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Esp - VisualPolitik, ¿Por qué los SAUDÍES financian mezquitas en CHECHENIA? - VisualPolitik

¿Por qué los SAUDÍES financian mezquitas en CHECHENIA? - VisualPolitik

Y si te dijera que el nuevo enemigo de los Talibanes dentro de Afganistán son los salafistas?

¡Habéis oído bien! Hablamos de un enfrentamiento religioso en toda regla. Y ya sé lo que estaréis

pensando en este momento ¿Pero qué clase de lucha religiosa pueden tener si... profesan la misma

fe? Tanto los talibanes como los salafistas creen en el Islam Sunnita y ambos son extremistas ¿Qué

diferencias pueden tener? ¡Pues muchas!

Veréis, dentro del Islam hay 4 escuelas jurídicas distintas. Los talibanes siguen la escuela hanafi,

que no tiene nada que ver con la salafista. Y diréis ¿En qué se diferencian? Pues los

talibanes permiten interpretar los textos sagrados usando la razón y la opinión. Sí,

ya sé que razón y talibanes parece una contradicción. Pero es que los salafistas

son aún más radicales, porque dicen que los textos sagrados no se pueden tocar ni en la última coma.

Por supuesto, durante la guerra de Afganistán, los talibanes y los salafistas tuvieron ciertas

alianzas. Sobre todo con ese grupo terrorista de confesión salafista que todos conocemos:

Al Qaeda. Sin embargo, con Estados Unidos fuera, han vuelto a los enfrentamientos.

No obstante, no creáis que hablamos de una guerra abierta. La realidad es que

los salafistas son una minoría en Afganistán. En parte, gracias a la opresión taliban. Esto

no significa que Afganistán sea ningún paraíso de tolerancia. Todo lo contrario.

Como vamos a ver en este vídeo, hay muchas formas de radicalismo islámico. Y todas ellas

pueden ser violentas y peligrosas. Pero hoy vamos a centrarnos en los SALAFISTAS.

Y diréis ¿Por qué nos interesan tanto los salafistas? Pues porque es una de las ramas

del Islam de más rápido crecimiento. Los salafistas han ido expandiéndose por el

mundo desde hace décadas ¿Por qué? Pues porque cuentan con el músculo financiero

para hacerlo ¿De quién hablamos? Pues nada más y nada menos que de un viejo

conocido aquí en VisualPolitik: Arabia Saudita. ¡Pero no creáis que hablamos sólo de mezquitas

radicales en Occidente! El salafismo se está expandiendo también por todo el mundo musulmán.

Muchos países musulmanes moderados están sucumbiendo a los encantos del radicalismo

salafista. Así que las preguntas que hoy nos hacemos son: ¿Por qué debemos preocuparnos

por el salafismo? ¿Qué impacto puede tener en nuestras vidas? ¿Por qué el salafismo es

tan atractivo en países musulmanes? Hoy vamos a responder a estas preguntas pero antes...

[Antes quiero recordaros que, si os gusta VisualPolitik, ahora podéis apoyar activamente

este proyecto ¿Cómo? Pues suscribiéndoos al Patreon de VisualPolitik. Además de permitir que

este proyecto pueda seguir adelante, si os unís a nuestro Patreon, recibiréis nuestra newsletter

“Las claves de la Semana”, donde tocamos muchos más temas que no nos da tiempo a cubrir en forma

de vídeo. Además, a partir del nivel 3, recibiréis nuestro merchandising exclusivo. Merchandising

que nunca estará a la venta. Tenéis todos los enlaces en la descripción. Y ahora sí,

vamos a ver un poco de historia.] (DR. SALAF AND MR. YIHAD)

Todos asociamos Salafismo con Arabia Saudita. Sin embargo, el salafismo nace en la actual

Iraq en el siglo IX. La palabra “Salafismo” viene de “Salaf” que es como se llamaba a

los estudiosos del Islam tras la muerte de Mahoma. Y los salafistas eran estudiosos

que defendían que los textos sagrados no se pueden interpretar. Se tienen que aplicar “a raja tabla”.

Y os preguntaréis ¿Qué tiene que ver el Salafismo con Arabia Saudita? Pues todo viene del siglo

XVIII cuando un clérigo que se llamaba AL-WAHHAB convirtió al jefe tribal más importante de la

zona - Lo único que en vez de llamarlo salafismo, en un acto de humildad lo llamó wahabismo, porque

claramente lo último que quería era ser famoso. El resto es historia: en los años 30 del siglo XX,

Arabia Saudita descubre que tienen zumo de dinosaurio para dar y vender. De repente, un

montón de inmigrantes de otros países musulmanes emigran para trabajar en los campos de petróleo

saudíes. Y entre barril de petróleo y oraciones diarias... se terminan convirtiendo al salafismo.

