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Esp - VisualPolitik, Cómo JAPÓN quiere CONVERTIRSE en una SUPERPOTENCIA NAVAL (Y rivalizar con China) - VisualPolitik (1)

Cómo JAPÓN quiere CONVERTIRSE en una SUPERPOTENCIA NAVAL (Y rivalizar con China) - VisualPolitik (1)

De las cinco mayores economías del mundo,

una en concreto es fundamentalmente una potencia marítima. Sí, obviamente hablamos de Japón.

La peculiaridad de Japón -además de que se trata de un archipiélago- es que sus mares

territoriales y sus aguas interiores suman más superficie que la que tiene en tierra firme:

Hablamos de unos 430.000 kilómetros cuadrados versus algo menos de 380.000.

Y, por supuesto, a ello tendríamos que sumarle la zona económica exclusiva. Esto es, aquellas

aguas que no forman parte estrictamente de un país pero sobre las que este tiene

derechos especiales a la hora de explotar sus recursos. Una zona que según la convención de

Naciones Unidas sobre el derecho del mar se extiende 200 millas náuticas desde la costa.

En definitiva, que Japón tiene mucho, muchísimo más mar que tierra que defender.

Y eso no es todo. Al margen de la mera geografía, si nos fijamos en dónde está

concentrada la población japonesa veremos que aproximadamente la mitad de sus 126

millones de habitantes viven próximos a sus 35.000 kilómetros de línea de costa.

Todo esto hace de Japón un país esencialmente echado al mar. Un país que tanto para su

economía como para su propia defensa mira sobre todo a las aguas marinas.

Es decir, que no solo hablamos ni mucho de una cuestión geográfica,

sino sobre todo de una económica y militar.

(Más del 99% del comercio internacional de Japón se lleva a cabo por barco. Esto

incluye el 80% de toda la energía y el 99% del petróleo que consumen.

En otras palabras, sin unos mares seguros o que estén bajo su control o el de sus aliados,

toooda la economía nipona estaría expuesta a una enorme vulnerabilidad. Y, ojo,

porque tal y como veremos esta es la idea determina en gran medida todos

los planes de seguridad del país del sol naciente. Aquí el mar vale doble.)

Y claro, pensadlo un momento. Ya os hemos contado, aquí en VisualPolitik,

cómo China está construyendo la mayor flota naval del mundo por número de buques.

Y también os hemos contado cómo las ambiciones de Pekín pasan,

precisamente, por controlar los mares que les rodean. Y evidentemente eso es

algo que tiene muchas implicaciones para sus países vecinos…Entre ellos el propio Japón.

(3 noviembre 2022: La Armada de China marca

un ritmo récord de incursiones en el mar territorial de Japón

Los buques de la Armada del Ejército Popular de Liberación

han entrado en aguas territoriales japonesas ocho veces desde 2004,

y cinco de ellas han ocurrido desde octubre de 2021. - The Diplomat)

Con semejante percal no nos puede extrañar por qué en

Japón esto está generando cada vez más inquietud.

Y, ¿sabéis qué? Es precisamente por eso por lo que se están poniendo las pilas.

Queridos amigos, amigas, en este vídeo os vamos a

contar cómo ahora Japón parece decidido a construir una fuerte

defensa aeronaval para proteger sus costas y sus interés económicos y territoriales.

Y por supuesto también os contaremos cuáles son sus puntos más débiles.

¿Estaremos acaso ante el nuevo despertar militar del país

del sol naciente? ¿Hasta qué punto Japón, una gran potencia económica,

puede convertirse también en toda una potencia militar y un actor clave en Asia-Pacífico? ¿Por

qué la fuerza naval puede ser fundamental a la hora de garantizar la seguridad de Japón?

Y ojo que no hablamos solo de China.

Así que… Arranquemos.

T1 (¡ASEGURAD LAS LÍNEAS!)

Fijaos por un momento en este mapa.

Lo que estáis viendo son las principales líneas de comunicación marítimas,

las conocidas como SLOC por sus siglas en inglés.

Hablamos de rutas de miles de millas náuticas por

las que pasan no solo el grueso de las exportaciones e importaciones de Japón,

sino también de algunas de las mayores economías del mundo, como China o Corea del Sur.

