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El señor de las moscas William Goulding (Lord of the Flies), 7. Sombras y árboles altos (2)

7. Sombras y árboles altos (2)

A la vez, Robert gritaba y luchaba con la fuerza que produce la desesperación. Jack le tenía agarrado por el pelo y blandía su cuchillo. Detrás de él, luchando por acercarse, estaba Roger. El canto surgió como un ritual, como si fuese el instante final de una danza o una cacería. – ¡Mata al jabalí! ¡Córtale el cuello! ¡Mata al jabalí! ¡Pártele el cráneo!

También Ralph luchaba por acercarse, para conseguir un trozo de aquella carne bronceada, vulnerable. El deseo de agredir y hacer daño era irresistible.

El brazo de Jack descendió; el delirante grupo aplaudió y lanzó gruñidos que imitaban los de un jabalí moribundo. Se calmaron entonces, jadeantes y escuchando el asustado lloriqueo de Robert, que se limpió la cara con un brazo sucio y se esforzó por recobrar su dignidad. – ¡Ay, mi trasero!

Se frotó dolorido. Jack se volvió:

–Fue un juego divertido.

–Era sólo un juego – dijo Ralph, incómodo -. Menudo daño me hicieron una vez jugando al rugby.

–Deberíamos tener un tambor – dijo Maurice -, así podríamos hacerlo como es debido.

Ralph lo miró. – ¿Y cómo es eso?

–No sé… Se necesita un fuego, creo, y un tambor, y vas guardando el compás con el tambor.

–Lo que se necesita es un cerdo – dijo Roger -, como en las cacerías de verdad.

–O alguien que haga de cerdo – dijo Ralph -. Alguien se podría disfrazar de cerdo y luego representar…, ya sabes, fingir que me tiraba al suelo y todo lo demás…

–Lo que se necesita es un cerdo de verdad – dijo Robert, que se frotaba aún atrás -, porque tenéis que matarle.

–Podemos usar a uno de los peques – dijo Jack, y todos rieron.

Ralph se incorporó.

–Bueno, a este paso no vamos a encontrar lo que buscamos.

Uno a uno se levantaron, arreglándose los harapos. Ralph miró a Jack.

–Ahora, a la montaña. – ¿No deberíamos volver con Piggy – dijo Maurice – antes de que anochezca?

Los mellizos asintieron como si fuesen un solo muchacho.

–Sí eso. Podemos subir por la mañana. Ralph miró a lo lejos y vio el mar.

–Tenemos que prender la hoguera otra vez.

–No tenemos las gafas de Piggy – dijo Jack -, así que no se puede.

–Pues entonces veremos si en la montaña hay algo. Maurice, indeciso, no queriendo parecer un gallina, dijo: – ¿Y si está la fiera? Jack blandió su lanza.

–La matamos.

El sol parecía algo más fresco. Jack cortó el aire con la lanza. – ¿A qué esperamos?

–Supongo – dijo Ralph – que si seguimos por aquí, junto al mar, llegaremos al pie del terreno quemado y desde allí podemos trepar a la montaña.

Una vez más les guió Jack a lo largo del aquel mar que absorbía y expelía sus aguas cegadoras. Una vez más soñó Ralph, dejando que sus hábiles pies se ocupasen de las irregularidades del camino. Sin embargo, sus pies parecían aquí menos hábiles que antes. La mayor parte del camino lo tuvieron que recorrer pegados a la desnuda roca, junto al agua, y se vieron obligados a avanzar de lado entre aquélla y la oscura exuberancia del bosque. Tenían que escalar pequeños acantilados, algunos de los cuales habían de servir como senderos, largos pasajes en los que se usaban tanto las manos como los pies. Pisaban rocas recién mojadas por las olas, para saltar sobre los transparentes charcos formados por la marea. Llegaron a una hondonada que, como una trinchera, partía la estrecha banda de playa. Parecía no tener fondo; con asombro, observaron la oscura hendidura, donde borboteaba el agua. En ese momento regresó la ola, la hondonada hirvió ante sus ojos y saltó espuma hasta las mismas trepadoras, dejando a los muchachos empapados y gritando. Trataron de continuar por el bosque, pero era demasiado espeso y las plantas se entretejían como un nido de pájaros. Al fin tuvieron que decidirse a ir saltando uno a uno, esperando hasta que descendía el agua; y aún así, algunos recibieron un segundo remojón. A partir de allí las rocas se hacían cada vez más intransitables, así que se sentaron durante un rato, mientras se secaban sus harapos, contemplando los perfiles recortados de las olas profundas, que con tanta lentitud pasaban a lo largo de la isla. Encontraron fruta en un refugio de brillantes pajarillos que revoloteaban a la manera de los insectos. Ralph dijo entonces que iban demasiado despacio. Se subió él mismo a un árbol, entreabrió el dosel de la copa y vio la cuadrada cumbre de la montaña, que aún parecía muy lejana. Trataron de apresurarse siguiendo sobre las rocas, pero Robert se hizo un mal corte en la rodilla y tuvieron que admitir que aquel sendero habría de tomarse con tranquilidad si querían permanecer indemnes. Desde aquel punto continuaron como si estuviesen escalando una peligrosa montaña hasta que las rocas se transformaron en un verdadero acantilado, cubierto de una jungla impenetrable y cortado a tajo sobre el mar.

