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Sherlock Holmes - El hombre del labio torcido, El hombre del labio torcido - 05

El hombre del labio torcido - 05

Mientras Sherlock Holmes refería esa singular serie de acontecimientos, nuestro carruaje se había deslizado velozmente por los suburbios de la gran ciudad hasta dejar detrás las últimas casas, y ya estábamos en pleno campo. En los momentos en que terminaba su relato, pasamos por dos aldeas de pocas casas.

—Estamos en los suburbios de Lee—me dijo mi compañero. Hemos tocado en tres condados ingleses durante nuestro corto viaje: saliendo de Middlesex, hemos pasado por un extremo de Surrey y ahora estamos en Kent. ¿Ve usted esa luz entre los árboles? Ese es Los Cedros, y al lado de la lámpara está sentada una mujer cuyos oídos ansiosos han percibido ya, no tengo duda, el ruido de los cascos de nuestro caballo.

—Pero ¿por qué no maneja usted este asunto desde su casa?—le pregunté.

—Porque hay muchas averiguaciones que hacer aquí afuera. La señora Saint Clair ha puesto amablemente a mi disposición dos cuartos, y puede usted estar seguro de que hará una buena acogida a mi amigo y colega. Me repugna encontrarme con ella ahora, Watson, porque todavía no tengo noticias de su marido. Ya llegamos. ¡He, oh, eh!

Detuvo el caballo delante de una espaciosa villa que se alzaba en el centro de un parque. Un mozo de cuadra había corrido a tener las riendas.

Holmes y yo saltamos abajo, y seguí a mi compañero por el sendero angosto y tortuoso, cubierto de arena gruesa, que conducía a la casa. Al acercarnos, la puerta se abrió de par en par, y una mujer rubia, de pequeña estatura, apareció en el umbral, vestida con una especie de ligera muselina de seda, con algo de encaje vaporoso, de color rojo, en el cuello y los puños.

Estaba parada, su cuerpo destacándose del torrente de luz, una mano en la puerta, la otra medio alzada en un movimiento ansioso, el talle ligeramente inclinado, la cabeza echada hacia adelante, la cara contraída, los ojos muy abiertos, los labios separados, toda ella una pregunta viviente.

—¿Y?—gritó.—¿Y?

En seguida, al ver que éramos dos, lanzó un grito de esperanza que se convirtió en un gemido al ver que mi compañero meneaba la cabeza y se encogía de hombros.

—¿No trae usted buenas noticias?

—Ninguna.

—¿Ni malas?

—No.

—Gracias a Dios por eso. Pero entre usted. Debe usted estar cansado, pues ha tenido usted un día agitado.

—El señor es mi amigo, el doctor Watson. En varias de mis investigaciones me ha prestado servicios de importancia capital, y una feliz casualidad me ha permitido traerle y asociarle conmigo en este asunto.

—Tengo gusto de conocer a usted—dijo ella, estrechándome efusivamente la mano.—Estoy segura de que usted perdonará lo que le falte en esta casa cuando considere el golpe que se ha descargado sobre nosotros tan repentinamente.

—Mi estimada señora—le contesté,—soy soldado viejo, y aunque no lo fuera, veo perfectamente que no necesita usted excusarse. Si puedo servir en algo a usted ó a mi amigo, tendré ciertamente mucho placer.

—Ahora, señor Sherlock Holmes, —dijo la señora cuando entramos en un bien alumbrado comedor, en la mesa del cual estaba servida una cena fría, —tendría mucho gusto en dirigir a usted una ó dos sencillas preguntas, a las cuales ruego a usted conteste también sencillamente.

—Seguramente, señora.

—No se inquiete usted por mí. No soy histérica ni propensa a desmayos. Deseo sencillamente conocer la opinión real de usted, la verdadera.

—¿Sobre qué punto?

—En el fondo de su corazón ¿cree usted que Neville está vivo?

Sherlock Holmes pareció perplejo ante la pregunta.

—¡Francamente!—repitió ella, parada enfrente de él y mirándole fijamente de arriba abajo, pues Holmes estaba echado hacia atrás en un sillón de mimbres.

—Pues, francamente, señora, no lo creo.

—¿Cree usted que está muerto?

—Sí.

—¿Que ha sido asesinado?

—No digo eso. Quizás…

—¿Y qué día murió?

—El lunes.

—Entonces, usted, señor Holmes, ¿tendría quizás la bondad de explicarme cómo he podido recibir hoy esta carta suya?

