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Trafalgar by Benito Pérez Galdós, -VII-

-VII-

A la mañana siguiente se me preparaba una gran sorpresa, y a mi ama el más fuerte berrinche que creo tuvo en su vida. Cuando me levanté vi que D. Alonso estaba amabilísimo, y su esposa más irritada que de costumbre. Cuando ésta se fue a misa con Rosita, advertí que el señor se daba gran prisa por meter en una maleta algunas camisas y otras prendas de vestir, entre las cuales iba su uniforme. Yo le ayudé y aquello me olió a escapatoria, aunque me sorprendía no ver a Marcial por ninguna parte. No tardé, sin embargo, en explicarme su ausencia, pues D. Alonso, una vez arreglado su breve equipaje, se mostró muy impaciente, hasta que al fin apareció el marinero diciendo: «Ahí está el coche. Vámonos antes que ella venga.»

Cargué la maleta, y en un santiamén Don Alonso, Marcial y yo salimos por la puerta del corral para no ser vistos; nos subimos a la calesa, y esta partió tan a escape como lo permitía la escualidez del rocín que la arrastraba, y la procelosa configuración del camino. Este, si para caballerías era malo, para coches perverso; pero a pesar de los fuertes tumbos y arcadas, apretamos el paso, y hasta que no perdimos de vista el pueblo, no se alivió algún tanto el martirio de nuestros cuerpos.

Aquel viaje me gustaba extraordinariamente, porque a los chicos toda novedad les trastorna el juicio. Marcial no cabía en sí de gozo, y mi amo, que al principio manifestó su alborozo casi con menos gravedad que yo, se entristeció bastante cuando dejó de ver el pueblo. De cuando en cuando decía:

«¡Y ella tan ajena a esto! ¡Qué dirá cuando llegue a casa y no nos encuentre!

A mí se me ensanchaba el pecho con la vista del paisaje, con la alegría y frescura de la mañana y, sobre todo, con la idea de ver pronto a Cádiz y su incomparable bahía poblada de naves; sus calles bulliciosas y alegres; su Caleta, que simbolizaba para mí en un tiempo lo más hermoso de la vida, la libertad; su plaza, su muelle y demás sitios para mí muy amados. No habíamos andado tres leguas cuando alcanzamos a ver dos caballeros montados en soberbios alazanes, que viniendo tras nosotros se nos juntaron en poco tiempo. Al punto reconocimos a Malespina y a su padre, aquel señor alto, estirado y muy charlatán, de quien antes hablé. Ambos se asombraron de ver a D. Alonso, y mucho más cuando este les dijo que iba a Cádiz para embarcarse. Recibió la noticia con pesadumbre el hijo; mas el padre, que, según entonces comprendí, era un rematado fanfarrón, felicitó a mi amo muy campanudamente, llamándole flor de los navegantes, espejo de los marinos y honra de la patria.

Nos detuvimos para comer en el parador de Conil. A los señores les dieron lo que había, y a Marcial y a mí lo que sobraba, que no era mucho. Como yo servía la mesa, pude oír la conversación, y entonces conocí mejor el carácter del viejo Malespina, quien si primero pasó a mis ojos como un embustero lleno de vanidad, después me pareció el más gracioso charlatán que he oído en mi vida.

El futuro suegro de mi amita, D. José María Malespina, que no tenía parentesco con el célebre marino del mismo apellido, era coronel de Artillería retirado, y cifraba todo su orgullo en conocer a fondo aquella terrible arma y manejarla como nadie. Tratando de este asunto era como más lucía su imaginación y gran desparpajo para mentir.

