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El señor de las moscas William Goulding (Lord of the Flies), 6. El monstruo del aire (2)

6. El monstruo del aire (2)

Simón, que caminaba delante de Ralph, sintió un brote de incredulidad: una fiera que arañaba con sus garras, que estaba allá sentada en la cima de la montaña, que nunca dejaba huellas y, sin embargo, no era lo bastante rápida como para atrapar a Sam y Eric.

De cualquier modo que Simon imaginase a la fiera, siempre se alzaba ante su mirada interior como la imagen de un hombre, heroico y doliente a la vez.

Suspiró. Para otros resultaba fácil levantarse y hablar ante una asamblea, al parecer, sin sentir esa terrible presión de la personalidad; podían decir lo que tenían que decir como si hablasen ante una sola persona. Se echó a un lado y miró hacia atrás. Ralph venía con su lanza al hombro. Tímidamente, Simón retardó el paso hasta encontrarse junto a Ralph. Le miró a través de su lacio pelo negro, que ahora le caía hasta los ojos.

Ralph miró de soslayo; sonrió ligeramente, como si hubiese olvidado que Simón se había puesto en ridículo, y volvió la mirada al vacío. Simón, por unos momentos, sintió la alegría de ser aceptado y dejó de pensar en sí mismo. Cuando tropezó contra un árbol, Ralph miró a otro lado con impaciencia y Robert no disimuló su risa. Simón se sintió vacilar y una mancha blanca que había aparecido en su frente enrojeció y empezó a sangrar.

Ralph se olvidó de Simón para volver a su propio infierno. Tarde o temprano llegarían al castillo y el jefe tendría que ponerse a la cabeza. Vio a Jack retroceder hacia él con paso ligero.

–Estamos ya a la vista.

–Bueno, nos acercaremos lo más que podamos.

Siguió a Jack hacia el castillo, donde el terreno se elevaba ligeramente. Cerraba el lado izquierdo una maraña impenetrable de trepadoras y árboles. – ¿No podría haber algo ahí dentro?

–Ya lo ves. No hay nada que entre ni salga por ahí.

–Bueno, ¿y en el castillo?

–Mira.

Ralph abrió un hueco en la pantalla de hierba y miró a través. Quedaban sólo unos metros más de terreno pedregoso y después los dos lados de la isla llegaban casi a juntarse, de modo que la vista esperaba encontrar el pico de un promontorio. Pero en su lugar, un estrecho arrecife, de unos cuantos metros de anchura y unos quince de longitud, prolongaba la isla hacia el mar. Allí se encontraba otro de aquellos grandes bloques rosados que constituían la estructura de la isla. Este lado del castillo, de unos treinta metros de altura, era el baluarte rosado que habían visto desde la cima de la montaña. El peñón del acantilado estaba partido y su cima casi cubierta de grandes piedras sueltas que parecían a punto de desplomarse.

A espaldas de Ralph la alta hierba estaba poblada de silenciosos cazadores.

–Tú eres el cazador.

–Ya lo sé. Está bien.

Algo muy profundo en Ralph le obligó a decir:

–Yo soy el jefe. Iré yo. No discutas. Se volvió a los otros. Vosotros escondeos ahí y esperadme. Advirtió que su voz tendía o a desaparecer o a salir con demasiada fuerza.

Miró a Jack. – ¿Tú… crees? Jack balbuceó.

–He estado por todas partes. Tiene que estar aquí.

–Bien.

Simón murmuró confuso:

–Yo no creo en esa fiera.

Ralph le contestó cortésmente, como si hablasen del tiempo:

–No, claro que no.

Tenía los labios pálidos y apretados. Despacio, se echó el pelo hacia atrás.

–Bueno, hasta luego.

