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El señor de las moscas William Goulding (Lord of the Flies), 4. Rostros pintados y melenas largas (1)

4. Rostros pintados y melenas largas (1)

El primer ritmo al que se acostumbraron fue el lento tránsito desde el amanecer hasta el brusco ocaso. Aceptaron los placeres de la mañana – el sol brillante, el mar dominador y la dulzura del aire – como las horas agradables para los juegos, durante los cuales la vida estaba tan repleta que no hacían falta esperanzas, y por ello se olvidaban. Al acercarse el mediodía, cuando la inundación de luz caía casi verticalmente, los intensos colores matinales se suavizaban en tonos perlas y opalescentes; y el calor – como si la inminente altura del sol le diese impulso – se convertía en un azote, que trataban de esquivar corriendo a tenderse a la sombra, y hasta durmiendo.

Extrañas cosas ocurrían al mediodía. El brillante mar se alzaba, se escindía en planos de absoluta imposibilidad; el arrecife de coral y las escasas y raquíticas palmeras que se sostenían en sus relieves más altos, flotaban hacia el cielo, temblaban, se desgarraban, resbalaban como gotas de lluvia sobre un alambre o se multiplicaban como en una fantástica sucesión de espejos. A veces surgía tierra allí donde no la había y estallaba como una burbuja ante la mirada de los muchachos.

Piggy calificaba todo aquello sabiamente como «espejismos»; y como ninguno de los muchachos podría haberse acercado ni tan siquiera al arrecife, ya que habrían de atravesar el estrecho de agua donde les aguardaban las dentelladas de los tiburones, se acostumbraron a aquellos misterios y los ignoraban, como tampoco hacían caso de las milagrosas, de las vibrantes estrellas.

Al mediodía los espejismos se fundían con el cielo y desde allí, el sol, como un ojo iracundo, lanzaba sus miradas. Después, al acercarse la tarde, las fantasías se debilitaban y con el descenso del sol el horizonte se volvía llano, azul y recortado. Eran nuevas horas de relativo frescor, aunque siempre amenazadas por la llegada de la noche.

Cuando el sol se hundía, la oscuridad caía sobre la isla como un exterminador y los refugios se llenaban en seguida de inquietud, bajo las lejanas estrellas.

Sin embargo, la tradición de la Europa del Norte: trabajo, recreo y comida a lo largo del día, les impedía adaptarse por completo a este nuevo ritmo. El pequeño Percival, al poco tiempo de la llegada, se había, arrastrado hasta uno de los refugios, donde permaneció dos días, hablando, cantando y llorando, con lo que todos creyeron que se había trastornado, cosa que les pareció en cierto modo divertida. Desde entonces se le veía enfermizo, ojeroso y triste: un pequeño que jugaba poco y lloraba a menudo.

A los más jóvenes se les conocía ahora por el nombre genérico de «los peques». La disminución en tamaño, desde Ralph hacia abajo, era gradual; y aunque había una región dudosa habitada por Simon, Robert y Maurice, nadie, sin embargo, encontraba la menor dificultad para distinguir a los grandes en un extremo y a los peques en el otro. Los indudablemente «peques» – los que tenían alrededor de los seis años – vivían su propia vida, muy diferente, pero también muy activa. Se pasaban la mayor parte del día comiendo, cogiendo la fruta de los lugares que estaban a su alcance, sin demasiados escrúpulos en cuanto a madurez y calidad. Se habían acostumbrado ya a los dolores de estómago y a una especie de diarrea crónica. Sufrían terrores indecibles en la oscuridad y se acurrucaban los unos contra los otros en busca de alivio. Además de comer y dormir, encontraban tiempo para sus juegos, absurdos y triviales, sobre la blanca arena junto al agua brillante. Lloraban por sus madres mucho menos de lo que podía haberse esperado; estaban muy morenos y asquerosamente sucios. Obedecían a las llamadas de la caracola, en parte porque era Ralph quien llamaba y tenía los años suficientes para enlazar con el mundo adulto de la autoridad, y en parte porque les divertía el espectáculo de las asambleas. Pero aparte de esto, rara vez se ocupaban de los mayores, y su apasionada vida emocional y gregaria era algo que sólo a ellos pertenecía.

Habían construido castillos en la arena, junto a la barra del riachuelo. Estos castillos tenían como un pie de altura y estaban adornados con conchas, flores marchitas y piedras curiosas. Alrededor de los castillos crearon un complejo sistema de señales, caminos, tapias y líneas ferroviarias que sólo tenían sentido si se las observaba con la vista a ras del suelo. Allí jugaban los peques, si no completamente felices, al menos con absorta atención; y a menudo grupos de hasta tres se unían en un mismo juego.

En este momento tres de ellos jugaban en aquel lugar. Henry era el mayor. Y era también pariente lejano de aquel otro chico de la mancha en el rostro a quien nadie había vuelto a ver desde la tarde del gran incendio; pero no tenía los años suficientes para comprender bien lo sucedido, y si alguien le hubiese dicho que el otro niño se había vuelto a su casa en avión lo habría aceptado sin queja o duda.

