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Tres Cuentos, Ep. 36 - Este mundo no es de las feas (1)

Ep. 36 - Este mundo no es de las feas (1)

Introducción

Primera historia

1796: Caracas

Se compra piel blanca

La corona española ya no considera vil el linaje indio; la sangre negra, en cambio, oscurece los nacimientos por muchas generaciones. Los mulatos ricos pueden comprar certificados de blancura pagando quinientas monedas de plata.

Por quitarle el borrón que le aflige en extremo, el rey declara blanco a Diego Mejías Bejarano, mulato de Caracas, para que su calidad triste e inferior no le sea óbice (impedimento) al uso, trato, alternativa y vestido con los demás sujetos.

En Caracas, sólo los blancos pueden escuchar misa en la catedral y arrodillarse sobre alfombras en cualquier iglesia. Mantuanos se llaman los que mandan, porque la mantilla es privilegio de las blancas damas. Ningún mulato puede ser sacerdote ni doctor.

Mejías Bejarano ha pagado las quinientas monedas, pero las autoridades locales se niegan a obedecer. Un tío de Simón Bolívar y los demás mantuanos del Cabildo declaran que la cédula (el dictamen) real es espantosa a los vecinos y naturales de América. El Cabildo pregunta al rey: ¿Cómo es posible que los vecinos y naturales blancos de esta provincia admitan a su lado a un mulato descendiente de sus propios esclavos o de los esclavos de sus padres?

(Tomado de Memoria de Fuego, Volumen 2: Las Caras y las Máscaras. Eduardo Galeano. Siglo Veintiuno editores. Versión digital. México: 2014.)

Bienvenida

Que tal amigos y amigas de Tres Cuentos, el podcast dedicado a las narrativas literarias de América Latina. La anécdota anterior se puede encontrar en el libro Caras y Máscaras: Memoria del Fuego, del uruguayo Eduardo Galeano.

*

En español, hay un viejo dicho, "La mona aunque se vista de seda, mona se queda". En otras palabras, nadie puede disimular sus orígenes humildes con ropa elegante. Por lo tanto, si usted no nació con el linaje incorrecto o sin sangre azul, sus modales (o algo en usted) hará que todos se den cuenta de quién usted no es.

Recuerdo que yo tenía cerca de 15 años, y mi mamá me había comprado un vestido de flores. Yo estaba feliz de estrenarlo, así que me lo puse para salir a hacer un mandado a la tienda. Cuando iba saliendo de la unidad residencial, se me acerca una mujer de unos 50 años y me pregunta si yo era una empleada del servicio que trabajaba en una de las casas. Me quedé tiesa, le dije que no y seguí mi camino.

Para aquella mujer yo debía ser de menor clase social, porque mi piel morena y mi vestido de flores era todo lo que ella necesitaba para inferir dicha observación. Para mí, fue el fin de ese vestido.

Durante la época colonial aquellos con poder vendían títulos nobiliarios a quienes pudieran comprarlos. Aquellos de menor posición pensaban que así podían ascender la escala social del sistema que los reprimía. El que había clasificado el mundo entre civilizado o bárbaro, hermoso versus feo, blanco o negro.

Hoy, continuamos nuestro viaje a través de la literatura afrodescendiente. Y con beneplácito abrimos nuestros corazones a las palabras honestas y dulces de la escritora ecuatoriana Luz Argentina Chiriboga.

Pueden encontrar el siguiente extracto en el libro Este mundo no es de las feas, publicado por la Editorial Libresa en Ecuador.

Chiriboga nos cuenta la historia de una mujer llamada Linda. Sin embargo, el nombre, en lugar de concederle a su portadora los atributos atractivos que sugiere el adjetivo linda, se convierte en una carga pesada. Una pesadilla que atormenta a su portadora, porque como sabemos, el mundo prefiere a las mujeres bellas.

Historia

Este mundo no es de las feas

(Fragmento)

Por Luz Argentina Chiriboga

Tomado con permiso deEste mundo no es de las feas. Luz Argentina Chiriboga Guerrero. 2006. Quito: Editorial Libresa, 103-11.

En casa todos decían que era necesario que yo fuera a visitar el psiquiatra, pues este facultativo estudia la organización de la personalidad humana. Que no tuviera temor, solo se trataba de interpretar unas manchas de tinta sin formas estructuradas, método utilizado por los griegos que daba buenos resultados.

