CAPÍTULO 11: SECO COMO UN DESIERTO
CAPÍTULO 11: SECO COMO UN DESIERTO.
María abre otro libro que habla de los desiertos. Ahora son las 9:45 de la mañana. María: Aquí hay un mapa con todos los desiertos del mundo.
Emma y Omar: ¡Genial! Omar: ¿Veis ese gran desierto con el número 5, en la parte de arriba de África? ¡Ese es el Sáhara! Mi mamá y mi papá vivían allí, en Mali, antes de llegar aquí. Todavía tengo mucha familia allí. Emma: ¡Guau! Es un desierto enorme. María:Es el desierto más grande del mundo, Emma. ¡Tiene casi 5.000 km de largo! Emma y Omar: ¡Guau! Emma: ¿Tus padres han visto camellos en el desierto, Omar? Omar: ¡Sí! Mis padres iban a todas partes en camello. También hay otros animales que viven en el desierto, como pájaros, insectos, tortugas y lagartos.
María: ¿Recordáis lo que aprendimos la semana pasada sobre las tortugas y los lagartos? Son animales de sangre fría. ¿Recordáis lo que quiere decir? Omar: ¡Yo sí! Los animales de sangre fría están tan calientes o fríos como el aire del lugar donde viven. No pueden calentar sus cuerpos como nosotros lo hacemos. María: ¡Muy bien! Si en el desierto donde viven hace mucho calor o mucho frío, los animales también cogen la misma temperatura. Emma: ¿Animales como Paquito?
María: ¿Quién es Paquito, Emma? Omar: Paquito es la tortuga que vive en la clase del profe Daniel, nuestro profe del año pasado. María: ¡Ah, vale! Bueno, las tortugas viven normalmente en lugares húmedos. Sin embargo, las más grandes, las tortugas terrestres, viven en el desierto. ¡Como veis, pueden pasar mucho calor! Omar: ¡Pero en los desiertos hace mucho calor! ¿No les gusta? María: Por lo general, sí que les gusta, pero un cambio de solo 1 o 2ºC puede suponer mucha diferencia para ellas, porque puede hacer que haga más calor o que llueva menos. El agua ya es difícil de encontrar en los desiertos. Si hace un poco más de calor, encontrar agua puede ser todavía más complicado. Omar: Y todos los animales necesitan agua para vivir, ¿verdad, seño? María: ¡Correcto! Todos los seres vivos necesitan agua para vivir. Emma: ¡Qué bueno que Paquito vive con el profe Daniel y no en el desierto! Nosotros llenábamos su plato del agua todos los días. ¡Siempre tenía mucha agua para beber! María: ¡Me alegro de escuchar eso, Emma!