×

We use cookies to help make LingQ better. By visiting the site, you agree to our cookie policy.


image

Cuentos de la Selva, La gama ciega

La gama ciega

Había una vez un venado —una gama— que tuvo dos hijos mellizos, cosa rara entre los venados. Un gato montés se comió a uno de ellos, y quedó sólo la hembra. Las otras gamas, que la querían mucho, le hacían siempre cosquillas en los costados.

Su madre le hacia repetir todas la mañanas, al rayar el día, la oración de los venados. Y dice así:

I. Hay que oler bien primero las hojas antes de comerlas, porque algunas son venenosas.

II. Hay que mirar bien el río y quedarse quieto antes de bajar a beber, para estar seguro de que no hay yacarés.

III. Cada media hora hay que levantar bien alto la cabeza y oler el viento, para sentir el olor del tigre.

IV. Cuando se come pasto del suelo hay que mirar siempre antes los yuyos, para ver si hay víboras.

Este es el padrenuestro de los venados chicos. Cuando la gamita lo hubo aprendido bien, su madre la dejó andar sola.

Una tarde, sin embargo, mientras la gamita recorría el monte comiendo las hojitas tiernas, vio de pronto ante ella, en el hueco de un árbol que estaba podrido, muchas bolitas juntas que colgaban. Tenían un color oscuro, como el de las pizarras.

¿Qué sería? Ella tenía también un poco de miedo, pero como era muy traviesa, dio un cabezazo a aquellas cosas, y disparó.

Vio entonces que las bolitas se habían rajado, y que caían gotas. Habían salido también muchas mosquitas rubias de cintura muy fina, que caminaban apuradas por encima.

La gama se acercó, y las mosquitas no la picaron. Despacito, entonces, muy despacito, probó una gota con la punta de la lengua, y se relamió con gran placer: aquellas gotas eran miel, y miel riquísima porque las bolas de color pizarra eran una colmena de abejitas que no picaban porque no tenían aguijón. Hay abejas así.

En dos minutos la gamita se tomó toda la miel, y loca de contenta fue a contarle a su mamá. Pero la mamá la reprendió seriamente. —Ten mucho cuidado, mi hija —le dijo—, con los nidos de abejas. La miel es una cosa muy rica, pero es muy peligroso ir a sacarla. Nunca te metas con los nidos que veas.

La gamita gritó contenta: —¡Pero no pican, mamá! Los tábanos y las uras sí pican; las abejas, no.

—Estás equivocada, mi hija —continuó la madre—. Hoy has tenido suerte, nada más. Hay abejas y avispas muy malas. Cuidado, mi hija, porque me vas a dar un gran disgusto.

—¡Sí, mamá! ¡Sí, mamá! —respondió la gamita. Pero lo primero que hizo a la mañana siguiente, fue seguir los senderos que habían abierto los hombres en el monte, para ver con más facilidad los nidos de abejas.

Hasta que al fin halló uno. Esta vez el nido tenía abejas oscuras, con una fajita amarilla en la cintura, que caminaban por encima del nido. El nido también era distinto; pero la gamita pensó que, puesto que estas abejas eran más grandes, la miel debía ser más rica.

Se acordó asimismo de la recomendación de su mamá; mas, creyó que su mamá exageraba, como exageraban siempre las madres de las gamitas. Entonces le dio un gran cabezazo al nido.

¡Ojalá nunca lo hubiera hecho! Salieron en seguida cientos de avispas, miles de avispas que le picaron en todo el cuerpo, le llenaron todo el cuerpo de picaduras, en la cabeza, en la barriga, en la cola; y lo que es mucho peor, en los mismos ojos. La picaron más de diez en los ojos.

La gamita, loca de dolor corrió y corrió gritando, hasta que de repente tuvo que pararse porque no veía más: estaba ciega, ciega del todo.

Los ojos se le habían hinchado enormemente, y no veía más. Se quedó quieta entonces, temblando de dolor y de miedo, y sólo podía llorar desesperadamente.

—¡Mamá!… ¡Mamá!…

Su madre, que había salido a buscarla, porque tardaba mucho, la halló al fin, y se desesperó también con su gamita que estaba ciega. La llevó paso a paso hasta su cubil con la cabeza de su hija recostada en su pescuezo, y los bichos del monte que encontraban en el camino, se acercaban todos a mirar los ojos de la infeliz gamita.

