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Trafalgar by Benito Pérez Galdós, -VIII-

-VIII-

No puedo describir el entusiasmo que despertó en mi alma la vuelta a Cádiz. En cuanto pude disponer de un rato de libertad, después que mi amo quedó instalado en casa de su prima, salí a las calles y corrí por ellas sin dirección fija, embriagado con la atmósfera de mi ciudad querida.

Después de ausencia tan larga, lo que había visto tantas veces embelesaba mi atención como cosa nueva y extremadamente hermosa. En cuantas personas encontraba al paso veía un rostro amigo, y todo era para mí simpático y risueño: los hombres, las mujeres, los viejos, los niños, los perros, hasta las casas, pues mi imaginación juvenil observaba en ello no sé qué de personal y animado, se me representaban como seres sensibles; parecíame que participaban del general contento por mi llegada, remedando en sus balcones y ventanas las facciones de un semblante alborozado. Mi espíritu veía reflejar en todo lo exterior su propia alegría.

Corría por las calles con gran ansiedad, como si en un minuto quisiera verlas todas. En la plaza de San Juan de Dios compré algunas golosinas, más que por el gusto de comerlas, por la satisfacción de presentarme regenerado ante las vendedoras, a quienes me dirigí como antiguo amigo, reconociendo a algunas como favorecedoras en mi anterior miseria, y a otras como víctimas, aún no aplacadas, de mi inocente afición al merodeo. Las más no se acordaban de mí; pero algunas me recibieron con injurias, recordando las proezas de mi niñez y haciendo comentarios tan chistosos sobre mi nuevo empaque y la gravedad de mi persona, que tuve que alejarme a toda prisa, no sin que lastimaran mi decoro algunas cáscaras de frutas lanzadas por experta mano contra mi traje nuevo. Como tenía la conciencia de mi formalidad, estas burlas más bien me causaron orgullo que pena.

Recorrí luego la muralla y conté todos los barcos fondeados a la vista. Hablé con cuantos marineros hallé al paso, diciéndoles que yo también iba a la escuadra, y preguntándoles con tono muy enfático si había recalado la escuadra de Nelson. Después les dije que Mr. Corneta era un cobarde, y que la próxima función sería buena.

Llegué por fin a la Caleta, y allí mi alegría no tuvo límites. Bajé a la playa, y quitándome los zapatos, salté de peñasco en peñasco; busqué a mis antiguos amigos de ambos sexos, mas no encontré sino muy pocos: unos eran ya hombres y habían abrazado mejor carrera; otros habían sido embarcados por la leva, y los que quedaban apenas me reconocieron. La movible superficie del agua despertaba en mi pecho sensaciones voluptuosas. Sin poder resistir la tentación, y compelido por la misteriosa atracción del mar, cuyo elocuente rumor me ha parecido siempre, no sé por qué, una voz que solicita dulcemente en la bonanza, o llama con imperiosa cólera en la tempestad, me desnudé a toda prisa y me lancé en él como quien se arroja en los brazos de una persona querida.

Nadé más de una hora, experimentando un placer indecible, y vistiéndome luego, seguí mi paseo hacia el barrio de la Viña, en cuyas edificantes tabernas encontré algunos de los más célebres perdidos de mi glorioso tiempo. Hablando con ellos, yo me las echaba de hombre de pro, y como tal gasté en obsequiarles los pocos cuartos que tenía. Preguntéles por mi tío, mas no me dieron noticia alguna de su señoría; y luego que hubimos charlado un poco, me hicieron beber una copa de aguardiente que al punto dio con mi pobre cuerpo en tierra.

Durante el periodo más fuerte de mi embriaguez, creo que aquellos tunantes se rieron de mí cuanto les dio la gana; pero una vez que me serené un poco, salí avergonzadísimo de la taberna. Aunque andaba muy difícilmente, quise pasar por mi antigua casa, y vi en la puerta a una mujer andrajosa que freía sangre y tripas. Conmovido en presencia de mi morada natal, no pude contener el llanto, lo cual, visto por aquella mujer sin entrañas, se le figuró burla o estratagema para robarle sus frituras. Tuve, por tanto, que librarme de sus manos con la ligereza de mis pies, dejando para mejor ocasión el desahogo de mis sentimientos.

Quise ver después la catedral vieja, a la cual se refería uno de los más tiernos recuerdos de mi niñez, y entré en ella: su recinto me pareció encantador, y jamás he recorrido las naves de templo alguno con tan religiosa veneración. Creo que me dieron fuertes ganas de rezar, y que lo hice en efecto, arrodillándome en el altar donde mi madre había puesto un ex-voto por mi salvación. El personaje de cera que yo creía mi perfecto retrato estaba allí colgado, y ocupaba su puesto con la gravedad de las cosas santas; pero se me parecía como un huevo a una castaña. Aquel muñequito, que simbolizaba la piedad y el amor materno, me infundía, sin embargo, el respeto más vivo. Recé un rato de rodillas acordándome de los padecimientos y de la muerte de mi buena madre, que ya gozaba de Dios en el Cielo; pero como mi cabeza no estaba buena, a causa de los vapores del maldito aguardiente, al levantarme me caí, y un sacristán empedernido me puso bonitamente en la calle. En pocas zancadas me trasladé a la del Fideo, donde residíamos, y mi amo, al verme entrar, me reprendió por mi larga ausencia. Si aquella falta hubiera sido cometida ante Doña Francisca, no me habría librado de una fuerte paliza; pero mi amo era tolerante, y no me castigaba nunca, quizás porque tenía la conciencia de ser tan niño como yo.

Habíamos ido a residir en casa de la prima de mi amo, la cual era una señora, a quien el lector me permitirá describir con alguna prolijidad, por ser tipo que lo merece. Doña Flora de Cisniega era una vieja que se empeñaba en permanecer joven: tenía más de cincuenta años; pero ponía en práctica todos los artificios imaginables para engañar al mundo, aparentando la mitad de aquella cifra aterradora. Decir cuánto inventaba la ciencia y el arte en armónico consorcio para conseguir tal objeto, no es empresa que corresponde a mis escasas fuerzas. Enumerar los rizos, moñas, lazos, trapos, adobos, bermellones, aguas y demás extraños cuerpos que concurrían a la grande obra de su monumental restauración, fatigaría la más diestra fantasía: quédese esto, pues, para las plumas de los novelistas, si es que la historia, buscadora de las grandes cosas, no se apropia tan hermoso asunto. Respecto a su físico, lo más presente que tengo es el conjunto de su rostro, en que parecían haber puesto su rosicler todos los pinceles de las Academias presentes y pretéritas. También recuerdo que al hablar hacía con los labios un mohín, un repliegue, un mimo, cuyo objeto era, o achicar con gracia la descomunal boca, o tapar el estrago de la dentadura, de cuyas filas desertaban todos los años un par de dientes; pero aquella supina estratagema de la presunción era tan poco afortunada, que antes la afeaba que la embellecía.

Vestía con lujo, y en su peinado se gastaban los polvos por almudes, y como no tenía malas carnes, a juzgar por lo que pregonaba el ancho escote y por lo que dejaban transparentar las gasas, todo su empeño consistía en lucir aquellas partes menos sensibles a la injuriosa acción del tiempo, para cuyo objeto tenía un arte maravilloso.

Era Doña Flora persona muy prendada de las cosas antiguas; muy devota, aunque no con la santa piedad de mi Doña Francisca, y grandemente se diferenciaba de mi ama, pues así como ésta aborrecía las glorias navales, aquélla era entusiasta por todos los hombres de guerra en general y por los marinos en particular. Inflamada en amor patriótico, ya que en la madurez de su existencia no podía aspirar al calorcillo de otro amor, y orgullosa en extremo como mujer y como dama española, el sentimiento nacional se asociaba en su espíritu al estampido de los cañones, y creía que la grandeza de los pueblos se medía por libras de pólvora. Como no tenía hijos, ocupaban su vida los chismes de vecinos, traídos y llevados en pequeño círculo por dos o tres cotorrones como ella, y se distraía también con su sistemática afición a hablar de las cosas públicas. Entonces no había periódicos, y las ideas políticas, así como las noticias, circulaban de viva voz, desfigurándose entonces más que ahora, porque siempre fue la palabra más mentirosa que la imprenta.

En todas las ciudades populosas, y especialmente en Cádiz, que era entonces la más culta, había muchas personas desocupadas que eran depositarias de las noticias de Madrid y París, y las llevaban y traían diligentes vehículos, enorgulleciéndose con una misión que les daba gran importancia. Algunos de éstos, a modo de vivientes periódicos, concurrían a casa de aquella señora por las tardes, y esto, además del buen chocolate y mejores bollos, atraía a otros ansiosos de saber lo que pasaba. Doña Flora, ya que no podía inspirar una pasión formal, ni quitarse de encima la gravosa pesadumbre de sus cincuenta años, no hubiera trocado aquel papel por otro alguno, pues el centro general de las noticias casi equivalía en aquel tiempo a la majestad de un trono.