«Los artilleros—decía sin suspender por un momento la acción de engullir—, hacen mucha falta a bordo. ¿Qué es de un barco sin artillería? Pero donde hay que ver los efectos de esta invención admirable de la humana inteligencia es en tierra, Sr. D. Alonso. Cuando la guerra del Rosellón... ya sabe usted que tomé parte en aquella campaña y que todos los triunfos se debieron a mi acierto en el manejo de la Artillería... La batalla de Masdeu, ¿por qué cree usted que se ganó? El general Ricardos me situó en una colina con cuatro piezas, mandándome que no hiciera fuego sino cuando él me lo ordenara. Pero yo, que veía las cosas de otra manera, me estuve callandito hasta que una columna francesa vino a colocarse delante de mí en tal disposición, que mis disparos podían enfilarla de un extremo a otro. Los franceses forman la línea con gran perfección. Tomé bien la puntería con una de las piezas, dirigiendo la mira a la cabeza del primer soldado... ¿Comprende usted?... Como la línea era tan perfecta, disparé, y ¡zas!, la bala se llevó ciento cuarenta y dos cabezas, y no cayeron más porque el extremo de la línea se movió un poco. Aquello produjo gran consternación en los enemigos; pero como éstos no comprendían mi estrategia ni podían verme en el sitio donde estaba, enviaron otra columna a atacar las tropas que estaban a mi derecha, y aquella columna tuvo la misma suerte, y otra, y otra, hasta que se ganó la batalla.

—Es maravilloso—dijo mi amo, quien, conociendo la magnitud de la bola, no quiso, sin embargo, desmentir a su amigo.

—Pues en la segunda campaña, al mando del Conde de la Unión, también escarmenté de lo lindo a los republicanos. La defensa de Boulou, no nos salió bien, porque se nos acabaron las municiones: yo, con todo hice un gran destrozo cargando una pieza con las llaves de la iglesia; pero éstas no eran muchas, y al fin, como un recurso de desesperación, metí en el ánima del cañón mis llaves, mi reloj, mi dinero, cuantas baratijas encontré en los bolsillos, y, por último, hasta mis cruces. Lo particular es que una de estas fue a estamparse en el pecho de un general francés, donde se le quedó como pegada y sin hacerle daño. Él la conservó, y cuando fue a París, la Convención le condenó no sé si a muerte o a destierro por haber admitido condecoraciones de un Gobierno enemigo.

—¡Qué diablura!—murmuró mi amo recreándose con tan chuscas invenciones.

—Cuando estuve en Inglaterra...—continuó el viejo Malespina—, ya sabe usted que el Gobierno inglés me mandó llamar para perfeccionar la Artillería de aquel país... Todos los días comía con Pitt, con Burke, con Lord North, con el general Conwallis y otros personajes importantes que me llamaban el chistoso español . Recuerdo que una vez, estando en Palacio, me suplicaron que les mostrase cómo era unacorrida de toros, y tuve que capear, picar y matar una silla, lo cual divirtió mucho a toda la Corte, especialmente al Rey Jorge III, quien era muy amigote mío y siempre me decía que le mandase a buscar a mi tierra aceitunas buenas. ¡Oh!, tenía mucha confianza conmigo. Todo su empeño era que le enseñase palabras de español y, sobre todo algunas de ésta nuestra graciosa Andalucía; pero nunca pudo aprender más que otro toro y vengan esos cinco , frase con que me saludaba todos los días cuando iba a almorzar con él pescadillas y unas cañitas de Jerez.

—Era lo que le gustaba más. Yo hacía llevar de Cádiz embotellada la pescadilla: conservábase muy bien con un específico que inventé, cuya receta tengo en casa.

—Maravilloso. ¿Y reformó usted la Artillería inglesa?—preguntó mi amo, alentándole a seguir, porque le divertía mucho.—Completamente. Allí inventé un cañón que no llegó a dispararse, porque todo Londres, incluso la Corte y los Ministros, vinieron a suplicarme que no hiciera la prueba por temor a que del estremecimiento cayeran al suelo muchas casas.

—¿De modo que tan gran pieza ha quedado relegada al olvido?

—Quiso comprarla el Emperador de Rusia; pero no fue posible moverla del sitio en que estaba.

—Pues bien podía usted sacarnos del apuro inventando un cañón que destruyera de un disparo la escuadra inglesa.

—¡Oh!—contestó Malespina—. En eso estoy pensando, y creo que podré realizar mi pensamiento. Ya le mostraré a usted los cálculos que tengo hechos, no sólo para aumentar hasta un extremo fabuloso el calibre de las piezas de Artillería, sino para construir placas de resistencia que defiendan los barcos y los castillos. Es el pensamiento de toda mi vida».

