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Libro Completo: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, El ingenioso hidalgo Don Quijote Capítulo III

El ingenioso hidalgo Don Quijote Capítulo III

Capítulo III - Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero [1]

Y, así, fatigado deste pensamiento, abrevió su venteril y limitada cena; la cual acabada, llamó al ventero y, encerrándose con él en la caballeriza, se hincó de rodillas ante él, diciéndole:

—No me levantaré jamás de donde estoy, valeroso caballero, fasta que la vuestra cortesía me otorgue un don que pedirle quiero [2], el cual redundará en alabanza vuestra y en pro del género humano [3].

El ventero, que vio a su huésped a sus pies y oyó semejantes [*] razones, estaba confuso mirándole, sin saber qué hacerse ni decirle, y porfiaba con él que se levantase, y jamás quiso [4], hasta que le hubo de decir que él le otorgaba el don que le pedía.

—No esperaba yo menos de la gran magnificencia vuestra, señor mío —respondió don Quijote—, y así os digo que el don que os he pedido y de vuestra liberalidad me ha sido otorgado es que mañana en aquel día me habéis de armar caballero [5], y esta noche en la capilla deste vuestro castillo velaré las armas [6], y mañana, como tengo dicho, se cumplirá lo que tanto deseo, para poder como se debe ir por todas las cuatro partes del mundo [7] buscando las aventuras, en pro de los menesterosos, como está a cargo de la caballería y de los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es inclinado.

El ventero, que, como está dicho, era un poco socarrón y ya tenía algunos barruntos de la falta de juicio de su huésped [8], acabó de creerlo cuando acabó de oírle [*] semejantes razones y, por tener que reír aquella noche, determinó de seguirle el humor; y, así, le dijo que andaba muy acertado en lo que deseaba y pedía y que tal [*] prosupuesto [9] era propio y natural de los caballeros tan principales como él parecía y como su gallarda presencia mostraba; y que él ansimesmo, en los años de su mocedad, se había dado a aquel honroso ejercicio, andando por diversas partes del mundo, buscando sus aventuras, sin que hubiese dejado los Percheles de Málaga, Islas de Riarán [*], Compás de Sevilla, Azoguejo de Segovia, la Olivera de Valencia, Rondilla de Granada, Playa de Sanlúcar, Potro de Córdoba y las Ventillas de Toledo y otras diversas partes [10], donde había ejercitado la ligereza de sus pies, sutileza de sus manos, haciendo muchos tuertos, recuestando muchas viudas [11], deshaciendo algunas doncellas y engañando a algunos pupilos y, finalmente, dándose a conocer por cuantas audiencias y tribunales hay casi en toda España [12]; y que, a lo último, se había venido a recoger a aquel su castillo, donde vivía con su hacienda y con las ajenas, recogiendo en él a todos los caballeros andantes, de cualquiera calidad y condición que fuesen, solo por la mucha afición que les tenía y porque partiesen con él de sus haberes [13], en pago de su buen deseo.

Díjole también que en aquel su castillo no había capilla alguna donde poder velar las armas, porque estaba derribada para hacerla de nuevo, pero que en caso de necesidad él sabía que se podían velar dondequiera y que aquella noche las podría velar en un patio del castillo, que a la mañana, siendo Dios servido, se harían las debidas ceremonias de manera que él quedase armado caballero, y tan caballero, que no pudiese ser más en el mundo.

Preguntóle si traía dineros; respondió don Quijote que no traía blanca [14], porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese traído.

A esto dijo el ventero que se engañaba, que, puesto caso que en las historias no se escribía [15], por haberles parecido a los autores dellas [*] que no era menester escrebir una cosa tan clara y tan necesaria de traerse como eran dineros y camisas limpias, no por eso se había de creer que no los trujeron, y, así, tuviese por cierto y averiguado que todos los caballeros andantes, de que tantos libros están llenos y atestados, llevaban bien herradas las bolsas [16], por lo que pudiese sucederles, y que asimismo llevaban camisas y una arqueta pequeña llena de ungüentos para curar las heridas que recebían, porque no todas veces en los campos y desiertos donde se combatían y salían heridos había quien los curase, si ya no era que tenían algún sabio encantador por amigo, que luego los socorría, trayendo por el aire en alguna nube alguna doncella o enano con alguna redoma de agua de tal virtud [17], que en gustando alguna gota della luego al punto quedaban sanos de sus llagas y heridas, como si mal alguno hubiesen [*] tenido; mas que, en tanto que esto no hubiese [*], tuvieron los pasados caballeros por cosa acertada que sus escuderos fuesen proveídos de dineros y de otras cosas necesarias, como eran hilas y ungüentos para curarse [18]; y cuando sucedía que los tales caballeros no tenían escuderos —que eran pocas y raras veces— [19], ellos mesmos lo llevaban todo en unas alforjas muy sutiles, que casi no se parecían [20], a las ancas del caballo, como que era otra cosa de más importancia, porque, no siendo por ocasión semejante, esto de llevar alforjas no fue muy admitido entre los caballeros andantes; y por esto le daba por consejo, pues aun se lo podía [*] mandar como a su ahijado [21], que tan presto lo había de ser, que no caminase de allí adelante sin dineros y sin las prevenciones referidas [*], y que vería cuán bien se hallaba con ellas, cuando menos se pensase.