Ralph examinó el sol con atención.

–El final de la tarde. Ha pasado la hora del té, eso seguro.

–No recuerdo este acantilado – dijo Jack cabizbajo -; debe ser el trozo de costa que no he recorrido.

Ralph asintió.

–Déjame pensar.

Ya no sentía vergüenza alguna por pensar en público, y podía estudiar las decisiones del día como si se tratase de una partida de ajedrez. Lo malo era que jamás sería un buen jugador de ajedrez. Pensó en los peques y en Piggy. Veía a Piggy completamente solo, acurrucado en un refugio donde todo era silencio, excepto los gritos de las pesadillas.

–No podemos dejar solos a Piggy y a los peques toda la noche.

Los otros muchachos no dijeron nada; todos, sin embargo, se quedaron mirándole.

–Pero tardaríamos horas en volver.

Jack tosió y habló con un tono extraño, seco.

–Hay que cuidar a Piggy, ¿verdad? Ralph se tecleó en los dientes con la sucia punta de la lanza de Eric.

–Si atravesamos… Miró a su alrededor.

–Alguien tiene que atravesar la isla y decirle a Piggy que llegaremos después de que anochezca. Bill, asombrado, dijo: – ¿A solas por el bosque? ¿Ahora?

–Sólo podemos prescindir de uno.

Simón se abrió camino hasta llegar junto a Ralph:

–Puedo ir yo, si quieres. No me importa, de verdad.

Antes de que Ralph tuviese tiempo de contestar, sonrió rápidamente, dio la vuelta y ascendió en dirección al bosque.

Ralph volvió los ojos a Jack, viéndole, con exasperación, por primera vez:

–Jack… aquella vez que hiciste todo el camino hasta la roca del castillo…

Jack le miró hoscamente. – ¿Sí?

–Seguiste un trozo de esta orilla… bajo la montaña, hasta más allá.

–Sí. – ¿Y luego?

–Encontré una trocha de jabalíes. Es larguísima. Ralph asintió con la cabeza. Señaló hacia el bosque:

–Entonces la trocha debe estar ahí cerca. Todo el mundo asintió, sabiamente.

–Bueno, pues nos iremos abriendo camino hasta que demos con la trocha.

Dio un paso y se detuvo: – ¡Pero espera un momento! ¿Hacia dónde va esa trocha?

–A la montaña – dijo Jack -, ya te lo he dicho – Rió con sorna -: ¿No quieres ir a la montaña?

Ralph suspiró; advertía que aumentaba el antagonismo tan pronto como Jack abandonaba el mando.

–Pensaba en la falta de luz. Vamos a tener que andar a tropezones. – - Habíamos quedado en ir a buscar la fiera…

–No habrá bastante luz.

–A mí no me importa seguir – dijo Jack acalorado -. Cuando lleguemos allí la buscaré. ¿Y tú? ¿Prefieres volver a los refugios para hablar con Piggy?

Ahora le tocaba a Ralph enrojecer, pero habló en tono desalentado, con la nueva lucidez que Piggy le había dado. – ¿Por qué me odias?

Los muchachos se agitaron incómodos, como si se hubiese pronunciado una palabra indecente. El silencio se alargó.

Ralph, excitado y dolorido aún, fue el primero en emprender el camino.

–Vamos.

Se puso a la cabeza y decidió que sería él mismo quien, por derecho propio, abriría paso entre las trepadoras. Jack, desplazado y de mal talante, cerraba la marcha.

La trocha de jabalíes era un túnel oscuro, pues el sol se iba deslizando rápidamente hacia el borde del mundo y en el bosque siempre acechaban las sombras. Era un sendero ancho y trillado, y pudieron correr por él a un trote ligero. Al poco rato se abrió el techo de hojas y todos se detuvieron, con la respiración entrecortada, a contemplar las pocas estrellas que despuntaban a un lado de la cima de la montaña.

–Ahí está.

Los muchachos se miraron vacilantes. Ralph tomó una decisión:

–Iremos derechos a la plataforma y ya subiremos mañana.

Murmuraron en asentimiento; pero Jack estaba junto a él, casi rozándole el hombro.

–Claro, si tienes miedo… Ralph se enfrentó con él. – ¿Quién fue el primero que llegó hasta la roca del castillo?

–Yo también fui. Y, además, era de día.

–Muy bien, ¿quién quiere subir a la montaña ahora? La única respuesta fue el silencio.

–Samyeric, ¿vosotros qué pensáis?

–Deberíamos ir a decírselo a Piggy… -…sí, a decirle a Piggy que… – ¡Pero si ya fue Simón!

–Deberíamos decírselo a Piggy… por si acaso… – ¿Robert? ¿Bill?

Todos se dirigían ya a la plataforma. Claro que no era por miedo, sino por cansancio.

Ralph se volvió de nuevo a Jack. – ¿Lo ves?

–Yo voy a subir a la montaña.

