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La Corte de Carlos IV by Benito Pérez Galdós, I

I

Sin oficio ni beneficio, sin parientes ni habientes, vagaba por Madrid un servidor de ustedes, maldiciendo la hora menguada en que dejó su ciudad natal por esta inhospitalaria Corte, cuando acudió a las páginas del Diario para buscar ocupación honrosa. La imprenta fue mano de santo para la desnudez, hambre, soledad y abatimiento del pobre Gabriel, pues a los tres días de haber entregado a la publicidad en letras de molde las altas cualidades con que se creía favorecido por la Naturaleza le tomó a su servicio una cómica del teatro del Príncipe, llamada Pepita González o la González. Esto pasaba a fines de 1805; pero lo que voy a contar ocurrió dos años después, en 1807, y cuando yo tenía, si mis cuentas son exactas, diez y seis años, lindando ya con los diez y siete.

Después os hablaré de mi ama. Ante todo debo decir que mi trabajo, si no escaso, era divertido y muy propio para adquirir conocimiento del mundo en poco tiempo. Enumeraré las ocupaciones diurnas y nocturnas en que empleaba con todo el celo posible mis facultades morales y físicas. El servicio de la histrionisa me imponía los siguientes deberes:

Ayudar al peinado de mi ama, que se verificaba entre doce y una, bajo los auspicios del maestro Richiardini, artista de Nápoles, a cuyas divinas manos se encomendaban las principales testas de la Corte.

Ir a la calle del Desengaño en busca del Blanco de perla , del Elixir de Circasia , de la Pomada a la Sultana , o de los Polvos a la Marechala , drogas muy ponderadas que vendía un monsieur Gastan, el cual recibiera el secreto de confeccionarlas del propio alquimista de María Antonieta.

Ir a la calle de la Reina, número 21, cuarto bajo, donde existía un taller de estampación para pintar telas, pues en aquel tiempo los vestidos de seda, generalmente de color claro, se pintaban según la moda, y cuando ésta pasaba, se volvía a pintar con distintos ramos y dibujos, realizando así una alianza feliz entre la moda y la economía, para enseñanza de los venideros tiempos.

Llevar por las tardes una olla con restos de puchero, mendrugos de pan y otros despojos de comida a D. Luciano Francisco Comella, autor de comedias muy celebradas, el cual se moría de hambre en una casa de la calle de la Berenjena, en compañía de su hija, que era jorobada y le ayudaba en los trabajos dramáticos.

Limpiar con polvos la corona y el cetro que sacaba mi ama haciendo de reina de Mongolia en la representación de la comedia titulada Perderlo todo en un día por un ciego y loco amor, y falso Czar de Moscovia .

Ayudarla en el estudio de sus papeles, especialmente en el de la comedia Los inquilinos de sir John, o la familia de la India, Juanito y Coleta , para lo cual era preciso que yo recitase la parte de Lord Lulleswing , a fin de que ella comprendiese bien el de milady Pankoff .

Ir en busca de la litera que había de conducirla al teatro y cargarla también cuando era preciso.

Concurrir a la cazuela del teatro de la Cruz, para silbar despiadadamente El sí de las niñas , comedia que mi ama aborrecía, tanto por lo menos, como a las demás del mismo autor.

Pasearme por la plazuela de Santa Ana, fingiendo que miraba las tiendas, pero prestando disimulada y perspicua atención a lo que se decía en los corrillos allí formados por cómicos o saltarines, y cuidando de pescar al vuelo lo que charlaban los de la Cruz en contra de los del Príncipe.

Ir en busca de un billete de balcón para la plaza de toros, bien al despacho, bien a la casa del banderillero Espinilla, que le tenía reservado para mi ama, cual obsequio de una amistad tan fina como antigua.

Acompañarla al teatro, donde me era forzoso tener el cetro y la corona cuando ella entraba después de la segunda escena del segundo acto, en El falso Czar de Moscovia , para salir luego convertida en reina, confundiendo a Osloff y a los magnates, que la tenían por buñolera de esquina.

Ir a avisar puntualmente a los mosqueteros para indicarles los pasajes que debían aplaudir fuertemente en la comedia y en la tonadilla, indicándoles también la función que preparaban los de allá para que se apercibieran con patriótico celo a la lucha.

Ir todos los días a casa de Isidoro Máiquez con el aparente encargo de preguntarle cualquier cosa referente a vestidos de teatro; pero con el fin real de averiguar si estaba en su casa cierta y determinada persona, cuyo nombre me callo por ahora.

Representar un papel insignificante, como de paje que entra con una carta, diciendo simplemente: tomad , o de hombre del pueblo primero , que exclama al presentarse la multitud ante el rey: Señor, justicia, o a tus reales plantas, coronado apéndice del sol . (Esta clase de ocupación me hacía dichoso por una noche.)

Y por este estilo otras mil tareas, ejercicios y empleos que no cito, porque acabaría tarde, molestando a mis lectores más de lo conveniente. En el transcurso de esta puntual historia irán saliendo mis proezas, y con ellas los diversos y complejos servicios que presté. Por ahora voy a dar a conocer a mi ama, la sin par Pepita González, sin omitir nada que pueda dar perfecta idea del mundo en que vivía.

Mi ama era una muchacha más graciosa que bella, si bien aquella primera calidad resplandecía en su persona de un modo tan sobresaliente que la presentaba como perfecta sin serlo. Todo lo que en lo físico se llama hermosura y cuanto en lo moral lleva el nombre de expresión, encanto, coquetería, monería, etc., estaba reconcentrado en sus ojos negros, capaces por sí solos de decir con una mirada más que dijo Ovidio en su poema sobre el arte que nunca se aprende y que siempre se sabe. Ante los ojos de mi ama dejaba de ser una hipérbole aquello de combustibles áspides y flamígeros ópticos disparos , que Cañizares Añorbe aplicaban a las miradas de sus heroínas.

Generalmente de los individuos que conocimos en nuestra niñez recordamos o los accidentes más marcados de su persona, o algún otro, que a pesar de ser muy insignificante, queda sin embargo grabado de un modo indeleble en nuestra memoria. Esto me pasa a mí con el recuerdo de la González. Cuando la traigo al pensamiento, se me representan clarísimamente dos cosas, a saber: sus ojos incomparables y el taconeo de sus zapatos, abreviadas cárceles de sus lindos pedestales , como dirían Valladares o Moncín.

