protege —susurró ella para tranquilizarlo.

—Vuelve a tu hamaca —le ordenó César Santos—. Todos necesitamos dormir, para eso se establecen los turnos.

Alex obedeció de mala gana, decidido a mantenerse despierto, pero a los pocos minutos lo venció el sueño. No pudo calcular cuánto había dormido, pero debió haber sido más de dos horas, porque cuando despertó, sobresaltado por el ruido a su alrededor, el turno de Nadia había terminado hacía rato. Apenas empezaba a aclarar, la bruma era lechosa y el frío intenso, pero ya todos estaban en pie. Flotaba en el aire un olor tan denso, que podía cortarse con cuchillo.

—¿Qué pasó? —preguntó rodando fuera de su hamaca, todavía aturdido de sueño.

—¡Nadie salga del campamento por ningún motivo! ¡Echen más palos en el fuego! —ordenó César Santos, quien se había atado un pañuelo en la cara y se encontraba con un rifle en una mano y una linterna en otra, examinando la temblorosa niebla gris que invadía el bosque al despuntar del alba. Kate, Nadia y Alex se apresuraron a alimentar la fogata con más leña, y aumentó un poco la claridad. Karakawe había dado la voz de alarma: uno de los caboclos que vigilaba con él había desaparecido. César Santos disparó dos veces al aire, llamándolo, pero como no hubo respuesta decidió ir con Timothy Bruce y dos soldados a recorrer los alrededores, dejando a los demás armados de pistolas en torno a la fogata. Todos debieron seguir el ejemplo del guía y amordazarse con pañuelos para poder respirar.

Pasaron unos minutos que se hicieron eternos, sin que nadie pronunciara ni una palabra. A esa hora normalmente comenzaban a despertar los monos en las copas de los árboles y sus gritos, que sonaban como ladridos de perros, anunciaban el día, sin embargo esa madrugada reinaba un silencio espeluznante. Los animales y hasta los pájaros habían escapado. De pronto sonó un balazo, seguido por la voz de César Santos y luego las exclamaciones de los otros hombres. Un minuto después llegó Timothy Bruce sin aliento: habían encontrado al caboclo.

El hombre estaba tirado de bruces entre unos helechos. La cabeza, sin embargo, estaba de frente, como si una mano poderosa la hubiera girado en noventa grados hacia la espalda, partiendo los huesos del cuello. Tenía los ojos abiertos y una expresión de absoluto terror deformaba su rostro. Al volverlo vieron que el torso y el vientre habían sido destrozados con tajos profundos. Había centenares de extraños insectos, garrapatas y pequeños escarabajos sobre el cuerpo. La doctora Omayra Torres confirmó lo evidente: estaba muerto. Timothy Bruce corrió a buscar su cámara para dejar testimonio de lo ocurrido, mientras César Santos recogió algunos de los insectos y los puso en una bolsita de plástico para llevárselos al padre Valdomero en Santa María de la Lluvia, quien sabía de entomología y coleccionaba especies de la región. En ese lugar la fetidez era mucho peor y necesitaron un gran esfuerzo de voluntad para no salir escapando.

César Santos dio instrucciones a uno de los soldados para que regresara a vigilar a Joel González, quien había quedado solo en el campamento, y a Karakawe y otro soldado para que revisaran las cercanías. Matuwe, el guía indio, observaba el cadáver profundamente alterado; se había vuelto gris, como si estuviera en presencia de un fantasma. Nadia se abrazó a su padre y ocultó la cara en su pecho para no ver el siniestro espectáculo.

—¡La Bestia! —exclamó Matuwe.

—Nada de Bestia, hombre, esto lo hicieron los indios —le refutó el profesor Leblanc, pálido de la impresión, con un pañuelo impregnado en agua de colonia en una mano tembleque y una pistola en la otra.

