×

Utilizziamo i cookies per contribuire a migliorare LingQ. Visitando il sito, acconsenti alla nostra politica dei cookie.


image

El señor de las moscas William Goulding (Lord of the Flies), 8. Ofrenda a las tinieblas (2)

8. Ofrenda a las tinieblas (2)

Los pequeños, que desde la primera catástrofe habían visto muy pocas hogueras, se excitaron, saltando de alegría. Bailaron, cantaron y la reunión cobró un aire de fiesta.

Ralph dio al fin por terminado el trabajo y se levantó, enjugándose el sudor de la cara con un sucio brazo.

–Tiene que ser una hoguera mas pequeña. Esta es demasiado grande para poder mantenerla viva.

Piggy se sentó con cuidado en la arena y se dispuso a limpiar su lente. – ¿Por qué no hacemos un experimento? Podíamos intentar hacer una hoguera pequeña con un fuego muy fuerte, y luego le echamos ramas verdes para que salga humo. Seguro que algunas hojas son mejores que otras para el humo.

Al apagarse la hoguera, se apagó con ella la excitación de los muchachos. Los pequeños abandonaron su baile y su canto y se alejaron hacia el mar, o a los frutales, o a los refugios.

Ralph se dejó caer sobre la arena.

–Tendremos que hacer una nueva lista para ver quién se ocupa del fuego.

–Si es que encuentras a alguien.

Miró en torno suyo. Advirtió entonces por vez primera qué pocos eran en realidad los chicos mayores y comprendió por qué había resultado tan arduo el trabajo. – ¿Dónde está Maurice? Piggy volvió a frotar su lente.

–Supongo que… no, no se metería solo en el bosque, ¿verdad?

Ralph se puso en pie de un salto, corrió alrededor de la hoguera y se detuvo junto a Piggy, apartándose la melena con las manos. – ¡Pero es que necesitamos una lista! Estamos tú y yo y Samyeric y…

Con voz normal, pero sin atreverse a mirar a Piggy, preguntó: – ¿Dónde están Bill y Roger?

Piggy se agachó y arrojó un trozo de leña al fuego.

–Supongo que se han ido. Supongo que ellos tampoco van a jugar con nosotros.

Ralph volvió a sentarse y se entretuvo abriendo con los dedos orificios en la arena. Se sorprendió al ver una gota de sangre junto a uno de ellos. Se miró con atención la uña mordida y vio otra gota de sangre que se formaba sobre la piel desgarrada.

Siguió hablando Piggy.

–Les vi salir a escondidas cuando estábamos recogiendo leña. Se fueron por allá, por el mismo camino que tomó él.

Ralph acabó su examen y alzó los ojos. El cielo parecía distinto aquel día, como en atención a los grandes cambios Ocurridos entre ellos, y estaba tan brumoso que en algunas partes el cálido aire parecía blanco. El disco del sol era de un plata plomizo, con lo que parecía más cercano y menos ardiente, y, sin embargo, el aire sofocaba.

–Siempre nos han estado creando problemas, ¿verdad?

Aquella voz le llegaba desde muy cerca, desde su hombro, y parecía inquieta.

–No les necesitamos. Estaremos más contentos ahora, ¿a que sí?

Ralph se sentó. Llegaron los mellizos con un gran tronco a rastras y sonriendo triunfalmente. Soltaron el tronco sobre los rescoldos y una lluvia de chispas salpicó el aire.

–Nos las arreglaremos por nuestra cuenta, ¿verdad?

Durante largo rato, mientras el tronco se secaba, prendía y ardía, Ralph permaneció sentado en la arena sin decir nada. No vio a Piggy acercarse a los mellizos y murmurarles algo; ni vio tampoco a los tres muchachos adentrarse en el bosque.

–Aquí tienes.

Se sobresaltó. A su lado se encontraban Piggy y los mellizos con las manos cargadas de fruta.

–Pensé que no sería mala idea – dijo Piggy – tener un festín o algo por el estilo.

Los tres muchachos se sentaron. Habían traído gran cantidad de fruta, toda ella madura. Cuando Ralph empezó a comer le sonrieron.

–Gracias – dijo. Después, acentuando la agradable sorpresa, repitió: – ¡Gracias!

–Nos las arreglaremos muy bien por nuestra cuenta – dijo Piggy -. Los que crean problemas en esta isla son ellos, que no tienen ni pizca de sentido común. Haremos una hoguera pequeña, que arda bien…

Ralph recordó lo que le había estado preocupando. – ¿Dónde está Simón?