No sé si esto bastará para que Vds. se formen idea de mujer tan agraciada. Yo, al recordarla, veo yo aquellos grandes ojos negros, cuyas miradas resucitaban un muerto, y oigo el tip-tap de su ligero paso. Esto basta para hacerla resucitar en el recinto oscuro de mi imaginación, y, no hay duda, es ella misma. Ahora caigo en que no había vestido, ni mantilla, ni lazo, ni garambaina que no le sentase a maravilla; caigo también en que sus movimientos tenían una gracia especial, un cierto no sé qué, un encanto indefinible, que podrá expresarse cuando el lenguaje tenga la riqueza suficiente para poder designar con una misma palabra la malicia y el recato, la modestia y la provocación. Esta rarísima antítesis consiste en que nada hay más hipócrita que ciertas formas de compostura o en que la malignidad ha descubierto que el mejor medio de vencer a la modestia es imitarla.

Pero sea lo que quiera, lo cierto es que la González electrizaba al público con el airoso meneo de su cuerpo, su hermosa voz, su patética declamación en las obras sentimentales, y su inagotable sal en las cómicas. Igual triunfo tenía siempre que era vista en la calle por la turba de sus admiradores y mosqueteros, cuando iba a los toros en calesa o simón, o al salir del teatro en silla de mano. Desde que veían asomar por la ventanilla el risueño semblante, guarnecido por los encajes de la blanca mantilla, la aclamaban con voces y palmadas diciendo: «Ahí va toda la gracia del mundo, viva la sal de España», u otras frases del mismo género. Estas ovaciones callejeras, les dejaban a ellos muy satisfechos, y también a ella, es decir a nosotros, porque los criados se apropian siempre los triunfos de sus amos.

Pepita era sumamente sensible, y según mi parecer, de sentimientos muy vivos y arrebatados, aunque por efecto de cierto disimulo tan sistemático en ella, que parecía segunda naturaleza, todos la tenían por fría. Doy fe además de que era muy caritativa, gustando de aliviar todas las miserias de que tenía noticia. Los pobres asediaban su casa, especialmente los sábados, y una de mis más trabajosas ocupaciones consistía en repartirles ochavos y mendrugos, cuando no se los llevaba todos el señor de Comella, que se comía los codos de hambre, sin dejar de ser el asombro de los siglos , y el primer dramático del mundo. La González vivía en una casa sin más compañía que la de su abuela, la octogenaria doña Dominguita y dos criados de distinto sexo que la servíamos.

Y después de haber dicho lo bueno, ¿se me permitirá decir lo malo, respecto al carácter y costumbres de Pepa González? No, no lo digo. Téngase en cuenta, en disculpa de la muchacha ojinegra, que se había criado en el teatro, pues su madre fue parte de por medio en los ilustres escenarios de la Cruz y los Caños, mientras su padre tocaba el contrabajo en los Sitios y en la Real Capilla. De esta infeliz y mal avenida coyunda nació Pepita, y excuso decir que desde la niñez comenzó a aprender el oficio, con tal precocidad, que a los doce años se presentó por primera vez en escena, desempeñando un papel en la comedia de Don Antonio Frumento Sastre, rey y reo a un tiempo, o el sastre de Astracán . Conocida, pues, la escuela, los hábitos poco austeros de aquella alegre gente, a quien el general desprecio autorizaba en cierto modo para ser peor que los demás, ¿no sería locura exigir de mi ama una rigidez de principios, que habrían sido suficientes, en las circunstancias de su vida, para asegurarle la canonización?

Réstame darla a conocer como actriz. En este punto debo decir tan sólo que en aquel tiempo me parecía excelente: ignoro el efecto que su declamación produciría en mí, si hoy la viera aparecer en el escenario de cualquiera de nuestros teatros. Cuando mi ama estaba en la plenitud de sus triunfos, no tenía rivales temibles con quienes luchar. María del Rosario Fernández, conocida por la Tirana , había muerto el año 1803. Rita Luna, no menos famosa que aquélla, se había retirado de la escena en 1806; María Fernández, denominada la Caramba , también había desaparecido. La Prado, Josefa Virg, María Ribera, María García y otras de aquel tiempo, no poseían extraordinarias cualidades: de modo que si mi ama no sobresalía de un modo notorio sobre las demás, tampoco su estrella se oscurecía ante el brillo de ningún astro enemigo. El único que entonces atraía la atención general y los aplausos de Madrid entero era Máiquez, y ninguna actriz podía considerarle como rival, no existiendo generalmente el antagonismo y la emulación sino entre los dioses de un mismo sexo.

Pepa González estaba afiliada al bando de los anti-Moratinistas, no sólo porque en el círculo por ella frecuentado abundaban los enemigos del insigne poeta, sino también porque personalmente tenía no sé qué motivos de irreconciliable inquina contra él. Aquí tengo que resignarme a apuntar una observación que por cierto favorece bien poco a mi ama; pero como para mí la verdad es lo primero, ahí va mi parecer, mal que pese a los manes de Pepita González. Mi observación es que la actriz del Príncipe no se distinguía por su buen gusto literario, ni en la elección de obras dramáticas, ni tampoco al escoger los libros que daban alimento a su abundante lectura. Verdad es que la pobrecilla no había leído a Luzán, ni a Mortiano, ni tenía noticia de la sátira de Jorge Pitillas, ni mortal alguno se había tomado el trabajo de explicarle a Batteux ni a Blair, pues cuantos se acercaron a ella, tuvieron siempre más presente a Ovidio que a Aristóteles y a Bocaccio más que a Despreaux.

Por consiguiente, mi señora formaba bajo las banderas de don Eleuterio Crispín de Andorra, con perdón sea dicho de cejijuntos Aristarcos. Y es que ella no veía más allá, ni hubiera comprendido toda la jerigonza de las reglas, aunque se las predicaran frailes descalzos. Es preciso advertir que el abate Cladera, de quien parece ser fidelísimo retrato el célebre don Hermógenes, fue amigote del padre de nuestra heroína, y sin duda aquel gracioso pedantón echó en su entendimiento durante la niñez, la semilla de los principios, que en otra cabeza dieron por fruto El gran cerco de Viena .

