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El sueño de un hombre ridículo - Dostoyevski, I.

I.

Soy un hombre ridículo. Ahora ellos me llaman loco. Y eso podría haberme supuesto un ascenso de grado, sí no me siguieran considerando igual de ridículo que antes. Ahora no me enfado y todos me parecen simpáticos; incluso cuando se burlan de mí siguen de algún modo pareciéndome especialmente dulces. De buena gana me reiría con ellos –no ya de mí, sino por afecto hacia ellos- si no fuera por la tristeza que siento cuando los miro. Y me siento triste porque ellos desconocen la verdad, y yo sí la sé. ¡Oh, qué difícil le resulta a uno conocer la verdad! Pero ellos no lo entenderán. No, no lo entenderán. Antes me angustiaba porque les parecía ridículo. Más que parecérselo lo era. Siempre fui ridículo, y lo sé probablemente desde el día de mi nacimiento. Seguramente supe que era ridículo desde que tenía siete años. Después estudié en la escuela, más tarde en la universidad. Y ¿qué es lo que sucedió? Pues que cuanto más estudiaba, más me convencía de que era ridículo. De modo que toda mi ciencia universitaria, a medida que penetraba en ella, pareció a fin de cuentas haber existido para demostrarme y explicarme que yo era un hombre ridículo. Lo mismo que ocurrió con la ciencia, también sucedió en la vida real. A medida que pasaban los años se acrecentaba y afianzaba en mí la conciencia de mi ridículo aspecto, en todos los sentidos. Siempre se ha reído de mí todo el mundo, que si había un hombre sobre la faz de la tierra que tenía consciencia de que era ridículo, ese hombre era yo; ésta era la cuestión que más me ofendía, cosa que ellos ignoran; pero de esto sólo yo tengo la culpa: siempre he sido tan orgulloso que por nada del mundo reconocérselo jamás a nadie. Ese orgullo crecía en mi interior a medida que pasaban los años, y si me hubiera permitido reconocerme como ridículo, ante cualquier persona, creo que al instante me habría volado la tapa de los sesos. ¡Oh, cómo sufría en mi adolescencia pensando que no aguantaría más y que en cualquier momento lo confesaría a mis compañeros! Pero desde que me hice joven, y a pesar de ir tomando lentamente conciencia de mi horrible cualidad, no sé por qué, me sentí más aliviado. Y digo que no sé por qué, pues hasta hoy día no he encontrado la razón. Puede que fuera por aquello de que en mi alma crecía una terrible melancolía debido a un hecho, que era infinitamente superior a mí; para ser más exactos, se había apoderado de mí la única convicción de que en el mundo todo daba igual. Lo venía presintiendo desde hacía ya tiempo, pero la convicción completa se me presentó de pronto el último año. De repente sentí que me daba igual que existiera el mundo o que no existiera en absoluto. Comencé a percibir con todo mi ser que nada existía a mi alrededor. Al principio creí que, a pesar de todo, en otros tiempos hubo muchas cosas, pero más tarde llegué a la conclusión de que tampoco antes las hubo, de que todo era una ilusión. Poco a poco me fui convenciendo de que jamás existiría nada. Entonces de pronto dejé de enfadarme con la gente, y apenas me percataba de ellos. La verdad es que eso afloraba incluso en las nimiedades más insignificantes; por ejemplo, iba por la calle y me chocaba con la gente. Y no era porque fuera ensimismado y pensativo: no tenía nada en que pensar; por aquel entonces dejé de pensar completamente: todo me daba igual. Si al menos hubiera resuelto algún problema; pero no resolví ninguno. ¡Y cuántos había! Pero todo me daba igual, y todos los problemas se apartaban de mí por sí solos.