La madre no sabía qué hacer. ¿Qué remedios podía hacerle ella? Ella sabía bien que en el pueblo que estaba del otro lado del monte vivía un hombre que tenía remedios. El hombre era cazador, y cazaba también venados, pero era un hombre bueno.

La madre tenía miedo, sin embargo, de llevar a su hija a un hombre que cazaba gamas. Como estaba desesperada se decidió a hacerlo. Pero antes quiso ir a pedir una carta de recomendación al oso hormiguero, que era gran amigo del hombre.

Salió, pues, después de dejar a la gamita bien oculta, y atravesó corriendo el monte, donde el tigre casi la alcanza. Cuando llegó a la guarida de su amigo, no podía dar un paso más de cansancio.

Este amigo era, como se ha dicho, un oso hormiguero; pero era de una especie pequeña, cuyos individuos tienen un color amarillo, y por encima del color amarillo una especie de camiseta negra sujeta por dos cintas que pasan por encima de los hombros. Tienen también la cola prensil porque viven siempre en los árboles, y se cuelgan de la cola.

¿De dónde provenía la amistad estrecha entre el oso hormiguero y el cazador? Nadie lo sabía en el monte; pero alguna vez ha de llegar el motivo a nuestros oídos.

La pobre madre, pues, llegó hasta el cubil del oso hormiguero.

—¡Tan!, ¡tan!, ¡tan! —llamó jadeante.

—¿Quién es? —respondió el oso hormiguero.

—¡Soy yo, la gama!

—¡Ah, bueno! ¿Qué quiere la gama?

—Vengo a pedirle una tarjeta de recomendación para el cazador. La gamita, mi hija, está ciega.

—¿Ah, la gamita? —le respondió el oso hormiguero—. Es una buena persona. Si es por ella, sí le doy lo que quiere. Pero no necesita nada escrito… Muéstrele esto, y la atenderá.

Y con el extremo de la cola, el oso hormiguero le extendió a la gama una cabeza seca de víbora, completamente seca, que tenía aún los colmillos venenosos.

—Muéstrele esto —dijo aún el comedor de hormigas—. No se precisa más.

—¡Gracias, oso hormiguero! —respondió contenta la gama—. Usted también es una buena persona.

Y salió corriendo, porque era muy tarde y pronto iba a amanecer.

Al pasar por su cubil recogió a su hija, que se quejaba siempre, y juntas llegaron por fin al pueblo, donde tuvieron que caminar muy despacito y arrimarse a las paredes, para que los perros no las sintieran. Ya estaban ante la puerta del cazador.

—¡Tan!, ¡tan!, ¡tan! —golpearon.

—¿Qué hay? —respondió una voz de hombre, desde adentro. —¡Somos las gamas!… ¡TENEMOS LA CABEZA DE VÍBORA!

La madre se apuró a decir esto, para que el hombre supiera bien que ellas eran amigas del oso hormiguero.

—¡Ah, ah! —dijo el hombre, abriendo la puerta—. ¿Qué pasa?

—Venimos para que cure a mi hija, la gamita, que está ciega.

Y contó al cazador toda la historia de las abejas.

—¡Hum!… Vamos a ver qué tiene esta señorita —dijo el cazador. Y volviendo a entrar en la casa, salió de nuevo con una sillita alta, e hizo sentar en ella a la gamita para poderle ver bien los ojos sin agacharse mucho. Le examinó así los ojos, bien de cerca con un vidrio redondo muy grande, mientras la mamá alumbraba con el farol de viento colgado de su cuello.

—Esto no es gran cosa —dijo por fin el cazador, ayudando a bajar a la gamita—. Pero hay que tener mucha paciencia. Póngale esta pomada en los ojos todas las noches, y téngale veinte días en la oscuridad. Después póngale estos lentes amarillos, y se curará.

—¡Muchas gracias, cazador! —respondió la madre, muy contenta y agradecida—. ¿Cuánto le debo?

—No es nada —respondió sonriendo el cazador—. Pero tenga mucho cuidado con los perros, porque en la otra cuadra vive precisamente un hombre que tiene perros para seguir el rastro de los venados.

Las gamas tuvieron gran miedo; apenas pisaban, y se detenían a cada momento. Y con todo, los perros las olfatearon y las corrieron media legua dentro del monte. Corrían por una picada muy ancha, y delante la gamita iba balando.

