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Pepa villa - Apartamento en la Costa Brava, Parte (3)

Parte (3)

Книги на испанском от hispanoteca.ru Autopista AP-7. Viernes, 1 de agosto. 17.30 h. −Mi amigo no tiene tu bolsa −le dice Pepa al hombre de la coleta− y no sabe dónde la ha dejado. Mi amigo es muy despistado… −¡Tú amigo es un imbécil, joder25! −dice el de la coleta−. ¡Mierda!26 ¿Dónde está ahora tu amigo? −En Empuriabrava. Pero no tiene tu bolsa. ¿Qué hago? ¿Sigo o volvemos a Barcelona? El hombre de la coleta piensa: «el amigo de la taxista miente. Tiene mi bolsa y no quiere dármela, pero necesito recuperarla…». Decide que tiene que ser simpático con la taxista y así esta lo llevará hasta su amigo. −Bueno… −dice el de la coleta y sonríe por primera vez−. Estamos cerca de Empuriabrava, ¿verdad? −Sí− dice Pepa−. La próxima salida de la autopista es la de Figueras y después hay unos treinta kilómetros hasta Empuriabrava. −Pues como estamos cerca, podemos ir hasta Empuriabrava. Yo no conozco el lugar. ¿Es bonito? −Yo no he estado nunca −dice Pepa−, pero dicen que es un lugar muy especial. Es una urbanización muy grande, con canales navegables. La gente que tiene barco, puede dejarlo en la puerta de su casa. Es algo así como Venecia… Bueno, yo tampoco he estado en Venecia. −Yo sí. Un lugar precioso. Ah, me llamo Álvaro. ¿Y tú? −Pepa. −¿Nunca coges vacaciones, Pepa? −El tono de Álvaro ha cambiado. Ahora parece relajado y sonríe. −Este año no. Quiero terminar de pagar el taxi. Hoy es viernes. ¿También trabajas el fin de semana? −Claro. −Pero, tu amigo… ¿Cómo se llama tu amigo? −Raúl. −Tu amigo Raúl está en Empuriabrava y nosotros estamos cerca. Yo estoy de vacaciones. ¿Por qué no damos una vuelta y vemos el lugar? −A Pepa el cambio de humor de Álvaro le sorprende−. Te pido perdón. No he sido nada amable. Es que estoy nervioso. Cosas del trabajo. Tú no tienes la culpa de nada… −¿Llevabas algo de valor en la bolsa? Porque Raúl es un desastre. Lo pierde todo. −¡Bah! No importa… Lo que llevaba en la bolsa solo tiene valor sentimental, solo es importante para mí… −¿Valor sentimental…? Mira, estamos llegando. Pepa gira a la derecha y se dirige hacia el mar. A derecha e izquierda de la calle por la que pasan se ven canales de agua con yates y lanchas amarrados. −¡Qué bonito y qué curioso! −dice Pepa. −Sí. Impresionante −dice Álvaro. −¡Y qué grande! ¿Dónde pueden estar Loli y Raúl? ¿Los llamo? −¿Loli? −pregunta Álvaro−. ¿Quién es Loli? −Loli es una amiga. Está con Raúl. −¡Ah, bien! −Álvaro piensa que Loli también sabe lo que hay en la bolsa. ¡Otro problema…! Llegan a una playa muy, muy grande. De arena fina y agua clara y azul. Pepa para el coche y marca el número de Raúl. No contesta. ¡Como siempre! Llama a Loli. −¡Pepa! ¡Hola, guapa! ¿Dónde estás? ¿Qué haces? −Loli habla mucho y rápido. En la peluquería la conversación forma parte de su trabajo. −Estoy aquí, en Empuriabrava… −¡Aquí! −grita Loli muy contenta−. ¡Qué bien, qué bien! Has cambiado de idea. ¿Te quedas con nosotros el fin de semana, verdad? ¡Qué alegría…! −Loli… −Pepa sabe que si no la para, Loli puede pasar casi una hora hablando sin decir nada. −Sí, Pepa. ¿Qué? −¿Dónde