–No sé.

–No se habrá ido a la montaña, ¿verdad?

Piggy prorrumpió en estrepitosa risa y tomó más fruta.

–A lo mejor – se tragó el bocado -. Está como una cabra.

Simón había atravesado la zona de los frutales, pero aquel día los pequeños andaban demasiado ocupados con la hoguera de la playa para correr tras él. Continuó su camino entre las lianas hasta alcanzar la gran estera tejida junto al claro y, a gatas, penetró en ella.

Al otro lado de la pantalla de hojas, el sol vertía sus rayos y en el centro del espacio libre las mariposas seguían su interminable danza. Se arrodilló y le alcanzaron las flechas del sol. La vez anterior el aire parecía simplemente vibrar de calor; pero ahora le amenazaba. No tardó en caerle el sudor por su larga melena lacia. Se movió de un lado a otro, pero no había manera de evitar el sol. Al rato sintió sed; después una sed enorme.

Permaneció sentado.

En la playa, en una parte alejada, Jack se encontraba frente a un pequeño grupo de muchachos. Parecía radiante de felicidad.

–A cazar – dijo. Examinó a todos detenidamente. Portaban los restos andrajosos de una gorra negra, y, en tiempo lejanísimo, aquellos muchachos habían formado en dos filas ceremoniosas para entonar con sus voces el canto de los ángeles.

–Nos dedicaremos a cazar y yo seré el jefe. Asintieron, y la crisis pasó imperceptiblemente.

–Y ahora… en cuanto a esa fiera… Se agitaron; todas las miradas se volvieron hacia el bosque.

–Os voy a decir una cosa. No vamos a hacer caso de esa fiera.

Les dirigió un ademán afirmativo con la cabeza:

–Nos vamos a olvidar de la fiera. – ¡Eso es! – ¡Eso! – ¡Vamos a olvidarla!

Si Jack sintió asombro ante aquel fervor, no lo demostró.

–Y otra cosa. Aquí ya no tendremos tantas pesadillas. Estamos casi al final de la isla.

Desde lo más profundo de sus atormentados espíritus, asintieron apasionadamente.

–Y ahora, escuchad. Podemos acercarnos luego al peñón del castillo, pero ahora voy a apartar de la caracola y de todas esas historias a otro de los mayores. Luego mataremos un cerdo y podremos darnos una comilona.

Hizo un silencio y después continuó con voz más pausada:

–Y en cuanto a la fiera, cuando matemos algo le dejaremos un trozo a ella. Así a lo mejor no nos molesta. Bruscamente se puso en pie.

–Ahora, al bosque, a cazar.

Dio media vuelta y salió a paso rápido; segundos después todos le seguían dócilmente.

Una vez en el bosque, se dispersaron con cierto recelo. Pronto se topó Jack con unas raíces sueltas, arrancadas, que anunciaban la presencia de un cerdo, y momentos después encontraban huellas más recientes. Jack mandó callar a los muchachos con una seña y se adelantó él solo. Se sentía feliz; vestía la húmeda oscuridad del bosque como si fuesen sus antiguas prendas. Se deslizó por una cuesta hasta llegar a una zona de roca y árboles diseminados al borde del mar.

Los cerdos, como hinchadas bolsas de tocino, disfrutaban sensualmente la sombra de los árboles. No soplaba ni la más ligera brisa y nada pudieron sospechar; además, la experiencia había prestado a Jack el silencio mismo de las sombras. Se apartó sigilosamente del lugar y dio instrucciones a los ocultos cazadores. Después fueron acercándose todos, palmo a palmo, sudando en el silencio y el calor. Bajo los árboles se movió distraídamente una oreja: algo apartada de los demás, sumergida en arrobo maternal, descansaba la hembra más grande de la manada. Era negra y rosada; un hilera de cochinillos que dormitaban o se apretujaban contra la madre y gruñían, orlaban sus enormes ubres.

Jack se detuvo a una quincena de metros de la manada y con su brazo extendido señaló a la hembra. Miró a su alrededor para cerciorarse de que todos habían comprendido, y los muchachos asintieron con la cabeza. La fila de brazos derechos giró en arco hacia atrás. – ¡Ahora!