El caso se presenta evidente. Los vecinos se reunían y empezaban a tejer los más variados comentarios. Cada uno sacaba conclusiones y motivos lógicos y luego aconsejaron a Luis, que desesperado no podía dormir, llevara a su heredera a donde el doctor Joaquín Robusto, un hijo de español que llegó invitado a sustentar conferencias en algunas provincias del país, quien al conocer a una colega mexicana que lucía con garbo su esbelta figura, se quedó y se casaron.

Mis padres, Luis Castañeda y Roxana Perea, me obligaron a seguir un tratamiento con dicho profesional, pues sentíame incorpórea, un ser abstracto, y advertía la sensación de estar siempre caminando por la cuerda floja o algo así, como si estuviera en lo alto de un precipicio. Estaba allí, en clase con mis libros y cuadernos, pero para los maestros y para mis condiscípulos era inexistente. Un punto amorfo, sin cuerpo, sin vida, la nadie. No estaba conforme con tener un nombre sugerente, válido para otro ser que no fuera yo, distinto a lo que era y representaba, no una Cleopatra con sus ojos de noche tierna o una Sofía Loren con aquella gracia divina, pero desde entonces comprendí la importancia del nombre.

*

Había heredado de algún pariente, o tal vez el cruce de mis padres no fue apropiado, o quizás mi madre se asustó cuando estuvo embarazada, o vio un mico en noche de menguante, o atravesó el bosque y el Bambero la espantó, que sé yo, o posiblemente, algún pariente me jugó una mala pasada, pues heredé una fealdad desprotegida, fealdad con efe mayúscula, causa de mis angustias y de mis desvelos.

Aún más grande al recordar que por la refinada sensibilidad de mi madre me llamó Linda, qué contraste, para no afirmar, un absurdo. Qué falta de asidero, del fundamental equilibrio, sin analizar por un momento detalle por detalle la hija que había traído al mundo. Un mundo tan complejo, tan difícil, en el que solo tenían cabida los normales. Si me miraban de frente o de perfil, desde cualquier ángulo, resaltaba mi fealdad.

En casa están intrigados y gastaban horas, semanas y meses pensando de dónde había heredado este terrible defecto, pero tarde se dieron cuenta de la equivocación, del grave error de haberme puesto un nombre tan brillante, Linda. Qué aval les di yo al nacer para llamarme con ese nombre tan fragante, tan fresco, porque eso y más es lo que sugiere Linda.

Como sucede siempre, idealizando, fundamentándose, hay otros valores, hay que ser optimistas, y ahora dicen que los grandes maestros levitan y abandonan el cuerpo, sea éste hermoso o feo. Papá, en cambio, me aconseja conformidad, resignación.

*

Cuando estaba en la cuna escuché las discusiones de mis padres al excogitar el nombre que llevaría de por vida y comencé a intrigarme. Mi padre dijo Rosa, entonces di un grito.

- Tranquila, mi pequeña.

Ya comenzaba a reconocer las modalidades, las normas, los resabios y las aberraciones del mundo. Para poder satisfacer las exigencias de la sociedad tendría que ser otra bebé, pues en este Planeta se rendía culto a la belleza y lo bello era blanco. Mi madre acudía a la creencia de que rociándome un poco de polvo y ocultando mi mancha del trasero, todo se solucionaría. No fue así.

La idea de escoger un nombre para mí se revitalizó y sentí un extraño miedo. Miedo que se fue agudizando al escuchar que llevaría el nombre de Bella, otra ingenuidad de mis padres. Lloré. ¡Qué iban a hacer! No pude precisar cuál de los dos dijo: se llamará Rosalinda.

Entonces pataleé con fuerza, arrojé los juguetes que estaban a mi alrededor. Mamá confundida, tuvo la sensación de que algo raro ocurría. Sentí la necesidad de refutarles, decirles que no cometieran tal error, pero no entendieron mis señales.

Si hubiera nacido normal, sin esa notoria fealdad, me hubiera sentido feliz de llamarme Rosalinda, Selva, Verano, Primavera, estaría cantando siempre. No había nada que me preocupara más que llevar un nombre desacorde con mi figura, era como acostumbrarme a una nueva forma de morir. De joven mis facciones causarían vértigo, me vi monstruosamente fea y tenía temor de enfrentar así la vida.