Obligó a sus pies a impulsarle hasta llegar al angostoso paso. Se encontró con un abismo a ambos lados. No había dónde esconderse, aunque no se tuviese que seguir avanzando. Se detuvo sobre el estrecho paso rocoso y miró hacia abajo. Pronto, en unos cuantos siglos, el mar transformaría el castillo en isla. A la derecha estaba la laguna, turbada por el mar abierto, y a la izquierda…

Ralph tembló. La laguna les había protegido del Pacífico y por alguna razón sólo Jack había descendido hasta el agua por el otro lado. Tenía ante sí el oleaje del mar, tal como lo ve el hombre de tierra, como la respiración de un ser fabuloso. Lentamente, las aguas se hundían entre las rocas, dejando al descubierto rosadas masas de granito, extrañas floraciones de coral, pólipos y algas. Bajaban las aguas, bajaban murmurando como el viento entre las alturas del bosque. Había allí una roca lisa, que se alargaba como una mesa, y las aguas, al ser absorbidas entre la vegetación de sus cuatro costados, daban a estos el aspecto de acantilados. Respiró entonces el adormecido leviatán: las aguas subieron, removieron las algas y el agua hirvió sobre el tablero con un bramido. No se sentía el paso de las olas; sólo aquel prolongado, minuto a minuto, bajar y subir.

Ralph se volvió hacia el rojo acantilado. Allí, entre la alta hierba, esperaban todos, esperaban a ver qué hacía él. Notó que el sudor de sus manos era frío ahora; con sorpresa advirtió que en realidad no esperaba encontrar ninguna fiera y que no sabría qué hacer si la encontraba.

Vio que le sería fácil escalar el acantilado, pero no era necesario. La estructura vertical del macizo había dejado una especie de zócalo a su alrededor, de manera que a la derecha del lado de la laguna se podía avanzar, palmo a palmo, por un saliente hasta volver la esquina y perderse de vista. Era un camino fácil y pronto se halló al otro lado del macizo. Era lo que esperaba y nada más: rosadas peñas dislocadas, cubiertas como una tarta por una capa de guano, y una cuesta empinada que subía hasta las rocas sueltas que coronaban el bastión. Un ruido a sus espaldas le hizo volverse. Jack se acercaba por el zócalo.

–No podía dejar que lo hicieses tú solo.

Ralph no dijo nada. Siguió adelante y avanzó entre las rocas; inspeccionó una especie de semicueva que no contenía nada más temible que un montón de huevos podridos y por fin se sentó, mirando a su alrededor y golpeando la roca con el extremo de su lanza.

Jack estaba excitado. – ¡Menudo lugar para un fuerte!

Una columna de rocío mojó sus cuerpos.

–No hay agua para beber.

–Entonces, ¿qué es aquello?

Había, en efecto, una alargada mancha verde a media altura del macizo. Treparon hasta allí y probaron el hilo de agua.

–Podríamos colocar un casco de coco ahí para que estuviese siempre lleno.

–Yo no. Este sitio es un asco.

Uno junto al otro, escalaron el último tramo hasta llegar al sitio donde las rocas apiladas terminaban en una gran piedra partida. Jack golpeó con el puño la que tenía más cerca, que rechinó ligeramente.

–Te acuerdas…

Pero el recuerdo de los malos tiempos que habían vivido entre aquellas dos ocasiones dominó a los dos. Jack se apresuró a hablar:

–Si metiéramos un tronco de palmera por debajo, cuando el enemigo se acercase… ¡mira!

Debajo de ellos, a unos treinta metros, se encontraba el estrecho paso, después el terreno pedregoso, después la hierba salpicada de cabezas y detrás de todo aquello el bosque. – ¡Un empujón – gritó Jack exultante – y… zas…! Hizo un gesto amplio con la mano.

Ralph miró hacia la montaña. – ¿Qué te pasa? Ralph se volvió. – ¿Por qué lo dices?

–Mirabas de una manera… que no sé.

–No hay ninguna señal ahora. Nada que se pueda ver.

–Qué manía con la señal.

Les cercaba el tenso horizonte azul, roto sólo por la cumbre de la montaña.

–Es lo único que tenemos.