estáis? −¡En Empuriabrava! Llegamos hace una hora. Nos hemos tomado unos sándwiches y unas cervezas. Esto es muy bonito. ¿Has visto cuánta agua por todas partes? Parece Venecia. Aunque yo no he estado en Venecia, claro… −¡Loli! −¿Qué pasa? ¿Por qué gritas? −¿En qué lugar de Empuriabrava estáis? ¿Dónde, concretamente? Esto es muy grande. −Sí que es grande, sí. Raúl no encuentra el apartamento de su amigo. Hemos preguntado a varias personas, pero todos son extranjeros. Raúl dice que él habla inglés, pero a mí me parece que no… −¡Loli, coño! ¡Que se ponga Raúl! −¡Hola, tía! ¿Dónde estás? −pregunta Raúl. Pepa repite a Raúl lo que ya le ha dicho a Loli. −¡Qué conversación tan estúpida!− piensa Álvaro. −Se hacen los estúpidos para despistarme, seguro… Raúl se levanta de la silla, mira hacia el mar, mira el nombre del bar, mira a derecha e izquierda. Ve a su lado una torre desde la cual puede verse la bahía de Rosas y la urbanización. −¿Ves una especie de torre? ¿Una torre muy alta? Pepa mira y ve al final de la calle un edificio estrecho y alto. −Sí, una especie de torre. La veo. −Pues ve hacia ella. Nosotros estamos en un bar, justo al lado. Empuriabrava. Viernes, 18.30 h. Pepa se encuentra con sus amigos. Les presenta a Álvaro y le explica a Raúl lo que ha pasado con las bolsas. Álvaro le da la bolsa a Raúl. −¡Hombre, qué bien! Mi bolsa −Raúl coge la bolsa sin mirar lo que hay dentro. −¿Y la mía? −pregunta Álvaro. −Ni puta idea27, tío −dice Raúl− Lo siento. Ayer estuve por ahí de marcha y… No sé. No recuerdo qué pasó… Siempre pierdo las cosas. Quizás está en casa de algún colega28 o en algún bar. ¡Toma! −Raúl le devuelve a Álvaro la bolsa que este le había dado−. Te doy la mía. −¿Para qué quiero yo tu bolsa? −pregunta Álvaro. −No sé. Yo he perdido la tuya, tú te quedas con la mía. −Es la lógica de Raúl. −La bolsa no importa −explica Pepa−. Lo que importa es lo que hay dentro. −¡Ah, coño! ¡Claro! −Raúl abre y mira dentro de su bolsa− ¡Mira, mi bañador! −Saca un bañador−. ¿Os gusta? ¿Y qué tienes tú dentro de tu bolsa? ¿Llevabas pasta29? −No. No llevaba dinero. Solo papeles, documentos… −¡Bah! Nada importante, ¿no? −Pues antes estabas muy preocupado por tu bolsa… −dice Pepa. −Sí, pero… ¡Qué le vamos a hacer! −¿No quieres mi bolsa? −Raúl insiste en darle su bolsa a Álvaro. Álvaro le dice que no. Empuriabrava. Restaurante El calamar. 18.30 h. Mercè y Pepe están en la terraza del restaurante. Pepe está terminando una gran copa de helado cubierto de chocolate. Mercè tiene delante un plato con un bogavante entero. −¿Por qué no comes? −pregunta Pepe a su mujer−. ¿Te encuentras bien? Tienes muy mala cara. −Tengo mala cara porque tengo hambre y no puedo comer esto que tengo en el plato. Está duro −Mercè quiere pinchar el bogavante con el tenedor y cortarlo con el cuchillo, pero no puede−. ¿Qué clase de comida es esta? −Mercè, es un bogavante. Me has dicho que querías comer bogavante. −Yo no te he dicho eso. ¡Camarero! −¿Mero? ¿Ahora quieres mero? −¡Camarero! −Mercè levanta el brazo y llama a un chico que pasa por la calle−. ¡Chist!30 ¡Por favor! ¡Por favor! −El chico se acerca y Mercè le da el plato con el bogavante−. ¿Puede llevarse esto y