Sherlock Holmes saltó de su silla como si hubiera recibido un choque eléctrico.

—¡Qué!—rugió.

—Sí, hoy.

Sonriente, alzaba en el aire una pequeña hoja de papel.

—¿Puedo verla?

—Seguramente.

Holmes le arrebató literalmente de la mano el papel, y extendiéndolo sobre la mesa, le acercó la lámpara y lo examinó atentamente. Yo me había parado, y miraba la carta por encima de su hombro. El sobre era muy ordinario, y tenía el sello del correo de Gravesend, con la fecha de ese mismo día, ó mejor dicho, de la víspera, pues era ya mucho más de media noche.

—¡Grosera letra!—murmuró Holmes. Esta no puede ser la letra del esposo de usted, señora.

—No; pero la de la carta lo es.

—Veo también que la persona que escribió el sobre tuvo que ir a averiguar la dirección que tenía que poner.

—¿Cómo puede usted saber eso?

—El nombre, como usted ve, está en tinta perfectamente negra, que se ha secado sola. El resto tiene el color grisáceo, que muestra que se ha empleado el papel secante. Si todo hubiera sido escrito de una vez y luego secado, no habría una sola parte con este color negro profundo. El hombre ha escrito el nombre, y luego ha habido una pausa antes de que escribiera la dirección, lo que no puede significar sino que ésta no le era familiar. El punto es, por supuesto, una bagatela; pero nada hay tan importante como las bagatelas. Veamos ahora la carta. ¡Ah! ¡Aquí ha venido incluso algo!

— Sí, un anillo, un anillo de sello.

—¿Y usted está segura de que esta es la letra de su esposo?

—Una de sus letras.

—¿Una?

—Su letra de cuando escribía a prisa. Se parece muy poco a su letra, y, sin embargo, estoy segura de que es su letra.

«Mi muy amada, no te asustes. Todo se arreglará, y bien. Ha habido un gran error que puede requerir algún tiempo para ser rectificado. Espera con paciencia.—Neville

—Escrito con lápiz en una hoja, arrancada de un libro, tamaño en octavo, sin marca de agua. ¡Hum! Puesto hoy en la estafeta de Gravesend por un hombre que tenía sucio el dedo pulgar. ¡Ja! Y la goma del sobre ha sido mojada, si no me equivoco mucho, por una persona que había estado mascando tabaco. ¿Y usted no tiene duda de que ésta es la letra de su esposo, señora?

—Ninguna. Neville ha escrito esas palabras.

—Y la carta fue expedida hoy de Gravesend. Pues bien, señora Saint Clair, las nubes se disipan; pero no me atrevería a decir que el peligro ha pasado.

—Pero Neville debe estar vivo, señor Holmes.

—A menos que esta sea una hábil falsificación para ponernos en un rastro equivocado. El anillo, al fin y al cabo, nada prueba; pueden habérselo quitado.

—¡No, no! Esta, esta, esta es su misma letra.

—Muy bien. Pero, asimismo, la carta puede haber sido escrita el lunes y expedida hoy.

—Eso es posible.

—Y si es así, puede haber sucedido mucho desde entonces.

—¡Oh! No debe usted desalentarme, señor Holmes. Estoy segura de que mi marido está bien. Hay entre nosotros tanta simpatía y tan intensa, que si le hubiera ocurrido un mal yo lo sabría. El mismo día que lo vi por última vez, estando él en el dormitorio, se cortó, y yo, que me encontraba en el corredor, me precipité a los altos, con la más completa seguridad de que le había sucedido algo. ¿Cree usted que semejante pequeñez repercutiría en mí, y que su muerte no lo haría?

—He visto demasiado para no saber que la impresión de una mujer puede ser más valiosa que la conclusión de un razonador analítico. Y usted, en esta carta, tiene ciertamente una valiosa pieza de comprobación que corrobora su manera de pensar. Pero si el esposo de usted está vivo y puede escribir cartas por qué se mantiene alejado de usted?

—No puedo imaginarlo. Eso es inexplicable.

—Y el lunes, antes de marcharse, ¿nada dijo?

—No.

—¿Y usted se sorprendió de verle en el callejón de Swandan?

—Muchísimo.

—¿La ventana estaba abierta?

—Sí.

—Entonces ¿él podía haberla llamado a usted?

—Lo podía.

—¿Pero, según entiendo, sólo lanzó un grito inarticulado?

