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Pepa villa - Apartamento en la Costa Brava, Parte (4)

Parte (4)

Empuriabrava. Terraza de un bar. 19.00 h. Loli y Raúl le han dicho a Pepa que no pueden encontrar el apartamento. −A ver a quién coño31 preguntamos −dice Raúl. −Pues al camarero, por ejemplo −dice Pepa. −Pero es que… Pregunto y la gente me mira con una cara… −Dame las llaves −dice Pepa. Raúl le da las llaves. Pepa mira la dirección que hay en el papel del llavero: «Edificio The sun of the beach» −Pepa se levanta, se acerca al camarero y le enseña el papel−. Por favor, ¿sabes dónde está este edificio? −Sí −dice el camarero−. Todo recto. Al final de la calle. Es un edificio muy grande. De color azul y blanco. Frente al mar. −¡Coño! −dice Raúl. −No sabes hablar inglés −le dice Loli a Raúl. −¿Qué le has preguntado al camarero, Pepa? −pregunta Raúl. −Le he preguntado donde está el edificio The sun of the beach. −«Sanofabich». Lo mismo que yo decía. −Bueno, ¿vamos? −dice Loli−. Quiero cambiarme de ropa. −Pepa, tú te quedas, ¿no? −pregunta Raúl−. Tú también puedes quedarte, Álvaro. −Sí, Pepa. Por favor −pide Loli. −Yo… Bueno… Estoy un poco cansada −Pepa mira a Álvaro y le pregunta−: ¿tú quieres volver hoy a Barcelona? Книги на испанском от hispanoteca.ru −No. Yo quiero quedarme y conocer Empuriabrava. −Álvaro mira a Raúl−. ¿De verdad puedo quedarme en tu apartamento? Gracias, Raúl. Eres muy amable. Os invito a todos a cenar. −Gracias, tío −dicen Loli y Raúl−. Vamos a ver el apartamento y a dejar las cosas. Luego, podemos bañarnos. Книги на испанском от hispanoteca.ru Edificio The sun of the beach. 19.30 h. Loli, Pepa, Raúl y Álvaro suben al apartamento 112 del edificio The sun of the beach. −¡Qué vistas! −dice Loli, mirando el mar desde la terraza. El apartamento tiene un dormitorio, un baño y el salón-comedor en el que están ahora, donde también hay una pequeña cocina. −Solo hay un dormitorio, pero podemos usar el sofá para dormir −dice Raúl señalando un sofá rojo. −Voy a dejar mis cosas en la habitación. −Loli deja su maleta en el dormitorio. Raúl deja su maleta, una maleta grande y vieja, encima del sofá. Pepa abre la nevera y ve que hay agua y comida. −La nevera está llena −dice abriendo una botella de agua mineral. −¡Qué detalle! Nacho es un tío muy guay32 −dice Raúl−. ¿Vamos a darnos un baño? −Yo no traigo bañador −dice Pepa. −Yo te dejo uno de mis bikinis −dice Loli. −Yo tampoco tengo bañador −dice Álvaro. −Yo te dejo uno −Raúl saca de la maleta dos bañadores y le da uno a Álvaro. Los cuatro bajan a la playa. Mientras Álvaro está nadando, Pepa se acerca a Raúl. −¿Por qué le has dicho a Álvaro que podía quedarse a dormir con Книги на испанском от hispanoteca.ru nosotros? −¿No te gusta Álvaro? −pregunta Raúl−. Pensaba que te gustaba. −Está bueno33 −dice Loli. −Sí, pero… Es raro −Pepa piensa en los cambios de humor de Álvaro. −Tú también eres rara −dice Loli riendo. −¿Te gusta o no te gusta? −pregunta Raúl. −No lo sé. Álvaro sale del agua y se acerca. −¿Puedo subir un momento al apartamento? −pregunta con la intención de mirar lo que hay en la maleta de Raúl. Tengo que ir al baño. Raúl le da las llaves. Книги на испанском от hispanoteca.ru Apartamento 112. 