En ese instante Leblanc retrocedió, tropezó y cayó sentado en el barro. Lanzó una maldición y quiso ponerse de pie, pero cada movimiento que hacia resbalaba más y más, revolcándose en una materia oscura, blanda y con grumos. Por el espantoso olor supieron que no era lodo, sino un charco enorme de excremento: el célebre antropólogo quedó literalmente cubierto de caca de pies a cabeza. César Santos y Timothy Bruce le pasaron una rama para jalarlo y ayudarlo a salir, luego lo acompañaron al río a prudente distancia para no tocarlo. Leblanc no tuvo más remedio que remojarse por un buen rato, tiritando de humillación, de frío, de miedo y de ira. Karakawe, su ayudante personal, se negó rotundamente a jabonarlo o a lavarle la ropa y, a pesar de las trágicas circunstancias, los demás debieron contenerse para no estallar en carcajadas de puros nervios. En la mente de todos había el mismo pensamiento: el ser que produjo esa deposición debía ser del tamaño de un elefante.

—Estoy casi segura que la criatura que hizo esto tiene una dieta mixta; vegetales, frutas y algo de carne cruda —dijo la doctora, quien se había atado un pañuelo en torno a la nariz y la boca, mientras observaba un poco de aquella materia bajo su lupa.

Entretanto Kate Cold estaba a gatas examinando el suelo y la vegetación, imitada por su nieto.

Capítulo 09 La gente de la neblina (1) Kapitel 09 Das Volk des Nebels (1) Chapter 09 The people of the mist (1) Chapitre 09 Le peuple de la brume (1) Hoofdstuk 09 De mensen van de mist (1) Capítulo 09 O povo da névoa (1)

Capítulo 9

La gente de la neblina Le peuple de la brume

Esa noche colgaron las hamacas entre los árboles y César Santos asignó los turnos, de dos horas cada uno, para montar guardia y mantener el fuego encendido. Después de la muerte del hombre víctima de la flecha y del accidente de Joel González, quedaban diez adultos y los dos chicos, porque Leblanc no contaba, para cubrir las ocho horas de oscuridad. Ludovic Leblanc se consideraba jefe de la expedición y como tal debía «mantenerse fresco»; sin una buena noche de sueño no se sentiría lúcido para tomar decisiones, argumentó. Los demás se alegraron, porque en realidad ninguno quería montar guardia con un hombre que se ponía nervioso a la vista de una ardilla. Les autres étaient contents, car aucun d'entre eux n'avait envie de monter la garde devant un homme qui s'énerverait à la vue d'un écureuil. El primer turno, que normalmente era el más fácil, porque la gente aún estaba alerta y todavía no hacía mucho frío, fue asignado a la doctora Omayra Torres, un caboclo y Timothy Bruce, quien no se consolaba por lo ocurrido a su colega. La première garde, qui est normalement la plus facile, car les gens sont encore alertes et il ne fait pas encore très froid, a été confiée au Dr Omayra Torres, un caboclo, et à Timothy Bruce, qui n'a pas été consolé par ce qui est arrivé à son collègue. Bruce y González habían trabajado juntos durante varios años y se estimaban como hermanos. El segundo turno correspondía a otro soldado, Alex y Kate Cold; el tercero a Matuwe, César Santos y su hija Nadia. El turno del amanecer fue entregado a dos soldados y Karakawe. Para todos fue difícil conciliar el sueño, porque a los gemidos del infortunado Joel González se sumaba un extraño y persistente olor, que parecía impregnar el bosque. It was difficult for everyone to fall asleep, because a strange and persistent smell was added to the moans of the unfortunate Joel González, which seemed to permeate the forest. Habían oído hablar de la fetidez que, según se aseguraba, era característica de la Bestia. Ils avaient entendu parler de l'odeur nauséabonde qui caractérisait la Bête. César Santos explicó que probablemente estaban acampando cerca de una familia de iracas, una especie de comadreja de rostro muy dulce, pero con un olor parecido al de los zorrillos. César Santos explique qu'ils campent probablement près d'une famille d'iracas, une sorte de belette au visage très doux, mais dont l'odeur ressemble à celle des moufettes. Esa interpretación no tranquilizó a nadie.

—Estoy mareado y con náuseas —comentó Alex, pálido. -J'ai des vertiges et des nausées", dit Alex, pâle.

—Si el olor no te mata, te hará fuerte —dijo Kate, que era la única impasible ante la hediondez. -Si l'odeur ne vous tue pas, elle vous rendra plus fort", a déclaré Kate, qui était la seule à ne pas être affectée par la puanteur.

