Otras culturas, otros mundos
Hola amigos, estamos a 14 de mayo, bienvenidos a esta nueva emisión de “A mi aire”. Muchas gracias por vuestras propuestas y sugerencias para los podcasts. Hoy voy a hablar de lo que nos sorprende [1] a los españoles y latinos cuando llegamos a Suiza o Alemania, la propuesta de Peter, y os hablaré también de las tradiciones de Sri Lanka. Cada país tiene su propia cultura y viajando abres los ojos al mundo y se amplía el horizonte y la forma de pensar y ver la vida. Es una maravilla.
Pero antes de empezar quiero responder a las preguntas que os hice el último día sobre Madrid: ¿dónde está el kilómetro cero? Pues el kilómetro cero está en la Puerta del Sol, justo [2] al pie del reloj de la plaza madrileña. ¿Y qué tienen de especial las columnas de la Puerta de Alcalá? Si las miráis bien, veréis que son diferentes, por un lado y por el otro. Resulta que Rey Carlos III aprobó en el siglo XVIII dos proyectos diferentes de Francisco Sabatini para la construcción de la Puerta de Alcalá. Para no contradecir [3] al rey, Sabatini construyó una puerta asimétrica. Las columnas son diferentes por un lado y por otro. Miradla bien, ¡hay más diferencias!
*
A ver… hay mil cosas que nos sorprenden cuando viajamos o cuando nos instalamos a vivir en un país que no es el nuestro. Si pienso en Suiza, tengo que nombrar tres cosas diferentes para mí, el tema de los besos, los zapatos y los brindis [4]. Sí, creo que estas tres cosas son las que más nos sorprenden a todos los españoles y latinoamericanos al llegar a un país germánico. Sí, es que… ay, nosotros somos muy besucones [5]. Si a mí me presentan a alguien, yo doy dos besos, los colombianos y los chilenos dan uno, pero vaya, dan besos. Me acuerdo de lo que me costó [6] adaptarme a esa costumbre de no besar y dar la mano. Yo enseguida me lanzaba a besar al chico o la chica que me habían presentado, y él o ella se echaba para atrás [7] y me ponía en medio la mano, una mano rígida, dura, muy poco cariñosa… “Hay que dar la mano, Alicia, tienes que dar la mano”, me decía David. Bueno, pues daremos la mano. Ahora ya me he acostumbrado, pero curioso es que si los suizos dan besos, no solo dan dos, no, ¡dan tres! Esto era también para mí muy divertido. Ni uno ni dos, ¡tres! Entonces te invitan a su casa a cenar. Yo llego toda guapa, con una falda estrecha y botas altas. Entonces me dicen que me tengo que quitar las botas, que las tengo que dejar en la puerta. Lo primero que pienso es: “¿Y si me las roban? ¿ y si me huelen los pies? Ay, no sé si tengo un agujero en las medias…” ¡Qué situación tan incómoda! Una voz me pregunta: “¿quieres zapatillas [8]?” Yo las cojo corriendo y me las pongo, pero … me veo tan absurda con mi falda estrecha y las zapatillas… “La próxima vez me pongo vaqueros, prometido, vaqueros o pantalones de deporte. En el fondo todo el mundo viste de forma informal…”, me digo. Me siento en el sofá y me ofrecen un aperitivo, un vino blanco con soda y con hielo… Uy, pregunto si tienen una cerveza. Es que... ¿vino blanco con soda? ¿cómo lo llaman aquí? ¿Gespritzten Weissen? Yo prefiero vino solo o cerveza sola. Todo puro y sin hielo, no me gustan las mezclas. En fin, ya con mi cervecita en la mano empiezo a beber ¡porque tengo una sed! Pero David me da un codazo [9]. “Alicia, no. ¡Que tienes que brindar!”, me dice bajito al oído. “Salud, chicos”, digo; pero no, no, tengo que mirar a los ojos de cada uno, para no tener 7 años de mala suerte, me dicen. ¿Será verdad? Nosotros no brindamos nunca mirando a los ojos, nosotros brindamos todos a mogollón [10]. “Chichín, amigos. Arriba, abajo, al centro y pa dentro [11].” Subes el vaso, lo bajas, lo pones en el centro y das un buen trago [12] a la bebida que tengas. Mis amigos suizos me enseñaron a brindar mirando a los ojos, yo les enseñé el chichín informal. Ellos me enseñaron a quitarme los zapatos en casa; yo ya no me pongo falda. Ahora no beso, pero si quiero a alguien le doy un buen abrazo, así no se me escapa [13].