20.00 h. Pepe pone unas gotas de laxante en un vaso con agua. −Mercè, te dejo el vaso en la cocina −le dice Pepe a su mujer que está en el baño−. Me voy a dormir. −Hoy no lo necesito −dice Mercè−. No he comido nada. −¿Qué dices de la almohada? −pregunta Pepe desde la cama. −¡Nada! ¿Dónde están mis pastillas para dormir? −Mercè busca entre los medicamentos, se toma una pastilla y se va a la cama. Subiendo en el ascensor, Álvaro recibe una llamada. ¿Por qué no ha entregado lo que tenía que entregar? No se atreve a decir que no lo tiene. Dice que ha tenido problemas, que necesita un poco más de tiempo. No hay tiempo. La persona que le llama piensa que Álvaro le engaña. Álvaro sabe que no es bueno que piense eso. ¡Tiene que encontrar la bolsa! Entra en el apartamento, abre la maleta de Raúl y empieza a buscar. Hay un montón de cosas: ropa, revistas, una navaja… ¡Una navaja! «¿Raúl es un tipo peligroso?», se pregunta Álvaro. Se oye la puerta del ascensor y unos pasos que se acercan. Álvaro cierra la maleta. Pepa llama a la puerta. −Álvaro, soy yo. Álvaro coge el vaso de agua con el laxante y abre. −Estaba bebiendo agua −dice Álvaro. Y se bebe todo el vaso. −Vengo a decirte que nos vamos a dar una vuelta. ¿Vienes? −Sí, sí. Vamos. Книги на испанском от hispanoteca.ru Empuriabrava. 22.30 h. Cenan en un restaurante al aire libre. Álvaro quiere emborrachar a Raúl para averiguar qué ha hecho con su bolsa. Le llena el vaso una y otra vez y Raúl bebe, bebe y bebe. Al terminar la cena está medio borracho. Salen a la calle y Raúl enciende un cigarrillo. La bolsa verde de tela se queda en el restaurante. −Ha olvidado la bolsa en el restaurante −dice Pepa−. Siempre igual −Pepa entra en el restaurante y sale con la bolsa de Raúl colgada al hombro. Van todos al apartamento y Raúl se duerme en el sofá. Álvaro dice que quiere quedarse con él. −Está muy borracho −dice−. Vosotras podéis ir a dar una vuelta. Yo me quedo para hacerle compañía. −No, tú te vienes con nosotras. Raúl sabe cuidarse solo −dice Loli. −Sí, déjalo. Está bien. Solo necesita dormir −dice Pepa. −¿Y si se encuentra mal…? −¡Que no hombre! Si tú te quedas, nosotras nos quedamos también. «Bueno, unas cuantas copas y luego van a dormir como Raúl», piensa Álvaro y sale con Loli y Pepa, que lleva la bolsa de Raúl con los bañadores, por si les apetece bañarse. A las tres de la mañana Pepa y Loli se han tomado cuatro gin- tonics. Álvaro también ha pedido lo mismo, pero no los ha probado. Necesita tener la cabeza clara. Книги на испанском от hispanoteca.ru Apartamento 112. 03.00 h. Mercè se despierta. Ha olvidado pincharse su dosis de insulina. Se levanta y va a la cocina. Lleva un camisón blanco. Abre el horno, la puerta de un armario y la nevera. −¡Pepe! ¿Dónde está la insulina? −pregunta Mercè. Raúl abre un ojo. «¿Dónde estoy?», se pregunta. Mercè encuentra su insulina. Raúl abre el otro ojo. «¿Qué demonios he tomado yo hoy? Estoy viendo un fantasma yonqui34 », piensa. Mercè se pincha su dosis de insulina y vuelve al dormitorio. Книги на испанском от hispanoteca.ru Empuriabrava. 