Tesis sobre la historia - Walter Benjamin (2)
a la interpretación marxista de la historia es la teología.
La teología, según Benjamin, es genial como un enano, pero también es fea,
porque el enano que se tiene que ocultar dentro de la máquina queda todo encorvado.
La teología es fea en círculos marxistas pues es el opio de los pueblos.
La segunda tesis comienza con un epígrafe de “Microcosmos.
Ideas sobre la historia natural y la historia de la humanidad.
Ensayo de una antropología”, de Rudolf Herman Lotze.
En su obra Lotze se refiere a lo sorprendente que le parece que, aunque la humanidad sea tan
egoísta, las generaciones presentes no envidian a las generaciones futuras el bienestar que tendrán.
Esto es, envidiamos a nuestros contemporáneos o a nuestros antepasados, pero por alguna
razón no lo hacemos con nuestros sucesores, nos agrada el bien que les podemos hacer.
Mediante una terrible objetificación de las mujeres, Benjamin rescata de la cita de Lotze que
el concepto de felicidad es un concepto histórico, temporal: La felicidad que produce envidia sólo
está en el pasado, y no en cualquier pasado… Para Benjamin, la envida del pasado viene de
aquello que no sucedió, de aquello que pudimos haber disfrutado, pero no hicimos realmente.
En otras palabras, de aquello que hubiéramos disfrutado.
Dicen que el “hubiera” no existe, pero aquí tiene una realidad negativa.
El “hubiera” es una negatividad, es algo que no sucedió, y cuando es una
felicidad negativa el “hubiera” es envidia. La envidia no quiere existir, quiere desaparecer,
quiere que se realice la felicidad pasada posible, la felicidad que no fue, quiere ser redimida.
Por ello para Benjamin la idea de felicidad tiene dentro de sí la idea de redención.
Benjamin nos dice que esta idea de redención que obtuvo de la idea de felicidad de Lotze,
se encuentra también en el pasado histórico. En la historia, especialmente en el materialismo
histórico, el pasado nos reclama. Las generaciones anteriores nos han
estado esperando, esta espera nos dota de una débil fuerza mesiánica.
Estas generaciones tienen, por esta fuerza mesiánica, por esta espera, un derecho sobre
nosotros, lo que significa que ante el pasado, el materialista histórico tiene una responsabilidad.
Es en esta fuerza mesiánica donde radica el poder teológico del materialismo histórico.
En las cápsulas de Marx vimos en lo que consistía el materialismo histórico.
Sin embargo, si queremos entender la premisa de Nietzsche, que la teología está detrás
del materialismo histórico, necesitaré explicarles un poco de teología judía,
en especial sobre el mesías. Mesías literalmente significa ungido,
una persona que ha sido elegida mediante un ritual sagrado que implica que se le ha embarrado óleo.
El mesías es mencionado por los profetas Isaías, Zacarías, Ezequiel y Jeremías,
los que escribieron durante el exilio babilonio, alrededor de los tiempos de la caída del templo.
Se refiere a un rey judío de la línea davídica que reinará sobre la era mesiánica.
De acuerdo con Isaías 2:4: “Y juzgará entre las gentes,
y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces:
no alzará espada gente contra gente, ni ensayarán más para la guerra.”
La llegada del mesías, el momento mesiánico, inicia con un gran juicio
y castigo a quienes lo merecen. Después, todas las armas de
guerra se convierten en herramientas de paz. En esta época el pueblo de Israel regresará
a su tierra y las demás naciones reconocerán el mal que les hicieron; se reconstruirá el templo;
se reestablecerán los Sanedrín; Todos adorarán a Yahvé; Los judíos serán los guías espirituales del
mundo; La torá se estudiará mentalmente, de modo meditativo; No habrá hambre, enfermedad o muerte;
Se hará fértil a la tierra árida ; Los muertos se levantarán; y se le darán a todos los que lo
merezcan, los deseos de sus corazones. En la tradición jasídica se cree que
en cada generación nace una persona con el potencial de ser el mesías.