Fue después cuando conocí la verdad. La conocí en noviembre del año pasado; concretamente, el tres de noviembre, y desde aquel momento recuerdo cada instante de mi vida. Ocurrió en un anochecer lúgubre, el más lóbrego que puede haber. Iba de regreso a casa, alrededor de las once de la noche, y recuerdo haber pensado exactamente que no podía hacer un tiempo más funesto. Incluso en el aspecto físico. Durante todo el día había estado lloviendo a cántaros una lluvia fría, siniestra y terrible; recuerdo que incluso resultaba hostil a la gente; y de pronto, a las once de la noche, dejó de llover y se empezó a sentir una humedad espantosa, más pegajosa y fría que cuando llovía, todo ello desprendía una especie de vapor, que salía de todos los empedrados de la calle y los callejones cuando se mira en su interior desde una cierta distancia. Y de repente, se me figuró que, de haberse apagado todas las farolas de gas, sería menos espeluznante, ya que con el gas alumbrando y proporcionando luz hacía que el corazón se sintiera más triste, porque alumbraba todo eso. Ese día apenas comí, y desde la primera hora de la tarde estuve en casa de un ingeniero, junto a otros dos compañeros suyos. Estuve completamente callado y creo que les aburrí. Hablaban sobre un tema apasionante, y en un momento incluso llegaron a acalorarse. Pero el tema les resultaba indiferente, yo ya me había percatado de ello, y se enzarzaron en vano. De pronto les dije: “Señores, si a ustedes les da igual todo”. Ellos no se ofendieron, pero se rieron de mí. Debe ser porque lo que dije fue sin intención alguna, sino únicamente porque a mí todo me daba igual. Se percataron de que a mí todo me daba igual, y eso les hizo gracia.

Cuando de regreso a casa, en la calle, pensé en las farolas de gas, miré hacia el cielo. Hacía una noche terriblemente oscura, pero en algunos trozos se podían distinguir con claridad las nubes despedazadas, y entre ellas unas insondables manchas negras, De golpe, en una de esas manchas, reparé una estrellita, y la miré fijamente. Sucedió porque la estrellita me había insinuado una idea: me había propuesto suicidarme aquella noche. Desde hacía dos meses me rondaba la cabeza aquella idea fija, y, a pesar de mi penosa situación económica, me compré un espléndido revólver y lo cargué aquel mismo día. Desde entonces ya habían transcurrido dos meses, y el revólver todavía permanecía en el cajón; y tanta era mi indiferencia que se me ocurrió posponerlo hasta encontrar el momento en que no todo me diera igual; no sé por qué razón. Y de ese modo, durante esos dos meses, cada noche cuando regresaba a casa, pensaba que iba a suicidarme. No hacía más que esperar el momento oportuno. Y he aquí que esa estrellita me dio la idea, y me propuse que eso debía suceder irremisiblemente aquella noche. Sin embargo, ignoro la razón por la que la estrella me dio la idea.

Y justo cuando estaba mirando al cielo, de repente una niña me agarró por el codo. La calle estaba prácticamente desierta y apenas había transeúntes. A lo lejos, sobre el pescante, dormitaba un cochero. La niña tendría unos ocho años. Llevaba un pañuelo en la cabeza y un vestidito. Estaba completamente empapada, y se me quedaron especialmente grabadas sus botas mojadas y rotas, que aún recuerdo: me llamaron la atención especialmente. La niña comenzó a tirarme del codo y a llamarme. No lloraba, pronunciaba entrecortadamente algunas palabras, que no lograba articular bien, porque tiritaba y tenía escalofríos y convulsiones. Estaba horrorizada por algo y gritaba desesperadamente: “¡Mamita, mamita!”. Yo giré la cabeza hacia ella, y sin decirle palabra continué andando; pero la niña siguió corriendo detrás de mí tirándome del brazo. Su voz tenía el tono de desesperación de los niños cuando están muy asustados. Conozco ese tono. Y aunque no llegara a articular y terminar las palabras, comprendí que su madre se estaba muriendo en algún lugar, o que algo por el estilo estaría sucediendo para que la niña saliera corriendo a llamar a alguien, o encontrar algo, con tal de ayudar a su madre. Pero yo no fui tras ella; antes al contrario, de pronto se me pasó por la cabeza la idea de espantarla y echarla. Al principio le dije que buscara al guardia municipal. Pero ella juntó las manitas y, sollozando y ahogándose, continuó corriendo a mi lado sin apartarse de mí. Fue entonces cuando di una patada en el suelo y lancé un grito. La niña sólo exclamó: “¡Señor, señor...!”; pero de repente me dejó, y al momento cruzó la calle: en la otra acera había un transeúnte, y al parecer la niña me había dejado para salir corriendo tras él.