05.30 h. Pepa, Loli y Álvaro salen de la discoteca Pasarela. Las dos mujeres van cogidas por la cintura y ríen. Han bebido mucho. −¡Qué pedo llevo!35 −dice Pepa. La bolsa de Raúl, que ha llevado encima toda la noche, se le cae del hombro−. ¡La puta bolsa de Raúl! −¿Por qué llevas la bolsa de Raúl? −pregunta Loli−. No te queda nada bien –y se ríe, borracha. −La he cogido por si nos apetecía bañarnos –Pepa saca los bañadores de la bolsa–. ¿Qué, un bañito? −¡Ni loca! ¿A estas horas? −dice Loli. Loli tropieza. Lleva unos tacones demasiado altos para su estado actual. −¡Qué mal vamos, tía! −dice Pepa. −Son los tacones −dice Loli. Se quita los zapatos y los tira−. ¡A la mierda los zapatos! −¡A la mierda la puta bolsa de Raúl! −Pepa tira la bolsa. Álvaro recoge los zapatos de Loli y la bolsa de Raúl. −¿Nos vamos a dormir? −pregunta Álvaro. −Yo no −dice Pepa. −Yo tampoco −dice Loli−. ¡Marcha, marcha! ¿Dónde hay marcha? −¡El chino! −dice Pepa. −¿Qué dices? −pregunta Loli. −Dos chinos −Pepa señala unos contenedores de basura. −¿Chinos? ¿Dónde? −pregunta Álvaro. −¿Chinos? −pregunta Loli. −Sí, chinos. Cuando he ido al baño he visto un chino. Luego, al salir, otro. En la entrada de la discoteca también he visto a un chino. Y ahora he visto dos detrás de los contenedores de basura. −Ella, Loli y Álvaro miran hacia los contenedores, pero no ven a nadie. −¿Chinos? −Loli se ríe−. Yo no veo ningún chino. −Toda la noche veo chinos. O japoneses. No sé. Quizás… solo hay un chino y se mueve mucho, y yo lo veo por todas partes. O quizás, con tantos gin-tonics veo doble, o triple. En ese momento una pareja entra en un coche aparcado cerca de donde están Loli, Pepa y Álvaro. Uno de los chinos, que estaba escondido detrás del coche, sale corriendo. −¡Mira, mira! −dice Loli, señalando−. ¡Un chino! ¡Yo también he visto un chino! −Vamos a casa −dice Álvaro. −¿Por qué? Mira qué bonito está el mar. Y los canales. Está amaneciendo. Pronto va a salir el sol. Yo voy a dar una vuelta –dice Pepa. −Te acompaño. Pepa y Loli empiezan a andar y Álvaro las sigue. Los barcos se mueven en las aguas del canal. −Me gustaría dar un paseo en barca −dice Loli. −A mí también −dice Pepa−. Durante el día puedes alquilar una de estas barquitas. −Están al lado del canal principal, junto a unas barcas de alquiler−. Pero a estas horas no creo yo que… Se oye el ruido de un motor y ven llegar por el canal una lancha de la que salen seis brazos que cogen a Álvaro y se lo llevan. −¿Qué coño…? −dice Pepa, sin entender nada. −¡Eran chinos! −dice Loli. La lancha gira y desaparece de la vista de Pepa y Loli, pero vuelve a aparecer pasado un minuto. −¡Vuelven! −dice Pepa. Los hombres de la barca gritan y parecen enfadados. Uno de ellos conduce y los otros tres sujetan a Álvaro y mantienen su cabeza bajo el agua. Le dejan respirar un momento. Álvaro tose y dice algo, pero vuelven a meter su cabeza bajo el agua. Cuando le sacan la cabeza de nuevo, Álvaro, tosiendo sin parar, mueve los brazos y señala hacia las dos chicas. −¡La bolsa, Pepa! ¡Dales la bolsa! −consigue gritar Álvaro. Los chinos vuelven a meterlo bajo el agua. Miran a Pepa y le dicen algo. Está claro lo que le dicen: o les da la bolsa o ahogan a Álvaro. Pepa les tira la bolsa y los de la barca la cogen, tiran a Álvaro al canal y desaparecen. −¿Qué ha pasado? −pregunta Loli.