Las palabras salieron de Jack envenenadas, como una maldición. Miró a Ralph, su cuerpo delgado tenso, la lanza agarrada como amenazándole.

–Voy a subir a la montaña para buscar a la fiera… ahora mismo.

Después, la puya suprema, la palabra sencilla y retadora: – ¿Vienes?

Al oír aquella palabra, los otros muchachos olvidaron sus ansias de alejarse y regresaron a saborear un nuevo roce de dos temperamentos en la oscuridad. La palabra era demasiado acertada, demasiado cortante, demasiado retadora para pronunciarse de nuevo. Le cogió a Ralph de sorpresa, cuando sus nervios se habían calmado ante la perspectiva de regresar al refugio y a las aguas tranquilas y familiares de la laguna.

–Como quieras.

Asombrado, escuchó su propia voz, que salía tranquila y natural, de modo que el duro reto de Jack cayó deshecho.

–Si de verdad no te importa, claro.

–Claro que si tienes miedo… Ralph se enfrentó con él.

–Pues entonces…

Uno junto al otro, bajo las miradas de los silenciosos muchachos, emprendieron la marcha hacia la montaña.

–Qué tontería. ¿Cómo vamos a ir los dos solos? Si encontramos algo, necesitaremos ayuda…

Les llegó el rumor de los muchachos que escapaban corriendo. Con asombro, vieron una figura oscura moverse de espaldas a la marea. – ¿Roger?

–Sí.

–Entonces, ya somos tres.

De nuevo comenzaron a escalar la falda de la montaña. La oscuridad parecía fluir en torno suyo como si fuese la propia marea. Jack, que había permanecido callado, empezó a atragantarse y toser; una ráfaga de aire les hizo escupir a los tres. Las lágrimas cegaban a Ralph.

–Es ceniza. Estamos al borde del terreno quemado.

Sus pasos, y en ocasiones la brisa, iban levantando remolinos de polvo. Al parar de nuevo, Ralph tuvo tiempo de pensar, mientras tosía, en la tontería que estaban cometiendo. Si no había ninguna fiera – y casi seguro que no la habría -, en ese caso, bien estaba; pero si había algo esperándoles en la cima de la montaña…, ¿qué iban a hacer ellos tres, impedidos por la oscuridad y llevando consigo sólo unos palos?

–Somos unos locos.

De la oscuridad llegó la respuesta: – ¿Miedo?

Ralph se irguió lleno de irritación. La culpa de todo la tenía Jack.

–Pues claro, pero de todos modos somos unos locos.

–Si no quieres seguir – dijo la voz con sarcasmo -, subiré yo solo.

Ralph oyó aquella burla y sintió odio hacia Jack. El escozor de la ceniza en sus ojos, el cansancio y el temor le enfurecieron. – ¡Pues sube! Te esperamos aquí. Hubo un silencio. – ¿Por qué no subes? ¿Tienes miedo? Una mancha en la oscuridad, una mancha que era Jack, se destacó y empezó a alejarse.

–Bien, hasta luego.

La mancha se desvaneció. Otra vino a tomar su lugar.

Ralph sintió que su rodilla tocaba una cosa dura: sus piernas mecieron un tronco carbonizado, áspero al tacto. Sintió las calcinadas rugosidades – que habían sido cortezas – rozarle detrás de las rodillas y supo así que Roger se había sentado. Buscó a tientas y se acomodó junto a Roger, mientras el tronco se mecía entre cenizas invisibles. Roger, poco hablador por naturaleza, permaneció callado. No expresó lo que pensaba de la fiera ni le dijo a Ralph por qué se había decidido a acompañarles en aquella insensata expedición. Se limitaba a permanecer allí sentado, meciendo el tronco suavemente. Ralph escuchó unos golpecillos rápidos y enervantes y comprendió que Roger estaba golpeando algo con su estúpido palo de madera.

7. Sombras y árboles altos (2) 7. Schatten und hohe Bäume (2) 7\. Shadows and tall trees (2) 7. Ombres et grands arbres (2) 7. Ombre e alberi ad alto fusto (2) 7. Cienie i wysokie drzewa (2) 7. Sombras e árvores altas (2) 7. тіні та високі дерева (2)

A la vez, Robert gritaba y luchaba con la fuerza que produce la desesperación. At the same time, Robert was screaming and struggling with the strength of desperation. Jack le tenía agarrado por el pelo y blandía su cuchillo. Detrás de él, luchando por acercarse, estaba Roger. Behind him, struggling to get closer, was Roger. El canto surgió como un ritual, como si fuese el instante final de una danza o una cacería. – ¡Mata al jabalí! ¡Córtale el cuello! ¡Mata al jabalí! ¡Pártele el cráneo! Crack his skull!

También Ralph luchaba por acercarse, para conseguir un trozo de aquella carne bronceada, vulnerable. Ralph, too, was struggling to get closer, to get a piece of that vulnerable, tanned flesh. El deseo de agredir y hacer daño era irresistible. The desire to attack and harm was irresistible.