En cierto modo Henry hacía de jefe esa tarde, pues los otros dos, Percival y Johnny, eran los más pequeños de la isla. Percival, de pelo parduzco, nunca había sido muy guapo, ni siquiera para su propia madre. Johnny, un niño rubio, bien formado, era de una Kplimsidad innata. Ahora se comportaba dócilmente porque estaba interesado en el juego; y los tres niños, arrodillados en la arena, se encontraban en completa paz.

Roger y Maurice salieron del bosque. Su turno ante la hoguera había terminado y bajaban ahora a nadar. Roger, que iba delante, pasó a través de los castillos; los derrumbó a patadas, enterró las flores y esparció las piedras escogidas con tanto cuidado.

Le siguió Maurice, riendo y aumentando la devastación. Los tres peques abandonaron su juego y alzaron los ojos. Pero ocurrió que las señales que les tenían ocupados en ese momento no habían sufrido daño, de modo que no protestaron. Percival fue el único que empezó a sollozar, por la arena que se le había metido en los ojos, y Maurice optó por alejarse rápidamente. En su otra vida, Maurice habría sido castigado por llenar de arena unos ojos más jóvenes que los suyos. Ahora, aunque no se encontraba presente ningún padre que dejase caer sobre él una mano airada, sintió de todos modos la desazón del delito. Empezaron a conformarse en los repliegues de su mente los esbozos inseguros de una excusa. Murmuró algo acerca de un baño y se alejó a rápidos saltos.

Roger se quedó atrás observando a los pequeños. No parecía más bronceado por el sol que el día en que cayeron en la isla, pero las greñas de pelo negro, que le cubrían la nuca y le ocultaban la frente, parecían complementar su cara triste y transformaban en algo temible lo que antes había parecido una insociable altanería. Percival dejó de sollozar y volvió a sus juegos, pues las lágrimas le habían librado de la arena. Johnny le miró con ojos de un azul porcelana; luego comenzó a arrojar al aire una lluvia de arena y pronto empezó de nuevo el lloriqueo de Percival.

Cuando Henry se cansó de jugar y comenzó a vagar por la playa, Roger le siguió, caminando tranquilamente bajo las palmeras en la misma dirección. Henry marchaba a cierta distancia de las palmeras y la sombra porque aún era demasiado joven para protegerse del sol. Bajó hasta la playa y se entretuvo jugando al borde del agua.

La gran marea del Pacífico se disponía ya a subir y a cada pocos segundos las aguas de la laguna, relativamente tranquilas, se alzaban y avanzaban un par de centímetros.

Ciertas criaturas habitaban en aquella última proyección del mar, seres diminutos y transparentes que subían con el agua a husmear en la cálida y seca arena. Con impalpables órganos sensorios examinaban este nuevo territorio. Quizás hallasen ahora alimentos que no habían encontrado en su última incursión; excrementos de pájaros, incluso insectos o cualquier detrito de la vida terrestre. Extendidos como una miríada de diminutos dientes de sierra llegaban los seres transparentes a la playa en busca de desperdicios. Aquello fascinaba a Henry. Hurgó con un palito, también vagabundo y desgastado y blanqueado por las olas, tratando de dominar con él los movimientos de aquellos carroñeros. Hizo unos surcos, que la marea cubrió, e intentó llenarlos con esos seres. Encontró tanto placer en verse capaz de ejercer dominio sobre unos seres vivos, que su curiosidad se convirtió en algo más fuerte que la mera alegría. Les hablaba, dándoles ánimos y órdenes. Impulsados hacia atrás por la marea, caían atrapados en las huellas que los pies de Henry dejaban sobre la arena. Todo eso le proporcionaba la ilusión de poder. Se sentó en cuclillas al borde del agua, con el pelo caído sobre la frente y formándole pantalla ante los ojos, mientras el sol de la tarde vaciaba sobre la playa sus flechas invisibles.

También Roger esperaba. Al principio se había escondido detrás de un grueso tronco de palmera; pero era tan evidente que Henry estaba absorto con aquellos pequeños seres que decidió por fin hacerse completamente visible. Recorrió con la mirada toda la extensión de la playa. Percival se había alejado llorando y Johnny quedaba como dueño triunfante de los castillos. Allí sentado, canturreaba para sí y arrojaba arena a un Percival imaginario. Más allá, Roger veía la plataforma y los destellos del agua salpicada cuando Ralph, Simon, Piggy y Maurice se arrojaban a la poza. Escuchó atentamente pero apenas podía oírles.

Una brisa repentina sacudió la orla de palmeras y meció y agitó sus frondas. Desde casi veinte metros de altura sobre Roger, un racimo de cocos – bultos fibrosos tan grandes como balones de rugby se desprendió de su tallo. Cayeron todos cerca de él, con una serie de golpes duros y secos, pero no llegaron a tocarle. No se le ocurrió pensar en el peligro corrido, se quedó mirando, alternativamente, a los cocos y a Henry, a Henry y a los cocos.

El subsuelo bajo las palmeras era una playa elevada, y varias generaciones de palmeras habían ido desalojando de su sitio las piedras que en otro tiempo yacieron en arenas de otras orillas. Roger se inclinó, cogió una piedra, apuntó y la tiró a Henry, con decidida intención de errar. La piedra, recuerdo de un tiempo inverosímil, botó a unos cuatro metros a la derecha de Henry y cayó en el agua. Roger reunió un puñado de piedras y empezó a arrojarlas. Pero respetó un espacio, alrededor de Henry, de unos cinco metros de diámetro. Dentro de aquel círculo, de manera invisible pero con firme fuerza, regía el tabú de su antigua existencia. Alrededor del niño en cuclillas aleteaba la protección de los padres y el colegio, de la policía y la ley. El brazo de Roger estaba condicionado por una civilización que no sabía nada de él y estaba en ruinas.