Ello es que mi ama gustaba de las obras de Comella, aunque últimamente, visto el descrédito en que había caído este dios del teatro, al despeñarse en la miseria desde la cumbre de su popularidad, no se atrevía a confesarlo delante de literatos y gente ilustrada. Como tuve ocasión de observar, atendiendo a sus conversaciones y poniendo atención a sus preferencias literarias, le gustaban aquellas comedias en que había mucho jaleo de entradas y salidas, revista de tropas, niños hambrientos que piden la teta, decoración de gran plaza con arco triunfal a la entrada , personajes muy barbudos, tales como irlandeses, moscovitas o escandinavos, y un estilo mediante el cual podía decir la dama en cierta situación de apuro: «estatua viva soy de hielo:» o «rencor, finjamos... encono, no disimulemos... cautela, favorecedme» .

Recuerdo que varias veces la oí lamentarse de que el nuevo gusto hubiera alejado de la escena diálogos concertados como el siguiente, que pertenece si mal no recuerdo a la comedia La mayor piedad de Leopoldo el Grande:

MARGARITA.- Vamos, amor...

NADASTI.- Odio...

ZRIN.- Duda...

CARLOS.- Horror...

ALBURQUERQUE.- Confusión...

ULRICA.- Martirio...

LOS SEIS.- Vamos a esperar que el tiempo diga lo que tú no has dicho.

Como este género de literatura iba cayendo en desuso, rara vez tenía mi ama el gusto de ver en la escena a Pedro el Grande en el sitio de Pultowa , mandando a sus soldados que comieran caballos crudos y sin sal; y prometiendo él por su parte almorzar piedras antes que rendir la plaza. Debo advertir que esta preferencia más consistía en una tenaz obstinación contra los Moratinistas que en falta de luces para comprender la superioridad de la nueva escuela, y en que mi ama, rancia e intransigente española por los cuatro costados, creía que las reglas y el buen gusto eran malísimas cosas sólo por ser extranjeras, y que para dar muestras de españolismo bastaba abrazarse, como a un lábaro santo, a los despropósitos de nuestros poetas calagurritanos. En cuanto a Calderón y a Lope de Vega, ella los tenía por admirables, sólo porque eran despreciados por los clásicos.

De buena gana me extendería aquí haciendo algunas observaciones sobre los partidos literarios de entonces y sobre los conocimientos del pueblo en general y de los que se disputaban su favor con tanto encarnizamiento; pero temo ser pesado y apartarme de mi principal objeto, que no es discutir con pluma académica sobre cosas, tal vez mejor conocidas por el lector que por mí. Quédese en el tintero lo que no es del caso, y volvamos, una vez que dejo consignado el gusto de mi ama, que hoy afearía a cualquier marquesa, artista o virtuosa de lo que llaman el gran mundo; pero que entonces no era bastante a oscurecer ninguna de las gracias de su persona.

Ya la conocen Vds. Pues bien; voy a contar lo que me he propuesto... pero ¡por vida de!... ahora caigo en que no debo seguir adelante sin dar a conocer el papel que, por mi desgracia, desempeñé en el ruidoso estreno de El sí de las niñas , siendo causa de que la tirantez de relaciones entre mi ama y Moratín se aumentara hasta llegar a una solemne ruptura.

I I Yo Yo Yo I I I

Sin oficio ni beneficio, sin parientes ni habientes, vagaba por Madrid un servidor de ustedes, maldiciendo la hora menguada en que dejó su ciudad natal por esta inhospitalaria Corte, cuando acudió a las páginas del  Diario para buscar ocupación honrosa. Ohne einen Job oder eine Leistung, ohne Verwandte oder Kunden, wanderte ein Diener von Ihnen durch Madrid und verfluchte die verfallene Stunde, in der er seine Heimatstadt verließ, für diesen unwirtlichen Gerichtshof, als er auf die Seiten der Zeitung ging, um eine ehrenhafte Beschäftigung zu suchen. Without office or benefit, without relatives or clients, a servant of yours wandered through Madrid, cursing the diminished hour in which he left his native city for this inhospitable Court, when he went to the pages of the Journal to seek honorable occupation. Sans fonction ni avantage, sans parents ni parents, l'un de vos serviteurs a erré à travers Madrid, maudissant l'heure diminuée où il quittait sa ville natale pour cette cour inhospitalière, quand il se rendait dans les pages du journal pour chercher une occupation honorable. La imprenta fue mano de santo para la desnudez, hambre, soledad y abatimiento del pobre Gabriel, pues a los tres días de haber entregado a la publicidad en letras de molde las altas cualidades con que se creía favorecido por la Naturaleza le tomó a su servicio una cómica del teatro del Príncipe, llamada Pepita González o la González. Die Druckerpresse war die Hand des Heiligen für die Nacktheit, den Hunger, die Einsamkeit und die Niedergeschlagenheit des armen Gabriel, denn drei Tage, nachdem er die hohen Qualitäten, mit denen er sich von Natur aus begünstigt glaubte, der Öffentlichkeit in Briefen gegeben hatte, nahm er ihn in seinen Dienst ein Comic aus dem Theater des Prinzen, genannt Pepita González oder la González. The printing press was the hand of saint for the nakedness, hunger, loneliness and dejection of poor Gabriel, because three days after he had given to the publicity in letters of mold the high qualities with which he believed himself favored by nature, he took him at his service a comic from the theater of the Prince, called Pepita González or la González. L'imprimerie était la main d'un saint pour la nudité, la faim, la solitude et le découragement du pauvre Gabriel, car trois jours après avoir livré à la publicité en caractères d'imprimerie les hautes qualités avec lesquelles elle était crue favorisée par la nature l'ont amené à son service. un comédien du théâtre du Prince, appelé Pepita González ou la González. Esto pasaba a fines de 1805; pero lo que voy a contar ocurrió dos años después, en 1807, y cuando yo tenía, si mis cuentas son exactas, diez y seis años, lindando ya con los diez y siete. Dies geschah Ende 1805; Aber was ich erzählen werde, geschah zwei Jahre später, 1807, und als ich, wenn meine Angaben genau sind, sechzehn Jahre lang am siebzehnten grenzte. This happened at the end of 1805; but what I am going to tell happened two years later, in 1807, and when I had, if my accounts are exact, sixteen years, bordering on the seventeenth. Cela s'est produit à la fin de 1805; mais ce que je vais raconter arriva deux ans plus tard, en 1807, et quand j'avais, si mes récits sont exacts, seize ans, déjà près de dix-sept.