Tal como lo dijo el cazador se efectuó la curación. Pero sólo la gama supo cuánto le costó tener encerrada a la gamita en el hueco de un gran árbol, durante veinte días interminables. Adentro no se veía nada. Por fin una mañana la madre apartó con la cabeza el gran montón de ramas que había arrimado al hueco del árbol para que no entrara luz, y la gamita, con sus lentes amarillos, salió corriendo y gritando:

—¡Veo, mamá! ¡Ya veo todo!

Y la gama, recostando la cabeza en una rama, lloraba también de alegría, al ver curada su gamita.

Y se curó del todo. Pero aunque curada, y sana y contenta, la gamita tenía un secreto que la entristecía. Y el secreto era éste: ella quería a toda costa pagarle al hombre que tan bueno había sido con ella y no sabia cómo.

Hasta que un día creyó haber encontrado el medio. Se puso a recorrer la orilla de las lagunas y bañados buscando plumas de garza para llevarle al cazador. El cazador, por su parte, se acordaba a veces de aquella gamita ciega que él había curado.

Y una noche de lluvia estaba el hombre leyendo en su cuarto, muy contento porque acababa de componer el techo de paja, que ahora no se llovía más; estaba leyendo cuando oyó que llamaban. Abrió la puerta, y vio a la gamita que le traía un atadito, un plumerito todo mojado de plumas de garza.

El cazador se puso a reír, y la gamita, avergonzada porque creía que el cazador se reía de su pobre regalo, se fue muy triste. Buscó entonces plumas muy grandes, bien secas y limpias, y una semana después volvió con ellas; y esta vez el hombre, que se había reído la vez anterior de cariño, no se rió esta vez porque la gamita no comprendía la risa. Pero en cambio le regaló un tubo de tacuara lleno de miel, que la gamita tomó loca de contento.

Desde entonces la gamita y el cazador fueron grandes amigos. Ella se empeñaba siempre en llevarle plumas de garza que valen mucho dinero, y se quedaba las horas charlando con el hombre. Él ponía siempre en la mesa un jarro enlozado lleno de miel, y arrimaba la sillita alta para su amiga. A veces le daba también cigarros que las gamas comen con gran gusto, y no les hacen mal. Pasaban así el tiempo, mirando la llama, porque el hombre tenía una estufa de leña mientras afuera el viento y la lluvia sacudían el alero de paja del rancho.

Por temor a los perros, la gamita no iba sino en las noches de tormenta. Y cuando caía la tarde y empezaba a llover, el cazador colocaba en la mesa el jarrito con miel y la servilleta, mientras él tomaba café y leía, esperando en la puerta el ¡tan-tan! bien conocido de su amiga la gamita.


La gama ciega der Blindbereich the blind range La gamme des aveugles 블라인드 범위 A gama cega Det blinda området Kör menzil Діапазон сліпоти 盲區

Había una vez un venado —una gama— que tuvo dos hijos mellizos, cosa rara entre los venados. Es war einmal ein Reh – ein Reh – das hatte Zwillingssöhne, eine Seltenheit unter Rehen. There was once a deer-a stag -that had two twin sons, rare among the deer. Un gato montés se comió a uno de ellos, y quedó sólo la hembra. Eine Wildkatze hat eine davon gefressen und nur das Weibchen übrig gelassen. A wildcat ate one of them, and only the female remained. Las otras gamas, que la querían mucho, le hacían siempre cosquillas en los costados. Die andere Hirschkuh, die sie sehr liebte, kitzelte sie immer an den Seiten. The other ranges, who loved her very much, always tickled her sides.

Su madre le hacia repetir todas la mañanas, al rayar el día, la oración de los venados. Seine Mutter ließ ihn jeden Morgen bei Tagesanbruch das Gebet der Hirsche wiederholen. His mother made him repeat all the mornings, at the end of the day, the prayer of the deer. Y dice así: Und es heißt so: And it says:

I. Hay que oler bien primero las hojas antes de comerlas, porque algunas son venenosas. I. Sie müssen zuerst an den Blättern riechen, bevor Sie sie essen, da einige giftig sind. I. You have to smell the leaves first before eating them, because some are poisonous.

II. II. Hay que mirar bien el río y quedarse quieto antes de bajar a beber, para estar seguro de que no hay yacarés. Sie müssen sich den Fluss genau ansehen und ruhig bleiben, bevor Sie zum Trinken hinuntergehen, um sicherzugehen, dass es keine Alligatoren gibt. You have to look at the river well and stay still before going down to drink, to be sure that there are no yacarés.