Doña Flora y Doña Francisca se aborrecían cordialmente, como comprenderá quien considere el exaltado militarismo de la una y el pacífico apocamiento de la otra. Por esto, hablando con su primo en el día de nuestra llegada, le decía la vieja:

«Si tú hubieras hecho caso siempre de tu mujer, todavía serías guardia marina. ¡Qué carácter! Si yo fuera hombre y casado con mujer semejante, reventaría como una bomba. Has hecho bien en no seguir su consejo y en venir a la escuadra. Todavía eres joven, Alonsito; todavía puedes alcanzar el grado de brigadier, que tendrías ya de seguro si Paca no te hubiese echado una calza como a los pollos para que no salgan del corral».

Después, como mi amo, impulsado por su gran curiosidad, le pidiese noticias, ella le dijo:

«Lo principal es que todos los marinos de aquí están muy descontentos del almirante francés, que ha probado su ineptitud en el viaje a la Martinica y en el combate de Finisterre. Tal es su timidez, y el miedo que tiene a los ingleses, que al entrar aquí la escuadra combinada en Agosto último no se atrevió a apresar el crucero inglés mandado por Collingwood, y que sólo constaba de tres navíos. Toda nuestra oficialidad está muy mal por verse obligada a servir a las órdenes de semejante hombre. Fue Gravina a Madrid a decírselo a Godoy, previendo grandes desaires si no ponía al frente de la escuadra un hombre más apto; pero el Ministro le contestó cualquier cosa, porque no se atreve a resolver nada; y como Bonaparte anda metido con los austriacos, mientras él no decida... Dicen que éste también está muy descontento de Villeneuve y que ha determinado destituirle; pero entre tanto... ¡Ah! Napoleón debiera confiar el mando de la escuadra a algún español, a ti por ejemplo, Alonsito, dándote tres o cuatro grados de mogollón, que a fe bien merecidos los tienes...

—¡Oh!, yo no soy para eso—dijo mi amo con su habitual modestia.

—O a Gravina o a Charruca, que dicen que es tan buen marino. Si no, me temo que esto acabará mal. Aquí no pueden ver a los franceses. Figúrate que cuando llegaron los barcos de Villeneuve carecían de víveres y municiones, y en el arsenal no se las quisieron dar. Acudieron en queja a Madrid; y como Godoy no hace más que lo que quiere el embajador francés, Mr. de Bernouville, dio orden para que se entregara a nuestros aliados cuanto necesitasen. Mas ni por esas. El intendente de marina y el comandante de artillería dicen que no darán nada mientras Villeneuve no lo pague en moneda contante y sonante. Así, así: me parece que está muy bien parlado. ¡Pues no falta más sino que esos señores con sus manos lavadas se fueran a llevar lo poco que tenemos! ¡Bonitos están los tiempos! Ahora cuesta todo un ojo de la cara; la fiebre amarilla por un lado y los malos tiempos por otro han puesto a Andalucía en tal estado, que toda ella no vale una aljofifa; y luego añada usted a esto los desastres de la guerra. Verdad es que el honor nacional es lo primero, y es preciso seguir adelante para vengar los agravios recibidos. No me quiero acordar de lo del cabo de Finisterre, donde por la cobardía de nuestros aliados perdimos el Firme y el Rafael , dos navíos como dos soles, ni de la voladura del Real Carlos , que fue una traición tal, que ni entre moros berberiscos pasaría igual, ni del robo de las cuatro fragatas, ni del combate del cabo de...

—Lo que es eso—dijo mi amo interrumpiéndola vivamente...—. Es preciso que cada cual quede en su lugar. Si el almirante Córdova hubiera mandado virar por...

—Sí, sí, ya sé—dijo Doña Flora, que había oído muchas veces lo mismo en boca de mi amo—. Habrá que darles la gran paliza, y se la daréis. Me parece que vas a cubrirte de gloria. Así haremos rabiar a Paca.

—Yo no sirvo para el combate—dijo mi amo con tristeza—. Vengo tan sólo a presenciarlo, por pura afición y por el entusiasmo que me inspiran nuestras queridas banderas».

Al día siguiente de nuestra llegada recibió mi amo la visita de un brigadier de marina, amigo antiguo, cuya fisonomía no olvidaré jamás, a pesar de no haberle visto más que en aquella ocasión. Era un hombre como de cuarenta y cinco años, de semblante hermoso y afable, con tal expresión de tristeza, que era imposible verle sin sentir irresistible inclinación a amarle. No usaba peluca, y sus abundantes cabellos rubios, no martirizados por las tenazas del peluquero para tomar la forma de ala de pichón, se recogían con cierto abandono en una gran coleta, y estaban inundados de polvos con menos arte del que la presunción propia de la época exigía. Eran grandes y azules sus ojos; su nariz muy fina, de perfecta forma y un poco larga, sin que esto le afeara, antes bien, parecía ennoblecer su expresivo semblante. Su barba, afeitada con esmero, era algo puntiaguda, aumentando así el conjunto melancólico de su rostro oval, que indicaba más bien delicadeza que energía. Este noble continente era realzado por una urbanidad en los modales, por una grave cortesanía de que ustedes no pueden formar idea por la estirada fatuidad de los señores del día, ni por la movible elegancia de nuestra dorada juventud. Tenía el cuerpo pequeño, delgado y como enfermizo. Más que guerrero, aparentaba ser hombre de estudio, y su frente, que sin duda encerraba altos y delicados pensamientos, no parecía la más propia para arrostrar los horrores de una batalla. Su endeble constitución, que sin duda contenía un espíritu privilegiado, parecía destinada a sucumbir conmovida al primer choque. Y, sin embargo, según después supe, aquel hombre tenía tanto corazón como inteligencia. Era Churruca.

El uniforme del héroe demostraba, sin ser viejo ni raído, algunos años de honroso servicio. Después, cuando le oí decir, por cierto sin tono de queja, que el Gobierno le debía nueve pagas, me expliqué aquel deterioro. Mi amo le preguntó por su mujer, y de su contestación deduje que se había casado poco antes, por cuya razón le compadecí, pareciéndome muy atroz que se le mandara al combate en tan felices días. Habló luego de su barco, el San Juan Nepomuceno , al que mostró igual cariño que a su joven esposa, pues según dijo, él lo había compuesto y arreglado a su gusto, por privilegio especial, haciendo de él uno de los primeros barcos de la armada española.

Hablaron luego del tema ordinario en aquellos días, de si salía o no salía la escuadra, y el marino se expresó largamente con estas palabras, cuya substancia guardo en la memoria, y que después con datos y noticias históricas he podido restablecer con la posible exactitud:

«El almirante francés—dijo Churruca—, no sabiendo qué resolución tomar, y deseando hacer algo que ponga en olvido sus errores, se ha mostrado, desde que estamos aquí, partidario de salir en busca de los ingleses. El 8 de octubre escribió a Gravina, diciéndole que deseaba celebrar a bordo del Bucentauro un consejo de guerra para acordar lo que fuera más conveniente. En efecto, Gravina acudió al consejo, llevando al teniente general Álava, a los jefes de escuadra Escaño y Cisneros, al brigadier Galiano y a mí. De la escuadra francesa estaban los almirantes Dumanoir y Magon, y los capitanes de navío Cosmao, Maistral, Villiegris y Prigny.

»Habiendo mostrado Villeneuve el deseo de salir, nos opusimos todos los españoles. La discusión fue muy viva y acalorada, y Alcalá Galiano cruzó con el almirante Magon palabras bastante duras, que ocasionarán un lance de honor si antes no les ponemos en paz. Mucho disgustó a Villeneuve nuestra oposición, y también en el calor de la discusión dijo frases descompuestas, a que contestó Gravina del modo más enérgico... Es curioso el empeño de esos señores de hacerse a la mar en busca de un enemigo poderoso, cuando en el combate de Finisterre nos abandonaron, quitándonos la ocasión de vencer si nos auxiliaran a tiempo. Además hay otras razones, que yo expuse en el consejo, y son que la estación avanza; que la posición más ventajosa para nosotros es permanecer en la bahía, obligándoles a un bloqueo que no podrán resistir, mayormente si bloquean también a Tolón y a Cartagena. Es preciso que confesemos con dolor la superioridad de la marina inglesa, por la perfección del armamento, por la excelente dotación de sus buques y, sobre todo, por la unidad con que operan sus escuadras. Nosotros, con gente en gran parte menos diestra, con armamento imperfecto y mandados por un jefe que descontenta a todos, podríamos, sin embargo, hacer la guerra a la defensiva dentro de la bahía. Pero será preciso obedecer, conforme a la ciega sumisión de la Corte de Madrid, y poner barcos y marinos a merced de los planes de Bonaparte, que no nos ha dado en cambio de esta esclavitud un jefe digno de tantos sacrificios. Saldremos, si se empeña Villeneuve; pero si los resultados son desastrosos, quedará consignada para descargo nuestro la oposición que hemos hecho al insensato proyecto del jefe de la escuadra combinada. Villeneuve se ha entregado a la desesperación; su amo le ha dicho cosas muy duras, y la noticia de que va a ser relevado le induce a cometer las mayores locuras, esperando reconquistar en un día su perdida reputación por la victoria o por la muerte».

Así se expresó el amigo de mi amo. Sus palabras hicieron en mí grande impresión, pues con ser niño, yo prestaba gran interés a aquellos sucesos, y después, leyendo en la historia lo mismo de que fui testigo, he auxiliado mi memoria con datos auténticos, y puedo narrar con bastante exactitud.