—¡Es espantoso! -C'est épouvantable !

—Digamos que es diferente. Los sentidos son subjetivos, Alexander. Lo que a ti te repugna, para otro puede ser atractivo. Tal vez la Bestia emite este olor como un canto de amor, para llamar a su pareja —dijo sonriendo su abuela.

—¡Puaj! Huele a cadáver de rata mezclado con orina de elefante, comida podrida y... Il sent les carcasses de rats mélangées à l'urine d'éléphant, la nourriture en décomposition et...

—Es decir, huele como tus calcetines —lo cortó su abuela. Je veux dire que ça sent tes chaussettes", lui coupe sa grand-mère.

Persistía en los expedicionarios la sensación de ser observados por cientos de ojos desde la espesura. Les membres de l'expédition ont toujours l'impression d'être observés par des centaines d'yeux depuis le fourré. Se sentían expuestos, iluminados como estaban por la tembleque claridad de la fogata y un par de lámparas de petróleo. They felt exposed, illuminated as they were by the faint glow of the campfire and a couple of oil lamps. Ils se sentaient à découvert, éclairés par la faible lueur du feu de camp et de quelques lampes à huile. La primera parte de la noche transcurrió sin mayores sobresaltos, hasta el turno de Alex, Kate y uno de los soldados. La première partie de la soirée se déroule sans encombre, jusqu'à ce que ce soit le tour d'Alex, de Kate et de l'un des soldats. El chico pasó la primera hora mirando la noche y el reflejo del agua, cuidando el sueño de los demás. The boy spent the first hour watching the night and the reflection of the water, watching the sleep of the others. Pensaba en cuánto había cambiado en pocos días. Ahora podía pasar mucho tiempo quieto y en silencio, entretenido con sus propias ideas, sin necesidad de sus juegos de video, su bicicleta o la televisión, como antes. Descubrió que podía trasladarse a ese lugar íntimo de quietud y silencio que debía alcanzar cuando escalaba montañas. He discovered that he could move to that intimate place of stillness and silence that he had to reach when climbing mountains. Il a découvert qu'il pouvait accéder à ce lieu intime de calme et de silence qu'il devait atteindre lorsqu'il escaladait des montagnes. La primera lección de montañismo de su padre había sido que mientras estuviera tenso, ansioso o apurado, la mitad de su fuerza se dispersaba. His father's first mountaineering lesson had been that as long as he was tense, anxious or in a hurry, half of his strength was dispersed. La première leçon de son père en matière d'alpinisme avait été que tant qu'il était tendu, anxieux ou pressé, la moitié de sa force était dispersée. Se requería calma para vencer a la montaña. Podía aplicar esa lección cuando escalaba, pero hasta ese momento de poco le había servido en otros aspectos de su vida. Se dio cuenta de que tenía muchas cosas en las cuales meditar, pero la imagen más recurrente era siempre su madre. Si ella moría... Siempre se detenía allí. If she died... She always stopped there. Había decidido no ponerse en ese caso, porque era como llamar a la desgracia. He had decided not to put himself in that case, because it was like calling in misfortune. Il avait décidé de ne pas se mettre dans ce cas, car c'était comme appeler le malheur. Se concentraba, en cambio, en enviarle energía positiva; era su forma de ayudarla.