¡Pero no sólo eso! ¿Qué hacen todos los saudíes con todo ese dinero que ganan con el petróleo?

Pues aquí es donde llega la gran brecha saudí de la que ya os hemos hablado varias veces en

VisualPolitik. La Casa Real Saudí usa el dinero para vivir a todo tren, comprarse mansiones y

coches de lujo. Sí, vale, mantienen ciertas convenciones religiosas... pero se olvidan de

toda la parte del salafismo que dice que hay que ser “austero” y “modesto”. Pero luego tenemos a

los Salafistas “true”. Los auténticos. Esos que, por muy ricos que sean, nunca se pondrán un traje

de Armani porque... va contra los textos sagrados. Estos salafistas usan su dinero

para expandir su palabra por todo el mundo. Y, claro, alguno se preguntará, ¿qué hay de

malo en que se expanda una religión, si todas lo hacen? Pues sí, tenéis razón.

El problema es que dentro del salafismo hay corrientes que predican la violencia. Sí,

amigos de VisualPolitik, hablamos del Yihadismo. Sin embargo, esperad un momento porque la Yihad es

un término bastante desconocido en Occidente. En realidad hay dos niveles de Yihad. La YIHAD menor

consiste en la lucha contra el infiel. En este caso, cualquiera que no practique el salafismo.

Y en la mayor parte de los casos, por “lucha” entendemos... lucha violente. Pero luego existe la

YIHAD MAYOR. La Yihad Mayor consiste en la lucha interna contra el mayor infiel que puede haber,

que es uno mismo. La lucha interna por controlar nuestros propios deseos y ser fieles al Corán.

Dicho de otra forma: muchas veces podemos escuchar a un clérigo musulman hablar de

Yihad y eso no significa necesariamente que esté hablando de matar infieles.

Echa esta aclaración, hay algo que muchos os estaréis preguntando ahora ¿Cómo es posible

que una religión tan radical se expanda tan rápidamente? Pues ahora mismo lo vamos a ver.

(LA EXPANSIÓN DEL SALAFISMO… VERSIÓN MAL) No es ninguna sorpresa que la religión

se utilice como un arma política, se lleva haciendo durante toda la historia. Así que,

cuando toda África del Norte se independizó de sus colonizadores Europeos, los salafistas

pensaron que tenían una oportunidad de crecimiento. Y diréis ¿Les salió bien?

Pues... la respuesta es NO. Mal. Salió fatal. Cuando Argelia estaba en guerra con Francia,

los salafistas tuvieron cierto momento de gloria. Pero, tan pronto como Argelia se independizó,

los partidos salafistas quedaron marginados. Durante la guerra entre India y Pakistán,

tanto Arabia Saudita como Qatar financiaron a grupos terroristas salafistas. Pero a

duras penas lograron poder político real. Y en Afganistán fue un auténtico fracaso. Primero,

los comunistas frenaron cualquier movimiento religioso. Después, los talibanes frenaron a

los salafistas. Durante la última guerra de Afganistán, los salafistas habían logrado

cierta presencia. En este caso, su principal valedor era el Estado Islámico en la provincia

de Khorasan. Pero en cuanto los talibanes se han hecho con todo el poder, los salafistas

han sido las primeras víctimas. Atentos. (“Los Talibán se enfrentan al ISKP, su rival

más serio en Afganistán” Aljazeera, 27/9/2021. ) Y la misma historia tenemos con las Primaveras

Árabes. Ni en Túnez ni en Egipto han logrado expandirse. Sí, por supuesto,

en todos estos países hay algún partido político salafista pero: en Tunez no ganan

las elecciones y en Egipto no hay elecciones que ganar. Sin embargo, hay una zona donde

el salafismo sí está ganando terreno ¿De qué países hablamos? Ahora mismo lo vamos a ver.

CÓMO EXTENDER UNA RELIGIÓN Vale: nos ha quedado claro que el

régimen saudita quiere expandir el salafismo. La pregunta es ¿Por qué no se frena a la Casa

Real Saudí? A fin de cuentas, Estados Unidos tiene herramientas más que suficientes para

presionarles. Pero aquí viene el gran plot twist de esta historia ¿De verdad es el régimen saudí

quien financia las mezquitas salafistas? Pues... sí y a la vez no. Arabia Saudí dona

dinero a ONGs islámicas como, por ejemplo, la Liga del Mundo Islámico. Sobre el papel, esto es ayuda

humanitaria sin más. Pero muchos de los encargados de estas ONGs desvían dinero a la causa yihadista.