Cuando Churruca se marchó, Doña Flora y mi amo hicieron de él grandes elogios, encomiando sobre todo su expedición a la América Meridional, para hacer el mapa de aquellos mares. Según les oí decir, los méritos de Churruca como sabio y como marino eran tantos, que el mismo Napoleón le hizo un precioso regalo y le colmó de atenciones. Pero dejemos al marino y volvamos a Doña Flora.

A los dos días de estar allí noté un fenómeno que me disgustó sobremanera, y fue que la prima de mi amo comenzó a prendarse de mí, es decir, que me encontró pintiparado para ser su paje. No cesaba de hacerme toda clase de caricias, y al saber que yo también iba a la escuadra, se lamentó de ello, jurando que sería una lástima que perdiese un brazo, pierna o alguna otra parte no menos importante de mi persona, si no perdía la vida. Aquella antipatriótica compasión me indignó, y aun creo que dije algunas palabras para expresar que estaba inflamado en guerrero ardor. Mis baladronadas hicieron gracia a la vieja, y me dio mil golosinas para quitarme el mal humor.

Al día siguiente me obligó a limpiar la jaula de su loro; discreto animal, que hablaba como un teólogo y nos despertaba a todos por la mañana, gritando: perro inglés, perro inglés . Luego me llevó consigo a misa, haciéndome cargar la banqueta, y en la iglesia no cesaba de volver la cabeza para ver si estaba por allí. Después me hizo asistir a su tocador, ante cuya operación me quedé espantado, viendo el catafalco de rizos y moños que el peluquero armó en su cabeza. Advirtiendo el indiscreto estupor con que yo contemplaba la habilidad del maestro, verdadero arquitecto de las cabezas, Doña Flora se rió mucho, y me dijo que en vez de pensar en ir a la escuadra, debía quedarme con ella para ser su paje; añadió que debía aprender a peinarla, y que con el oficio de maestro peluquero podía ganarme la vida y ser un verdadero personaje.

No me sedujeron tales proposiciones, y le dije con cierta rudeza que más quería ser soldado que peluquero. Esto le agradó; y como le daba el peine por las cosas patrióticas y militares, redobló su afecto hacia mí. A pesar de que allí se me trataba con mimo, confieso que me cargaba a más no poder la tal Doña Flora, y que a sus almibaradas finezas prefería los rudos pescozones de mi iracunda Doña Francisca.

Era natural: su intempestivo cariño, sus dengues, la insistencia con que solicitaba mi compañía, diciendo que le encantaba mi conversación y persona, me impedían seguir a mi amo en sus visitas a bordo. Le acompañaba en tan dulce ocupación un criado de su prima, y en tanto yo, sin libertad para correr por Cádiz, como hubiera deseado, me aburría en la casa, en compañía del loro de Doña Flora y de los señores que iban allá por las tardes a decir si saldría o no la escuadra, y otras cosas menos manoseadas, si bien más frívolas.

Mi disgusto llegó a la desesperación cuando vi que Marcial venía a casa y que con él iba mi amo a bordo, aunque no para embarcarse definitivamente; y cuando esto ocurría, y cuando mi alma atribulada acariciaba aún la débil esperanza de formar parte de aquella expedición, Doña Flora se empeñó en llevarme a pasear a la alameda, y también al Carmen a rezar vísperas.

Esto me era insoportable, tanto más cuanto que yo soñaba con poner en ejecución cierto atrevido proyectillo, que consistía en ir a visitar por cuenta propia uno de los navíos, llevado por algún marinero conocido, que esperaba encontrar en el muelle. Salí con la vieja, y al pasar por la muralla deteníame para ver los barcos; mas no me era posible entregarme a las delicias de aquel espectáculo, por tener que contestar a las mil preguntas de Doña Flora, que ya me tenía mareado. Durante el paseo se le unieron algunos jóvenes y señores mayores. Parecían muy encopetados, y eran las personas a la moda en Cádiz, todos muy discretos y elegantes. Alguno de ellos era poeta, o, mejor dicho, todos hacían versos, aunque malos, y me parece que les oí hablar de cierta Academia en que se reunían para tirotearse con sus estrofas, entretenimiento que no hacía daño a nadie.

Como yo observaba todo, me fijé en la extraña figura de aquellos hombres, en sus afeminados gestos y, sobre todo, en sus trajes, que me parecieron extravagantísimos. No eran muchas las personas que vestían de aquella manera en Cádiz, y pensando después en la diferencia que había entre aquellos arreos y los ordinarios de la gente que yo había visto siempre, comprendí que consistía en que éstos vestían a la española, y los amigos de Doña Flora conforme a la moda de Madrid y de París. Lo que primero atrajo mis miradas fue la extrañeza de sus bastones, que eran unos garrotes retorcidos y con gruesísimos nudos. No se les veía la barba, porque la tapaba la corbata, especie de chal, que dando varias vueltas alrededor del cuello y prolongándose ante los labios, formaba una especie de cesta, una bandeja, o más bien bacía en que descansaba la cara. El peinado consistía en un artificioso desorden, y más que con peine, parecía que se lo habían aderezado con una escoba; las puntas del sombrero les tocaban los hombros; las casacas, altísimas de talle, casi barrían el suelo con sus faldones; las botas terminaban en punta; de los bolsillos de su chaleco pendían multitud de dijes y sellos; sus calzones listados se atacaban a la rodilla con un enorme lazo, y para que tales figuras fueran completos mamarrachos, todos llevaban un lente, que durante la conversación acercaban repetidas veces al ojo derecho, cerrando el siniestro, aunque en entrambos tuvieran muy buena vista.

La conversación de aquellos personajes versó sobre la salida de la escuadra, alternando con este asunto la relación de no sé qué baile o fiesta que ponderaron mucho, siendo uno de ellos objeto de grandes alabanzas por lo bien que hacía trenzas con sus ligeras piernas bailando la gavota.

Después de haber charlado mucho, entraron con Doña Flora en la iglesia del Carmen, y allí, sacando cada cual su rosario, rezaron que se las pelaban un buen espacio de tiempo, y alguno de ellos me aplicó lindamente un coscorrón en la coronilla, porque en vez de orar tan devotamente como ellos, prestaba demasiada atención a dos moscas que revoloteaban alrededor del rizo culminante del peinado de Doña Flora. Salimos, después de haber oído un enojoso sermón, que ellos celebraron como obra maestra; paseamos de nuevo; continuó la charla más vivamente, porque se nos unieron unas damas vestidas por el mismo estilo, y entre todos se armó tan ruidosa algazara de galanterías, frases y sutilezas, mezcladas con algún verso insulso, que no puedo recordarlas.

¡Y en tanto Marcial y mi querido amo trataban de fijar día y hora para trasladarse definitivamente a bordo! ¡Y yo estaba expuesto a quedarme en tierra, sujeto a los antojos de aquella vieja que me empalagaba con su insulso cariño! ¿Creerán ustedes que aquella noche insistió en que debía quedarme para siempre a su servicio? ¿Creerán ustedes que aseguró que me quería mucho, y me dio como prueba algunos afectuosos abrazos y besos, ordenándome que no lo dijera a nadie? ¡Horribles contradicciones de la vida!, pensaba yo al considerar cuán feliz habría sido si mi amita me hubiera tratado de aquella manera. Yo, turbado hasta lo sumo, le dije que quería ir a la escuadra, y que cuando volviese me podría querer a su antojo; pero que si no me dejaba realizar mi deseo, la aborrecería tanto así, y extendí los brazos para expresar una cantidad muy grande de aborrecimiento.

Luego, como entrase inesperadamente mi amo, yo, juzgando llegada la ocasión de lograr mi objeto por medio de un arranque oratorio, que había cuidado de preparar, me arrodillé delante de él, diciéndole en el tono más patético que si no me llevaba a bordo, me arrojaría desesperado al mar.

Mi amo se rió de la ocurrencia; su prima, haciendo mimos con la boca, fingió cierta hilaridad que le afeaba el rostro amojamado, y consintió al fin. Diome mil golosinas para que comiese a bordo; me encargó que huyese de los sitios de peligro, y no dijo una palabra más contraria a mi embarque, que se verificó a la mañana siguiente muy temprano.


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No puedo describir el entusiasmo que despertó en mi alma la vuelta a Cádiz. I can not describe the enthusiasm that awoke in my soul the return to Cadiz. En cuanto pude disponer de un rato de libertad, después que mi amo quedó instalado en casa de su prima, salí a las calles y corrí por ellas sin dirección fija, embriagado con la atmósfera de mi ciudad querida. As soon as I had a moment of freedom, after my master was settled at his cousin's house, I went out into the streets and ran through them with no fixed direction, intoxicated with the atmosphere of my beloved city.

