Cada uno a su oficio
Fábula nueva del filósofo norteamericano Emerson
La montaña y la ardilla Tuvieron su querella: —«¡Váyase usted allá, presumidilla!» Dijo con furia aquélla; A lo que respondió la astuta ardilla: —«Sí que es muy grande usted, muy grande y bella; Mas de todas las cosas y estaciones Hay que poner en junto las porciones, Para formar, señora vocinglera, Un año y una esfera. Yo no sé que me ponga nadie tilde Por ocupar un puesto tan humilde. Si no soy yo tamaña Como usted, mi señora la montaña, Usted no es tan pequeña Como yo, ni a gimnástica me enseña. Yo negar no imagino Que es para las ardillas buen camino Su magnífica falda: Difieren los talentos a las veces: Ni yo llevo los bosques a la espalda, Ni usted puede, señora, cascar nueces.»