Sin embargo, buena parte de la financiación del salafismo

internacional viene... ¡De la sociedad civil! ¡Habéis oído bien! Buena parte de la financiación

de las mezquitas salafistas fuera de Arabia Saudita viene del sector privado. Es decir:

de esos salafistas “true” que no tienen nada que ver con la Casa Real Saudí.

Hablamos de banqueros, empresarios inmobiliarios y funcionarios con sueldos altísimos.

En lugar de usar su dinero para comprarse mansiones en Marbella, lo usan para construir

mezquitas en Chechenia. Y diréis ¡Seguro que están compinchados con el régimen saudí! Pues

lo cierto es que no. Como decíamos al principio, los salafistas “true” odian a la Casa Real Saudí.

Consideran que se han vendido a las comodidades de los infieles. Y os voy a dar una muestra de ello:

a nivel político, Arabia Saudita y Qatar se llevan a matar. Esto es de primero de VisualPolitik. Sin

embargo, los salafistas “true” no entienden de fronteras. Tanto qataríes como saudíes van

de la mano en lo que a construir mezquitas se refiere. La religión está muy por encima de los

intereses de las distintas casas reales. Ahora, eso sí, la Casa Real Saudí no ha

hecho prácticamente nada por evitar estos movimientos. Pero eso es otra historia.

A estas alturas ya estaréis ansiosos de saber dónde ha conseguido triunfar el

Salafismo. Pues preparad las maletas porque nos vamos a... CHECHENIA.

CHECHENIA es una región de Rusia famosa por sus campos de concentración de homosexuales.

Durante siglos, los chechenos profesaban el Islam Sufí. Y diréis ¿Cómo ha podido entrar

el salafismo por estas zonas? Tres simples razones: guerra, pobreza y exclusión social.

Y os estaréis preguntando, ¿qué guerra ha tenido Chechenia? Pues una contra la

propia madre Rusia. Chechenia declaró unilateralmente la independencia. Y en

Moscú les mandaron el ejército. Esta fue la primera guerra ruso-chechena,

que acabó con más de 40.000 vidas en un territorio de un millón de habitantes.

Fue un duro golpe, y después de la represión, Rusia estableció aisló económicamente a

Chechenia ¡Craso error! Sin dinero de Rusia, a Chechenia no les quedó más remedio que aceptar

dinero de Arabia Saudita, Qatar y Kuwait. Así llegaron las primeras mezquitas salafistas.

Pensadlo bien: no sólo hablamos de una mezquita donde vas a rezar sin más. Hablamos de escuelas

donde educan a los niños gratis o por precios irrisorios. Entre lección de

matemáticas y lección de geografía, te meten un poco de salafismo. Es decir,

el salafismo es más que una religión: también ofrece cierta cobertura social.

Esto es especialmente atractivo en lugares devastados por la guerra.

Y todo esto explica que, años más tarde, cuando estalló la Segunda guerra Ruso-Chechena,

los salafistas terminaron por establecer el Emirato del Cáucaso. Este Emirato acabó

por disolverse después de que el dinero del yihadismo internacional fuera todo

para el Estado Islámico. Incluso muchos Chechenos terminaron marchándose a Siria.

Sin embargo, ahora el salafismo está en horas bajas ¿Por qué? Pues gracias a nuestro buen amigo

Putin y su aún mejor amigo RAMZAN KADYROV del que hemos hablado alguna vez en VisualPolitik.

Kadyrov es el señor de la guerra que gobierna en Chechenia con el apoyo de Putin. Básicamente,

Putin le dijo en su día a Kadyrov: “tu haz las barrabasadas que quieras dentro

de tu territorio... pero no quiero ver ni un sólo terrorista por el resto de Rusia”.

Y Kadyrov se lo ha tomado en serio. De hecho, tiene un mensaje para todos los

Chechenos que se han ido al Estado Islámico. “Si estos demonios aparecen por Rusia,

me encargaré personalmente de liderar la operación para aniquilarlos”

Os voy a dar un consejo: si Kadyrov dice que se encargará personalmente de aniquilarte,

hazle caso. La historia de este hombre es para echarse a temblar. Por supuesto

que Chechenia sigue siendo un lugar extremadamente pobre y

algunas zonas mantienen sus mezquitas. Pero no está claro por cuánto tiempo.