Después os hablaré de mi ama. Ich erzähle Ihnen später von meiner Geliebten. Later I will tell you about my mistress. Ante todo debo decir que mi trabajo, si no escaso, era divertido y muy propio para adquirir conocimiento del mundo en poco tiempo. Zuallererst muss ich sagen, dass meine Arbeit, wenn auch nicht begrenzt, Spaß gemacht hat und es sehr eigenartig ist, in kurzer Zeit Wissen über die Welt zu erwerben. First of all I must say that my work, if not limited, was fun and very own to acquire knowledge of the world in a short time. Enumeraré las ocupaciones diurnas y nocturnas en que empleaba con todo el celo posible mis facultades morales y físicas. Ich werde die Tag- und Nachtberufe auflisten, in denen ich meine moralischen und körperlichen Fähigkeiten mit allem möglichen Eifer eingesetzt habe. I will enumerate the day and night occupations in which I used my moral and physical faculties with all possible zeal. El servicio de la histrionisa me imponía los siguientes deberes: Der Dienst der Hertrionisa hat mir folgende Pflichten auferlegt: The service of the hertrionisa imposed the following duties to me:

Ayudar al peinado de mi ama, que se verificaba entre doce y una, bajo los auspicios del maestro Richiardini, artista de Nápoles, a cuyas divinas manos se encomendaban las principales testas de la Corte. Um meiner Frau, die zwischen zwölf und eins war, zu helfen, unter der Schirmherrschaft des Meisters Richiardini, eines Künstlers aus Neapel, dessen göttliche Hand mit den Hauptprüfungen des Gerichts betraut war. To help my mistress's hairstyle, which took place between twelve and one, under the auspices of the teacher Richiardini, artist from Naples, to whose divine hands the main heads of the Court were entrusted. Aidez la coiffure de ma maîtresse, qui a eu lieu entre midi et un, sous les auspices du maestro Richiardini, un artiste de Naples, aux mains divines de qui les principaux chefs de la Cour ont été confiés.

Ir a la calle del Desengaño en busca del  Blanco de perla , del  Elixir de Circasia , de la  Pomada a la Sultana , o de los  Polvos a la Marechala , drogas muy ponderadas que vendía un monsieur Gastan, el cual recibiera el secreto de confeccionarlas del propio alquimista de María Antonieta. Gehen Sie in die Calle del Desengaño auf der Suche nach dem Perlweiß, dem Elixier von Circasia, der Pomada a la Sultana oder den Polvos a la Marechala, hoch angesehenen Drogen, die von Monsieur Gastan verkauft werden und die das Geheimnis erhalten haben, sie von der Marie Antoinettes eigene Alchemistin. Go to Calle del Desengaño in search of the Pearl White, the Elixir of Circasia, the Pomada a la Sultana, or the Polvos a la Marechala, highly considered drugs sold by Monsieur Gastan, who received the secret of making them from the Marie Antoinette's own alchemist. Rendez-vous dans la Calle del Desengaño à la recherche du Blanc de Perle, de l'Elixir Circasia, de la Pommade Sultane ou de la Poudre de Marechala, médicaments très appréciés vendus par Monsieur Gastan, qui a reçu le secret de leur fabrication Le propre alchimiste de Marie Antoinette.

Ir a la calle de la Reina, número 21, cuarto bajo, donde existía un taller de estampación para pintar telas, pues en aquel tiempo los vestidos de seda, generalmente de color claro, se pintaban según la moda, y cuando ésta pasaba, se volvía a pintar con distintos ramos y dibujos, realizando así una alianza feliz entre la moda y la economía, para enseñanza de los venideros tiempos. Gehen Sie zur Straße der Königin, Nummer 21, im vierten Stock, in der es eine Druckerei gab, in der Stoffe gemalt werden können. Damals wurden Seidenkleider, normalerweise in der Farbe hell, gemäß der Mode bemalt. Er malte wieder mit verschiedenen Blumensträußen und Zeichnungen und bildete so eine glückliche Verbindung zwischen Mode und Wirtschaft, um die kommenden Zeiten zu lehren. Go to Calle de la Reina, number 21, fourth floor, where there was a printing workshop for painting fabrics, since at that time silk dresses, generally light in color, were painted according to fashion, and when it passed, they were He returned to painting with different bouquets and drawings, thus making a happy alliance between fashion and the economy, for teaching the coming times.

Llevar por las tardes una olla con restos de puchero, mendrugos de pan y otros despojos de comida a D. Luciano Francisco Comella, autor de comedias muy celebradas, el cual se moría de hambre en una casa de la calle de la Berenjena, en compañía de su hija, que era jorobada y le ayudaba en los trabajos dramáticos. Bringen Sie nachmittags einen Topf mit Resten von Topf, Semmelbröseln und anderen Essensresten zu D. Luciano Francisco Comella, Autor bekannter Komödien, der in Gesellschaft in einem Haus in der Calle de la Berenjena verhungerte von seiner Tochter, die bucklig war und ihm bei der dramatischen Arbeit half. In the afternoon, take a pot with the remains of a stew, bread crusts and other food offal to Mr. Luciano Francisco Comella, author of highly celebrated comedies, who was starving in a house on Calle de la Berenjena, in the company of of his daughter, who was hunchbacked and helped him with the dramatic work. Dans l'après-midi, apportez un pot avec les restes d'un ragoût, de la chapelure et d'autres abats à M. Luciano Francisco Comella, auteur de comédies très célèbres, qui mourait de faim dans une maison de la rue Aubergine, en compagnie de sa fille, bossue et qui l'aidait avec des œuvres dramatiques.

Limpiar con polvos la corona y el cetro que sacaba mi ama haciendo de reina de Mongolia en la representación de la comedia titulada  Perderlo todo en un día por un ciego y loco amor, y falso Czar de Moscovia . Die Krone und das Szepter, die meine Herrin von der Königin der Mongolei in der Darstellung der Komödie mit dem Titel Alles an einem Tag durch eine blinde und verrückte Liebe und einen falschen Zaren von Muscovia verloren hat, mit Staub reinigen. To clean with powder the crown and the scepter that my mistress took out playing the queen of Mongolia in the performance of the comedy entitled Losing everything in one day for a blind and crazy love, and false Czar of Muscovy. Épousseter la couronne et le sceptre que ma maîtresse a dessiné en tant que reine de Mongolie dans la représentation de la comédie intitulée Tout perdre en un jour pour un amour aveugle et fou, et faux tsar de Moscovie.