Mañana cuando otros amaneceres se posarán en la ventana de mi dormitorio, sufriría una severa crisis de contradicciones, de negación, porque las gentes no aceptan las personas diferentes a ellas. Estaba perdida, no tendría tranquilidad para el resto de mis años.

- Sí, te llamarás Linda.

*

Mamá se dio cuenta de mi cambio, repentinamente sufrí arrebatos, fiebre, grité tan fuerte, que se vino al suelo la lámpara del velador. Me llamaría Linda, esa fue la conclusión a la que llegaron, imaginaron heredaría la gracia de mi madre y la estatura de mi papá, pero se equivocaron. Heredé de un pariente, de un desconocido que venía marcándome los pasos y se había pasado la vida maldiciendo por no corresponder el equilibrio universal. Por ser raro, diferente, anatómicamente no armónico, intermedio no definido ni definitivo.

Era yo la que llevaría de por vida el nombre de Linda, arrastraba mi fealdad por los vericuetos de una lejana genealogía. Tal vez pacífico primate frugívoro y arborícola o de alguna sabandija.

Me quedo pensativa como si de repente me sumergiera en un submundo extraño, poblado de fantasmas, de formas desconocidas. ¿Cómo podré expresar mi libre albedrío si vengo marcada con esta herencia? ¿Cómo cambiar este código genético? ¿Existiría la posibilidad de salirme de los moldes?

Observaba a mi hermana con sus facciones delicadas, con sus mejillas rosadas y sus cabellos rubios. Ella debió, según los vecinos, llamarse Helena, por la de Troya o Dalila. ¿Qué diría ella al verme, así como soy: un renacuajo?

*

Desesperada, siento mi fealdad a flor de piel, en todos mis poros, es como si un insecto recorriera mi rostro, subiera a mis ojos y se quedara en mi nariz. En vano luchaba por ahuyentarlo, pues forma parte de mí misma. Lo había traído consigo, tal vez estuve destinada a ser una lagartija, una rana, un conejo, en el proceso de formación del nuevo individuo hay una asombrosa similitud, pero posteriormente, en el desarrollo, casi en el último instante, me hizo humana.

Quizás en el vientre de mi madre se introdujo por equivocación otro cuerpo que vino del más allá, desde el gran estallido o de los póngidos, en ese misterioso itinerario genético y se quedó a vivir con los humanos. Ahora me preguntaba ¿qué hacer con ese deseo o trampa que natura ideó para coyundar, si soy tan fea?

Creí mejor regresar y fingí estar enferma. No me moví, no quise comer y cuando mis padres notaron mi rostro demacrado, llamaron al médico. Recuerdo que estuvo junto a mí, vestía un traje blanco, me tomó el pulso y acariciándome susurró: Quédate en este mundo, no te regreses.

*

No es un sueño, pero me convertí en una experta en Sigmund Freud, en Rorschach, en Machover. El hijo del doctor Joaquín Robusto, Ricardo, un joven de ojos como la noche en menguante, me extendió unas láminas en negro y gris, con diferentes combinaciones de tonos y otras policromadas. El examinador satisfecho con mis respuestas fue mostrando su aceptación y confianza con mi forma de ser, y mientras repetía: soy linda, soy linda, él fue adaptándose a mi fealdad y yo fui llenando su soledad.

Comentarios

Esta historia me recuerda ese viejo dicho "La belleza está en los ojos del espectador". Para mí, el espectador es la cultura que usa una lente racial. Durante siglos, esa lente ha filtrado y dado forma a la idea de la belleza, suscribiéndola a lo que es puro, blanco y dócil.

Entonces, antes de sumergirnos en los cuentos y discursos que se hilaron y adaptaron para justificar la superioridad de la cultura blanca en Latinoamérica, les debo recordar que se subscriban al correo del podcast. Todo lo que deben hacer es ir a nuestro sitio web www.trescuentos.com.

Igualmente, si tienen un tema o un autor que le gustaría que consideremos para futuros programas, póngase en contacto con nosotros a través de nuestro sitio web.