Después de ausencia tan larga, lo que había visto tantas veces embelesaba mi atención como cosa nueva y extremadamente hermosa. After such a long absence, what I had seen so many times embellished my attention as a new and extremely beautiful thing. En cuantas personas encontraba al paso veía un rostro amigo, y todo era para mí simpático y risueño: los hombres, las mujeres, los viejos, los niños, los perros, hasta las casas, pues mi imaginación juvenil observaba en ello no sé qué de personal y animado, se me representaban como seres sensibles; parecíame que participaban del general contento por mi llegada, remedando en sus balcones y ventanas las facciones de un semblante alborozado. In every person I met as I passed by I saw a friendly face, and everything was for me sympathetic and smiling: men, women, old people, children, dogs, even the houses, for my youthful imagination observed in them something personal and lively, were represented to me as sensitive beings; it seemed to me that they participated in the general joy at my arrival, imitating on their balconies and windows the features of a joyful countenance. Mi espíritu veía reflejar en todo lo exterior su propia alegría. My spirit saw its own joy reflected in everything outside.

Corría por las calles con gran ansiedad, como si en un minuto quisiera verlas todas. He ran through the streets with great anxiety, as if in a minute he wanted to see them all. En la plaza de San Juan de Dios compré algunas golosinas, más que por el gusto de comerlas, por la satisfacción de presentarme regenerado ante las vendedoras, a quienes me dirigí como antiguo amigo, reconociendo a algunas como favorecedoras en mi anterior miseria, y a otras como víctimas, aún no aplacadas, de mi inocente afición al merodeo. Las más no se acordaban de mí; pero algunas me recibieron con injurias, recordando las proezas de mi niñez y haciendo comentarios tan chistosos sobre mi nuevo empaque y la gravedad de mi persona, que tuve que alejarme a toda prisa, no sin que lastimaran mi decoro algunas cáscaras de frutas lanzadas por experta mano contra mi traje nuevo. Most of them did not remember me; but some received me with insults, recalling the exploits of my childhood and making such humorous remarks about my new package and the gravity of my person, that I had to leave in haste, not without hurting my decorum with some fruit peels thrown by an expert hand against my new suit. Como tenía la conciencia de mi formalidad, estas burlas más bien me causaron orgullo que pena. As I was conscious of my formality, these taunts caused me pride rather than pity.

Recorrí luego la muralla y conté todos los barcos fondeados a la vista. I then walked along the wall and counted all the ships anchored in sight. Hablé con cuantos marineros hallé al paso, diciéndoles que yo también iba a la escuadra, y preguntándoles con tono muy enfático si había recalado la escuadra de Nelson. I spoke to as many sailors as I could find, telling them that I was also going to the squadron, and asking them in a very emphatic tone if Nelson's squadron had landed. Después les dije que  Mr. Corneta era un cobarde, y que la próxima función sería buena. Then I told them that Mr. Corneta was a coward, and that the next show would be a good one.

Llegué por fin a la Caleta, y allí mi alegría no tuvo límites. I finally arrived at the Caleta, and there my joy knew no bounds. Bajé a la playa, y quitándome los zapatos, salté de peñasco en peñasco; busqué a mis antiguos amigos de ambos sexos, mas no encontré sino muy pocos: unos eran ya hombres y habían abrazado mejor carrera; otros habían sido embarcados por la leva, y los que quedaban apenas me reconocieron. I went down to the beach, and taking off my shoes, I jumped from rock to rock; I looked for my old friends of both sexes, but I found very few: some were already men and had embraced a better career; others had been shipped by the levy, and those who remained hardly recognized me. La movible superficie del agua despertaba en mi pecho sensaciones voluptuosas. The moving surface of the water awakened voluptuous sensations in my chest. Sin poder resistir la tentación, y compelido por la misteriosa atracción del mar, cuyo elocuente rumor me ha parecido siempre, no sé por qué, una voz que solicita dulcemente en la bonanza, o llama con imperiosa cólera en la tempestad, me desnudé a toda prisa y me lancé en él como quien se arroja en los brazos de una persona querida. Unable to resist the temptation, and compelled by the mysterious attraction of the sea, whose eloquent murmur has always seemed to me, I know not why, a voice that sweetly solicits in the bonanza, or calls with imperious anger in the storm, I hastily undressed and threw myself into it as one who throws himself into the arms of a loved one.

Nadé más de una hora, experimentando un placer indecible, y vistiéndome luego, seguí mi paseo hacia el barrio de la Viña, en cuyas edificantes tabernas encontré algunos de los más célebres perdidos de mi glorioso tiempo. I swam for more than an hour, experiencing unspeakable pleasure, and getting dressed afterwards, I continued my stroll towards the Vineyard district, in whose edifying taverns I met some of the most celebrated losers of my glorious time. Hablando con ellos, yo me las echaba de hombre de pro, y como tal gasté en obsequiarles los pocos cuartos que tenía. Talking with them, I thought I was a man of honor, and as such I spent the few quarters I had to give them as a gift. Preguntéles por mi tío, mas no me dieron noticia alguna de su señoría; y luego que hubimos charlado un poco, me hicieron beber una copa de aguardiente que al punto dio con mi pobre cuerpo en tierra. I asked them about my uncle, but they gave me no news of his lordship; and after we had chatted a little, they made me drink a glass of aguardiente, which immediately knocked my poor body to the ground.

Durante el periodo más fuerte de mi embriaguez, creo que aquellos tunantes se rieron de mí cuanto les dio la gana; pero una vez que me serené un poco, salí avergonzadísimo de la taberna. During the strongest period of my drunkenness, I think those scoundrels laughed at me as much as they wanted; But once I had calmed down a bit, I left the tavern in great shame. Aunque andaba muy difícilmente, quise pasar por mi antigua casa, y vi en la puerta a una mujer andrajosa que freía sangre y tripas. Although I was walking with great difficulty, I wanted to pass by my old house, and I saw at the door a ragged woman frying blood and guts. Conmovido en presencia de mi morada natal, no pude contener el llanto, lo cual, visto por aquella mujer sin entrañas, se le figuró burla o estratagema para robarle sus frituras. Moved in the presence of my natal abode, I could not hold back my tears, which, seen by that woman with no entrails, seemed to be a mockery or a stratagem to steal her fried food. Tuve, por tanto, que librarme de sus manos con la ligereza de mis pies, dejando para mejor ocasión el desahogo de mis sentimientos. I had, therefore, to free myself from his hands with the lightness of my feet, leaving for a better occasion the unburdening of my feelings.

Quise ver después la catedral vieja, a la cual se refería uno de los más tiernos recuerdos de mi niñez, y entré en ella: su recinto me pareció encantador, y jamás he recorrido las naves de templo alguno con tan religiosa veneración. I then wanted to see the old cathedral, to which one of the fondest memories of my childhood referred, and I entered it: its precincts seemed enchanting to me, and I have never walked the naves of any temple with such religious veneration. Creo que me dieron fuertes ganas de rezar, y que lo hice en efecto, arrodillándome en el altar donde mi madre había puesto un ex-voto por mi salvación. I think I felt a strong urge to pray, and I did indeed, kneeling at the altar where my mother had placed an ex-voto for my salvation. El personaje de cera que yo creía mi perfecto retrato estaba allí colgado, y ocupaba su puesto con la gravedad de las cosas santas; pero se me parecía como un huevo a una castaña. The wax figure that I thought was my perfect portrait hung there, and took its place with the gravity of holy things; but it looked to me like an egg to a chestnut. Aquel muñequito, que simbolizaba la piedad y el amor materno, me infundía, sin embargo, el respeto más vivo. That little doll, which symbolized pity and maternal love, nevertheless instilled in me the most lively respect. Recé un rato de rodillas acordándome de los padecimientos y de la muerte de mi buena madre, que ya gozaba de Dios en el Cielo; pero como mi cabeza no estaba buena, a causa de los vapores del maldito aguardiente, al levantarme me caí, y un sacristán empedernido me puso bonitamente en la calle. I prayed for a while on my knees, remembering the sufferings and death of my good mother, who was already enjoying God in Heaven; but as my head was not well, because of the fumes of the accursed brandy, when I got up I fell down, and a hardened sacristan put me nicely in the street. En pocas zancadas me trasladé a la del Fideo, donde residíamos, y mi amo, al verme entrar, me reprendió por mi larga ausencia. In a few strides I moved to the Fideo's, where we resided, and my master, seeing me enter, reprimanded me for my long absence. Si aquella falta hubiera sido cometida ante Doña Francisca, no me habría librado de una fuerte paliza; pero mi amo era tolerante, y no me castigaba nunca, quizás porque tenía la conciencia de ser tan niño como yo. If that fault had been committed before Dona Francisca, I would not have escaped a severe beating; but my master was tolerant, and never punished me, perhaps because he had the conscience of being as much of a child as I was.