III. Cada media hora hay que levantar bien alto la cabeza y oler el viento, para sentir el olor del tigre. Every half hour you have to raise your head high and smell the wind, to feel the smell of the tiger.

IV. Cuando se come pasto del suelo hay que mirar siempre antes los yuyos, para ver si hay víboras. Wenn Sie Gras auf dem Boden fressen, sollten Sie das Unkraut immer zuerst auf Schlangen untersuchen. When you eat grass from the ground you have to look always before the weeds, to see if there are vipers.

Este es el padrenuestro de los venados chicos. This is the Our Father of the small deer. Cuando la gamita lo hubo aprendido bien, su madre la dejó andar sola. When Gamita had learned it well, her mother let her walk alone.

Una tarde, sin embargo, mientras la gamita recorría el monte comiendo las hojitas tiernas, vio de pronto ante ella, en el hueco de un árbol que estaba podrido, muchas bolitas juntas que colgaban. Eines Nachmittags jedoch, als die kleine Gämse durch den Busch spazierte und die zarten Blätter fraß, sah sie plötzlich vor sich in der Höhle eines morschen Baumes viele kleine Kugeln aneinander hängen. One afternoon, however, while the gamita walked the mountain eating the tender leaves, she suddenly saw before her, in the hollow of a tree that was rotten, many little balls together that hung. Tenían un color oscuro, como el de las pizarras. Sie hatten eine dunkle Farbe, wie Schiefer. They had a dark color, like that of the slates.

¿Qué sería? It would? Ella tenía también un poco de miedo, pero como era muy traviesa, dio un cabezazo a aquellas cosas, y disparó. Sie hatte auch ein bisschen Angst, aber da sie ein freches Mädchen war, gab sie den Dingern einen Kopfstoß und schoss. She was also a little afraid, but since she was very naughty, she headbutted those things, and fired.

Vio entonces que las bolitas se habían rajado, y que caían gotas. Dann sah er, dass die Kugeln geplatzt waren und dass Tropfen fielen. He saw then that the balls had cracked, and drops fell. Habían salido también muchas mosquitas rubias de cintura muy fina, que caminaban apuradas por encima. Viele schlanke, blonde Fliegen waren ebenfalls aufgetaucht und flogen eilig über den Kopf. They had also left many little blond mosquitoes with very thin waist, who walked hurriedly over.

La gama se acercó, y las mosquitas no la picaron. Der Bereich näherte sich, und die kleinen Fliegen stachen nicht an. The range approached, and the mosquitoes did not sting. Despacito, entonces, muy despacito, probó una gota con la punta de la lengua, y se relamió con gran placer: aquellas gotas eran miel, y miel riquísima porque las bolas de color pizarra eran una colmena de abejitas que no picaban porque no tenían aguijón. Langsam, ganz langsam, kostete er mit der Zungenspitze einen Tropfen und leckte ihn mit großem Vergnügen ab: Diese Tropfen waren Honig, und zwar sehr reichhaltiger Honig, denn die schieferfarbenen Kugeln waren ein Schwarm kleiner Bienen, die nicht stachen, weil sie keinen Stachel hatten. Slowly, then, very slowly, tasted a drop with the tip of his tongue, and licked with great pleasure: those drops were honey, and honey very rich because the slate-colored balls were a beehive of bees that did not sting because they had no sting . Hay abejas así. There are bees like that.

En dos minutos la gamita se tomó toda la miel, y loca de contenta fue a contarle a su mamá. In zwei Minuten trank die kleine Gämse den ganzen Honig aus und erzählte ihrer Mutter überglücklich davon. In two minutes the gamita took all the honey, and crazy happy was to tell her mom. Pero la mamá la reprendió seriamente. But the mother scolded her seriously. —Ten mucho cuidado, mi hija —le dijo—, con los nidos de abejas. "Be very careful, my daughter," he told her, "with the nests of bees." La miel es una cosa muy rica, pero es muy peligroso ir a sacarla. Honey is a very rich thing, but it is very dangerous to go and take it out. Nunca te metas con los nidos que veas. Machen Sie sich nie an den Nestern zu schaffen, die Sie sehen. Never mess with the nests you see.

La gamita gritó contenta: —¡Pero no pican, mamá! The little gamita shouted happily: "But they don't bite, Mom! Los tábanos y las uras sí pican; las abejas, no. Pferdebremsen und Uras stechen, Bienen nicht. The horseflies and the uras do sting; the bees, no.