Ayudarla en el estudio de sus papeles, especialmente en el de la comedia  Los inquilinos de sir John, o la familia de la India, Juanito y Coleta , para lo cual era preciso que yo recitase la parte de  Lord Lulleswing , a fin de que ella comprendiese bien el de  milady Pankoff . Helfen Sie ihr beim Studium ihrer Rollen, insbesondere in der Komödie Die Mieter von Sir John oder der indischen Familie Juanito und Coleta, für die ich den Teil von Lord Lulleswing rezitieren musste, damit sie Ich habe das von Milady Pankoff gut verstanden. To help her in the study of her roles, especially in the comedy The Tenants of Sir John, or the Indian family, Johnny and Coleta, for which it was necessary for me to recite the part of Lord Lulleswing, so that she would understand well the part of milady Pankoff.

Ir en busca de la litera que había de conducirla al teatro y cargarla también cuando era preciso. Gehen Sie auf die Suche nach dem Müll, der sie zum Theater führen sollte, und tragen Sie ihn bei Bedarf auch. Go in search of the litter that was to lead her to the theater and also load it when necessary. Partez à la recherche de la litière qui devait l'emmener au théâtre et chargez-la également si nécessaire.

Concurrir a la cazuela del teatro de la Cruz, para silbar despiadadamente  El sí de las niñas , comedia que mi ama aborrecía, tanto por lo menos, como a las demás del mismo autor. Begeben Sie sich zum Auflauf des Theaters des Kreuzes, um das Ja der Mädchen rücksichtslos zu pfeifen, eine Komödie, die meine Herrin zumindest als die anderen des gleichen Autors hasste. Go to the casserole of the theater of the Cross, to ruthlessly whistle The yes of the girls, a comedy that my mistress hated, at least, as well as the others by the same author. Allez à la cocotte du Teatro de la Cruz, pour siffler impitoyablement Le Oui des Filles, une comédie que ma maîtresse détestait, au moins autant que les autres du même auteur.

Pasearme por la plazuela de Santa Ana, fingiendo que miraba las tiendas, pero prestando disimulada y perspicua atención a lo que se decía en los corrillos allí formados por cómicos o saltarines, y cuidando de pescar al vuelo lo que charlaban los de la Cruz en contra de los del Príncipe. Schlendern Sie durch den Platz von Santa Ana, geben Sie vor, sich die Geschäfte anzusehen, achten Sie jedoch versteckt und deutlich auf das, was in den Korridoren von Komikern oder springenden Männern gesagt wurde, und achten Sie darauf, im Fluge zu fischen, gegen was die de la Cruz sprachen des Prinzen. Strolling through the square of Santa Ana, pretending to look at the shops, but paying hidden and perspicuous attention to what was said in the corridors formed by comedians or jumping men, and taking care to fish on the fly what those of the Cross were talking against of the Prince's. Se promener sur la place Santa Ana en faisant semblant de regarder les magasins, mais en prêtant une attention cachée et perspicace à ce qui se disait dans les grappes là formées par des comédiens ou des sauteurs, et en prenant soin de comprendre ce dont parlaient les de la Cruz du Prince.

Ir en busca de un billete de balcón para la plaza de toros, bien al despacho, bien a la casa del banderillero Espinilla, que le tenía reservado para mi ama, cual obsequio de una amistad tan fina como antigua. Gehen Sie auf die Suche nach einem Balkonticket für die Stierkampfarena, entweder ins Büro oder in das Haus der Espinilla banderillero, die meiner Geliebten vorbehalten war, als Geschenk einer so schönen Freundschaft wie in der Antike. Partez à la recherche d'un ticket balcon pour les arènes, soit au bureau, soit à la maison du banderillero Espinilla, qu'il avait réservé à ma maîtresse, quel cadeau d'une amitié aussi fine que vieille.

Acompañarla al teatro, donde me era forzoso tener el cetro y la corona cuando ella entraba después de la segunda escena del segundo acto, en  El falso Czar de Moscovia , para salir luego convertida en reina, confundiendo a Osloff y a los magnates, que la tenían por buñolera de esquina. Begleiten Sie sie zum Theater, wo ich gezwungen war, das Zepter und die Krone zu haben, als sie nach der zweiten Szene des zweiten Aktes in Der falsche Zar von Moskau eintrat, um später Königin zu werden, was Osloff und die Magnaten, die sie hatten, verwirrte durch Ecke Buñolera. Pour l'accompagner au théâtre, où j'ai été obligé d'avoir le sceptre et la couronne quand elle est entrée après la deuxième scène du deuxième acte, dans Le faux tsar de Moscovie, pour partir plus tard convertie en reine, confondant Osloff et les magnats, qui l'avaient eue pour coin buñolera.

Ir a avisar puntualmente a los  mosqueteros para indicarles los pasajes que debían aplaudir fuertemente en la comedia y en la tonadilla, indicándoles también la función que preparaban  los de allá para que se apercibieran con patriótico celo a la lucha. Go to promptly notify the Musketeers to indicate the passages that they should applaud strongly in the comedy and the song, also indicating the role that those from there prepared to become aware with patriotic zeal to the fight.

Ir todos los días a casa de Isidoro Máiquez con el aparente encargo de preguntarle cualquier cosa referente a vestidos de teatro; pero con el fin real de averiguar si estaba en su casa cierta y determinada persona, cuyo nombre me callo por ahora. To go every day to Isidoro Máiquez's house with the apparent assignment of asking him anything concerning theater costumes; but with the real purpose of finding out if a certain person, whose name I keep silent for now, was at his house. Se rendre tous les jours chez Isidoro Máiquez avec l'ordre apparent de lui demander tout ce qui concerne les robes de théâtre; mais dans le but réel de savoir si une certaine et certaine personne était dans sa maison, dont je garde le nom silencieux pour le moment.

Representar un papel insignificante, como de paje que entra con una carta, diciendo simplemente:  tomad , o de  hombre del pueblo primero , que exclama al presentarse la multitud ante el rey:  Señor, justicia, o a tus reales plantas, coronado apéndice del sol . Representing an insignificant role, like that of a page that enters with a letter, simply saying: take, or man of the people first, who exclaims when the crowd appears before the king: Lord, justice, or to your royal plants, crowned appendix of the sun. Jouez un rôle insignifiant, comme une page entrant avec une lettre, en disant simplement: prenez, ou un homme du peuple d'abord, qui s'exclame quand la foule apparaît devant le roi: Seigneur, justice, ou à vos plantes royales, appendice couronné du soleil. (Esta clase de ocupación me hacía dichoso por una noche.) (This kind of occupation made me happy for one night.)