El brazo de Jack descendió; el delirante grupo aplaudió y lanzó gruñidos que imitaban los de un jabalí moribundo. Se calmaron entonces, jadeantes y escuchando el asustado lloriqueo de Robert, que se limpió la cara con un brazo sucio y se esforzó por recobrar su dignidad. They calmed down then, panting and listening to the frightened whimpering of Robert, who wiped his face with a dirty arm and struggled to regain his dignity. – ¡Ay, mi trasero! - Oh, my ass!

Se frotó dolorido. He rubbed sorely. Jack se volvió: Jack turned away:

–Fue un juego divertido. It was a fun game.

–Era sólo un juego – dijo Ralph, incómodo -. "It was just a game," Ralph said uncomfortably. Menudo daño me hicieron una vez jugando al rugby. What a damage they did to me once playing rugby.

–Deberíamos tener un tambor – dijo Maurice -, así podríamos hacerlo como es debido. "We should have a drum," said Maurice, "so we could do it properly."

Ralph lo miró. Ralph looked at him. – ¿Y cómo es eso?

–No sé… Se necesita un fuego, creo, y un tambor, y vas guardando el compás con el tambor. -I don't know... You need a fire, I think, and a drum, and you keep time with the drum.

–Lo que se necesita es un cerdo – dijo Roger -, como en las cacerías de verdad. 'What you need is a pig,' Roger said, 'just like on real hunts.

–O alguien que haga de cerdo – dijo Ralph -. "Or someone to play the pig," Ralph said. Alguien se podría disfrazar de cerdo y luego representar…, ya sabes, fingir que me tiraba al suelo y todo lo demás… Someone could dress up as a pig and then act out… you know, pretend to throw me on the ground and everything else…

–Lo que se necesita es un cerdo de verdad – dijo Robert, que se frotaba aún atrás -, porque tenéis que matarle. 'What you need is a real pig,' said Robert, still rubbing his back, 'because you have to kill him.

–Podemos usar a uno de los peques – dijo Jack, y todos rieron. "We can use one of the little ones," said Jack, and they all laughed.

Ralph se incorporó. Ralph got up.

–Bueno, a este paso no vamos a encontrar lo que buscamos. -Well, at this rate we're not going to find what we're looking for.

Uno a uno se levantaron, arreglándose los harapos. Einer nach dem anderen stand auf und richtete seine Lumpen. One by one they rose, arranging their rags. Ralph miró a Jack.

–Ahora, a la montaña. – ¿No deberíamos volver con Piggy – dijo Maurice – antes de que anochezca? "Shouldn't we get back to Piggy," said Maurice, "before dark?"

Los mellizos asintieron como si fuesen un solo muchacho. The twins nodded as if they were one boy.

–Sí eso. -Ja, das. -Yes, that's right. Podemos subir por la mañana. Wir können morgen früh hochgehen. We can go up in the morning. Ralph miró a lo lejos y vio el mar. Ralph looked off into the distance and saw the sea.

–Tenemos que prender la hoguera otra vez. We have to light the fire again.

–No tenemos las gafas de Piggy – dijo Jack -, así que no se puede. -We don't have Piggy's glasses," said Jack, "so it's not possible.

–Pues entonces veremos si en la montaña hay algo. -Dann werden wir sehen, ob es auf dem Berg etwas gibt. -Well, then we'll see if there's something on the mountain. Maurice, indeciso, no queriendo parecer un gallina, dijo: – ¿Y si está la fiera? Maurice, hesitant, not wanting to sound like a chicken, said: - And if the beast is there? Jack blandió su lanza.

–La matamos. -Wir haben sie getötet.

El sol parecía algo más fresco. Die Sonne schien ein wenig kühler. The sun seemed somewhat cooler. Jack cortó el aire con la lanza. Jack slashed the air with the spear. – ¿A qué esperamos? - Worauf warten wir noch? – What are we waiting for?

–Supongo – dijo Ralph – que si seguimos por aquí, junto al mar, llegaremos al pie del terreno quemado y desde allí podemos trepar a la montaña. 'I suppose,' said Ralph, 'if we keep going this way, by the sea, we'll get to the bottom of the burned ground and from there we can climb up the mountain.

