Capítulo 5. El momento de la verdad
Son las siete. En el local de Álex hay mucho movimiento: un señor vende una vieja ocarina, una señora mira unas castañuelas y una pandereta, un chico se sienta a probar un cajón, dos chicas buscan una flauta y una zampoña...
También hay un grupo de cuatro chicas que tocan en la sala de ensayo; Luz y el Greñas las escuchan sentados en un rincón. A las ocho les toca a ellos ensayar, pero no hay noticias del bajo de Luz. Deben hablar con Álex para utilizar uno de sus bajos, pero antes de hacerlo esperan a Javi. A propósito, ¿dónde está Javi?
—¿Voy a hablar con Álex? Si hablo yo con él todo va a ser más fácil —dice el Greñas.
—No, Greñas. Creo que debemos estar todos juntos —opina Luz.
—¿Llamo a Javi? —pregunta el Greñas con el móvil en la mano.
—Es mejor esperar un poco, ¿no crees? Seguro que Javi llega a tiempo. ¿Qué te parecen estas chicas? ¿No son estupendas?
Las chicas son muy alegres y forman un grupo muy unido. Luz las mira con un poco de nostalgia: ¡así deben ser los amigos!
El Greñas mira a Luz. Cree que su amiga ya no está contenta con él y con Javi. ¿Piensa abandonarlos e irse a tocar en otro grupo?. «No tengo hambre, y esto significa que estoy muy preocupado. ¡Necesito encontrar una solución!», piensa.
Las chicas terminan su turno y Javi no aparece.
—¿Vamos a hablar con las chicas? ¡Quiero conocerlas! —dice Luz—. Vamos Greñas, tú conoces a todo el mundo. ¡Seguro que les caes bien desde el primer momento!
«¡Oh, no!», exclama en voz baja el Greñas. Ya imagina que la intención de Luz es dejar su grupo e irse con ellas.
—¿Qué te pasa, Greñas? ¡Qué raro estás! Bueno; si no tienes ganas de conocerlas, espera aquí. Me acerco yo sola.
De pronto, el Greñas se levanta, corre hacia la batería y empieza a tocar con todas sus fuerzas. Luz y las chicas lo miran, sorprendidas. Álex llega a todo correr desde la tienda y dice:
—¡Eh, Greñas! ¿Qué haces? ¡Tocas demasiado alto y asustas a los clientes!
El Greñas, desesperado, toca todavía más fuerte e improvisa una canción a gritos:
Javi, tú a veces eres un tonto,
y tú Greñas estás medio loco,
Luz quisquillosa, te picas enseguida,
¡Pero somos colegas de toda la vidaaaaa!
El Greñas termina y ve que todos lo miran con la boca abierta: el grupo de chicas, Álex, los clientes, Luz y también Javi, que ya está aquí. Después de la sorpresa incial, todos aplauden y silban con gran entusiasmo al Greñas. Él, rojo como un tomate, se acerca a Álex y a sus amigos y dice:
—Lo siento, Álex. Solo intento explicar a estos dos cabezotas que nuestro grupo debe continuar unido. Javi a veces es difícil de soportar. Yo soy perezoso y siempre llego tarde. Luz es testaruda y un poco pesada... porque para ella todo tiene que ser súperperfecto. ¡Pero eso no es un problema para tocar juntos y ser amigos como siempre!
En ese momento, Javi saca de una mochila un gran cartel y un MP3 nuevo.
—El Greñas tiene razón —afirma Javi—. Después de estos días de aventuras juntos, debo reconocer que soy injusto con vosotros dos: ¡siempre quiero demasiado protagonismo! Tengo novedades para vosotros. Llego un poco tarde solo por culpa de la imprenta de donde proviene este cartel con nuestra nueva imagen para el concierto... ¡y con nuestro nuevo nombre!
¡Qué contentos están Luz y el Greñas! En su nueva imagen, los tres están en primer plano y además su nuevo nombre es perfecto. Se llaman... ¡Los Colegas!
—Luz, siento mucho la pérdida de tu bajo. Te prometo que si ganamos el concurso, vas a tener un bajo nuevo con el dinero del premio. Este MP3 acuático es mi regalo de cumpleaños de parte de Sonia. Ella está de acuerdo conmigo: Álex puede venderlo en su tienda de segunda mano, y a cambio nos deja un bajo para tocar en el concierto del Festimad... ¿Qué te parece, Álex?
—Ahora sí que me gusta el espíritu de grupo que veo en vosotros —contesta Álex—. ¡El verdadero espíritu del rock y de toda la música! Claro que os dejo un bajo para el concierto, pero el MP3 no es necesario, Javi. No me gustan las personas que actúan solo por dinero o por fama: no son verdaderos artistas. Por eso, yo ayudo siempre a los artistas de verdad, ¡como vosotros!
Luz está emocionada y muy contenta. Abraza a Álex y a Javi, y luego confiesa un secreto:
—Ahora me toca hablar a mí. ¿Estáis listos para la bomba? Mi bajo está sano y salvo. ¡Yo soy la ladrona de mi bajo!
—¡¿Quéééééé?! —exclaman los demás.
—Sí: mi bajo está bien escondido desde ayer por la mañana. ¡Menos mal que yo soy más rápida que vosotros dos!
Luz describe los hechos a sus atónitos amigos:
—Ayer por la mañana, mientras vosotros hablabais con Álex, yo corro y escondo el bajo encima del armario y dejo la Guía en el suelo. Los mimos del Parque del Retiro son unos amigos; la conversación con ellos en el Parque y su cómica reacción son una actuación preparada conmigo por teléfono. La coreógrafa de Sonia es una amiga de mi madre: mamá trabaja en el Teatro Real y me habla mucho de los artistas y de su trabajo. ¡Por eso mi plan para dar una lección a Javi ha funcionado muy bien!
Javi y el Greñas dudan entre enfadarse o estar contentos.
—Chicos, ¿qué hacéis aquí todavía? —exclama Álex—. ¡Os toca ensayar y yo cierro a las once!
—¡Sííííí! —gritan los tres amigos.
El día del concierto están listos para salir al escenario. Los tres se miran con una gran sonrisa y cuando salen gritan:
—Aquí están... ¡Los Colegas!