Subí al quinto piso en el que vivo. Vivo en una habitación de alquiler. Es mísera y pequeña, con un ventanuco semicircular, de desván. Tengo un sofá cubierto con un hule, una mesa llena de libros, dos sillas y un sillón, viejo a más no poder; pero eso sí, de estilo volteriano. Me senté, encendí una vela y me puse a meditar. Al lado, en otra habitación, detrás del tabique, continuaba la juerga. Llevaban así ya tres días. Allí vivía un capitán retirado, que tenía invitados –unas seis troneras– que bebían vodka y jugaban a las cartas con unos viejos naipes. La noche anterior hubo pelea, y sé que dos de ellos se habían tirado de los pelos durante un buen rato. La casera quiso presentar una denuncia, pero le tiene mucho miedo al capitán. Aparte de nosotros, en otra habitación, vive de alquiler una señora muy bajita y delgada, mujer de un militar, que había venido a la pensión con tres niños que enfermaron allí. Tanto ella como los niños temían al capitán hasta más no poder, y se pasaban la noche tiritando y santiguándose; el más pequeño hasta tuvo una especie de ataque por el miedo que le daba el capitán. Sé que ese tal capitán para a la gente en la avenida Nevski para pedir limosna. No le admiten para prestar servicio, pero es cosa extraña (y por eso lo cuento), pues durante todo el mes, desde que él se alojó aquí, no me contrarió en absoluto. Desde el principio rehuí cualquier contacto amistoso con él, y, además, desde el primer día él mismo se aburrió conmigo, y por más que puedan gritar al otro lado del tabique, y por más gente que pueda haber allí, a mí siempre me resulta indiferente. Permanezco toda la noche sentado, y la verdad es que ni los oigo, hasta tal punto me abstraigo y me olvido de que están allí. No me duerno en toda la noche hasta el amanecer; y así ha transcurrido ya un año. Durante la noche entera estoy sentado en el sillón, delante de la mesa sin hacer nada. Los libros los leo sólo durante el día. Permanezco sentado y ni siquiera pienso, sino que dejo que algunas ideas me ronden, y yo las dejo vagar a su libertad. Durante la noche se gasta toda la vela.

Me senté despacio junto a la mesa, saqué el revólver y lo puse delante de mí. Cuando lo coloqué, recuerdo que me hice una pregunta a mí mismo: “¿Ha de ser así?”, y completamente convencido me dije: “Así ha de ser”. Es decir, me suicidaré. Sabía que probablemente me suicidaría aquella noche, pero ignoraba cuánto tiempo permanecería así sentado junto a la mesa. Y sin duda alguna me habría dado un tiro en la cabeza, de no ser por aquella niña.