Y ojo porque cuando hablamos de exportaciones e importaciones no

solo nos referimos a bienes de consumo sino también, y quizás todavía más importante,

a equipos industriales y suministros energéticos.

(Para que os hagáis una idea, aproximadamente la mitad de todo el gas natural licuado que

importa Japón pasa por alguno de los hot spots, de los puntos calientes,

que tienen las SLOC que hemos visto en el mapa. Especialmente importantes son las zonas

del estrecho de Ormuz, del estrecho de Malaca y del estrecho de Taiwán.

Y ojo porque hablamos de volúmenes enormes. Con algo más de 74 millones de toneladas al año,

Japón es, por ejemplo, el segundo mayor importador de LNG del mundo justo por

detrás de China, que se situó en lo más alto del podio en 2021.)

Y eso si hablamos del gas. Porque si hablamos del petróleo entonces la importancia de estos

hot spots marinos es mucho mayor. El 90 por ciento, sí, sí el 90 por ciento de

todo el petróleo que importa Japón procede de Oriente Medio. Así que tiene que cruzar

todos esos puntos calientes donde puede pasar de todo y, creedme, nada bueno.

Por ejemplo el estrecho de Ormuz, que separa Emiratos Árabes Unidos y Omán de Irán,

tiene en algunos puntos menos de 34 kilómetros de ancho.

Y esto se vuelve todavía más importante cuando tenemos en cuenta el hecho de que

hablamos de una zona especialmente tensa por las amenazas e incluso

ataques y asaltos que recurrentemente Irán comete contra buques mercantes.

(13 de junio de 2019: Un buque japonés es atacado cerca del Estrecho de Ormuz;

Estados Unidos culpa a Irán - Kyodo News) (4 de enero de 2021: Un tanquero surcoreano

es incautado por Irán en el Estrecho de Ormuz - Arab News)

Estos titulares son tan solo dos ejemplos, pero la lista es larga, muy larga.

Y de hecho este tipo tensión lejos de disminuir parece que pueden ir a más.

Así que, como os podéis imaginar, las operaciones militares de los países más

interesados en asegurar sus líneas de suministro se están volviendo bastante

frecuentes en estas zonas, especialmente en lo que respecta a la escolta de barcos.

(Un buque de guerra japonés parte hacia el Golfo para patrullar las

rutas de suministro de petróleo - Reuters) (“Miles de barcos japoneses navegan esas

aguas [del Golfo] cada año, incluyendo buques que transportan el 90% de nuestro

petróleo. Es la línea de vida de Japón.” - Antiguo Primer Ministro japonés Shinzo Abe,

en la base naval de Yokosuka cerca de Tokyo.)

El problema amigos es que si pensáis que después de pasar el estrecho de

Ormuz ya todo es pan comido… Siento decepcionaros pero estáis muy equivocados.

Después de conseguir cruzar sanos y salvos esta zona, los buques llenos de Gas Natural Licuado,

petróleo o mercancías que van hacia Japón y Corea

tienen que enfrentarse a una segunda zona caliente: los mares del Sudeste Asiático.

Unos mares donde el riesgo es doble: hablamos de China y también de los piratas.

Hace poco en nuestro canal hermano VisualEconomik -si no lo conoces,

algo mal estás haciendo en tu vida- os hablamos sobre la pirateria,

y especialmente sobre los piratas de Somalia. Si aún no lo habéis visto, pero os interesa

el mundo de la economía no olvidéis echarle un vistazo. El enlace, abajo como siempre.

El caso es que si os preguntara cuál es la zona del planeta que más sufre la pirateria

y el secuestro de barcos, seguramente muchos me responderíais que sin duda se

trata de la Zona del Cuerno de África, en el entorno precisamente de Somalia,

¿Verdad? [Vamos, seguro que todos tenemos en mente la película del Capitán Phillips, de Tom Hanks]

Pues… Lo siento, pero no, error, gran error. Es cierto que en la zona del Cuerno de África estuvo

la cuna de la piratería moderna. Sin embargo, la región con más piratas y que concentra

cerca del 60% de todos los casos actualmente se sitúa en el Sudeste Asiático. ¿Cómo te quedas?