Habíamos ido a residir en casa de la prima de mi amo, la cual era una señora, a quien el lector me permitirá describir con alguna prolijidad, por ser tipo que lo merece. We had gone to reside at my master's cousin's house, who was a lady, whom the reader will allow me to describe with some prolixity, being a type that deserves it. Doña Flora de Cisniega era una vieja que se empeñaba en permanecer joven: tenía más de cincuenta años; pero ponía en práctica todos los artificios imaginables para engañar al mundo, aparentando la mitad de aquella cifra aterradora. Doña Flora de Cisniega was an old woman who insisted on remaining young: she was more than fifty years old; but she used every conceivable artifice to deceive the world, pretending to be half that frightening figure. Decir cuánto inventaba la ciencia y el arte en armónico consorcio para conseguir tal objeto, no es empresa que corresponde a mis escasas fuerzas. To say how much science and art invented in harmonious consortium to achieve such an object, is not an enterprise that corresponds to my meager forces. Enumerar los rizos, moñas, lazos, trapos, adobos, bermellones, aguas y demás extraños cuerpos que concurrían a la grande obra de su monumental restauración, fatigaría la más diestra fantasía: quédese esto, pues, para las plumas de los novelistas, si es que la historia, buscadora de las grandes cosas, no se apropia tan hermoso asunto. To enumerate the curls, bows, ribbons, rags, marinades, vermilions, waters and other strange bodies that contributed to the great work of its monumental restoration would tire the most skillful fantasy: let this, then, be left to the pens of novelists, if history, seeker of great things, does not appropriate such a beautiful subject. Respecto a su físico, lo más presente que tengo es el conjunto de su rostro, en que parecían haber puesto su rosicler todos los pinceles de las Academias presentes y pretéritas. Regarding his physique, the most present thing I have is the whole of his face, on which all the brushes of the present and past Academies seemed to have put their rosicler. También recuerdo que al hablar hacía con los labios un mohín, un repliegue, un mimo, cuyo objeto era, o achicar con gracia la descomunal boca, o tapar el estrago de la dentadura, de cuyas filas desertaban todos los años un par de dientes; pero aquella supina estratagema de la presunción era tan poco afortunada, que antes la afeaba que la embellecía. I also remember that when he spoke, he made with his lips a pout, a retreat, a mime, whose object was to reduce the enormous mouth with grace, or cover up the damage of the teeth, from whose rows a pair of teeth deviated every year; but that supreme stratagem of presumption was so unfortunate, that it had previously made her ill that embellished her.

Vestía con lujo, y en su peinado se gastaban los polvos por almudes, y como no tenía malas carnes, a juzgar por lo que pregonaba el ancho escote y por lo que dejaban transparentar las gasas, todo su empeño consistía en lucir aquellas partes menos sensibles a la injuriosa acción del tiempo, para cuyo objeto tenía un arte maravilloso. She dressed luxuriously, and in her hairstyle the powder was spent by the bushel, and as she did not have bad flesh, judging by what her wide neckline showed and by what the gauze made transparent, all her efforts consisted in showing off those parts less sensitive to the injurious action of time, for which purpose she had a marvelous art.

Era Doña Flora persona muy prendada de las cosas antiguas; muy devota, aunque no con la santa piedad de mi Doña Francisca, y grandemente se diferenciaba de mi ama, pues así como ésta aborrecía las glorias navales, aquélla era entusiasta por todos los hombres de guerra en general y por los marinos en particular. It was Doña Flora, a person very fond of ancient things; very devout, though not with the holy piety of my Lady Francisca, and greatly differentiated from my mistress, for just as she hated naval glories, she was enthusiastic for all the men of war in general and for the sailors in particular. Inflamada en amor patriótico, ya que en la madurez de su existencia no podía aspirar al calorcillo de otro amor, y orgullosa en extremo como mujer y como dama española, el sentimiento nacional se asociaba en su espíritu al estampido de los cañones, y creía que la grandeza de los pueblos se medía por libras de pólvora. Inflamed with patriotic love, since in the maturity of her existence she could not aspire to the warmth of another love, and extremely proud as a woman and as a Spanish lady, the national sentiment was associated in her spirit with the boom of cannons, and she believed that the greatness of the people was measured by pounds of gunpowder. Como no tenía hijos, ocupaban su vida los chismes de vecinos, traídos y llevados en pequeño círculo por dos o tres cotorrones como ella, y se distraía también con su sistemática afición a hablar de las cosas públicas. As she had no children, her life was occupied by the gossip of neighbors, brought and carried in a small circle by two or three parrots like her, and she was also distracted by her systematic fondness for talking about public things. Entonces no había periódicos, y las ideas políticas, así como las noticias, circulaban de viva voz, desfigurándose entonces más que ahora, porque siempre fue la palabra más mentirosa que la imprenta. Then there were no newspapers, and political ideas, as well as news, circulated by word of mouth, disfigured then more than now, because the word was always more of a liar than the printing press.

En todas las ciudades populosas, y especialmente en Cádiz, que era entonces la más culta, había muchas personas desocupadas que eran depositarias de las noticias de Madrid y París, y las llevaban y traían diligentes vehículos, enorgulleciéndose con una misión que les daba gran importancia. In all the populous cities, and especially in Cadiz, which was then the most cultured, there were many unemployed people who were depositaries of the news from Madrid and Paris, and they carried and brought them diligent vehicles, taking pride in a mission that gave them great importance. Algunos de éstos, a modo de vivientes periódicos, concurrían a casa de aquella señora por las tardes, y esto, además del buen chocolate y mejores bollos, atraía a otros ansiosos de saber lo que pasaba. Some of these, in the manner of living newspapers, went to that lady's house in the afternoons, and this, in addition to good chocolate and better buns, attracted others anxious to know what was happening. Doña Flora, ya que no podía inspirar una pasión formal, ni quitarse de encima la gravosa pesadumbre de sus cincuenta años, no hubiera trocado aquel papel por otro alguno, pues el centro general de las noticias casi equivalía en aquel tiempo a la majestad de un trono. Doña Flora, since she was unable to inspire a formal passion, or to shake off the heavy burden of her fifty years, would not have exchanged that role for any other, for the general center of the news at that time was almost equivalent to the majesty of a throne.

Doña Flora y Doña Francisca se aborrecían cordialmente, como comprenderá quien considere el exaltado militarismo de la una y el pacífico apocamiento de la otra. Doña Flora and Doña Francisca cordially abhorred each other, as anyone who considers the exalted militarism of the one and the peaceful apathy of the other will understand. Por esto, hablando con su primo en el día de nuestra llegada, le decía la vieja: For this reason, talking to her cousin on the day of our arrival, the old woman said to him:

«Si tú hubieras hecho caso siempre de tu mujer, todavía serías guardia marina. "If you had always listened to your wife, you would still be a marine guard. ¡Qué carácter! What a character! Si yo fuera hombre y casado con mujer semejante, reventaría como una bomba. If I were a man and married to such a woman, I would explode like a bomb. Has hecho bien en no seguir su consejo y en venir a la escuadra. You have done well not to follow his advice and to come to the squadron. Todavía eres joven, Alonsito; todavía puedes alcanzar el grado de brigadier, que tendrías ya de seguro si Paca no te hubiese echado una calza como a los pollos para que no salgan del corral». You are still young, Alonsito; you can still reach the rank of brigadier, which you would have already had if Paca had not put a shim on you as she does on chickens so that they do not leave the pen".

Después, como mi amo, impulsado por su gran curiosidad, le pidiese noticias, ella le dijo: Then, as my master, driven by his great curiosity, asked her for news, she told him:

«Lo principal es que todos los marinos de aquí están muy descontentos del almirante francés, que ha probado su ineptitud en el viaje a la Martinica y en el combate de Finisterre. "The main thing is that all the sailors here are very dissatisfied with the French admiral, who has proved his ineptitude in the voyage to Martinique and in the battle of Finisterre. Tal es su timidez, y el miedo que tiene a los ingleses, que al entrar aquí la escuadra combinada en Agosto último no se atrevió a apresar el crucero inglés mandado por Collingwood, y que sólo constaba de tres navíos. Such is his timidity, and the fear he has of the English, that when the combined squadron entered here last August he did not dare to seize the English cruiser commanded by Collingwood, and which consisted of only three vessels. Toda nuestra oficialidad está muy mal por verse obligada a servir a las órdenes de semejante hombre. Our entire officer corps is very unhappy to be forced to serve under such a man. Fue Gravina a Madrid a decírselo a Godoy, previendo grandes desaires si no ponía al frente de la escuadra un hombre más apto; pero el Ministro le contestó cualquier cosa, porque no se atreve a resolver nada; y como Bonaparte anda metido con los austriacos, mientras él no decida... Dicen que éste también está muy descontento de Villeneuve y que ha determinado destituirle; pero entre tanto... ¡Ah! Gravina went to Madrid to tell this to Godoy, foreseeing great rebuffs if he did not put a more suitable man at the head of the squadron; but the Minister answered him anything, because he does not dare to resolve anything; and as Bonaparte is involved with the Austrians, as long as he does not decide.... They say that he is also very dissatisfied with Villeneuve and that he has determined to dismiss him; but in the meantime.... Ah! Napoleón debiera confiar el mando de la escuadra a algún español, a ti por ejemplo, Alonsito, dándote tres o cuatro grados de mogollón, que a fe bien merecidos los tienes... Napoleon should entrust the command of the squadron to a Spaniard, to you for example, Alonsito, giving you three or four degrees of mogollón, which you have well deserved...

—¡Oh!, yo no soy para eso—dijo mi amo con su habitual modestia. -Oh, I'm not for that," said my master with his usual modesty.