La manada se sobresaltó; desde una distancia de diez metros escasos, las lanzas de maderas con puntas endurecidas al fuego volaron hacia el animal elegido. Uno de los cochinillos, con alaridos enloquecidos, corrió a lanzarse al mar arrastrando tras sí la lanza de Roger. La cerda lanzó un angustiado chillido y se levantó tambaleándose, con dos lanzas clavadas en su grueso flanco. Los muchachos avanzaron gritando; los cochinillos se dispersaron y la hembra, rompiendo la fila que venía hacia ella, aplastó los obstáculos y penetró en el bosque. – ¡A por ella!

Corrieron por la trocha, pero el bosque estaba demasiado oscuro y cerrado, y Jack, maldiciendo, tuvo que detener a los muchachos y conformarse con escudriñar entre los árboles. Permaneció en silencio por algún tiempo, pero respiraba con tanta energía que los demás se sintieron atemorizados y se miraron con intranquilo asombro. Por fin apuntó al suelo con un dedo extendido.

–Ahí…

Antes de que los demás tuviesen tiempo de examinar la gota de sangre, Jack ya se había vuelto para rastrear una huella y tantear una rama que cedía al tacto. Avanzó, con misteriosa certeza y seguridad, seguido por los cazadores.

Se detuvo ante un matorral.

–Ahí dentro.

Rodearon el matorral, pero la cerda volvió a escapar, con la punzada de una nueva lanza en su flanco. Los extremos de las lanzas, arrastrándose por el suelo, estorbaban los movimientos del animal y las afiladas puntas, cortadas en cruz, eran un tormento. Al tropezar con un árbol, una de las lanzas se hundió aún más; cualquiera de los cazadores podía ya seguir fácilmente las gotas de sangre viva. La tarde, brumosa, húmeda y asfixiante, pasaba lentamente; sangrante y enloquecida, la cerda avanzaba con creciente dificultad, y los cazadores la perseguían, unidos a ella por el deseo, excitados por la larga persecución y la sangre derramada. Podían verla ahora y estuvieron a punto de alcanzarla, pero con un esfuerzo supremo logró de nuevo distanciarse de ellos. Estaba ya a su alcance cuando penetró en un claro donde brillaban las flores multicolores y las mariposas bailaban en círculos en el aire cálido y pesado.

Allí, abatido por el calor, el animal se desplomó y los cazadores se arrojaron sobre la presa. Enloqueció ante aquella espantosa irrupción de un mundo desconocido; gruñía y embestía; el aire se llenó de sudor, de ruido, de sangre y de terror. Roger corría alrededor de aquel montón, y en cuanto asomaba la piel de la cerda clavaba en ella su lanza. Jack, encima del animal, lo apuñalaba con el cuchillo. Roger halló un punto de apoyo para su lanza y la fue hundiendo hasta que todo su cuerpo pesaba sobre ella. La punta del arma se hundía lentamente y los gruñidos aterrorizados se convirtieron en un alarido ensordecedor. En ese momento, Jack encontró la garganta del animal y la sangre caliente saltó en borbotones sobre sus manos. El animal quedó inmóvil bajo los muchachos, que descansaron sobre su cuerpo, rendidos y complacidos. En el centro del claro, las mariposas seguían absortas en su danza.

Cedió, al fin, la tensión inmediata al acto de matar. Los muchachos se apartaron y Jack se levantó, con las manos extendidas.

–Mirad.

Jack sonreía y agitaba las manos, mientras los muchachos reían ante sus malolientes palmas. Jack sujetó a Maurice y le frotó las mejillas con aquella suciedad. Roger comenzaba a sacar su lanza cuando los muchachos lo advirtieron por primera vez. Robert sintetizó el descubrimiento en una frase que los demás acogieron con gran alborozo: – ¡Por el mismísimo culo! – ¿Has oído? – ¿Habéis oído lo que ha dicho? – ¡Por el mismísimo culo!

Esta vez fueron Robert y Maurice quienes se encargaron de representar los dos papeles, y la manera de imitar Maurice los esfuerzos de la cerda por esquivar la lanza resultó tan graciosa que los muchachos prorrumpieron en carcajadas.

Pero incluso aquello acabó por aburrirles. Jack comenzó a limpiarse en una roca las manos ensangrentadas. Después se puso a trabajar en el animal: le rajó el vientre, arrancó las calientes bolsas de tripas brillantes y las amontonó sobre la roca, mientras los otros le observaban. Hablaba sin abandonar lo que hacía.