Sin embargo, Chechenia no es el único territorio donde el salafismo se ha expandido. ¿Dónde

más diríais que ha tenido éxito? Como muchos habréis adivinado, en Asia Central: es decir,

en los ISTANES. Más concretamente, TAYIKISTÁN y KIRGUISTÁN. En estos dos países, casi el 30%

de la población es partidaria del salafismo: esto es más de 4 millones y medio de personas.

Y diréis ¿Son todos violentos? Pues no. El Movimiento Islámico de Uzbekistán si

practica la Yihad Menor. Pero principalmente, el salafismo en esta zona tiene un nombre. Un nombre,

por cierto, impr onunciable: HIZB UT-TAHRIR. Hablamos de un partido político que nació

en los años 90 ¿Y por qué tienen tantos partidarios? Principalmente por una razón:

su discurso contra la corrupción. Tal cual como lo oís. Los salafistas parecen ser lo suficientemente

outsiders como para tomarse en serio su retórica anti corrupción. A partir de eso,

el resto del discurso religioso entra mucho mejor. Pero ahora la pregunta que todos os estaréis

haciendo (a no ser que seas el propio Raznam Kadyrov) es... ¿Es necesario

combatir la expansión del salafismo? ¿Hasta qué punto es un problema real?

¿COMBATIR TERROR O COMBATIR CREENCIAS?

En efecto, queridos amigos, el mundo se ha unido para luchar contra el salafismo yihadista. Es

decir: contra los terroristas. Para que os hagáis una idea de la magnitud del problema solo hay que

ver los datos: entre 2002 y 2014, los principales grupos salafistas yihadistas, es decir, el Estado

Islámico, su filial en Nigeria, Boko Haram, y , de Al-Qaeda, acabaron con algo más de 54.000 vidas.

Casi todas estas víctimas no son de países occidentales sino del propio mundo musulmán.

Y diréis ¿Cómo es esto posible? Pues porque, como ya hemos dicho antes, para un salafista yihadista,

un infiel es todo el que no sea salafista. Eso incluye a todos los demás musulmanes.

Y lo mismo ocurre en Occidente. No hace falta que recuerde la larga lista de atentados que

hemos sufrido en toda Europa. Y es que sí, en toda Europa contamos con

un montón de mezquitas radicales. Atentos. (“La gran mezquita de Bruselas y su vínculo

con el salafismo- La mezquita más grande de Bruselas está financiada por Arabia Saudí,

un régimen salafista. Los líderes se han disociado del terrorismo – pero no están contando todo.”)

Y esto es lo que ocurre en Bélgica ¿Sabéis lo que han hecho los franceses? Sus fuerzas

de seguridad se han infiltrado en los oficios de las mezquitas y han descubierto cuantos clérigos

emplean discursos radicales. De hecho, entre 2012 y 2015 expulsaron a 52 clérigos del país por esto.

Vale, el terrorismo yihadista se combate, y la radicalización también. Pero ¿Y qué pasa

con el salafismo como doctrina religiosa? Pues en estos momentos podemos decir que el

mundo musulmán vive su propia batalla cultural. ¡Habéis oído bien! El salafismo no es la única

doctrina islámica que se intenta expandir. Hay muchos grupos en todo el mundo que se dedican

a luchar contra el salafismo desmintiendo su discurso y sus acciones. Uno de ellos esta en

Indonesia y se llaman NAHDATUL ULAMA. Se calcula que tienen entre 40 y 90 millones de adeptos sólo

en Indonesia. Y ¡Ojo! Porque Indonesia es el país con mayor población musulmana en todo el

mundo. Ahora bien, eso no significa que todas estas organizaciones no sean radicales. Algunos

de ellos incluso plantean problemas para los gobiernos de los países donde actúan.

Mientras, lo única opción que parece viable a día de hoy es combatir el terrorismo. Es decir,

dejar la religión a un lado y centrarse en las células terroristas. Y, por el momento,

la acción coordinada entre países están funcionando relativamente bien. Desde el

año 2014, los atentados terroristas se han reducido en un 60% en todo el

mundo. Y esto son buenas noticias para todos. Pero ahora turno para vosotros ¿Creéis que esto

es suficiente? ¿Deberíamos presionar más a Arabia Saudita para que evite

la financiación de grupos yihadistas? Podéis dejarme vuestra respuesta en los comentarios.

Y como siempre, no olvidéis que aquí, en VisualPolitik, sacamos vídeos nuevos todas

las semanas así que suscribíos a este canal y dadle a la campanita para no perderos ninguna

de nuestras actualizaciones. Y, por supuesto, recordad que podéis colaborar activamente con

este proyecto pasando a formar parte de nuestra comunidad de Patreon. Si os ha gustado este vídeo,

dadle a LIKE y nos vemos en el próximo. Un saludo y hasta pronto.