—Estás equivocada, mi hija —continuó la madre—. "You're wrong, my daughter," the mother continued. Hoy has tenido suerte, nada más. You were lucky today, nothing more. Hay abejas y avispas muy malas. There are very bad bees and wasps. Cuidado, mi hija, porque me vas a dar un gran disgusto. Be careful, my daughter, because you are going to give me great displeasure.

—¡Sí, mamá! -Yes, Mom! ¡Sí, mamá! Yes, Mom! —respondió la gamita. -replied the little gamita. Pero lo primero que hizo a la mañana siguiente, fue seguir los senderos que habían abierto los hombres en el monte, para ver con más facilidad los nidos de abejas. But the first thing he did the next morning, was to follow the paths that the men had opened in the mountain, to see more easily the nests of bees.

Hasta que al fin halló uno. Until he finally found one. Esta vez el nido tenía abejas oscuras, con una fajita amarilla en la cintura, que caminaban por encima del nido. This time the nest had dark bees, with a yellow fajita at the waist, that walked over the nest. El nido también era distinto; pero la gamita pensó que, puesto que estas abejas eran más grandes, la miel debía ser más rica. The nest was also different; but the gemite thought that since these bees were bigger, the honey must be richer.

Se acordó asimismo de la recomendación de su mamá; mas, creyó que su mamá exageraba, como exageraban siempre las madres de las gamitas. Er erinnerte sich auch an die Empfehlung seiner Mutter, aber er glaubte, dass seine Mutter übertrieb, wie die Mütter von gamitas immer übertreiben. He also remembered his mother's recommendation; but, he thought his mother was exaggerating, as the mothers of the gamitas always exaggerated. Entonces le dio un gran cabezazo al nido. Then he gave a great headbutt to the nest.

¡Ojalá nunca lo hubiera hecho! I wish I had never done it! Salieron en seguida cientos de avispas, miles de avispas que le picaron en todo el cuerpo, le llenaron todo el cuerpo de picaduras, en la cabeza, en la barriga, en la cola; y lo que es mucho peor, en los mismos ojos. At once hundreds of wasps came out, thousands of wasps that stung all over his body, filled his body with bites, on his head, on his belly, on his tail; and what is much worse, in the same eyes. La picaron más de diez en los ojos. They stung more than ten in the eyes.

La gamita, loca de dolor corrió y corrió gritando, hasta que de repente tuvo que pararse porque no veía más: estaba ciega, ciega del todo. The gamita, mad with pain ran and ran screaming, until suddenly she had to stop because she did not see anymore: she was blind, blind at all.

Los ojos se le habían hinchado enormemente, y no veía más. His eyes had swollen enormously, and he could see no more. Se quedó quieta entonces, temblando de dolor y de miedo, y sólo podía llorar desesperadamente. She stood still then, trembling with pain and fear, and could only cry desperately.

—¡Mamá!… ¡Mamá!…

Su madre, que había salido a buscarla, porque tardaba mucho, la halló al fin, y se desesperó también con su gamita que estaba ciega. His mother, who had gone out to look for her, because it took a long time, found her at last, and was also desperate with her little girl who was blind. La llevó paso a paso hasta su cubil con la cabeza de su hija recostada en su pescuezo, y los bichos del monte que encontraban en el camino, se acercaban todos a mirar los ojos de la infeliz gamita. He took her step by step to his den with the head of his daughter lying on his neck, and the bugs of the mountain they encountered on the way, all approached to look into the eyes of the unhappy little girl.

La madre no sabía qué hacer. The mother did not know what to do. ¿Qué remedios podía hacerle ella? What remedies could she do? Ella sabía bien que en el pueblo que estaba del otro lado del monte vivía un hombre que tenía remedios. She knew well that in the town that was on the other side of the mountain there lived a man who had remedies. El hombre era cazador, y cazaba también venados, pero era un hombre bueno. The man was a hunter, and he also hunted deer, but he was a good man.

La madre tenía miedo, sin embargo, de llevar a su hija a un hombre que cazaba gamas. The mother was afraid, however, to take her daughter to a man who hunted gammas. Como estaba desesperada se decidió a hacerlo. Since she was desperate, she decided to do it. Pero antes quiso ir a pedir una carta de recomendación al oso hormiguero, que era gran amigo del hombre. But first he wanted to go and ask for a letter of recommendation from the anteater, who was a great friend of the man.