8. Ofrenda a las tinieblas (2) 8. Opfergabe an die Dunkelheit (2) 8. Offering to the darkness (2) 8. Offrande aux ténèbres (2) 8. Offerta alle tenebre (2) 8. Oferta às trevas (2)

Los pequeños, que desde la primera catástrofe habían visto muy pocas hogueras, se excitaron, saltando de alegría. Bailaron, cantaron y la reunión cobró un aire de fiesta. They danced, sang, and the gathering took on a festive air.

Ralph dio al fin por terminado el trabajo y se levantó, enjugándose el sudor de la cara con un sucio brazo. Ralph finally finished the job and stood up, wiping the sweat from his face with one grimy arm.

–Tiene que ser una hoguera mas pequeña. It has to be a smaller fire. Esta es demasiado grande para poder mantenerla viva. This one is too big to be able to keep alive.

Piggy se sentó con cuidado en la arena y se dispuso a limpiar su lente. Piggy carefully sat down on the sand and set about cleaning his lens. – ¿Por qué no hacemos un experimento? Podíamos intentar hacer una hoguera pequeña con un fuego muy fuerte, y luego le echamos ramas verdes para que salga humo. Seguro que algunas hojas son mejores que otras para el humo.

Al apagarse la hoguera, se apagó con ella la excitación de los muchachos. When the bonfire went out, the excitement of the boys went out with it. Los pequeños abandonaron su baile y su canto y se alejaron hacia el mar, o a los frutales, o a los refugios.

Ralph se dejó caer sobre la arena. Ralph ließ sich in den Sand plumpsen. Ralph flopped down on the sand.

–Tendremos que hacer una nueva lista para ver quién se ocupa del fuego. –We will have to make a new list to see who takes care of the fire.

–Si es que encuentras a alguien. -Wenn Sie jemanden finden können. "If you find someone.

Miró en torno suyo. He looked around him. Advirtió entonces por vez primera qué pocos eran en realidad los chicos mayores y comprendió por qué había resultado tan arduo el trabajo. He realized then for the first time how few the older boys really were, and he understood why the work had been so hard. – ¿Dónde está Maurice? Piggy volvió a frotar su lente. Piggy rubbed his lens again.

–Supongo que… no, no se metería solo en el bosque, ¿verdad? "I guess… no, he wouldn't go into the woods alone, would he?"

Ralph se puso en pie de un salto, corrió alrededor de la hoguera y se detuvo junto a Piggy, apartándose la melena con las manos. – ¡Pero es que necesitamos una lista! - But we need a list! Estamos tú y yo y Samyeric y…

Con voz normal, pero sin atreverse a mirar a Piggy, preguntó: – ¿Dónde están Bill y Roger? In a normal voice, but not daring to look at Piggy, he asked, "Where are Bill and Roger?"

Piggy se agachó y arrojó un trozo de leña al fuego.

–Supongo que se han ido. I guess they're gone. Supongo que ellos tampoco van a jugar con nosotros. I guess they won't play with us either.

Ralph volvió a sentarse y se entretuvo abriendo con los dedos orificios en la arena. Ralph sat back down and amused himself by poking holes in the sand with his fingers. Se sorprendió al ver una gota de sangre junto a uno de ellos. He was surprised to see a drop of blood next to one of them. Se miró con atención la uña mordida y vio otra gota de sangre que se formaba sobre la piel desgarrada.

Siguió hablando Piggy.

–Les vi salir a escondidas cuando estábamos recogiendo leña. –I saw them sneak out when we were collecting firewood. Se fueron por allá, por el mismo camino que tomó él. They went that way, by the same path he took.

Ralph acabó su examen y alzó los ojos. Ralph finished his exam and looked up. El cielo parecía distinto aquel día, como en atención a los grandes cambios Ocurridos entre ellos, y estaba tan brumoso que en algunas partes el cálido aire parecía blanco. The sky seemed different that day, as if in attention to the great changes that had occurred between them, and it was so hazy that in some parts the warm air seemed white. El disco del sol era de un plata plomizo, con lo que parecía más cercano y menos ardiente, y, sin embargo, el aire sofocaba. The sun's disk was a leaden silver, so it seemed closer and less burning, yet the air was suffocating.

–Siempre nos han estado creando problemas, ¿verdad? -Sie haben uns schon immer Ärger gemacht, nicht wahr? "They've always been creating problems for us, haven't they?"