—O a Gravina o a Charruca, que dicen que es tan buen marino. -Or Gravina or Charruca, who they say is such a good sailor. Si no, me temo que esto acabará mal. If not, I'm afraid this will end badly. Aquí no pueden ver a los franceses. They can't see the French here. Figúrate que cuando llegaron los barcos de Villeneuve carecían de víveres y municiones, y en el arsenal no se las quisieron dar. Imagine that when Villeneuve's ships arrived, they lacked food and ammunition, and the arsenal refused to give them any. Acudieron en queja a Madrid; y como Godoy no hace más que lo que quiere el embajador francés, Mr. de Bernouville, dio orden para que se entregara a nuestros aliados cuanto necesitasen. They complained to Madrid; and as Godoy does nothing more than what the French ambassador, Mr. de Bernouville, wants, he gave orders to deliver to our allies everything they needed. Mas ni por esas. But not for those. El intendente de marina y el comandante de artillería dicen que no darán nada mientras Villeneuve no lo pague en moneda contante y sonante. The marine quartermaster and the artillery commander say they will not give anything until Villeneuve pays in hard currency. Así, así: me parece que está muy bien parlado. So, like this: it seems to me that it is very well balanced. ¡Pues no falta más sino que esos señores con sus manos lavadas se fueran a llevar lo poco que tenemos! Well, it would only be necessary that these gentlemen with their washed hands were to take away the little we have! ¡Bonitos están los tiempos! Ahora cuesta todo un ojo de la cara; la fiebre amarilla por un lado y los malos tiempos por otro han puesto a Andalucía en tal estado, que toda ella no vale una aljofifa; y luego añada usted a esto los desastres de la guerra. Now it costs an entire eye of the face; Yellow fever on the one hand and bad times on the other have put Andalusia in such a state that all of it is not worth a mop; and then add to this the disasters of war. Verdad es que el honor nacional es lo primero, y es preciso seguir adelante para vengar los agravios recibidos. It is true that national honor comes first, and it is necessary to move forward to avenge the wrongs received. No me quiero acordar de lo del cabo de Finisterre, donde por la cobardía de nuestros aliados perdimos el  Firme y el  Rafael , dos navíos como dos soles, ni de la voladura del  Real Carlos , que fue una traición tal, que ni entre moros berberiscos pasaría igual, ni del robo de las cuatro fragatas, ni del combate del cabo de... I do not want to remember the Cape Finisterre, where by the cowardice of our allies we lost the Firme and Raphael, two ships like two suns, nor the blasting of Real Carlos, which was such a betrayal, that neither between Berber moors It would be the same, neither of the robbery of the four frigates, nor of the combat of the corporal ...

—Lo que es eso—dijo mi amo interrumpiéndola vivamente...—. -What is that," said my master, interrupting her vividly..... Es preciso que cada cual quede en su lugar. It is necessary that each one remains in its place. Si el almirante Córdova hubiera mandado virar por... If Admiral Córdova had ordered a turn by...

—Sí, sí, ya sé—dijo Doña Flora, que había oído muchas veces lo mismo en boca de mi amo—. -Yes, yes, I know," said Doña Flora, who had heard the same thing many times from my master's mouth. Habrá que darles la gran paliza, y se la daréis. We will have to give them the big beating, and you will give it to them. Me parece que vas a cubrirte de gloria. It seems to me that you are going to cover yourself with glory. Así haremos rabiar a Paca. That's how we'll make Paca mad.

—Yo no sirvo para el combate—dijo mi amo con tristeza—. -I am not fit for combat," said my master sadly. Vengo tan sólo a presenciarlo, por pura afición y por el entusiasmo que me inspiran nuestras queridas banderas». I come just to watch it, out of pure enthusiasm and because of the enthusiasm that our beloved flags inspire in me".

Al día siguiente de nuestra llegada recibió mi amo la visita de un brigadier de marina, amigo antiguo, cuya fisonomía no olvidaré jamás, a pesar de no haberle visto más que en aquella ocasión. The day after our arrival, my master received a visit from a naval brigadier, an old friend, whose face I shall never forget, although I had only seen him on that occasion. Era un hombre como de cuarenta y cinco años, de semblante hermoso y afable, con tal expresión de tristeza, que era imposible verle sin sentir irresistible inclinación a amarle. He was a man of about forty-five years of age, with a handsome and affable countenance, and such an expression of sadness that it was impossible to look at him without feeling an irresistible inclination to love him. No usaba peluca, y sus abundantes cabellos rubios, no martirizados por las tenazas del peluquero para tomar la forma de ala de pichón, se recogían con cierto abandono en una gran coleta, y estaban inundados de polvos con menos arte del que la presunción propia de la época exigía. He wore no wig, and his abundant blond hair, not martyred by the hairdresser's tongs to take the shape of a pigeon's wing, was collected with some abandon in a large ponytail, and they were flooded with powders with less art than the presumption proper to the time demanded. Eran grandes y azules sus ojos; su nariz muy fina, de perfecta forma y un poco larga, sin que esto le afeara, antes bien, parecía ennoblecer su expresivo semblante. His eyes were large and blue; his nose was very fine, perfectly shaped and a little long, but this did not detract from his expressive countenance, on the contrary, it seemed to ennoble it. Su barba, afeitada con esmero, era algo puntiaguda, aumentando así el conjunto melancólico de su rostro oval, que indicaba más bien delicadeza que energía. His neatly shaved beard was somewhat pointed, adding to the melancholy appearance of his oval face, which indicated gentleness rather than energy. Este noble continente era realzado por una urbanidad en los modales, por una grave cortesanía de que ustedes no pueden formar idea por la estirada fatuidad de los señores del día, ni por la movible elegancia de nuestra dorada juventud. This noble continent was enhanced by an urbanity in manners, by a grave courtesy that you can not form an idea by the stretched fatuity of the lords of the day, nor by the movable elegance of our golden youth. Tenía el cuerpo pequeño, delgado y como enfermizo. His body was small, thin and sickly. Más que guerrero, aparentaba ser hombre de estudio, y su frente, que sin duda encerraba altos y delicados pensamientos, no parecía la más propia para arrostrar los horrores de una batalla. More than a warrior, he appeared to be a man of study, and his forehead, which undoubtedly enclosed high and delicate thoughts, did not seem the most appropriate to face the horrors of a battle. Su endeble constitución, que sin duda contenía un espíritu privilegiado, parecía destinada a sucumbir conmovida al primer choque. His flimsy constitution, which undoubtedly contained a privileged spirit, seemed destined to succumb in shock at the first impact. Y, sin embargo, según después supe, aquel hombre tenía tanto corazón como inteligencia. And yet, as I later learned, the man had as much heart as intelligence. Era Churruca. It was Churruca.

El uniforme del héroe demostraba, sin ser viejo ni raído, algunos años de honroso servicio. The hero's uniform showed, without being old or shabby, some years of honorable service. Después, cuando le oí decir, por cierto sin tono de queja, que el Gobierno le debía nueve pagas, me expliqué aquel deterioro. Later, when I heard him say, certainly without a tone of complaint, that the government owed him nine payments, I explained that deterioration to myself. Mi amo le preguntó por su mujer, y de su contestación deduje que se había casado poco antes, por cuya razón le compadecí, pareciéndome muy atroz que se le mandara al combate en tan felices días. My master asked him about his wife, and from his answer I deduced that he had married a short time before, for which reason I pitied him, thinking it very atrocious that he should be sent to combat in such happy days. Habló luego de su barco, el  San Juan Nepomuceno , al que mostró igual cariño que a su joven esposa, pues según dijo, él lo había compuesto y arreglado a su gusto, por privilegio especial, haciendo de él uno de los primeros barcos de la armada española. He then spoke of his ship, the San Juan Nepomuceno , to which he showed equal affection as to his young wife, for, he said, he had composed and arranged it to his liking, by special privilege, making it one of the first ships of the Spanish navy.

Hablaron luego del tema ordinario en aquellos días, de si salía o no salía la escuadra, y el marino se expresó largamente con estas palabras, cuya substancia guardo en la memoria, y que después con datos y noticias históricas he podido restablecer con la posible exactitud: They then talked about the ordinary topic of those days, whether or not the squadron was going out, and the sailor expressed himself at length with these words, the substance of which I keep in my memory, and which I have been able to restore with the possible accuracy with historical data and news:

«El almirante francés—dijo Churruca—, no sabiendo qué resolución tomar, y deseando hacer algo que ponga en olvido sus errores, se ha mostrado, desde que estamos aquí, partidario de salir en busca de los ingleses. "The French admiral," said Churruca, "not knowing what resolution to take, and wishing to do something that would put his errors into oblivion, has, since we have been here, shown himself in favor of going out in search of the English. El 8 de octubre escribió a Gravina, diciéndole que deseaba celebrar a bordo del  Bucentauro un consejo de guerra para acordar lo que fuera más conveniente. On October 8 he wrote to Gravina, telling her that he wished to hold a court martial aboard the Bucentauro to agree on what was most convenient. En efecto, Gravina acudió al consejo, llevando al teniente general Álava, a los jefes de escuadra Escaño y Cisneros, al brigadier Galiano y a mí. In fact, Gravina went to the council, taking Lieutenant General Alava, the squadron commanders Escaño and Cisneros, Brigadier Galiano and myself. De la escuadra francesa estaban los almirantes Dumanoir y Magon, y los capitanes de navío Cosmao, Maistral, Villiegris y Prigny. From the French squadron were Admirals Dumanoir and Magon, and Captains Cosmao, Maistral, Villiegris and Prigny.