Una vez más les guió Jack a lo largo del aquel mar que absorbía y expelía sus aguas cegadoras. Once more Jack led them along that sea that absorbed and expelled its blinding waters. Una vez más soñó Ralph, dejando que sus hábiles pies se ocupasen de las irregularidades del camino. Wieder einmal träumte Ralph und ließ seine geschickten Füße die Unebenheiten der Straße ausgleichen. Once more Ralph dreamed, letting his clever feet take care of the bumps in the road. Sin embargo, sus pies parecían aquí menos hábiles que antes. However, his feet seemed less dexterous here than before. La mayor parte del camino lo tuvieron que recorrer pegados a la desnuda roca, junto al agua, y se vieron obligados a avanzar de lado entre aquélla y la oscura exuberancia del bosque. Most of the way they had to walk close to the bare rock by the water, and were forced to walk sideways between it and the dark luxuriance of the forest. Tenían que escalar pequeños acantilados, algunos de los cuales habían de servir como senderos, largos pasajes en los que se usaban tanto las manos como los pies. They had to scale small cliffs, some of which were to serve as paths, long passages in which both hands and feet were used. Pisaban rocas recién mojadas por las olas, para saltar sobre los transparentes charcos formados por la marea. Sie traten auf Felsen, die frisch von den Wellen benetzt waren, und sprangen über die durchsichtigen Becken, die die Flut gebildet hatte. They stepped on rocks freshly wet by the waves, to jump over the transparent puddles formed by the tide. Llegaron a una hondonada que, como una trinchera, partía la estrecha banda de playa. They came to a hollow that, like a trench, bisected the narrow strip of beach. Parecía no tener fondo; con asombro, observaron la oscura hendidura, donde borboteaba el agua. It seemed bottomless; in astonishment, they gazed into the dark crevice, where the water bubbled. En ese momento regresó la ola, la hondonada hirvió ante sus ojos y saltó espuma hasta las mismas trepadoras, dejando a los muchachos empapados y gritando. At that moment the wave returned, the gully boiled before their eyes and foam spurted up to the very creepers, leaving the boys drenched and screaming. Trataron de continuar por el bosque, pero era demasiado espeso y las plantas se entretejían como un nido de pájaros. Al fin tuvieron que decidirse a ir saltando uno a uno, esperando hasta que descendía el agua; y aún así, algunos recibieron un segundo remojón. Schließlich mussten sie sich entschließen, einer nach dem anderen hineinzuspringen und zu warten, bis das Wasser zurückging; und selbst dann wurden einige von ihnen ein zweites Mal durchnässt. At last they had to decide to jump in one by one, waiting until the water receded; and even then, some of them received a second soaking. A partir de allí las rocas se hacían cada vez más intransitables, así que se sentaron durante un rato, mientras se secaban sus harapos, contemplando los perfiles recortados de las olas profundas, que con tanta lentitud pasaban a lo largo de la isla. Von dort aus wurden die Felsen immer unwegsamer, und so saßen sie eine Weile da, trockneten ihre Lumpen und betrachteten die zerklüfteten Umrisse der tiefen Wellen, die so langsam an der Insel vorbeizogen. From there the rocks became more and more impassable, so they sat for a while, drying their rags, looking at the jagged outlines of the deep waves, which so slowly passed the length of the island. Encontraron fruta en un refugio de brillantes pajarillos que revoloteaban a la manera de los insectos. They found fruit in a haven of bright little birds that flitted about in the manner of insects. Ralph dijo entonces que iban demasiado despacio. Ralph then said that they were going too slowly. Se subió él mismo a un árbol, entreabrió el dosel de la copa y vio la cuadrada cumbre de la montaña, que aún parecía muy lejana. He climbed a tree himself, half-opened the canopy and saw the square mountain peak, which still seemed far away. Trataron de apresurarse siguiendo sobre las rocas, pero Robert se hizo un mal corte en la rodilla y tuvieron que admitir que aquel sendero habría de tomarse con tranquilidad si querían permanecer indemnes. Sie versuchten, sich über die Felsen zu beeilen, aber Robert zog sich eine schwere Schnittwunde am Knie zu, und sie mussten sich eingestehen, dass sie den Weg langsam gehen mussten, wenn sie unversehrt bleiben wollten. They tried to hasten on over the rocks, but Robert cut his knee badly and they had to admit that this path would have to be taken easy if they were to remain unscathed. Desde aquel punto continuaron como si estuviesen escalando una peligrosa montaña hasta que las rocas se transformaron en un verdadero acantilado, cubierto de una jungla impenetrable y cortado a tajo sobre el mar. From that point they continued as if they were climbing a dangerous mountain until the rocks were transformed into a real cliff, covered with an impenetrable jungle and cut off above the sea.

Ralph examinó el sol con atención.

–El final de la tarde. -Das Ende des Nachmittags. –The end of the afternoon. Ha pasado la hora del té, eso seguro. It's past tea time, that's for sure.

–No recuerdo este acantilado – dijo Jack cabizbajo -; debe ser el trozo de costa que no he recorrido. -I don't remember this cliff," said Jack, crestfallen; "it must be the bit of coast I haven't been along.

Ralph asintió. Ralph agreed.

–Déjame pensar. -Lasst mich nachdenken. -Let me think.

Ya no sentía vergüenza alguna por pensar en público, y podía estudiar las decisiones del día como si se tratase de una partida de ajedrez. Er schämte sich nicht mehr, in der Öffentlichkeit zu denken, und konnte die Entscheidungen des Tages wie eine Schachpartie studieren. He no longer felt any shame about thinking in public, and he could study the decisions of the day as if they were a game of chess. Lo malo era que jamás sería un buen jugador de ajedrez. The bad thing was that he would never be a good chess player. Pensó en los peques y en Piggy. He thought of the little ones and Piggy. Veía a Piggy completamente solo, acurrucado en un refugio donde todo era silencio, excepto los gritos de las pesadillas. Ich sah Piggy ganz allein, zusammengekauert in einem Unterstand, in dem alles still war, bis auf die Schreie der Albträume. I saw Piggy all alone, huddled in a shelter where all was silent except the screams of nightmares.

–No podemos dejar solos a Piggy y a los peques toda la noche.