¿Por qué los SAUDÍES financian mezquitas en CHECHENIA? - VisualPolitik Why are the SAUDIS financing mosques in CHECHNYA? - VisualPolitik

Y si te dijera que el nuevo enemigo de los  Talibanes dentro de Afganistán son los salafistas?

¡Habéis oído bien! Hablamos de un enfrentamiento  religioso en toda regla. Y ya sé lo que estaréis

pensando en este momento ¿Pero qué clase de lucha  religiosa pueden tener si... profesan la misma

fe? Tanto los talibanes como los salafistas creen  en el Islam Sunnita y ambos son extremistas ¿Qué

diferencias pueden tener? ¡Pues muchas!

Veréis, dentro del Islam hay 4 escuelas jurídicas  distintas. Los talibanes siguen la escuela hanafi,

que no tiene nada que ver con la salafista.  Y diréis ¿En qué se diferencian? Pues los

talibanes permiten interpretar los textos  sagrados usando la razón y la opinión. Sí,

ya sé que razón y talibanes parece una  contradicción. Pero es que los salafistas

son aún más radicales, porque dicen que los textos  sagrados no se pueden tocar ni en la última coma.

Por supuesto, durante la guerra de Afganistán,  los talibanes y los salafistas tuvieron ciertas

alianzas. Sobre todo con ese grupo terrorista  de confesión salafista que todos conocemos:

Al Qaeda. Sin embargo, con Estados Unidos  fuera, han vuelto a los enfrentamientos.

No obstante, no creáis que hablamos de  una guerra abierta. La realidad es que

los salafistas son una minoría en Afganistán.  En parte, gracias a la opresión taliban. Esto

no significa que Afganistán sea ningún  paraíso de tolerancia. Todo lo contrario.

Como vamos a ver en este vídeo, hay muchas  formas de radicalismo islámico. Y todas ellas

pueden ser violentas y peligrosas. Pero  hoy vamos a centrarnos en los SALAFISTAS.

Y diréis ¿Por qué nos interesan tanto los  salafistas? Pues porque es una de las ramas

del Islam de más rápido crecimiento. Los  salafistas han ido expandiéndose por el

mundo desde hace décadas ¿Por qué? Pues  porque cuentan con el músculo financiero

para hacerlo ¿De quién hablamos? Pues  nada más y nada menos que de un viejo

conocido aquí en VisualPolitik: Arabia Saudita. ¡Pero no creáis que hablamos sólo de mezquitas

radicales en Occidente! El salafismo se está  expandiendo también por todo el mundo musulmán.

Muchos países musulmanes moderados están  sucumbiendo a los encantos del radicalismo

salafista. Así que las preguntas que hoy nos  hacemos son: ¿Por qué debemos preocuparnos

por el salafismo? ¿Qué impacto puede tener  en nuestras vidas? ¿Por qué el salafismo es

tan atractivo en países musulmanes? Hoy vamos  a responder a estas preguntas pero antes...

[Antes quiero recordaros que, si os gusta  VisualPolitik, ahora podéis apoyar activamente

este proyecto ¿Cómo? Pues suscribiéndoos al  Patreon de VisualPolitik. Además de permitir que

este proyecto pueda seguir adelante, si os unís  a nuestro Patreon, recibiréis nuestra newsletter

“Las claves de la Semana”, donde tocamos muchos  más temas que no nos da tiempo a cubrir en forma

de vídeo. Además, a partir del nivel 3, recibiréis  nuestro merchandising exclusivo. Merchandising

que nunca estará a la venta. Tenéis todos  los enlaces en la descripción. Y ahora sí,

vamos a ver un poco de historia.] (DR. SALAF AND MR. YIHAD)

Todos asociamos Salafismo con Arabia Saudita.  Sin embargo, el salafismo nace en la actual

Iraq en el siglo IX. La palabra “Salafismo”  viene de “Salaf” que es como se llamaba a

los estudiosos del Islam tras la muerte de  Mahoma. Y los salafistas eran estudiosos

que defendían que los textos sagrados no se pueden  interpretar. Se tienen que aplicar “a raja tabla”.

Y os preguntaréis ¿Qué tiene que ver el Salafismo  con Arabia Saudita? Pues todo viene del siglo

XVIII cuando un clérigo que se llamaba AL-WAHHAB  convirtió al jefe tribal más importante de la

zona - Lo único que en vez de llamarlo salafismo,  en un acto de humildad lo llamó wahabismo, porque

claramente lo último que quería era ser famoso. El resto es historia: en los años 30 del siglo XX,

Arabia Saudita descubre que tienen zumo de  dinosaurio para dar y vender. De repente, un

montón de inmigrantes de otros países musulmanes  emigran para trabajar en los campos de petróleo

saudíes. Y entre barril de petróleo y oraciones  diarias... se terminan convirtiendo al salafismo.

