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Cartas de mi casita en Inglaterra, Carta número 2

Carta número 2

Estoy en casa otra vez. ¡Hombre! la familia exige mucho tiempo. Durante el viaje de vuelta la radio en mi coche no funcionaba. Afortunadamente ya tenía un casete viejo en la guantera (justamente para emergencias semejantes) y por eso podía escuchar a Julio Iglesias en bucle. Desafortunadamente la escapada duraba unas cuatro horas interminables.

Una amiga mía tiene una amiga que soluciona todos sus problemas maritales con la ayuda constante de Julio en sus orejas. Ella seleccionaba sus palabras de los textos de su querido Julio. Todo estaba relatado detalladamente. Después de unas horas en la compañía de su amiga yo podía recitar todas sus frases sobre su marido. Yo estaba preparada para llorar y, hasta hoy, durante muchos años no podía soportar escuchar a este cantante favorito de tanta gente, ni siquiera podía leer el nombre Julio Iglesias sin despertar en mi mente estas horas de torturas sufridas.


Carta número 2

Estoy en casa otra vez. ¡Hombre! la familia exige mucho tiempo. Durante el viaje de vuelta la radio en mi coche no funcionaba. Afortunadamente ya tenía un casete viejo en la guantera (justamente para emergencias semejantes) y por eso podía escuchar a Julio Iglesias en bucle. Desafortunadamente la escapada duraba unas cuatro horas interminables.

Una amiga mía tiene una amiga que soluciona todos sus problemas maritales con la ayuda constante de Julio en sus orejas. Ella seleccionaba sus palabras de los textos de su querido Julio. Todo estaba relatado detalladamente. Después de unas horas en la compañía de su amiga yo podía recitar todas sus frases sobre su marido. Yo estaba preparada para llorar y, hasta hoy, durante muchos años no podía soportar escuchar a este cantante favorito de tanta gente, ni siquiera podía leer el nombre Julio Iglesias sin despertar en mi mente estas horas de torturas sufridas.