Sorprendió a Henry el sonido de las piedras al estrellarse en el agua. Abandonó los silenciosos seres transparentes y, como un perdiguero que muestra la caza, dirigió toda su atención hacia el centro de los círculos, que se iban extendiendo. Caían las piedras por un lado y otro y Henry se volvía dócilmente, pero siempre demasiado tarde para divisarlas en el aire, Por fin logró ver una y se echó a reír, buscando con la mirada al amigo que le gastaba bromas. Pero Roger se había ocultado tras el tronco de palmera, y contra él se reclinaba, con la respiración entrecortada y los ojos pestañeantes. Henry perdió el interés por las piedras y se alejó.

–Roger.

Jack se encontraba bajo un árbol a unos diez metros de allí. Cuando Roger abrió los ojos y le vio, una sombra más oscura se extendió bajo su ya morena piel; pero Jack no notó nada. Le llamaba por señas, tan inquieto e impaciente que Roger tuvo que acudir a su lado.

Había una poza al extremo del río, un pequeño lago retenido por la arena y lleno de blancos nenúfares y juncos afilados. Allí aguardaban Sam y Erik y también Bill. Oculto del sol, Jack se arrodilló junto a la poza y desplegó las dos grandes hojas que llevaba en las manos. Una de ellas contenía arcilla blanca y la otra arcilla roja. Junto a ellas había un trozo de carbón vegetal extraído de la hoguera.

4. Rostros pintados y melenas largas (1) 4. Bemalte Gesichter und lange Haare (1) 4\. Painted faces and long hair (1) 4. Visages peints et cheveux longs (1) 4. Pomalowane twarze i długie włosy (1) 4. Rostos pintados e cabelos compridos (1)

El primer ritmo al que se acostumbraron fue el lento tránsito desde el amanecer hasta el brusco ocaso. Der erste Rhythmus, an den sie sich gewöhnt hatten, war der langsame Übergang von der Morgendämmerung zum abrupten Sonnenuntergang. The first rhythm they got used to was the slow transition from dawn to abrupt dusk. Aceptaron los placeres de la mañana – el sol brillante, el mar dominador y la dulzura del aire – como las horas agradables para los juegos, durante los cuales la vida estaba tan repleta que no hacían falta esperanzas, y por ello se olvidaban. Sie akzeptierten die Freuden des Morgens - die helle Sonne, das überwältigende Meer und die Süße der Luft - als die angenehmen Stunden für Spiele, in denen das Leben so voll war, dass keine Hoffnungen nötig waren, und so wurden sie vergessen. They accepted the pleasures of the morning - the bright sun, the dominating sea and the sweetness of the air - as the pleasant hours for games, during which life was so full that hope was not needed, and so they forgot. Al acercarse el mediodía, cuando la inundación de luz caía casi verticalmente, los intensos colores matinales se suavizaban en tonos perlas y opalescentes; y el calor – como si la inminente altura del sol le diese impulso – se convertía en un azote, que trataban de esquivar corriendo a tenderse a la sombra, y hasta durmiendo. Als sich der Mittag näherte und die Lichtflut fast senkrecht einfiel, wurden die intensiven Farben des Morgens zu perlenden und opalisierenden Tönen gemildert, und die Hitze - als ob die bevorstehende Höhe der Sonne ihr Schwung verlieh - wurde zu einer Plage, der sie auszuweichen versuchten, indem sie sich in den Schatten legten und sogar schliefen. As noon approached, when the flood of light fell almost vertically, the intense morning colors softened into pearl and opalescent hues; and the heat - as if the impending height of the sun gave it momentum - became a scourge, which they tried to dodge by running to lie in the shade, and even sleeping.

Extrañas cosas ocurrían al mediodía. Strange things were happening at noon. El brillante mar se alzaba, se escindía en planos de absoluta imposibilidad; el arrecife de coral y las escasas y raquíticas palmeras que se sostenían en sus relieves más altos, flotaban hacia el cielo, temblaban, se desgarraban, resbalaban como gotas de lluvia sobre un alambre o se multiplicaban como en una fantástica sucesión de espejos. Das schimmernde Meer erhob sich und teilte sich in Ebenen der absoluten Unmöglichkeit; das Korallenriff und die spärlichen, verkümmerten Palmen, die auf seinen höchsten Erhebungen standen, schwebten himmelwärts, zitterten, zerrissen, glitten wie Regentropfen auf einem Draht oder vervielfachten sich wie in einer fantastischen Folge von Spiegeln. The shimmering sea rose, splitting into planes of absolute impossibility; the coral reef and the sparse, rickety palm trees that stood on its highest reliefs, floated skyward, trembled, tore, slid like raindrops on a wire or multiplied as in a fantastic succession of mirrors. A veces surgía tierra allí donde no la había y estallaba como una burbuja ante la mirada de los muchachos. Manchmal tauchte Land auf, wo keines war, und platzte vor den Augen der Jungen wie eine Seifenblase. Sometimes land would appear where there was none and burst like a bubble as the boys watched.