Los otros muchachos no dijeron nada; todos, sin embargo, se quedaron mirándole. The other boys said nothing; they all, however, stared at him.

–Pero tardaríamos horas en volver. But it would take us hours to get back.

Jack tosió y habló con un tono extraño, seco. Jack coughed and spoke in a strange, dry tone.

–Hay que cuidar a Piggy, ¿verdad? -Schweinchen muss versorgt werden, nicht wahr? "You have to take care of Piggy, right?" Ralph se tecleó en los dientes con la sucia punta de la lanza de Eric. Ralph wurde von der dreckigen Spitze von Erics Speer die Zähne ausgeschlagen. Ralph struck himself in the teeth with the dirty tip of Eric's spear.

–Si atravesamos… Miró a su alrededor. "If we get through…" He looked around.

–Alguien tiene que atravesar la isla y decirle a Piggy que llegaremos después de que anochezca. "Someone has to get across the island and tell Piggy we'll be there after dark." Bill, asombrado, dijo: – ¿A solas por el bosque? Bill, astonished, said: - Alone in the woods? ¿Ahora?

–Sólo podemos prescindir de uno. -Wir können nur auf eines verzichten. -We can only do without one.

Simón se abrió camino hasta llegar junto a Ralph: Simon machte sich auf den Weg zu Ralphs Seite: Simon pushed his way up to Ralph's side:

–Puedo ir yo, si quieres. -I can go, if you want. No me importa, de verdad. Das ist mir wirklich egal.

Antes de que Ralph tuviese tiempo de contestar, sonrió rápidamente, dio la vuelta y ascendió en dirección al bosque. Bevor Ralph Zeit hatte zu antworten, lächelte er schnell, drehte sich um und ging in den Wald. Before Ralph had time to answer, he smiled quickly, turned around and ascended in the direction of the forest.

Ralph volvió los ojos a Jack, viéndole, con exasperación, por primera vez: Ralph turned his eyes to Jack, seeing him, with exasperation, for the first time:

–Jack… aquella vez que hiciste todo el camino hasta la roca del castillo… -Jack... das eine Mal, als du den ganzen Weg zum Schlossfelsen gekommen bist... "Jack… that time you made it all the way to the castle rock…"

Jack le miró hoscamente. Jack looked at him sullenly. – ¿Sí?

–Seguiste un trozo de esta orilla… bajo la montaña, hasta más allá. -Du bist einem Stück dieses Ufers gefolgt... unter dem Berg hindurch, bis auf die andere Seite. –You followed a piece of this shore… under the mountain, to beyond.

–Sí. – ¿Y luego?

–Encontré una trocha de jabalíes. Es larguísima. It is very long. Ralph asintió con la cabeza. Señaló hacia el bosque: He pointed toward the forest:

–Entonces la trocha debe estar ahí cerca. Todo el mundo asintió, sabiamente. Everyone nodded, wisely.

–Bueno, pues nos iremos abriendo camino hasta que demos con la trocha. -Nun, wir gehen weiter, bis wir den Weg finden. -Well, we'll make our way until we find the trail.

Dio un paso y se detuvo: – ¡Pero espera un momento! He took a step and stopped: – But wait a minute! ¿Hacia dónde va esa trocha? Where does this trail go?

–A la montaña – dijo Jack -, ya te lo he dicho – Rió con sorna -: ¿No quieres ir a la montaña? -Zum Berg", sagte Jack, "das habe ich dir doch schon gesagt", lachte er spöttisch: "Willst du nicht zum Berg gehen?

Ralph suspiró; advertía que aumentaba el antagonismo tan pronto como Jack abandonaba el mando. Ralph seufzte; er konnte sehen, wie die Feindseligkeit zunahm, sobald Jack das Kommando abgab. Ralph sighed; he noticed that the antagonism increased as soon as Jack relinquished command.

–Pensaba en la falta de luz. Vamos a tener que andar a tropezones. Wir werden stolpern müssen. – - Habíamos quedado en ir a buscar la fiera… - Wir hatten vereinbart, nach dem Tier zu suchen....

–No habrá bastante luz.

–A mí no me importa seguir – dijo Jack acalorado -. -Es macht mir nichts aus, weiterzumachen", sagte ein erregter Jack. "I don't mind going on," said Jack heatedly. Cuando lleguemos allí la buscaré. When we get there I'll look for her. ¿Y tú? ¿Prefieres volver a los refugios para hablar con Piggy?

Ahora le tocaba a Ralph enrojecer, pero habló en tono desalentado, con la nueva lucidez que Piggy le había dado. Jetzt war Ralph an der Reihe, rot zu werden, aber er sprach in einem verzagten Ton, mit der neuen Klarheit, die Piggy ihm gegeben hatte. Now it was Ralph's turn to blush, but he spoke dejectedly, with the new lucidity Piggy had given him. – ¿Por qué me odias? - Warum hassen Sie mich? - Because you hate me?

Los muchachos se agitaron incómodos, como si se hubiese pronunciado una palabra indecente. The boys shifted uncomfortably, as if some indecent word had been spoken. El silencio se alargó. The silence lengthened.

Ralph, excitado y dolorido aún, fue el primero en emprender el camino.

