Cómo Elon Musk Podría Destruir Todos los Satélites en Órbita
Dejadme que empiece recordando algunos números: orbitando la Tierra tenemos identificados
unos 20.000 objetos, de los cuales solo unos 2500 son satélites activos. Pregunta: ¿qué
es el resto? En esencia, basura que no quiere nadie.
¿Subes al espacio un satélite con un cohete no reutilizable? Basura que orbita. ¿Desprendes
una parte de tu carga? Basura que orbita. ¿Tu satélite está obsoleto y dejas de usarlo?
Basura que orbita. ¿Hay un accidente y tu aparato estalla? Mucha basura que orbita.
Su cantidad en nuestros cielos lleva aumentando desde hace décadas y la aparición de un
colosal número de nuevos satélites podría despertar a un monstruo. Un monstruo que no
solo se comería a las jóvenes megaconstelaciones, sino a todos los satélites por igual. Hablemos
de la última amenaza. Este vídeo es el final de esta serie sobre
los riesgos de las megaconstelaciones como Starlink; muy recomendable verlos antes. Estos
vídeos han levantado algunas ampollas en los comentarios, así que quedaros hasta final
para escuchar una reflexión de cierre. Pero antes, permitidme que siga dando leña:
Mientras que el resto de megaconstelaciones siguen urdiendo sus planes, Starlink ya tiene
más de 780 satélites en órbita, con la meta puesta en aumentar en un cero más la
cantidad de objetos en el espacio. ¿Será este el origen de una oleada de basura espacial?
La realidad es que no. Esos potenciales 40.000 satélites no estarán en órbita de manera
permanente.
Pero dejadme que eso lo explique yo: ¡Hola! ¡Soy Elon Musk! Tal vez me recuerden de otros
eventos en el que prometo cosas científicamente inviables o cuando pongo en duda mi estabilidad
emocional a base de tuits. ¡Mis empleados están encantados conmigo! En SpaceX nos importa
muuuuuucho el problema de la basura espacial, por eso hemos colocado nuestros satélites
en el tramo bajo de LEO, prácticamente el sitio de menor altitud en el que puedes estar
orbitando. ¿Por qué? Sabemos que el combustible y la tecnología de nuestros Starlinks se
acabará agotando. Así que cuando queramos deshacernos de ellos, solo tenemos que dar
un pequeño empujoncito de motor y el planeta “reciclará” el trasto como se merece.
Si por un casual, hemos perdido el control del aparato, el rozamiento con la atmósfera
los desorbitará de manera natural en un periodo de 1 a 5 años, mucho mejor que los 25 años
que recomiendan las instituciones. ¡Es por eso que nuestros satélites están aquí en
la parte baja de LEO! Desde SpaceX queremos garantizar un entorno orbital limpio. Elon
fuera.
Bueno, eh… Gracias Elon, pero yo no estaría tan seguro. Es decir, chapeau por el plan
del desorbitado y ya podrían otras megaconstelaciones aprender. OneWeb planea poner sus satélite
tan arriba en LEO que si pierden el control de alguno tardarían siglos en reentrar. Asi
que guay, no tengo nada que criticar. Donde está mi preocupación es en los satélites
activos. Pero antes déjame que subraye algo: ¿por
qué es un problema la basura espacial? Básicamente, su velocidad. Nada se queda orbitando si no
va a un ritmo descomunal, así que imaginate lo que pasa cuando dos objetos yendo a varios
kilómetros por segundo se cruzan. El resultado es decenas de veces más letal que el de una
bala. Por ejemplo, el satélite Sentinel-1A fue dañado por una partícula menor a 5 milímetros,
más pequeño que la mitad de tu dedo meñique. Pensad como algo tan pequeño puede tener
un impacto tan grande. Y ha habido eventos peores. El satélite en desuso NOAA-16 tuvo
un encontronazo con algo más grande, emitiendo 357 piezas reconocibles de basura espacial.
Y aquí está parte del problema: la basura genera basura. Una colisión despide mortíferas
balas que colisionan y generan más mortíferas balas. Estas balas tardan mucho en encontrar
su diana, en el caso de LEO estamos hablando de un área que recorrer cuatro veces mayor
que toda la tierra firme. Pero dale tiempo y esto acabará sucediendo, y a mayor concentración
de basura más probable se volverá. Más trozos letales destruirán satélites, lo
que engendrará más trozos aun, en ruta a una futura víctima. Un efecto dominó, exponencial.