Descansó la lanza contra la piedra oscilante y se echó hacia atrás dos mechones de pelo.

–Vamos a tener que volver y subir a la montaña Allí es donde vieron la fiera.

–No va a estar allí. – ¿Y que más podemos hacer?

Los otros, que aguardaban en la hierba, vieron a Jack y Ralph ilesos y salieron de su escondite hacia la luz del sol. La emoción de explorar les hizo olvidarse de la fiera.

Cruzaron como un enjambre el puente y pronto se hallaron trepando y gritando. Ralph descansaba ahora con una mano contra un enorme bloque rojo, un bloque tan grande como una rueda de molino, que se había partido y colgaba tambaleándose. Observaba la montaña con expresión sombría. Golpeó la roja muralla a su derecha con el puño cerrado, como un martillo. Tenía los labios muy apretados y sus ojos, bajo el fleco de pelo, parecían anhelar algo.

–Humo.

Se chupó el puño lastimado. – ¡Jack! Vamos.

Pero Jack no estaba allí. Un grupo de muchachos, produciendo un gran ruido que no había percibido hasta entonces, hacía oscilar y empujaba una roca. Al volverse él, la base se cuarteó y toda aquella masa cayó al mar, haciendo saltar una columna de agua ensordecedora que subió hasta media altura del acantilado. – ¡Quietos! ¡Quietos!

Su voz produjo el silencio de los demás.

–Humo.

Una cosa extraña le pasaba en la cabeza. Algo revoloteaba allí mismo, ante su mente, como el ala de un murciélago enturbiando su pensamiento.

–Humo.

De pronto, le volvieron las ideas y la ira.

–Necesitamos humo. Y vosotros os ponéis a perder el tiempo rodando piedras. Roger gritó:

–Tenemos tiempo de sobra. Ralph movió la cabeza.

–Hay que ir a la montaña.

Estalló un griterío. Algunos de los muchachos querían regresar a la playa. Otros querían rodar más piedras. El sol brillaba y el peligro se había disipado con la oscuridad.

–Jack. A lo mejor la fiera está al otro lado. Guía otra vez. Tú ya has estado allí.

–Podemos ir por la orilla. Allí hay fruta. Bill se acercó a Ralph. – ¿Por qué no nos podemos quedar aquí un rato?

–Eso.

–Vamos a hacer una fortaleza…

–Aquí no hay comida – dijo Ralph – ni refugios. Y poca agua dulce.

–Esto sería una fortaleza fantástica.

–Podemos rodar piedras…

–Hasta el puente… – ¡Digo que vamos a seguir! – gritó Ralph enfurecido -. Tenemos que estar seguros.

Ahora vamonos.

–Era mejor quedarnos aquí.

–Vamonos al refugio…

–Estoy cansado… – ¡No!

Ralph se despellejó los nudillos. No parecieron dolerle.

–Yo soy el jefe. Tenemos que estar bien seguros. ¿Es que no veis la montaña? No hay ninguna señal. Puede haber un barco allá afuera. ¿Es que estáis todos chiflados?

Con aire levantisco, los muchachos guardaron silencio o murmuraron entre sí.

Jack les siguió camino abajo hasta cruzar el puente.

6. El monstruo del aire (2) 6. Das Luftungeheuer (2) 6. The monster of the air (2) 6. Le monstre de l'air (2) 6. Il mostro dell'aria (2) 6. O monstro do ar (2)

Simón, que caminaba delante de Ralph, sintió un brote de incredulidad: una fiera que arañaba con sus garras, que estaba allá sentada en la cima de la montaña, que nunca dejaba huellas y, sin embargo, no era lo bastante rápida como para atrapar a Sam y Eric. Walking ahead of Ralph, Simon felt a surge of disbelief: a clawing beast sitting there on the top of the mountain, never leaving tracks, yet not fast enough to catch. Sam and Eric.

