Los almendrones de Cuba (1)
Los almendrones de Cuba
¡Hola, chicos! ¿Qué tal?
Espero que todo (subjuntivo)... Espero que todo VAYA bien.
Hoy voy a ir al grano. Hoy no me voy a enrollar. Siempre me enrollo, pierdo el hilo de lo que estoy diciendo y al final… Bueno, al final acabo haciendo episodios muy largos, demasiado largos. La gente se aburre, la gente se duerme…
¡Hay gente que usa mi podcast para quedarse dormido! Lo digo en serio. Me he enterado, chicos, de que hay gente que cuando no puede dormir, cuando no puede pegar ojo, se pone a escuchar mi podcast y en cinco minutos se quedan fritos.
Yo, en fin, me alegro por ellos, pero, la verdad, para mí, como profesor y como “podcastero”...
Esta es una palabra que me acabo de inventar, ¿eh?. No la aprendáis. ¿Vale? Los españoles somos así. Nos inventamos las palabras, si es necesario…
Pero esta palabra, podcastero, debería existir, ¿no?
Si el que vende carne, se llama carnicero,
El que vende pescado, pescadero,
El que vende fruta, frutero,
El que vende churros, churrero
Y el que sirve las mesas, el mesero…
Entonces, por lógica, el que hace un podcast debería llamarse “podcastero” .
¿Me equivoco? ¿Estoy diciendo una tontería?
Bueno, pero, ¿veis? Ya me estoy enrollando, ya he perdido el hilo…
Si yo hoy no quería hablar de eso. Yo hoy no quería hablar de la etimología de la palabra podcastero, que, como ya os digo, no tiene etimología ni nada porque es una palabra que me acabo de inventar yo mismo… A ver, ¿qué etimología va a tener? Pues ninguna, eso está claro.
En fin, ¿por dónde iba, qué estaba diciendo…?
¡Ah, sí! Que… Que he estado escribiendo una historia nueva (¡Otra historia más!) para el curso Repaso 4, uno de los cursos incluídos en Repaso Total… Ya sabéis que a mí me gusta mucho enseñar con historias, ¿no? Que a mí me parece que las historias son geniales para aprender en contexto y bla, bla, bla… Ahora no voy a repetir otra vez lo que ya he dicho muchas veces…
No, no lo voy a hacer. No voy a repetir otra vez que, en mi modesta opinión, uno de los mejores métodos para aprender español es leer y escuchar historias…
No lo voy a hacer porque siempre me acusan de repetir demasiado las cosas, de que digo las mismas cosas una y otra vez, una y otra vez… No, no lo voy a hacer. No quiero que la gente (subjuntivo), no quiero que la gente SE ABURRA conmigo, no quiero que la gente (subjuntivo), no quiero que la gente SE QUEDE dormida escuchando mi podcast…
¡Me parece una humillación! Me parece una humillación que la gente (subjuntivo), que la gente SE QUEDE dormida escuchando mi podcast…
En fin, ¿por dónde iba? ¿Qué estaba diciendo?
¡Ah, si! Que acabo de escribir una historia para aprender español en contexto, una historia para el curso Repaso 4…
Y escribiendo la historia me he enterado de que… Me he enterado de que en Cuba a los coches antiguos de los años cincuenta que hay por las calles, se les llama “almendrones”.
Es una historia interesante, algo curioso que yo no sabía hasta que, escribiendo esta historia para el curso, pues me puse a hacer un poco de investigación…
Ya estoy escuchando a algunos diciendo “¿Investigación? ¿Haces investigación para escribir esas historias absurdas y ridículas que escribes?”
Pues, sí, chicos, sí, sí, sí… Yo siempre hago un poquito de investigación porque no quiero decir una tontería, no quiero que nadie (subjuntivo), no quiero que nadie VENGA y me DIGA “¡Oye, tío, ¿pero qué estás diciendo? ¡Eso no es verdad! ¡Deberías informarte mejor!”
Eso sería una humillación, chicos, eso sería una humillación para un profesor tan serio y tan profesional como yo… ¿no creéis?
Por eso, si en una historia hablo de la moneda de Argentina, pues yo primero investigo y me informo de cuál es la moneda de Argentina, para no decir una chorrada.