Aunque el mesías puede tardar, todos los judíos deben esperarlo y vivir como si individualmente
tuvieran la responsabilidad de que llegue. El mesías llegará cuando más sea merecido,
por ejemplo, cuando el mismo día todo el pueblo de Israel se arrepienta, celebre un Sabbat
apropiadamente o sean completamente inocentes. Pero también puede llegar cuando más lo necesiten;
durante una generación totalmente culpable, que haya perdido la
esperanza o que no respete a sus padres. Poder traer el momento donde se juzgará
a todos y por fin se tendrá paz, abundancia y felicidad, en eso consiste la fuerza mesiánica.
Cuando Benjamin dice en la segunda tesis Benjamin que hay un acuerdo secreto entre
las generaciones pasadas y la nuestra, hace referencia a que en la tradición judía las
generaciones pasadas tienen un derecho sobre la fuerza mesiánica de las generaciones presentes,
pues está en la acción de cada uno de los judíos vivos hacer que el mesías llegue.
Todos los judíos cargan con la responsabilidad individual y colectiva de la llegada del mesías.
Benjamin dice que esto es lo que está detrás del materialismo histórico.
Cuando Marx dice que la historia de la humanidad hasta nuestros días es
la historia de la lucha de clases, detrás de ello hay una exigencia de que ya no lo sea,
de que termine la historia de la lucha de clases y comience la historia de la humanidad libre.
El materialismo histórico pone sobre todos sus historiadores, la responsabilidad del
fin de la historia de la lucha de clases. Las generaciones pasadas que pertenecieron a las
clases oprimidas, reclaman sobre las generaciones presentes que hagan llegar la revolución.
De este modo podemos ver al materialismo histórico como una postura histórica redentora.
De ahí viene su fuerza mesiánica, la teología que está escondida dentro de ella y jala sus hilos.
Esta redención está muy presente cuando en la tercera tesis Benjamin afirma que
nada debe darse por perdido para la historia. El deber del historiador tiene que referir a
todos los acontecimientos históricos por completo, tanto grandes como pequeños.
Sin embargo, tal imperativo no se puede cumplir sino hasta que la humanidad sea redimida.
Sólo en ese momento se podrán alcanzar todos los momentos de la historia,
solo desde ese punto la historia es alcanzable. Tenemos una fuerza mesiánica que viene del pasado
que nos llama, y solo cumpliendo con ese llamado, cuando termine la
lucha de clases, podremos alcanzar al pasado. El final de la lucha de clases, la revolución
que va a terminarla, es el día del juicio final, es el día en el que llegará la era mesiánica.
Para Benjamin, cada uno de los instantes de la humanidad se convierte en una cita para ese
momento, cada momento de la lucha de clases está esperando al momento de la redención,
de la liberación de la humanidad. Recordemos que Benjamin está hablando del
materialismo, por lo cual uno no esperaría que la cuarta tesis comenzara con un epígrafe de Hegel:
“Procuraos primero alimento y vestido, que así el Reino de Dios os llegará por sí mismo”
Déjenme les cuento por qué está interesantísimo que cite esto.
Tal vez ya se hayan percatado que está revirtiendo el sentido de Mateo 6:33 donde dice “Más buscad
primeramente el reine de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”.
Mateo está diciendo que lo importante es lo espiritual y que lo material va después,
filosóficamente está tomando una postura idealista ¿Por qué entonces Hegel,
un absoluto idealista absoluto, le da la vuelta para afirmar algo materialista?
Benjamin nos deja la tarea a nosotros de investigar esto.
Por la fecha nos podríamos ir con la finta de que la cita es de la fenomenología del espíritu,
pero eso no tendría sentido, pues este es un tratado idealista.
Pero no es así. En este momento Hegel se
encuentra editando un periódico el cual requiere de noticias que puedan vender.
Para conseguirlas le escribe a Karl Ludwig von Knebel, pidiéndole chismes políticos.