De cualquier modo que Simon imaginase a la fiera, siempre se alzaba ante su mirada interior como la imagen de un hombre, heroico y doliente a la vez. However Simon imagined the beast, it always stood before his inner gaze like the image of a man, heroic and suffering at the same time.

Suspiró. Sigh. Para otros resultaba fácil levantarse y hablar ante una asamblea, al parecer, sin sentir esa terrible presión de la personalidad; podían decir lo que tenían que decir como si hablasen ante una sola persona. For others it was easy to get up and speak before an assembly, apparently without feeling that terrible pressure of personality; they could say what they had to say as if they were speaking before a single person. Se echó a un lado y miró hacia atrás. He stepped to the side and looked back. Ralph venía con su lanza al hombro. Ralph came with his spear on his shoulder. Tímidamente, Simón retardó el paso hasta encontrarse junto a Ralph. Shyly, Simon slowed his pace until he found himself next to Ralph. Le miró a través de su lacio pelo negro, que ahora le caía hasta los ojos. She looked up at him through her lank black hair, which now fell to her eyes.

Ralph miró de soslayo; sonrió ligeramente, como si hubiese olvidado que Simón se había puesto en ridículo, y volvió la mirada al vacío. Ralph squinted; She smiled slightly, as if she had forgotten that Simon had made a fool of himself, and looked back into space. Simón, por unos momentos, sintió la alegría de ser aceptado y dejó de pensar en sí mismo. Simón, for a few moments, felt the joy of being accepted and stopped thinking about himself. Cuando tropezó contra un árbol, Ralph miró a otro lado con impaciencia y Robert no disimuló su risa. When he stumbled against a tree, Ralph looked away impatiently and Robert did not disguise his laughter. Simón se sintió vacilar y una mancha blanca que había aparecido en su frente enrojeció y empezó a sangrar. Simon felt himself falter and a white spot that had appeared on his forehead turned red and began to bleed.

Ralph se olvidó de Simón para volver a su propio infierno. Ralph forgot about Simon to go back to his own hell. Tarde o temprano llegarían al castillo y el jefe tendría que ponerse a la cabeza. Sooner or later they would reach the castle and the chief would have to take the lead. Vio a Jack retroceder hacia él con paso ligero. He saw Jack back toward him with a light step.

–Estamos ya a la vista. We are already in sight.

–Bueno, nos acercaremos lo más que podamos. "Okay, we'll get as close as we can.

Siguió a Jack hacia el castillo, donde el terreno se elevaba ligeramente. He followed Jack toward the castle, where the ground rose slightly. Cerraba el lado izquierdo una maraña impenetrable de trepadoras y árboles. The left side was closed by an impenetrable tangle of vines and trees. – ¿No podría haber algo ahí dentro? 'Couldn't there be something in there?'

–Ya lo ves. –You see. No hay nada que entre ni salga por ahí. There is nothing going in or out of there.

–Bueno, ¿y en el castillo?

–Mira.

Ralph abrió un hueco en la pantalla de hierba y miró a través. Ralph made a hole in the grass screen and peered through. Quedaban sólo unos metros más de terreno pedregoso y después los dos lados de la isla llegaban casi a juntarse, de modo que la vista esperaba encontrar el pico de un promontorio. There were only a few more meters of rocky terrain and then the two sides of the island almost came together, so that the eye expected to find the peak of a promontory. Pero en su lugar, un estrecho arrecife, de unos cuantos metros de anchura y unos quince de longitud, prolongaba la isla hacia el mar. But instead, a narrow reef, a few meters wide and about fifteen meters long, extended the island out to sea. Allí se encontraba otro de aquellos grandes bloques rosados que constituían la estructura de la isla. There was another of those large pink blocks that made up the structure of the island. Este lado del castillo, de unos treinta metros de altura, era el baluarte rosado que habían visto desde la cima de la montaña. This side of the castle, about thirty meters high, was the pink bastion they had seen from the top of the mountain. El peñón del acantilado estaba partido y su cima casi cubierta de grandes piedras sueltas que parecían a punto de desplomarse. The cliff crag was split and its top was almost covered with large loose stones that looked as if they were about to collapse.