Especialmente hablamos de las áreas de los estrechos de Malaca y de Sunda,

y de las zonas próximas a las costas de Vietnam, de Camboya,

de Indonesia y de Malasia. Estos son los puntos más calientes. Pero

es que incluso al norte de Taiwán se han llegado a registrar ataques.

Y sí, si le echáis un vistazo de nuevo al mapa de las SLOC que os pusimos antes veréis que por ahí

también pasan las principales rutas de importación y exportación de Japón y Corea del Sur.

(Obviamente esto obliga a desplegar en la zona un nivel extra de seguridad,

lo que se suele lograr gracias a la colaboración internacional de

los países interesados y de los países soberanos de las aguas.

¿El problema? Pues que muchos de estos países del Sudeste Asiático todavía no tienen Armadas fuertes

ni recursos suficientes con los que asegurar sus mares, así que la gran responsabilidad

recae en los propios países interesados en proteger el tráfico marítimo. Lo que

incluye a China y a Estados Unidos. Pero para países como Japón eso puede no ser suficiente.)

A Tokio no le hace ninguna pero que ninguna gracia que la seguridad de sus suministros

pase por la buena voluntad de Xi Jinping. Y es por ese motivo que poco a poco este

país ha tratado de ir desarrollando una ambiciosa política de defensa naval.

(En 1981 el Primer Ministro Zenko Suzuki implantó

la llamada Política de Defensa de Rutas Marítimas de 1.000 millas.

Básicamente esta política consiste en que los buques militares japoneses se

reservan el derecho a intervenir para proteger sus intereses comerciales en

un área de hasta 1.000 millas náuticas de distancia del territorio japonés.

Esto es lo que explica en parte por qué Japón ha puesto tanto empeño en hacer

reclamaciones territoriales de islas lejanas, algunas a priori aparentemente absurdas.

Pues bien, con ello lo que buscan es alejar lo más posible esa línea de

defensa marítima al mismo tiempo que intentan legitimarla de algún modo.)

Y eso queridos amigos, amigas, es lo que explica noticias como esta:

(3 Febrero 2016: Japón gastará millones

en diminutas islas 1.000 millas al sur de Tokyo - The Guardian)

El problema es que debido a sus históricas reticencias a la hora de construir unas fuerzas

armadas grandes, Japón no tiene capacidades suficientes como para hacer valer esa política.

Así que, en la práctica, China ha seguido ganando terreno durante todos estos años.

Para colmo, una de las excusas de China para expandirse por el Mar de la China Meridional y

sus alrededores es precisamente el agresivo planteamiento de defensa marítima de Japón,

que hace que las zonas de interés de uno y otro país se solapen.

El resultado es que a medida que China ha ido modernizando sus fuerzas armadas

y construyendo la mayor armada del planeta, la inquietud y la tensión de Tokio ha ido

creciendo más y más. Y especialmente tras la cada vez mayor ambición de Xi Jingpin.

En este sentido la toma de Hong Kong y la constante hostilidad sobre Taiwán

han sido auténticos puntos de inflexión para el gobierno japonés. Un gobierno

que empieza a tener auténtico pavor de terminar siendo en la práctica

un país satélite o al menos un país sometido a los designios de Pekín.

Y justo aquí llegamos a la tercera clave que explica por qué Japón tiene entre ceja

y ceja volver a convertirse en una superpotencia naval.

Y es que, veréis. El Estrecho de Taiwán es probablemente la

zona militarmente más tensa de los mares de Asia Or iental. Hablamos

de un estrecho que es particularmente relevante para Japón por dos motivos.

El primero es que Taiwán es un país que, literalmente,

está bajo la protección implícita de Japón. Ya os lo contamos en un pasado vídeo,

los intereses económicos y estratégicos de Japón en Taiwán son enormes, así que su estabilidad

es clave no sólo en términos políticos sino también para las propias empresas japonesas.

El segundo motivo tiene que ver con lo mismo que venimos

insistiendo en este vídeo. La larga ruta de suministros y mercancías entre Japón,

Europa y Oriente Medio también pasa por el entorno de Taiwán.