I. I.

Soy un hombre ridículo. I am a ridiculous man. Je suis un homme ridicule. Ahora ellos me llaman loco. Now they call me crazy. Y eso podría haberme supuesto un ascenso de grado, sí no me siguieran considerando igual de ridículo que antes. And that could have been a promotion for me, if they didn't continue to consider me as ridiculous as before. Et cela aurait pu être une promotion pour moi, s'ils n'avaient pas continué à me considérer aussi ridicule qu'avant. Ahora no me enfado y todos me parecen simpáticos; incluso cuando se burlan de mí siguen de algún modo pareciéndome especialmente dulces. Now I don't get angry and they all seem nice to me; even when they tease me they still somehow seem especially sweet to me. Maintenant, je ne me fâche plus et ils me semblent tous gentils ; même quand ils me taquinent, ils me semblent toujours particulièrement doux. De buena gana me reiría con ellos –no ya de mí, sino por afecto hacia ellos- si no fuera por la tristeza que siento cuando los miro. Ich würde gerne mit ihnen lachen – nicht über mich, sondern aus Zuneigung zu ihnen – wäre da nicht die Traurigkeit, die ich empfinde, wenn ich sie ansehe. I would gladly laugh with them - not at myself, but out of affection for them - if it weren't for the sadness I feel when I look at them. Je rirais volontiers avec eux - pas de moi-même, mais par affection pour eux - s'il n'y avait pas eu la tristesse que je ressens quand je les regarde. Y me siento triste porque ellos desconocen la verdad, y yo sí la sé. And I feel sad because they don't know the truth, and I do. Et je me sens triste parce qu'ils ne connaissent pas la vérité, et moi si. ¡Oh, qué difícil le resulta a uno conocer la verdad! Oh, how difficult it is for one to know the truth! Oh, qu'il est difficile pour quelqu'un de connaître la vérité ! Pero ellos no lo entenderán. But they won't understand. Mais ils ne comprendront pas. No, no lo entenderán. Antes me angustiaba porque les parecía ridículo. Before I was distressed because it seemed ridiculous to them. Avant, j'étais affligé parce que cela leur semblait ridicule. Más que parecérselo lo era. Es war ihm mehr als ähnlich. More than resembling it, it was. C'était plus que ressemblant. Siempre fui ridículo, y lo sé probablemente desde el día de mi nacimiento. I was always ridiculous, and I have probably known it since the day I was born. Seguramente supe que era ridículo desde que tenía siete años. I must have known it was ridiculous since I was seven years old. Después estudié en la escuela, más tarde en la universidad. Y ¿qué es lo que sucedió? And what happened? Et ce qui est arrivé? Pues que cuanto más estudiaba, más me convencía de que era ridículo. Well, the more I studied, the more I convinced myself that it was ridiculous. Eh bien, plus j'étudiais, plus je me convainquais que c'était ridicule. De modo que toda mi ciencia universitaria, a medida que penetraba en ella, pareció a fin de cuentas haber existido para demostrarme y explicarme que yo era un hombre ridículo. So all my college science, as I got into it, seemed after all to have existed to prove and explain to me that I was a ridiculous man. Donc toute ma science universitaire, quand j'y suis entré, semblaient après tout avoir existé pour me prouver et m'expliquer que j'étais un homme ridicule. Lo mismo que ocurrió con la ciencia, también sucedió en la vida real. A medida que pasaban los años se acrecentaba y afianzaba en mí la conciencia de mi ridículo aspecto, en todos los sentidos. As the years went by, my awareness of my ridiculous appearance grew and strengthened in me, in every way. Au fil des années, ma conscience de mon apparence ridicule a grandi et s'est renforcée en moi, de toutes les manières. Siempre se ha reído de mí todo el mundo, que si había un hombre sobre la faz de la tierra que tenía consciencia de que era ridículo, ese hombre era yo; ésta era la cuestión que más me ofendía, cosa que ellos ignoran; pero de esto sólo yo tengo la culpa: siempre he sido tan orgulloso que por nada del mundo reconocérselo jamás a nadie. Jeder hat immer über mich gelacht, dass wenn es einen Mann auf der Erde gab, der sich bewusst war, dass er lächerlich war, dieser Mann war ich; Dies war die Frage, die mich am meisten beleidigte, etwas, das sie ignorieren; aber daran bin ich allein schuld: Ich war immer so stolz, dass ich es umsonst vor irgendjemandem anerkennen werde. Everyone has always laughed at me, that if there was a man on the face of the earth who was aware that he was ridiculous, that man was me; This was the question that most offended me, something that they ignore; but I am only to blame for this: I have always been so proud that for nothing in the world will I ever acknowledge it to anyone. Tout le monde s'est toujours moqué de moi, que s'il y avait un homme sur la face de la terre qui savait qu'il était ridicule, cet homme était moi ; C'était la question qui m'offensait le plus, quelque chose qu'ils ignoraient ; mais je n'en suis qu'à blâmer : j'ai toujours été si fier que pour rien au monde je ne l'avouerai jamais à personne. Ese orgullo crecía en mi interior a medida que pasaban los años, y si me hubiera permitido reconocerme como ridículo, ante cualquier persona, creo que al instante me habría volado la tapa de los sesos. That pride grew inside me as the years went by, and if I had allowed myself to recognize myself as ridiculous, to anyone, I think I would have instantly blown my brains out. Cette fierté a grandi en moi au fil des années, et si je m'étais permis de me reconnaître comme ridicule, aux yeux de qui que ce soit, je pense que je me serais immédiatement fait sauter la cervelle. ¡Oh, cómo sufría en mi adolescencia pensando que no aguantaría más y que en cualquier momento lo confesaría a mis compañeros! Oh, how I suffered in my adolescence thinking that I would not take it anymore and that at any moment I would confess it to my companions! Oh, comme j'ai souffert dans mon adolescence en pensant que je ne le supporterais plus et qu'à tout moment je l'avouerais à mes compagnons ! Pero desde que me hice joven, y a pesar de ir tomando lentamente conciencia de mi horrible cualidad, no sé por qué, me sentí más aliviado. But since I became young, and despite slowly becoming aware of my horrible quality, I don't know why, I felt more relieved. Mais depuis que je suis devenu jeune, et malgré la prise de conscience lente de ma qualité horrible, je ne sais pas pourquoi, je me suis senti plus soulagé. Y digo que no sé por qué, pues hasta hoy día no he encontrado la razón. And I say that I do not know why, because until today I have not found the reason. Et je dis que je ne sais pas pourquoi, car jusqu'à aujourd'hui je n'ai pas trouvé la raison. Puede que fuera por aquello de que en mi alma crecía una terrible melancolía debido a un hecho, que era infinitamente superior a mí; para ser más exactos, se había apoderado de mí la única convicción de que en el mundo todo daba igual. Maybe it was because of what a terrible melancholy grew in my soul due to a fact, that it was infinitely superior to me; To be more exact, I had been taken over by the sole conviction that everything in the world did not matter. Lo venía presintiendo desde hacía ya tiempo, pero la convicción completa se me presentó de pronto el último año. I had been feeling it for a long time, but the complete conviction suddenly presented itself to me last year. De repente sentí que me daba igual que existiera el mundo o que no existiera en absoluto. Suddenly I felt that I did not care if the world existed or that it did not exist at all. Comencé a percibir con todo mi ser que nada existía a mi alrededor. I began to perceive with all my being that nothing existed around me. Al principio creí que, a pesar de todo, en otros tiempos hubo muchas cosas, pero más tarde llegué a la conclusión de que tampoco antes las hubo, de que todo era una ilusión. At first I believed that, despite everything, in other times there were many things, but later I came to the conclusion that there were not before, that everything was an illusion. Poco a poco me fui convenciendo de que jamás existiría nada. Little by little I was convinced that nothing would ever exist. Entonces de pronto dejé de enfadarme con la gente, y apenas me percataba de ellos. Then suddenly I stopped getting mad at people, and I hardly noticed them. La verdad es que eso afloraba incluso en las nimiedades más insignificantes; por ejemplo, iba por la calle y me chocaba con la gente. The truth is that this surfaced even in the smallest trifles; for example, I was going down the street and bumping into people. Y no era porque fuera ensimismado y pensativo: no tenía nada en que pensar; por aquel entonces dejé de pensar completamente: todo me daba igual. And it wasn't because he was self-absorbed and thoughtful: he had nothing to think about; at that time I stopped thinking completely: everything did not matter to me. Si al menos hubiera resuelto algún problema; pero no resolví ninguno. If only I had solved some problem; but I didn't solve any. ¡Y cuántos había! Pero todo me daba igual, y todos los problemas se apartaban de mí por sí solos. But everything did not matter to me, and all the problems were removed from me by themselves.