A espaldas de Ralph la alta hierba estaba poblada de silenciosos cazadores. Hinter Ralphs Rücken war das hohe Gras von schweigsamen Jägern bevölkert.

–Tú eres el cazador. -You are the hunter.

–Ya lo sé. -I know. Está bien. It's okay.

Algo muy profundo en Ralph le obligó a decir:

–Yo soy el jefe. Iré yo. I'll go. No discutas. Don't argue. Se volvió a los otros. He turned to the others. Vosotros escondeos ahí y esperadme. You guys hide in there and wait for me. Advirtió que su voz tendía o a desaparecer o a salir con demasiada fuerza. Er bemerkte, dass seine Stimme entweder verschwand oder zu laut wurde. He noticed that her voice tended to either fade out or come out too loud.

Miró a Jack. – ¿Tú… crees? - You think? Jack balbuceó. Jack sputtered.

–He estado por todas partes. I've been everywhere. Tiene que estar aquí. It has to be here.

–Bien.

Simón murmuró confuso: Simon muttered in confusion:

–Yo no creo en esa fiera.

Ralph le contestó cortésmente, como si hablasen del tiempo: Ralph antwortete höflich, als ob sie sich über das Wetter unterhalten würden: Ralph replied politely, as if they were talking about the weather:

–No, claro que no. -Nein, natürlich nicht. -No, of course not.

Tenía los labios pálidos y apretados. His lips were pale and tight. Despacio, se echó el pelo hacia atrás. Slowly, she pulled her hair back.

–Bueno, hasta luego.

Obligó a sus pies a impulsarle hasta llegar al angostoso paso. He forced his feet to carry him forward until he reached the narrow pass. Se encontró con un abismo a ambos lados. No había dónde esconderse, aunque no se tuviese que seguir avanzando. Man konnte sich nirgendwo verstecken, selbst wenn es keine weiteren Fortschritte gab. There was nowhere to hide, even if you didn't have to go any further. Se detuvo sobre el estrecho paso rocoso y miró hacia abajo. He stopped over the narrow rocky pass and looked down. Pronto, en unos cuantos siglos, el mar transformaría el castillo en isla. Soon, in a few centuries, the sea would transform the castle into an island. A la derecha estaba la laguna, turbada por el mar abierto, y a la izquierda… To the right was the lagoon, troubled by the open sea, and to the left…

Ralph tembló. Ralph trembled. La laguna les había protegido del Pacífico y por alguna razón sólo Jack había descendido hasta el agua por el otro lado. Die Lagune hatte sie vor dem Pazifik geschützt, und aus irgendeinem Grund war nur Jack auf der anderen Seite ins Wasser gegangen. The lagoon had protected them from the Pacific and for some reason only Jack had gone down into the water on the other side. Tenía ante sí el oleaje del mar, tal como lo ve el hombre de tierra, como la respiración de un ser fabuloso. Er hatte die Dünung des Meeres vor sich, wie der Mensch an Land sie sieht, wie den Atem eines fabelhaften Wesens. He had before him the waves of the sea, as seen by the man on earth, like the breath of a fabulous being. Lentamente, las aguas se hundían entre las rocas, dejando al descubierto rosadas masas de granito, extrañas floraciones de coral, pólipos y algas. Slowly, the waters sank between the rocks, revealing pink masses of granite, strange coral blooms, polyps and algae. Bajaban las aguas, bajaban murmurando como el viento entre las alturas del bosque. The waters receded, they descended murmuring like the wind among the heights of the forest. Había allí una roca lisa, que se alargaba como una mesa, y las aguas, al ser absorbidas entre la vegetación de sus cuatro costados, daban a estos el aspecto de acantilados. Es gab einen glatten Felsen, der sich wie ein Tisch ausdehnte, und das Wasser, das von der Vegetation an seinen vier Seiten absorbiert wurde, gab ihm das Aussehen von Klippen. There was a smooth rock there, which stretched out like a table, and the waters, being absorbed by the vegetation on its four sides, gave them the appearance of cliffs. Respiró entonces el adormecido leviatán: las aguas subieron, removieron las algas y el agua hirvió sobre el tablero con un bramido. Dann atmete der schlummernde Leviathan: Das Wasser erhob sich, wirbelte die Algen auf, und das Wasser kochte mit großem Getöse über das Brett. Then the slumbering leviathan breathed: the waters rose, stirred up the algae, and the water boiled over the board with a roar. No se sentía el paso de las olas; sólo aquel prolongado, minuto a minuto, bajar y subir. Man konnte nicht spüren, wie die Wellen vorbeizogen, sondern nur, wie sie sich Minute für Minute nach unten und oben bewegten. You couldn't feel the passing of the waves; only that prolonged, minute by minute, going down and up.