Y si hablo de cuál es el río que pasa por Toledo, de cómo se llama el presidente de Bolivia, del vino de Mendoza, del desierto de Sal en Bolivia o de la fachada de la Universidad de Salamanca… Pues igual… Primero me informo para no decir una chorrada, ¿no?
¡Faltaría más!
Y además, es que así me entero de un montón de cosas, la verdad. Es que escribiendo estos artículos y preparando el podcast, pues, os digo la verdad, aprendo un montón. Hay un montón de cosas que yo no sabía cuando empecé a escribir historias y a hacer este podcast que poco a poco he ido aprendiendo…
Sobre todo cosas curiosas de la historia, la cultura y la sociedad de América Latina, de Hispanoamérica.
No sé, por ejemplo, la historia de Mafalda, la niña argentina que dibujaba Quino; los orígenes de Cantinflas, el gran actor cómico mexicano; cómo se hace el pisco, la bebida típica de Perú; por qué en Canarias se llaman “guaguas” a los autobuses; cómo ir al Machu Pichu; dónde nació el Mojito…
En fin, tantas y tantas cosas supercuriosas y superinteresantes.
Y… Pues eso, que haciendo un poco de investigación para esta historia de Repaso 4 me he enterado de que en Cuba a los coches antiguos norteamericanos que se ven por las calles, la mayoría de los años cincuenta, se les llama “almendrones”.
Supongo que sabéis de qué tipo de coches estoy hablando, ¿no?
Si pensáis en Cuba, en La Habana, en las calles de La Habana, seguro que tenéis en la cabeza esa imagen, la imagen típica de esos coches antiguos, Chevrolet, Buick, Dodge, Plymouth, Ford, Cadillac, Mercury, Oldsmobile, Pontiac, Chrysler, Packard…
Perdón por mi pronunciación, pero no tengo ni idea de cómo se pronuncian estas marcas de coches…
Pues a estos coches antiguos, de los años 40 o 50…
Mejor dicho, a estos carros o a estos autos, porque es así cómo se llaman en Hispanoamérica normalmente…
A estos autos o carros antiguos, digo, se les llama popularmente “almendrones”. Una almendrón es, simplemente, una almendra grande.
Una almendra sabéis lo que es, ¿no? Una almendra es la fruta del almendro. Se puede comer cruda, tostada, frita… Se usa mucho para hacer dulces, como, por ejemplo, el turrón, el turrón de almendras, tan rico, tan bueno… Sabéis lo que es el turrón, ¿no?
Bueno, si no lo sabéis, lo buscáis en Google, ¿vale? Porque, jo, si me pongo a explicar todo, entonces no termino nunca…
Entonces… ¿Qué estaba diciendo? ¿Por dónde iba?
¡Ah, sí! Que en Cuba a estos autos, a estos carros antiguos norteamericanos que se ven tanto por las calles se les llama almendrones porque, dicen, parecen almendras muy grandes. Tienen esas formas redondeadas, ¿no?
Los coches de aquella época, de los años 40 y 50, eran así, ¿no? Tenían esas formas redondeadas, como Marilyn Monroe, ¿no?
En aquella época se llevaban las mujeres así, como Marilyn Monroe, más llenitas, con curvas, no, con pechos voluminosos…
Y los coches también eran así, ¿no? Al estilo Marilyn Monroe, con formas redondeadas, con muchas curvas, como los pechos de Marilyn Monroe…
No sé si alguien ha hecho algún estudio entre las formas de los coches de los años cincuenta y su relación con el pecho femenino, pero… yo creo que está bastante clara. Yo creo que es obvio, ¿no?
Seguramente se buscaba que la forma de los coches imitase el cuerpo de la mujer.
No sé si alguien ha hecho una investigación sobre el tema, pero si no se ha hecho, debería hacerse.
¿Es una tontería lo que estoy diciendo? Algunos pensarán que no tiene ni pies ni cabeza, pero yo estoy seguro de que tiene que haber alguna relación entre el cuerpo de las mujeres, quiero decir, el cuerpo de la mujer que estaba de moda en aquellos años, un cuerpo de formas redondas, generoso, maternal, lleno de curvas, con pechos grandes… y el diseño de los coches de aquella época (De los coches o de los carros o de los autos, como quieras llamarlo).