Prometióle don Quijote de hacer lo que se le aconsejaba, con toda puntualidad; y, así, se dio luego orden como velase las armas en un corral grande que a un lado de la venta estaba, y recogiéndolas don Quijote todas, las puso sobre una pila que junto a un pozo estaba [22] y, embrazando su adarga [23], asió de su lanza y con gentil continente [24], se comenzó a pasear delante de la pila; y cuando comenzó el paseo comenzaba a cerrar la noche.

Contó el ventero a todos cuantos estaban en la venta la locura de su huésped, la vela de las armas y la armazón de caballería que esperaba [25].

Admiráronse de tan estraño género de locura y fuéronselo [*] a mirar desde lejos, y vieron que con sosegado ademán unas veces se paseaba; otras, arrimado a su lanza, ponía los ojos en las armas, sin quitarlos por un buen espacio dellas. Acabó de cerrar la noche, pero con [*] tanta claridad de la luna, que podía competir con el que se la prestaba [26], de manera que cuanto el novel caballero hacía era bien visto de todos. Antojósele en esto a uno de los arrieros que estaban en la venta ir a dar agua a su recua [27], y fue menester quitar las armas de don Quijote, que estaban sobre la pila; el cual, viéndole llegar, en voz alta le dijo:

—¡Oh tú, quienquiera que seas, atrevido caballero, que llegas a tocar las armas del más valeroso andante que jamás se ciñó espada [28]!

Mira lo que haces, y no las toques, si no quieres dejar la vida en pago de tu atrevimiento [*].

No se curó el arriero destas razones (y fuera mejor que se curara, porque fuera curarse en salud) [29], antes, trabando de las correas [30], las arrojó gran trecho de sí.

Lo cual visto por don Quijote, alzó los ojos al cielo y, puesto el pensamiento —a lo que pareció— en su señora Dulcinea, dijo:

—Acorredme, señora mía, en esta primera afrenta que a este vuestro avasallado pecho se le ofrece; no me desfallezca en este primero trance vuestro favor y amparo [31].

Y diciendo estas y otras semejantes razones, soltando la adarga, alzó la lanza a dos manos y dio con ella tan gran golpe al arriero en la cabeza, que le derribó en el suelo tan maltrecho, que, si segundara con otro, no tuviera necesidad de maestro que le curara [32].

Hecho esto, recogió sus armas y tornó a pasearse con el mismo reposo que primero. Desde allí a poco, sin saberse lo que había pasado —porque aún estaba [*] aturdido el arriero—, llegó otro con la mesma intención de dar agua a sus mulos y, llegando a quitar las armas para desembarazar la pila, sin hablar don Quijote palabra y sin pedir favor a nadie soltó otra vez la adarga y alzó otra vez la lanza y, sin hacerla pedazos [33], hizo más de tres la cabeza del segundo arriero, porque se la abrió por cuatro. Al ruido acudió toda la gente de la venta, y entre ellos el ventero. Viendo esto don Quijote, embrazó su adarga y, puesta mano a su espada, dijo:

—¡Oh señora de la fermosura, esfuerzo y vigor del debilitado corazón mío!

Ahora es tiempo que vuelvas los ojos de tu grandeza a este tu cautivo caballero, que tamaña aventura está atendiendo [34].

Con esto cobró, a su parecer, tanto ánimo, que si le acometieran todos los arrieros del mundo, no volviera el pie atrás.

Los compañeros de los heridos, que tales los vieron, comenzaron desde lejos a llover piedras sobre don Quijote, el cual lo mejor que podía se reparaba con su adarga [35] y no se osaba apartar de la pila, por no desamparar las armas. El ventero daba voces que le dejasen, porque ya les había dicho como era loco, y que por loco se libraría, aunque los matase a todos. También don Quijote las daba, mayores, llamándolos de alevosos y traidores [36], y que el señor [*] del castillo era un follón y mal nacido caballero [37], pues de tal manera consentía que se tratasen los andantes caballeros; y que si él hubiera recebido la orden de caballería, que él le diera a entender su alevosía:

—Pero de vosotros, soez y baja canalla [38], no hago caso alguno: tirad, llegad, venid y ofendedme en cuanto pudiéredes [*], que vosotros veréis el pago que lleváis de vuestra sandez y demasía [39].

Decía esto con tanto brío y denuedo, que infundió un terrible temor en los que le acometían; y así por esto como por las persuasiones del ventero, le dejaron de tirar, y él dejó retirar a los heridos y tornó a la vela de sus armas con la misma quietud y sosiego que primero.

No le parecieron bien al ventero las burlas de su huésped, y determinó abreviar y darle la negra orden de caballería luego [40], antes que otra desgracia sucediese.

Y, así, llegándose a él, se desculpó de la insolencia que aquella gente baja con él había usado, sin que él supiese cosa alguna, pero que bien castigados quedaban de su atrevimiento. Díjole como ya le había dicho que en aquel castillo no había capilla, y para lo que restaba de hacer tampoco era necesaria, que todo el toque de quedar armado caballero [41] consistía en la pescozada y en el espaldarazo [42], según él tenía noticia del ceremonial de la orden, y que aquello en mitad de un campo se podía hacer, y que ya había cumplido con lo que tocaba al velar de las armas, que con solas dos horas de vela se cumplía, cuanto más que él había estado más de cuatro. Todo se lo creyó don Quijote, que [*] él estaba allí pronto para obedecerle y que concluyese con la mayor brevedad que pudiese, porque, si fuese otra vez acometido y se viese armado caballero, no pensaba dejar persona viva en el castillo, eceto [43] aquellas que él le mandase, a quien por su respeto dejaría.

