El mejor acento español
Hola, chicos, ¿qué tal? ¿Cómo va la semana? Espero que bien, espero que todo vaya (subjuntivo), espero que todo vaya bien.
La semana pasada no pude publicar un episodio para nuestro podcast. Lo siento, pero estuve muy ocupado tratando de terminar nuestro curso REPASO 2, un curso intensivo de 30 días… Bueno, no os preocupéis, que nadie huya, que nadie tenga miedo (subjuntivo), no voy a hacer publicidad de este curso, entre otras cosas porque ya terminó el periodo de inscripción…
Pero, en fin, lo que estaba diciendo que con todo el trajín, con todo el lío de terminar el curso y ponerlo en marcha, pues, eso, que no tuve tiempo de grabar un nuevo episodio para nuestro podcast.
Una pena porque la verdad es que me gusta mucho grabar estos episodios de nuestro podcast.
Antes de nada muchas gracias a todos los chicos y chicas de Patreon y a toda la gente que me ayuda con su apoyo económico en PayPal. Gracias al apoyo económico de estas personas pues puedo seguir adelante con este podcast. Sin ellos, la verdad es que mi trabajo en internet sería mucho más difícil.
Y en Patreon me han pedido que hable más de España, de la historia de España, de cómo son los españoles, de qué pasa en España en la actualidad…
La actualidad de España está marcada en estos momentos, como en todos los países, pienso, por el covid-19 y por todos los efectos devastantes que está teniendo. Y, sinceramente, no me apetece mucho hablar de ese tema.
Todos los días hojeo los periódicos y las redes sociales de España para saber qué está pasando y estas semanas todo gira en torno a ese tema: el covid, la pandemia, la cuarentena que está imponiendo el gobierno en muchas ciudades.
Hace unos días, sin embargo, leí un tweet que me llamó la atención. No tiene nada que ver con la pandemia. Era alguien que, comentando la actualidad de España, se burlaba del acento de una ministro del gobierno, del gobierno de España, porque hablaba con acento andaluz.
O sea, lo importante no era criticar las medidas del gobierno, lo que esa ministra del gobierno estaba diciendo, no, lo que hacía esta persona en twitter era criticar el acento de la ministra, su acento andaluz.
Esto es algo que sucedía a menudo en España en el pasado y que yo pensaba que ya no sucedía. Pero parece que estoy equivocado. Parece que hay gente todavía en España que piensa que hay acentos mejores que otros o que algunas formas de hablar son propias de gente inculta.
Mucha gente que me sigue en internet se sorprenderá, quizás, si digo que cuando yo era joven y vivía en España, yo tenía un acento andaluz muy fuerte. Tan fuerte que cuando me fui a vivir a Madrid la gente no me entendía.
Esto es algo que he contado alguna vez, pero que seguramente poca gente recuerda. Es algo que, sinceramente, me da un poco de vergüenza recordar… Aunque, bueno, no me debería dar vergüenza porque yo creo que no hice nada malo. Al contrario, creo que era la gente, cierto tipo de gente, la que se comportaba mal conmigo.
A ver si me explico.
Ahora que hago vídeos en YouTube y hago este podcast cada semana, una de las cosas que me llaman más la atención es que la gente, los estudiantes, me dicen que me entienden muy bien, que hablo de forma muy clara. Mucha gente me dice que me entienden a mí, pero no a los españoles, no al resto de españoles…
Esto es algo a lo que ya estoy habituado. De hecho, yo creo que lo que atrae a mucha gente a mis vídeos y a este podcast es el hecho de que me entienden. Muchos estudiantes se sienten a menudo muy frustrados, supongo, tratando de entender la televisión, una película o cualquier otro youtuber de España… Y se sorprenden mucho cuando me pueden entender a mí casi perfectamente. Incluso personas que llevan muy poco tiempo estudiando español me dicen que me entienden muy bien.
Yo al principio también me sorprendía porque, como decía, cuando yo era joven tenía un acento muy fuerte de Andalucía, de Granada, y fuera de Andalucía, cuando iba a otras partes de España a muchas personas les costaba entender.
Yo fui a Madrid para estudiar en la universidad y para mí, sinceramente, fue un shock tremendo porque me di cuenta de que yo hablaba de modo muy diferente al resto de la gente. La gente, en general, parecía no estar acostumbrada a escuchar el acento andaluz y cada vez que decía algo en una tienda, por ejemplo, en un bar o cuando charlaba con mis compañeros de la universidad, a veces tenía que repetir una frase varias veces porque la primera vez no me entendían.