De súbito un ruido interrumpió sus pensamientos. Oyó con toda nitidez unos pasos de gigante aplastando los arbustos cercanos. He distinctly heard giant footsteps crushing the nearby bushes. Sintió un espasmo en el pecho, como si se ahogara. He felt a spasm in his chest, as if he were drowning. Il sentit un spasme dans sa poitrine, comme s'il s'étouffait. Por primera vez desde que perdiera los lentes en el recinto de Mauro Carías, los echó de menos, porque su visión era mucho peor de noche. Pour la première fois depuis qu'il a perdu ses lunettes dans l'enceinte de Mauro Carías, elles lui manquent, car sa vision est bien moins bonne la nuit. Sosteniendo la pistola con ambas manos para dominar su temblor, tal como había visto en las películas, esperó sin saber qué hacer. Cuando percibió que la vegetación se movía muy cerca, como si hubiera un contingente de enemigos agazapados, lanzó un largo grito estremecedor, que sonó como sirena de naufragio y despertó a todo el mundo. When he perceived that the vegetation was moving very close, as if there were a contingent of crouching enemies, he let out a long shuddering cry, which sounded like a shipwreck siren and woke everyone up. Lorsqu'il sentit la végétation se rapprocher, comme si un contingent d'ennemis était accroupi, il poussa un long cri tremblant, qui fit l'effet d'une sirène de naufrage et réveilla tout le monde. En un instante su abuela estaba a su lado empuñando su rifle. Los dos se encontraron frente a frente con la cabezota de un animal que al principio no pudieron identificar. The two found themselves face to face with the head of an animal they could not at first identify. Les deux hommes se sont retrouvés face à la tête d'un animal qu'ils n'ont pas pu identifier de prime abord. Era un cerdo salvaje, un gran jabalí. C'était un cochon sauvage, un gros sanglier. No se movieron, paralizados por la sorpresa, y eso los salvó, porque el animal, como Alex, tampoco veía bien en la oscuridad. Por suerte la brisa corría en dirección contraria, así es que no pudo olerlos. César Santos fue el primero en deslizarse con cautela de su hamaca y evaluar la situación, a pesar de la pésima visibilidad. César Santos est le premier à se glisser prudemment hors de son hamac et à évaluer la situation, malgré la mauvaise visibilité.

—Nadie se mueva... —ordenó casi en un susurro, para no atraer al jabalí.

Su carne es muy sabrosa y habría alcanzado para festejar durante varios días, pero no había luz para disparar y nadie se atrevió a empuñar un machete y arremeter contra tan peligroso animal. Its meat is very tasty and would have been enough to feast for several days, but there was no light to shoot and no one dared to wield a machete and attack such a dangerous animal. Sa viande est très savoureuse et aurait suffi à un festin de plusieurs jours, mais il n'y avait pas de lumière pour tirer et personne n'a osé prendre une machette pour s'attaquer à un animal aussi dangereux. El cerdo se paseó tranquilo entre las hamacas, olisqueó las provisiones que colgaban de cordeles para salvarlas de ratas y hormigas y finalmente asomó la nariz en la carpa del profesor Ludovic Leblanc, quien estuvo a punto de sufrir un infarto del susto. The pig wandered calmly among the hammocks, sniffed the provisions hanging from ropes to save them from rats and ants and finally poked its nose into the tent of Professor Ludovic Leblanc, who was on the verge of a heart attack from fright. Le cochon s'est promené tranquillement parmi les hamacs, a reniflé les provisions suspendues à des cordes pour les protéger des rats et des fourmis et a finalement mis son nez dans la tente du professeur Ludovic Leblanc, qui a failli avoir une crise cardiaque de peur. No quedó más remedio que aguardar a que el pesado visitante se aburriera de recorrer el campamento y se fuera, pasando tan cerca de Alex, que éste hubiera podido estirar la mano y tocar su erizado pelaje. There was no choice but to wait for the heavy visitor to get bored of touring the camp and leave, passing so close to Alex that he would have been able to reach out and touch his bristly fur. Il n'avait d'autre choix que d'attendre que le lourd visiteur se lasse de faire le tour du camp et s'en aille, passant si près d'Alex qu'il aurait pu tendre la main et toucher sa fourrure hérissée. Después que se disipó la tensión y pudieron bromear, el muchacho se sintió como un histérico por haber gritado de esa manera, pero César Santos le aseguró que había hecho lo correcto. El guía repitió sus instrucciones en caso de alerta: agacharse y gritar primero, disparar después. The guide repeated his instructions in case of alert: crouch and shout first, then shoot. Le guide répète ses consignes en cas d'alerte : s'accroupir et crier d'abord, tirer ensuite. No había terminado de decirlo cuando sonó un tiro: era Ludovic Leblanc disparando al aire diez minutos después que había pasado el peligro. Definitivamente el profesor era de gatillo ligero, como dijo Kate Cold. The professor was definitely trigger-happy, as Kate Cold said. Le professeur avait la gâchette facile, comme l'a dit Kate Cold.