A todas éstas habían concluido de comer. Nos zampamos en un santiamén Marcial y yo las sobras, y seguimos el viaje, ellos a caballo, marchando al estribo, y nosotros como antes, en nuestra derrengada calesa. La comida y los frecuentes tragos con que la roció excitaron más aún la vena inventora del viejo Malespina, quien por todo el camino siguió espetándonos sus grandes paparruchas. La conversación volvió al tema por donde había empezado: a la guerra del Rosellón; y como D. José se apresurara a referir nuevas proezas, mi amo, cansado ya de tanto mentir, quiso desviarle de aquella materia, y dijo:

«Guerra desastrosa e impolítica. ¡Más nos hubiera valido no haberla emprendido!

—¡Oh!—exclamó Malespina—. El Conde de Aranda, como usted sabe, condenó desde el principio esta funesta guerra con la República. ¡Cuánto hemos hablado de esta cuestión!... porque somos amigos desde la infancia. Cuando yo estuve en Aragón, pasamos siete meses juntos cazando en el Moncayo. Precisamente hice construir para él una escopeta singular...

—Sí: Aranda se opuso siempre—dijo mi amo, atajándole en el peligroso camino de la balística.

—En efecto—continuó el mentiroso—, y si aquel hombre eminente defendió con tanto calor la paz con los republicanos, fue porque yo se lo aconsejé, convenciéndole antes de la inoportunidad de la guerra. Mas Godoy, que ya entonces era Valido, se obstinó en proseguirla, sólo por llevarme la contraria, según he entendido después. Lo más gracioso es que el mismo Godoy se vio obligado a concluir la guerra en el verano del 95, cuando comprendió su ineficacia, y entonces se adjudicó a sí mismo el retumbante título de Príncipe de la Paz .

—¡Qué faltos estamos, amigo D. José María—dijo mi amo—, de un buen hombre de Estado a la altura de las circunstancias, un hombre que no nos entrometa en guerras inútiles y mantenga incólume la dignidad de la Corona!

—Pues cuando yo estuve en Madrid el año último—prosiguió el embustero—, me hicieron proposiciones para desempeñar la Secretaría de Estado. La Reina tenía gran empeño en ello, y el Rey no dijo nada... Todos los días le acompañaba al Pardo para tirar un par de tiros... Hasta el mismo Godoy se hubiera conformado, conociendo mi superioridad; y si no, no me habría faltado un castillito donde encerrarle para que no me diera que hacer. Pero yo rehusé, prefiriendo vivir tranquilo en mi pueblo, y dejé los negocios públicos en manos de Godoy. Ahí tiene usted un hombre cuyo padre fue mozo de mulas en la dehesa que mi suegro tenía en Extremadura.

—No sabía...—dijo D. Alonso—. Aunque hombre obscuro, yo creí que el Príncipe de la Paz pertenecía a una familia de hidalgos, de escasa fortuna, pero de buenos principios».

Así continuó el diálogo, el Sr. Malespina soltando unas bolas como templos, y mi amo oyéndolas con santa calma, pareciendo unas veces enfadado y otras complacido de escuchar tanto disparate. Si mal no recuerdo, también dijo D. José María que había aconsejado a Napoleón el atrevido hecho del 18 brumario.

Con éstas y otras cosas nos anocheció en Chiclana, y mi amo, atrozmente quebrantado y molido a causa del movimiento del fementido calesín, se quedó en dicho pueblo, mientras los demás siguieron, deseosos de llegar a Cádiz en la misma noche. Mientras cenaron, endilgó Malespina nuevas mentiras, y pude observar que su hijo las oía con pena, como abochornado de tener por padre el más grande embustero que crió la tierra. Despidiéronse ellos; nosotros descansamos hasta el día siguiente por la madrugada, hora en que proseguimos nuestro camino; y como éste era mucho más cómodo y expedito desde Chiclana a Cádiz que en el tramo recorrido, llegamos al término de nuestro viaje a eso de las once del día, sin novedad en la salud y con el alma alegre.