Piggy calificaba todo aquello sabiamente como «espejismos»; y como ninguno de los muchachos podría haberse acercado ni tan siquiera al arrecife, ya que habrían de atravesar el estrecho de agua donde les aguardaban las dentelladas de los tiburones, se acostumbraron a aquellos misterios y los ignoraban, como tampoco hacían caso de las milagrosas, de las vibrantes estrellas. Piggy nannte das alles weise "Fata Morgana", und da sich keiner der Jungen dem Riff auch nur nähern konnte, da sie die schmale Wasserfläche durchqueren mussten, wo die Zähne der Haie auf sie warteten, gewöhnten sie sich an diese Geheimnisse und ignorierten sie, so wie sie auch die wunderbaren, leuchtenden Sterne ignorierten. Piggy wisely called all these "mirages"; and since none of the boys could have come even close to the reef, since they would have to cross the strait of water where the sharks' teeth awaited them, they got used to those mysteries and ignored them, just as they ignored the miraculous ones, of the vibrant stars.

Al mediodía los espejismos se fundían con el cielo y desde allí, el sol, como un ojo iracundo, lanzaba sus miradas. Um die Mittagszeit verschmolzen die Luftspiegelungen mit dem Himmel, und von dort warf die Sonne wie ein zorniges Auge ihre Blicke. At noon the mirages merged with the sky and from there the sun, like an angry eye, cast its gaze. Después, al acercarse la tarde, las fantasías se debilitaban y con el descenso del sol el horizonte se volvía llano, azul y recortado. Dann, als der Abend nahte, ließen die Fantasien nach, und mit dem Untergang der Sonne wurde der Horizont flach, blau und undeutlich. Then, as the afternoon approached, the fantasies weakened and with the sun's descent the horizon became flat, blue, and trimmed. Eran nuevas horas de relativo frescor, aunque siempre amenazadas por la llegada de la noche. Es waren neue Stunden relativer Kühle, die allerdings immer vom Einbruch der Nacht bedroht waren. They were new hours of relative coolness, although always threatened by the arrival of night.

Cuando el sol se hundía, la oscuridad caía sobre la isla como un exterminador y los refugios se llenaban en seguida de inquietud, bajo las lejanas estrellas. When the sun sank, darkness fell over the island like an exterminator and the shelters were soon filled with restlessness, under the distant stars.

Sin embargo, la tradición de la Europa del Norte: trabajo, recreo y comida a lo largo del día, les impedía adaptarse por completo a este nuevo ritmo. Die nordeuropäische Tradition, den ganzen Tag über zu arbeiten, sich zu erholen und zu essen, hinderte sie jedoch daran, sich voll und ganz auf diesen neuen Rhythmus einzustellen. However, the tradition of Northern Europe: work, recreation and food throughout the day, prevented them from fully adapting to this new rhythm. El pequeño Percival, al poco tiempo de la llegada, se había, arrastrado hasta uno de los refugios, donde permaneció dos días, hablando, cantando y llorando, con lo que todos creyeron que se había trastornado, cosa que les pareció en cierto modo divertida. Der kleine Percival hatte sich bald nach der Ankunft in einen der Unterstände verkrochen, wo er zwei Tage lang blieb und redete, sang und weinte, was alle für eine Geistesstörung hielten und was sie recht amüsant fanden. Little Percival, shortly after his arrival, had crawled into one of the shelters, where he remained for two days, talking, singing, and crying, with which everyone thought he had gone mad, which they thought was somewhat amusing. . Desde entonces se le veía enfermizo, ojeroso y triste: un pequeño que jugaba poco y lloraba a menudo. Von da an sah er kränklich, abgehärmt und traurig aus: ein kleiner Junge, der wenig spielte und oft weinte. Since then he looked sickly, haggard and sad: a little boy who played little and cried often.