Advertido y medroso desto el castellano [44], trujo luego un libro donde asentaba la paja y cebada que daba a los arrieros [45], y con un cabo de vela que le traía un muchacho, y con las dos ya dichas doncellas, se vino adonde don Quijote estaba, al cual mandó hincar de rodillas [46]; y, leyendo en su manual [47], como que decía alguna devota oración, en mitad de la leyenda [48] alzó la mano y diole sobre el cuello un buen golpe [*], y tras él, con su mesma espada, un gentil espaldarazo [49], siempre murmurando entre dientes, como que rezaba.

Hecho esto, mandó a una de aquellas damas [50] que le ciñese la espada [51], la cual lo hizo con mucha desenvoltura y discreción, porque no fue menester poca para no reventar de risa a cada punto de las ceremonias; pero las proezas que ya habían visto del novel caballero les tenía [*] la risa a raya. Al ceñirle la espada dijo la buena señora:

—Dios haga a vuestra merced muy venturoso caballero y le dé ventura en lides [52].

Don Quijote le preguntó cómo se llamaba, porque él supiese de allí adelante a quién quedaba obligado por la merced recebida, porque pensaba darle alguna parte de la honra que alcanzase por el valor de su brazo [53].

Ella respondió con mucha humildad que se llamaba la Tolosa, y que era hija de un remendón natural de Toledo [54], que vivía a las tendillas [*] de Sancho Bienaya [55], y que dondequiera que ella estuviese le serviría y le tendría por señor. Don Quijote le replicó que, por su amor, le hiciese merced que de allí adelante se pusiese don y se llamase «doña Tolosa» [56]. Ella se lo prometió, y la otra le calzó la espuela, con la cual le pasó casi el mismo coloquio que con la de la espada [57]. Preguntóle su nombre, y dijo que se llamaba la Molinera y que era hija de un honrado molinero de Antequera [58]; a la cual [*] también rogó don Quijote que se pusiese don y se llamase «doña Molinera», ofreciéndole nuevos servicios y mercedes [59].

Hechas, pues, de galope y aprisa [*] las hasta allí nunca vistas ceremonias [60], no vio la hora don Quijote de verse a caballo [61] y salir buscando las aventuras, y, ensillando luego a Rocinante, subió en él y [*], abrazando [*] a su huésped, le dijo cosas tan estrañas, agradeciéndole la merced de haberle armado caballero, que no es posible acertar a referirlas.

El ventero, por verle ya fuera de la venta, con no menos retóricas, aunque con más breves palabras, respondió a las suyas y, sin pedirle [*] la costa de la posada, le dejó ir a la buen hora [*][62].

El ingenioso hidalgo Don Quijote Capítulo III Der geniale Hidalgo Don Quijote Kapitel III The ingenious gentleman Don Quixote Chapter III L'ingénieux hidalgo Don Quichotte Chapitre III Il geniale hidalgo Don Chisciotte Capitolo III 独創的なイダルゴ ドン・キホーテ第三章 Pomysłowy Hidalgo Don Kichot Rozdział III O Engenhoso Hidalgo Dom Quixote Capítulo III Хитроумный идальго Дон Кихот Глава III

Capítulo III - Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero [1] Chapter III - Where the funny way that Don Quixote had in arming himself a knight is told [1]

Y, así, fatigado deste pensamiento, abrevió su venteril y limitada cena; la cual acabada, llamó al ventero y, encerrándose con él en la caballeriza, se hincó de rodillas ante él, diciéndole: Und so aß er, ermattet von diesem Gedanken, sein geringes und kühnes Mahl; und als er es beendet hatte, rief er den Gastwirt, schloss sich mit ihm in den Stall ein, kniete vor ihm nieder und sagte zu ihm: And so, tired of this thought, he shortened his ventilate and limited dinner; which finished, he called the innkeeper and, shutting himself in with him in the stable, he knelt before him, saying:

—No me levantaré jamás de donde estoy, valeroso caballero, fasta que la vuestra cortesía me otorgue un don que pedirle quiero [2], el cual redundará en alabanza vuestra y en pro del género humano [3]. -I will never rise from where I am, courageous knight, fasta that your courtesy gives me a gift to ask you I want [2], which will result in your praise and for the human race [3]. -Nunca me levantarei de onde estou, valente cavaleiro, até que a vossa cortesia me conceda um presente que quero pedir [2], que será para vosso louvor e para benefício do género humano [3].

El ventero, que vio a su huésped a sus pies y oyó semejantes [*] razones, estaba confuso mirándole, sin saber qué hacerse ni decirle, y porfiaba con él que se levantase, y jamás quiso [4], hasta que le hubo de decir que él le otorgaba el don que le pedía. The innkeeper, who saw his guest at his feet and heard similar [*] arguments, was confused looking at him, not knowing what to do or say to him, and insisted on getting him to get up, and he never wanted to [4], until he had to get up. to say that he gave her the gift she asked for.

