Bogotá será la “ciudad mundial de la paz”
Del 2 al 5 de febrero se celebrará la 16º Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz.
Este año la anfitriona será Bogotá, la primera ciudad de América Latina en acoger este evento. Desde 1999, cuando se realizó el primer encuentro en Roma, la cumbre se ha convertido en un importante espacio para la discusión y construcción de caminos de paz. En esta ocasión, la organización ya confirmó la asistencia de al menos 20 ganadores del Nobel de la Paz, que participarán de charlas y talleres. Entre ellos estará el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, receptor del premio en la última edición. Los organizadores han informado que, tras finalizar la cumbre, Bogotá será declarada por un año “ciudad mundial de la paz”. Esta mención funcionará como una especie de invitación a los habitantes a que generen espacios y acciones de paz. Colombia ya ha comenzado a cumplir con los términos del acuerdo de paz firmado el 24 de noviembre de 2016, que puso fin a un conflicto armado que duró medio siglo. Julio: Entonces... ¿es una coincidencia que Bogotá haya sido escogida para acoger la cumbre, después de que el presidente Santos hubiese sido elegido Nobel de la Paz? Carolina: Es una de esas coincidencias que tienen una explicación. Cuando los votantes escogieron a Bogotá en marzo del año pasado no sabían que Santos recibiría el Nobel en octubre. Eligieron a Colombia porque sentían que necesitaba más que nunca defensores de la paz, activistas de derechos humanos y expertos en negociaciones. Fue justo durante esos meses que se terminó de concretar el acuerdo de paz. Julio: Claro, mientras Santos y su equipo hacían esfuerzos para poner fin al conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la comunidad internacional intentaba mostrar su apoyo por todos los medios posibles. Ahora ese trabajo debe continuar. Hay que aprovechar esta inercia para seguir promoviendo la construcción de paz en Colombia. Carolina: Así es, Julio. Ya no se puede volver atrás. La Nobel de Paz Shirin Ebadi lo explicó muy bien. Dijo: “Todo comienza con el individuo. La paz es una cultura. Hay que construirla dentro de nosotros mismos, y después transferirla a nuestras familias y de las familias a nuestras comunidades y nuestra sociedad”.