Buceo, amor y pueblos fantasmas
Hola amigos, bienvenidos a esta nueva emisión de A mi aire. Estamos a 1 de diciembre, empieza uno de los meses más bonitos del año. Las calles oscuras se llenarán enseguida de luces de colores y en las montañas ya tenemos nieve blanca, blanca. Yo ya estoy organizando de nuevo una excursión con las raquetas de nieve, los esquís los tengo preparados; además se acerca la Navidad, ¡me encanta! Hoy os voy a contar una bonita historia de amor entre un español y una mujer china y después os hablaré de pueblos fantasmas, pueblos que tuvieron que ser desalojados [1] para hacer una presa [2] y ahora, por la sequía [3], han vuelto a aparecer. Son… como pueblos mágicos. ¡Ya veréis!
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Hay historias de amor maravillosas, yo acabo de conocer una muy bonita. Pero antes de contárosla quiero empezar con una pregunta: ¿cuántas parejas mixtas conocéis? Por ejemplo, parejas de suizos y españolas, conozco muchas. En España es quizás más difícil encontrar una pareja mixta, porque el país es más grande que Suiza, pero también las hay, ¿eh? Mi historia de hoy es una historia de amor entre China y España. En los años 70 una joven china va a estudiar español a Madrid y se encuentra allí con el amor de su vida, con el que más tarde se casará. Ella es mayor que él, 19 años tiene; José María 16. Los dos son muy jóvenes, por eso ella se vuelve a su país; pero 5 años después regresa a España y se vuelve a encontrar con José María Quero. Aquí empieza una bonita historia de amor. Chen Ping no se separó más de José María, nunca más.
La pareja se conoció en un piso del barrio de la Concepción en Madrid y, ¡fijaros qué casualidad!, en aquella época mi familia y yo vivíamos en ese barrio. Quizás José María era nuestro vecino de abajo y Chen Ping la amiga del cocinero del piso de arriba. Quizás mis padres se cruzaron con la pareja en las escaleras o la vieron en el bar de la esquina. No sé si mis padres conocieron al buceador de Jaén crecido en Madrid. No lo sé, les tengo que preguntar. Pero bueno, José María era más joven que mi padre. Mi padre era ya papá, José era un muchacho, yo tenía entonces tres añitos. Pero lo que está claro es que la historia de amor fue o en mi edificio, o en el de más allá [4]. Me hace gracia la coincidencia [5].
Bueno, pues la pareja no se quedó mucho tiempo en nuestro barrio. La pareja se fue al desierto del Sáhara. Él era buceador profesional, consiguió hacerse buceador viviendo en una ciudad sin mar. Y en el Sáhara buceó para una empresa de fosfatos, luego continuó buceando en las Islas Canarias. Me encanta la gente que tiene una vocación y se dedica a ella hasta el final.
Ella era escritora y en el desierto escribió uno de sus libros más conocidos: “Diarios del Sáhara”. Este libro ha sido traducido al español hace muy poco tiempo. Está escrito de una forma sencilla, parece que la escritora habla con una amiga cuando cuenta sus vivencias [6] de esa época. Este libro se vende todavía como novedad en China, en los últimos cinco años se han vendido 10 millones de ejemplares. Ahora se acaba de traducir al castellano. Es una pequeña joya de la literatura.
La escritora Chen Ping firma como Sanmao y así se la conoce. Es un nombre cogido de un comic chino. Sanmao es un niño que va por el mundo sin hogar [7], era el reflejo de su espíritu. Ella se veía así: vagabunda y libre. Esta mujer antes de ir a Madrid y conocer a José María estuvo en Nueva York y viajó por Europa, se interesaba por todo, fascinaba con su palabra. Sabía escribir y sabía amar, amar como nadie, intensamente; ella fue capaz de seguir a su amor al desierto y después a las Islas Canarias y vivir en una isla y en otra, ella siempre contenta, al lado de su buceador. Aunque Sanmao siempre decía: un día el mar se lo llevará... Lamentablemente así fue, un día el mar se llevó a José María. Nuestro buzo profesional se ahogó [8] una mañana de domingo estando con amigos. Se había metido a muchos metros de profundidad, había trabajado para varias empresas, siempre buceando, y su vida terminó de una manera común, buceando con amigos una mañana en la Isla de la Palma. Era el año 1979. Sanmao regresó a su país y siguió escribiendo, pero la historia de amor entre China y España sigue presente. Muchos chinos van a visitar la Palma y dejan flores en la tumba [9] de José María. Allí hay un poema bien bonito de la escritora a su amante y marido:
“No me preguntes de dónde vengo, mi origen es muy lejano. ¿Por qué vagabundear tan lejos? Por los pájaros que vuelan, por el arroyo [10] que fluye [11] en el valle, por las vastas praderas [12], pero sobre todo, por el olivo de mis sueños”
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Hay personas que bucean para buscar los secretos que hay en las profundidades, para buscar barcos hundidos o ciudades sumergidas [13] bajo el mar. Ahora resulta que, con la sequía tan inmensa que está habiendo, pueblos hundidos y desaparecidos vuelven a ver la luz... El agua se va y aparece la ruina de una iglesia; de repente se ve la panadería, la escuela, la casa de la tía Manolita... De pronto se puede pasear por las calles en ruinas de ese pueblo que una vez estuvo bajo el agua. Este es el caso de un pueblo de la Rioja. El embalse [14] de Mansilla se construyó hace 50 años y para eso se tuvo que desalojar un pueblo entero. 600 personas se tuvieron que marchar, tristes, por obligación. Es que es una zona súper seca, se necesitaba el agua para los pueblos de Alto Najerilla. Este verano había ya muy poca agua en el embalse y la gente no se pudo bañar. Sin embargo, se veía la punta del campanario [15] de la iglesia, ahora ya se ve todo el pueblo y se puede incluso pasear, como os he dicho. El pasear por ahí tiene algo mágico, nostálgico. A mí siempre me han gustado las ruinas, los castillos medio derruidos [16], las ruinas romanas, las celtas… Me gusta imaginarme las vidas que hubo entre esas paredes o piedras. Pues este es sólo un ejemplo de pueblos reaparecidos [17] por la sequía, de pueblos que se vuelven a ver. En la provincia de Lugo y en la de Orense hay más pueblos así. Aquí en Suiza, en el valle de Verzasca está el lago de Vogorno y me contaron que este lago también tiene un pueblo escondido bajo el agua, ¿no es cierto? Pero de él no se ve absolutamente nada. Para verlo habría que bucear.
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Bueno, amigos, ya os dejo por hoy. El 15 de diciembre tengo a una invitada muy especial en el estudio: Martha. Ella es una chica mexicana y nos hablará, entre otras cosas, de cómo es la Navidad en su país. ¡Espero teneros con nosotras!
Mientras tanto podéis aprender las palabras nuevas de este podcast con el entrenador de vocabulario y ver fotos en Instagram, con #amiaire y #podclubalicia. Hasta entonces cuidaros y disfrutad de este bonito mes de diciembre.