—No esperaba yo menos de la gran magnificencia vuestra, señor mío —respondió don Quijote—, y así os digo que el don que os he pedido y de vuestra liberalidad me ha sido otorgado es que mañana en aquel día me habéis de armar caballero [5], y esta noche en la capilla deste vuestro castillo velaré las armas [6], y mañana, como tengo dicho, se cumplirá lo que tanto deseo, para poder como se debe ir por todas las cuatro partes del mundo [7] buscando las aventuras, en pro de los menesterosos, como está a cargo de la caballería y de los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es inclinado. „Ich habe von Eurer Großartigkeit nichts Geringeres erwartet, Mylord“, antwortete Don Quijote, „und so sage ich Euch, dass das Geschenk, das ich erbeten und Eure Freigebigkeit mir gewährt worden ist, darin besteht, dass Ihr mich morgen an diesem Tag zu einem Ritter [5], und heute abend werde ich in der Kapelle deines Schlosses über die Waffen wachen [6], und morgen, wie gesagt, wird sich mein Wunsch erfüllen, um alle vier durchgehen zu können Teile der Welt [7] auf der Suche nach Abenteuern, zu Gunsten der Bedürftigen, da er die Kavallerie und die umherziehenden Ritter leitet, wie ich es bin, deren Begierde zu solchen Heldentaten geneigt ist. "I expected no less from your great magnificence, my lord," replied Don Quixote, "and so I tell you that the gift that I have asked of you and your generosity has granted me is that tomorrow, on that day, you will make me a knight. 5], and tonight in the chapel of your castle I will watch over the weapons [6], and tomorrow, as I have said, what I so desire will be fulfilled, to be able to go to all four parts of the world [7] looking for adventures, for the needy, as he is in charge of chivalry and knights-errant, as I am, whose desire for such feats is inclined. -Não esperava menos da vossa grande magnificência, senhor meu", respondeu D. Quixote; "e por isso vos digo que o presente que vos pedi e que a vossa liberalidade me concedeu é que amanhã, nesse dia, me armeis cavaleiro [5] e esta noite, na capela do vosso castelo, velarei pelas minhas armas [6], e amanhã, como já disse, se cumprirá o que tanto desejo, para que eu possa ir, como se deve, pelas quatro partes do mundo [7] buscando aventuras em benefício dos necessitados, como é dever do cavaleiro e do cavaleiro errante, como eu sou, cujo desejo de tais coisas é inclinado.

El ventero, que, como está dicho, era un poco socarrón y ya tenía algunos barruntos de la falta de juicio de su huésped [8], acabó de creerlo cuando acabó de oírle [*] semejantes razones y, por tener que reír aquella noche, determinó de seguirle el humor; y, así, le dijo que andaba muy acertado en lo que deseaba y pedía y que tal [*] prosupuesto [9] era propio y natural de los caballeros tan principales como él parecía y como su gallarda presencia mostraba; y que él ansimesmo, en los años de su mocedad, se había dado a aquel honroso ejercicio, andando por diversas partes del mundo, buscando sus aventuras, sin que hubiese dejado los Percheles de Málaga, Islas de Riarán [*], Compás de Sevilla, Azoguejo de Segovia, la Olivera de Valencia, Rondilla de Granada, Playa de Sanlúcar, Potro de Córdoba y las Ventillas de Toledo y otras diversas partes [10], donde había ejercitado la ligereza de sus pies, sutileza de sus manos, haciendo muchos tuertos, recuestando muchas viudas [11], deshaciendo algunas doncellas y engañando a algunos pupilos y, finalmente, dándose a conocer por cuantas audiencias y tribunales hay casi en toda España [12]; y que, a lo último, se había venido a recoger a aquel su castillo, donde vivía con su hacienda y con las ajenas, recogiendo en él a todos los caballeros andantes, de cualquiera calidad y condición que fuesen, solo por la mucha afición que les tenía y porque partiesen con él de sus haberes [13], en pago de su buen deseo. The landlord, who, as he said, was a little sly and had already some suspicions of his guest's lack of judgment [8], he finally believed it when he finished hearing [*] such reasons and, for having to laugh that night , determined to follow the humor; and, thus, he told him that he was very wise in what he wanted and asked for, and that such [*] prosumption [9] was proper and natural to the gentlemen as important as he seemed and how his gallant presence showed; and that he, too, in the years of his youth, had given himself to that honorable exercise, walking in different parts of the world, looking for his adventures, without leaving the Percheles of Malaga, Islas de Riarán [*], Compás de Sevilla , Azoguejo de Segovia, the Olivera of Valencia, Rondilla de Granada, Playa de Sanlúcar, Potro de Córdoba and the Ventillas de Toledo and other diverse parts [10], where he had exercised the lightness of his feet, subtlety of his hands, making many one-eyed, laying down many widows [11], undoing some maidens and cheating some pupils and, finally, making themselves known by as many hearings and courts there are almost in all Spain [12]; and that, at last, he had come to pick up his castle, where he lived with his property and with those of others, gathering in him all the knights-errant, of whatever quality and condition they were, only because of the great fondness that He had them and they would part with him from his assets [13], in payment of his good wish.