En el tercer turno, cuando la noche estaba más fría y oscura, correspondió la vigilancia a César Santos, Nadia y uno de los soldados. Lors de la troisième équipe, alors que la nuit est de plus en plus froide et sombre, César Santos, Nadia et l'un des soldats prennent en charge la surveillance. El guía vaciló en despertar a su hija, quien dormía profundamente, abrazada a Borobá, pero adivinó que ella no le perdonaría si dejaba de hacerlo. The guide hesitated to wake his daughter, who was sleeping soundly, hugging Borobá, but he guessed that she would not forgive him if he stopped. La niña se despabiló el sueño con dos tragos de café negro bien azucarado y se abrigó lo mejor que pudo con un par de camisetas, su chaleco y la chaqueta de su padre. The girl woke herself from sleep with two gulps of well-sweetened black coffee and bundled up as best she could with a couple of T-shirts, her vest and her father's jacket. La jeune fille se réveille avec deux gorgées de café noir avec du sucre et s'emmitoufle du mieux qu'elle peut avec quelques T-shirts, son gilet et la veste de son père. Alex había alcanzado a dormir sólo dos horas y estaba muy cansado, pero cuando vislumbró en la tenue luz de la fogata que Nadia se aprontaba para hacer su guardia, se levantó también, dispuesto a acompañarla. Alex had only slept for two hours and was very tired, but when he glimpsed in the dim light of the campfire that Nadia was getting ready to stand guard, he got up too, ready to accompany her. Alex n'a dormi que deux heures et est très fatigué, mais lorsqu'il aperçoit dans la faible lumière du feu de camp que Nadia s'apprête à monter la garde, il se lève aussi, prêt à la rejoindre.

—Yo estoy segura, no te preocupes. Tengo el talismán que me protege —susurró ella para tranquilizarlo.

—Vuelve a tu hamaca —le ordenó César Santos—. Todos necesitamos dormir, para eso se establecen los turnos.

Alex obedeció de mala gana, decidido a mantenerse despierto, pero a los pocos minutos lo venció el sueño. No pudo calcular cuánto había dormido, pero debió haber sido más de dos horas, porque cuando despertó, sobresaltado por el ruido a su alrededor, el turno de Nadia había terminado hacía rato. He could not estimate how long he had slept, but it must have been more than two hours, because when he awoke, startled by the noise around him, Nadia's shift had long since ended. Apenas empezaba a aclarar, la bruma era lechosa y el frío intenso, pero ya todos estaban en pie. It was just beginning to clear, the mist was milky and the cold was intense, but everyone was already on their feet. Le jour commence à peine à poindre, la brume est laiteuse et le froid intense, mais tout le monde est déjà debout. Flotaba en el aire un olor tan denso, que podía cortarse con cuchillo.

—¿Qué pasó? —preguntó rodando fuera de su hamaca, todavía aturdido de sueño. -he asked, rolling out of his hammock, still groggy from sleep.

—¡Nadie salga del campamento por ningún motivo! -Personne ne quitte le camp pour quelque raison que ce soit ! ¡Echen más palos en el fuego! Mettez plus de bâtons dans le feu ! —ordenó César Santos, quien se había atado un pañuelo en la cara y se encontraba con un rifle en una mano y una linterna en otra, examinando la temblorosa niebla gris que invadía el bosque al despuntar del alba. -Cesar Santos ordered, who had tied a handkerchief over his face and stood with a rifle in one hand and a flashlight in the other, examining the shivering gray mist that invaded the forest at dawn. -ordonna César Santos, qui avait noué un mouchoir sur son visage et se tenait debout, fusil dans une main et torche dans l'autre, scrutant la brume grise et frissonnante qui envahissait la forêt à l'aube. Kate, Nadia y Alex se apresuraron a alimentar la fogata con más leña, y aumentó un poco la claridad. Karakawe había dado la voz de alarma: uno de los caboclos que vigilaba con él había desaparecido. Karakawe avait donné l'alerte : l'un des caboclos qui montait la garde avec lui avait disparu. César Santos disparó dos veces al aire, llamándolo, pero como no hubo respuesta decidió ir con Timothy Bruce y dos soldados a recorrer los alrededores, dejando a los demás armados de pistolas en torno a la fogata. Todos debieron seguir el ejemplo del guía y amordazarse con pañuelos para poder respirar. Everyone had to follow the guide's example and gag themselves with handkerchiefs in order to breathe. Tout le monde a dû suivre l'exemple du guide et se bâillonner avec des mouchoirs pour pouvoir respirer.