Ep. 36 - Este mundo no es de las feas (1) Ep. 36 - Dies ist keine hässliche Welt (1) Επ. 36 - Αυτός δεν είναι ένας άσχημος κόσμος (1) Ep. 36 - This world is not ugly (1) Ep. 36 - Ce n'est pas un monde laid (1) エピソード36 - 醜い世界ではない (1) Ep. 36 - To nie jest brzydki świat (1) Ep. 36 - Este não é um mundo feio (1) Эп. 36 - Этот мир не безобразен (1) Ep. 36 - Det här är inte en ful värld (1)

Introducción

Primera historia first story

1796: Caracas 1796: Caracas

Se compra piel blanca white fur is bought

La corona española ya no considera vil el linaje indio; la sangre negra, en cambio, __oscurece los nacimientos__ por muchas generaciones. Die spanische Krone betrachtet die indische Abstammung nicht mehr als abscheulich; schwarzes Blut hingegen verdunkelt Geburten für viele Generationen. The Spanish crown no longer considers the Indian lineage vile; black blood, on the other hand, obscures births for many generations. Los mulatos ricos pueden comprar certificados de blancura pagando quinientas monedas de plata. Rich mulattoes can buy certificates of whiteness by paying five hundred silver coins.

__Por quitarle el borrón que le aflige en extremo__, el rey declara blanco a Diego Mejías Bejarano, mulato de Caracas, __para que su calidad triste e inferior no le sea óbice (impedimento) al uso, trato, alternativa y vestido con los demás sujetos__. To remove the blur that afflicts him extremely, the king declares Diego Mejías Bejarano, a mulatto from Caracas, white, so that his sad and inferior quality is not an obstacle (impediment) to the use, treatment, alternative and dress with the other subjects. Pour effacer la tache qui l'afflige à l'extrême, le roi déclare que Diego Mejías Bejarano, mulâtre de Caracas, est blanc, afin que sa triste et inférieure qualité ne soit pas un obstacle à son utilisation, son traitement, son alternative et son habillement avec les autres sujets.

En Caracas, sólo los blancos pueden escuchar misa en la catedral y arrodillarse sobre alfombras en cualquier iglesia. In Caracas, only whites can hear mass in the cathedral and kneel on carpets in any church. __Mantuanos__ se llaman los que mandan, porque la mantilla es privilegio de las blancas damas. Mantuanos are called those who command, because the mantilla is the privilege of white ladies. Ningún mulato puede ser sacerdote ni doctor.

Mejías Bejarano ha pagado las quinientas monedas, pero las autoridades locales se niegan a obedecer. Mejías Bejarano has paid the five hundred coins, but the local authorities refuse to obey. Un tío de Simón Bolívar y los demás __mantuanos__ del Cabildo declaran que la cédula (el dictamen) real es espantosa a los vecinos y naturales de América. An uncle of Simón Bolívar and the other Mantuanos of the Cabildo declare that the royal cedula (dictamen) is frightening to the neighbors and natives of America. El Cabildo pregunta al rey: __¿Cómo es posible que los vecinos y naturales blancos de esta provincia admitan a su lado a un mulato descendiente de sus propios esclavos o de los esclavos de sus padres?__ The Cabildo asks the king: How is it possible that the white residents and natives of this province admit to their side a mulatto descendant of their own slaves or of their parents' slaves?

(Tomado de __Memoria de Fuego, Volumen 2: Las Caras y las Máscaras__. (Taken from Memoria de Fuego, Volume 2: The Faces and the Masks. Eduardo Galeano. Siglo Veintiuno editores. Versión digital. México: 2014.)

Bienvenida

Que tal amigos y amigas de Tres Cuentos, el podcast dedicado a las narrativas literarias de América Latina. La anécdota anterior se puede encontrar en el libro __Caras y Máscaras: Memoria del Fuego__, del uruguayo Eduardo Galeano. The above anecdote can be found in the book Caras y Máscaras: Memoria del Fuego (Faces and Masks: Memory of Fire), by Uruguayan Eduardo Galeano.

*

En español, hay un viejo dicho, "La mona aunque se vista de seda, mona se queda". In Spanish, there is an old saying, "La mona even if she dresses in silk, mona stays." En otras palabras, nadie puede disimular sus orígenes humildes con ropa elegante. In other words, no one can disguise their humble origins with fancy clothes. Por lo tanto, si usted no nació con el linaje incorrecto o sin sangre azul, sus modales (o algo en usted) hará que todos se den cuenta de quién usted no es. Therefore, if you were not born with the wrong lineage or without blue blood, your manners (or something in you) will make everyone realize who you are not.