Díjole también que en aquel su castillo no había capilla alguna donde poder velar las armas, porque estaba derribada para hacerla de nuevo, pero que en caso de necesidad él sabía que se podían velar dondequiera y que aquella noche las podría velar en un patio del castillo, que a la mañana, siendo Dios servido, se harían las debidas ceremonias de manera que él quedase armado caballero, y tan caballero, que no pudiese ser más en el mundo. He also told him that in his castle there was no chapel where the weapons could be watched over, because it had been demolished to be redone, but that in case of need he knew that they could watch over them anywhere and that that night they could be watched over in a courtyard of the castle. , that in the morning, God being served, the due ceremonies would be made so that he would be armed as a knight, and such a knight, that he could not be more in the world.

Preguntóle si traía dineros; respondió don Quijote que no traía blanca [14], porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese traído. He asked him if he had any money; Don Quixote replied that he was not wearing white [14], because he had never read in the stories of the knights errant that none had brought them.

A esto dijo el ventero que se engañaba, que, puesto caso que en las historias no se escribía [15], por haberles parecido a los autores dellas [*] que no era menester escrebir una cosa tan clara y tan necesaria de traerse como eran dineros y camisas limpias, no por eso se había de creer que no los trujeron, y, así, tuviese por cierto y averiguado que todos los caballeros andantes, de que tantos libros están llenos y atestados, llevaban bien herradas las bolsas [16], por lo que pudiese sucederles, y que asimismo llevaban camisas y una arqueta pequeña llena de ungüentos para curar las heridas que recebían, porque no todas veces en los campos y desiertos donde se combatían y salían heridos había quien los curase, si ya no era que tenían algún sabio encantador por amigo, que luego los socorría, trayendo por el aire en alguna nube alguna doncella o enano con alguna redoma de agua de tal virtud [17], que en gustando alguna gota della luego al punto quedaban sanos de sus llagas y heridas, como si mal alguno hubiesen [*] tenido; mas que, en tanto que esto no hubiese [*], tuvieron los pasados caballeros por cosa acertada que sus escuderos fuesen proveídos de dineros y de otras cosas necesarias, como eran hilas y ungüentos para curarse [18]; y cuando sucedía que los tales caballeros no tenían escuderos —que eran pocas y raras veces— [19], ellos mesmos lo llevaban todo en unas alforjas muy sutiles, que casi no se parecían [20], a las ancas del caballo, como que era otra cosa de más importancia, porque, no siendo por ocasión semejante, esto de llevar alforjas no fue muy admitido entre los caballeros andantes; y por esto le daba por consejo, pues aun se lo podía [*] mandar como a su ahijado [21], que tan presto lo había de ser, que no caminase de allí adelante sin dineros y sin las prevenciones referidas [*], y que vería cuán bien se hallaba con ellas, cuando menos se pensase. Dazu sagte der Wirt, er betrüge sich selbst, da die Geschichten nicht geschrieben seien [15], weil es den Verfassern von ihnen [*] schien, dass es nicht nötig sei, etwas so Klares zu schreiben und mitzubringen da es Geld und saubere Hemden waren, konnte man nicht glauben, dass sie nicht verschifft wurden, und so war ich sicher und fand heraus, dass alle umherziehenden Ritter, von denen so viele Bücher voll und überfüllt sind, hatten ihre Taschen gut beschuht [16], für das, was ihnen geschehen könnte, und dass sie auch Hemden und eine kleine Truhe voller Salben trugen, um die Wunden zu heilen, die sie erlitten hatten, denn nicht alle Zeiten auf den Feldern und in der Wüste, wo sie kämpften und verwundet wurden wer würde sie dort heilen, wenn sie nicht schon einen reizenden Weisen zum Freund hätten, der ihnen dann helfen würde, indem er in einer Wolke ein Mädchen oder einen Zwerg mit einer Flasche Wasser von solcher Tugend durch die Luft brachte [17] , dass sie durch das Probieren eines Tropfens sofort von ihren Wunden und Wunden geheilt wurden, wie wenn sie etwas Böses hatten [*] hatten; dass es aber, solange dies nicht existierte, für die früheren Ritter das Richtige war, dass ihre Knappen mit Geld und anderen notwendigen Dingen wie Fusseln und Salben zur Selbstheilung versorgt wurden [18]; und als es vorkam, dass solche Ritter keine Knappen hatten – die waren selten – [19], trugen sie selbst alles in sehr subtilen Satteltaschen, die fast nicht [20] den Hinterbeinen des Pferdes ähnelten, als ob es war etwas anderes wichtiger, weil dieses Tragen von Satteltaschen, da es nicht für einen ähnlichen Anlass war, unter fahrenden Rittern nicht sehr akzeptiert wurde; und dazu gab er ihm den Rat, da er ihn noch [*] als seinen Patensohn [21] schicken konnte, wie bald es sein musste, dass er von da an nicht ohne Geld und ohne die oben genannten Vorkehrungen [*] weitergehen sollte, und dass er sehen würde, wie gut er bei ihnen war, wenn es am wenigsten erwartet wurde. To this said the innkeeper who was deceived, that, if the stories were not written [15], because they seemed to the authors of them [*] it was not necessary to write a thing as clear and as necessary to bring as they were money and clean shirts, not for that reason it was to be believed that they were not brought, and, thus, he had for certain and found out that all the knights-errant, of which so many books are full and crowded, wore the bags well [16], for what could happen to them, and that they also wore shirts and a small chest filled with ointments to heal the wounds they received, because not all times in the fields and deserts where they fought and left wounded was there anyone to cure them, if it was not they had some lovely sage for a friend, who then helped them, bringing some damsel or dwarf with some flask of water of such virtue through the air in some cloud [17], who, in tasting some drop of it, soon afterwards, were healthy from their wounds and wounds, as if some evil had [*] had; but, so long as this had not [*], the past knights had for good reason that their squires were provided with money and other necessary things, such as lint and ointment to heal [18]; and when it happened that such gentlemen did not have squires -which were few and seldom- [19], they carried everything in very thin saddlebags, which almost did not resemble [20], to the horse's haunches, as if it was another thing of more importance, because, not being for similar occasion, this to carry saddlebags was not much admitted among the knights-errant; and for this reason he gave him his advice, since he could still be sent [as] to his godson [21], how quickly he should be, not to walk from there without money and without the preventions referred to [*], and that he would see how well he was with them, when he least thought.