¡Pero no sólo eso! ¿Qué hacen todos los saudíes  con todo ese dinero que ganan con el petróleo?

Pues aquí es donde llega la gran brecha saudí  de la que ya os hemos hablado varias veces en

VisualPolitik. La Casa Real Saudí usa el dinero  para vivir a todo tren, comprarse mansiones y

coches de lujo. Sí, vale, mantienen ciertas  convenciones religiosas... pero se olvidan de

toda la parte del salafismo que dice que hay que  ser “austero” y “modesto”. Pero luego tenemos a

los Salafistas “true”. Los auténticos. Esos que,  por muy ricos que sean, nunca se pondrán un traje

de Armani porque... va contra los textos  sagrados. Estos salafistas usan su dinero

para expandir su palabra por todo el mundo. Y, claro, alguno se preguntará, ¿qué hay de

malo en que se expanda una religión, si  todas lo hacen? Pues sí, tenéis razón.

El problema es que dentro del salafismo hay  corrientes que predican la violencia. Sí,

amigos de VisualPolitik, hablamos del Yihadismo. Sin embargo, esperad un momento porque la Yihad es

un término bastante desconocido en Occidente. En  realidad hay dos niveles de Yihad. La YIHAD menor

consiste en la lucha contra el infiel. En este  caso, cualquiera que no practique el salafismo.

Y en la mayor parte de los casos, por “lucha”  entendemos... lucha violente. Pero luego existe la

YIHAD MAYOR. La Yihad Mayor consiste en la lucha  interna contra el mayor infiel que puede haber,

que es uno mismo. La lucha interna por controlar  nuestros propios deseos y ser fieles al Corán.

Dicho de otra forma: muchas veces podemos  escuchar a un clérigo musulman hablar de

Yihad y eso no significa necesariamente  que esté hablando de matar infieles.

Echa esta aclaración, hay algo que muchos os  estaréis preguntando ahora ¿Cómo es posible

que una religión tan radical se expanda tan  rápidamente? Pues ahora mismo lo vamos a ver.

(LA EXPANSIÓN DEL SALAFISMO… VERSIÓN MAL) No es ninguna sorpresa que la religión

se utilice como un arma política, se lleva  haciendo durante toda la historia. Así que,

cuando toda África del Norte se independizó  de sus colonizadores Europeos, los salafistas

pensaron que tenían una oportunidad de  crecimiento. Y diréis ¿Les salió bien?

Pues... la respuesta es NO. Mal. Salió fatal. Cuando Argelia estaba en guerra con Francia,

los salafistas tuvieron cierto momento de gloria.  Pero, tan pronto como Argelia se independizó,

los partidos salafistas quedaron marginados. Durante la guerra entre India y Pakistán,

tanto Arabia Saudita como Qatar financiaron  a grupos terroristas salafistas. Pero a

duras penas lograron poder político real. Y en Afganistán fue un auténtico fracaso. Primero,

los comunistas frenaron cualquier movimiento  religioso. Después, los talibanes frenaron a

los salafistas. Durante la última guerra de  Afganistán, los salafistas habían logrado

cierta presencia. En este caso, su principal  valedor era el Estado Islámico en la provincia

de Khorasan. Pero en cuanto los talibanes se  han hecho con todo el poder, los salafistas

han sido las primeras víctimas. Atentos. (“Los Talibán se enfrentan al ISKP, su rival

más serio en Afganistán” Aljazeera, 27/9/2021. ) Y la misma historia tenemos con las Primaveras

Árabes. Ni en Túnez ni en Egipto han  logrado expandirse. Sí, por supuesto,

en todos estos países hay algún partido  político salafista pero: en Tunez no ganan

las elecciones y en Egipto no hay elecciones  que ganar. Sin embargo, hay una zona donde

el salafismo sí está ganando terreno ¿De qué  países hablamos? Ahora mismo lo vamos a ver.

CÓMO EXTENDER UNA RELIGIÓN Vale: nos ha quedado claro que el

régimen saudita quiere expandir el salafismo.  La pregunta es ¿Por qué no se frena a la Casa

Real Saudí? A fin de cuentas, Estados Unidos  tiene herramientas más que suficientes para

presionarles. Pero aquí viene el gran plot twist  de esta historia ¿De verdad es el régimen saudí

quien financia las mezquitas salafistas? Pues... sí y a la vez no. Arabia Saudí dona

dinero a ONGs islámicas como, por ejemplo, la Liga  del Mundo Islámico. Sobre el papel, esto es ayuda

humanitaria sin más. Pero muchos de los encargados  de estas ONGs desvían dinero a la causa yihadista.