–Vamos.

Se puso a la cabeza y decidió que sería él mismo quien, por derecho propio, abriría paso entre las trepadoras. Er übernahm die Führung und beschloss, dass er selbst derjenige sein würde, der den Weg unter den Bergsteigern anführen würde. He took the lead, deciding that he would be the one who, in his own right, would break through the vines. Jack, desplazado y de mal talante, cerraba la marcha. Jack, vertrieben und schlecht gelaunt, beendete den Marsch. Jack, displaced and ill-tempered, brought up the rear.

La trocha de jabalíes era un túnel oscuro, pues el sol se iba deslizando rápidamente hacia el borde del mundo y en el bosque siempre acechaban las sombras. The boar trail was a dark tunnel, for the sun was slipping rapidly towards the edge of the world and shadows always lurked in the forest. Era un sendero ancho y trillado, y pudieron correr por él a un trote ligero. It was a wide, well-trodden path, and they were able to run along it at a light trot. Al poco rato se abrió el techo de hojas y todos se detuvieron, con la respiración entrecortada, a contemplar las pocas estrellas que despuntaban a un lado de la cima de la montaña. Before long, the leafy roof opened and everyone paused, with bated breath, to gaze at the few stars that were peeking out from the side of the mountain peak.

–Ahí está. -Hier ist es. -There it is.

Los muchachos se miraron vacilantes. Die Jungen sahen sich zögernd an. The boys looked at each other hesitantly. Ralph tomó una decisión: Ralph hat eine Entscheidung getroffen:

–Iremos derechos a la plataforma y ya subiremos mañana. –We will go straight to the platform and we will go up tomorrow.

Murmuraron en asentimiento; pero Jack estaba junto a él, casi rozándole el hombro. They murmured in assent; but Jack was beside him, almost brushing his shoulder.

–Claro, si tienes miedo… Ralph se enfrentó con él. -Natürlich, wenn du Angst hast... Ralph hat ihn zur Rede gestellt. "Sure, if you're afraid…" Ralph confronted him. – ¿Quién fue el primero que llegó hasta la roca del castillo? - Who was the first to reach the castle rock?

–Yo también fui. -Ich bin auch hingegangen. -I also went. Y, además, era de día. Und außerdem war es helllichter Tag. And besides, it was daytime.

–Muy bien, ¿quién quiere subir a la montaña ahora? -All right, who wants to go up the mountain now? La única respuesta fue el silencio.

–Samyeric, ¿vosotros qué pensáis?

–Deberíamos ir a decírselo a Piggy… -…sí, a decirle a Piggy que… – ¡Pero si ya fue Simón! -Wir sollten gehen und es Schweinchen sagen... Ja, sag das Schweinchen... Aber es war Simon! –We should go tell Piggy… -…yes, tell Piggy that… –But it was Simon!

–Deberíamos decírselo a Piggy… por si acaso… – ¿Robert? -Wir sollten es Piggy sagen... nur für den Fall... Robert? ¿Bill?

Todos se dirigían ya a la plataforma. Claro que no era por miedo, sino por cansancio. Das geschah natürlich nicht aus Angst, sondern aus Müdigkeit. Of course it wasn't out of fear, but out of exhaustion.

Ralph se volvió de nuevo a Jack. – ¿Lo ves? - Siehst du es? - You see it?

–Yo voy a subir a la montaña.

Las palabras salieron de Jack envenenadas, como una maldición. Die Worte kamen wie Gift aus Jacks Mund, wie ein Fluch. The words came out of Jack poisoned, like a curse. Miró a Ralph, su cuerpo delgado tenso, la lanza agarrada como amenazándole. He looked at Ralph, his lean body tense, the spear clutched as if threatening him.

–Voy a subir a la montaña para buscar a la fiera… ahora mismo. -Ich gehe auf den Berg, um die Bestie zu suchen... jetzt sofort.

Después, la puya suprema, la palabra sencilla y retadora: – ¿Vienes? Und dann der ultimative Widerhaken, das einfache und herausfordernde Wort: - Kommst du? Then, the supreme puya, the simple and challenging word: – Are you coming?

Al oír aquella palabra, los otros muchachos olvidaron sus ansias de alejarse y regresaron a saborear un nuevo roce de dos temperamentos en la oscuridad. La palabra era demasiado acertada, demasiado cortante, demasiado retadora para pronunciarse de nuevo. The word was too apt, too cutting, too challenging to utter again. Le cogió a Ralph de sorpresa, cuando sus nervios se habían calmado ante la perspectiva de regresar al refugio y a las aguas tranquilas y familiares de la laguna. It caught Ralph by surprise, when his nerves had calmed at the prospect of returning to the shelter and the calm, familiar waters of the lagoon.

–Como quieras. -As you wish.

Asombrado, escuchó su propia voz, que salía tranquila y natural, de modo que el duro reto de Jack cayó deshecho. Erschrocken lauschte er seiner eigenen Stimme, die so ruhig und natürlich klang, dass Jacks strenge Aufforderung in sich zusammenfiel. Amazed, he heard his own voice, which came out calm and natural, so that Jack's hard challenge fell undone.