−¿La bolsa de Raúl? −dice Pepa. Álvaro sale del agua. Está tosiendo y temblando–. ¿Puedes explicarme qué pasa? −No. No puedo. No sé qué pasa. No conozco a los japoneses. −¿Japoneses? −pregunta Loli−. ¿No eran chinos? −¡Qué más da! −dice Pepa−. Ahora entiendo tu interés por encontrar tu bolsa. ¿Qué llevabas: joyas, dinero, droga…? Книги на испанском от hispanoteca.ru

−No es asunto tuyo. –La simpatía de Álvaro ha desaparecido. −¡Qué borde eres…! 36 −dice Pepa−. Pues ahí te quedas. Busca otro taxi para volver a Barcelona. ¡Vamos, Loli! −Pepa y Loli empiezan a andar. Álvaro las sigue. −¡Espera! −grita Álvaro−. Perdona, Pepa. No me dejes así −Álvaro siente un fuerte dolor de estómago−. ¿Puedo ir con vosotras al apartamento y cambiarme de ropa? ¡Por favor! −Bueno. Venga. Книги на испанском от hispanoteca.ru


Parte (4)

Empuriabrava. Terraza de un bar. 19.00 h. Loli y Raúl le han dicho a Pepa que no pueden encontrar el apartamento. −A ver a quién coño31 preguntamos −dice Raúl. −Pues al camarero, por ejemplo −dice Pepa. −Pero es que… Pregunto y la gente me mira con una cara… −Dame las llaves −dice Pepa. Raúl le da las llaves. Pepa mira la dirección que hay en el papel del llavero: «Edificio The sun of the beach» −Pepa se levanta, se acerca al camarero y le enseña el papel−. Por favor, ¿sabes dónde está este edificio? −Sí −dice el camarero−. Todo recto. Al final de la calle. Es un edificio muy grande. De color azul y blanco. Frente al mar. −¡Coño! −dice Raúl. −No sabes hablar inglés −le dice Loli a Raúl. −¿Qué le has preguntado al camarero, Pepa? −pregunta Raúl. −Le he preguntado donde está el edificio The sun of the beach. −«Sanofabich». Lo mismo que yo decía. −Bueno, ¿vamos? −dice Loli−. Quiero cambiarme de ropa. −Pepa, tú te quedas, ¿no? −pregunta Raúl−. Tú también puedes quedarte, Álvaro. −Sí, Pepa. Por favor −pide Loli. −Yo… Bueno… Estoy un poco cansada −Pepa mira a Álvaro y le pregunta−: ¿tú quieres volver hoy a Barcelona? Книги на испанском от hispanoteca.ru −No. Yo quiero quedarme y conocer Empuriabrava. −Álvaro mira a Raúl−. ¿De verdad puedo quedarme en tu apartamento? Gracias, Raúl. Eres muy amable. Os invito a todos a cenar. −Gracias, tío −dicen Loli y Raúl−. Vamos a ver el apartamento y a dejar las cosas. Luego, podemos bañarnos. Книги на испанском от hispanoteca.ru Edificio The sun of the beach. 19.30 h. Loli, Pepa, Raúl y Álvaro suben al apartamento 112 del edificio The sun of the beach. −¡Qué vistas! −dice Loli, mirando el mar desde la terraza. El apartamento tiene un dormitorio, un baño y el salón-comedor en el que están ahora, donde también hay una pequeña cocina. −Solo hay un dormitorio, pero podemos usar el sofá para dormir −dice Raúl señalando un sofá rojo. −Voy a dejar mis cosas en la habitación. −Loli deja su maleta en el dormitorio. Raúl deja su maleta, una maleta grande y vieja, encima del sofá. Pepa abre la nevera y ve que hay agua y comida. −La nevera está llena −dice abriendo una botella de agua mineral. −¡Qué detalle! Nacho es un tío muy guay32 −dice Raúl−. ¿Vamos a darnos un baño? −Yo no traigo bañador −dice Pepa. −Yo te dejo uno de mis bikinis −dice Loli. −Yo tampoco tengo bañador −dice Álvaro. −Yo te dejo uno −Raúl saca de la maleta dos bañadores y le da uno a Álvaro. Los cuatro bajan a la playa. Mientras Álvaro está nadando, Pepa se acerca a Raúl. −¿Por qué le has dicho a Álvaro que podía quedarse a dormir con Книги на испанском от hispanoteca.ru nosotros? −¿No te gusta Álvaro? −pregunta Raúl−. Pensaba que te gustaba. −Está bueno33 −dice Loli. −Sí, pero… Es raro −Pepa piensa en los cambios de humor de Álvaro. −Tú también eres rara −dice Loli riendo. −¿Te gusta o no te gusta? −pregunta Raúl. −No lo sé. Álvaro sale del agua y se acerca. −¿Puedo subir un momento al apartamento? −pregunta con la intención de mirar lo que hay en la maleta de Raúl. Tengo que ir al baño. Raúl le da las llaves. Книги на испанском от hispanoteca.ru Apartamento 112. 