Recuerdo que yo tenía cerca de 15 años, y mi mamá me había comprado un vestido de flores. Yo estaba feliz de estrenarlo, así que me lo puse para salir a hacer un mandado a la tienda. I was happy to wear it for the first time, so I put it on to go out on an errand to the store. Cuando iba saliendo de la unidad residencial, se me acerca una mujer de unos 50 años y me pregunta si yo era una empleada del servicio que trabajaba en una de las casas. As I was leaving the residential unit, a woman in her 50s approached me and asked if I was a service employee who worked in one of the houses. Me quedé tiesa, le dije que no y seguí mi camino. I stiffened, told him no and went on my way.

Para aquella mujer yo debía ser de menor clase social, porque mi piel morena y mi vestido de flores era todo lo que ella necesitaba para inferir dicha observación. For that woman I must have been from a lower social class, because my dark skin and my flowered dress was all she needed to infer that observation. Para mí, fue el fin de ese vestido.

Durante la época colonial aquellos con poder vendían títulos nobiliarios a quienes pudieran comprarlos. During colonial times those with power sold titles of nobility to those who could buy them. Aquellos de menor posición pensaban que así podían ascender la escala social del sistema que los reprimía. Those of lesser position thought that this way they could ascend the social scale of the system that repressed them. El que había clasificado el mundo entre civilizado o bárbaro, hermoso versus feo, blanco o negro. The one who had classified the world between civilized or barbaric, beautiful versus ugly, white or black.

Hoy, continuamos nuestro viaje a través de la literatura afrodescendiente. Y con beneplácito abrimos nuestros corazones a las palabras honestas y dulces de la escritora ecuatoriana Luz Argentina Chiriboga. And with pleasure we open our hearts to the honest and sweet words of the Ecuadorian writer Luz Argentina Chiriboga.

Pueden encontrar el siguiente extracto en el libro __Este mundo no es de las feas,__ publicado por la Editorial Libresa en Ecuador. You can find the following excerpt in the book This world is not ugly, published by Editorial Libresa in Ecuador.

Chiriboga nos cuenta la historia de una mujer llamada Linda. Sin embargo, el nombre, en lugar de concederle a su portadora los atributos atractivos que sugiere el adjetivo linda, se convierte en una carga pesada. However, the name, instead of giving its bearer the attractive attributes that the adjective cute suggests, becomes a heavy burden. Una pesadilla que atormenta a su portadora, porque como sabemos, el mundo prefiere a las mujeres bellas. A nightmare that torments its wearer, because as we know, the world prefers beautiful women.

Historia

Este mundo no es de las feas This world does not belong to the ugly ones

(Fragmento)

Por Luz Argentina Chiriboga

Tomado con permiso de__Este mundo no es de las feas__. Taken with permission fromThis world is not of the ugly ones. Luz Argentina Chiriboga Guerrero. 2006. Quito: Editorial Libresa, 103-11.

En casa todos decían que era necesario que yo fuera a visitar el psiquiatra, pues este facultativo estudia la organización de la personalidad humana. At home everyone said that it was necessary for me to go see the psychiatrist, since this physician studies the organization of the human personality. Que no tuviera temor, solo se trataba de interpretar unas manchas de tinta sin formas estructuradas, método utilizado por los griegos que daba buenos resultados. Not to be afraid, it was just a question of interpreting ink spots without structured forms, a method used by the Greeks that gave good results.

El caso se presenta evidente. The case is obvious. Los vecinos se reunían y empezaban a tejer los más variados comentarios. The neighbors met and began to weave the most varied comments. Cada uno sacaba conclusiones y motivos lógicos y luego aconsejaron a Luis, que desesperado no podía dormir, llevara a su heredera a donde el doctor Joaquín Robusto, un hijo de español que llegó invitado a sustentar conferencias en algunas provincias del país, quien al conocer a una colega mexicana que lucía con garbo su esbelta figura, se quedó y se casaron. Each one drew conclusions and logical reasons and then they advised Luis, who was desperate and couldn't sleep, to take his heiress to see Dr. Joaquín Robusto, a son of a Spaniard who was invited to hold conferences in some provinces of the country, who upon meeting a Mexican colleague who flaunted her slender figure with panache, stayed and they were married.

