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A Mi aire, Viajando a Pontevedra y conociendo a Castelao

Viajando a Pontevedra y conociendo a Castelao

Hola a todos, queridos amigos, me alegro mucho de saludaros hoy 25 de agosto. ¿Qué tal va el verano? Yo acabo de volver de Galicia. Bernardo, gracias por tu comentario, tienes toda la razón: Galicia es un sueño. A Betanzos no fui, y no probé su tortilla de patata, pero estas vacaciones he comido mucho pescado y marisco. Mmmh, ¡qué rico! Hoy os voy a hablar del viaje hasta esa bonita región de España en el tren nocturno y después os presentaré a Castelao, un estupendo artista gallego de principios del siglo XX. Pero antes de empezar quiero felicitar a mi compañero del podcast de inglés. Gerry lanza hoy su emisión número 200. Enhorabuena, Gerry, y muchas gracias por todos esos interesantes podcasts de News Digest.

*

Cogí el tren de Madrid a Pontevedra por los pelos [1], justo un minuto antes de que saliera hacia Galicia. Es que en Madrid las distancias son enormes, los autobuses no son puntuales y en verano hay muy pocos metros. Ay, no sabéis lo que sufrí corriendo con la mochila a la espalda hacia Chamartín. Entré la última en el vagón, y... uff, se me había olvidado… viajaba sentada. Eran las diez y cuarto de la noche y el tren llegaba a las 9:30 a Pontevedra. Compré el billete para el tren de la noche, no quería perder tiempo durante el día, pero cogí asiento en lugar de litera [2] y no me acuerdo de por qué… Pero bueno, al final no fue tan malo el viajar así. Mirad, mis compañeros de vagón eran muy interesantes. Había un grupo de peregrinos [3] que iba a Orense. Su idea era ir hasta Santiago y después al Cabo de Fisterra. Eran andaluces. Un poco más atrás había una pareja de personas mayores que iba a ver a su hijo, tendrían unos 80 años y allí estaban tan contentos. Esta pareja se durmió enseguida y nuestra charleta [4] no les molestó en sus sueños. Enfrente de mí una chica de Albacete. Bueno, una chica de un pueblo de Albacete. Se estaba recorriendo [5] el país en transporte público e iba feliz. Tendría unos 25 años y era muy simpática. Ahora iba a Cambados a ver a su novio. Me contó que hacía tres años conoció a Roberto, un chico gallego que había ido al pueblo de prácticas. Entonces se enamoraron y Roberto se quedó allí con ella, no volvió a Galicia. Este verano Roberto trabaja en Cambados con su tío, pero luego se vuelven los dos al pueblo de Albacete. Carmela no conocía Cambados, la verdad es que nunca había salido del pueblo. A Pontevedra la iba a buscar su futura suegra [6]. Carmela y Roberto se querían casar. Carmela estaba muy excitada. No durmió en toda la noche, cada vez que yo abría el ojo para cambiar de postura veía a la chica escribiendo whatsapps. Carmela y Roberto tienen toda la vida por delante y lo saben y viven intensamente. Ojalá les vaya bien. Por la mañana el camarero del vagón-restaurante, me enseñó la ría de Vigo. - Mira, mira, llevo haciendo estos viajes de Madrid a Pontevedra 20 años y este es el tramo [7] más bonito del viaje-, me dijo. - Ahí tienes las mejilloneras [8], ¡mira cuántas hay! -.- ¿Mejilloneras?- pregunté yo, no sabía qué era eso. – De esas balsas [9] de madera caen mil cuerdas hacia abajo y los mejillones se pegan ahí, en las cuerdas, y crecen hasta que tú te los comes -. Me hizo gracia, los mejillones se cultivan, no tenía ni idea. El revisor [10] se acercó a nosotros, hizo una broma al camarero y este me presentó. El revisor era francés, pero también llevaba años viajando en ese tren, aunque antes había viajado en el Pau Casals. Eso me trajo muchos recuerdos, ¡cuántas veces he viajado yo en el Pau Casals! En fin. Al llegar a Pontevedra me despedí de mis compañeros de viaje, no los volveré a ver. Son encuentros especiales que dan sal a la vida [11] y te regalan un buen día.