Ralph se volvió hacia el rojo acantilado. Ralph turned toward the red cliff. Allí, entre la alta hierba, esperaban todos, esperaban a ver qué hacía él. There, in the tall grass, they all waited, waited to see what he would do. Notó que el sudor de sus manos era frío ahora; con sorpresa advirtió que en realidad no esperaba encontrar ninguna fiera y que no sabría qué hacer si la encontraba. He noticed that the sweat on his hands was cold now; with surprise he noticed that he didn't really expect to find any beasts and that he wouldn't know what to do if he did.

Vio que le sería fácil escalar el acantilado, pero no era necesario. He saw that it would be easy for him to scale the cliff, but it was not necessary. La estructura vertical del macizo había dejado una especie de zócalo a su alrededor, de manera que a la derecha del lado de la laguna se podía avanzar, palmo a palmo, por un saliente hasta volver la esquina y perderse de vista. Die vertikale Struktur des Massivs hatte eine Art Sockel hinterlassen, so dass man auf der rechten Seite der Lagune Zentimeter für Zentimeter auf einem Vorsprung entlanggehen konnte, bis man um die Ecke kam und außer Sichtweite war. The vertical structure of the massif had left a kind of plinth around it, so that on the right side of the lagoon you could advance, inch by inch, along a ledge until you turned the corner and were out of sight. Era un camino fácil y pronto se halló al otro lado del macizo. It was an easy path and he soon found himself on the other side of the massif. Era lo que esperaba y nada más: rosadas peñas dislocadas, cubiertas como una tarta por una capa de guano, y una cuesta empinada que subía hasta las rocas sueltas que coronaban el bastión. Es war das, was ich erwartet hatte: rosafarbene, zerklüftete Felsen, die wie eine Torte mit einer Schicht Guano bedeckt waren, und ein steiler Abhang, der zu den losen Felsen hinaufführte, die die Bastion krönten. It was what he expected and nothing more: pink, dislocated boulders covered like a tart in a layer of guano, and a steep slope up to the loose rocks that crowned the bastion. Un ruido a sus espaldas le hizo volverse. A noise behind him made him turn. Jack se acercaba por el zócalo. Jack was coming up the skirting board.

–No podía dejar que lo hicieses tú solo. -Ich konnte dich das nicht alleine machen lassen. -I couldn't let you do it by yourself.

Ralph no dijo nada. Siguió adelante y avanzó entre las rocas; inspeccionó una especie de semicueva que no contenía nada más temible que un montón de huevos podridos y por fin se sentó, mirando a su alrededor y golpeando la roca con el extremo de su lanza. He went on ahead and advanced among the rocks; he inspected a sort of half-cave that contained nothing more fearsome than a heap of rotten eggs and at last sat down, looking around and striking the rock with the end of his spear.

Jack estaba excitado. Jack was excited. – ¡Menudo lugar para un fuerte! - Was für ein Ort für ein Fort! – What a place for a fort!

Una columna de rocío mojó sus cuerpos. A column of dew wet their bodies.