Salió, pues, después de dejar a la gamita bien oculta, y atravesó corriendo el monte, donde el tigre casi la alcanza. He left, then, after leaving the gamita well hidden, and ran across the mountain, where the tiger almost reached it. Cuando llegó a la guarida de su amigo, no podía dar un paso más de cansancio. When he arrived at his friend's lair, he could not take another step of exhaustion.

Este amigo era, como se ha dicho, un oso hormiguero; pero era de una especie pequeña, cuyos individuos tienen un color amarillo, y por encima del color amarillo una especie de camiseta negra sujeta por dos cintas que pasan por encima de los hombros. Dieser Freund war, wie gesagt, ein Ameisenbär; aber er gehörte zu einer kleinen Art, deren Individuen eine gelbe Farbe haben und über der gelben Farbe eine Art schwarzes Hemd, das mit zwei Bändern, die über die Schultern gehen, befestigt ist. This friend was, as has been said, an anteater; but it was of a small species, whose individuals have a yellow color, and above the yellow color a kind of black shirt held by two ribbons that pass over the shoulders. Tienen también la cola prensil porque viven siempre en los árboles, y se cuelgan de la cola. They also have the prehensile tail because they always live in the trees, and they hang from the tail.

¿De dónde provenía la amistad estrecha entre el oso hormiguero y el cazador? Where did the close friendship between the anteater and the hunter come from? Nadie lo sabía en el monte; pero alguna vez ha de llegar el motivo a nuestros oídos. Keiner im Busch wusste es; aber der Grund muss uns irgendwann zu Ohren kommen. Nobody knew it in the bush; But once the reason must reach our ears.

La pobre madre, pues, llegó hasta el cubil del oso hormiguero. The poor mother, then, came to the den of the anteater.

—¡Tan!, ¡tan!, ¡tan! -So so so! —llamó jadeante. he called breathlessly.

—¿Quién es? -Who is it? —respondió el oso hormiguero. -replied the anteater.

—¡Soy yo, la gama! -It's me, the range!

—¡Ah, bueno! -Ah, well! ¿Qué quiere la gama? What does the range want?

—Vengo a pedirle una tarjeta de recomendación para el cazador. -Ich bin gekommen, um Sie um eine Empfehlungskarte für den Jäger zu bitten. -I came to ask you for a recommendation card for the hunter. La gamita, mi hija, está ciega. La gamita, my daughter, is blind.

—¿Ah, la gamita? -Ah, the gamita? —le respondió el oso hormiguero—. -the anteater replied. Es una buena persona. He is a good person. Si es por ella, sí le doy lo que quiere. If it's for her, I give her what she wants. Pero no necesita nada escrito… Muéstrele esto, y la atenderá. Aber Sie brauchen nichts Schriftliches... Zeigen Sie ihm das, und er wird sich um Sie kümmern. But you don't need anything written... Show him this, and he'll take care of you.

Y con el extremo de la cola, el oso hormiguero le extendió a la gama una cabeza seca de víbora, completamente seca, que tenía aún los colmillos venenosos. And with the end of the tail, the anteater extended to the range a dry head of viper, completely dry, which still had poisonous fangs.

—Muéstrele esto —dijo aún el comedor de hormigas—. -Zeig ihm das", sagte der Ameisenfresser. "Show him this," said the ant-eater. No se precisa más. It is not needed anymore.

—¡Gracias, oso hormiguero! —respondió contenta la gama—. replied the doe happily. Usted también es una buena persona.

Y salió corriendo, porque era muy tarde y pronto iba a amanecer. And he ran away, because it was too late and soon it was going to dawn.

Al pasar por su cubil recogió a su hija, que se quejaba siempre, y juntas llegaron por fin al pueblo, donde tuvieron que caminar muy despacito y arrimarse a las paredes, para que los perros no las sintieran. As he passed by his lair he picked up his daughter, who always complained, and together they finally arrived at the village, where they had to walk very slowly and get close to the walls, so that the dogs would not feel them. Ya estaban ante la puerta del cazador.

—¡Tan!, ¡tan!, ¡tan! —golpearon.

—¿Qué hay? -Waths up? —respondió una voz de hombre, desde adentro. -antwortete eine Männerstimme von drinnen. A man's voice answered from inside. —¡Somos las gamas!… ¡TENEMOS LA CABEZA DE VÍBORA! -We are the ranges! ... WE HAVE THE HEAD OF THE VIPER!

La madre se apuró a decir esto, para que el hombre supiera bien que ellas eran amigas del oso hormiguero. The mother hurried to say this, so that the man knew well that they were friends of the anteater.