En otras palabras, virtualmente toda la economía japonesa depende de la

estabilidad de una serie de zonas que se están convirtiendo en todo un polvorín de


Cómo JAPÓN quiere CONVERTIRSE en una SUPERPOTENCIA NAVAL (Y rivalizar con China) - VisualPolitik (1) How JAPAN WANTS TO BECOME A NAVAL SUPERPOWER (AND Rival China) - VisualPolitik (1)

De las cinco mayores economías del mundo,

una en concreto es fundamentalmente una potencia  marítima. Sí, obviamente hablamos de Japón.

La peculiaridad de Japón -además de que se  trata de un archipiélago- es que sus mares

territoriales y sus aguas interiores suman más  superficie que la que tiene en tierra firme:

Hablamos de unos 430.000 kilómetros  cuadrados versus algo menos de 380.000.

Y, por supuesto, a ello tendríamos que sumarle  la zona económica exclusiva. Esto es, aquellas

aguas que no forman parte estrictamente  de un país pero sobre las que este tiene

derechos especiales a la hora de explotar sus  recursos. Una zona que según la convención de

Naciones Unidas sobre el derecho del mar se  extiende 200 millas náuticas desde la costa.

En definitiva, que Japón tiene mucho,  muchísimo más mar que tierra que defender.

Y eso no es todo. Al margen de la mera  geografía, si nos fijamos en dónde está

concentrada la población japonesa veremos  que aproximadamente la mitad de sus 126

millones de habitantes viven próximos a  sus 35.000 kilómetros de línea de costa.

Todo esto hace de Japón un país esencialmente  echado al mar. Un país que tanto para su

economía como para su propia defensa  mira sobre todo a las aguas marinas.

Es decir, que no solo hablamos ni  mucho de una cuestión geográfica,

sino sobre todo de una económica y militar.

(Más del 99% del comercio internacional  de Japón se lleva a cabo por barco. Esto

incluye el 80% de toda la energía  y el 99% del petróleo que consumen.

En otras palabras, sin unos mares seguros o  que estén bajo su control o el de sus aliados,

toooda la economía nipona estaría expuesta  a una enorme vulnerabilidad. Y, ojo,

porque tal y como veremos esta es la  idea determina en gran medida todos

los planes de seguridad del país del  sol naciente. Aquí el mar vale doble.)

Y claro, pensadlo un momento. Ya os  hemos contado, aquí en VisualPolitik,

cómo China está construyendo la mayor  flota naval del mundo por número de buques.

Y también os hemos contado cómo  las ambiciones de Pekín pasan,

precisamente, por controlar los mares  que les rodean. Y evidentemente eso es

algo que tiene muchas implicaciones para sus  países vecinos…Entre ellos el propio Japón.

(3 noviembre 2022: La Armada de China marca

un ritmo récord de incursiones  en el mar territorial de Japón

Los buques de la Armada del  Ejército Popular de Liberación

han entrado en aguas territoriales  japonesas ocho veces desde 2004,

y cinco de ellas han ocurrido desde  octubre de 2021. - The Diplomat)

Con semejante percal no nos  puede extrañar por qué en

Japón esto está generando cada vez más inquietud.

Y, ¿sabéis qué? Es precisamente por eso  por lo que se están poniendo las pilas.

Queridos amigos, amigas, en este vídeo os vamos a

contar cómo ahora Japón parece  decidido a construir una fuerte

defensa aeronaval para proteger sus costas  y sus interés económicos y territoriales.

Y por supuesto también os contaremos  cuáles son sus puntos más débiles.

¿Estaremos acaso ante el nuevo  despertar militar del país

del sol naciente? ¿Hasta qué punto  Japón, una gran potencia económica,

puede convertirse también en toda una potencia  militar y un actor clave en Asia-Pacífico? ¿Por

qué la fuerza naval puede ser fundamental a  la hora de garantizar la seguridad de Japón?

Y ojo que no hablamos solo de China.

Así que… Arranquemos.

T1 (¡ASEGURAD LAS LÍNEAS!)

Fijaos por un momento en este mapa.

Lo que estáis viendo son las principales  líneas de comunicación marítimas,

las conocidas como SLOC por sus siglas en inglés.

Hablamos de rutas de miles de millas náuticas por

las que pasan no solo el grueso de las  exportaciones e importaciones de Japón,

sino también de algunas de las mayores  economías del mundo, como China o Corea del Sur.

Y ojo porque cuando hablamos de  exportaciones e importaciones no

solo nos referimos a bienes de consumo sino  también, y quizás todavía más importante,

a equipos industriales y suministros energéticos.