»Habiendo mostrado Villeneuve el deseo de salir, nos opusimos todos los españoles. "Villeneuve having shown a desire to leave, we were opposed by all of us Spaniards. La discusión fue muy viva y acalorada, y Alcalá Galiano cruzó con el almirante Magon palabras bastante duras, que ocasionarán un lance de honor si antes no les ponemos en paz. The discussion was very lively and heated, and Alcala Galiano exchanged quite harsh words with Admiral Magon, which will lead to a battle of honor if we do not put them at peace first. Mucho disgustó a Villeneuve nuestra oposición, y también en el calor de la discusión dijo frases descompuestas, a que contestó Gravina del modo más enérgico... Es curioso el empeño de esos señores de hacerse a la mar en busca de un enemigo poderoso, cuando en el combate de Finisterre nos abandonaron, quitándonos la ocasión de vencer si nos auxiliaran a tiempo. Villeneuve was very displeased by our opposition, and also in the heat of the discussion he said discomposed phrases, to which Gravina answered in the most energetic way... It is curious the determination of these gentlemen to set sail in search of a powerful enemy, when in the battle of Finisterre they abandoned us, depriving us of the opportunity to win if they had helped us in time. Además hay otras razones, que yo expuse en el consejo, y son que la estación avanza; que la posición más ventajosa para nosotros es permanecer en la bahía, obligándoles a un bloqueo que no podrán resistir, mayormente si bloquean también a Tolón y a Cartagena. Besides there are other reasons, which I exposed in the council, and they are that the station is advancing; that the most advantageous position for us is to remain in the bay, forcing them to a blockade which they will not be able to resist, especially if they blockade also Toulon and Cartagena. Es preciso que confesemos con dolor la superioridad de la marina inglesa, por la perfección del armamento, por la excelente dotación de sus buques y, sobre todo, por la unidad con que operan sus escuadras. It is necessary that we confess with pain the superiority of the English navy, by the perfection of the armament, by the excellent manning of its ships and, above all, by the unity with which its squadrons operate. Nosotros, con gente en gran parte menos diestra, con armamento imperfecto y mandados por un jefe que descontenta a todos, podríamos, sin embargo, hacer la guerra a la defensiva dentro de la bahía. We, with largely less skilled people, with imperfect weaponry and commanded by a chief who displeases everyone, could nevertheless wage war on the defensive within the bay. Pero será preciso obedecer, conforme a la ciega sumisión de la Corte de Madrid, y poner barcos y marinos a merced de los planes de Bonaparte, que no nos ha dado en cambio de esta esclavitud un jefe digno de tantos sacrificios. Saldremos, si se empeña Villeneuve; pero si los resultados son desastrosos, quedará consignada para descargo nuestro la oposición que hemos hecho al insensato proyecto del jefe de la escuadra combinada. We will get out, if Villeneuve is determined; but if the results are disastrous, the opposition we have made to the foolish project of the leader of the combined squadron will be recorded for our own defense. Villeneuve se ha entregado a la desesperación; su amo le ha dicho cosas muy duras, y la noticia de que va a ser relevado le induce a cometer las mayores locuras, esperando reconquistar en un día su perdida reputación por la victoria o por la muerte». Villeneuve has given himself up to despair; his master has said very harsh things to him, and the news that he is to be relieved induces him to commit the greatest follies, hoping to regain his lost reputation in a day by victory or death."

Así se expresó el amigo de mi amo. This is how my master's friend expressed himself. Sus palabras hicieron en mí grande impresión, pues con ser niño, yo prestaba gran interés a aquellos sucesos, y después, leyendo en la historia lo mismo de que fui testigo, he auxiliado mi memoria con datos auténticos, y puedo narrar con bastante exactitud. His words made a great impression on me, because even though I was a child, I was very interested in those events, and later, reading in history the same things I witnessed, I have helped my memory with authentic data, and I can narrate quite accurately.

Cuando Churruca se marchó, Doña Flora y mi amo hicieron de él grandes elogios, encomiando sobre todo su expedición a la América Meridional, para hacer el mapa de aquellos mares. When Churruca left, Doña Flora and my master praised him highly, commending above all his expedition to South America to map those seas. Según les oí decir, los méritos de Churruca como sabio y como marino eran tantos, que el mismo Napoleón le hizo un precioso regalo y le colmó de atenciones. According to what I heard them say, Churruca's merits as a scholar and as a sailor were so great that Napoleon himself gave him a precious gift and showered him with attentions. Pero dejemos al marino y volvamos a Doña Flora. But let's leave the sailor and return to Doña Flora.

A los dos días de estar allí noté un fenómeno que me disgustó sobremanera, y fue que la prima de mi amo comenzó a prendarse de mí, es decir, que me encontró pintiparado para ser su paje. Two days after I was there, I noticed a phenomenon that disgusted me greatly, and it was that my master's cousin began to love me, that is, she found me ready to be her page. No cesaba de hacerme toda clase de caricias, y al saber que yo también iba a la escuadra, se lamentó de ello, jurando que sería una lástima que perdiese un brazo, pierna o alguna otra parte no menos importante de mi persona, si no perdía la vida. He did not cease to make me all kinds of caresses, and on learning that I was also going to the squadron, he lamented it, swearing that it would be a pity if I lost an arm, leg, or some other no less important part of my person, if I did not lose my life. Aquella antipatriótica compasión me indignó, y aun creo que dije algunas palabras para expresar que estaba inflamado en guerrero ardor. That unpatriotic compassion outraged me, and I even think I said a few words to express that I was inflamed with warlike ardor. Mis baladronadas hicieron gracia a la vieja, y me dio mil golosinas para quitarme el mal humor. My bravado amused the old woman, and she gave me a thousand sweets to get rid of my bad mood.

Al día siguiente me obligó a limpiar la jaula de su loro; discreto animal, que hablaba como un teólogo y nos despertaba a todos por la mañana, gritando:  perro inglés, perro inglés . The next day he forced me to clean the cage of his parrot; discreet animal, who talked like a theologian and woke us all up in the morning, shouting: English dog, English dog . Luego me llevó consigo a misa, haciéndome cargar la banqueta, y en la iglesia no cesaba de volver la cabeza para ver si estaba por allí. Then he took me with him to mass, making me carry the pew, and in the church I kept turning my head to see if he was there. Después me hizo asistir a su tocador, ante cuya operación me quedé espantado, viendo el catafalco de rizos y moños que el peluquero armó en su cabeza. Then he made me go to his boudoir, where I was shocked to see the catafalque of curls and buns that the hairdresser put together on his head. Advirtiendo el indiscreto estupor con que yo contemplaba la habilidad del maestro, verdadero arquitecto de las cabezas, Doña Flora se rió mucho, y me dijo que en vez de pensar en ir a la escuadra, debía quedarme con ella para ser su paje; añadió que debía aprender a peinarla, y que con el oficio de maestro peluquero podía ganarme la vida y ser un verdadero personaje. Noticing the indiscreet amazement with which I contemplated the skill of the master, the true architect of heads, Doña Flora laughed a lot, and told me that instead of thinking of going to the squadron, I should stay with her to be her page; she added that I should learn to do her hair, and that with the trade of master hairdresser I could make a living and be a real character.

No me sedujeron tales proposiciones, y le dije con cierta rudeza que más quería ser soldado que peluquero. I was not seduced by such propositions, and I told him rather rudely that I wanted to be a soldier rather than a hairdresser. Esto le agradó; y como le daba el peine por las cosas patrióticas y militares, redobló su afecto hacia mí. This pleased him; and as I gave him the comb for patriotic and military things, he redoubled his affection for me. A pesar de que allí se me trataba con mimo, confieso que me cargaba a más no poder la tal Doña Flora, y que a sus almibaradas finezas prefería los rudos pescozones de mi iracunda Doña Francisca. Even though I was treated with care there, I confess that I was annoyed to no end by this Doña Flora, and that I preferred the rude slapping of my irate Doña Francisca to her syrupy refinements.

Era natural: su intempestivo cariño, sus dengues, la insistencia con que solicitaba mi compañía, diciendo que le encantaba mi conversación y persona, me impedían seguir a mi amo en sus visitas a bordo. It was natural: his untimely affection, his dengues, the insistence with which he requested my company, saying that he loved my conversation and person, prevented me from following my master on his visits on board. Le acompañaba en tan dulce ocupación un criado de su prima, y en tanto yo, sin libertad para correr por Cádiz, como hubiera deseado, me aburría en la casa, en compañía del loro de Doña Flora y de los señores que iban allá por las tardes a decir si saldría o no la escuadra, y otras cosas menos manoseadas, si bien más frívolas. He was accompanied in such a sweet occupation by a servant of his cousin, and meanwhile I, without freedom to run around Cadiz, as I would have wished, was bored in the house, in the company of Doña Flora's parrot and the gentlemen who went there in the afternoons to say whether or not the squadron would go out, and other things that were less tawdry, if more frivolous.