Pasaron unos minutos que se hicieron eternos, sin que nadie pronunciara ni una palabra. A esa hora normalmente comenzaban a despertar los monos en las copas de los árboles y sus gritos, que sonaban como ladridos de perros, anunciaban el día, sin embargo esa madrugada reinaba un silencio espeluznante. At that hour the monkeys in the treetops normally began to wake up and their cries, which sounded like barking dogs, announced the day, but that morning an eerie silence reigned. À cette heure-là, les singes de la cime des arbres commencent normalement à se réveiller et leurs cris, qui ressemblent à des aboiements de chiens, annoncent le jour, mais aux premières heures de la matinée, il règne un silence inquiétant. Los animales y hasta los pájaros habían escapado. De pronto sonó un balazo, seguido por la voz de César Santos y luego las exclamaciones de los otros hombres. Suddenly a shot rang out, followed by the voice of César Santos and then the exclamations of the other men. Un minuto después llegó Timothy Bruce sin aliento: habían encontrado al caboclo. Une minute plus tard, Timothy Bruce arrive essoufflé : ils ont trouvé le caboclo.

El hombre estaba tirado de bruces entre unos helechos. The man was lying on his face among some ferns. L'homme est allongé sur le visage parmi les fougères. La cabeza, sin embargo, estaba de frente, como si una mano poderosa la hubiera girado en noventa grados hacia la espalda, partiendo los huesos del cuello. La tête, cependant, était tournée vers l'avant, comme si une main puissante l'avait fait pivoter de quatre-vingt-dix degrés vers l'arrière, brisant les os du cou. Tenía los ojos abiertos y una expresión de absoluto terror deformaba su rostro. His eyes were wide open and an expression of absolute terror deformed his face. Al volverlo vieron que el torso y el vientre habían sido destrozados con tajos profundos. When they turned him over, they saw that his torso and belly had been shattered with deep gashes. Lorsqu'ils l'ont retourné, ils ont vu que son torse et son ventre avaient été tailladés de profondes entailles. Había centenares de extraños insectos, garrapatas y pequeños escarabajos sobre el cuerpo. There were hundreds of strange insects, ticks and small beetles on the body. Des centaines d'insectes étranges, de tiques et de petits coléoptères étaient présents sur le corps. La doctora Omayra Torres confirmó lo evidente: estaba muerto. Timothy Bruce corrió a buscar su cámara para dejar testimonio de lo ocurrido, mientras César Santos recogió algunos de los insectos y los puso en una bolsita de plástico para llevárselos al padre Valdomero en Santa María de la Lluvia, quien sabía de entomología y coleccionaba especies de la región. Timothy Bruce ran to get his camera to record what happened, while César Santos collected some of the insects and put them in a plastic bag to take them to Father Valdomero in Santa María de la Lluvia, who knew about entomology and collected species from the region. Timothy Bruce a couru chercher son appareil photo pour enregistrer ce qui s'était passé, tandis que César Santos a ramassé quelques insectes et les a mis dans un sac en plastique pour les apporter au père Valdomero à Santa María de la Lluvia, qui s'y connaissait en entomologie et collectionnait les espèces de la région. En ese lugar la fetidez era mucho peor y necesitaron un gran esfuerzo de voluntad para no salir escapando. In that place, the stench was much worse and it took a great effort of willpower not to run away. La puanteur qui y régnait était bien pire et il fallait un grand effort de volonté pour ne pas s'enfuir.

César Santos dio instrucciones a uno de los soldados para que regresara a vigilar a Joel González, quien había quedado solo en el campamento, y a Karakawe y otro soldado para que revisaran las cercanías. Matuwe, el guía indio, observaba el cadáver profundamente alterado; se había vuelto gris, como si estuviera en presencia de un fantasma. Matuwe, the Indian guide, looked at the corpse deeply disturbed; it had turned gray, as if he were in the presence of a ghost. Nadia se abrazó a su padre y ocultó la cara en su pecho para no ver el siniestro espectáculo.