-VII- -VII- -VII- -VII-

A la mañana siguiente se me preparaba una gran sorpresa, y a mi ama el más fuerte berrinche que creo tuvo en su vida. The next morning a big surprise was prepared for me, and my mistress had the strongest tantrum that I think she had in her life. Cuando me levanté vi que D. Alonso estaba amabilísimo, y su esposa más irritada que de costumbre. When I got up I saw that D. Alonso was extremely kind, and his wife more irritated than usual. Cuando ésta se fue a misa con Rosita, advertí que el señor se daba gran prisa por meter en una maleta algunas camisas y otras prendas de vestir, entre las cuales iba su uniforme. When she went to mass with Rosita, I noticed that the man was in a great hurry to pack some shirts and other items of clothing, including his uniform. Yo le ayudé y aquello me olió a escapatoria, aunque me sorprendía no ver a Marcial por ninguna parte. I helped him and that smelled like an escape to me, although I was surprised not to see Marcial anywhere. No tardé, sin embargo, en explicarme su ausencia, pues D. Alonso, una vez arreglado su breve equipaje, se mostró muy impaciente, hasta que al fin apareció el marinero diciendo: «Ahí está el coche. It didn't take me long, however, to explain his absence, because D. Alonso, once his brief luggage had been arranged, was very impatient, until the sailor finally appeared saying: “There's the car. Vámonos antes que ella venga.» Let's go before she comes."

Cargué la maleta, y en un santiamén Don Alonso, Marcial y yo salimos por la puerta del corral para no ser vistos; nos subimos a la calesa, y esta partió tan a escape como lo permitía la escualidez del rocín que la arrastraba, y la procelosa configuración del camino. I loaded the suitcase, and in a heartbeat Don Alonso, Marcial and I went out the corral door to avoid being seen; we got on the buggy, and it went as far as the squalor of the rocín that dragged it allowed it, and the stubborn configuration of the road. Este, si para caballerías era malo, para coches perverso; pero a pesar de los fuertes tumbos y arcadas, apretamos el paso, y hasta que no perdimos de vista el pueblo, no se alivió algún tanto el martirio de nuestros cuerpos. This, if for cavalries it was bad, for cars perverse; but in spite of the strong bumps and retching, we quickened our pace, and it was not until we lost sight of the town that the martyrdom of our bodies eased somewhat.

Aquel viaje me gustaba extraordinariamente, porque a los chicos toda novedad les trastorna el juicio. I liked that trip extraordinarily, because any novelty changes the judgment of the boys. Marcial no cabía en sí de gozo, y mi amo, que al principio manifestó su alborozo casi con menos gravedad que yo, se entristeció bastante cuando dejó de ver el pueblo. Marcial was overjoyed, and my master, who at first expressed his joy almost less seriously than I did, became quite sad when he stopped seeing the town. De cuando en cuando decía: From time to time he would say:

«¡Y ella tan ajena a esto! «And she so oblivious to this! ¡Qué dirá cuando llegue a casa y no nos encuentre! What will he say when he gets home and doesn't find us!

A mí se me ensanchaba el pecho con la vista del paisaje, con la alegría y frescura de la mañana y, sobre todo, con la idea de ver pronto a Cádiz y su incomparable bahía poblada de naves; sus calles bulliciosas y alegres; su Caleta, que simbolizaba para mí en un tiempo lo más hermoso de la vida, la libertad; su plaza, su muelle y demás sitios para mí muy amados. My chest swelled with the view of the landscape, with the joy and freshness of the morning and, above all, with the idea of soon seeing Cádiz and its incomparable bay populated with ships; its bustling and cheerful streets; its Caleta, which once symbolized for me the most beautiful thing in life, freedom; its square, its dock and other places that are very dear to me. No habíamos andado tres leguas cuando alcanzamos a ver dos caballeros montados en soberbios alazanes, que viniendo tras nosotros se nos juntaron en poco tiempo. We had not traveled three leagues when we managed to see two knights mounted on superb chestnuts, who, coming after us, joined us in a short time. Al punto reconocimos a Malespina y a su padre, aquel señor alto, estirado y muy charlatán, de quien antes hablé. Immediately we recognized Malespina and his father, that tall, stiff and very talkative man, of whom I spoke earlier. Ambos se asombraron de ver a D. Alonso, y mucho más cuando este les dijo que iba a Cádiz para embarcarse. Both were amazed to see D. Alonso, and much more so when he told them that he was going to Cádiz to embark. Recibió la noticia con pesadumbre el hijo; mas el padre, que, según entonces comprendí, era un rematado fanfarrón, felicitó a mi amo muy campanudamente, llamándole flor de los navegantes, espejo de los marinos y honra de la patria. The son received the news with sadness; but the father, who, as I then understood, was a complete braggart, congratulated my master very grandly, calling him the flower of navigators, mirror of sailors and honor of the country.