—¡Ah, ah! —dijo el hombre, abriendo la puerta—. ¿Qué pasa?

—Venimos para que cure a mi hija, la gamita, que está ciega. -We have come to cure my daughter, the little gamita, who is blind.

Y contó al cazador toda la historia de las abejas. And he told the hunter the whole story of the bees.

—¡Hum!… Vamos a ver qué tiene esta señorita —dijo el cazador. "Hmm! ... Let's see what this young lady has," said the hunter. Y volviendo a entrar en la casa, salió de nuevo con una sillita alta, e hizo sentar en ella a la gamita para poderle ver bien los ojos sin agacharse mucho. And returning to enter the house, he left again with a high chair, and made the gamita sit in it so that he could see his eyes well without bending over a lot. Le examinó así los ojos, bien de cerca con un vidrio redondo muy grande, mientras la mamá alumbraba con el farol de viento colgado de su cuello. Er untersuchte ihre Augen mit einem sehr großen, runden Glas, während ihre Mutter das Windlicht um ihren Hals leuchtete. He examined his eyes like this, very close with a very large round glass, while the mother shone with the wind lantern hanging from her neck.

—Esto no es gran cosa —dijo por fin el cazador, ayudando a bajar a la gamita—. -Das ist keine große Sache", sagte der Jäger schließlich und half dem Gamita herunter. "This is no big deal," the hunter said at last, helping the gamita down. Pero hay que tener mucha paciencia. But you have to have a lot of patience. Póngale esta pomada en los ojos todas las noches, y téngale veinte días en la oscuridad. Put this ointment on your eyes every night, and have twenty days in the dark. Después póngale estos lentes amarillos, y se curará. Then put on these yellow lenses, and it will heal.

—¡Muchas gracias, cazador! —respondió la madre, muy contenta y agradecida—. ¿Cuánto le debo? How much do I owe you?

—No es nada —respondió sonriendo el cazador—. "It's nothing," replied the hunter, smiling. Pero tenga mucho cuidado con los perros, porque en la otra cuadra vive precisamente un hombre que tiene perros para seguir el rastro de los venados. But be very careful with the dogs, because in the other block lives precisely a man who has dogs to follow the trail of the deer.

Las gamas tuvieron gran miedo; apenas pisaban, y se detenían a cada momento. The ranges were very afraid; they barely stepped on, and stopped at every moment. Y con todo, los perros las olfatearon y las corrieron media legua dentro del monte. And yet, the dogs sniffed them and ran half a league into the mountains. Corrían por una picada muy ancha, y delante la gamita iba balando. Sie liefen einen sehr breiten Weg entlang, und vor ihnen blökte die Gämse. They ran by a very wide chop, and in front of the gamita was going down.

Tal como lo dijo el cazador se efectuó la curación. As the hunter said, the healing took place. Pero sólo la gama supo cuánto le costó tener encerrada a la gamita en el hueco de un gran árbol, durante veinte días interminables. Aber nur der Schießstand wusste, wie viel es kostete, das kleine Wild zwanzig endlose Tage lang in der Höhle eines großen Baumes einzusperren. But only the range knew how much it cost to have the gamita locked up in the hollow of a big tree, during twenty interminable days. Adentro no se veía nada. Inside, nothing was visible. Por fin una mañana la madre apartó con la cabeza el gran montón de ramas que había arrimado al hueco del árbol para que no entrara luz, y la gamita, con sus lentes amarillos, salió corriendo y gritando: Eines Morgens schließlich schob die Mutter den großen Haufen Äste, den sie in die Baumhöhle gelegt hatte, um das Licht abzuhalten, mit dem Kopf zur Seite, und das kleine Spiel mit der gelben Brille rannte schreiend hinaus: Finally one morning the mother moved her head away from the big pile of branches that had been placed in the hollow of the tree so that no light could enter, and the gamita, with her yellow glasses, ran out and shouted:

—¡Veo, mamá! ¡Ya veo todo!

Y la gama, recostando la cabeza en una rama, lloraba también de alegría, al ver curada su gamita. And the range, recostando the head in a branch, also cried of joy, when seeing its gamita cured.

Y se curó del todo. Und er wurde vollständig geheilt. And he was completely cured. Pero aunque curada, y sana y contenta, la gamita tenía un secreto que la entristecía. But although cured, and healthy and happy, the gamita had a secret that saddened her. Y el secreto era éste: ella quería a toda costa pagarle al hombre que tan bueno había sido con ella y no sabia cómo. And the secret was this: she wanted at all costs to pay the man who had been so good to her and did not know how.