–No hay agua para beber. -There is no water to drink.

–Entonces, ¿qué es aquello? -So, what is that?

Había, en efecto, una alargada mancha verde a media altura del macizo. There was, indeed, an elongated green spot halfway up the massif. Treparon hasta allí y probaron el hilo de agua. They climbed up there and tested the trickle of water.

–Podríamos colocar un casco de coco ahí para que estuviese siempre lleno.

–Yo no. -I don't. Este sitio es un asco. This site sucks.

Uno junto al otro, escalaron el último tramo hasta llegar al sitio donde las rocas apiladas terminaban en una gran piedra partida. Side by side, they climbed the last stretch until they reached the spot where the stacked rocks ended in a large split stone. Jack golpeó con el puño la que tenía más cerca, que rechinó ligeramente. Jack slammed his fist into the one closest to him, and it grated slightly.

–Te acuerdas… -You remember…

Pero el recuerdo de los malos tiempos que habían vivido entre aquellas dos ocasiones dominó a los dos. Aber die Erinnerung an die schlimmen Zeiten, die sie zwischen diesen beiden Ereignissen erlebt hatten, beherrschte sie beide. But the memory of the bad times that had lived between those two occasions dominated them both. Jack se apresuró a hablar: Jack was quick to speak up:

–Si metiéramos un tronco de palmera por debajo, cuando el enemigo se acercase… ¡mira! -Wenn wir einen Palmenstamm darunter legen, wenn sich der Feind nähert... siehe da! –If we put a palm tree trunk underneath, when the enemy approached… look!

Debajo de ellos, a unos treinta metros, se encontraba el estrecho paso, después el terreno pedregoso, después la hierba salpicada de cabezas y detrás de todo aquello el bosque. Below them, a hundred feet, was the narrow pass, then the stony ground, then the grass dotted with heads, and behind it all the woods. – ¡Un empujón – gritó Jack exultante – y… zas…! – A push – shouted Jack exultantly – and… wham…! Hizo un gesto amplio con la mano. He waved his hand broadly.

Ralph miró hacia la montaña. – ¿Qué te pasa? - Was ist los mit dir? - What's wrong? Ralph se volvió. Ralph turned away. – ¿Por qué lo dices? - Warum sagen Sie das? - Why do you say so?

–Mirabas de una manera… que no sé. -Du hast so geguckt... Ich weiß nicht. –You looked in a way… that I don't know.

–No hay ninguna señal ahora. -There is no signal now. Nada que se pueda ver. Nothing that can be seen.

–Qué manía con la señal. -What a signal mania.

Les cercaba el tenso horizonte azul, roto sólo por la cumbre de la montaña. The tense blue horizon surrounded them, broken only by the top of the mountain.

–Es lo único que tenemos. It's all we have.

Descansó la lanza contra la piedra oscilante y se echó hacia atrás dos mechones de pelo. He rested the spear against the swinging stone and pulled back two strands of hair.

–Vamos a tener que volver y subir a la montaña Allí es donde vieron la fiera. –We're going to have to go back and go up the mountain. That's where they saw the beast.

–No va a estar allí. -It won't be there. – ¿Y que más podemos hacer?

Los otros, que aguardaban en la hierba, vieron a Jack y Ralph ilesos y salieron de su escondite hacia la luz del sol. Die anderen, die im Gras warteten, sahen, dass Jack und Ralph unversehrt waren und kamen aus ihrem Versteck ins Sonnenlicht. The others, waiting in the grass, saw Jack and Ralph unharmed and came out of hiding into the sunlight. La emoción de explorar les hizo olvidarse de la fiera. The excitement of exploring made them forget about the beast.