*

Estuve en Pontevedra y las Rías Bajas una semana, conocí a artistas como Castelao o Maruja Mallo, Paradores como el de Bayona, vi la desembocadura [12] del río Miño desde el monte de Santa Tecla. Ah, y una de las cosas que más me gustó fueron las caminatas por la Costa de la Vela, esas caminatas nada turísticas viendo las islas Cíes en todo momento. Pero hoy me voy a centrar en un artista gallego de principios del siglo XX, os voy a hablar de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao. ¡Cómo me gustó! Por la mañana temprano me lo presentó Elvira. Mi amiga me enseñó en el Museo de Arte de Pontevedra las láminas de Castelao, sus cuadros, sus caricaturas. Elvira me hizo ver lo crítico que era el artista con el gobierno, cómo defendía a los campesinos [13] y a la gente del pueblo. Tiene unas láminas muy graciosas y satíricas que nos hacen sonreír. Este hombre era artista, escritor, médico y además político. Él mismo trabajó en el Estatuto [14] de Autonomía de Galicia de 1936.

Castelao pintó un cartel para apoyar [15] ese Estatuto. En el cartel se ve una vaca. Una campesina la da de comer, un aristócrata con sombrero y traje de chaqueta la ordeña [16], es decir, se queda con la leche. La votación a la aprobación o no del Estatuto de Autonomía nunca se hizo porque estalló [17] la Guerra Civil Española. Los gallegos hoy en día no tienen Estatuto. El artista pintó después unos cuadros terribles de los horrores de la Guerra Civil Española que te ponen la piel de gallina [18]. Al terminar la guerra, Castelao se marchó de España y vivió exiliado en muchos países. Vivió por ejemplo en Estados Unidos, donde dibujó “Negro en Nueva York”, un cuadro con mucha expresión; o en La Habana, donde plasmó [19] estupendamente a los cubanos bailando. Como os digo, a mí me gustó mucho la pintura de Castelao, por eso me recorrí todas las librerías de Pontevedra buscando láminas suyas. El problema es que todo lo que encontré sobre el artista estaba en gallego. Una pena. Yo pienso que si todo lo que escribió Castelao está en gallego, lo conocen sólo los gallegos. Una pena. Elvira me decía: - ¡Pero si da igual [20], mujer! El gallego lo entiende todo el mundo, es como el español -. Pero, ¡ay amigos!, eso no es verdad, yo no entiendo el gallego. ¿Quién sabe que maíz es mallo en gallego, o que barca se dice gamela? Son palabras bien diferentes y como esos ejemplos hay más. El gallego es un idioma en sí, tiene su propia gramática. Claro que gallegos y españoles nos entendemos con las manos y los pies [21], pero a mí … se me escapa [22] el detalle. Así que al final no compré nada de Castelao. Ahora, lo dicho, este hombre me parece muy interesante y es un verdadero artista. Si queréis saber más sobre él, buscad información en la red.

*

Bueno, llegamos al final de esta emisión. Vuelvo a estar con vosotros el 8 de septiembre vía app o en la página web podclub.ch. Entonces os hablaré de la Costa da Morte y del cementerio de los ingleses. Poco a poco os voy a acercar Galicia. Mientras tanto podéis aprender las palabras nuevas de este podcast con el entrenador de vocabulario que encontráis en nuestra aplicación y también podéis ver fotos en Instagram con #amiaire y #podclubalicia.

Amigos, cuidaros y que os vaya muy bien. Glossaire: A mi aire [1] por los pelos: en el último minuto, en el último instante [2] (la) litera: cada una de las camas estrechas y sencillas que se colocan una sobre otra [3] (el) peregrino: persona que camina por devoción a un santuario; en Galicia se ven muchos peregrinos que van a Santiago de Compostela [4] (la) charleta: conversación amistosa, informal, relajada; charla [5] recorrer: ir de un sitio a otro; hacer un trayecto [6] (la) suegra: la madre del marido [7] (el) tramo: la parte, la etapa [8] (la) mejillonera: es una instalación donde se crían mejillones, es como un invernadero de mejillones [9] (la) balsa: plataforma de madera que flota en el agua [10] (el) revisor: el controlador de billetes del tren; verifica si los viajeros tienen un billete para viajar [11] dar sal a la vida: dar alegrías, ilusión, buenos momentos a la vida; dar sabor a la vida [12] (la) desembocadura: el lugar donde muere el río, donde el río entra en el mar, en un lago o en otro río [13] campesino/a: la gente que vive y trabaja en el campo [14] (el) estatuto: ley especial básica para la autonomía de una región [15] apoyar: ayudar, patrocinar, favorecer, confirmar [16] ordeñar: sacar la leche directamente de la vaca [17] estallar: empezar de repente, ocurrir algo violentemente; se habla de estallar una guerra o una revolución [18] piel de gallina: cuando algo emociona, sorprende, afecta por miedo, por horror, o simplemente por frío [19] plasmar: captar, reflejar, retratar, dibujar [20] dar igual: ser lo mismo [21] entenderse con las manos y los pies: entenderse de todas formas ; comunicarse con gestos y sin problema [22] escaparse el detalle: perder el detalle, no entender todo todo

