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El 19 de Marzo y el 2 de Mayo by Benito Pérez Galdós, III

III

Entraron en la habitación donde estábamos, y al punto que D. Mauro vio a su sobrina dirigiose a ella con los brazos abiertos, y al estrecharla en ellos, exclamó endulzando la voz:

-¡Inés de mi alma, inocente hija de mi prima Juana! Al fin, al fin te veo. Bendito sea Dios que me ha dado este consuelo. ¡Qué linda eres! Ven, déjame que te abrace otra vez.

Doña Restituta hizo lo mismo, pero exagerando hasta lo sumo el mohín lacrimoso de su rostro, así como la apretura de sus abrazos, y luego que ambos hubieron desahogado sus amantes corazones, saludaron a D. Celestino, quien no pudo menos de derramar algunas lágrimas al ver tal explosión de sensibilidad. Por mi parte de buena gana habría correspondido con bofetones a los abrazos con que estrujaban a Inés aquellos gansos, cuya descripción no puedo menos de considerar ahora como indispensable.

D. Mauro Requejo era un hombre izquierdo. Creo que no necesito decir más. ¿No habéis entendido? Pues lo explicaré mejor. ¿Ha sido la naturaleza o es la costumbre quien ha dispuesto que una mitad del cuerpo humano se distinga por su habilidad y la otra mitad por su torpeza? Una de nuestras manos es inepta para la escritura, y en los trabajos mecánicos sólo sirve para ayudar a su experta compañera, la derecha. Esta hace todo lo importante; en el piano ejecuta la melodía, en el violín lleva el arco, que es la expresión, en la esgrima maneja la espada, en la náutica el timón, en la pintura el pincel: es la que abofetea en las disputas; la que hace la señal de lacruz en el rezo y la que castiga el pecho en la penitencia. Iguales disposiciones tiene el pie derecho; si algo eminente y extraordinario ha de hacerse en el baile, es indudable que lo hará el pie derecho; él es también el que salta en la fuga, el que golpea la tierra con ira en la desesperación, el que ahuyenta al perro atrevido, el que aplasta al sucio reptil, el que sirve de ariete para atacar a un despreciable enemigo que no merece ser herido por delante. Esta superioridad mecánica, muscular y nerviosa de las extremidades derechas se extiende a todo el organismo: cuando estamos perplejos sin saber qué dirección tomar, si el cuerpo se abandona a su instinto, se inclinará hacia la derecha, y los ojos buscarán la derecha como un oriente desconocido. Al mismo tiempo en el lado siniestro todo es torpeza, todo subordinación, todo ineptitud: cuanto hace por sí resulta torcido, y su inferioridad es tan notoria, que ni aun en desarrollo puede igualar al otro lado. La mitad de todo hombre es generalmente más pequeña que la otra: para equilibrarlas, sin duda, se dispuso que el corazón ocupara el costado izquierdo.

Hemos hecho tan fastidiosa digresión para que se comprenda lo que dijimos de D. Mauro Requejo. Los dos lados de aquel hombre eran dos lados izquierdos, es decir, que todo él era torpe, inepto, vacilante, inhábil, pesado, brusco, embarazoso. No sé si me explico. Parecía que le estorbaban sus propiasmanos: al verle mirar de un lado para otro, creeríase que buscaba un rincón donde arrojar aquellos miembros inútiles, cubiertos con guantes sin medida, que quitaban la sensibilidad a los oprimidos dedos, hasta el punto de que su dueño no los conocía por suyos.

Habíase sentado en el borde de la silla y sus piernas pequeñas y rígidas, no eran los miembros que reposan con compostura: extendíase a un lado y otro como las dos muletas que un cojo arrima junto a sí. Ya no le servían para nada, sino para arrastrar de aquí para allí los pesados pies. Al quitarse el sombrero, dejándolo en el suelo, al limpiarse el sudor con un luengo pañuelo de cuadros encarnados y azules, parecía el mozo de cuerda que se descarga de un gran fardo. La buena ropa que vestía no era adorno de su cuerpo, pues él no estaba vestido con ella, sino ella puesta en él. En cuanto a los guantes, embruteciéndole las manos, se las convertían en pies. A cada instante se tocaba los dijes del reló y los encajes de las chorreras para cerciorarse de que no se le habían caído; pero como tras la gamuza había desaparecido el tacto, necesitaba emplear la vista, y esto le hacía semejante a un mono que al despertar una mañana se encontrase vestido de pies a cabeza.