Fue después cuando conocí la verdad. La conocí en noviembre del año pasado; concretamente, el tres de noviembre, y desde aquel momento recuerdo cada instante de mi vida. Ocurrió en un anochecer lúgubre, el más lóbrego que puede haber. Iba de regreso a casa, alrededor de las once de la noche, y recuerdo haber pensado exactamente que no podía hacer un tiempo más funesto. I was on my way home around eleven o'clock at night, and I remember exactly thinking that it couldn't have been a more dire weather. Incluso en el aspecto físico. Even in the physical aspect. Durante todo el día había estado lloviendo a cántaros una lluvia fría, siniestra y terrible; recuerdo que incluso resultaba hostil a la gente; y de pronto, a las once de la noche, dejó de llover y se empezó a sentir una humedad espantosa, más pegajosa y fría que cuando llovía, todo ello desprendía una especie de vapor, que salía de todos los empedrados de la calle y los callejones cuando se mira en su interior desde una cierta distancia. All day it had been pouring down a cold, sinister and terrible rain; I remember that he was even hostile to people; and suddenly, at eleven o'clock at night, the rain stopped and a horrible humidity began to be felt, stickier and colder than when it rained, all this gave off a kind of steam, which came from all the cobblestones of the street and the alleys when looking inside from a distance. Y de repente, se me figuró que, de haberse apagado todas las farolas de gas, sería menos espeluznante, ya que con el gas alumbrando y proporcionando luz hacía que el corazón se sintiera más triste, porque alumbraba todo eso. And suddenly, it occurred to me that, if all the gas lamps had been turned off, it would be less scary, since with the gas lighting and providing light it made the heart feel sadder, because it illuminated all that. Ese día apenas comí, y desde la primera hora de la tarde estuve en casa de un ingeniero, junto a otros dos compañeros suyos. That day I hardly ate, and from the early afternoon I was at the home of an engineer, along with two other of his colleagues. Estuve completamente callado y creo que les aburrí. I was completely silent and I think I bored them. Hablaban sobre un tema apasionante, y en un momento incluso llegaron a acalorarse. They were talking about an exciting topic, and at one point they even became heated. Pero el tema les resultaba indiferente, yo ya me había percatado de ello, y se enzarzaron en vano. But the subject was indifferent to them, I had already noticed it, and they became involved in vain. De pronto les dije: “Señores, si a ustedes les da igual todo”. Suddenly I said: "Gentlemen, if you do not care about everything." Ellos no se ofendieron, pero se rieron de mí. Debe ser porque lo que dije fue sin intención alguna, sino únicamente porque a mí todo me daba igual. Se percataron de que a mí todo me daba igual, y eso les hizo gracia.