Viajando a Pontevedra y conociendo a Castelao Reisen nach Pontevedra und Treffen mit Castelao Traveling to Pontevedra and getting to know Castelao 前往庞特韦德拉与卡斯特拉奥会面

Hola a todos, queridos amigos, me alegro mucho de saludaros hoy 25 de agosto. ¿Qué tal va el verano? Yo acabo de volver de Galicia. Bernardo, gracias por tu comentario, tienes toda la razón: Galicia es un sueño. A Betanzos no fui, y no probé su tortilla de patata, pero estas vacaciones he comido mucho pescado y marisco. Mmmh, ¡qué rico! Hoy os voy a hablar del viaje hasta esa bonita región de España en el tren nocturno y después os presentaré a Castelao, un estupendo artista gallego de principios del siglo XX. Pero antes de empezar quiero felicitar a mi compañero del podcast de inglés. Gerry lanza hoy su emisión número 200. Enhorabuena, Gerry, y muchas gracias por todos esos interesantes podcasts de News Digest.

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Cogí el tren de Madrid a Pontevedra por los pelos [1], justo un minuto antes de que saliera hacia Galicia. Es que en Madrid las distancias son enormes, los autobuses no son puntuales y en verano hay muy pocos metros. Ay, no sabéis lo que sufrí corriendo con la mochila a la espalda hacia Chamartín. Entré la última en el vagón, y... uff, se me había olvidado… viajaba sentada. Eran las diez y cuarto de la noche y el tren llegaba a las 9:30 a Pontevedra. Compré el billete para el tren de la noche, no quería perder tiempo durante el día, pero cogí asiento en lugar de litera [2] y no me acuerdo de por qué… Pero bueno, al final no fue tan malo el viajar así. Mirad, mis compañeros de vagón eran muy interesantes. Había un grupo de peregrinos [3] que iba a Orense. Su idea era ir hasta Santiago y después al Cabo de Fisterra. Eran andaluces. Un poco más atrás había una pareja de personas mayores que iba a ver a su hijo, tendrían unos 80 años y allí estaban tan contentos. Esta pareja se durmió enseguida y nuestra charleta [4] no les molestó en sus sueños. Enfrente de mí una chica de Albacete. Bueno, una chica de un pueblo de Albacete. Se estaba recorriendo [5] el país en transporte público e iba feliz. Tendría unos 25 años y era muy simpática. Ahora iba a Cambados a ver a su novio. Me contó que hacía tres años conoció a Roberto, un chico gallego que había ido al pueblo de prácticas. Entonces se enamoraron y Roberto se quedó allí con ella, no volvió a Galicia. Este verano Roberto trabaja en Cambados con su tío, pero luego se vuelven los dos al pueblo de Albacete. Carmela no conocía Cambados, la verdad es que nunca había salido del pueblo. A Pontevedra la iba a buscar su futura suegra [6]. Carmela y Roberto se querían casar. Carmela estaba muy excitada. No durmió en toda la noche, cada vez que yo abría el ojo para cambiar de postura veía a la chica escribiendo whatsapps. Carmela y Roberto tienen toda la vida por delante y lo saben y viven intensamente. Ojalá les vaya bien. Por la mañana el camarero del vagón-restaurante, me enseñó la ría de Vigo. - Mira, mira, llevo haciendo estos viajes de Madrid a Pontevedra 20 años y este es el tramo [7] más bonito del viaje-, me dijo. - Ahí tienes las mejilloneras [8], ¡mira cuántas hay! -.- ¿Mejilloneras?- pregunté yo, no sabía qué era eso. – De esas balsas [9] de madera caen mil cuerdas hacia abajo y los mejillones se pegan ahí, en las cuerdas, y crecen hasta que tú te los comes -. Me hizo gracia, los mejillones se cultivan, no tenía ni idea. El revisor [10] se acercó a nosotros, hizo una broma al camarero y este me presentó. El revisor era francés, pero también llevaba años viajando en ese tren, aunque antes había viajado en el Pau Casals. Eso me trajo muchos recuerdos, ¡cuántas veces he viajado yo en el Pau Casals! En fin. Al llegar a Pontevedra me despedí de mis compañeros de viaje, no los volveré a ver. Son encuentros especiales que dan sal a la vida [11] y te regalan un buen día.