–Si de verdad no te importa, claro. "If you really don't mind, of course.

–Claro que si tienes miedo… Ralph se enfrentó con él. -Of course, if you're afraid... Ralph confronted him.

–Pues entonces…

Uno junto al otro, bajo las miradas de los silenciosos muchachos, emprendieron la marcha hacia la montaña. Seite an Seite, unter den wachsamen Augen der schweigenden Jungen, machten sie sich auf den Weg zum Berg. Side by side, under the gazes of the silent boys, they started up the mountain.

–Qué tontería. – What nonsense. ¿Cómo vamos a ir los dos solos? Wie können wir beide allein gehen? How are we going to go alone? Si encontramos algo, necesitaremos ayuda… Wenn wir etwas finden, werden wir Hilfe brauchen...

Les llegó el rumor de los muchachos que escapaban corriendo. They heard the rumor of the boys running away. Con asombro, vieron una figura oscura moverse de espaldas a la marea. In amazement, they saw a dark figure move with its back to the tide. – ¿Roger?

–Sí.

–Entonces, ya somos tres. -So, we are already three.

De nuevo comenzaron a escalar la falda de la montaña. Again they began to climb the slope of the mountain. La oscuridad parecía fluir en torno suyo como si fuese la propia marea. The darkness seemed to flow around him as if it were the tide itself. Jack, que había permanecido callado, empezó a atragantarse y toser; una ráfaga de aire les hizo escupir a los tres. Jack, who had been silent, began to choke and cough; a gust of air made all three of them spit. Las lágrimas cegaban a Ralph. Ralph was blinded by tears.

–Es ceniza. Estamos al borde del terreno quemado. We are at the edge of the burned ground.

Sus pasos, y en ocasiones la brisa, iban levantando remolinos de polvo. Al parar de nuevo, Ralph tuvo tiempo de pensar, mientras tosía, en la tontería que estaban cometiendo. Stopping again, Ralph had time to think, through a cough, about what a foolish thing they were doing. Si no había ninguna fiera – y casi seguro que no la habría -, en ese caso, bien estaba; pero si había algo esperándoles en la cima de la montaña…, ¿qué iban a hacer ellos tres, impedidos por la oscuridad y llevando consigo sólo unos palos? If there weren't any beasts - and there almost certainly wouldn't be - then that was fine; but if there was something waiting for them on the top of the mountain... what were they three to do, hampered by the darkness and carrying only a few sticks?

–Somos unos locos. -We are crazy.

De la oscuridad llegó la respuesta: – ¿Miedo? From the darkness came the answer: - Fear?

Ralph se irguió lleno de irritación. La culpa de todo la tenía Jack. It was all Jack's fault.

–Pues claro, pero de todos modos somos unos locos.

–Si no quieres seguir – dijo la voz con sarcasmo -, subiré yo solo.

Ralph oyó aquella burla y sintió odio hacia Jack. El escozor de la ceniza en sus ojos, el cansancio y el temor le enfurecieron. – ¡Pues sube! – Then go up! Te esperamos aquí. We wait for you here. Hubo un silencio. There was silence. – ¿Por qué no subes? Why don't you go up? ¿Tienes miedo? Una mancha en la oscuridad, una mancha que era Jack, se destacó y empezó a alejarse. A blur in the darkness, a blur that was Jack, stood out and began to move away.

–Bien, hasta luego. -Well, see you later.

La mancha se desvaneció. The stain faded away. Otra vino a tomar su lugar. Ein anderer kam, um seinen Platz einzunehmen. Another came to take its place.

Ralph sintió que su rodilla tocaba una cosa dura: sus piernas mecieron un tronco carbonizado, áspero al tacto. Ralph spürte, wie sein Knie einen harten Gegenstand berührte: Seine Beine schaukelten auf einem verkohlten Holzscheit, das sich rau anfühlte. Ralph felt his knee touch a hard thing: his legs rocked a charred log, rough to the touch. Sintió las calcinadas rugosidades – que habían sido cortezas – rozarle detrás de las rodillas y supo así que Roger se había sentado. He felt the charred roughness - which had been bark - brush behind his knees and knew that Roger had sat down. Buscó a tientas y se acomodó junto a Roger, mientras el tronco se mecía entre cenizas invisibles. He groped and settled next to Roger as the log swayed in invisible ashes. Roger, poco hablador por naturaleza, permaneció callado. Roger, not very talkative by nature, remained silent. No expresó lo que pensaba de la fiera ni le dijo a Ralph por qué se había decidido a acompañarles en aquella insensata expedición. Er sagte weder, was er von dem Tier hielt, noch erzählte er Ralph, warum er sich entschlossen hatte, sie auf diese törichte Expedition zu begleiten. He did not express what he thought of the beast, nor did he tell Ralph why he had decided to accompany them on this foolish expedition. Se limitaba a permanecer allí sentado, meciendo el tronco suavemente. He just sat there, rocking the log gently. Ralph escuchó unos golpecillos rápidos y enervantes y comprendió que Roger estaba golpeando algo con su estúpido palo de madera. Ralph heard some quick, unnerving tapping and realized that Roger was hitting something with his stupid wooden stick.