Vecinos de pesadilla
Hola, chicos, ¿qué tal? ¿Cómo va la semana? Espero que vaya bien. Aquí estamos, una semana más, dispuestos a pasar un ratito juntos, hablando de esto y de lo otro y de lo de más allá. Hablando de todo un poco.
Yo aquí hablo fundamentalmente de lo que me interesa a mí, de lo que me gusta a mí. Espero y deseo que os guste también a vosotros. Trato de hablar de temas que yo creo que puedan interesar a otras personas, pero lo fundamental es que me guste a mí, claro.
Si tengo que hablar todas las semanas de un tema, obviamente no me voy a poner a hablar de algo que me aburra o que no me interese. Eso sería una tortura y terminaría por abandonar, terminaría por dejar de hacer el podcast. Sería aburridísimo para mí hablar todas las semanas de algo que no me interesa.
Y lo que me interesa esta semana es mi casa. Sí, mi casa, bueno, mi piso. Yo siempre digo mi casa, pero en realidad es mi piso. Yo vivo en un piso.
Mi piso no está mal. Es bastante grande. Tiene unos 75 metros cuadrados y está dividido en dos plantas. En la planta de abajo hay tres dormitorios y dos cuartos de baño y en la planta de arriba está la cocina y el salón.
A mí me gusta. Además, tiene mucha luz. Sobre todo la planta de arriba. La planta de arriba es muy luminosa porque las ventanas son muy grandes y entra mucha luz. Incluso cuando está nublado o cuando llueve, la casa no suele estar a oscuras. Y eso me gusta. Yo nunca he vivido en un piso con tanta luz como este, como el piso donde vivo ahora.
Para mí, la luz en casa es fundamental. Yo no puedo vivir sin luz. Si tengo que elegir entre un piso grande, pero sin mucha luz, y un piso más pequeño, pero con mucha luz, prefiero el piso pequeño, pero luminoso, con mucha luz.
El piso donde vivo ahora no está mal. Sé que hay pisos mejores, pero también los hay peores. En general, no está mal.
No está en el centro, pero tampoco está demasiado lejos del centro… El barrio es tranquilo…
El problema es que no hay ningún parque cerca. Eso es lo que menos me gusta.
De vez en cuando me gustaría ir al parque a correr, por ejemplo, o a dar un paseo. A veces me levanto por la mañana, miro por la ventana y veo que hace un día fantástico y, bueno, sí, me apetece salir, ir al parque , pero…
Para ir al parque que está más cerca tardo más de media hora en llegar. Está demasiado lejos y no me apetece caminar tanto. Luego, además, hay que volver a casa… Tardo otra media hora en volver, claro… En fin, que rara vez, muy rara vez, voy al parque. Voy al parque, no sé, quizás una vez al mes; normalmente voy el fin de semana, pero no muy a menudo.
Si me apetece dar un paseo, normalmente prefiero caminar por las calles del barrio. El barrio donde vivo no está mal. Es un barrio tranquilo, familiar. Quiero decir que viven muchas familias, parejas jóvenes con niños pequeños… y no suele haber mucho tráfico por las calles. Bueno, por la calle donde yo vivo sí pasan coches, pero en las calles a los lados, no. Suelen ser calles tranquilas y se puede pasear.
Lo que menos me gusta de este barrio, a parte de que no hay un parque cerca, es que tampoco hay muchas tiendas por aquí. Me refiero a tiendas de comestibles, tiendas de alimentación.
Hay algunas, sí, pero son supermercados pequeños; ese tipo de supermercados pequeños que tienen de todo (bueno, de casi todo), pero de poca calidad y a un precio muy caro.
Yo prefiero comprar en el mercado. Me gustan los mercados tradicionales.
O en un tienda. Pero en una tienda tradicional. Quiero decir, por ejemplo, me gusta ir a una tienda que solo vende fruta, una frutería, y luego ir a una tienda que solo vende pescado, una pescadería, y luego ir a una tienda que solo vende pan, una panadería… No sé, me parece mucho más natural. Me gustan las tiendas especializadas. Las tiendas que solo venden una cosa, un producto. Me parece que la calidad es mejor en ese tipo de tiendas, ¿no? Me gustan los mercados de las ciudades o las calles donde hay muchas tiendas que venden cosas diferentes.
Entiendo que los supermercados son útiles porque es mucho más cómodo tener todo en un mismo sitio. Así no hay que salir, no tienes que ir de un lugar a otro. Es más cómodo. Lo entiendo, pero no me gusta.
No me gustan los supermercados ni tampoco me gustan los centros comerciales. Los centros comerciales me gustan mucho menos. No hay nada tan aburrido como ir de compras en un centro comercial. Yo entiendo que es más cómodo porque tienes todas las tiendas una al lado de la otra y no hay que salir, no hay que caminar de una tienda a otra, no tienes que recorrer las calles buscando la tiendas que necesitas. Los centros comerciales son más cómodos, claro, pero muy aburridos. Me parecen insoportables. Ir de tiendas no me gusta, la verdad, pero ir de tiendas en un centro comercial es aún más aburrido.
Bueno, estaba hablando de mi casa, de mi piso. No está mal. Ya he dicho antes que no está mal. Llevo aquí, llevo viviendo aquí más de diez años. Y estoy contento, no está mal.
Pero, como he dicho antes, echo de menos un parque. Me gustaría vivir más cerca del parque. Me gustaría mudarme a otro piso, en esta zona, no demasiado lejos de aquí, pero más cerca del parque. Obviamente, los pisos que están cerca del parque son un poco más caros. Ese es un problema.
El otro problema son los vecinos. Tengo miedo de mudarme a otra casa porque nunca sabes el tipo de vecinos que vas a encontrar, ¿no?