Mis padres, Luis Castañeda y Roxana Perea, me obligaron a seguir un tratamiento con dicho profesional, pues sentíame incorpórea, un ser abstracto, y advertía la sensación de estar siempre caminando por la cuerda floja o algo así, como si estuviera en lo alto de un precipicio. My parents, Luis Castañeda and Roxana Perea, forced me to follow a treatment with said professional, because I felt incorporeal, an abstract being, and I noticed the sensation of always walking a tightrope or something like that, as if I were at the top of a precipice. Estaba allí, en clase con mis libros y cuadernos, pero para los maestros y para mis condiscípulos era inexistente. I was there, in class with my books and notebooks, but for the teachers and my classmates I was non-existent. Un punto amorfo, sin cuerpo, sin vida, la nadie. An amorphous point, without a body, without life, the nobody. No estaba conforme con tener un nombre sugerente, válido para otro ser que no fuera yo, distinto a lo que era y representaba, no una Cleopatra con sus ojos de noche tierna o una Sofía Loren con aquella gracia divina, pero desde entonces comprendí la importancia del nombre.

*

Había heredado de algún pariente, o tal vez el cruce de mis padres no fue apropiado, o quizás mi madre se asustó cuando estuvo embarazada, o vio un mico en noche de menguante, o atravesó el bosque y el Bambero la espantó, que sé yo, o posiblemente, algún pariente me jugó una mala pasada, pues heredé una fealdad desprotegida, fealdad con efe mayúscula, causa de mis angustias y de mis desvelos.

Aún más grande al recordar que por la refinada sensibilidad de mi madre me llamó Linda, qué contraste, para no afirmar, un absurdo. Even greater when I remember that because of my mother's refined sensibility she called me Linda, what a contrast, not to say, an absurdity. Qué falta de asidero, del fundamental equilibrio, sin analizar por un momento detalle por detalle la hija que había traído al mundo. What a lack of grip, of fundamental balance, without analyzing for a moment, detail by detail, the daughter she had brought into the world. Un mundo tan complejo, tan difícil, en el que solo tenían cabida los normales. A world so complex, so difficult, in which only the normal ones had a place. Si me miraban de frente o de perfil, desde cualquier ángulo, resaltaba mi fealdad. If they looked at me from the front or in profile, from any angle, it highlighted my ugliness.

En casa están intrigados y gastaban horas, semanas y meses pensando de dónde había heredado este terrible defecto, pero tarde se dieron cuenta de la equivocación, del grave error de haberme puesto un nombre tan brillante, Linda. Qué aval les di yo al nacer para llamarme con ese nombre tan fragante, tan fresco, porque eso y más es lo que sugiere Linda. What guarantee did I give them at birth to call me with that fragrant, so fresh name, because that and more is what Linda suggests.

Como sucede siempre, idealizando, fundamentándose, hay otros valores, hay que ser optimistas, y ahora dicen que los grandes maestros levitan y abandonan el cuerpo, sea éste hermoso o feo. As is always the case, idealizing, founding, there are other values, we must be optimistic, and now they say that the great masters levitate and leave the body, be it beautiful or ugly. Papá, en cambio, me aconseja conformidad, resignación.

*

Cuando estaba en la cuna escuché las discusiones de mis padres al excogitar el nombre que llevaría de por vida y comencé a intrigarme. Mi padre dijo Rosa, entonces di un grito.

- Tranquila, mi pequeña.

Ya comenzaba a reconocer las modalidades, las normas, los resabios y las aberraciones del mundo. Para poder satisfacer las exigencias de la sociedad tendría que ser otra bebé, pues en este Planeta se rendía culto a la belleza y lo bello era blanco. In order to satisfy the demands of society, she would have to be another baby, because on this planet beauty was worshiped and beauty was white. Mi madre acudía a la creencia de que rociándome un poco de polvo y ocultando mi mancha del trasero, todo se solucionaría. My mother came to the belief that by sprinkling a little powder on me and hiding my spot on my butt, everything would be solved. No fue así.

La idea de escoger un nombre para mí se revitalizó y sentí un extraño miedo. Miedo que se fue agudizando al escuchar que llevaría el nombre de Bella, otra ingenuidad de mis padres. Fear that became more acute when hearing that she would bear the name of Bella, another naiveté of my parents. Lloré. ¡Qué iban a hacer! No pude precisar cuál de los dos dijo: se llamará Rosalinda. I couldn't specify which of the two said: her name will be Rosalinda.

Entonces pataleé con fuerza, arrojé los juguetes que estaban a mi alrededor. Mamá confundida, tuvo la sensación de que algo raro ocurría. Sentí la necesidad de refutarles, decirles que no cometieran tal error, pero no entendieron mis señales.