Nos detuvimos para comer en el parador de Conil. We stopped to eat at the Parador de Conil. A los señores les dieron lo que había, y a Marcial y a mí lo que sobraba, que no era mucho. They gave the gentlemen what there was, and Marcial and me what was left over, which wasn't much. Como yo servía la mesa, pude oír la conversación, y entonces conocí mejor el carácter del viejo Malespina, quien si primero pasó a mis ojos como un embustero lleno de vanidad, después me pareció el más gracioso charlatán que he oído en mi vida. Since I was serving the table, I was able to hear the conversation, and then I got to know the character of old Malespina better, who, if he first appeared to me as a vanity-ridden liar, later seemed to me to be the funniest charlatan I have ever heard in my life.

El futuro suegro de mi amita, D. José María Malespina, que no tenía parentesco con el célebre marino del mismo apellido, era coronel de Artillería retirado, y cifraba todo su orgullo en conocer a fondo aquella terrible arma y manejarla como nadie. My friend's future father-in-law, D. José María Malespina, who was not related to the famous sailor of the same surname, was a retired artillery colonel, and he based all his pride on knowing that terrible weapon thoroughly and handling it like no one else. Tratando de este asunto era como más lucía su imaginación y gran desparpajo para mentir. Dealing with this matter was how his imagination and great self-confidence to lie showed the most.

«Los artilleros—decía sin suspender por un momento la acción de engullir—, hacen mucha falta a bordo. "The artillerymen," he would say without suspending the gobbling action for a moment, "are sorely lacking on board. ¿Qué es de un barco sin artillería? What is a ship without artillery? Pero donde hay que ver los efectos de esta invención admirable de la humana inteligencia es en tierra, Sr. But where the effects of this admirable invention of human intelligence are to be seen is on land, Mr. D. Alonso. Cuando la guerra del Rosellón... ya sabe usted que tomé parte en aquella campaña y que todos los triunfos se debieron a mi acierto en el manejo de la Artillería... La batalla de Masdeu, ¿por qué cree usted que se ganó? When the war of Roussillon... you already know that I took part in that campaign and that all the victories were due to my skill in managing the Artillery... The battle of Masdeu, why do you think it was won? El general Ricardos me situó en una colina con cuatro piezas, mandándome que no hiciera fuego sino cuando él me lo ordenara. General Ricardos placed me on a hill with four pieces, ordering me not to fire unless he ordered me to. Pero yo, que veía las cosas de otra manera, me estuve callandito hasta que una columna francesa vino a colocarse delante de mí en tal disposición, que mis disparos podían enfilarla de un extremo a otro. But I, who saw things differently, kept quiet until a French column came to stand in front of me in such an arrangement that my shots could line it from one end to the other. Los franceses forman la línea con gran perfección. The French form the line with great perfection. Tomé bien la puntería con una de las piezas, dirigiendo la mira a la cabeza del primer soldado... ¿Comprende usted?... I took good aim with one of the pieces, directing my sights at the head of the first soldier... Do you understand?... Como la línea era tan perfecta, disparé, y ¡zas!, la bala se llevó ciento cuarenta y dos cabezas, y no cayeron más porque el extremo de la línea se movió un poco. As the line was so perfect, I fired, and wham, the bullet took a hundred and forty-two heads, and they did not fall anymore because the end of the line moved a little. Aquello produjo gran consternación en los enemigos; pero como éstos no comprendían mi estrategia ni podían verme en el sitio donde estaba, enviaron otra columna a atacar las tropas que estaban a mi derecha, y aquella columna tuvo la misma suerte, y otra, y otra, hasta que se ganó la batalla. That caused great consternation in the enemies; but since they did not understand my strategy and could not see me where I was, they sent another column to attack the troops on my right, and that column had the same fate, and another, and another, until the battle was won.