Para mí aquello fue, como digo, un shock, algo bastante traumático porque yo era muy joven, tenía solo 18 años y era la primera vez que salía de casa, me iba lejos, a otra ciudad. A una ciudad mucho más grande que la mía. Granada es una ciudad muy pequeña en comparación con Madrid.
A mí me gustaba mucho Madrid. Me gustaba mucho la historia y vivir en Madrid era muy emocionante porque podía visitar lugares históricos, podía ir a plazas, caminar por calles y ver monumentos, edificios y un montón de lugares que habían sido importantes en la historia de España. Muchos de estos sitios los había visto en la televisión, claro, y para mí, con 18 años, era muy emocionante ir y verlos, estar allí…
Recuerdo que me pasaba los días visitando lugares históricos, paseando por calles y diciendo, ah, mira esto es el Palacio Reall, o, mira, aquí está el museo del Prado o anda, mira aquí está la estatua de la Cibeles; ah, mira este es el parlamento…
En fin, yo con eso me lo pasaba pipa, de verdad, estaba muy contento de vivir en Madrid.
Pero resulta que nadie me entendía, que tenia que repetir mucho las cosas. Y eso para mí fue tan traumático que al final acabe por hablar muy poco. En clase, por ejemplo, en la universidad, hablaba muy poco, no participaba en las discusiones, no me atrevía a hablar con otros compañeros de la clase porque pensaba que no me entenderían, no hacía preguntas a los profesores…
Es que yo, como digo, era de Granada y en Granada, que es una ciudad del sur de España, del sudeste de España. Está en Andalucía, pero en Andalucía oriental, en Andalucía del Este, pues tenemos un acento muy particular, una cento muy fuerte. En la capital, en Granada, tenemos un acento fuerte, muy distintivo, pero es mucho más fuerte en los pueblos de la provincia. Sabéis que España se divide en provincias. Cada provincia tiene una capital y luego dentro de cada provincia hay otros muchos pueblos que normalmente son más pequeños, mucho más pequeños que la capital de la provincia.
Total, que si en Granada tenemos un acento muy fuerte, muy cerrado, muy distinto del resto de España, pues en los pueblos de la provincia el acento es muchísimo más fuerte.
Yo soy de Granada capital y lo pasé muy mal cuando fui a Madrid. Imaginaos a una persona de un pueblo pequeño de la provincia de Granada, con un acento mucho más cerrado que el mío, más fuerte, que va a Madrid. Me imagino que se habría sentido fatal.
Es verdad que hay que entender que yo tenía 18 años y era bastante tímido, entonces, claro, eso también influye. Otra persona, quizás más mayor y más extrovertida, menos tímida, pues probablemente no habría tenido tantos problemas como tuve yo para integrarme en la ciudad, para conocer gente y hacer amigos.
El problema principal era el plural de las palabras. La S al final de las palabras. Por ejemplo, recuerdo que yo decía a menudo “Más o menos” y que la gente no me entendía. La gente entendía “Ma o meno”. Y claro, estaban confundidos.
O, por ejemplo, “dos cafés, por favor” y el camarero entendía “do café”.
En Andalucía, en Granada, no pronunciamos la S al final de las palabras. Lo que hacemos es que, para marcar el plural de una palabra, pronunciamos la última vocal más abierta.
Por ejemplo, para decir “Más o menos”, en Granada decimos “mah o menoh” . La a de más y la o de menos las pronunciamos un poco má abiertas: mah o menoh.
Pero la gente de Madrid y en general la gente del resto de España no capta la diferencia entre una vocal abierta y una vocal cerrada. Entonces, cuando yo decía mah o menoh, la gente solo escuchaba ma o meno y cuando yo decía doh café, la gente entendía do café.
En fin, que al final fui dejando de hablar y pasé un año muy solitario en Madrid, pensando que todo el mundo se burlaba de mí. Porque sí, el problema no era solo que no me entendían. El problema era que muchas personas se burlaban de mi acento, me tomaban el pelo, me hacían burla, se reían de mí… Para un chico de 18 años, lejos de su casa, sinceramente, no fue un año fácil para mí.
Estoy hablando de los años ochenta, claro. Yo viví en Madrid en el año 82. Ya ha llovido mucho desde entonces, ¿eh? Ya ha llovido mucho, pero, en fin, todavía recuerdo aquel año y todavía me duele, sinceramente, cómo me trataron algunas personas simplemente por el hecho de tener una acento diferente.
Lo que pasa es que antes en España se pensaba que los andaluces hablábamos mal. Existía la idea de que el castellano correcto era el que se hablaba en Castilla. Tradicionalmente se decía que el mejor castellano era el de Valladolid.