traerme una ensalada? −Señora, yo no… −dice el chico con el plato en la mano. En ese momento Mercè, sin mirar y sin ver, se levanta para ir al baño, le da un golpe al chico y el bogavante cae en la cabeza de Pepe. El chico sale corriendo. Pepe coge el bogavante y lo tira hacia atrás sin mirar. El bogavante cae a los pies de un mendigo que está sentado en el suelo, con un letrero en el que pone: «Dame algo para comer». −¡Hostia! −dice el mendigo muy sorprendido. −En la tele están diciendo que han robado un cuadro de Dalí del museo de Figueras. Un cuadro pequeño, muy bonito. Ese cuadro con un pan que parece de verdad −dice Mercè cuando vuelve del baño. −¿Qué? −pregunta Pepe. −Que han robado el cuadro del pan −dice Mercè más alto. −Toma −Pepe le da el plato con el pan−. No quieres el bogavante y pides pan. Estás muy rara Mercè. Mercè coge el plato con el pan y lo mira muy de cerca. −¡No quiero pan! −dice de mal humor−. ¿Dónde está mi ensalada? −Mercè toca la mesa para estar segura de que su ensalada no está. ¡Mi ensalada! −grita. −Síiiiiii, estás delgada. −¿Delgada? ¡Claro que estoy delgada! En casa no hay comida, en el restaurante no puedo comer. No me traen la comida. He pedido una ensalada. Yo quiero comer. ¿Entiendes? ¡Comer! −Mercè, mueve su mano derecha hacia la boca, haciendo el típico gesto que indica «comer». −¿Comer? ¿Y por qué no comes? −¡Porque odio el bogavante, porque los camareros no me traen mi ensalada y porque en casa no hay comida! −dice Mercè a gritos. −¿Qué dices de la bebida? −¡Aayyyy! ¡TENGO HAMBREEE! ¡Y ESTOY HARTA DE HABLAR CON UN SORDO! −¿Gordo? Yo no estoy gordo. Книги на испанском от hispanoteca.ru


Parte (3)

Книги на испанском от hispanoteca.ru Autopista AP-7. Viernes, 1 de agosto. 17.30 h. −Mi amigo no tiene tu bolsa −le dice Pepa al hombre de la coleta− y no sabe dónde la ha dejado. Mi amigo es muy despistado… −¡Tú amigo es un imbécil, joder25! −dice el de la coleta−. ¡Mierda!26 ¿Dónde está ahora tu amigo? −En Empuriabrava. Pero no tiene tu bolsa. ¿Qué hago? ¿Sigo o volvemos a Barcelona? El hombre de la coleta piensa: «el amigo de la taxista miente. Tiene mi bolsa y no quiere dármela, pero necesito recuperarla…». Decide que tiene que ser simpático con la taxista y así esta lo llevará hasta su amigo. −Bueno… −dice el de la coleta y sonríe por primera vez−. Estamos cerca de Empuriabrava, ¿verdad? −Sí− dice Pepa−. La próxima salida de la autopista es la de Figueras y después hay unos treinta kilómetros hasta Empuriabrava. −Pues como estamos cerca, podemos ir hasta Empuriabrava. Yo no conozco el lugar. ¿Es bonito? −Yo no he estado nunca −dice Pepa−, pero dicen que es un lugar muy especial. Es una urbanización muy grande, con canales navegables. La gente que tiene barco, puede dejarlo en la puerta de su casa. Es algo así como Venecia… Bueno, yo tampoco he estado en Venecia. −Yo sí. Un lugar precioso. Ah, me llamo Álvaro. ¿Y tú? −Pepa. −¿Nunca coges vacaciones, Pepa? −El tono de Álvaro ha cambiado. Ahora parece relajado y sonríe. −Este año no. Quiero terminar de pagar el taxi. Hoy es viernes. ¿También trabajas el fin de semana? −Claro. −Pero, tu amigo… ¿Cómo se llama tu amigo? −Raúl. −Tu amigo Raúl está en