Una cascada de colisiones que termina destrozando todos los objetos en órbita, y que, peor,
no nos permitiría poner nuevos. Destroza algo en la Tierra y el rozamiento del aire
hará que los fragmentos caigan. Hazlo en la órbita de LEO y los fragmentos se quedarán
girando durante años. Más arriba y serán siglos. Una nube de basura espacial es como
una explosión que nunca acaba, una explosión justo en el único umbral que tenemos para
salir al espacio. ¿Para qué vas a lanzar satélites nuevos? ¿Para que sean a su vez
destrozados y engorden los números de basura? Puede que pienses que todos estos fragmentos
podrían ser retirados, pero eso en la actualidad es inviable tecnológicamente. Gran parte
de la basura espacial tiene centímetros de tamaño, o incluso menos, y habría tanta
y tan desperdigada que ir arriba para recogerla, de la forma que sea, sería como filtrar el
mar con un colador de cocina. La única opción que nos quedaría, en principio,
sería esperar unos siglos hasta que gran parte de la basura cayera a la Tierra por
el poco rozamiento con la atmósfera, lo cual nos dejaría sin un montón de servicios que
hoy disfrutamos.
Este escenario es la consecuencia del Síndrome de Kessler, que en los 70s ya veía venir
el problema de la basura espacial. El predijo que alrededor de los 90s estas colisiones
empezarían a producirse; hoy es nuestro día a día. Desde las últimas dos décadas se
producen unas 11 colisiones involuntarias cada año, la ESA ha dicho que la probabilidad
de choque desde principios de siglo prácticamente se ha duplicado y, sin ir más lejos, la Estación
Espacial Internacional cada vez tiene que esquivar más basura espacial. La última,
hace unas semanas con un trozo que era desconocido hasta el momento. El proceso está ya en desarrollo.
Es por eso que las agencias espaciales se pusieron las pilas para inhibirlo. Para empezar
recomendaron reducir la cantidad de basura espacial que dejamos. Y la cosa no está yendo
tan mal: el número de fragmentaciones parece bajar.
Sin embargo puede que nuestras amigas las megaconstelaciones sumen en la ecuación.
Ya no es solo el hecho de que si aumentas el número de dianas estás aumentando la
probabilidad de un choque, catalizando la reacción, si no que aumentas también el
riesgo de una colisión con otro satélite. Veréis, esta ha sido la evolución de la
basura espacial con el paso del tiempo. Esta subida de aquí se debe en parte a la destrucción
de la Fengyun-1C. El gobierno chino quiso probar su sistema antisatélites y reventó
el aparato en más de 2000 trocitos catalogables, aunque se estima que el número total son
unos 40.000. Unos máquinas. Pero justo esta subida de aquí corresponde a otro evento.
En Febrero de 2009 dos satélites en desuso, uno militar Kosmos y uno de telecomunicaciones
Iridium colisionaron dejando más de 1600 fragmentos en órbita.
Este evento dejó sorprendida a mucha gente. Estos objetos estaban registrados, sus órbitas
se conocían y se mantenían actualizadas. La probabilidad de que chocaran ese día era
de 3 entre 100.000, tres veces menor que la probabilidad de ser alcanzado por un rayo.
Ese mismo día había objetos con 10 veces más probabilidad de choque, y sin embargo
se produjo la del Iridium. ¿Pura casualidad? ¿O tal vez no?
Algunos científicos discuten si la colisión del Iridium se podría haber anticipado, si
los sistemas que tenemos de predicción son muy conservadores o poco fiables y necesitan
ser actualizados a algo mejor. Es en este contexto en el que se plantea subir
al espacio decenas de miles de satélites en órbitas que se intersecan en presencia
de muchísimos objetos más. Los expertos se preguntan: ¿puede que estos diseños no
sean los óptimos y que se estén dejando pasar algunos riesgos?
¡No hay nada de que preocuparse! Nuestros satélites están equipados con un sistema
autónomo para esquivar colisiones, que usa los datos directos del Departamento de Defensa
estadounidense…
Ya, Elon, pero el departamento de defensa no predijo el choque del Iridium. Tal vez
podrían suplirse estos errores de los radares con redes civiles que sigan a los satélites
en el óptico, pero hay muchos intereses en juego; muchos gobiernos tienen satélites
espía que no quieren que sean públicos. Así que, todo este plan ¿es realmente seguro?