20.00 h. Pepe pone unas gotas de laxante en un vaso con agua. −Mercè, te dejo el vaso en la cocina −le dice Pepe a su mujer que está en el baño−. Me voy a dormir. −Hoy no lo necesito −dice Mercè−. No he comido nada. −¿Qué dices de la almohada? −pregunta Pepe desde la cama. −¡Nada! ¿Dónde están mis pastillas para dormir? −Mercè busca entre los medicamentos, se toma una pastilla y se va a la cama. Subiendo en el ascensor, Álvaro recibe una llamada. ¿Por qué no ha entregado lo que tenía que entregar? No se atreve a decir que no lo tiene. Dice que ha tenido problemas, que necesita un poco más de tiempo. No hay tiempo. La persona que le llama piensa que Álvaro le engaña. Álvaro sabe que no es bueno que piense eso. ¡Tiene que encontrar la bolsa! Entra en el apartamento, abre la maleta de Raúl y empieza a buscar. Hay un montón de cosas: ropa, revistas, una navaja… ¡Una navaja! «¿Raúl es un tipo peligroso?», se pregunta Álvaro. Se oye la puerta del ascensor y unos pasos que se acercan. Álvaro cierra la maleta. Pepa llama a la puerta. −Álvaro, soy yo. Álvaro coge el vaso de agua con el laxante y abre. −Estaba bebiendo agua −dice Álvaro. Y se bebe todo el vaso. −Vengo a decirte que nos vamos a dar una vuelta. ¿Vienes? −Sí, sí. Vamos. Книги на испанском от hispanoteca.ru Empuriabrava. 22.30 h. Cenan en un restaurante al aire libre. Álvaro quiere emborrachar a Raúl para averiguar qué ha hecho con su bolsa. Le llena el vaso una y otra vez y Raúl bebe, bebe y bebe. Al terminar la cena está medio borracho. Salen a la calle y Raúl enciende un cigarrillo. La bolsa verde de tela se queda en el restaurante. −Ha olvidado la bolsa en el restaurante −dice Pepa−. Siempre igual −Pepa entra en el restaurante y sale con la bolsa de Raúl colgada al hombro. Van todos al apartamento y Raúl se duerme en el sofá. Álvaro dice que quiere quedarse con él. −Está muy borracho −dice−. Vosotras podéis ir a dar una vuelta. Yo me quedo para hacerle compañía. −No, tú te vienes con nosotras. Raúl sabe cuidarse solo −dice Loli. −Sí, déjalo. Está bien. Solo necesita dormir −dice Pepa. −¿Y si se encuentra mal…? −¡Que no hombre! Si tú te quedas, nosotras nos quedamos también. «Bueno, unas cuantas copas y luego van a dormir como Raúl», piensa Álvaro y sale con Loli y Pepa, que lleva la bolsa de Raúl con los bañadores, por si les apetece bañarse. A las tres de la mañana Pepa y Loli se han tomado cuatro gin- tonics. Álvaro también ha pedido lo mismo, pero no los ha probado. Necesita tener la cabeza clara. Книги на испанском от hispanoteca.ru Apartamento 112. 03.00 h. Mercè se despierta. Ha olvidado pincharse su dosis de insulina. Se levanta y va a la cocina. Lleva un camisón blanco. Abre el horno, la puerta de un armario y la nevera. −¡Pepe! ¿Dónde está la insulina? −pregunta Mercè. Raúl abre un ojo. «¿Dónde estoy?», se pregunta. Mercè encuentra su insulina. Raúl abre el otro ojo. «¿Qué demonios he tomado yo hoy? Estoy viendo un fantasma yonqui34 », piensa. Mercè se pincha su dosis de insulina y vuelve al dormitorio. Книги на испанском от hispanoteca.ru Empuriabrava. 