Cuando de regreso a casa, en la calle, pensé en las farolas de gas, miré hacia el cielo. Hacía una noche terriblemente oscura, pero en algunos trozos se podían distinguir con claridad las nubes despedazadas, y entre ellas unas insondables manchas negras, De golpe, en una de esas manchas, reparé una estrellita, y la miré fijamente. Sucedió porque la estrellita me había insinuado una idea: me había propuesto suicidarme aquella noche. Desde hacía dos meses me rondaba la cabeza aquella idea fija, y, a pesar de mi penosa situación económica, me compré un espléndido revólver y lo cargué aquel mismo día. Desde entonces ya habían transcurrido dos meses, y el revólver todavía permanecía en el cajón; y tanta era mi indiferencia que se me ocurrió posponerlo hasta encontrar el momento en que no todo me diera igual; no sé por qué razón. Two months had passed since then, and the revolver still remained in the drawer; and so much was my indifference that it occurred to me to postpone it until I found the moment when not everything would matter to me; I don't know for what reason. Y de ese modo, durante esos dos meses, cada noche cuando regresaba a casa, pensaba que iba a suicidarme. No hacía más que esperar el momento oportuno. Y he aquí que esa estrellita me dio la idea, y me propuse que eso debía suceder irremisiblemente aquella noche. Sin embargo, ignoro la razón por la que la estrella me dio la idea.

Y justo cuando estaba mirando al cielo, de repente una niña me agarró por el codo. And just when I was looking at the sky, suddenly a girl grabbed me by the elbow. La calle estaba prácticamente desierta y apenas había transeúntes. A lo lejos, sobre el pescante, dormitaba un cochero. In the distance, on the box, a coachman dozed. La niña tendría unos ocho años. Llevaba un pañuelo en la cabeza y un vestidito. Estaba completamente empapada, y se me quedaron especialmente grabadas sus botas mojadas y rotas, que aún recuerdo: me llamaron la atención especialmente. La niña comenzó a tirarme del codo y a llamarme. No lloraba, pronunciaba entrecortadamente algunas palabras, que no lograba articular bien, porque tiritaba y tenía escalofríos y convulsiones. He was not crying, he was gasping for words that he could not articulate well, because he was shivering and had chills and convulsions. Estaba horrorizada por algo y gritaba desesperadamente: “¡Mamita, mamita!”. She was horrified by something and desperately yelled, "Mommy, Mommy!" Yo giré la cabeza hacia ella, y sin decirle palabra continué andando; pero la niña siguió corriendo detrás de mí tirándome del brazo. Su voz tenía el tono de desesperación de los niños cuando están muy asustados. Conozco ese tono. Y aunque no llegara a articular y terminar las palabras, comprendí que su madre se estaba muriendo en algún lugar, o que algo por el estilo estaría sucediendo para que la niña saliera corriendo a llamar a alguien, o encontrar algo, con tal de ayudar a su madre. Pero yo no fui tras ella; antes al contrario, de pronto se me pasó por la cabeza la idea de espantarla y echarla. But I didn't go after her; On the contrary, the idea suddenly crossed my mind to scare her away and throw her out. Al principio le dije que buscara al guardia municipal. Pero ella juntó las manitas y, sollozando y ahogándose, continuó corriendo a mi lado sin apartarse de mí. Fue entonces cuando di una patada en el suelo y lancé un grito. It was then that I kicked the ground and screamed. La niña sólo exclamó: “¡Señor, señor...!”; pero de repente me dejó, y al momento cruzó la calle: en la otra acera había un transeúnte, y al parecer la niña me había dejado para salir corriendo tras él.

