6 ¿Cómo pensar para mejorar el mundo? - Estrategias Para Pensar
Estrategias para pensar. Un curso para razonar mejor y tomar decisiones creativas en equipo.
Capítulo Seis: ¿Cómo pensar para mejorar el mundo?
¡Nos quedó exquisito el espagueti! ¡Y el agua de limón que hice yo!
¡Deliciosa! ¡Guarden espacio para el postre! ¡Siempre hay espacio para el postre!
¡Miren las noticias! Cambio climático, desigualdad, violencia… A veces pienso que no vale la
pena nada si el mundo no cambia. ¿Qué caso tiene aprender para el futuro
si ni siquiera sabemos si el mundo tiene futuro? ¡Ahh! Sí, las cosas pintan difíciles…
complejas, diría yo. Y para vivir en un mundo complejo, es importante tener un pensamiento
complejo, como el que ustedes están aprendiendo. Así como hay dificultades también hay esperanzas.
La UNESCO publicó un libro llamado “Siete saberes para la educación del futuro”.
En él, dice que “si queremos que la Tierra pueda satisfacer las necesidades de los seres
humanos que la habitan, entonces la sociedad humana deberá transformarse”. Le pidieron
a Edgar Morin que describiera cuáles son los saberes necesarios para transformar la
sociedad.
Estos son los saberes que Edgar Morin propone para transformar a profundidad el conocimiento
humano: Las cegueras del conocimiento. Es necesario
que sepamos que nuestro pensamiento es susceptible de incurrir en errores y hundirse en la ilusión.
Los errores del pensamiento nos pueden llevar a proyectar en los demás las causas de los
males que nosotros mismos hemos provocado, lo cual causa enfrentamientos injustificados.
Para evitar las falacias, los engaños y los autoengaños es necesario aprender sobre cómo
aprendemos, pensar sobre cómo pensamos. Esto desde lo biológico y neurológico hasta lo
filosófico. Es necesario darnos cuenta de que el conocimiento no es un reflejo fiel
de la realidad, sino una aproximación. Ninguna creencia, ideología, o teoría tiene el dominio
total de la verdad. El conocimiento pertinente. Por razones prácticas
e históricas hemos fragmentado el conocimiento en compartimentos separados y estudiamos segmentos
de la realidad como si fueran sistemas cerrados. Pero la realidad es compleja y ningún sistema
está realmente cerrado: todo interactúa con todo, especialmente en los sistemas autoorganizados
como los ecológicos y sociales donde las relaciones entre los diferentes elementos
forman redes y se retroalimentan a través de bucles y rizomas. Es imposible aislar causas
y efectos de manera lineal. Por lo tanto es vital evitar la fragmentación y compartimentalización
del conocimiento en disciplinas: busquemos la transdisciplinariedad.
La condición humana. Comprender que el ser humano es a la vez físico, biológico, síquico,
cultural, social, e histórico. ¿Cómo nos situamos en el universo? No nos podemos concebir
aislados del cosmos del que formamos parte, de la vida de la que formamos parte, de la
sociedad de la que formamos parte. Somos fruto de millones de años de la auto-organización
de los átomos y las moléculas. No hay cultura sin un cerebro biológico, y el cerebro no
tendría mente si no hay cultura. Igualmente los individuos surgimos a partir de una especie
y sólo hay especie debido a los individuos, que a su vez forman la sociedad. Se necesita
hacer notar la unión indisoluble entre la unidad y la diversidad de todo lo que es humano.
Debemos velar por que la idea de unidad de la especie humana no borre la de su diversidad,
y que la de su diversidad no borre la de la unidad
La identidad terrenal. El mundo se vuelve cada vez más un todo. Desde el siglo dieciséis
se volvieron interdependientes todas las partes del mundo. Ahora las tecnologías de la comunicación
han conectado cada rincón del planeta. Todos los humanos, confrontados desde ahora con
los mismos problemas de vida y muerte, viven en una misma comunidad de destino. Además,
es indispensable la conciencia ecológica: cohabitamos con todos los seres vivos en esta
Tierra y dependemos de ellos para nuestra supervivencia. Es necesario abandonar la idea
del dominio sobre la naturaleza y aspirar a una relación de convivencia con ella.