Aquella voz le llegaba desde muy cerca, desde su hombro, y parecía inquieta. That voice came from very close to him, from his shoulder, and it seemed uneasy.

–No les necesitamos. -Wir brauchen sie nicht. We don't need them. Estaremos más contentos ahora, ¿a que sí? Jetzt werden wir glücklicher sein, nicht wahr? We'll be happier now, right?

Ralph se sentó. Ralph sat down. Llegaron los mellizos con un gran tronco a rastras y sonriendo triunfalmente. Soltaron el tronco sobre los rescoldos y una lluvia de chispas salpicó el aire.

–Nos las arreglaremos por nuestra cuenta, ¿verdad? -Wir kommen doch allein zurecht, oder? "We'll manage on our own, right?"

Durante largo rato, mientras el tronco se secaba, prendía y ardía, Ralph permaneció sentado en la arena sin decir nada. For a long time, while the log dried, ignited and burned, Ralph sat on the sand without saying anything. No vio a Piggy acercarse a los mellizos y murmurarles algo; ni vio tampoco a los tres muchachos adentrarse en el bosque. He did not see Piggy approach the twins and mutter something to them; nor did he see the three boys go deeper into the woods.

–Aquí tienes. -Hier ist es. -Here you go.

Se sobresaltó. I was startled. A su lado se encontraban Piggy y los mellizos con las manos cargadas de fruta.

–Pensé que no sería mala idea – dijo Piggy – tener un festín o algo por el estilo. 'I thought it wouldn't be a bad idea,' said Piggy, 'to have a feast or something.

Los tres muchachos se sentaron. Habían traído gran cantidad de fruta, toda ella madura. They had brought a large quantity of fruit, all of it ripe. Cuando Ralph empezó a comer le sonrieron. Als Ralph zu essen begann, lächelten sie ihn an. When Ralph started to eat they smiled at him.

–Gracias – dijo. Después, acentuando la agradable sorpresa, repitió: – ¡Gracias!

–Nos las arreglaremos muy bien por nuestra cuenta – dijo Piggy -. 'We'll manage just fine on our own,' said Piggy. Los que crean problemas en esta isla son ellos, que no tienen ni pizca de sentido común. The ones who create problems on this island are them, who don't have an ounce of common sense. Haremos una hoguera pequeña, que arda bien…

Ralph recordó lo que le había estado preocupando. Ralph erinnerte sich an das, was ihn beunruhigt hatte. Ralph remembered what had been bothering him. – ¿Dónde está Simón?

–No sé.

–No se habrá ido a la montaña, ¿verdad? "He hasn't gone to the mountains, has he?"

Piggy prorrumpió en estrepitosa risa y tomó más fruta. Piggy burst into loud laughter and grabbed more fruit.

–A lo mejor – se tragó el bocado -. -Maybe - he swallowed the bite -. Está como una cabra. He's a nutcase.

Simón había atravesado la zona de los frutales, pero aquel día los pequeños andaban demasiado ocupados con la hoguera de la playa para correr tras él. Simon had crossed the area of the fruit trees, but that day the little ones were too busy with the bonfire on the beach to run after him. Continuó su camino entre las lianas hasta alcanzar la gran estera tejida junto al claro y, a gatas, penetró en ella. Er bahnte sich seinen Weg durch die Ranken, bis er die große geflochtene Matte an der Lichtung erreichte und hineinkroch. He continued his way through the vines until he reached the large woven mat next to the clearing and, on all fours, crawled into it.

Al otro lado de la pantalla de hojas, el sol vertía sus rayos y en el centro del espacio libre las mariposas seguían su interminable danza. On the other side of the screen of leaves, the sun poured its rays and in the center of the free space the butterflies continued their endless dance. Se arrodilló y le alcanzaron las flechas del sol. He knelt down and the arrows of the sun hit him. La vez anterior el aire parecía simplemente vibrar de calor; pero ahora le amenazaba. Last time the air seemed simply to vibrate with heat; but now it threatened him. No tardó en caerle el sudor por su larga melena lacia. It didn't take long for sweat to be dripping down his long straight hair. Se movió de un lado a otro, pero no había manera de evitar el sol. Al rato sintió sed; después una sed enorme. After a while he felt thirsty; then an enormous thirst.

Permaneció sentado.