Subí al quinto piso en el que vivo. Vivo en una habitación de alquiler. Es mísera y pequeña, con un ventanuco semicircular, de desván. Tengo un sofá cubierto con un hule, una mesa llena de libros, dos sillas y un sillón, viejo a más no poder; pero eso sí, de estilo volteriano. Me senté, encendí una vela y me puse a meditar. Al lado, en otra habitación, detrás del tabique, continuaba la juerga. Next door, in another room, behind the partition, the revelry continued. Llevaban así ya tres días. Allí vivía un capitán retirado, que tenía invitados –unas seis troneras– que bebían vodka y jugaban a las cartas con unos viejos naipes. There lived a retired captain, who had guests - about six embrasures - who drank vodka and played cards with some old cards. La noche anterior hubo pelea, y sé que dos de ellos se habían tirado de los pelos durante un buen rato. There was a fight the night before, and I know two of them had been pulling each other's hair for quite a while. La casera quiso presentar una denuncia, pero le tiene mucho miedo al capitán. Aparte de nosotros, en otra habitación, vive de alquiler una señora muy bajita y delgada, mujer de un militar, que había venido a la pensión con tres niños que enfermaron allí. Tanto ella como los niños temían al capitán hasta más no poder, y se pasaban la noche tiritando y santiguándose; el más pequeño hasta tuvo una especie de ataque por el miedo que le daba el capitán. Sé que ese tal capitán para a la gente en la avenida Nevski para pedir limosna. No le admiten para prestar servicio, pero es cosa extraña (y por eso lo cuento), pues durante todo el mes, desde que él se alojó aquí, no me contrarió en absoluto. He is not admitted for service, but it is a strange thing (and that is why I tell it), because during the whole month, since he stayed here, he did not displease me at all. Desde el principio rehuí cualquier contacto amistoso con él, y, además, desde el primer día él mismo se aburrió conmigo, y por más que puedan gritar al otro lado del tabique, y por más gente que pueda haber allí, a mí siempre me resulta indiferente. Permanezco toda la noche sentado, y la verdad es que ni los oigo, hasta tal punto me abstraigo y me olvido de que están allí. No me duerno en toda la noche hasta el amanecer; y así ha transcurrido ya un año. Durante la noche entera estoy sentado en el sillón, delante de la mesa sin hacer nada. Los libros los leo sólo durante el día. Permanezco sentado y ni siquiera pienso, sino que dejo que algunas ideas me ronden, y yo las dejo vagar a su libertad. Durante la noche se gasta toda la vela.

Me senté despacio junto a la mesa, saqué el revólver y lo puse delante de mí. Cuando lo coloqué, recuerdo que me hice una pregunta a mí mismo: “¿Ha de ser así?”, y completamente convencido me dije: “Así ha de ser”. Es decir, me suicidaré. Sabía que probablemente me suicidaría aquella noche, pero ignoraba cuánto tiempo permanecería así sentado junto a la mesa. Y sin duda alguna me habría dado un tiro en la cabeza, de no ser por aquella niña. And without a doubt he would have shot me in the head, had it not been for that girl.