A los más jóvenes se les conocía ahora por el nombre genérico de «los peques». Die Jüngsten waren nun unter dem Gattungsnamen "los peques" bekannt. The younger ones were now known by the generic name of "the little ones." La disminución en tamaño, desde Ralph hacia abajo, era gradual; y aunque había una región dudosa habitada por Simon, Robert y Maurice, nadie, sin embargo, encontraba la menor dificultad para distinguir a los grandes en un extremo y a los peques en el otro. Die Größe nahm von Ralph abwärts allmählich ab, und obwohl es eine zweifelhafte Region gab, die von Simon, Robert und Maurice bewohnt wurde, hatte niemand die geringste Schwierigkeit, die Großen am einen und die Kleinen am anderen Ende zu unterscheiden. The decrease in size, from Ralph on down, was gradual; and though there was a dubious region inhabited by Simon, Robert, and Maurice, yet no one had the slightest difficulty in distinguishing the big ones at one end and the little ones at the other. Los indudablemente «peques» – los que tenían alrededor de los seis años – vivían su propia vida, muy diferente, pero también muy activa. The undoubtedly “little ones” – those who were around six years old – lived their own lives, very different, but also very active. Se pasaban la mayor parte del día comiendo, cogiendo la fruta de los lugares que estaban a su alcance, sin demasiados escrúpulos en cuanto a madurez y calidad. They spent most of the day eating, picking the fruit from places within their reach, without too many scruples regarding ripeness and quality. Se habían acostumbrado ya a los dolores de estómago y a una especie de diarrea crónica. They had become accustomed to stomach pains and a kind of chronic diarrhea. Sufrían terrores indecibles en la oscuridad y se acurrucaban los unos contra los otros en busca de alivio. They suffered unspeakable terrors in the dark and huddled against each other for relief. Además de comer y dormir, encontraban tiempo para sus juegos, absurdos y triviales, sobre la blanca arena junto al agua brillante. Neben Essen und Schlafen fanden sie Zeit für ihre absurden und trivialen Spiele auf dem weißen Sand am schimmernden Wasser. Besides eating and sleeping, they found time for their absurd and trivial games on the white sand by the shimmering water. Lloraban por sus madres mucho menos de lo que podía haberse esperado; estaban muy morenos y asquerosamente sucios. Sie weinten viel weniger nach ihren Müttern, als man hätte erwarten können; sie waren sehr braun und ekelhaft schmutzig. They were crying for their mothers much less than could have been expected; they were very brown and disgustingly dirty. Obedecían a las llamadas de la caracola, en parte porque era Ralph quien llamaba y tenía los años suficientes para enlazar con el mundo adulto de la autoridad, y en parte porque les divertía el espectáculo de las asambleas. They obeyed the calls of the conch shell, partly because it was Ralph who called and he was old enough to link up with the adult world of authority, and partly because they were amused by the spectacle of the assemblies. Pero aparte de esto, rara vez se ocupaban de los mayores, y su apasionada vida emocional y gregaria era algo que sólo a ellos pertenecía. Abgesehen davon kümmerten sie sich nur selten um die Älteren, und ihr leidenschaftliches, emotionales und geselliges Leben war etwas, das ihnen allein gehörte. But apart from this, they seldom cared for the elders, and their passionate emotional and gregarious life was something that belonged only to them.

Habían construido castillos en la arena, junto a la barra del riachuelo. They had built castles in the sand, next to the creek bar. Estos castillos tenían como un pie de altura y estaban adornados con conchas, flores marchitas y piedras curiosas. Diese Schlösser waren etwa einen Meter hoch und mit Muscheln, verwelkten Blumen und kuriosen Steinen geschmückt. These castles were about a foot high and were adorned with shells, wilted flowers and curious stones. Alrededor de los castillos crearon un complejo sistema de señales, caminos, tapias y líneas ferroviarias que sólo tenían sentido si se las observaba con la vista a ras del suelo. Um die Burgen herum schufen sie ein komplexes System von Schildern, Straßen, Mauern und Eisenbahnlinien, das nur dann Sinn machte, wenn man es ebenerdig betrachtete. Around the castles they created a complex system of signals, paths, walls and railway lines that only made sense if you looked at them from ground level. Allí jugaban los peques, si no completamente felices, al menos con absorta atención; y a menudo grupos de hasta tres se unían en un mismo juego. Dort spielten die Kleinen, wenn auch nicht ganz glücklich, so doch zumindest mit großer Aufmerksamkeit; und oft spielten Gruppen von bis zu drei Personen dasselbe Spiel. There the little ones played, if not completely happily, at least with rapt attention; and often groups of up to three joined in the same game.

En este momento tres de ellos jugaban en aquel lugar. Henry era el mayor. Henry war der Älteste. Y era también pariente lejano de aquel otro chico de la mancha en el rostro a quien nadie había vuelto a ver desde la tarde del gran incendio; pero no tenía los años suficientes para comprender bien lo sucedido, y si alguien le hubiese dicho que el otro niño se había vuelto a su casa en avión lo habría aceptado sin queja o duda. Und er war auch ein entfernter Verwandter jenes anderen Jungen mit dem Fleck im Gesicht, den seit dem Abend des großen Brandes niemand mehr gesehen hatte; aber er war nicht alt genug, um zu verstehen, was geschehen war, und wenn ihm jemand gesagt hätte, dass der andere Junge nach Hause geflogen war, hätte er es ohne Klagen oder Zögern akzeptiert. And he was also a distant relative of that other boy with the stain on his face whom no one had seen since the afternoon of the great fire; but he was not old enough to fully understand what had happened, and if someone had told him that the other child had gone home by plane, he would have accepted it without complaint or doubt.

En cierto modo Henry hacía de jefe esa tarde, pues los otros dos, Percival y Johnny, eran los más pequeños de la isla. In gewisser Weise war Henry an diesem Nachmittag der Chef, denn die anderen beiden, Percival und Johnny, waren die Kleinsten auf der Insel. In a way, Henry was the boss that afternoon, since the other two, Percival and Johnny, were the smallest on the island. Percival, de pelo parduzco, nunca había sido muy guapo, ni siquiera para su propia madre. Brown-haired Percival had never been very handsome, not even to his own mother. Johnny, un niño rubio, bien formado, era de una Kplimsidad innata. Johnny, a fair-haired, well-built boy, was of innate Kplimness. Ahora se comportaba dócilmente porque estaba interesado en el juego; y los tres niños, arrodillados en la arena, se encontraban en completa paz.