En la playa, en una parte alejada, Jack se encontraba frente a un pequeño grupo de muchachos. Parecía radiante de felicidad. She seemed radiant with happiness.

–A cazar – dijo. -To hunt," he said. Examinó a todos detenidamente. Portaban los restos andrajosos de una gorra negra, y, en tiempo lejanísimo, aquellos muchachos habían formado en dos filas ceremoniosas para entonar con sus voces el canto de los ángeles.

–Nos dedicaremos a cazar y yo seré el jefe. Asintieron, y la crisis pasó imperceptiblemente.

–Y ahora… en cuanto a esa fiera… Se agitaron; todas las miradas se volvieron hacia el bosque. –And now… as for that beast… They stirred; all eyes turned to the forest.

–Os voy a decir una cosa. No vamos a hacer caso de esa fiera. We are not going to listen to that beast.

Les dirigió un ademán afirmativo con la cabeza:

–Nos vamos a olvidar de la fiera. – ¡Eso es! – ¡Eso! – ¡Vamos a olvidarla! - Let's forget it!

Si Jack sintió asombro ante aquel fervor, no lo demostró. If Jack was amazed at this fervor, he didn't show it.

–Y otra cosa. Aquí ya no tendremos tantas pesadillas. Estamos casi al final de la isla. We are almost at the end of the island.

Desde lo más profundo de sus atormentados espíritus, asintieron apasionadamente. From the depths of their tormented spirits, they nodded passionately.

–Y ahora, escuchad. Podemos acercarnos luego al peñón del castillo, pero ahora voy a apartar de la caracola y de todas esas historias a otro de los mayores. Wir können später zum Burgfelsen gehen, aber jetzt werde ich einen anderen der Ältesten von der Muschelschale und all den Geschichten wegbringen. We can go closer to the castle's rock later, but now I'm going to separate one of the older ones from the conch and all those stories. Luego mataremos un cerdo y podremos darnos una comilona.

Hizo un silencio y después continuó con voz más pausada: He was silent and then continued with a more deliberate voice:

–Y en cuanto a la fiera, cuando matemos algo le dejaremos un trozo a ella. -Und was die Bestie angeht: Wenn wir etwas töten, lassen wir ein Stück davon für sie übrig. –And as for the beast, when we kill something we will leave a piece for her. Así a lo mejor no nos molesta. Bruscamente se puso en pie. Er erhob sich abrupt auf seine Füße. Abruptly he stood up.

–Ahora, al bosque, a cazar.

Dio media vuelta y salió a paso rápido; segundos después todos le seguían dócilmente. He turned and walked away at a brisk pace; seconds later they all followed meekly.

Una vez en el bosque, se dispersaron con cierto recelo. Im Wald angekommen, zerstreuten sie sich mit einiger Besorgnis. Once in the forest, they dispersed with some suspicion. Pronto se topó Jack con unas raíces sueltas, arrancadas, que anunciaban la presencia de un cerdo, y momentos después encontraban huellas más recientes. Jack mandó callar a los muchachos con una seña y se adelantó él solo. Jack waved the boys to silence and went ahead alone. Se sentía feliz; vestía la húmeda oscuridad del bosque como si fuesen sus antiguas prendas. Er fühlte sich glücklich; er trug die feuchte Dunkelheit des Waldes, als wären es seine alten Kleider. He felt happy; he wore the humid darkness of the forest as if they were his old garments. Se deslizó por una cuesta hasta llegar a una zona de roca y árboles diseminados al borde del mar. He slid down a slope until he reached an area of rocks and scattered trees at the edge of the sea.

Los cerdos, como hinchadas bolsas de tocino, disfrutaban sensualmente la sombra de los árboles. No soplaba ni la más ligera brisa y nada pudieron sospechar; además, la experiencia había prestado a Jack el silencio mismo de las sombras. Es wehte nicht der geringste Windhauch, und sie konnten nichts ahnen; außerdem hatte Jack aus Erfahrung die Stille des Schattens kennengelernt. Not the slightest breeze was blowing, and they could suspect nothing; moreover, the experience had lent Jack the very silence of shadows. Se apartó sigilosamente del lugar y dio instrucciones a los ocultos cazadores. He crept away from the scene and gave instructions to the hidden hunters. Después fueron acercándose todos, palmo a palmo, sudando en el silencio y el calor. Then they all came closer, inch by inch, sweating in the silence and the heat. Bajo los árboles se movió distraídamente una oreja: algo apartada de los demás, sumergida en arrobo maternal, descansaba la hembra más grande de la manada. Unter den Bäumen zuckte ein Ohr geistesabwesend: Etwas abseits von den anderen, in mütterliche Verzückung versunken, ruhte das größte Weibchen der Herde. Under the trees an ear moved distractedly: something apart from the others, submerged in maternal rapture, rested the largest female of the herd. Era negra y rosada; un hilera de cochinillos que dormitaban o se apretujaban contra la madre y gruñían, orlaban sus enormes ubres. It was black and pink; a row of piglets snoozing or pressed against the mother and grunting, lined their huge udders.