—Sí.

—¿En que pedía socorro, a lo que pareció a usted?

—Si agitaba las manos.

—Pero el grito podía haber sido de sorpresa. El asombro de verla a usted podía haberle hecho alzar los brazos.

—Es posible.

—¿Y usted cree que lo arrastraron de atrás?

—Desapareció tan repentinamente…

—Podía haber saltado hacia atrás. ¿No vió usted a nadie más en el cuarto?

No; pero, aquel hombre horrible confesó que había estado allí, y el láscar estaba al pie de la escalera.

—Eso es. ¿El esposo de usted en todo lo que usted pudo ver, tenía puestas sus ropas?

—Pero no tenía cuello ni corbata: vi perfectamente claro su cuello desnudo.

—¿Había hablado alguna vez del callejón Swandan?

—Nunca.

—¿Le notó usted alguna vez señales de que hubiera fumado opio?

—Nunca.

—Gracias, señora Saint Clair. Esos son los principales puntos acerca de los cuales quería yo estar absolutamente cierto. Ahora vamos mi amigo y yo a comer algo, y enseguida a retirarnos, pues mañana podemos tener un día muy ocupado.

El hombre del labio torcido - 05 Der Mann mit der krummen Lippe - 05 The man with the crooked lip - 05 O homem do lábio torto - 05

Mientras Sherlock Holmes refería esa singular serie de acontecimientos, nuestro carruaje se había deslizado velozmente por los suburbios de la gran ciudad hasta dejar detrás las últimas casas, y ya estábamos en pleno campo. As Sherlock Holmes referred to this singular series of events, our carriage had glided swiftly through the suburbs of the great city until it had left the last houses behind, and we were already in the middle of the countryside. En los momentos en que terminaba su relato, pasamos por dos aldeas de pocas casas. As he finished his story, we passed through two villages with few houses.

—Estamos en los suburbios de Lee—me dijo mi compañero. -We are in the suburbs of Lee," my partner told me. Hemos tocado en tres condados ingleses durante nuestro corto viaje: saliendo de Middlesex, hemos pasado por un extremo de Surrey y ahora estamos en Kent. We have played in three English counties during our short trip: leaving Middlesex, we have passed through one end of Surrey and now we are in Kent. ¿Ve usted esa luz entre los árboles? Do you see that light between the trees? Ese es Los Cedros, y al lado de la lámpara está sentada una mujer cuyos oídos ansiosos han percibido ya, no tengo duda, el ruido de los cascos de nuestro caballo. That is Los Cedros, and beside the lamp sits a woman whose eager ears have already perceived, I have no doubt, the sound of our horse's hooves.

—Pero ¿por qué no maneja usted este asunto desde su casa?—le pregunté. "But why don't you handle this matter from your home?" I asked.

—Porque hay muchas averiguaciones que hacer aquí afuera. La señora Saint Clair ha puesto amablemente a mi disposición dos cuartos, y puede usted estar seguro de que hará una buena acogida a mi amigo y colega. Mrs. Saint Clair has kindly placed two rooms at my disposal, and you may be sure that she will make a good reception for my friend and colleague. Me repugna encontrarme con ella ahora, Watson, porque todavía no tengo noticias de su marido. I am repulsed to meet her now, Watson, because I have not yet heard from her husband. Ya llegamos. We are here. ¡He, oh, eh! Hey, oh, hey!

Detuvo el caballo delante de una espaciosa villa que se alzaba en el centro de un parque. Un mozo de cuadra había corrido a tener las riendas. A stable boy had rushed in to hold the reins.

Holmes y yo saltamos abajo, y seguí a mi compañero por el sendero angosto y tortuoso, cubierto de arena gruesa, que conducía a la casa. Holmes and I jumped down, and I followed my companion down the narrow, winding path, covered with coarse sand, that led to the house. Al acercarnos, la puerta se abrió de par en par, y una mujer rubia, de pequeña estatura, apareció en el umbral, vestida con una especie de ligera muselina de seda, con algo de encaje vaporoso, de color rojo, en el cuello y los puños. As we approached, the door opened wide, and a petite, blonde woman appeared in the doorway, dressed in a sort of light silk muslin, with some vaporous, red lace at the collar and cuffs.