El contexto de la cita revertida de mateo es que le pide el favor a von Knebel, porque
trabaja en un periódico, porque necesita comer. Y es que la cuarta tesis trata del materialismo:
la premisa de que la lucha de clases es la lucha por las cosas materiales sin
las cuales no hay cosas finas y espirituales. Sin embargo, Benjamin hará la movida opuesta
a Hegel afirmando que dentro de la lucha de clases hay cosas espirituales como perseverancia,
confianza, valentía, humor astucia. Benjamin nos quiere recordar que la
relación entre lo material y lo espiritual en el materialismo no es unidireccional,
no fluye de lo material solo a lo espiritual, sino que el educador también tiene que ser educado,
lo material requiere de lo espiritual. Lo espiritual no solo es el premio que se
conseguirá al final de la lucha, está presente en la lucha y cuestiona la victoria de los poderosos.
Esto último hace que estas cosas actúen de modo retroactivo, es decir que actúen sobre el pasado.
Benjamin nos dice que lo espiritual nos conecta con el pasado, hace que éste
voltee como un girasol hacia nosotros, el sol que se alza en el cielo de la historia.
¿Por qué nos mira el pasado? ¿Por qué somos nosotros el sol que se alza en
el cielo de la historia? El pasado está esperando que lo redimamos, está esperando
que hagamos llegar al momento mesiánico. Las cosas espirituales nos conectan con el
pasado, con la fuerza mesiánica. Además, el pasado se vuelve el
foco de la quinta tesis. Para Benjamin el pasado se
nos aparece como un destello durante el cual hay que atraparlo, pues de otro modo se nos escapa.
Esta postura es contraria a la postura historista.
¿A qué me refiero yo con ello? Es que en todas las traducciones al español que he visto de este
texto, traducen el término como historicismo. Pero todas las traducciones se equivocan
porque Benjamin no estribe Historizismus sino Historismus,
no escribe historicismo sino historismo. Ambas son posturas respecto a la historia,
pero son posturas distintas. Entonces ¿qué es historismo?
Pues según la Real Academia de la Lengua Española, la definición de Historismo es… historicismo.
¡RAE ya vete a tu casa! ¡Por eso nadie te quiere!
Parece que tengo que aclarar cuál es la diferencia.
El historicismo es la postura ante la historia que afirma que ésta se guía por
leyes, por algo más grande que le da estructura a los sucesos históricos.
Ya vimos algunas, Kant, Hegel y Marx. Sí el materialismo histórico
de Marx es historicista. Entonces, vayamos a la postura Historista.
Ésta es una postura empirista sobre la historia la cuál la limita a lo documentado y lo observable.
Afirma que es posible organizar todos los eventos históricos en una coherencia total.
Es una postura que entra en crisis cuando los Bolcheviques publican los documentos secretos
de la Rusia zarista que evidenciaron una serie de intrigas que llevaron a la primera guerra mundial.
La postura historista tenía una postura respecto a los sucesos que habían llevado a esta guerra,
esto que les platiqué, el asesinato de Franz Ferdinand por Gavrilo Princip.
Pues resulta que no, parecía que antes de que se diera la guerra Inglaterra,
Francia y Rusia ya se habían repartido el mundo. Benjamin hace uso de la imagen del pasado que
amenaza con disiparse para contrastar al historismo con el materialismo histórico.
Contrasta esta imagen con la cita de Gottfried Keller: “La verdad no se nos escapará”.
Es una frase que expresa muy bien la postura historista, el hecho de que la historia es lo
observable, que la verdad está a nuestro alcance. Pero lo más interesante de esta frase que
Benjamin claramente adjudica a Gottfried Keller es que ¡la frase no es de Keller,
es de Dostoievski! ¡La dice Razumikhin en crimen y castigo cuando habla a cerca de que el error es lo
que nos hace humanos y es el camino a la verdad! ¿Se equivocó Benjamin o lo hizo a propósito? ¡No
sabemos! ¡La verdad sobre “la verdad no se nos escapara” se nos ha escapado! ¡Pero justo eso