Jack se detuvo a una quincena de metros de la manada y con su brazo extendido señaló a la hembra. Jack stopped about fifteen yards from the herd and with his outstretched arm pointed to the female. Miró a su alrededor para cerciorarse de que todos habían comprendido, y los muchachos asintieron con la cabeza. He looked around to make sure everyone had understood, and the boys nodded in agreement. La fila de brazos derechos giró en arco hacia atrás. The row of right arms arced back. – ¡Ahora!

La manada se sobresaltó; desde una distancia de diez metros escasos, las lanzas de maderas con puntas endurecidas al fuego volaron hacia el animal elegido. Uno de los cochinillos, con alaridos enloquecidos, corrió a lanzarse al mar arrastrando tras sí la lanza de Roger. Eines der Ferkel rannte mit wahnsinnigem Geschrei ins Meer und zog Rogers Speer hinter sich her. One of the piglets, shrieking madly, ran into the sea, dragging Roger's spear behind it. La cerda lanzó un angustiado chillido y se levantó tambaleándose, con dos lanzas clavadas en su grueso flanco. Los muchachos avanzaron gritando; los cochinillos se dispersaron y la hembra, rompiendo la fila que venía hacia ella, aplastó los obstáculos y penetró en el bosque. The boys advanced shouting; the piglets scattered, and the female, breaking the line that was coming towards her, crushed the obstacles and entered the forest. – ¡A por ella! - Go for it!

Corrieron por la trocha, pero el bosque estaba demasiado oscuro y cerrado, y Jack, maldiciendo, tuvo que detener a los muchachos y conformarse con escudriñar entre los árboles. They ran along the trail, but the woods were too dark and close, and Jack, cursing, had to stop the boys and content himself with peering through the trees. Permaneció en silencio por algún tiempo, pero respiraba con tanta energía que los demás se sintieron atemorizados y se miraron con intranquilo asombro. Por fin apuntó al suelo con un dedo extendido. At last he pointed to the ground with an outstretched finger.

–Ahí…

Antes de que los demás tuviesen tiempo de examinar la gota de sangre, Jack ya se había vuelto para rastrear una huella y tantear una rama que cedía al tacto. Before the others had time to examine the drop of blood, Jack had already turned to trace a footprint and feel for a branch that gave way to the touch. Avanzó, con misteriosa certeza y seguridad, seguido por los cazadores. He advanced, with mysterious certainty and security, followed by the hunters.

Se detuvo ante un matorral.

–Ahí dentro. -In there.

Rodearon el matorral, pero la cerda volvió a escapar, con la punzada de una nueva lanza en su flanco. They circled the thicket, but the sow escaped again, a new spear stabbing into her flank. Los extremos de las lanzas, arrastrándose por el suelo, estorbaban los movimientos del animal y las afiladas puntas, cortadas en cruz, eran un tormento. The ends of the spears, dragging on the ground, hindered the movements of the animal and the sharp points, cut in a cross, were a torment. Al tropezar con un árbol, una de las lanzas se hundió aún más; cualquiera de los cazadores podía ya seguir fácilmente las gotas de sangre viva. Hitting a tree, one of the spears sank further; any of the hunters could now easily follow the drops of living blood. La tarde, brumosa, húmeda y asfixiante, pasaba lentamente; sangrante y enloquecida, la cerda avanzaba con creciente dificultad, y los cazadores la perseguían, unidos a ella por el deseo, excitados por la larga persecución y la sangre derramada. Podían verla ahora y estuvieron a punto de alcanzarla, pero con un esfuerzo supremo logró de nuevo distanciarse de ellos. They could see her now and nearly caught up with her, but with a supreme effort she managed to distance herself from them again. Estaba ya a su alcance cuando penetró en un claro donde brillaban las flores multicolores y las mariposas bailaban en círculos en el aire cálido y pesado. It was within reach when he entered a clearing where multicolored flowers shone and butterflies danced in circles in the warm, heavy air.