—¡La Bestia! —exclamó Matuwe.

—Nada de Bestia, hombre, esto lo hicieron los indios —le refutó el profesor Leblanc, pálido de la impresión, con un pañuelo impregnado en agua de colonia en una mano tembleque y una pistola en la otra. -No Beast, man, the Indians did this," Professor Leblanc refuted him, pale with shock, with a handkerchief soaked in eau de cologne in one trembling hand and a pistol in the other. -Pas de bête, mec, ce sont les Indiens qui ont fait ça", répond le professeur Leblanc, pâle de stupeur, un mouchoir imbibé d'eau de Cologne dans une main tremblante et un pistolet dans l'autre.

En ese instante Leblanc retrocedió, tropezó y cayó sentado en el barro. At that instant Leblanc recoiled, stumbled and fell sitting down in the mud. A cet instant, Leblanc recula, trébucha et tomba assis dans la boue. Lanzó una maldición y quiso ponerse de pie, pero cada movimiento que hacia resbalaba más y más, revolcándose en una materia oscura, blanda y con grumos. He uttered a curse and wanted to stand up, but every movement he made he slipped more and more, wallowing in dark, mushy, lumpy matter. Il poussa un juron et tenta de se relever, mais à chaque mouvement, il glissait de plus en plus, se vautrant dans une matière sombre, pâteuse et grumeleuse. Por el espantoso olor supieron que no era lodo, sino un charco enorme de excremento: el célebre antropólogo quedó literalmente cubierto de caca de pies a cabeza. From the dreadful smell they knew it was not mud, but a huge puddle of excrement: the famous anthropologist was literally covered in poop from head to toe. À l'odeur épouvantable, ils savent qu'il ne s'agit pas de boue, mais d'une énorme flaque d'excréments : le célèbre anthropologue est littéralement couvert de caca de la tête aux pieds. César Santos y Timothy Bruce le pasaron una rama para jalarlo y ayudarlo a salir, luego lo acompañaron al río a prudente distancia para no tocarlo. César Santos and Timothy Bruce passed him a branch to pull him out, then accompanied him to the river at a safe distance so as not to touch him. César Santos et Timothy Bruce lui ont passé une branche pour le sortir de là, puis l'ont escorté jusqu'à la rivière à bonne distance pour ne pas le toucher. Leblanc no tuvo más remedio que remojarse por un buen rato, tiritando de humillación, de frío, de miedo y de ira. Leblanc had no choice but to soak for a long time, shivering with humiliation, cold, fear and anger. Leblanc n'a pas eu d'autre choix que de tremper longuement, tremblant d'humiliation, de froid, de peur et de colère. Karakawe, su ayudante personal, se negó rotundamente a jabonarlo o a lavarle la ropa y, a pesar de las trágicas circunstancias, los demás debieron contenerse para no estallar en carcajadas de puros nervios. Karakawe, his personal assistant, flatly refused to soap him or wash his clothes and, despite the tragic circumstances, the others had to restrain themselves from bursting out laughing out of sheer nervousness. En la mente de todos había el mismo pensamiento: el ser que produjo esa deposición debía ser del tamaño de un elefante. Dans l'esprit de tous, la même pensée : l'être qui a produit ce dépôt devait avoir la taille d'un éléphant.

—Estoy casi segura que la criatura que hizo esto tiene una dieta mixta; vegetales, frutas y algo de carne cruda —dijo la doctora, quien se había atado un pañuelo en torno a la nariz y la boca, mientras observaba un poco de aquella materia bajo su lupa. -I'm pretty sure the creature that did this has a mixed diet; vegetables, fruits and some raw meat," said the doctor, who had tied a handkerchief around her nose and mouth as she peered at some of the matter under her magnifying glass.

Entretanto Kate Cold estaba a gatas examinando el suelo y la vegetación, imitada por su nieto. Meanwhile Kate Cold was on all fours examining the ground and vegetation, mimicked by her grandson. Pendant ce temps, Kate Cold examine à quatre pattes le sol et la végétation, imitée par son petit-fils.