Yo he tenido a veces problemas de convivencia con los vecinos. Bueno, pensándolo bien, no “a veces” sino a menudo. La verdad es que tengo que reconocer que sí, a menudo he tenido problemas con los vecinos donde he vivido, pero creo que no es por culpa mía, sino por culpa suya.
Claro, supongo que muchos estáis pensando que si yo suelo llevarme mal con los vecinos es por culpa mía, es por mi culpa. Seguramente soy yo el culpable. La verdad es que, sinceramente, creo que no… Creo que he tenido mala suerte, de verdad.
Para mí el problema principal de los vecinos es el ruido. No lo soporto. Me siento fatal cuando hay mucho ruido a mi alrededor.
¿Vosotros habéis vivido alguna vez en un piso donde los vecinos ponen la música o la televisión altísima? Es insoportable. Yo no puedo dormir así.
Otro problema es la suciedad. ¿Habéis vivido alguna vez en un piso donde alguno de los vecinos nunca limpia las escaleras, tira los papeles al suelo, escribe en las paredes o deja la basura en cualquier parte? Hay gente así, hay gente que no sabe convivir con otras personas.
Y por eso me da miedo mudarme a otro piso. Cuando compras un piso, compras también los vecinos, ¿no?
El problema es que nunca sabes quiénes son tus vecinos hasta que es demasiado tarde. Es muy difícil saber cómo son las personas que viven en los otros pisos al lado del tuyo hasta que no te mudas. Solo entonces, cuando ya te has mudado a tu nuevo piso, es cuando empiezan a aparecer los problemas de convivencia. Los problemas los ves cuando estás dentro. Desde fuera no los ves.
Seguramente que algunos de vosotros estáis pensando que me ahogo en un vaso de agua. Entendéis esta expresión, ¿no? Ahogarse en un vaso de agua quiere decir que se da demasiada importancia a un problema que en realidad es muy pequeño.
Y es verdad que yo soy así a menudo: me ahogo en un vaso de agua. Pero es que… es que, por ejemplo, si tengo un vecino que pone la música muy alta, pues yo no sé muy bien qué hacer, no sé cómo reaccionar. Me cuesta mucho ir a su casa y hablar con él; me cuesta mucho explicarle que la música está muy alta y que no puedo dormir. Me siento fatal, de verdad.
Si pasa algo así, no suelo ir, no suelo decir nada. Y si voy, si voy suelo hablar de forma muy educada, ¿no? Para evitar un conflicto. Digo frases como:
Perdone, ¿podría bajar un poco la música? Es que mañana tengo que trabajar. Perdone, ¿le importaría poner la tele un poco más baja? Es que no puedo dormir.
Pero esto no suele servir de mucho, la verdad. Yo creo que en la gran mayoría de los casos, la gente que pone la música muy alta sabe muy bien que está muy alta y sabe que está molestando a los otros vecinos y lo hace porque, en el fondo, no le importa molestar a los demás; no le importa, le da igual. Entonces, en la mayoría de los casos, no sé, yo creo que no se puede hacer mucho. La persona que pone la música alta a las dos de la madrugada, sabe que te está molestando, lo sabe muy bien, claro que lo sabe, y lo hace a pesar de todo porque le da igual, le da exactamente igual. Le importa un pimiento cómo te sientes tú, si no puedes dormir, si te duele la cabeza o si tienes que levantarte temprano para ir a trabajar. Le importa una mierda.
No siempre, claro, no siempre. Pero yo creo que es así en la mayoría de las ocasiones.
En fin, que me siento fatal cuando me llevo mal con los vecinos, cuando hay problemas de convivencia entre nosotros.
Es que los vecinos son muy importantes. Puedes vivir en un piso muy bonito, muy cómodo, espacioso, agradable, con mucha luz, grande… Pero si te llevas mal con los vecinos, pues no vas a ser feliz viviendo ahí, ¿no? Nunca vas a ser feliz viviendo en un piso si no te llevas bien con los vecinos. Mejor mudarse.
En fin, pues eso, que me gustaría mudarme a un piso más cerca del parque, pero tengo un poco de miedo. No quiero estar con vecinos ruidosos otra vez. En el pasado, ya lo he dicho, he estado en pisos donde los vecinos hacían mucho ruido y, sinceramente, no es nada agradable.
Decidme vosotros cómo os lleváis con vuestros vecinos. ¿Os lleváis bien con vuestros vecinos? ¿Os lleváis mal? ¿Qué hacéis si tenéis problemas con ellos? ¿Os caen bien vuestros vecinos? ¿A vosotros también os cuesta mucho hablar con ellos y resolver estos problemas?
En fin, contadme qué pensáis de todo esto. A ver si es que yo soy muy raro. A ver si es que yo soy el único que ha tenido problemas de convivencia con sus vecinos.
Venga, chicos, lo dejamos aquí por hoy. Espero que os haya gustado el episodio de hoy. Espero que hayáis aprendido algunas expresiones. La expresión que dije antes “ahogarse en un vaso de agua” es muy bonita, ¿no? A mí me gusta mucho esa expresión. ¿La conocíais? Podéis hablar de todo esto en los comentarios. Yo ya os he dicho que no tengo mucho tiempo de contestar a todos los mensajes que me llegan, pero los leo, leo todo lo que decís y tomo nota de vuestras sugerencias y lo que me decís.
En fin, chicos, lo dejamos aquí por hoy. Que paséis una buena semana y nos vemos, no, nos escuchamos… ¿Cuando? La próxima semana. ¿Dónde? Aquí, claro, en español con Juan.
¡Hasta pronto!