Si hubiera nacido normal, sin esa notoria fealdad, me hubiera sentido feliz de llamarme Rosalinda, Selva, Verano, Primavera, estaría cantando siempre. No había nada que me preocupara más que llevar un nombre desacorde con mi figura, era como acostumbrarme a una nueva forma de morir. De joven mis facciones causarían vértigo, me vi monstruosamente fea y tenía temor de enfrentar así la vida.

Mañana cuando otros amaneceres se posarán en la ventana de mi dormitorio, sufriría una severa crisis de contradicciones, de negación, porque las gentes no aceptan las personas diferentes a ellas. Estaba perdida, no tendría tranquilidad para el resto de mis años.

- Sí, te llamarás Linda.

*

Mamá se dio cuenta de mi cambio, repentinamente sufrí arrebatos, fiebre, grité tan fuerte, que se vino al suelo la lámpara del velador. Me llamaría Linda, esa fue la conclusión a la que llegaron, imaginaron heredaría la gracia de mi madre y la estatura de mi papá, pero se equivocaron. Heredé de un pariente, de un desconocido que venía marcándome los pasos y se había pasado la vida maldiciendo por no corresponder el equilibrio universal. Por ser raro, diferente, anatómicamente no armónico, intermedio no definido ni definitivo.

Era yo la que llevaría de por vida el nombre de Linda, arrastraba mi fealdad por los vericuetos de una lejana genealogía. Tal vez pacífico primate frugívoro y arborícola o de alguna sabandija.

Me quedo pensativa como si de repente me sumergiera en un submundo extraño, poblado de fantasmas, de formas desconocidas. ¿Cómo podré expresar mi libre albedrío si vengo marcada con esta herencia? ¿Cómo cambiar este código genético? ¿Existiría la posibilidad de salirme de los moldes?

Observaba a mi hermana con sus facciones delicadas, con sus mejillas rosadas y sus cabellos rubios. Ella debió, según los vecinos, llamarse Helena, por la de Troya o Dalila. ¿Qué diría ella al verme, así como soy: un renacuajo?

*

Desesperada, siento mi fealdad a flor de piel, en todos mis poros, es como si un insecto recorriera mi rostro, subiera a mis ojos y se quedara en mi nariz. En vano luchaba por ahuyentarlo, pues forma parte de mí misma. Lo había traído consigo, tal vez estuve destinada a ser una lagartija, una rana, un conejo, en el proceso de formación del nuevo individuo hay una asombrosa similitud, pero posteriormente, en el desarrollo, casi en el último instante, me hizo humana.

Quizás en el vientre de mi madre se introdujo por equivocación otro cuerpo que vino del más allá, desde el gran estallido o de los póngidos, en ese misterioso itinerario genético y se quedó a vivir con los humanos. Ahora me preguntaba ¿qué hacer con ese deseo o trampa que natura ideó para coyundar, si soy tan fea?

Creí mejor regresar y fingí estar enferma. No me moví, no quise comer y cuando mis padres notaron mi rostro demacrado, llamaron al médico. Recuerdo que estuvo junto a mí, vestía un traje blanco, me tomó el pulso y acariciándome susurró: Quédate en este mundo, no te regreses.

*

No es un sueño, pero me convertí en una experta en Sigmund Freud, en Rorschach, en Machover. El hijo del doctor Joaquín Robusto, Ricardo, un joven de ojos como la noche en menguante, me extendió unas láminas en negro y gris, con diferentes combinaciones de tonos y otras policromadas. El examinador satisfecho con mis respuestas fue mostrando su aceptación y confianza con mi forma de ser, y mientras repetía: soy linda, soy linda, él fue adaptándose a mi fealdad y yo fui llenando su soledad.

Comentarios

Esta historia me recuerda ese viejo dicho "La belleza está en los ojos del espectador". Para mí, el espectador es la cultura que usa una lente racial. Durante siglos, esa lente ha filtrado y dado forma a la idea de la belleza, suscribiéndola a lo que es puro, blanco y dócil.

Entonces, antes de sumergirnos en los cuentos y discursos que se hilaron y adaptaron para justificar la superioridad de la cultura blanca en Latinoamérica, les debo recordar que se subscriban al correo del podcast. Todo lo que deben hacer es ir a nuestro sitio web www.trescuentos.com.

Igualmente, si tienen un tema o un autor que le gustaría que consideremos para futuros programas, póngase en contacto con nosotros a través de nuestro sitio web.