Prometióle don Quijote de hacer lo que se le aconsejaba, con toda puntualidad; y, así, se dio luego orden como velase las armas en un corral grande que a un lado de la venta estaba, y recogiéndolas don Quijote todas, las puso sobre una pila que junto a un pozo estaba [22] y, embrazando su adarga [23], asió de su lanza y con gentil continente [24], se comenzó a pasear delante de la pila; y cuando comenzó el paseo comenzaba a cerrar la noche. Don Quixote promised to do what was advised, with all punctuality; and, thus, order was then given as he kept the weapons in a large corral that was on the side of the sale, and Don Quixote picked them all up, put them on a pile next to a well [22] and, embracing his shield [23], grabbed his spear and with gentle continent [24], he began to walk in front of the pile; and when the walk began, the night began to close.

Contó el ventero a todos cuantos estaban en la venta la locura de su huésped, la vela de las armas y la armazón de caballería que esperaba [25]. The innkeeper told everyone who was in the inn about his guest's madness, the candle of weapons and the armor of cavalry that he expected [25].

Admiráronse de tan estraño género de locura y fuéronselo [*] a mirar desde lejos, y vieron que con sosegado ademán unas veces se paseaba; otras, arrimado a su lanza, ponía los ojos en las armas, sin quitarlos por un buen espacio dellas. They were astonished at such a strange kind of madness and went [*] to look at him from afar, and saw that he sometimes walked with a calm gesture; Other times, leaning against his spear, he would put his eyes on the weapons, without taking them away from them for a good distance. Acabó de cerrar la noche, pero con [*] tanta claridad de la luna, que podía competir con el que se la prestaba [26], de manera que cuanto el novel caballero hacía era bien visto de todos. He finished closing the night, but with [*] so much clarity of the moon, that he could compete with the one who lent it [26], so that what the new knight did was well liked by everyone. Antojósele en esto a uno de los arrieros que estaban en la venta ir a dar agua a su recua [27], y fue menester quitar las armas de don Quijote, que estaban sobre la pila; el cual, viéndole llegar, en voz alta le dijo: At this point, one of the muleteers who were in the inn had the craving to go and water his pack [27], and it was necessary to remove Don Quixote's weapons, which were on the basin; who, seeing him coming, said aloud to him:

—¡Oh tú, quienquiera que seas, atrevido caballero, que llegas a tocar las armas del más valeroso andante que jamás se ciñó espada [28]! —O you, whoever you are, daring knight, who touches the weapons of the most valiant errant who ever girded on a sword!

Mira lo que haces, y no las toques, si no quieres dejar la vida en pago de tu atrevimiento [*]. Look at what you do, and don't touch them, if you don't want to give up your life in return for your daring [*].

No se curó el arriero destas razones (y fuera mejor que se curara, porque fuera curarse en salud) [29], antes, trabando de las correas [30], las arrojó gran trecho de sí. The muleteer was not cured of these reasons (and it was better for him to be cured, because he was healed in health) [29], before, tying the straps [30], he threw them a great distance.

Lo cual visto por don Quijote, alzó los ojos al cielo y, puesto el pensamiento —a lo que pareció— en su señora Dulcinea, dijo: Seeing which Don Quixote raised his eyes to heaven and, with his mind set—as it seemed—on his lady Dulcinea, he said:

—Acorredme, señora mía, en esta primera afrenta que a este vuestro avasallado pecho se le ofrece; no me desfallezca en este primero trance vuestro favor y amparo [31]. "Warn me, my lady, in this first affront that this overpowering chest is offered to you; let me not faint in this first trance your favor and protection [31].

Y diciendo estas y otras semejantes razones, soltando la adarga, alzó la lanza a dos manos y dio con ella tan gran golpe al arriero en la cabeza, que le derribó en el suelo tan maltrecho, que, si segundara con otro, no tuviera necesidad de maestro que le curara [32]. And saying these and other similar reasons, dropping the shield, he raised his two-handed lance and struck the muleteer on the head with such a great blow that he felled him to the ground so battered that, if he seconded with another, he would not have to. of a teacher who would cure him [32].