Sin embargo, buena parte de  la financiación del salafismo

internacional viene... ¡De la sociedad civil! ¡Habéis oído bien! Buena parte de la financiación

de las mezquitas salafistas fuera de Arabia  Saudita viene del sector privado. Es decir:

de esos salafistas “true” que no tienen  nada que ver con la Casa Real Saudí.

Hablamos de banqueros, empresarios inmobiliarios  y funcionarios con sueldos altísimos.

En lugar de usar su dinero para comprarse  mansiones en Marbella, lo usan para construir

mezquitas en Chechenia. Y diréis ¡Seguro que  están compinchados con el régimen saudí! Pues

lo cierto es que no. Como decíamos al principio,  los salafistas “true” odian a la Casa Real Saudí.

Consideran que se han vendido a las comodidades de  los infieles. Y os voy a dar una muestra de ello:

a nivel político, Arabia Saudita y Qatar se llevan  a matar. Esto es de primero de VisualPolitik. Sin

embargo, los salafistas “true” no entienden  de fronteras. Tanto qataríes como saudíes van

de la mano en lo que a construir mezquitas se  refiere. La religión está muy por encima de los

intereses de las distintas casas reales. Ahora, eso sí, la Casa Real Saudí no ha

hecho prácticamente nada por evitar estos  movimientos. Pero eso es otra historia.

A estas alturas ya estaréis ansiosos de  saber dónde ha conseguido triunfar el

Salafismo. Pues preparad las maletas  porque nos vamos a... CHECHENIA.

CHECHENIA es una región de Rusia famosa por  sus campos de concentración de homosexuales.

Durante siglos, los chechenos profesaban el  Islam Sufí. Y diréis ¿Cómo ha podido entrar

el salafismo por estas zonas? Tres simples  razones: guerra, pobreza y exclusión social.

Y os estaréis preguntando, ¿qué guerra  ha tenido Chechenia? Pues una contra la

propia madre Rusia. Chechenia declaró  unilateralmente la independencia. Y en

Moscú les mandaron el ejército. Esta  fue la primera guerra ruso-chechena,

que acabó con más de 40.000 vidas en un  territorio de un millón de habitantes.

Fue un duro golpe, y después de la represión,  Rusia estableció aisló económicamente a

Chechenia ¡Craso error! Sin dinero de Rusia, a  Chechenia no les quedó más remedio que aceptar

dinero de Arabia Saudita, Qatar y Kuwait. Así  llegaron las primeras mezquitas salafistas.

Pensadlo bien: no sólo hablamos de una mezquita  donde vas a rezar sin más. Hablamos de escuelas

donde educan a los niños gratis o por  precios irrisorios. Entre lección de

matemáticas y lección de geografía, te  meten un poco de salafismo. Es decir,

el salafismo es más que una religión:  también ofrece cierta cobertura social.

Esto es especialmente atractivo en  lugares devastados por la guerra.

Y todo esto explica que, años más tarde,  cuando estalló la Segunda guerra Ruso-Chechena,

los salafistas terminaron por establecer  el Emirato del Cáucaso. Este Emirato acabó

por disolverse después de que el dinero  del yihadismo internacional fuera todo

para el Estado Islámico. Incluso muchos  Chechenos terminaron marchándose a Siria.

Sin embargo, ahora el salafismo está en horas  bajas ¿Por qué? Pues gracias a nuestro buen amigo

Putin y su aún mejor amigo RAMZAN KADYROV del  que hemos hablado alguna vez en VisualPolitik.

Kadyrov es el señor de la guerra que gobierna  en Chechenia con el apoyo de Putin. Básicamente,

Putin le dijo en su día a Kadyrov: “tu  haz las barrabasadas que quieras dentro

de tu territorio... pero no quiero ver ni  un sólo terrorista por el resto de Rusia”.

Y Kadyrov se lo ha tomado en serio. De  hecho, tiene un mensaje para todos los

Chechenos que se han ido al Estado Islámico. “Si estos demonios aparecen por Rusia,

me encargaré personalmente de liderar  la operación para aniquilarlos”

Os voy a dar un consejo: si Kadyrov dice que  se encargará personalmente de aniquilarte,

hazle caso. La historia de este hombre  es para echarse a temblar. Por supuesto

que Chechenia sigue siendo un  lugar extremadamente pobre y

algunas zonas mantienen sus mezquitas.  Pero no está claro por cuánto tiempo.