Existía esa idea de que si no hablabas el castellano con el acento y la pronunciación tradicional de Castilla pues hablabas mal, que eras una persona sin educación, una persona de baja clase social. El acento andaluz, el acento del sur de España, sobre todo el acento de Andalucía del Este (Andalucía orietnal) está asociado tradicionalmente a gente pobre, sin formación, sin educación.
Esta es la idea que existía antes en España. Como digo, estoy hablando de los años 80, del principio de los años 80. Ahora es diferente. Franco acababa de morir unos años antes, en 1975 y durante el franquismo en la escuela y en los medios de comunicación se había promovido la idea de que había un buen castellano, un castellano correcto, el castellano que se hablaba en Castilla, en el centro de España, y que pronunciar con otro acento era propio de gente inculta, de gente sin educación…
Recuerdo que cuando volví a Granada al terminar el curso universitario fui a una emisora de radio local, es decir, de allí, de la ciudad, de Granada, y, bueno, yo en Madrid había estudiado periodismo y entonces me pasé por aquella emisora de radio para preguntar si era posible hacer algún tipo de prácticas en la radio. Recuerdo que hablé con alguien, con un chico de la emisora que me dijo, bueno, que prácticamente para trabajar en la radio había que tener un acento castellano. Estoy hablando de una emisora de Granada, del sur de España, ¿entendéis? La excusa para no darme esas prácticas en la radio fue que yo no hablaba con acento castellano.
Eso fue el colmo. Yo que ya estaba traumatizado por mi experiencia en Madrid, porque allí nadie parecía entenderme, porque la gente decía que no hablaba castellano, resulta que en mi propia ciudad, en una emisora de radio de mi propia ciudad, me decían que no me podían admitir porque no hablaba castellano correctamente. O sea, me decían lo mismo que me habían dicho en Madrid.
Esto sucedió hace muchos años, claro. Ha llovido mucho desde entonces.
En la actualidad hay andaluces en las emisoras de radio, en los programas de televisión, en el gobierno… La gente poco a poco ha ido aceptado el acento andaluz… Ahora hablar español con acento andaluz no es un problema…
Pero, pero, pero… digamos que la situación no es como antes. Por supuesto que no. Ahora en España se acepta la diversidad de acentos del español mucho más que antes, es verdad, pero a veces me sorprende encontrar todavía gente que se burla del acento andaluz. Ha habido varios casos recientemente en España donde la gente en las redes sociales o incluso periodistas y presentadores de la televisión han hecho comentarios sobre el acento andaluz de una persona, como si fuera un acento de gente poco educada, sin formación, pobres, analfabetos…
Me sorprende que en el año 2020 todavía haya gente que siga pensando que hay un acento mejor que otro o que el acento andaluz es inferior o motivo de burla.
Es que quizás no lo sepáis, pero en España se mira a Andalucía como un región donde la gente es divertida, alegre, pero al mismo tiempo sin ganas de trabajar, fiesteros, poco trabajadores, vagos, siempre con ganas de dormir la siesta… Esos son los estereotipos tradicionales sobre los andaluces. Yo creía que ya todo eso estaba superado, pero a veces leo en internet comentarios de gente criticando la forma de hablar de otras personas, burlándose de su acento y me cuesta creer que estamos en el año 2020.
Bueno, chicos, lo dejamos aquí por hoy. Espero que si vais a España para practicar o para aprender español no dejéis de ir a una ciudad o a una parte de España porque el acento de allí no es el buen acento, no es el acento correcto. Esa es una mentalidad muy antigua y llena de prejuicios. Tan buen español es el que se habla en Granada como el que se habla en Madrid. Hablar bien un idioma no depende del lugar geográfico en el que se vive, sino de tu educción. Muchos de los mejores escritores y poetas de España eran andaluces. Federico García Lorca, por ejemplo, uno de los mejores escritores de la literatura española era de Granada. ¿Hablaba mal Federico García Lorca? Lo dudo. Supongo que tendría acento de Granada, claro, pero eso no quiere decir que hablase mal, ¿no?
Lo importante para hablar bien no es el acento de tu ciudad, sino tu formación, tu educación. Se puede hablar perfectamente con acento de Granada, de Madrid o de cualquier otro lugar. Lo que hace que hables bien o mal no es tu acento, sino tu educación.
En fin, chicos, lo dejamos aquí por hoy. Si os gusta nuestro podcast, podéis dejar vuestra reseña, vuestra crítica en Apple Podcast. Eso me ayuda enormemente a continuar crecimiento, a que cada vez más personas conozcan Español Con Juan.
Nos vemos, no, no nos vemos, nos escuchamos la próxima semana. Aquí, en Español Con Juan.
¡Hasta pronto!