Su inquietud era extraordinaria, como la de un cuerpo mortificado por infinito número de picazones, y cada pliegue del traje debía hacer llaga en sus sensibles carnes. A veces aquella inerte manopla deante amarillo rellena de dedos tiesos e insensibles, partía en dirección del sobaco o de la cintura con la ansiosa rapidez de una mano que va a rascar; pero se contenía subiendo a acariciar la barba recién afeitada. También movía con frecuencia el cuello, como si algún bicho extraño agarrado a su occipucio juguetease en el pescuezo entre el pelo y la solapa. Era el coleto encebado que irreverentemente se metía entre piel y camisa, o escarbaba la oreja. La mano de ante amarillo se alzaba también en aquella dirección; pero también se detenía pasando a frotar la rodilla.

La cara de D. Mauro Requejo era redonda como una muestra de reló: no estaba en su sitio la nariz, que se inclinaba del un hemisferio buscando el carrillo siniestro que por obra y gracia de cierto lobanillo era más luminoso que su compañero. Los ojos verdosos y bien puestos bajo cejas negras y un poco achinescadas, tenían el brillo de la astucia, mientras que su boca, insignificante si no la afearan los dos o tres dientes carcomidos que alguna vez se asomaban por entre los labios, tenía todos los repulgos y mohínes que el palurdo marrullero estudia para engañar a sus semejantes. La risa de D. Mauro Requejo era repentina y sonora: en la generalidad de las personas este fenómeno fisiológico empieza y acaba gradualmente, porque acompaña a estados particulares del espíritu, el cual no funciona, que sepamos, conla rigurosa precisión de una máquina. Muy al contrario de esto, nuestro personaje tenía, sin duda, en su organismo un resorte para la risa, de la cual pasaba a la seriedad tan bruscamente como si un dedo misterioso se quitara de la tecla de lo alegre para oprimir la de lo grave. Yo creo que él en su interior pensaba así, «ahora conviene reír»; y reía.


III III

Entraron en la habitación donde estábamos, y al punto que D. Mauro vio a su sobrina dirigiose a ella con los brazos abiertos, y al estrecharla en ellos, exclamó endulzando la voz: They entered the room where we were, and to the point that D. Mauro saw his niece addressing her with open arms, and when he shook her in them, he exclaimed sweetening his voice:

-¡Inés de mi alma, inocente hija de mi prima Juana! Al fin, al fin te veo. Bendito sea Dios que me ha dado este consuelo. Blessed be God who has given me this comfort. ¡Qué linda eres! Ven, déjame que te abrace otra vez. Come on, let me hug you again.

Doña Restituta hizo lo mismo, pero exagerando hasta lo sumo el mohín lacrimoso de su rostro, así como la apretura de sus abrazos, y luego que ambos hubieron desahogado sus amantes corazones, saludaron a D. Celestino, quien no pudo menos de derramar algunas lágrimas al ver tal explosión de sensibilidad. Doña Restituta did the same, but exaggerating to the utmost the tearful pout on her face, as well as the tightness of her hugs, and after both had unburdened their loving hearts, they greeted Don Celestino, who could not help shedding some tears seeing such an explosion of sensitivity. Por mi parte de buena gana habría correspondido con bofetones a los abrazos con que estrujaban a Inés aquellos gansos, cuya descripción no puedo menos de considerar ahora como indispensable. For my part, I would have gladly reciprocated with slaps the hugs with which those geese squeezed Inés, whose description I cannot but now consider indispensable.