—Es maravilloso—dijo mi amo, quien, conociendo la magnitud de la bola, no quiso, sin embargo, desmentir a su amigo. "It's wonderful," said my master, who, knowing the magnitude of the ball, did not want, however, to deny his friend.

—Pues en la segunda campaña, al mando del Conde de la Unión, también escarmenté de lo lindo a los republicanos. —Well, in the second campaign, under the command of the Count of the Union, I also taught the Republicans a great lesson. La defensa de Boulou, no nos salió bien, porque se nos acabaron las municiones: yo, con todo hice un gran destrozo cargando una pieza con las llaves de la iglesia; pero éstas no eran muchas, y al fin, como un recurso de desesperación, metí en el ánima del cañón mis llaves, mi reloj, mi dinero, cuantas baratijas encontré en los bolsillos, y, por último, hasta mis cruces. The defense of Boulou did not go well for us, because we ran out of ammunition: I, with everything, made a great deal of damage carrying a piece with the keys to the church; but these were not many, and finally, as a means of desperation, I put my keys, my watch, my money, whatever trinkets I found in my pockets, and lastly, even my crosses, into the barrel. Lo particular es que una de estas fue a estamparse en el pecho de un general francés, donde se le quedó como pegada y sin hacerle daño. The particular thing is that one of these was stamped on the chest of a French general, where it stuck to him and did not hurt him. Él la conservó, y cuando fue a París, la Convención le condenó no sé si a muerte o a destierro por haber admitido condecoraciones de un Gobierno enemigo. He kept it, and when he went to Paris, the Convention condemned him, I do not know whether to death or exile for having accepted decorations from an enemy government.

—¡Qué diablura!—murmuró mi amo recreándose con tan chuscas invenciones. "What mischief!" murmured my master, enjoying himself with such funny inventions.

—Cuando estuve en Inglaterra...—continuó el viejo Malespina—, ya sabe usted que el Gobierno inglés me mandó llamar para perfeccionar la Artillería de aquel país... Todos los días comía con Pitt, con Burke, con Lord North, con el general Conwallis y otros personajes importantes que me llamaban  el chistoso español . "When I was in England," old Malespina continued, "you know that the English government sent for me to perfect the artillery of that country... Every day I dined with Pitt, with Burke, with Lord North, with General Conwallis and other important people who called me the funny Spaniard. Recuerdo que una vez, estando en Palacio, me suplicaron que les mostrase cómo era unacorrida de toros, y tuve que capear, picar y matar una silla, lo cual divirtió mucho a toda la Corte, especialmente al Rey Jorge III, quien era muy amigote mío y siempre me decía que le mandase a buscar a mi tierra aceitunas buenas. I remember that once, being in the Palace, they begged me to show them what a bullfight was like, and I had to ride, bite and kill a chair, which greatly amused the whole Court, especially King George III, who was very friendly. mine and he always told me to send him to my land for good olives. ¡Oh!, tenía mucha confianza conmigo. Oh, he had a lot of confidence in me. Todo su empeño era que le enseñase palabras de español y, sobre todo algunas de ésta nuestra graciosa Andalucía; pero nunca pudo aprender más que  otro toro y  vengan esos cinco , frase con que me saludaba todos los días cuando iba a almorzar con él pescadillas y unas cañitas de Jerez. All his effort was to teach him words of Spanish and, above all, some of our graceful Andalusia; but he could never learn more than another bull and come those five, a phrase with which he greeted me every day when I went to have lunch with him, whiting and some straws from Jerez.

—Era lo que le gustaba más. "It was what he liked best." Yo hacía llevar de Cádiz embotellada la pescadilla: conservábase muy bien con un específico que inventé, cuya receta tengo en casa. I had the whiting brought from Cádiz bottled: it was preserved very well with a specific one that I invented, whose recipe I have at home.

—Maravilloso. -Marvelous. ¿Y reformó usted la Artillería inglesa?—preguntó mi amo, alentándole a seguir, porque le divertía mucho.—Completamente. And did you reform the English Artillery?" asked my master, encouraging him to continue, because it amused him greatly. "Completely. Allí inventé un cañón que no llegó a dispararse, porque todo Londres, incluso la Corte y los Ministros, vinieron a suplicarme que no hiciera la prueba por temor a que del estremecimiento cayeran al suelo muchas casas. There I invented a cannon that was never fired, because all of London, including the Court and the Ministers, came to beg me not to try it for fear that the tremor would cause many houses to fall to the ground.