Sin embargo, Chechenia no es el único territorio  donde el salafismo se ha expandido. ¿Dónde

más diríais que ha tenido éxito? Como muchos  habréis adivinado, en Asia Central: es decir,

en los ISTANES. Más concretamente, TAYIKISTÁN  y KIRGUISTÁN. En estos dos países, casi el 30%

de la población es partidaria del salafismo:  esto es más de 4 millones y medio de personas.

Y diréis ¿Son todos violentos? Pues no.  El Movimiento Islámico de Uzbekistán si

practica la Yihad Menor. Pero principalmente, el  salafismo en esta zona tiene un nombre. Un nombre,

por cierto, impr onunciable: HIZB UT-TAHRIR.  Hablamos de un partido político que nació

en los años 90 ¿Y por qué tienen tantos  partidarios? Principalmente por una razón:

su discurso contra la corrupción. Tal cual como lo  oís. Los salafistas parecen ser lo suficientemente

outsiders como para tomarse en serio su  retórica anti corrupción. A partir de eso,

el resto del discurso religioso entra mucho mejor. Pero ahora la pregunta que todos os estaréis

haciendo (a no ser que seas el propio  Raznam Kadyrov) es... ¿Es necesario

combatir la expansión del salafismo?  ¿Hasta qué punto es un problema real?

¿COMBATIR TERROR O COMBATIR CREENCIAS?

En efecto, queridos amigos, el mundo se ha unido  para luchar contra el salafismo yihadista. Es

decir: contra los terroristas. Para que os hagáis  una idea de la magnitud del problema solo hay que

ver los datos: entre 2002 y 2014, los principales  grupos salafistas yihadistas, es decir, el Estado

Islámico, su filial en Nigeria, Boko Haram, y , de  Al-Qaeda, acabaron con algo más de 54.000 vidas.

Casi todas estas víctimas no son de países  occidentales sino del propio mundo musulmán.

Y diréis ¿Cómo es esto posible? Pues porque, como  ya hemos dicho antes, para un salafista yihadista,

un infiel es todo el que no sea salafista.  Eso incluye a todos los demás musulmanes.

Y lo mismo ocurre en Occidente. No hace falta  que recuerde la larga lista de atentados que

hemos sufrido en toda Europa. Y es  que sí, en toda Europa contamos con

un montón de mezquitas radicales. Atentos. (“La gran mezquita de Bruselas y su vínculo

con el salafismo- La mezquita más grande de  Bruselas está financiada por Arabia Saudí,

un régimen salafista. Los líderes se han disociado  del terrorismo – pero no están contando todo.”)

Y esto es lo que ocurre en Bélgica ¿Sabéis  lo que han hecho los franceses? Sus fuerzas

de seguridad se han infiltrado en los oficios de  las mezquitas y han descubierto cuantos clérigos

emplean discursos radicales. De hecho, entre 2012  y 2015 expulsaron a 52 clérigos del país por esto.

Vale, el terrorismo yihadista se combate, y  la radicalización también. Pero ¿Y qué pasa

con el salafismo como doctrina religiosa?  Pues en estos momentos podemos decir que el

mundo musulmán vive su propia batalla cultural. ¡Habéis oído bien! El salafismo no es la única

doctrina islámica que se intenta expandir. Hay  muchos grupos en todo el mundo que se dedican

a luchar contra el salafismo desmintiendo su  discurso y sus acciones. Uno de ellos esta en

Indonesia y se llaman NAHDATUL ULAMA. Se calcula  que tienen entre 40 y 90 millones de adeptos sólo

en Indonesia. Y ¡Ojo! Porque Indonesia es el  país con mayor población musulmana en todo el

mundo. Ahora bien, eso no significa que todas  estas organizaciones no sean radicales. Algunos

de ellos incluso plantean problemas para  los gobiernos de los países donde actúan.

Mientras, lo única opción que parece viable a  día de hoy es combatir el terrorismo. Es decir,

dejar la religión a un lado y centrarse en  las células terroristas. Y, por el momento,

la acción coordinada entre países están  funcionando relativamente bien. Desde el

año 2014, los atentados terroristas  se han reducido en un 60% en todo el

mundo. Y esto son buenas noticias para todos. Pero ahora turno para vosotros ¿Creéis que esto

es suficiente? ¿Deberíamos presionar  más a Arabia Saudita para que evite

la financiación de grupos yihadistas? Podéis  dejarme vuestra respuesta en los comentarios.

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