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Estuve en Pontevedra y las Rías Bajas una semana, conocí a artistas como Castelao o Maruja Mallo, Paradores como el de Bayona, vi la desembocadura [12] del río Miño desde el monte de Santa Tecla. Ah, y una de las cosas que más me gustó fueron las caminatas por la Costa de la Vela, esas caminatas nada turísticas viendo las islas Cíes en todo momento. Pero hoy me voy a centrar en un artista gallego de principios del siglo XX, os voy a hablar de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao. ¡Cómo me gustó! Por la mañana temprano me lo presentó Elvira. Mi amiga me enseñó en el Museo de Arte de Pontevedra las láminas de Castelao, sus cuadros, sus caricaturas. Elvira me hizo ver lo crítico que era el artista con el gobierno, cómo defendía a los campesinos [13] y a la gente del pueblo. Tiene unas láminas muy graciosas y satíricas que nos hacen sonreír. Este hombre era artista, escritor, médico y además político. Él mismo trabajó en el Estatuto [14] de Autonomía de Galicia de 1936.

Castelao pintó un cartel para apoyar [15] ese Estatuto. En el cartel se ve una vaca. Una campesina la da de comer, un aristócrata con sombrero y traje de chaqueta la ordeña [16], es decir, se queda con la leche. La votación a la aprobación o no del Estatuto de Autonomía nunca se hizo porque estalló [17] la Guerra Civil Española. Los gallegos hoy en día no tienen Estatuto. El artista pintó después unos cuadros terribles de los horrores de la Guerra Civil Española que te ponen la piel de gallina [18]. Al terminar la guerra, Castelao se marchó de España y vivió exiliado en muchos países. Vivió por ejemplo en Estados Unidos, donde dibujó “Negro en Nueva York”, un cuadro con mucha expresión; o en La Habana, donde plasmó [19] estupendamente a los cubanos bailando. Como os digo, a mí me gustó mucho la pintura de Castelao, por eso me recorrí todas las librerías de Pontevedra buscando láminas suyas. El problema es que todo lo que encontré sobre el artista estaba en gallego. Una pena. Yo pienso que si todo lo que escribió Castelao está en gallego, lo conocen sólo los gallegos. Una pena. Elvira me decía: - ¡Pero si da igual [20], mujer! El gallego lo entiende todo el mundo, es como el español -. Pero, ¡ay amigos!, eso no es verdad, yo no entiendo el gallego. ¿Quién sabe que maíz es mallo en gallego, o que barca se dice gamela? Son palabras bien diferentes y como esos ejemplos hay más. El gallego es un idioma en sí, tiene su propia gramática. Claro que gallegos y españoles nos entendemos con las manos y los pies [21], pero a mí … se me escapa [22] el detalle. Así que al final no compré nada de Castelao. Ahora, lo dicho, este hombre me parece muy interesante y es un verdadero artista. Si queréis saber más sobre él, buscad información en la red.

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Bueno, llegamos al final de esta emisión. Vuelvo a estar con vosotros el 8 de septiembre vía app o en la página web podclub.ch. Entonces os hablaré de la Costa da Morte y del cementerio de los ingleses. Poco a poco os voy a acercar Galicia. Mientras tanto podéis aprender las palabras nuevas de este podcast con el entrenador de vocabulario que encontráis en nuestra aplicación y también podéis ver fotos en Instagram con #amiaire y #podclubalicia.

Amigos, cuidaros y que os vaya muy bien. Glossaire: A mi aire [1] por los pelos: en el último minuto, en el último instante [2] (la) litera: cada una de las camas estrechas y sencillas que se colocan una sobre otra [3] (el) peregrino: persona que camina por devoción a un santuario; en Galicia se ven muchos peregrinos que van a Santiago de Compostela [4] (la) charleta: conversación amistosa, informal, relajada; charla [5] recorrer: ir de un sitio a otro; hacer un trayecto [6] (la) suegra: la madre del marido [7] (el) tramo: la parte, la etapa [8] (la) mejillonera: es una instalación donde se crían mejillones, es como un invernadero de mejillones [9] (la) balsa: plataforma de madera que flota en el agua [10] (el) revisor: el controlador de billetes del tren; verifica si los viajeros tienen un billete para viajar [11] dar sal a la vida: dar alegrías, ilusión, buenos momentos a la vida; dar sabor a la vida [12] (la) desembocadura: el lugar donde muere el río, donde el río entra en el mar, en un lago o en otro río [13] campesino/a: la gente que vive y trabaja en el campo [14] (el) estatuto: ley especial básica para la autonomía de una región [15] apoyar: ayudar, patrocinar, favorecer, confirmar [16] ordeñar: sacar la leche directamente de la vaca [17] estallar: empezar de repente, ocurrir algo violentemente; se habla de estallar una guerra o una revolución [18] piel de gallina: cuando algo emociona, sorprende, afecta por miedo, por horror, o simplemente por frío [19] plasmar: captar, reflejar, retratar, dibujar [20] dar igual: ser lo mismo [21] entenderse con las manos y los pies: entenderse de todas formas ; comunicarse con gestos y sin problema [22] escaparse el detalle: perder el detalle, no entender todo todo