Hecho esto, recogió sus armas y tornó a pasearse con el mismo reposo que primero. This done, he picked up his weapons and paced again with the same repose as before. Desde allí a poco, sin saberse lo que había pasado —porque aún estaba [*] aturdido el arriero—, llegó otro con la mesma intención de dar agua a sus mulos y, llegando a quitar las armas para desembarazar la pila, sin hablar don Quijote palabra y sin pedir favor a nadie soltó otra vez la adarga y alzó otra vez la lanza y, sin hacerla pedazos [33], hizo más de tres la cabeza del segundo arriero, porque se la abrió por cuatro. From there little by little, without knowing what had happened -because the driver was still stunned-, another arrived with the same intention of giving water to his mules and, getting to remove the weapons to get rid of the pile, without talking Quixote word and without asking anyone please released the shield again and raised the spear again and, without tearing it to pieces [33], made more than three the head of the second muleteer, because he opened it by four. Al ruido acudió toda la gente de la venta, y entre ellos el ventero. All the people from the sale came to the noise, including the innkeeper. Viendo esto don Quijote, embrazó su adarga y, puesta mano a su espada, dijo: When Don Quixote saw this, he drew his adarga and, putting his hand on his sword, said:

—¡Oh señora de la fermosura, esfuerzo y vigor del debilitado corazón mío! -O lady of the fierceness, effort and vigor of my weakened heart!

Ahora es tiempo que vuelvas los ojos de tu grandeza a este tu cautivo caballero, que tamaña aventura está atendiendo [34]. Now it is time for you to turn the eyes of your greatness to this captive knight, who is taking such an adventure [34].

Con esto cobró, a su parecer, tanto ánimo, que si le acometieran todos los arrieros del mundo, no volviera el pie atrás. With this, he took so much courage, in his opinion, that if all the muleteers in the world attacked him, he would not turn his foot back.

Los compañeros de los heridos, que tales los vieron, comenzaron desde lejos a llover piedras sobre don Quijote, el cual lo mejor que podía se reparaba con su adarga [35] y no se osaba apartar de la pila, por no desamparar las armas. El ventero daba voces que le dejasen, porque ya les había dicho como era loco, y que por loco se libraría, aunque los matase a todos. The innkeeper called out for them to leave him, because he had already told them how crazy he was, and that he would get away with being crazy, even if he killed them all. También don Quijote las daba, mayores, llamándolos de alevosos y traidores [36], y que el señor [*] del castillo era un follón y mal nacido caballero [37], pues de tal manera consentía que se tratasen los andantes caballeros; y que si él hubiera recebido la orden de caballería, que él le diera a entender su alevosía: Don Quixote also gave them more, calling them treacherous and traitors [36], and that the lord [*] of the castle was a troublemaker and ill-born knight [37], since he consented to the intercourse of knights-errant in such a way; and that if he had received the order of knighthood, that he would make him understand his treachery:

—Pero de vosotros, soez y baja canalla [38], no hago caso alguno: tirad, llegad, venid y ofendedme en cuanto pudiéredes [*], que vosotros veréis el pago que lleváis de vuestra sandez y demasía [39]. —But of you, coarse and low scoundrel [38], I don't pay any attention: shoot, come, come and offend me as soon as you can [*], you will see the payment that you carry of your stupidity and too much [39].

Decía esto con tanto brío y denuedo, que infundió un terrible temor en los que le acometían; y así por esto como por las persuasiones del ventero, le dejaron de tirar, y él dejó retirar a los heridos y tornó a la vela de sus armas con la misma quietud y sosiego que primero. He said this with such vigor and boldness that he instilled a terrible fear in those who attacked him; and as a result of this as well as the innkeeper's persuasions, they stopped shooting, and he let the wounded withdraw and returned to the sail of his guns with the same stillness and calm as before.

No le parecieron bien al ventero las burlas de su huésped, y determinó abreviar y darle la negra orden de caballería luego [40], antes que otra desgracia sucediese. The innkeeper did not like the jokes of his guest, and he determined to cut short and give him the black order of knighthood later [40], before another misfortune happened.

Y, así, llegándose a él, se desculpó de la insolencia que aquella gente baja con él había usado, sin que él supiese cosa alguna, pero que bien castigados quedaban de su atrevimiento. And, thus, approaching him, he apologized for the insolence that those low people had used with him, without his knowing anything, but that they were well punished for their audacity. Díjole como ya le había dicho que en aquel castillo no había capilla, y para lo que restaba de hacer tampoco era necesaria, que todo el toque de quedar armado caballero [41] consistía en la pescozada y en el espaldarazo [42], según él tenía noticia del ceremonial de la orden, y que aquello en mitad de un campo se podía hacer, y que ya había cumplido con lo que tocaba al velar de las armas, que con solas dos horas de vela se cumplía, cuanto más que él había estado más de cuatro. He told him, as he had already told him, that there was no chapel in that castle, and for what remained to be done it was not necessary either, that all the touch of being knighted [41] consisted of the blow on the head and the accolade [42], according to him He had news of the ceremonial of the order, and that this could be done in the middle of a field, and that he had already fulfilled what he had to do when watching over the weapons, which with only two hours of vigilance was fulfilled, the more that he had been more than four. Todo se lo creyó don Quijote, que [*] él estaba allí pronto para obedecerle y que concluyese con la mayor brevedad que pudiese, porque, si fuese otra vez acometido y se viese armado caballero, no pensaba dejar persona viva en el castillo, eceto [43] aquellas que él le mandase, a quien por su respeto dejaría. Don Quixote believed everything, that [*] he was there ready to obey him and that he should conclude as soon as possible, because if he were attacked again and saw himself armed as a knight, he would not leave anyone alive in the castle, eceto [43] those that he sent him, to whom for his respect he would leave.