Roger y Maurice salieron del bosque. Roger und Maurice kamen aus dem Wald. Roger and Maurice came out of the forest. Su turno ante la hoguera había terminado y bajaban ahora a nadar. Their turn at the fire was over and they were now going down for a swim. Roger, que iba delante, pasó a través de los castillos; los derrumbó a patadas, enterró las flores y esparció las piedras escogidas con tanto cuidado. Roger, who was ahead, passed through the castles; he kicked them down, buried the flowers and scattered the carefully chosen stones.

Le siguió Maurice, riendo y aumentando la devastación. Maurice folgte lachend und trug zur Verwüstung bei. Los tres peques abandonaron su juego y alzaron los ojos. The three little ones abandoned their game and raised their eyes. Pero ocurrió que las señales que les tenían ocupados en ese momento no habían sufrido daño, de modo que no protestaron. Die Schilder, mit denen sie sich damals beschäftigt hatten, waren jedoch nicht beschädigt worden, so dass sie nicht protestierten. But it so happened that the signals that were occupying them at that moment had not been damaged, so they did not protest. Percival fue el único que empezó a sollozar, por la arena que se le había metido en los ojos, y Maurice optó por alejarse rápidamente. Percival war der einzige, der zu schluchzen begann, weil ihm der Sand in die Augen geraten war, und Maurice entschied sich, schnell wegzugehen. Percival was the only one who started to sob, from the sand getting in his eyes, and Maurice chose to walk away quickly. En su otra vida, Maurice habría sido castigado por llenar de arena unos ojos más jóvenes que los suyos. In seinem anderen Leben wäre Maurice dafür bestraft worden, dass er Augen, die jünger sind als er, mit Sand gefüllt hat. In his other life, Maurice would have been punished for filling eyes younger than his own with sand. Ahora, aunque no se encontraba presente ningún padre que dejase caer sobre él una mano airada, sintió de todos modos la desazón del delito. Obwohl kein Elternteil anwesend war, um ihn wütend anzufassen, spürte er immer noch das Unbehagen über das Verbrechen. Now, though no parent was present to lay an angry hand on him, he still felt the pain of the crime. Empezaron a conformarse en los repliegues de su mente los esbozos inseguros de una excusa. The uncertain outlines of an excuse began to take shape in the recesses of his mind. Murmuró algo acerca de un baño y se alejó a rápidos saltos. He muttered something about a bath and skipped away.

Roger se quedó atrás observando a los pequeños. Roger hielt sich zurück und beobachtete die Kleinen. Roger stood back watching the little ones. No parecía más bronceado por el sol que el día en que cayeron en la isla, pero las greñas de pelo negro, que le cubrían la nuca y le ocultaban la frente, parecían complementar su cara triste y transformaban en algo temible lo que antes había parecido una insociable altanería. Er sah nicht mehr sonnengebräunt aus als an dem Tag, an dem sie auf der Insel gelandet waren, aber der schwarze Haarschopf, der seinen Nacken bedeckte und seine Stirn verbarg, schien sein trauriges Gesicht zu ergänzen und verwandelte das, was zuvor als ungeselliger Hochmut erschienen war, in etwas Furchterregendes. He looked no more tanned by the sun than he had on the day they fell on the island, but the shocks of black hair, which covered the nape of his neck and hid his forehead, seemed to complement his sad face and transform into something fearsome what had previously seemed an unsociable arrogance. Percival dejó de sollozar y volvió a sus juegos, pues las lágrimas le habían librado de la arena. Percival hörte auf zu schluchzen und ging zurück zu seinen Spielen, denn die Tränen hatten ihn vom Sand befreit. Percival stopped sobbing and returned to his games, tears having freed him of the sand. Johnny le miró con ojos de un azul porcelana; luego comenzó a arrojar al aire una lluvia de arena y pronto empezó de nuevo el lloriqueo de Percival. Johnny sah ihn mit porzellanblauen Augen an; dann begann er, einen Sandregen in die Luft zu werfen, und bald darauf begann Percival wieder zu wimmern. Johnny looked at him with porcelain blue eyes; then he began to throw a shower of sand into the air and soon Percival's whining began again.

Cuando Henry se cansó de jugar y comenzó a vagar por la playa, Roger le siguió, caminando tranquilamente bajo las palmeras en la misma dirección. When Henry tired of playing and began to wander down the beach, Roger followed him, walking quietly under the palm trees in the same direction. Henry marchaba a cierta distancia de las palmeras y la sombra porque aún era demasiado joven para protegerse del sol. Henry marched at some distance from the palm trees and shade because he was still too young to protect himself from the sun. Bajó hasta la playa y se entretuvo jugando al borde del agua.

La gran marea del Pacífico se disponía ya a subir y a cada pocos segundos las aguas de la laguna, relativamente tranquilas, se alzaban y avanzaban un par de centímetros. Die große Flut des Pazifiks schickte sich bereits an, anzusteigen, und alle paar Sekunden hob und senkte sich das relativ ruhige Wasser der Lagune um ein paar Zentimeter. The great Pacific tide was already preparing to rise and every few seconds the relatively calm waters of the lagoon rose and advanced a couple of centimeters.