Allí, abatido por el calor, el animal se desplomó y los cazadores se arrojaron sobre la presa. There, beaten down by the heat, the animal collapsed and the hunters threw themselves on the prey. Enloqueció ante aquella espantosa irrupción de un mundo desconocido; gruñía y embestía; el aire se llenó de sudor, de ruido, de sangre y de terror. He was maddened by this terrifying irruption of an unknown world; he snarled and lunged; the air was filled with sweat, noise, blood and terror. Roger corría alrededor de aquel montón, y en cuanto asomaba la piel de la cerda clavaba en ella su lanza. Roger ran around that pile, and as soon as the pig's skin showed, he stuck his spear into it. Jack, encima del animal, lo apuñalaba con el cuchillo. Jack, on top of the animal, was stabbing it with the knife. Roger halló un punto de apoyo para su lanza y la fue hundiendo hasta que todo su cuerpo pesaba sobre ella. Roger found a foothold for his spear and plunged it down until his whole body was on it. La punta del arma se hundía lentamente y los gruñidos aterrorizados se convirtieron en un alarido ensordecedor. The point of the weapon slowly sank in and the terrified growls rose to a deafening scream. En ese momento, Jack encontró la garganta del animal y la sangre caliente saltó en borbotones sobre sus manos. At that moment, Jack found the animal's throat and warm blood gushed over his hands. El animal quedó inmóvil bajo los muchachos, que descansaron sobre su cuerpo, rendidos y complacidos. The animal remained immobile under the boys, who rested on its body, surrendered and pleased. En el centro del claro, las mariposas seguían absortas en su danza. In the center of the clearing, the butterflies were still absorbed in their dance.

Cedió, al fin, la tensión inmediata al acto de matar. The immediate tension of the act of killing finally subsided. Los muchachos se apartaron y Jack se levantó, con las manos extendidas. The boys moved away and Jack stood up, hands outstretched.

–Mirad.

Jack sonreía y agitaba las manos, mientras los muchachos reían ante sus malolientes palmas. Jack smiled and waved his hands as the boys laughed at their stinking palms. Jack sujetó a Maurice y le frotó las mejillas con aquella suciedad. Jack grabbed Maurice and rubbed the dirt on his cheeks. Roger comenzaba a sacar su lanza cuando los muchachos lo advirtieron por primera vez. Roger war gerade dabei, seinen Speer zu ziehen, als die Jungen ihn zum ersten Mal bemerkten. Roger was starting to draw his spear when the boys first noticed him. Robert sintetizó el descubrimiento en una frase que los demás acogieron con gran alborozo: – ¡Por el mismísimo culo! Robert fasste die Entdeckung in einem Satz zusammen, den die anderen mit großer Freude aufnahmen: - In den Allerwertesten! Robert summed up the discovery in a sentence that the others welcomed with great joy: – By the very ass! – ¿Has oído? - Have you heard? – ¿Habéis oído lo que ha dicho? – Did you hear what he said? – ¡Por el mismísimo culo! – By the very ass!

Esta vez fueron Robert y Maurice quienes se encargaron de representar los dos papeles, y la manera de imitar Maurice los esfuerzos de la cerda por esquivar la lanza resultó tan graciosa que los muchachos prorrumpieron en carcajadas. Diesmal waren es Robert und Maurice, die die beiden Rollen spielten, und Maurice' Nachahmung der Bemühungen der Sau, dem Speer auszuweichen, war so lustig, dass die Jungen in Gelächter ausbrachen. This time it was Robert and Maurice who played the two roles, and the way Maurice imitated the sow's efforts to dodge the spear was so funny that the boys burst out laughing.

Pero incluso aquello acabó por aburrirles. Aber auch das hat sie irgendwann gelangweilt. But even that ended up boring them. Jack comenzó a limpiarse en una roca las manos ensangrentadas. Después se puso a trabajar en el animal: le rajó el vientre, arrancó las calientes bolsas de tripas brillantes y las amontonó sobre la roca, mientras los otros le observaban. Hablaba sin abandonar lo que hacía. Er sprach, ohne das, was er tat, aufzugeben. He spoke without abandoning what he was doing.