Advertido y medroso desto el castellano [44], trujo luego un libro donde asentaba la paja y cebada que daba a los arrieros [45], y con un cabo de vela que le traía un muchacho, y con las dos ya dichas doncellas, se vino adonde don Quijote estaba, al cual mandó hincar de rodillas [46]; y, leyendo en su manual [47], como que decía alguna devota oración, en mitad de la leyenda [48] alzó la mano y diole sobre el cuello un buen golpe [*], y tras él, con su mesma espada, un gentil espaldarazo [49], siempre murmurando entre dientes, como que rezaba. Warned and fearful of this, the castellan [44], immediately brought a book where he entered the straw and barley that he gave to the muleteers [45], and with a candle stub that a boy brought him, and with the two already mentioned maidens, he He came to where Don Quixote was, and ordered him to kneel [46]; and, reading in his manual [47], as if he were saying some devout prayer, in the middle of the legend [48] he raised his hand and gave him a good blow on the neck [*], and after him, with his same sword, a gentle accolade [49], always murmuring under her breath, as if she were praying.

Hecho esto, mandó a una de aquellas damas [50] que le ciñese la espada [51], la cual lo hizo con mucha desenvoltura y discreción, porque no fue menester poca para no reventar de risa a cada punto de las ceremonias; pero las proezas que ya habían visto del novel caballero les tenía [*] la risa a raya. This done, he ordered one of those ladies [50] to gird up his sword [51], which he did with a lot of ease and discretion, because there was no need to burst with laughter at every point of the ceremonies; but the feats they had already seen of the new knight had [*] their laughter at bay. Al ceñirle la espada dijo la buena señora: As the sword girded him, the good lady said:

—Dios haga a vuestra merced muy venturoso caballero y le dé ventura en lides [52]. —God make your mercy a very successful knight and give him good fortune in battle [52].

Don Quijote le preguntó cómo se llamaba, porque él supiese de allí adelante a quién quedaba obligado por la merced recebida, porque pensaba darle alguna parte de la honra que alcanzase por el valor de su brazo [53]. Don Quixote asked him what his name was, so that he would know from then on to whom he was obligated by the favor received, because he intended to give him some part of the honor that he reached for the valor of his arm [53].

Ella respondió con mucha humildad que se llamaba la Tolosa, y que era hija de un remendón natural de Toledo [54], que vivía a las tendillas [*] de Sancho Bienaya [55], y que dondequiera que ella estuviese le serviría y le tendría por señor. She answered with great humility that her name was Tolosa, and that she was the daughter of a cobbler from Toledo [54], who lived in the shops [*] of Sancho Bienaya [55], and that wherever she was she would serve him and help him. would have for sir Don Quijote le replicó que, por su amor, le hiciese merced que de allí adelante se pusiese don y se llamase «doña Tolosa» [56]. Don Quixote replied that, for his love, he would do her a favor that from then on she should call herself Don and call herself "Dona Tolosa" [56]. Ella se lo prometió, y la otra le calzó la espuela, con la cual le pasó casi el mismo coloquio que con la de la espada [57]. She promised him, and the other one put on the spur, with which almost the same conversation took place as with the one of the sword [57]. Preguntóle su nombre, y dijo que se llamaba la Molinera y que era hija de un honrado molinero de Antequera [58]; a la cual [*] también rogó don Quijote que se pusiese don y se llamase «doña Molinera», ofreciéndole nuevos servicios y mercedes [59]. He asked her her name, and she said that her name was la Molinera and that she was the daughter of an honest miller from Antequera [58]; to which [*] Don Quixote also begged to put on a gift and be called "Mrs. Molinera", offering her new services and grants [59].

Hechas, pues, de galope y aprisa [*] las hasta allí nunca vistas ceremonias [60], no vio la hora don Quijote de verse a caballo [61] y salir buscando las aventuras, y, ensillando luego a Rocinante, subió en él y [*], abrazando [*] a su huésped, le dijo cosas tan estrañas, agradeciéndole la merced de haberle armado caballero, que no es posible acertar a referirlas. Made, then, gallop and hurry [*] the ceremonies never seen before [60], Don Quixote did not see the time to see himself on horseback [61] and go out looking for adventure, and then saddling Rocinante, he got on and [*], embracing [*] his guest, he said such strange things to him, thanking him for the mercy of having knighted him, that it is not possible to be able to refer to them.

El ventero, por verle ya fuera de la venta, con no menos retóricas, aunque con más breves palabras, respondió a las suyas y, sin pedirle [*] la costa de la posada, le dejó ir a la buen hora [*][62]. The landlord, to see him out of the sale, with no less rhetorical, but with more brief words, responded to his and, without asking him [*] the coast of the inn, let him go at the right time [*] [ 62].