Empuriabrava y nosotros estamos cerca. Yo estoy de vacaciones. ¿Por qué no damos una vuelta y vemos el lugar? −A Pepa el cambio de humor de Álvaro le sorprende−. Te pido perdón. No he sido nada amable. Es que estoy nervioso. Cosas del trabajo. Tú no tienes la culpa de nada… −¿Llevabas algo de valor en la bolsa? Porque Raúl es un desastre. Lo pierde todo. −¡Bah! No importa… Lo que llevaba en la bolsa solo tiene valor sentimental, solo es importante para mí… −¿Valor sentimental…? Mira, estamos llegando. Pepa gira a la derecha y se dirige hacia el mar. A derecha e izquierda de la calle por la que pasan se ven canales de agua con yates y lanchas amarrados. −¡Qué bonito y qué curioso! −dice Pepa. −Sí. Impresionante −dice Álvaro. −¡Y qué grande! ¿Dónde pueden estar Loli y Raúl? ¿Los llamo? −¿Loli? −pregunta Álvaro−. ¿Quién es Loli? −Loli es una amiga. Está con Raúl. −¡Ah, bien! −Álvaro piensa que Loli también sabe lo que hay en la bolsa. ¡Otro problema…! Llegan a una playa muy, muy grande. De arena fina y agua clara y azul. Pepa para el coche y marca el número de Raúl. No contesta. ¡Como siempre! Llama a Loli. −¡Pepa! ¡Hola, guapa! ¿Dónde estás? ¿Qué haces? −Loli habla mucho y rápido. En la peluquería la conversación forma parte de su trabajo. −Estoy aquí, en Empuriabrava… −¡Aquí! −grita Loli muy contenta−. ¡Qué bien, qué bien! Has cambiado de idea. ¿Te quedas con nosotros el fin de semana, verdad? ¡Qué alegría…! −Loli… −Pepa sabe que si no la para, Loli puede pasar casi una hora hablando sin decir nada. −Sí, Pepa. ¿Qué? −¿Dónde estáis? −¡En Empuriabrava! Llegamos hace una hora. Nos hemos tomado unos sándwiches y unas cervezas. Esto es muy bonito. ¿Has visto cuánta agua por todas partes? Parece Venecia. Aunque yo no he estado en Venecia, claro… −¡Loli! −¿Qué pasa? ¿Por qué gritas? −¿En qué lugar de Empuriabrava estáis? ¿Dónde, concretamente? Esto es muy grande. −Sí que es grande, sí. Raúl no encuentra el apartamento de su amigo. Hemos preguntado a varias personas, pero todos son extranjeros. Raúl dice que él habla inglés, pero a mí me parece que no… −¡Loli, coño! ¡Que se ponga Raúl! −¡Hola, tía! ¿Dónde estás? −pregunta Raúl. Pepa repite a Raúl lo que ya le ha dicho a Loli. −¡Qué conversación tan estúpida!− piensa Álvaro. −Se hacen los estúpidos para despistarme, seguro… Raúl se levanta de la silla, mira hacia el mar, mira el nombre del bar, mira a derecha e izquierda. Ve a su lado una torre desde la cual puede verse la bahía de Rosas y la urbanización. −¿Ves una especie de torre? ¿Una torre muy alta? Pepa mira y ve al final de la calle un edificio estrecho y alto. −Sí, una especie de torre. La veo. −Pues ve hacia ella. Nosotros estamos en un bar, justo al lado. Empuriabrava. Viernes, 18.30 h. Pepa se encuentra con sus amigos. Les presenta a Álvaro y le explica a Raúl lo que ha pasado con las bolsas. Álvaro le da la bolsa a Raúl. −¡Hombre, qué bien! Mi bolsa −Raúl coge la bolsa sin mirar lo que hay dentro. −¿Y la mía? −pregunta Álvaro. −Ni puta idea27, tío −dice Raúl− Lo siento. Ayer estuve por ahí de marcha y… No sé. No recuerdo qué pasó… Siempre pierdo las cosas. Quizás está en casa de algún colega28 o en algún bar. ¡Toma! −Raúl le devuelve