(Para que os hagáis una idea, aproximadamente  la mitad de todo el gas natural licuado que

importa Japón pasa por alguno de los  hot spots, de los puntos calientes,

que tienen las SLOC que hemos visto en el  mapa. Especialmente importantes son las zonas

del estrecho de Ormuz, del estrecho  de Malaca y del estrecho de Taiwán.

Y ojo porque hablamos de volúmenes enormes. Con  algo más de 74 millones de toneladas al año,

Japón es, por ejemplo, el segundo mayor  importador de LNG del mundo justo por

detrás de China, que se situó en  lo más alto del podio en 2021.)

Y eso si hablamos del gas. Porque si hablamos  del petróleo entonces la importancia de estos

hot spots marinos es mucho mayor. El 90  por ciento, sí, sí el 90 por ciento de

todo el petróleo que importa Japón procede  de Oriente Medio. Así que tiene que cruzar

todos esos puntos calientes donde puede  pasar de todo y, creedme, nada bueno.

Por ejemplo el estrecho de Ormuz, que separa  Emiratos Árabes Unidos y Omán de Irán,

tiene en algunos puntos menos  de 34 kilómetros de ancho.

Y esto se vuelve todavía más importante  cuando tenemos en cuenta el hecho de que

hablamos de una zona especialmente  tensa por las amenazas e incluso

ataques y asaltos que recurrentemente  Irán comete contra buques mercantes.

(13 de junio de 2019: Un buque japonés  es atacado cerca del Estrecho de Ormuz;

Estados Unidos culpa a Irán - Kyodo News) (4 de enero de 2021: Un tanquero surcoreano

es incautado por Irán en el  Estrecho de Ormuz - Arab News)

Estos titulares son tan solo dos ejemplos,  pero la lista es larga, muy larga.

Y de hecho este tipo tensión lejos de  disminuir parece que pueden ir a más.

Así que, como os podéis imaginar, las  operaciones militares de los países más

interesados en asegurar sus líneas de  suministro se están volviendo bastante

frecuentes en estas zonas, especialmente  en lo que respecta a la escolta de barcos.

(Un buque de guerra japonés parte  hacia el Golfo para patrullar las

rutas de suministro de petróleo - Reuters) (“Miles de barcos japoneses navegan esas

aguas [del Golfo] cada año, incluyendo  buques que transportan el 90% de nuestro

petróleo. Es la línea de vida de Japón.” -  Antiguo Primer Ministro japonés Shinzo Abe,

en la base naval de Yokosuka cerca de Tokyo.)

El problema amigos es que si pensáis  que después de pasar el estrecho de

Ormuz ya todo es pan comido… Siento  decepcionaros pero estáis muy equivocados.

Después de conseguir cruzar sanos y salvos esta  zona, los buques llenos de Gas Natural Licuado,

petróleo o mercancías que van hacia Japón y Corea

tienen que enfrentarse a una segunda zona  caliente: los mares del Sudeste Asiático.

Unos mares donde el riesgo es doble:  hablamos de China y también de los piratas.

Hace poco en nuestro canal hermano  VisualEconomik -si no lo conoces,

algo mal estás haciendo en tu vida-  os hablamos sobre la pirateria,

y especialmente sobre los piratas de Somalia.  Si aún no lo habéis visto, pero os interesa

el mundo de la economía no olvidéis echarle  un vistazo. El enlace, abajo como siempre.

El caso es que si os preguntara cuál es la  zona del planeta que más sufre la pirateria

y el secuestro de barcos, seguramente  muchos me responderíais que sin duda se

trata de la Zona del Cuerno de África,  en el entorno precisamente de Somalia,

¿Verdad? [Vamos, seguro que todos tenemos en mente  la película del Capitán Phillips, de Tom Hanks]

Pues… Lo siento, pero no, error, gran error. Es  cierto que en la zona del Cuerno de África estuvo

la cuna de la piratería moderna. Sin embargo,  la región con más piratas y que concentra

cerca del 60% de todos los casos actualmente se  sitúa en el Sudeste Asiático. ¿Cómo te quedas?