Mi disgusto llegó a la desesperación cuando vi que Marcial venía a casa y que con él iba mi amo a bordo, aunque no para embarcarse definitivamente; y cuando esto ocurría, y cuando mi alma atribulada acariciaba aún la débil esperanza de formar parte de aquella expedición, Doña Flora se empeñó en llevarme a pasear a la alameda, y también al Carmen a rezar vísperas. My displeasure reached the point of despair when I saw that Marcial was coming home and that my master was going aboard with him, although not to embark for good; and when this was happening, and when my troubled soul was still cherishing the faint hope of being part of that expedition, Doña Flora insisted on taking me for a walk to the alameda, and also to Carmen to pray vespers.

Esto me era insoportable, tanto más cuanto que yo soñaba con poner en ejecución cierto atrevido proyectillo, que consistía en ir a visitar por cuenta propia uno de los navíos, llevado por algún marinero conocido, que esperaba encontrar en el muelle. This was unbearable to me, especially since I dreamed of carrying out a certain daring little project, which consisted in going to visit one of the ships on my own account, taken by some sailor I knew, whom I hoped to find at the dock. Salí con la vieja, y al pasar por la muralla deteníame para ver los barcos; mas no me era posible entregarme a las delicias de aquel espectáculo, por tener que contestar a las mil preguntas de Doña Flora, que ya me tenía mareado. I went out with the old woman, and as I passed by the wall I stopped to look at the ships; but I could not give myself up to the delights of that spectacle, because I had to answer the thousand questions of Doña Flora, who was already making me dizzy. Durante el paseo se le unieron algunos jóvenes y señores mayores. During the walk he was joined by some young people and older gentlemen. Parecían muy encopetados, y eran las personas a la moda en Cádiz, todos muy discretos y elegantes. They seemed to be very fashionable, and they were the fashionable people in Cadiz, all very discreet and elegant. Alguno de ellos era poeta, o, mejor dicho, todos hacían versos, aunque malos, y me parece que les oí hablar de cierta Academia en que se reunían para tirotearse con sus estrofas, entretenimiento que no hacía daño a nadie. Some of them were poets, or rather, they all wrote verses, albeit bad ones, and it seems to me that I heard them speak of a certain Academy where they met to shoot each other with their verses, an entertainment that did no harm to anyone.

Como yo observaba todo, me fijé en la extraña figura de aquellos hombres, en sus afeminados gestos y, sobre todo, en sus trajes, que me parecieron extravagantísimos. As I observed everything, I noticed the strange figure of those men, their effeminate gestures and, above all, their costumes, which seemed to me to be very extravagant. No eran muchas las personas que vestían de aquella manera en Cádiz, y pensando después en la diferencia que había entre aquellos arreos y los ordinarios de la gente que yo había visto siempre, comprendí que consistía en que éstos vestían a la española, y los amigos de Doña Flora conforme a la moda de Madrid y de París. There were not many people who dressed that way in Cadiz, and thinking afterwards about the difference between those outfits and the ordinary ones of the people I had always seen, I understood that it consisted in the fact that they were dressed in the Spanish style, and Doña Flora's friends were dressed according to the fashion of Madrid and Paris. Lo que primero atrajo mis miradas fue la extrañeza de sus bastones, que eran unos garrotes retorcidos y con gruesísimos nudos. What first attracted my attention was the strangeness of his walking sticks, which were twisted clubs with very thick knots. No se les veía la barba, porque la tapaba la corbata, especie de chal, que dando varias vueltas alrededor del cuello y prolongándose ante los labios, formaba una especie de cesta, una bandeja, o más bien bacía en que descansaba la cara. The beard was not visible, because it was covered by the tie, a kind of shawl, which, wrapping around the neck several times and extending before the lips, formed a kind of basket, a tray, or rather a basin on which the face rested. El peinado consistía en un artificioso desorden, y más que con peine, parecía que se lo habían aderezado con una escoba; las puntas del sombrero les tocaban los hombros; las casacas, altísimas de talle, casi barrían el suelo con sus faldones; las botas terminaban en punta; de los bolsillos de su chaleco pendían multitud de dijes y sellos; sus calzones listados se atacaban a la rodilla con un enorme lazo, y para que tales figuras fueran completos mamarrachos, todos llevaban un lente, que durante la conversación acercaban repetidas veces al ojo derecho, cerrando el siniestro, aunque en entrambos tuvieran muy buena vista. The hairstyle consisted of an artificial disorder, and more than with a comb, it seemed that it had been straightened with a broom; the tips of the hat touched their shoulders; the jackets, very high in waist, almost swept the floor with their skirts; the boots ended in tip; from the pockets of their vest hung a multitude of charms and seals; their striped breeches were tied at the knee with an enormous ribbon, and to make such figures complete mamarrachos, they all wore a lens, which during the conversation they repeatedly brought close to the right eye, closing the left one, although in both they had very good eyesight.

La conversación de aquellos personajes versó sobre la salida de la escuadra, alternando con este asunto la relación de no sé qué baile o fiesta que ponderaron mucho, siendo uno de ellos objeto de grandes alabanzas por lo bien que hacía trenzas con sus ligeras piernas bailando la gavota. The conversation of those characters was about the departure of the squadron, alternating with this subject the relation of I don't know what dance or party that they pondered a lot, being one of them the object of great praise for how well he made braids with his light legs dancing the gavotte.

Después de haber charlado mucho, entraron con Doña Flora en la iglesia del Carmen, y allí, sacando cada cual su rosario, rezaron que se las pelaban un buen espacio de tiempo, y alguno de ellos me aplicó lindamente un coscorrón en la coronilla, porque en vez de orar tan devotamente como ellos, prestaba demasiada atención a dos moscas que revoloteaban alrededor del rizo culminante del peinado de Doña Flora. After having chatted a lot, they went with Doña Flora into the church of Carmen, and there, each one taking out his rosary, they prayed their heads off for a long time, and one of them gave me a nice smack on the crown of my head, because instead of praying as devoutly as they did, I was paying too much attention to two flies that were fluttering around the crowning curl of Doña Flora's hair. Salimos, después de haber oído un enojoso sermón, que ellos celebraron como obra maestra; paseamos de nuevo; continuó la charla más vivamente, porque se nos unieron unas damas vestidas por el mismo estilo, y entre todos se armó tan ruidosa algazara de galanterías, frases y sutilezas, mezcladas con algún verso insulso, que no puedo recordarlas. We went out, after having heard an angry sermon, which they celebrated as a masterpiece; we strolled on again; the talk continued more lively, for we were joined by some ladies dressed in the same style, and among all there was such a noisy uproar of gallantries, phrases, and subtleties, mixed with some vapid verse, that I cannot remember them.

¡Y en tanto Marcial y mi querido amo trataban de fijar día y hora para trasladarse definitivamente a bordo! And meanwhile Martial and my dear master were trying to set a date and time to move aboard for good! ¡Y yo estaba expuesto a quedarme en tierra, sujeto a los antojos de aquella vieja que me empalagaba con su insulso cariño! And I was exposed to being grounded, subject to the whims of that old woman who cloyed me with her bland affection! ¿Creerán ustedes que aquella noche insistió en que debía quedarme para siempre a su servicio? Will you believe that he insisted that night that I should remain forever in his service? ¿Creerán ustedes que aseguró que me quería mucho, y me dio como prueba algunos afectuosos abrazos y besos, ordenándome que no lo dijera a nadie? Will you believe that he assured me that he loved me very much, and gave me as proof some affectionate hugs and kisses, ordering me not to tell anyone? ¡Horribles contradicciones de la vida!, pensaba yo al considerar cuán feliz habría sido si mi amita me hubiera tratado de aquella manera. Horrible contradictions of life, I thought to myself as I considered how happy I would have been if my little friend had treated me that way. Yo, turbado hasta lo sumo, le dije que quería ir a la escuadra, y que cuando volviese me podría querer a su antojo; pero que si no me dejaba realizar mi deseo, la aborrecería tanto así, y extendí los brazos para expresar una cantidad muy grande de aborrecimiento. I, troubled to the utmost, told her that I wanted to go to the squadron, and that when I returned she could love me as she pleased; but that if she would not let me carry out my wish, I would abhor her so much so, and I stretched out my arms to express a very great amount of abhorrence.

Luego, como entrase inesperadamente mi amo, yo, juzgando llegada la ocasión de lograr mi objeto por medio de un arranque oratorio, que había cuidado de preparar, me arrodillé delante de él, diciéndole en el tono más patético que si no me llevaba a bordo, me arrojaría desesperado al mar. Then, as my master unexpectedly entered, I, judging the occasion to have arrived to achieve my object by means of an oratorical outburst, which I had taken care to prepare, knelt before him, telling him in the most pathetic tone that if he did not take me on board, I would throw myself in despair into the sea.

Mi amo se rió de la ocurrencia; su prima, haciendo mimos con la boca, fingió cierta hilaridad que le afeaba el rostro amojamado, y consintió al fin. My master laughed at the occurrence; her cousin, pampering with her mouth, pretended a certain hilarity that made her red-faced face ugly, and finally consented. Diome mil golosinas para que comiese a bordo; me encargó que huyese de los sitios de peligro, y no dijo una palabra más contraria a mi embarque, que se verificó a la mañana siguiente muy temprano. He gave me a thousand goodies to eat on board; he charged me to flee from places of danger, and said not a word more contrary to my embarkation, which took place early the next morning.