Ciertas criaturas habitaban en aquella última proyección del mar, seres diminutos y transparentes que subían con el agua a husmear en la cálida y seca arena. Certain creatures inhabited that last projection of the sea, tiny and transparent beings that came up with the water to sniff in the warm and dry sand. Con impalpables órganos sensorios examinaban este nuevo territorio. With impalpable sensory organs they examined this new territory. Quizás hallasen ahora alimentos que no habían encontrado en su última incursión; excrementos de pájaros, incluso insectos o cualquier detrito de la vida terrestre. Perhaps they would now find food they had not encountered on their last foray; bird droppings, even insects or any detritus of terrestrial life. Extendidos como una miríada de diminutos dientes de sierra llegaban los seres transparentes a la playa en busca de desperdicios. Extended like a myriad of tiny saw teeth, the transparent beings came to the beach in search of waste. Aquello fascinaba a Henry. This fascinated Henry. Hurgó con un palito, también vagabundo y desgastado y blanqueado por las olas, tratando de dominar con él los movimientos de aquellos carroñeros. He poked around with a small stick, also a stray, worn and bleached by the waves, trying to dominate the movements of those scavengers with it. Hizo unos surcos, que la marea cubrió, e intentó llenarlos con esos seres. He made some furrows, which the tide covered, and he tried to fill them with those beings. Encontró tanto placer en verse capaz de ejercer dominio sobre unos seres vivos, que su curiosidad se convirtió en algo más fuerte que la mera alegría. He found so much pleasure in being able to exercise dominion over living beings that his curiosity grew into something stronger than mere joy. Les hablaba, dándoles ánimos y órdenes. He spoke to them, giving them encouragement and orders. Impulsados hacia atrás por la marea, caían atrapados en las huellas que los pies de Henry dejaban sobre la arena. Todo eso le proporcionaba la ilusión de poder. Se sentó en cuclillas al borde del agua, con el pelo caído sobre la frente y formándole pantalla ante los ojos, mientras el sol de la tarde vaciaba sobre la playa sus flechas invisibles. He squatted at the water's edge, his hair falling over his forehead and forming a screen before his eyes, as the afternoon sun emptied its invisible arrows onto the beach.

También Roger esperaba. Auch Roger hoffte. Roger was waiting too. Al principio se había escondido detrás de un grueso tronco de palmera; pero era tan evidente que Henry estaba absorto con aquellos pequeños seres que decidió por fin hacerse completamente visible. Zuerst hatte er sich hinter einem dicken Palmenstamm versteckt, aber es war so offensichtlich, dass Henry in die kleinen Kreaturen vertieft war, dass er schließlich beschloss, sich ganz sichtbar zu machen. At first he had hidden behind a thick palm tree trunk; but it was so obvious that Henry was engrossed with those little creatures that he decided at last to make himself fully visible. Recorrió con la mirada toda la extensión de la playa. Er suchte mit seinen Augen den gesamten Strand ab. His gaze swept the length of the beach. Percival se había alejado llorando y Johnny quedaba como dueño triunfante de los castillos. Percival war unter Tränen gegangen, und Johnny blieb als triumphierender Herr der Schlösser zurück. Allí sentado, canturreaba para sí y arrojaba arena a un Percival imaginario. Er saß da, summte vor sich hin und warf Sand auf einen imaginären Percival. Sitting there, he was humming to himself and throwing sand at an imaginary Percival. Más allá, Roger veía la plataforma y los destellos del agua salpicada cuando Ralph, Simon, Piggy y Maurice se arrojaban a la poza. Dahinter konnte Roger die Plattform und das plätschernde Wasser sehen, als Ralph, Simon, Piggy und Maurice in den Pool sprangen. Beyond, Roger could see the platform and flashes of splashing water as Ralph, Simon, Piggy and Maurice jumped into the pool. Escuchó atentamente pero apenas podía oírles.

Una brisa repentina sacudió la orla de palmeras y meció y agitó sus frondas. A sudden breeze shook the fringe of palm trees and rocked and shook their fronds. Desde casi veinte metros de altura sobre Roger, un racimo de cocos – bultos fibrosos tan grandes como balones de rugby se desprendió de su tallo. Fast zwanzig Meter über Roger platzte ein Bündel Kokosnüsse - faserige Klumpen so groß wie Rugbybälle - aus dem Stamm. From nearly twenty meters above Roger, a cluster of coconuts - fibrous lumps as big as rugby balls came off its stem. Cayeron todos cerca de él, con una serie de golpes duros y secos, pero no llegaron a tocarle. They all fell close to him, with a series of hard, dry blows, but did not touch him. No se le ocurrió pensar en el peligro corrido, se quedó mirando, alternativamente, a los cocos y a Henry, a Henry y a los cocos. Es kam ihm nicht in den Sinn, an die Gefahr zu denken, in der er sich befand, er schaute abwechselnd auf die Kokosnüsse und Henry, Henry und die Kokosnüsse. It did not occur to him to think of the danger he had run, he kept looking, alternately, at the coconuts and at Henry, at Henry and at the coconuts.