Si hay algún psicoanalista entre vosotros, que diga su opinión. Yo estoy seguro de que tiene que haber alguna relación…
En fin, me estoy enrollando, me estoy enrollando como una persiana.
¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Que… Esos almendrones típicos que se ven por las calles de Cuba pues tienen una historia muy interesante.
Resulta que… Claro, todo el mundo que va a Cuba dice “¡Oh, qué bonito! Es como un museo rodante del automóvil” y es verdad, es algo muy bonito, muy chulo, digamos, muy retro, muy de época, muy clásico… Es como hacer un viaje en el tiempo, ¿no? Es como volver a los años cincuenta… Yo no he estado nunca en Cuba, pero por las imágenes que veo, las imágenes típicas de Cuba que nos llegan, pues, parece que dar un paseo por La Habana es como meterse en una escena de una película de esas de los años cincuenta, con Cary Grant, Humphrey Bogart, ¿no? Con esos coches clásicos, retro, de época…
Y de hecho, por lo que he leído… Porque yo, chicos, antes de meterme a hacer este episodio he estado un buen rato leyendo, investigando un poquito sobre el tema… que nadie, que nadie (subjuntivo), que nadie SE CREA que yo vengo aquí y me pongo a hablar sin ton ni son… No, hijo, no, yo me preparo, yo leo… yo no hablo sin ton ni son… Bueno, a veces sí, a veces hablo un poco sin ton ni son, como todo el mundo…
Pero, bueno, ya estoy divagando otra vez… ¿qué estaba diciendo? ¿Por dónde iba?
¡Ah, si! Que, bueno, que, de hecho, los turistas que van a Cuba una de las cosas que más buscan es ver ese tipo de coches antiguos, retro, de época, de los años cincuenta… Ese paisaje de las calles de La Habana, la Habana Vieja, por ejemplo, que, me imagino, es el barrio más antiguo de la ciudad o El Malecón, que es una calle muy famosa en La Habana…
Seguro que habéis oído hablar de El Malecón, ¿no? Todo el mundo ha oído hablar de El Malecón de La Habana, ¿no? Yo no he estado nunca en Cuba, pero creo que El Malecón, por lo que he leído, El Malecón es un paseo marítimo de casi ocho kilómetros de largo y es una de las avenidas más auténticas y más famosas de Cuba.
Por lo que he visto, parece que El Malecón de La Habana es un punto de encuentro para amantes, poetas, cantantes, filósofos... Especialmente al atardecer, ya que allí es el lugar ideal para ver la puesta de sol. Al parecer, por lo que he leído, la puesta de sol desde el Malecón es una más de esas 1001 razones para aprender español…
Entonces, por lo que parece, lo típico, lo que no puede faltar en una visita a La Habana es darse un paseo por El Malecón, especialmente al atardecer, para ver desde allí la puesta de sol, y, me imagino, lo típico también es ver El Malecón lleno de coches de época, ¿no? De esas antiguallas sobre ruedas, de esos coches antiguos, de esos Chevrolet, Dodge, Ford, Cadillac, Mercury, Oldsmobile, Pontiac, Chrysler, Packard…
Y, claro, lo que no puede faltar en Cuba es subirse en uno de esos coches, en uno de esos carros o autos, como los llaman allí.
Por lo que he leído, parece que la mayoría de esos coches antiguos se usan ahora como taxis, ¿no? Y eso, me imagino, que es lo que hay que hacer en una visita a La Habana, coger uno de esos taxis típicos y dar un paseo por las calles de La Habana Vieja y por El Malecón en uno de esos autos de época…
Creo que también se pueden hacer visitas guiadas a la ciudad y excursiones en uno de esos coches de época.
Los últimos años, parece que el gobierno de Cuba está apostando fuerte por atraer turistas a la isla. No es de extrañar. Cuba tiene un gran problema con el bloqueo al que está sometida por parte de EEUU y, me imagino, que el turismo debe de ser fundamental para el desarrollo económico del país. De hecho, he leído que con el covid y ahora con la guerra en Ucrania, la industria del turismo en Cuba se ha visto muy afectada y, en fin… Bueno, ahora no quiero entrar a analizar todos esos problemas, al fin y al cabo yo no soy un entendido en el tema…