*
Viajar es marcharse de la casa, es cambiar, es dormir en otra cama, es meterse en otro mundo, conocer otras culturas y sobre todo es conocer a otra gente. Creo que viajar es lo que más me gusta de este mundo. He estado dos semanas en Sri Lanka, ¡qué maravilla de país, amigos! Por su naturaleza y su cultura, por su gente y sus costumbres, por sus religiones y tolerancia. Allí tampoco te dan dos besos, allí juntan las manos delante de la cara y te dicen “ayubowan” bajando la cabeza. En Sri Lanka también te tienes que quitar los zapatos al entrar en las casas; pero también al entrar en los templos, uno va descalzo por la vida, sintiendo el suelo bajo los pies, sintiendo la tierra. Y allí no se brinda, porque lo que te ofrecen en las casas es un té.
Os voy a contar una bonita tradición cingalesa. Cuando nosotros llegamos a Sri Lanka se celebraba el año nuevo. Resulta que allí el año empieza el 13 de abril. En ningún sitio se vende alcohol, hay que empezar bien y sereno [14] el año. Nosotros fuimos de Colombo directamente a la selva, a Kithulgala, y pudimos participar con nativos en el ritual de año nuevo. Fue muy bonito. El día 14 a las 10 de la mañana todos los cingaleses de Sri Lanka pusieron leche de coco a calentar. Nosotros estuvimos con una familia muy agradable. Ellos hicieron un fuego en medio de su habitación. Pusieron una placa de metal en el suelo y sobre ella hicieron un fuego con palos. Encima pusieron un cuenco [15] con la leche. Allí alrededor esperamos todos callados a que la leche hirviera y rebosara del cuenco. Mientras esperábamos, la televisión estaba puesta y se oían rezos budistas. No entendíamos nada, pero la magia del momento te envuelve. Una mujer se sentó con su bebé al lado del cuenco, quería ver mejor como la leche empezaba a hervir [16]. Cuando por fin la leche hirvió y se salió del cuenco, la gente aplaudió contenta, todos volvieron a hablar y a sonreírse, les espera un buen año. Me encantó celebrar con ellos el año nuevo.
*
Por cierto, este año se puso la leche a hervir a las diez de la mañana, pero no siempre se pone a la misma hora, se pone el mismo día, eso sí, pero la hora depende de las estrellas, de las constelaciones [17].
Bueno, ya llegamos al final de este podcast, volveré a estar con vosotros en podclub.ch o vía app el 25 de mayo. Recordad que me podéis escribir preguntas o hacer sugerencias para mis podcast. El próximo día hablaré del tema propuesto por Alan, de los productos biológicos. Mientras tanto aprended las palabras nuevas de este podcast con el entrenador de vocabulario y ved fotos en Instagram con #amiaire y #podclubalicia. Hasta entonces, cuidaros y que os vaya muy bien.
Glossaire: A mi aire [1] sorprender: llamar la atención, chocar
[2] justo: exactamente
[3] contradecir: llevar la contraria ; decir que se ha equivocado o que no es cierto
[4] (el) brindis: juntar las copas de vino o de otra bebida alcohólica y decir decir « salud » o « chinchín »
[5] besucón: una persona que besa mucho
[6] costar: ser difícil, complicado para una persona
[7] echarse para atrás: retirarse, moverse hacia atrás
[8] (las) zapatillas: zapatos cómodos para estar en casa
[9] dar un codazo: dar un golpe con el codo a alguien para llamar la atención sobre algo
[10] a mogollón: a la vez, de golpe, todos juntos a una
[11] pa dentro: es coloquial, informal y significa: para dentro, hacia dentro; hay que beber
[12] dar un buen trago: beber mucho
[13] escaparse: irse
[14] sereno: sobrio, una persona que no ha bebido alcohol ; lo contrario de borracho
[15] (un) cuenco: un recipiente redondo, ancho y alto, no es muy grande. Ahí puedes calentar agua, leche o hacer una sopa
[16] hervir: cuando por el calor un líquido hace burbujas
[17] constelaciones: conjunto de estrellas que formas figuras en el cielo