Especialmente hablamos de las áreas  de los estrechos de Malaca y de Sunda,

y de las zonas próximas a las  costas de Vietnam, de Camboya,

de Indonesia y de Malasia. Estos  son los puntos más calientes. Pero

es que incluso al norte de Taiwán  se han llegado a registrar ataques.

Y sí, si le echáis un vistazo de nuevo al mapa de  las SLOC que os pusimos antes veréis que por ahí

también pasan las principales rutas de importación  y exportación de Japón y Corea del Sur.

(Obviamente esto obliga a desplegar en  la zona un nivel extra de seguridad,

lo que se suele lograr gracias a  la colaboración internacional de

los países interesados y de los  países soberanos de las aguas.

¿El problema? Pues que muchos de estos países del  Sudeste Asiático todavía no tienen Armadas fuertes

ni recursos suficientes con los que asegurar  sus mares, así que la gran responsabilidad

recae en los propios países interesados  en proteger el tráfico marítimo. Lo que

incluye a China y a Estados Unidos. Pero para  países como Japón eso puede no ser suficiente.)

A Tokio no le hace ninguna pero que ninguna  gracia que la seguridad de sus suministros

pase por la buena voluntad de Xi Jinping.  Y es por ese motivo que poco a poco este

país ha tratado de ir desarrollando una  ambiciosa política de defensa naval.

(En 1981 el Primer Ministro Zenko Suzuki implantó

la llamada Política de Defensa de  Rutas Marítimas de 1.000 millas.

Básicamente esta política consiste en  que los buques militares japoneses se

reservan el derecho a intervenir para  proteger sus intereses comerciales en

un área de hasta 1.000 millas náuticas  de distancia del territorio japonés.

Esto es lo que explica en parte por qué  Japón ha puesto tanto empeño en hacer

reclamaciones territoriales de islas lejanas,  algunas a priori aparentemente absurdas.

Pues bien, con ello lo que buscan es  alejar lo más posible esa línea de

defensa marítima al mismo tiempo que  intentan legitimarla de algún modo.)

Y eso queridos amigos, amigas, es  lo que explica noticias como esta:

(3 Febrero 2016: Japón gastará millones

en diminutas islas 1.000 millas  al sur de Tokyo - The Guardian)

El problema es que debido a sus históricas  reticencias a la hora de construir unas fuerzas

armadas grandes, Japón no tiene capacidades  suficientes como para hacer valer esa política.

Así que, en la práctica, China ha seguido  ganando terreno durante todos estos años.

Para colmo, una de las excusas de China para  expandirse por el Mar de la China Meridional y

sus alrededores es precisamente el agresivo  planteamiento de defensa marítima de Japón,

que hace que las zonas de interés  de uno y otro país se solapen.

El resultado es que a medida que China  ha ido modernizando sus fuerzas armadas

y construyendo la mayor armada del planeta,  la inquietud y la tensión de Tokio ha ido

creciendo más y más. Y especialmente tras  la cada vez mayor ambición de Xi Jingpin.

En este sentido la toma de Hong Kong  y la constante hostilidad sobre Taiwán

han sido auténticos puntos de inflexión  para el gobierno japonés. Un gobierno

que empieza a tener auténtico pavor  de terminar siendo en la práctica

un país satélite o al menos un país  sometido a los designios de Pekín.

Y justo aquí llegamos a la tercera clave  que explica por qué Japón tiene entre ceja

y ceja volver a convertirse  en una superpotencia naval.

Y es que, veréis. El Estrecho  de Taiwán es probablemente la

zona militarmente más tensa de los  mares de Asia Or iental. Hablamos

de un estrecho que es particularmente  relevante para Japón por dos motivos.

El primero es que Taiwán es  un país que, literalmente,

está bajo la protección implícita de Japón.  Ya os lo contamos en un pasado vídeo,

los intereses económicos y estratégicos de Japón  en Taiwán son enormes, así que su estabilidad

es clave no sólo en términos políticos sino  también para las propias empresas japonesas.

El segundo motivo tiene que  ver con lo mismo que venimos

insistiendo en este vídeo. La larga ruta  de suministros y mercancías entre Japón,

Europa y Oriente Medio también  pasa por el entorno de Taiwán.

En otras palabras, virtualmente toda  la economía japonesa depende de la

estabilidad de una serie de zonas que se  están convirtiendo en todo un polvorín de