—¿De modo que tan gran pieza ha quedado relegada al olvido? "So such a great piece has been relegated to oblivion?"

—Quiso comprarla el Emperador de Rusia; pero no fue posible moverla del sitio en que estaba. —The Emperor of Russia wanted to buy it; but it was not possible to move it from the place where it was.

—Pues bien podía usted sacarnos del apuro inventando un cañón que destruyera de un disparo la escuadra inglesa. "Well, you could very well get us out of trouble by inventing a cannon that would destroy the English squadron with one shot."

—¡Oh!—contestó Malespina—. "Oh!" replied Malespina. En eso estoy pensando, y creo que podré realizar mi pensamiento. That's what I'm thinking, and I think I'll be able to realize my thought. Ya le mostraré a usted los cálculos que tengo hechos, no sólo para aumentar hasta un extremo fabuloso el calibre de las piezas de Artillería, sino para construir placas de resistencia que defiendan los barcos y los castillos. I will show you the calculations I have made, not only to increase the caliber of artillery pieces to a fabulous extreme, but also to build resistance plates to defend ships and castles. Es el pensamiento de toda mi vida». It's the thought of my whole life."

A todas éstas habían concluido de comer. All of these had finished eating. Nos zampamos en un santiamén Marcial y yo las sobras, y seguimos el viaje, ellos a caballo, marchando al estribo, y nosotros como antes, en nuestra derrengada calesa. In a jiffy, Marcial and I gobbled up the leftovers, and we continued our journey, they on horseback, marching on the stirrup, and we, as before, in our worn-out buggy. La comida y los frecuentes tragos con que la roció excitaron más aún la vena inventora del viejo Malespina, quien por todo el camino siguió espetándonos sus grandes paparruchas. The food and the frequent swallows with which he sprinkled it further excited the inventive streak of old Malespina, who all the way continued to spit his big rubbish at us. La conversación volvió al tema por donde había empezado: a la guerra del Rosellón; y como D. José se apresurara a referir nuevas proezas, mi amo, cansado ya de tanto mentir, quiso desviarle de aquella materia, y dijo: The conversation returned to the subject where it had begun: to the Roussillon war; and as D. José hastened to relate new feats, my master, already tired of so many lies, wanted to divert him from that matter, and said:

«Guerra desastrosa e impolítica. "Disastrous and impolitic war. ¡Más nos hubiera valido no haberla emprendido! It would have been better for us not to have undertaken it!

—¡Oh!—exclamó Malespina—. "Oh!" exclaimed Malespina. El Conde de Aranda, como usted sabe, condenó desde el principio esta funesta guerra con la República. The Count of Aranda, as you know, condemned from the beginning this disastrous war with the Republic. ¡Cuánto hemos hablado de esta cuestión!... How much we have talked about this issue!.... porque somos amigos desde la infancia. because we have been friends since childhood. Cuando yo estuve en Aragón, pasamos siete meses juntos cazando en el Moncayo. When I was in Aragon, we spent seven months together hunting in the Moncayo. Precisamente hice construir para él una escopeta singular... I had a unique shotgun built for him...

—Sí: Aranda se opuso siempre—dijo mi amo, atajándole en el peligroso camino de la balística. "Yes: Aranda was always opposed," said my master, cutting him off on the dangerous path of ballistics.

—En efecto—continuó el mentiroso—, y si aquel hombre eminente defendió con tanto calor la paz con los republicanos, fue porque yo se lo aconsejé, convenciéndole antes de la inoportunidad de la guerra. -Indeed," continued the liar, "and if that eminent man defended peace with the Republicans with such warmth, it was because I advised him to do so, convincing him beforehand of the inopportunity of war. Mas Godoy, que ya entonces era Valido, se obstinó en proseguirla, sólo por llevarme la contraria, según he entendido después. But Godoy, who was then Valido, was obstinate in pursuing it, just to contradict me, as I later understood. Lo más gracioso es que el mismo Godoy se vio obligado a concluir la guerra en el verano del 95, cuando comprendió su ineficacia, y entonces se adjudicó a sí mismo el retumbante título de  Príncipe de la Paz . The funniest thing is that Godoy himself was forced to conclude the war in the summer of 1995, when he realized its ineffectiveness, and then awarded himself the resounding title of Prince of Peace.