Estaba parada, su cuerpo destacándose del torrente de luz, una mano en la puerta, la otra medio alzada en un movimiento ansioso, el talle ligeramente inclinado, la cabeza echada hacia adelante, la cara contraída, los ojos muy abiertos, los labios separados, toda ella una pregunta viviente. She was standing, her body standing out from the flood of light, one hand on the door, the other half raised in an anxious movement, her waist slightly bent, her head thrown forward, her face contracted, her eyes wide open, her lips parted, all of her a living question.

—¿Y?—gritó.—¿Y? -So? he shouted, "So?

En seguida, al ver que éramos dos, lanzó un grito de esperanza que se convirtió en un gemido al ver que mi compañero meneaba la cabeza y se encogía de hombros. Immediately, seeing that there were two of us, she let out a cry of hope that turned into a groan as she saw my partner shaking his head and shrugging his shoulders.

—¿No trae usted buenas noticias? -Don't you have good news?

—Ninguna. -None.

—¿Ni malas? -Nor bad?

—No. -No.

—Gracias a Dios por eso. -Thank God for that. Pero entre usted. But enter yourself. Debe usted estar cansado, pues ha tenido usted un día agitado. You must be tired, as you have had a hectic day.

—El señor es mi amigo, el doctor Watson. En varias de mis investigaciones me ha prestado servicios de importancia capital, y una feliz casualidad me ha permitido traerle y asociarle conmigo en este asunto. In several of my investigations he has rendered me services of capital importance, and a happy chance has enabled me to bring him in and associate him with me in this matter.

—Tengo gusto de conocer a usted—dijo ella, estrechándome efusivamente la mano.—Estoy segura de que usted perdonará lo que le falte en esta casa cuando considere el golpe que se ha descargado sobre nosotros tan repentinamente. "It's nice to meet you," she said, shaking my hand effusively. "I'm sure you'll forgive what's lacking in this house when you consider the blow that's been dealt on us so suddenly."

—Mi estimada señora—le contesté,—soy soldado viejo, y aunque no lo fuera, veo perfectamente que no necesita usted excusarse. -My dear lady," I replied, "I am an old soldier, and even if I were not, I see perfectly well that you need not excuse yourself. Si puedo servir en algo a usted ó a mi amigo, tendré ciertamente mucho placer. If I can be of any service to you or my friend, I will certainly be pleased.

—Ahora, señor Sherlock Holmes, —dijo la señora cuando entramos en un bien alumbrado comedor, en la mesa del cual estaba servida una cena fría, —tendría mucho gusto en dirigir a usted una ó dos sencillas preguntas, a las cuales ruego a usted conteste también sencillamente. -Now, Mr. Sherlock Holmes," said the lady as we entered a well-lighted dining-room, at the table of which a cold supper was served, "I would be very glad to ask you one or two simple questions, to which I beg you will also answer simply.

—Seguramente, señora. -Surely, ma'am.

—No se inquiete usted por mí. -Don't worry about me. No soy histérica ni propensa a desmayos. I am not hysterical or prone to fainting. Deseo sencillamente conocer la opinión real de usted, la verdadera. I simply wish to know your real opinion, the true one.

—¿Sobre qué punto? -On what point?

—En el fondo de su corazón ¿cree usted que Neville está vivo? -In your heart of hearts do you believe that Neville is alive?

Sherlock Holmes pareció perplejo ante la pregunta. Sherlock Holmes looked puzzled at the question.

—¡Francamente!—repitió ella, parada enfrente de él y mirándole fijamente de arriba abajo, pues Holmes estaba echado hacia atrás en un sillón de mimbres. -Frankly," she repeated, standing in front of him and staring him up and down, for Holmes was leaning back in a wicker chair.

—Pues, francamente, señora, no lo creo. -Well, frankly, ma'am, I don't think so.

—¿Cree usted que está muerto? -Do you think he is dead?

—Sí.

—¿Que ha sido asesinado? -That he has been murdered?

—No digo eso. -I'm not saying that. Quizás… Maybe...

—¿Y qué día murió? -And what day did he die?

—El lunes. -Monday.

—Entonces, usted, señor Holmes, ¿tendría quizás la bondad de explicarme cómo he podido recibir hoy esta carta suya? -Then, Mr. Holmes, would you perhaps be good enough to explain to me how I was able to receive this letter from you today?

Sherlock Holmes saltó de su silla como si hubiera recibido un choque eléctrico. Sherlock Holmes jumped out of his chair as if he had received an electric shock.

—¡Qué!—rugió. -What!" he roared.

—Sí, hoy. -Yes, today.