El subsuelo bajo las palmeras era una playa elevada, y varias generaciones de palmeras habían ido desalojando de su sitio las piedras que en otro tiempo yacieron en arenas de otras orillas. Der Untergrund unter den Palmen war ein erhöhter Strand, und Generationen von Palmen hatten die Steine, die einst im Sand anderer Ufer lagen, abgetragen. The subsoil beneath the palms was a raised beach, and several generations of palms had been dislodging from their place the stones that once lay in sands on other shores. Roger se inclinó, cogió una piedra, apuntó y la tiró a Henry, con decidida intención de errar. Roger bückte sich, hob einen Stein auf, zielte und warf ihn nach Henry, fest entschlossen, ihn zu verfehlen. Roger bent down, picked up a stone, took aim, and threw it at Henry, with determined intent to miss. La piedra, recuerdo de un tiempo inverosímil, botó a unos cuatro metros a la derecha de Henry y cayó en el agua. Der Stein, eine Erinnerung an eine unwahrscheinliche Zeit, prallte etwa vier Meter rechts von Henry ab und fiel ins Wasser. The stone, a memory of an improbable time, bounced about four meters to Henry's right and fell into the water. Roger reunió un puñado de piedras y empezó a arrojarlas. Roger sammelte eine Handvoll Steine und begann sie zu werfen. Roger gathered a handful of stones and began to throw them. Pero respetó un espacio, alrededor de Henry, de unos cinco metros de diámetro. Aber er respektierte einen Raum von etwa fünf Metern Durchmesser um Henry herum. But he respected a space, around Henry, about five meters in diameter. Dentro de aquel círculo, de manera invisible pero con firme fuerza, regía el tabú de su antigua existencia. In diesem Kreis herrschte unsichtbar, aber mit fester Kraft, das Tabu ihrer früheren Existenz. Within that circle, invisibly but with firm force, the taboo of their former existence ruled. Alrededor del niño en cuclillas aleteaba la protección de los padres y el colegio, de la policía y la ley. Um das hockende Kind flatterte der Schutz von Eltern und Schule, Polizei und Gesetz. Around the squatting child fluttered the protection of parents and school, police and law. El brazo de Roger estaba condicionado por una civilización que no sabía nada de él y estaba en ruinas. Rogers Arm war von einer Zivilisation geprägt, die nichts über ihn wusste und in Trümmern lag. Roger's arm was conditioned by a civilization that knew nothing about it and was in ruins.

Sorprendió a Henry el sonido de las piedras al estrellarse en el agua. Henry wurde durch das Geräusch der ins Wasser krachenden Steine aufgeschreckt. Henry was surprised by the sound of the stones crashing into the water. Abandonó los silenciosos seres transparentes y, como un perdiguero que muestra la caza, dirigió toda su atención hacia el centro de los círculos, que se iban extendiendo. He abandoned the silent transparent beings and, like a retriever showing game, turned his full attention to the center of the spreading circles. Caían las piedras por un lado y otro y Henry se volvía dócilmente, pero siempre demasiado tarde para divisarlas en el aire, Por fin logró ver una y se echó a reír, buscando con la mirada al amigo que le gastaba bromas. Steine fielen hierhin und dorthin, und Henry drehte sich kleinlaut um, aber immer zu spät, um sie in der Luft zu erkennen. Endlich erblickte er einen, lachte und sah sich nach seinem neckischen Freund um. Stones fell this way and that, and Henry turned meekly, but always too late to spot them in the air. At last he caught sight of one and laughed, looking around for his teasing friend. Pero Roger se había ocultado tras el tronco de palmera, y contra él se reclinaba, con la respiración entrecortada y los ojos pestañeantes. Henry perdió el interés por las piedras y se alejó.

–Roger.

Jack se encontraba bajo un árbol a unos diez metros de allí. Jack stand etwa zehn Meter entfernt unter einem Baum. Jack was under a tree about ten meters away. Cuando Roger abrió los ojos y le vio, una sombra más oscura se extendió bajo su ya morena piel; pero Jack no notó nada. Als Roger die Augen öffnete und ihn sah, breitete sich ein dunklerer Farbton unter seiner bereits gebräunten Haut aus, aber Jack bemerkte nichts. When Roger opened his eyes and saw him, a darker shadow spread under his already brown skin; but Jack noticed nothing. Le llamaba por señas, tan inquieto e impaciente que Roger tuvo que acudir a su lado. Er winkte ihm zu, so unruhig und ungeduldig, dass Roger ihm zur Seite kommen musste. He beckoned to him, so restless and impatient that Roger had to come to his side.

Había una poza al extremo del río, un pequeño lago retenido por la arena y lleno de blancos nenúfares y juncos afilados. Am Ende des Flusses befand sich ein Tümpel, ein kleiner See, der von Sand zurückgehalten wurde und mit weißen Seerosen und scharfem Schilf gefüllt war. There was a pool at the end of the river, a small lake held back by sand and filled with white water lilies and sharp reeds. Allí aguardaban Sam y Erik y también Bill. Sam und Erik warteten dort, ebenso wie Bill. Sam and Erik were waiting there, as well as Bill. Oculto del sol, Jack se arrodilló junto a la poza y desplegó las dos grandes hojas que llevaba en las manos. Versteckt vor der Sonne kniete Jack am Teich und entfaltete die beiden großen Blätter in seinen Händen. Hidden from the sun, Jack knelt by the pool and unfolded the two large leaves he carried in his hands. Una de ellas contenía arcilla blanca y la otra arcilla roja. Eine enthielt weißen und die andere roten Ton. Junto a ellas había un trozo de carbón vegetal extraído de la hoguera. Next to them was a piece of charcoal taken from the bonfire.