—¡Qué faltos estamos, amigo D. José María—dijo mi amo—, de un buen hombre de Estado a la altura de las circunstancias, un hombre que no nos entrometa en guerras inútiles y mantenga incólume la dignidad de la Corona! -How lacking we are, my friend D. José María," said my master, "of a good statesman to rise to the occasion, a man who will not meddle in useless wars and keep the dignity of the Crown unscathed!

—Pues cuando yo estuve en Madrid el año último—prosiguió el embustero—, me hicieron proposiciones para desempeñar la Secretaría de Estado. -When I was in Madrid last year," continued the liar, "I was offered the post of Secretary of State. La Reina tenía gran empeño en ello, y el Rey no dijo nada... Todos los días le acompañaba al Pardo para tirar un par de tiros... Hasta el mismo Godoy se hubiera conformado, conociendo mi superioridad; y si no, no me habría faltado un castillito donde encerrarle para que no me diera que hacer. The Queen was very keen on it, and the King did not say anything... Every day I accompanied him to the Pardo to shoot a couple of shots.... Even Godoy himself would have been satisfied, knowing my superiority; and if not, I would not have lacked a castle where to lock him up so that he would not give me anything to do. Pero yo rehusé, prefiriendo vivir tranquilo en mi pueblo, y dejé los negocios públicos en manos de Godoy. But I refused, preferring to live quietly in my town, and left public business in Godoy's hands. Ahí tiene usted un hombre cuyo padre fue mozo de mulas en la dehesa que mi suegro tenía en Extremadura. There you have a man whose father was a mule driver in the pasture that my father-in-law had in Extremadura.

—No sabía...—dijo D. Alonso—. -I didn't know..." said D. Alonso. Aunque hombre obscuro, yo creí que el Príncipe de la Paz pertenecía a una familia de hidalgos, de escasa fortuna, pero de buenos principios». Although an obscure man, I believed that the Prince of Peace belonged to a family of noblemen, of small fortune, but of good principles".

Así continuó el diálogo, el Sr. Thus the dialogue continued, Mr. Malespina soltando unas bolas como templos, y mi amo oyéndolas con santa calma, pareciendo unas veces enfadado y otras complacido de escuchar tanto disparate. Malespina was spouting balls like temples, and my master listened to them with holy calm, seeming at times angry and at others pleased to hear so much nonsense. Si mal no recuerdo, también dijo D. José María que había aconsejado a Napoleón el atrevido hecho del 18 brumario. If I remember correctly, D. José María also said that he had advised Napoleon on the daring deed of the 18th Brumaire.

Con éstas y otras cosas nos anocheció en Chiclana, y mi amo, atrozmente quebrantado y molido a causa del movimiento del fementido calesín, se quedó en dicho pueblo, mientras los demás siguieron, deseosos de llegar a Cádiz en la misma noche. With these and other things, we fell into darkness in Chiclana, and my master, atrociously broken and bruised by the movement of the feigned gig, stayed in said town, while the others continued, eager to reach Cádiz on the same night. Mientras cenaron, endilgó Malespina nuevas mentiras, y pude observar que su hijo las oía con pena, como abochornado de tener por padre el más grande embustero que crió la tierra. While they dined, Malespina fooled new lies, and I could see that his son listened to them with sorrow, as if embarrassed to have as a father the greatest liar who raised the earth. Despidiéronse ellos; nosotros descansamos hasta el día siguiente por la madrugada, hora en que proseguimos nuestro camino; y como éste era mucho más cómodo y expedito desde Chiclana a Cádiz que en el tramo recorrido, llegamos al término de nuestro viaje a eso de las once del día, sin novedad en la salud y con el alma alegre. They said goodbye; we rested until early the next morning, at which time we continued on our way; and as this was much more comfortable and expeditious from Chiclana to Cadiz than the stretch we had traveled, we arrived at the end of our journey at about eleven o'clock, with no health problems and with a happy soul.