Sonriente, alzaba en el aire una pequeña hoja de papel. Smiling, he raised a small sheet of paper in the air.

—¿Puedo verla? -May I see it?

—Seguramente. -Surely.

Holmes le arrebató literalmente de la mano el papel, y extendiéndolo sobre la mesa, le acercó la lámpara y lo examinó atentamente. Holmes literally snatched the paper out of his hand, and spreading it on the table, he held the lamp close to him and examined it closely. Yo me había parado, y miraba la carta por encima de su hombro. I had stopped, and was looking over his shoulder at the letter. El sobre era muy ordinario, y tenía el sello del correo de Gravesend, con la fecha de ese mismo día, ó mejor dicho, de la víspera, pues era ya mucho más de media noche. The envelope was very ordinary, and bore the postmark of Gravesend, with the date of the same day, or rather of the day before, for it was well after midnight.

—¡Grosera letra!—murmuró Holmes. -Rude handwriting!" muttered Holmes. Esta no puede ser la letra del esposo de usted, señora. This cannot be your husband's handwriting, ma'am.

—No; pero la de la carta lo es. -No; but the one in the letter is.

—Veo también que la persona que escribió el sobre tuvo que ir a averiguar la dirección que tenía que poner. —I also see that the person who wrote the envelope had to go to find out the address he had to put.

—¿Cómo puede usted saber eso? -How can you know that?

—El nombre, como usted ve, está en tinta perfectamente negra, que se ha secado sola. -The name, as you see, is in perfectly black ink, which has dried by itself. El resto tiene el color grisáceo, que muestra que se ha empleado el papel secante. The rest has a grayish color, which shows that blotting paper has been used. Si todo hubiera sido escrito de una vez y luego secado, no habría una sola parte con este color negro profundo. If everything had been written all at once and then dried, there would not be a single part with this deep black color. El hombre ha escrito el nombre, y luego ha habido una pausa antes de que escribiera la dirección, lo que no puede significar sino que ésta no le era familiar. The man wrote the name, and then there was a pause before he wrote the address, which can only mean that the address was unfamiliar to him. El punto es, por supuesto, una bagatela; pero nada hay tan importante como las bagatelas. Veamos ahora la carta. Let us now look at the letter. ¡Ah! ¡Aquí ha venido incluso algo! Something has even come up here!

— Sí, un anillo, un anillo de sello. - Yes, a ring, a signet ring.

—¿Y usted está segura de que esta es la letra de su esposo? -And you are sure that this is your husband's handwriting?

—Una de sus letras. -One of his lyrics.

—¿Una? -One?

—Su letra de cuando escribía a prisa. -His handwriting from when he wrote in a hurry. Se parece muy poco a su letra, y, sin embargo, estoy segura de que es su letra. It bears little resemblance to his handwriting, and yet I am sure it is his handwriting.

«Mi muy amada, no te asustes. "My dearly beloved, don't be frightened. Todo se arreglará, y bien. Ha habido un gran error que puede requerir algún tiempo para ser rectificado. There has been a major error that may require some time to rectify. Espera con paciencia.—__Neville__.» Wait patiently.-Neville."

—Escrito con lápiz en una hoja, arrancada de un libro, tamaño en octavo, sin marca de agua. —Written in pencil on a sheet, torn from a book, octavo size, without watermark. ¡Hum! Hum! Puesto hoy en la estafeta de Gravesend por un hombre que tenía sucio el dedo pulgar. Posted today at Gravesend post by a man who had a dirty thumb. ¡Ja! Y la goma del sobre ha sido mojada, si no me equivoco mucho, por una persona que había estado mascando tabaco. And the gum on the envelope has been soaked, if I'm not too mistaken, by a person who had been chewing tobacco. ¿Y usted no tiene duda de que ésta es la letra de su esposo, señora? And you have no doubt that this is your husband's handwriting, madam?

—Ninguna. Neville ha escrito esas palabras.

—Y la carta fue expedida hoy de Gravesend. Pues bien, señora Saint Clair, las nubes se disipan; pero no me atrevería a decir que el peligro ha pasado. And the letter was dispatched to-day from Gravesend. Well, Madame Saint Clair, the clouds are dissipating; but I would not dare to say that the danger has passed.

—Pero Neville debe estar vivo, señor Holmes. -But Neville must be alive, Mr. Holmes.