05.30 h. Pepa, Loli y Álvaro salen de la discoteca Pasarela. Las dos mujeres van cogidas por la cintura y ríen. Han bebido mucho. −¡Qué pedo llevo!35 −dice Pepa. La bolsa de Raúl, que ha llevado encima toda la noche, se le cae del hombro−. ¡La puta bolsa de Raúl! −¿Por qué llevas la bolsa de Raúl? −pregunta Loli−. No te queda nada bien –y se ríe, borracha. −La he cogido por si nos apetecía bañarnos –Pepa saca los bañadores de la bolsa–. ¿Qué, un bañito? −¡Ni loca! ¿A estas horas? −dice Loli. Loli tropieza. Lleva unos tacones demasiado altos para su estado actual. −¡Qué mal vamos, tía! −dice Pepa. −Son los tacones −dice Loli. Se quita los zapatos y los tira−. ¡A la mierda los zapatos! −¡A la mierda la puta bolsa de Raúl! −Pepa tira la bolsa. Álvaro recoge los zapatos de Loli y la bolsa de Raúl. −¿Nos vamos a dormir? −pregunta Álvaro. −Yo no −dice Pepa. −Yo tampoco −dice Loli−. ¡Marcha, marcha! ¿Dónde hay marcha? −¡El chino! −dice Pepa. −¿Qué dices? −pregunta Loli. −Dos chinos −Pepa señala unos contenedores de basura. −¿Chinos? ¿Dónde? −pregunta Álvaro. −¿Chinos? −pregunta Loli. −Sí, chinos. Cuando he ido al baño he visto un chino. Luego, al salir, otro. En la entrada de la discoteca también he visto a un chino. Y ahora he visto dos detrás de los contenedores de basura. −Ella, Loli y Álvaro miran hacia los contenedores, pero no ven a nadie. −¿Chinos? −Loli se ríe−. Yo no veo ningún chino. −Toda la noche veo chinos. O japoneses. No sé. Quizás… solo hay un chino y se mueve mucho, y yo lo veo por todas partes. O quizás, con tantos gin-tonics veo doble, o triple. En ese momento una pareja entra en un coche aparcado cerca de donde están Loli, Pepa y Álvaro. Uno de los chinos, que estaba escondido detrás del coche, sale corriendo. −¡Mira, mira! −dice Loli, señalando−. ¡Un chino! ¡Yo también he visto un chino! −Vamos a casa −dice Álvaro. −¿Por qué? Mira qué bonito está el mar. Y los canales. Está amaneciendo. Pronto va a salir el sol. Yo voy a dar una vuelta –dice Pepa. −Te acompaño. Pepa y Loli empiezan a andar y Álvaro las sigue. Los barcos se mueven en las aguas del canal. −Me gustaría dar un paseo en barca −dice Loli. −A mí también −dice Pepa−. Durante el día puedes alquilar una de estas barquitas. −Están al lado del canal principal, junto a unas barcas de alquiler−. Pero a estas horas no creo yo que… Se oye el ruido de un motor y ven llegar por el canal una lancha de la que salen seis brazos que cogen a Álvaro y se lo llevan. −¿Qué coño…? −dice Pepa, sin entender nada. −¡Eran chinos! −dice Loli. La lancha gira y desaparece de la vista de Pepa y Loli, pero vuelve a aparecer pasado un minuto. −¡Vuelven! −dice Pepa. Los hombres de la barca gritan y parecen enfadados. Uno de ellos conduce y los otros tres sujetan a Álvaro y mantienen su cabeza bajo el agua. Le dejan respirar un momento. Álvaro tose y dice algo, pero vuelven a meter su cabeza bajo el agua. Cuando le sacan la cabeza de nuevo, Álvaro, tosiendo sin parar, mueve los brazos y señala hacia las dos chicas. −¡La bolsa, Pepa! ¡Dales la bolsa! −consigue gritar Álvaro. Los chinos vuelven a meterlo bajo el agua. Miran a Pepa y le dicen algo. Está claro lo que le dicen: o les da la bolsa o ahogan a Álvaro. Pepa les tira la bolsa y los de la barca la cogen, tiran a Álvaro al canal y desaparecen. −¿Qué ha pasado? −pregunta Loli.

−¿La bolsa de Raúl? −dice Pepa. Álvaro sale del agua. Está tosiendo y temblando–. ¿Puedes explicarme qué pasa? −No. No puedo. No sé qué pasa. No conozco a los japoneses. −¿Japoneses? −pregunta Loli−. ¿No eran chinos? −¡Qué más da! −dice Pepa−. Ahora entiendo tu interés por encontrar tu bolsa. ¿Qué llevabas: joyas, dinero, droga…? Книги на испанском от hispanoteca.ru

−No es asunto tuyo. –La simpatía de Álvaro ha desaparecido. −¡Qué borde eres…! 36 −dice Pepa−. Pues ahí te quedas. Busca otro taxi para volver a Barcelona. ¡Vamos, Loli! −Pepa y Loli empiezan a andar. Álvaro las sigue. −¡Espera! −grita Álvaro−. Perdona, Pepa. No me dejes así −Álvaro siente un fuerte dolor de estómago−. ¿Puedo ir con vosotras al apartamento y cambiarme de ropa? ¡Por favor! −Bueno. Venga. Книги на испанском от hispanoteca.ru