Y es con esto con lo quiero que os quedéis. Estos vídeos no son una carta de odio al
progreso tecnológico o una especie de hateo a SpaceX en concreto.
Yo nunca he dicho que Elon Musk me recuerde a Lex Luthor.
Mi propósito con estos vídeos es solamente que tengáis una visión global de toda la
situación, sobretodo en este entorno, en el que SpaceX es idolatrado. Son innegables
los éxitos que están consiguiendo, cómo le están devolviendo a mucha gente las esperanzas
por la conquista del espacio y les hace soñar con un futuro interplanetario y futurista.
Un futuro en el que todos estos problemas de los que estamos hablando se resolverán
de manera fácil, con telescopios en la luna. Es guay, pero sigue siendo un sueño y no
se pueden tomar decisiones sobre problemas que son reales en base a los sueños que alguien
te vende. El daño en la ciencia fundamental es un problema
real, dificultar la detección de meteoritos es un problema real, aumentar el riesgo de
una cascada colisional es un problema real. Esa es la palabra: Riesgo. No estoy en contra
de que una empresa proporcione internet a quien quiera pagarlo, pero su infraestructura
implica riesgos que creo que todos deberíamos conocer. Tal vez en el futuro los Starlinks
se puedan hacer increíblemente pequeños o bajar su número en órbita, resolviendo
estos problemas. Pero no vivimos en ese futuro. También me duele que esta crítica la interpretéis
algunos como si os estuviera poniendo entre la espada y la pared. Como si se tuvierais
elegir entre internet de calidad para todo el mundo, especialmente para regiones que
no tienen buen acceso, y entre protegernos de todos los problemas de los que hemos hablado.
Esa dicotomía no existe, no tenéis por qué elegir entre una de las dos. Ya existen tecnologías
que proporcionan banda ancha y, sí, están yendo lento en muchos sitios, hay toda una
infraestructura que construir, pero lo que las estadísticas nos muestran es que cada
año más porcentaje de la población tiene acceso a internet de muy buena calidad, incluido
en latinoamérica. Ahora, ¿podrían suponer las megaconstelaciones una grandísima mejora
respecto a esta tendencia? Tal vez sí, pero, a una cuota que no sabemos si será asequible
para todo el mundo (recordemos que el internet de banda ancha se paga) y asumiendo la serie
de riesgos que os hemos explicado. ¿Merece la pena aceptar todos estos riesgos? Esa es
una valoración que os dejo a vosotros.
De hecho justo hace unos días, la American astronomical Society ha sacado un artículos
estudiando lo asequible que puede ser Starlink en países que necesitan aumentar el acceso
a Internet. Este grafico lo cuenta todo: de abajo a arriba tenéis los países clasificados
por cantidad de gente con accesv o a internet, Reino Unido está bien arriba, Etiopía no
tanto. De izquierda a derecha tenemos, groso modo, el poder adquisitivo de una persona
en ese país comparado con la suscripción anual de internet que tiene disponible. Se
estima que la de Starlink estará en los 60-80 dólares al mes. Para un estadounidense eso
es casi un 1% de su sueldo, para alguien en Tanzania es un 70%, haciendo inviable poder
pagarlo. Es decir, que de esta gráfica los países que más necesitan un servicio como
Starlink y pueden permitírselo son los de esta zona, y resulta que en estos paises ya
hay proveedores que dan internet a un precio más bajo que el que se estima de Starlink.
Claro, esto no quiere decir que Starlink no pueda ofrecer un mejor servicio, con más
megas, a un precio más alto, y que realmente tenga un impacto positivo mejorando la calidad
de internet, que, como sabéis para vídeos como este viene estupendo. Pero desde luego,
el argumento de que las megaconstelaciones harán que gente no tenía internet ahora
puedan tenerlo me temo a mi ya no me sirve.
Personalmente, no creo que todas estas nuevas megaconstelaciones vayan a frenar su despliegue,
así que desde el canal os seguiremos informando de cómo evolucionan y cuales sus impactos
tanto positivos como negativos.
Y ya sabes, si quieres más ciencia solo tienes que suscribirte. Y gracias por vernos.