Las incertidumbre. No se puede predecir el futuro. Los meta-relatos que pretenden asegurar
el destino inevitable de la humanidad están equivocados. La educación debería comprender
la enseñanza de las incertidumbres que han aparecido en las ciencias físicas (cuántica,
termodinámica, cosmología), en las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias
históricas. Se tendrían que enseñar principios de estrategia que permitan afrontar los riesgos,
lo inesperado, lo incierto, y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones
adquiridas en el camino. Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres
a través de archipiélagos de certeza. La comprensión. La incomprensión es responsable
de incontables barbaries. Entre los humanos, tanto cercanos como extraños, tanto en grupos
como en individuos, es vital estudiar y aprender la comprensión mutua. Tenemos que entender
no sólo en los síntomas, sino las causas de los racismos, sexismos, las xenofobias
y los desprecios. No nos entendemos porque hay diferencias en los significados, en los
ritos, en los valores ya hasta en las estructuras mentales entre una cultura y otra, entre un
individuo y otro. Los antídotos contra la incomprensión son: el bien pensar, o sea
entender las condiciones objetivas y subjetivas donde se da el pensamiento del otro, evitando
dogmas y errores del pensamiento; y la introspección, la práctica de examinarse críticamente a
sí mismo. Entendernos unos a otros sentaría una de las bases más seguras para la educación
por la paz, a la cual estamos ligados por esencia y vocación.
La ética del género humano. La ética no se podría enseñar con lecciones de moral:
debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo
individuo, parte de una sociedad, parte de una especie. Llevamos en cada uno de nosotros
esta triple realidad. Todo desarrollo verdaderamente humano debe comprender el desarrollo conjunto
de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer
a la especie humana.
¿Cómo van con esos trastes? Nomás los oigo platicar.
Después de oír lo que nos dijo sobre los siete saberes, nos pusimos a pensar en voz
alta. ¡Nos dimos cuenta de que no está tan fácil mejorar el mundo! Hacen falta muchos
cambios.
¡Parecen muchos, y sin duda es una transformación que llevará mucho trabajo! Pero ustedes ya
están dando los primeros pasos, aprendiendo nuevas estrategias para pensar.
Tito y yo ya estuvimos hablando acerca de cómo considerar los puntos de vista del otro
respecto a la política. Creemos que la manera de discutir que teníamos realmente no iba
a cambiar el modo de pensar del otro: sólo reforzaba nuestro propio punto de vista.
Nos dimos cuenta de que, aunque nos caiga bien un político, podemos criticarlo. Y aunque
nos caiga mal, podemos reconocer sus aportaciones.
Y aún mejor: pensamos que, en vez de pelear entre nosotros, sería mejor ponernos de acuerdo
para exigirles que lo que hagan, lo hagan por el bien de la sociedad, atendiendo al
conocimiento y razonando con lógica y con creatividad.
Y todavía más: creemos que no sólo se trata de exigirles, sino de organizarnos entre nosotros
para mejorar el mundo con o sin su ayuda
Ya estamos viendo algunas organizaciones a las que nos podemos unir para aprender y aportar
nuestros recientes conocimientos.
Mientras ustedes lavaban los platos, yo arreglé la bicicleta. Bueno ¡Arreglamos! ¿Podemos
salir a dar la vuelta?
¡Sí! Vamos
¡Vamos pues!
¡Antes de que oscurezca!
Te recordamos que todos los temas que hablamos en este curso están tomados de los autores
Edgar Morin, Edward De Bono y Daniel Kahneman. Si alguno de ellos te interesó, te invitamos
a conocer más de su obra. Te dejamos los links en la descripción del video. Te deseamos
mucho éxito en tu camino por desarrollar tus estrategias para pensar y hacer crecer
tu despierta mente.