D. Mauro Requejo era un hombre izquierdo. Creo que no necesito decir más. ¿No habéis entendido? Have you not understood? Pues lo explicaré mejor. ¿Ha sido la naturaleza o es la costumbre quien ha dispuesto que una mitad del cuerpo humano se distinga por su habilidad y la otra mitad por su torpeza? Has it been nature or custom that has arranged for one half of the human body to be distinguished by its ability and the other half by its clumsiness? Una de nuestras manos es inepta para la escritura, y en los trabajos mecánicos sólo sirve para ayudar a su experta compañera, la derecha. One of our hands is inept for writing, and in mechanical work it only serves to help its expert companion, the right hand. Esta hace todo lo importante; en el piano ejecuta la melodía, en el violín lleva el arco, que es la expresión, en la esgrima maneja la espada, en la náutica el timón, en la pintura el pincel: es la que abofetea en las disputas; la que hace la señal de lacruz en el rezo y la que castiga el pecho en la penitencia. It does everything important; on the piano he executes the melody, on the violin he carries the bow, which is the expression, in fencing he handles the sword, in nautical the rudder, in painting the brush: he is the one who slaps in disputes; the one that makes the sign of the cross in prayer and the one that punishes the breast in penance. Iguales disposiciones tiene el pie derecho; si algo eminente y extraordinario ha de hacerse en el baile, es indudable que lo hará el pie derecho; él es también el que salta en la fuga, el que golpea la tierra con ira en la desesperación, el que ahuyenta al perro atrevido, el que aplasta al sucio reptil, el que sirve de ariete para atacar a un despreciable enemigo que no merece ser herido por delante. The same dispositions have the right foot; If something eminent and extraordinary is to be done in the dance, it is certain that the right foot will do it; He is also the one who leaps into flight, the one who strikes the earth in anger in despair, the one who drives away the daring dog, the one who crushes the dirty reptile, the one who serves as a battering ram to attack a despicable enemy that does not deserve to be injured ahead. Esta superioridad mecánica, muscular y nerviosa de las extremidades derechas se extiende a todo el organismo: cuando estamos perplejos sin saber qué dirección tomar, si el cuerpo se abandona a su instinto, se inclinará hacia la derecha, y los ojos buscarán la derecha como un oriente desconocido. Al mismo tiempo en el lado siniestro todo es torpeza, todo subordinación, todo ineptitud: cuanto hace por sí resulta torcido, y su inferioridad es tan notoria, que ni aun en desarrollo puede igualar al otro lado. At the same time, on the sinister side, everything is clumsiness, all subordination, all ineptitude: everything it does by itself turns out to be crooked, and its inferiority is so notorious that not even in development it can match the other side. La mitad de todo hombre es generalmente más pequeña que la otra: para equilibrarlas, sin duda, se dispuso que el corazón ocupara el costado izquierdo. Half of every man is generally smaller than the other: to balance them, no doubt, it was arranged that the heart occupy the left side.

Hemos hecho tan fastidiosa digresión para que se comprenda lo que dijimos de D. Mauro Requejo. We have made such annoying digression so that what we said about D. Mauro Requejo is understood. Los dos lados de aquel hombre eran dos lados izquierdos, es decir, que todo él era torpe, inepto, vacilante, inhábil, pesado, brusco, embarazoso. No sé si me explico. Parecía que le estorbaban sus propiasmanos: al verle mirar de un lado para otro, creeríase que buscaba un rincón donde arrojar aquellos miembros inútiles, cubiertos con guantes sin medida, que quitaban la sensibilidad a los oprimidos dedos, hasta el punto de que su dueño no los conocía por suyos. It seemed that his own hands were getting in his way: when seeing him look from one side to the other, one would think that he was looking for a corner where to throw those useless limbs, covered with gloves without measure, which took away the sensitivity of the oppressed fingers, to the point that their owner did not he knew them for his own.

Habíase sentado en el borde de la silla y sus piernas pequeñas y rígidas, no eran los miembros que reposan con compostura: extendíase a un lado y otro como las dos muletas que un cojo arrima junto a sí. He had sat on the edge of the chair and his legs were small and stiff, they were not the limbs that rest with composure: he stretched out to one side and the other like the two crutches that a lame man draws next to him. Ya no le servían para nada, sino para arrastrar de aquí para allí los pesados pies. Al quitarse el sombrero, dejándolo en el suelo, al limpiarse el sudor con un luengo pañuelo de cuadros encarnados y azules, parecía el mozo de cuerda que se descarga de un gran fardo. Taking off his hat, leaving it on the floor, wiping the sweat with a long blue and red checkered handkerchief, he looked like the young man with the rope unloaded from a large bundle. La buena ropa que vestía no era adorno de su cuerpo, pues él no estaba vestido con ella, sino ella puesta en él. The good clothing he wore was not an adornment of his body, for he was not dressed in it, but she was wearing it. En cuanto a los guantes, embruteciéndole las manos, se las convertían en pies. As for the gloves, brutalizing his hands, they turned them into feet. A cada instante se tocaba los dijes del reló y los encajes de las chorreras para cerciorarse de que no se le habían caído; pero como tras la gamuza había desaparecido el tacto, necesitaba emplear la vista, y esto le hacía semejante a un mono que al despertar una mañana se encontrase vestido de pies a cabeza. At every moment he touched the trinkets of the watch and the lace of the frills to make sure they had not fallen off; but since after the chamois touch had disappeared, he needed to use his eyes, and this made him like a monkey waking up one morning to find himself dressed from head to toe.