Hasta que un día creyó haber encontrado el medio. Bis er eines Tages dachte, er hätte das Mittel gefunden. Until one day he thought he had found the middle. Se puso a recorrer la orilla de las lagunas y bañados buscando plumas de garza para llevarle al cazador. He began to walk along the banks of the lagoons and bathed in search of heron feathers to take him to the hunter. El cazador, por su parte, se acordaba a veces de aquella gamita ciega que él había curado. The hunter, on the other hand, sometimes remembered that blind gamita that he had cured.

Y una noche de lluvia estaba el hombre leyendo en su cuarto, muy contento porque acababa de componer el techo de paja, que ahora no se llovía más; estaba leyendo cuando oyó que llamaban. Und in einer regnerischen Nacht las der Mann in seinem Zimmer, sehr glücklich, weil er gerade das Strohdach repariert hatte, auf das es nun nicht mehr regnen würde; er las, als er ein Klopfen hörte. And one rainy night the man was reading in his room, very happy because he had just composed the thatched roof, which now was not raining anymore; I was reading when he heard they called. Abrió la puerta, y vio a la gamita que le traía un atadito, un plumerito todo mojado de plumas de garza. Er öffnete die Tür und sah, dass die kleine Gämse ihm ein kleines Bündel brachte, einen nassen Staubwedel aus Reiherfedern. He opened the door, and saw the gamita that brought him a little bundle, a little plumerito all wet with heron feathers.

El cazador se puso a reír, y la gamita, avergonzada porque creía que el cazador se reía de su pobre regalo, se fue muy triste. The hunter laughed, and the gamita, embarrassed because she thought the hunter was laughing at her poor gift, left very sad. Buscó entonces plumas muy grandes, bien secas y limpias, y una semana después volvió con ellas; y esta vez el hombre, que se había reído la vez anterior de cariño, no se rió esta vez porque la gamita no comprendía la risa. Dann holte er einige sehr große Federn, die sehr trocken und sauber waren, und eine Woche später kam er mit ihnen zurück; und dieses Mal lachte der Mann, der das letzte Mal mit Zuneigung gelacht hatte, dieses Mal nicht, weil das kleine Wild das Lachen nicht verstand. Then he looked for very large feathers, very dry and clean, and a week later he returned with them; and this time the man, who had laughed the previous time of affection, did not laugh this time because the gamita did not understand laughter. Pero en cambio le regaló un tubo de tacuara lleno de miel, que la gamita tomó loca de contento. But instead gave him a tube of tacuara full of honey, which the gamita took crazy happy.

Desde entonces la gamita y el cazador fueron grandes amigos. Since then the gamita and the hunter were great friends. Ella se empeñaba siempre en llevarle plumas de garza que valen mucho dinero, y se quedaba las horas charlando con el hombre. She always insisted on bringing him heron feathers that are worth a lot of money, and she would spend hours chatting with the man. Él ponía siempre en la mesa un jarro enlozado lleno de miel, y arrimaba la sillita alta para su amiga. He always put on the table an enrozado jug full of honey, and pulled up the high chair for his friend. A veces le daba también cigarros que las gamas comen con gran gusto, y no les hacen mal. Sometimes he also gave him cigars that the ranges eat with great taste, and they do not hurt them. Pasaban así el tiempo, mirando la llama, porque el hombre tenía una estufa de leña mientras afuera el viento y la lluvia sacudían el alero de paja del rancho. So vertrieben sie sich die Zeit und beobachteten die Flamme, denn der Mann hatte einen Holzofen, während draußen Wind und Regen an den strohgedeckten Traufen der Ranch rüttelten. They passed the time like this, looking at the flame, because the man had a wood stove while outside the wind and rain shook the straw eaves of the ranch.

Por temor a los perros, la gamita no iba sino en las noches de tormenta. Aus Angst vor den Hunden ging die Gamita nur in stürmischen Nächten. For fear of dogs, the gamita was only on stormy nights. Y cuando caía la tarde y empezaba a llover, el cazador colocaba en la mesa el jarrito con miel y la servilleta, mientras él tomaba café y leía, esperando en la puerta el ¡tan-tan! And when evening fell and it started to rain, the hunter placed the jar of honey and the napkin on the table, while he drank coffee and read, waiting at the door for the so-so! bien conocido de su amiga la gamita. well known from his friend the gamita.