Cruzaron como un enjambre el puente y pronto se hallaron trepando y gritando. They swarmed across the bridge and soon found themselves climbing and screaming. Ralph descansaba ahora con una mano contra un enorme bloque rojo, un bloque tan grande como una rueda de molino, que se había partido y colgaba tambaleándose. Ralph was now resting with one hand against a huge red block, a block as big as a mill wheel, which had split and hung teetering. Observaba la montaña con expresión sombría. He was looking at the mountain with a somber expression. Golpeó la roja muralla a su derecha con el puño cerrado, como un martillo. Tenía los labios muy apretados y sus ojos, bajo el fleco de pelo, parecían anhelar algo.

–Humo.

Se chupó el puño lastimado. Er saugte an seiner verletzten Faust. He sucked on his injured fist. – ¡Jack! Vamos.

Pero Jack no estaba allí. Un grupo de muchachos, produciendo un gran ruido que no había percibido hasta entonces, hacía oscilar y empujaba una roca. A group of boys, making a great noise that I had not noticed until then, swung and pushed a rock. Al volverse él, la base se cuarteó y toda aquella masa cayó al mar, haciendo saltar una columna de agua ensordecedora que subió hasta media altura del acantilado. As he turned, the base cracked and the whole mass fell into the sea, sending a deafening column of water halfway up the cliff. – ¡Quietos! – Stay! ¡Quietos! Freeze!

Su voz produjo el silencio de los demás. His voice produced silence from the others.

–Humo. -Smoke.

Una cosa extraña le pasaba en la cabeza. A strange thing was going on in his head. Algo revoloteaba allí mismo, ante su mente, como el ala de un murciélago enturbiando su pensamiento. Something fluttered right there in front of his mind, like a bat's wing clouding his thinking.

–Humo.

De pronto, le volvieron las ideas y la ira. Plötzlich kehrten seine Gedanken und seine Wut zurück. Suddenly, his thoughts and anger returned.

–Necesitamos humo. Y vosotros os ponéis a perder el tiempo rodando piedras. And you guys are wasting your time rolling stones. Roger gritó:

–Tenemos tiempo de sobra. -We have plenty of time. Ralph movió la cabeza. Ralph shook his head.

–Hay que ir a la montaña. -Du musst auf den Berg gehen.

Estalló un griterío. A shouting broke out. Algunos de los muchachos querían regresar a la playa. Some of the boys wanted to go back to the beach. Otros querían rodar más piedras. Others wanted to roll more stones. El sol brillaba y el peligro se había disipado con la oscuridad. The sun was shining and the danger had dissipated with the darkness.

–Jack. A lo mejor la fiera está al otro lado. Guía otra vez. Guide again. Tú ya has estado allí. You have already been there.

–Podemos ir por la orilla. -We can go along the shore. Allí hay fruta. Bill se acercó a Ralph. Bill approached Ralph. – ¿Por qué no nos podemos quedar aquí un rato? - Why can't we stay here for a while?

–Eso. -das. -That.

–Vamos a hacer una fortaleza… Let's build a fortress...

–Aquí no hay comida – dijo Ralph – ni refugios. Y poca agua dulce.

–Esto sería una fortaleza fantástica.

–Podemos rodar piedras…

–Hasta el puente… – ¡Digo que vamos a seguir! –To the bridge… –I say we're going to continue! – gritó Ralph enfurecido -. - Ralph shouted angrily. Tenemos que estar seguros. We have to be sure.

Ahora vamonos. Now let's go.

–Era mejor quedarnos aquí.

–Vamonos al refugio…

–Estoy cansado… – ¡No! -I'm tired... - No!

Ralph se despellejó los nudillos. Ralph skinned his knuckles. No parecieron dolerle. They didn't seem to hurt.

–Yo soy el jefe. Tenemos que estar bien seguros. We have to be very sure. ¿Es que no veis la montaña? Can't you see the mountain? No hay ninguna señal. Puede haber un barco allá afuera. ¿Es que estáis todos chiflados? Are you all nuts?

Con aire levantisco, los muchachos guardaron silencio o murmuraron entre sí. With an air of levity, the boys kept silent or murmured among themselves.

Jack les siguió camino abajo hasta cruzar el puente. Jack followed them down the road until they crossed the bridge.