Y por este estilo otras mil tareas, ejercicios y empleos que no cito, porque acabaría tarde, molestando a mis lectores más de lo conveniente. And for this style, a thousand other tasks, exercises and jobs that I do not mention, because it would end late, annoying my readers more than convenient. Et de cette façon mille autres tâches, exercices et travaux que je ne mentionne pas, car je finirais tard, dérangeant mes lecteurs plus qu'il ne convient. En el transcurso de esta puntual historia irán saliendo mis proezas, y con ellas los diversos y complejos servicios que presté. Por ahora voy a dar a conocer a mi ama, la sin par Pepita González, sin omitir nada que pueda dar perfecta idea del mundo en que vivía. For now I am going to make known my mistress, the peerless Pepita Gonzalez, without omitting anything that might give a perfect idea of the world in which she lived.

Mi ama era una muchacha más graciosa que bella, si bien aquella primera calidad resplandecía en su persona de un modo tan sobresaliente que la presentaba como perfecta sin serlo. My mistress was a girl more graceful than beautiful, although that first quality shone in her person in such an outstanding way that it presented her as perfect without being so. Ma maîtresse était une fille plus gracieuse que belle, même si cette première qualité brillait en sa personne d'une manière si remarquable qu'elle la présentait comme parfaite sans l'être. Todo lo que en lo físico se llama hermosura y cuanto en lo moral lleva el nombre de expresión, encanto, coquetería, monería, etc., estaba reconcentrado en sus ojos negros, capaces por sí solos de decir con una mirada más que dijo Ovidio en su poema sobre el arte que nunca se aprende y que siempre se sabe. Everything that in the physical aspect is called beauty and everything that in the moral aspect is called expression, charm, coquetry, cuteness, etc., was concentrated in her black eyes, capable by themselves of saying with a glance more than what Ovid said in his poem about the art that is never learned and that is always known. Ante los ojos de mi ama dejaba de ser una hipérbole aquello de  combustibles áspides y flamígeros ópticos disparos , que Cañizares Añorbe aplicaban a las miradas de sus heroínas. Aux yeux de ma maîtresse, celui des carburants aspiques et des clichés optiques flamboyants, que Cañizares Añorbe appliquait aux regards de ses héroïnes, a cessé d'être une hyperbole.

Generalmente de los individuos que conocimos en nuestra niñez recordamos o los accidentes más marcados de su persona, o algún otro, que a pesar de ser muy insignificante, queda sin embargo grabado de un modo indeleble en nuestra memoria. Esto me pasa a mí con el recuerdo de la González. Cuando la traigo al pensamiento, se me representan clarísimamente dos cosas, a saber: sus ojos incomparables y el taconeo de sus zapatos,  abreviadas cárceles de sus lindos pedestales , como dirían Valladares o Moncín.

No sé si esto bastará para que Vds. se formen idea de mujer tan agraciada. Yo, al recordarla, veo yo aquellos grandes ojos negros, cuyas miradas resucitaban un muerto, y oigo el  tip-tap de su ligero paso. Esto basta para hacerla resucitar en el recinto oscuro de mi imaginación, y, no hay duda, es ella misma. Ahora caigo en que no había vestido, ni mantilla, ni lazo, ni garambaina que no le sentase a maravilla; caigo también en que sus movimientos tenían una gracia especial, un cierto no sé qué, un encanto indefinible, que podrá expresarse cuando el lenguaje tenga la riqueza suficiente para poder designar con una misma palabra la malicia y el recato, la modestia y la provocación. Esta rarísima antítesis consiste en que nada hay más hipócrita que ciertas formas de compostura o en que la malignidad ha descubierto que el mejor medio de vencer a la modestia es imitarla.

Pero sea lo que quiera, lo cierto es que la González electrizaba al público con el airoso meneo de su cuerpo, su hermosa voz, su patética declamación en las obras sentimentales, y su inagotable sal en las cómicas. Mais quoi que vous vouliez, la vérité est que González a électrifié le public avec le mouvement gracieux de son corps, sa belle voix, sa déclamation pathétique dans les œuvres sentimentales et son sel inépuisable dans les bandes dessinées. Igual triunfo tenía siempre que era vista en la calle por la turba de sus admiradores y mosqueteros, cuando iba a los toros en calesa o simón, o al salir del teatro en silla de mano. Elle avait toujours le même triomphe lorsqu'elle était vue dans la rue par la foule de ses admirateurs et mousquetaires, lorsqu'elle allait aux taureaux en buggy ou simón, ou en sortant du théâtre en berline. Desde que veían asomar por la ventanilla el risueño semblante, guarnecido por los encajes de la blanca mantilla, la aclamaban con voces y palmadas diciendo: «Ahí va toda la gracia del mundo, viva la sal de España», u otras frases del mismo género. À partir du moment où ils ont vu le visage souriant furtivement par la fenêtre, orné de la dentelle de la mantille blanche, ils l'ont acclamé avec des voix et des applaudissements disant: "Il y a toute la grâce dans le monde, vive le sel de l'Espagne", ou d'autres phrases du même genre . Estas ovaciones callejeras, les dejaban a ellos muy satisfechos, y también a ella, es decir a nosotros, porque los criados se apropian siempre los triunfos de sus amos.

Pepita era sumamente sensible, y según mi parecer, de sentimientos muy vivos y arrebatados, aunque por efecto de cierto disimulo tan sistemático en ella, que parecía segunda naturaleza, todos la tenían por fría. Pepita était extrêmement sensible, et à mon avis, avec des sentiments très vifs et ravissants, bien qu'à la suite d'une certaine dissimulation si systématique en elle, que cela paraissait une seconde nature, tout le monde la considérait comme froide. Doy fe además de que era muy caritativa, gustando de aliviar todas las miserias de que tenía noticia. Los pobres asediaban su casa, especialmente los sábados, y una de mis más trabajosas ocupaciones consistía en repartirles ochavos y mendrugos, cuando no se los llevaba todos el señor de Comella, que se comía los codos de hambre, sin dejar de ser el  asombro de los siglos , y el primer dramático del mundo. Le pauvre assiégeait sa maison, surtout le samedi, et une de mes occupations les plus laborieuses consistait à leur distribuer des ochavos et des croûtes, quand le sénateur de Comella ne les prenait pas tous, qui se mangeait les coudes de faim, tout en s'étonnant encore de siècles, et le premier dramatique du monde. La González vivía en una casa sin más compañía que la de su abuela, la octogenaria doña Dominguita y dos criados de distinto sexo que la servíamos. La González lived in a house with no other company than her grandmother, the octogenarian Doña Dominguita, and two servants of different sexes who served her.