a Álvaro la bolsa que este le había dado−. Te doy la mía. −¿Para qué quiero yo tu bolsa? −pregunta Álvaro. −No sé. Yo he perdido la tuya, tú te quedas con la mía. −Es la lógica de Raúl. −La bolsa no importa −explica Pepa−. Lo que importa es lo que hay dentro. −¡Ah, coño! ¡Claro! −Raúl abre y mira dentro de su bolsa− ¡Mira, mi bañador! −Saca un bañador−. ¿Os gusta? ¿Y qué tienes tú dentro de tu bolsa? ¿Llevabas pasta29? −No. No llevaba dinero. Solo papeles, documentos… −¡Bah! Nada importante, ¿no? −Pues antes estabas muy preocupado por tu bolsa… −dice Pepa. −Sí, pero… ¡Qué le vamos a hacer! −¿No quieres mi bolsa? −Raúl insiste en darle su bolsa a Álvaro. Álvaro le dice que no. Empuriabrava. Restaurante El calamar. 18.30 h. Mercè y Pepe están en la terraza del restaurante. Pepe está terminando una gran copa de helado cubierto de chocolate. Mercè tiene delante un plato con un bogavante entero. −¿Por qué no comes? −pregunta Pepe a su mujer−. ¿Te encuentras bien? Tienes muy mala cara. −Tengo mala cara porque tengo hambre y no puedo comer esto que tengo en el plato. Está duro −Mercè quiere pinchar el bogavante con el tenedor y cortarlo con el cuchillo, pero no puede−. ¿Qué clase de comida es esta? −Mercè, es un bogavante. Me has dicho que querías comer bogavante. −Yo no te he dicho eso. ¡Camarero! −¿Mero? ¿Ahora quieres mero? −¡Camarero! −Mercè levanta el brazo y llama a un chico que pasa por la calle−. ¡Chist!30 ¡Por favor! ¡Por favor! −El chico se acerca y Mercè le da el plato con el bogavante−. ¿Puede llevarse esto y traerme una ensalada? −Señora, yo no… −dice el chico con el plato en la mano. En ese momento Mercè, sin mirar y sin ver, se levanta para ir al baño, le da un golpe al chico y el bogavante cae en la cabeza de Pepe. El chico sale corriendo. Pepe coge el bogavante y lo tira hacia atrás sin mirar. El bogavante cae a los pies de un mendigo que está sentado en el suelo, con un letrero en el que pone: «Dame algo para comer». −¡Hostia! −dice el mendigo muy sorprendido. −En la tele están diciendo que han robado un cuadro de Dalí del museo de Figueras. Un cuadro pequeño, muy bonito. Ese cuadro con un pan que parece de verdad −dice Mercè cuando vuelve del baño. −¿Qué? −pregunta Pepe. −Que han robado el cuadro del pan −dice Mercè más alto. −Toma −Pepe le da el plato con el pan−. No quieres el bogavante y pides pan. Estás muy rara Mercè. Mercè coge el plato con el pan y lo mira muy de cerca. −¡No quiero pan! −dice de mal humor−. ¿Dónde está mi ensalada? −Mercè toca la mesa para estar segura de que su ensalada no está. ¡Mi ensalada! −grita. −Síiiiiii, estás delgada. −¿Delgada? ¡Claro que estoy delgada! En casa no hay comida, en el restaurante no puedo comer. No me traen la comida. He pedido una ensalada. Yo quiero comer. ¿Entiendes? ¡Comer! −Mercè, mueve su mano derecha hacia la boca, haciendo el típico gesto que indica «comer». −¿Comer? ¿Y por qué no comes? −¡Porque odio el bogavante, porque los camareros no me traen mi ensalada y porque en casa no hay comida! −dice Mercè a gritos. −¿Qué dices de la bebida? −¡Aayyyy! ¡TENGO HAMBREEE! ¡Y ESTOY HARTA DE HABLAR CON UN SORDO! −¿Gordo? Yo no estoy gordo. Книги на испанском от hispanoteca.ru