—A menos que esta sea una hábil falsificación para ponernos en un rastro equivocado. -Unless this is a clever forgery to put us on the wrong trail. El anillo, al fin y al cabo, nada prueba; pueden habérselo quitado. The ring, after all, proves nothing; it may have been removed.

—¡No, no! Esta, esta, esta es su misma letra. This, this, this is his handwriting.

—Muy bien. Pero, asimismo, la carta puede haber sido escrita el lunes y expedida hoy. But, equally, the letter may have been written on Monday and issued today.

—Eso es posible.

—Y si es así, puede haber sucedido mucho desde entonces. -And if so, a lot may have happened since then.

—¡Oh! No debe usted desalentarme, señor Holmes. You must not discourage me, Mr. Holmes. Estoy segura de que mi marido está bien. I am sure my husband is fine. Hay entre nosotros tanta simpatía y tan intensa, que si le hubiera ocurrido un mal yo lo sabría. There is so much sympathy between us and so intense that if something bad had happened to him I would know it. El mismo día que lo vi por última vez, estando él en el dormitorio, se cortó, y yo, que me encontraba en el corredor, me precipité a los altos, con la más completa seguridad de que le había sucedido algo. The same day that I saw him for the last time, while he was in the bedroom, he cut himself, and I, who was in the corridor, rushed upstairs, with the most complete certainty that something had happened to him. ¿Cree usted que semejante pequeñez repercutiría en mí, y que su muerte no lo haría? Do you think that such a small thing would affect me, and that his death would not?

—He visto demasiado para no saber que la impresión de una mujer puede ser más valiosa que la conclusión de un razonador analítico. -I have seen too much not to know that a woman's impression can be more valuable than the conclusion of an analytical reasoner. Y usted, en esta carta, tiene ciertamente una valiosa pieza de comprobación que corrobora su manera de pensar. And you, in this letter, certainly have a valuable piece of verification that corroborates your way of thinking. Pero si el esposo de usted está vivo y puede escribir cartas por qué se mantiene alejado de usted? But if your husband is alive and can write letters, why does he stay away from you?

—No puedo imaginarlo. Eso es inexplicable. This is inexplicable.

—Y el lunes, antes de marcharse, ¿nada dijo? -And on Monday, before leaving, did he say anything?

—No.

—¿Y usted se sorprendió de verle en el callejón de Swandan? -And you were surprised to see him in Swandan's Alley?

—Muchísimo.

—¿La ventana estaba abierta? -Was the window open?

—Sí.

—Entonces ¿él podía haberla llamado a usted? -So he could have called you?

—Lo podía. -I could.

—¿Pero, según entiendo, sólo lanzó un grito inarticulado? -But, as I understand it, he only uttered an inarticulate scream?

—Sí.

—¿En que pedía socorro, a lo que pareció a usted? —What did you think he was asking for help about?

—Si agitaba las manos. -If he waved his hands.

—Pero el grito podía haber sido de sorpresa. -But the cry could have been one of surprise. El asombro de verla a usted podía haberle hecho alzar los brazos. The astonishment of seeing you could have made him raise his arms.

—Es posible.

—¿Y usted cree que lo arrastraron de atrás? -And you think he was dragged from behind?

—Desapareció tan repentinamente… -It disappeared so suddenly....

—Podía haber saltado hacia atrás. -He could have jumped backwards. ¿No vió usted a nadie más en el cuarto? You didn't see anyone else in the room?

No; pero, aquel hombre horrible confesó que había estado allí, y el láscar estaba al pie de la escalera. No; but, that horrible man confessed that he had been there, and the lascar was at the bottom of the stairs.

—Eso es. ¿El esposo de usted en todo lo que usted pudo ver, tenía puestas sus ropas? Was your husband, as far as you could see, wearing your clothes?

—Pero no tenía cuello ni corbata: vi perfectamente claro su cuello desnudo. “But he had no collar or tie: I saw his bare neck perfectly clear.

—¿Había hablado alguna vez del callejón Swandan? -Had he ever talked about Swandan Alley?

—Nunca.

—¿Le notó usted alguna vez señales de que hubiera fumado opio? -Did you ever notice any signs that he had smoked opium?

—Nunca.

—Gracias, señora Saint Clair. Esos son los principales puntos acerca de los cuales quería yo estar absolutamente cierto. Those are the main points about which I wanted to be absolutely certain. Ahora vamos mi amigo y yo a comer algo, y enseguida a retirarnos, pues mañana podemos tener un día muy ocupado.