Y después de haber dicho lo bueno, ¿se me permitirá decir lo malo, respecto al carácter y costumbres de Pepa González? No, no lo digo. Téngase en cuenta, en disculpa de la muchacha ojinegra, que se había criado en el teatro, pues su madre fue  parte de por medio en los ilustres escenarios de la Cruz y los Caños, mientras su padre tocaba el contrabajo en los Sitios y en la Real Capilla. Tenez compte, pour excuser la jeune fille aux yeux noirs, qui avait grandi au théâtre, puisque sa mère était impliquée dans les illustres scènes de La Cruz et de los Caños, tandis que son père jouait de la contrebasse dans les Sites et le Chapelle royale. De esta infeliz y mal avenida coyunda nació Pepita, y excuso decir que desde la niñez comenzó a aprender el oficio, con tal precocidad, que a los doce años se presentó por primera vez en escena, desempeñando un papel en la comedia de Don Antonio Frumento  Sastre, rey y reo a un tiempo, o el sastre de Astracán . Pepita est née de cette malheureuse et mauvaise avenue coyunda, et je m'excuse de dire que dès l'enfance elle a commencé à apprendre le métier, avec une telle précocité qu'à l'âge de douze ans, elle est apparue pour la première fois sur scène, jouant un rôle dans la comédie de Don Antonio Frumento. Tailleur, roi et prisonnier à la fois, ou tailleur d'Astrakhan. Conocida, pues, la escuela, los hábitos poco austeros de aquella alegre gente, a quien el general desprecio autorizaba en cierto modo para ser peor que los demás, ¿no sería locura exigir de mi ama una rigidez de principios, que habrían sido suficientes, en las circunstancias de su vida, para asegurarle la canonización? Knowing, then, the school, the unaustere habits of those cheerful people, whom the general contempt authorized in a certain way to be worse than others, would it not be folly to demand from my mistress a rigidity of principles, which would have been sufficient, in the circumstances of her life, to assure her of canonization? L'école, donc, ayant connu les habitudes peu austères de ces gens joyeux, que le mépris général autorisait d'une certaine manière à être pires que les autres, ne serait-il pas insensé d'exiger de ma maîtresse une rigidité de principes qui eût suffi. dans les circonstances de sa vie, pour assurer sa canonisation?

Réstame darla a conocer como actriz. Soustrayez-moi pour la faire connaître en tant qu'actrice. En este punto debo decir tan sólo que en aquel tiempo me parecía excelente: ignoro el efecto que su declamación produciría en mí, si hoy la viera aparecer en el escenario de cualquiera de nuestros teatros. Cuando mi ama estaba en la plenitud de sus triunfos, no tenía rivales temibles con quienes luchar. María del Rosario Fernández, conocida por la  Tirana , había muerto el año 1803. Rita Luna, no menos famosa que aquélla, se había retirado de la escena en 1806; María Fernández, denominada la  Caramba , también había desaparecido. La Prado, Josefa Virg, María Ribera, María García y otras de aquel tiempo, no poseían extraordinarias cualidades: de modo que si mi ama no sobresalía de un modo notorio sobre las demás, tampoco su estrella se oscurecía ante el brillo de ningún astro enemigo. El único que entonces atraía la atención general y los aplausos de Madrid entero era Máiquez, y ninguna actriz podía considerarle como rival, no existiendo generalmente el antagonismo y la emulación sino entre los dioses de un mismo sexo.

Pepa González estaba afiliada al bando de los anti-Moratinistas, no sólo porque en el círculo por ella frecuentado abundaban los enemigos del insigne poeta, sino también porque personalmente tenía no sé qué motivos de irreconciliable inquina contra él. Aquí tengo que resignarme a apuntar una observación que por cierto favorece bien poco a mi ama; pero como para mí la verdad es lo primero, ahí va mi parecer, mal que pese a los manes de Pepita González. Ici, je dois me résigner à faire une observation qui ne favorise certainement que très peu ma maîtresse; mais puisque pour moi la vérité est la première chose, c'est là que va mon avis, mauvais que malgré les mains de Pepita González. Mi observación es que la actriz del Príncipe no se distinguía por su buen gusto literario, ni en la elección de obras dramáticas, ni tampoco al escoger los libros que daban alimento a su abundante lectura. My observation is that the Prince's actress was not distinguished for her good literary taste, neither in her choice of dramatic works, nor in choosing the books that gave nourishment to her abundant reading. Verdad es que la pobrecilla no había leído a Luzán, ni a Mortiano, ni tenía noticia de la sátira de Jorge Pitillas, ni mortal alguno se había tomado el trabajo de explicarle a Batteux ni a Blair, pues cuantos se acercaron a ella, tuvieron siempre más presente a Ovidio que a Aristóteles y a Bocaccio más que a Despreaux.

Por consiguiente, mi señora formaba bajo las banderas de don Eleuterio Crispín de Andorra, con perdón sea dicho de cejijuntos Aristarcos. Par conséquent, ma dame s'est formée sous les bannières de Don Eleuterio Crispín d'Andorre, avec pardon Aristarcos. Y es que ella no veía más allá, ni hubiera comprendido toda la jerigonza de las reglas, aunque se las predicaran frailes descalzos. She could not see beyond that, nor would she have understood all the jargon of the rules, even if they were preached to her by barefoot friars. Et c'est qu'elle ne voyait pas au-delà, ni n'aurait compris tout le jargon des règles, même si elles étaient prêchées par des frères aux pieds nus. Es preciso advertir que el abate Cladera, de quien parece ser fidelísimo retrato el célebre don Hermógenes, fue amigote del padre de nuestra heroína, y sin duda aquel gracioso pedantón echó en su entendimiento durante la niñez, la semilla de los principios, que en otra cabeza dieron por fruto  El gran cerco de Viena . It should be noted that the Abbé Cladera, of whom the famous Don Hermogenes seems to be a very faithful portrait, was a close friend of our heroine's father, and no doubt that funny little pedant had planted in his mind during his childhood the seed of the principles that in another head bore the fruit of The Great Siege of Vienna . Il est à noter que l'abbé Cladera, dont le célèbre Don Hermogène semble être le portrait le plus fidèle, était un ami du père de notre héroïne, et sans aucun doute ce gracieux pédant a mis dans sa compréhension durant l'enfance, le germe de principes, qui dans un autre la tête a cédé le grand siège de Vienne.