Su inquietud era extraordinaria, como la de un cuerpo mortificado por infinito número de picazones, y cada pliegue del traje debía hacer llaga en sus sensibles carnes. His unease was extraordinary, like that of a body mortified by an infinite number of itches, and each fold of the suit had to make a sore on his sensitive flesh. A veces aquella inerte manopla deante amarillo rellena de dedos tiesos e insensibles, partía en dirección del sobaco o de la cintura con la ansiosa rapidez de una mano que va a rascar; pero se contenía subiendo a acariciar la barba recién afeitada. Sometimes that inert yellow front mitten, filled with stiff, insensitive fingers, would depart in the direction of the armpit or the waist with the eager rapidity of a scratching hand; but he contained himself by going up to caress the freshly shaved beard. También movía con frecuencia el cuello, como si algún bicho extraño agarrado a su occipucio juguetease en el pescuezo entre el pelo y la solapa. He also frequently moved his neck, as if some strange bug clutching his occiput was fiddling on the neck between his hair and his lapel. Era el coleto encebado que irreverentemente se metía entre piel y camisa, o escarbaba la oreja. It was the waxed pigtail that irreverently got between skin and shirt, or scratched the ear. La mano de ante amarillo se alzaba también en aquella dirección; pero también se detenía pasando a frotar la rodilla. The yellow suede hand was also raised in that direction; but he also stopped, rubbing his knee.

La cara de D. Mauro Requejo era redonda como una muestra de reló: no estaba en su sitio la nariz, que se inclinaba del un hemisferio buscando el carrillo siniestro que por obra y gracia de cierto lobanillo era más luminoso que su compañero. Don Mauro Requejo's face was round like a sample of a relay: his nose was not in place, which leaned from one hemisphere looking for the sinister cheek that by work and grace of a certain wolf was brighter than his companion. Los ojos verdosos y bien puestos bajo cejas negras y un poco achinescadas, tenían el brillo de la astucia, mientras que su boca, insignificante si no la afearan los dos o tres dientes carcomidos que alguna vez se asomaban por entre los labios, tenía todos los repulgos y mohínes que el palurdo marrullero estudia para engañar a sus semejantes. The greenish eyes, set well under black and slightly narrowed brows, had the brilliance of cunning, while his mouth, insignificant if it were not made ugly by the two or three rotten teeth that once peeked out from between the lips, had all the repulsions and pouts that the crooked peasant studies to deceive his fellow men. La risa de D. Mauro Requejo era repentina y sonora: en la generalidad de las personas este fenómeno fisiológico empieza y acaba gradualmente, porque acompaña a estados particulares del espíritu, el cual no funciona, que sepamos, conla rigurosa precisión de una máquina. The laugh of D. Mauro Requejo was sudden and sonorous: in the generality of the people this physiological phenomenon begins and ends gradually, because it accompanies particular states of the spirit, which does not work, that we know, with the rigorous precision of a machine. Muy al contrario de esto, nuestro personaje tenía, sin duda, en su organismo un resorte para la risa, de la cual pasaba a la seriedad tan bruscamente como si un dedo misterioso se quitara de la tecla de lo alegre para oprimir la de lo grave. Quite the contrary of this, our character undoubtedly had in his body a spring for laughter, from which he became serious as abruptly as if a mysterious finger were removed from the key of the happy to press that of the serious . Yo creo que él en su interior pensaba así, «ahora conviene reír»; y reía. I think that inside him he thought like this, "now it is convenient to laugh"; and laughed.