Ello es que mi ama gustaba de las obras de Comella, aunque últimamente, visto el descrédito en que había caído este dios del teatro, al despeñarse en la miseria desde la cumbre de su popularidad, no se atrevía a confesarlo delante de literatos y gente ilustrada. Le fait est que ma maîtresse aimait les œuvres de Comella, bien que ces derniers temps, voyant le discrédit dans lequel était tombé ce dieu du théâtre, en tombant dans la misère du sommet de sa popularité, elle n'osait pas l'avouer devant des écrivains et des éclairés. . Como tuve ocasión de observar, atendiendo a sus conversaciones y poniendo atención a sus preferencias literarias, le gustaban aquellas comedias en que había mucho jaleo de entradas y salidas, revista de tropas, niños hambrientos que piden la teta, decoración de  gran plaza con arco triunfal a la entrada , personajes muy barbudos, tales como irlandeses, moscovitas o escandinavos, y un estilo mediante el cual podía decir la dama en cierta situación de apuro:  «estatua viva soy de hielo:» o «rencor, finjamos... encono, no disimulemos... cautela, favorecedme» . Comme j'ai eu l'occasion de l'observer, assistant à leurs conversations et prêtant attention à leurs préférences littéraires, il aimait ces comédies dans lesquelles il y avait beaucoup d'agitation d'entrées et de sorties, une revue de troupe, des enfants affamés demandant la mésange, décoration d'une grande place avec un arc de triomphe à l'entrée, des personnages très barbus, comme des Irlandais, des Moscovites ou des Scandinaves, et un style par lequel la dame pouvait dire dans une certaine situation de détresse: «Je suis une statue vivante de glace:» ou «du ressentiment, faisons semblant… de l'amertume, Ne nous cachons pas ... prudence, favorisez-moi ».

Recuerdo que varias veces la oí lamentarse de que el nuevo gusto hubiera alejado de la escena diálogos concertados como el siguiente, que pertenece si mal no recuerdo a la comedia  La mayor piedad de Leopoldo el Grande:

MARGARITA.- Vamos, amor...

NADASTI.- Odio...

ZRIN.-  Duda...

CARLOS.- Horror...

ALBURQUERQUE.- Confusión...

ULRICA.- Martirio...

LOS SEIS.- Vamos a esperar que el tiempo diga lo que tú no has dicho. SIX: Let's wait for time to say what you have not said.

Como este género de literatura iba cayendo en desuso, rara vez tenía mi ama el gusto de ver en la escena a  Pedro el Grande en el sitio de Pultowa , mandando a sus soldados que comieran caballos crudos y sin sal; y prometiendo él por su parte almorzar piedras antes que rendir la plaza. As this genre of literature was falling into disuse, my mistress rarely had the pleasure of seeing on the scene Peter the Great at the siege of Pultowa , commanding his soldiers to eat raw and unsalted horses; and promising him for his part to eat stones for lunch rather than surrender the square. Comme ce genre de littérature tombait en désuétude, ma maîtresse avait rarement le plaisir de voir Pierre le Grand sur scène au siège de Pultowa, ordonnant à ses soldats de manger des chevaux crus et non salés; et se promettant de manger des pierres pour le déjeuner plutôt que d'abandonner la place. Debo advertir que esta preferencia más consistía en una tenaz obstinación contra los Moratinistas que en falta de luces para comprender la superioridad de la nueva escuela, y en que mi ama, rancia e intransigente española por los cuatro costados, creía que las reglas y el buen gusto eran malísimas cosas sólo por ser extranjeras, y que para dar muestras de españolismo bastaba abrazarse, como a un lábaro santo, a los despropósitos de nuestros poetas calagurritanos. Je dois avertir que cette préférence consistait plus en une obstination tenace contre les Moratinistas qu'en un manque de perspicacité pour comprendre la supériorité de la nouvelle école, et que ma maîtresse, espagnole viciée et intransigeante des quatre côtés, croyait que les règles et le bien Le goût était de très mauvaises choses simplement parce qu'ils étaient étrangers, et que pour montrer des signes d'espagnol, il suffisait d'embrasser, comme un saint ouvrier, le non-sens de nos poètes calagurritains. En cuanto a Calderón y a Lope de Vega, ella los tenía por admirables, sólo porque eran despreciados por los clásicos.

De buena gana me extendería aquí haciendo algunas observaciones sobre los partidos literarios de entonces y sobre los conocimientos del pueblo en general y de los que se disputaban su favor con tanto encarnizamiento; pero temo ser pesado y apartarme de mi principal objeto, que no es discutir con pluma académica sobre cosas, tal vez mejor conocidas por el lector que por mí. Je me prolongerais volontiers ici en faisant quelques observations sur les partis littéraires de cette époque et sur la connaissance du peuple en général et de ceux qui se sont battus si férocement pour leur faveur; mais j'ai peur d'être lourd et de m'éloigner de mon objectif principal, qui n'est pas d'argumenter avec une plume académique sur des choses, peut-être mieux connues du lecteur que de moi. Quédese en el tintero lo que no es del caso, y volvamos, una vez que dejo consignado el gusto de mi ama, que hoy afearía a cualquier marquesa, artista o virtuosa de lo que llaman el gran mundo; pero que entonces no era bastante a oscurecer ninguna de las gracias de su persona. Ce qui n'est pas le cas doit être laissé en suspens, et revenons en arrière, une fois que j'aurai enregistré le goût de ma maîtresse, qui aujourd'hui mépriserait toute marquise, artiste ou virtuose de ce qu'ils appellent le grand monde; mais cela ne suffisait donc pas à obscurcir aucune des grâces de sa personne.

Ya la conocen Vds. Pues bien; voy a contar lo que me he propuesto... pero ¡por vida de!... ahora caigo en que no debo seguir adelante sin dar a conocer el papel que, por mi desgracia, desempeñé en el ruidoso estreno de  El sí de las niñas , siendo causa de que la tirantez de relaciones entre mi ama y Moratín se aumentara hasta llegar a una solemne ruptura. Maintenant, je suis d'accord que je ne devrais pas continuer sans révéler le rôle que, malheureusement, j'ai joué dans la première bruyante de The Girls Yes, provoquant une augmentation de la tension dans les relations entre ma maîtresse et Moratín jusqu'à ce qu'elle atteigne une rupture solennelle.