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El señor de las moscas William Goulding (Lord of the Flies), 4. Rostros pintados y melenas largas (2)

4. Rostros pintados y melenas largas (2)

Mientras actuaba, Jack explicó a Roger:

–No es que me huelan; creo que lo que pasa es que me ven. Ven un bulto rosa bajo los árboles. Se embadurnó de arcilla. – ¡Si tuviese un poco de verde!

Volvió hacia Roger el rostro medio pintado y quiso responder a la confusión que notó en su mirada:

–Es para cazar. Igual que se hace en la guerra. Ya sabes… camuflaje. Es como tratar de parecerte a otra cosa…

Contorsionó el cuerpo en su necesidad de expresarse: -…como las polillas en el tronco de un árbol.

Roger comprendió y asintió con seriedad. Los mellizos se acercaron a Jack y empezaron a protestar tímidamente por alguna razón. Jack les apartó con la mano.

–A callar.

Se frotó con la barra de carbón entre las manchas rojas y blancas de su cara.

–No. Vosotros dos vais a venir conmigo.

Contempló el reflejo de su rostro y no pareció quedar muy contento. Se agachó, tomó con ambas manos agua tibia y se restregó la cara. Reaparecieron sus pecas y las cejas rubias.

Roger sonrió sin querer.

–Vaya una pinta que tienes.

Jack estudió detalladamente un nuevo rostro. Coloreó de blanco una mejilla y la cuenca de un ojo; después frotó de rojo la otra mitad de la cara y con el carbón trazó una raya desde la oreja derecha hasta la mandíbula izquierda. Buscó su imagen en la laguna, pero enturbiaba el espejo con la respiración.

–Samyeric. Traedme un coco, uno vacío.

Se arrodilló sosteniendo el cuenco de agua. Un círculo de sol cayó sobre su rostro y en el fondo del agua apareció un resplandor. Miró con asombro, no a su propia cara, sino a la de un temible extraño. Derramó el agua y de un salto se puso en pie riendo con excitación. Junto a la laguna, su espigado cuerpo sostenía una máscara que atrajo hacia sí las miradas de los otros y les atemorizó. Empezó a danzar y su risa se convirtió en gruñidos sedientos de sangre. Brincó hacia Bill, y la máscara apareció como algo con vida propia tras la cual se escondía Jack, liberado de vergüenza y responsabilidad. Aquel rostro rojo, blanco y negro saltó en el aire y bailó hacia Bill, el cual se enderezó de un salto, riendo, pero de repente enmudeció y se alejó tropezando entre los matorrales. Jack se precipitó hacia los mellizos.

–Los otros se están poniendo ya en fila. ¡Vamos!

–Pero… -…nosotros… – ¡Vamonos! Yo me acercaré a gatas y le apuñalaré… La máscara les forzaba a obedecer.

Ralph salió de la poza y, brincando, cruzó la playa y fue a sentarse bajo la sombra de las palmeras. Tenía el pelo pegado sobre las cejas y se lo echó hacia atrás. Simón flotaba en el agua, que agitaba con sus pies, y Maurice se ensayaba en bucear. Piggy vagaba de un lado a otro, recogiendo cosas sin ningún propósito para deshacerse luego de ellas. Los breves estanques que se formaban entre las rocas le fascinaban, pero habían sido ya cubiertos por la marea y no tenía nada en que interesarse hasta que la marea bajase de nuevo. Al cabo de un rato, viendo a Ralph bajo las palmeras, fue a sentarse junto a él.

Piggy vestía los restos de unos pantalones cortos; su cuerpo regordete estaba tostado por el sol y sus gafas seguían lanzado destellos cada vez que miraba algo. Era el único muchacho en la isla cuyo pelo no parecía crecer jamás. Todos los demás tenían la cabeza poblada de greñas, pero el pelo de Piggy se repartía en finos mechones sobre su cabeza como si la calvicie fuese su estado natural y aquella cubierta rala estuviese a punto de desaparecer igual que el vello de las astas de un cervatillo.

–He estado pensado – dijo – en un reloj. Podíamos hacer un reloj de sol. Se podía hacer con un palo en la arena, y luego…

El esfuerzo para expresar el proceso matemático correspondiente resultó demasiado duro. Se limitó a dar unos pasos.

–Y un avión y un televisor – dijo Ralph con amargura – y una máquina de vapor. Piggy negó con la cabeza.

–Para eso se necesita mucho metal – dijo -, y no tenemos nada de metal. Pero sí que tenemos un palo.

Ralph se volvió y tuvo que sonreír. Piggy era un pelma; su gordura, su asma y sus ideas prácticas resultaban aburridísimas. Pero siempre producía cierto placer tomarle el pelo, aunque se hiciese sin querer.

Piggy advirtió la sonrisa y, equivocadamente, la tomó como señal de simpatía. Se había extendido entre los mayores de manera tácita la idea de que Piggy no era uno de los suyos, no sólo por su forma de hablar, que en realidad no importaba, sino por su gordura, el asma y las gafas y una cierta aversión hacia el trabajo manual. Ahora, al ver que Ralph sonreía por algo que él había dicho, se alegró y trató de sacar ventaja.

–Tenemos muchos palos. Podríamos tener cada uno nuestro reloj de sol. Así sabríamos la hora que es.

–Pues sí que nos ayudaría eso mucho.

–Tú mismo dijiste que debíamos hacer cosas. Para que vengan a rescatarnos.

–Anda, cierra la boca.

De un salto, Ralph se puso en pie y corrió hacia la poza, en el preciso momento en que Maurice se tiraba torpemente al agua. Se alegró al encontrar la ocasión de cambiar de tema. Cuando Maurice salió a la superficie, gritó: – ¡Has caído de barriga! ¡Has caído de barriga!

Maurice sonrió con la mirada a Ralph, que se deslizó en el agua con destreza. De todos los muchachos, era él quien se sentía más a sus anchas allá dentro; pero aquel día, molesto por la mención del rescate, la inútil y estúpida mención del rescate, ni siquiera las verdes profundidades del agua ni el dorado sol, roto en ella en pedazos, podían ofrecerle bálsamo alguno. En vez de quedarse allí a jugar, nadó con seguras brazadas por debajo de Simón y salió a gatas por el otro lado de la poza para tumbarse allí, brillante y húmedo como una foca. Piggy, siempre inoportuno, se levantó y fue a su lado, por lo que Ralph dio media vuelta y fingió, boca abajo, no verle. Los espejismos habían desaparecido y con tristeza su mirada recorrió la línea azul y tensa del horizonte.

Se levantó de un salto repentino y gritó: – ¡Humo! ¡Humo!

Simón, aún dentro de la poza, intentó incorporarse y se tragó una bocanada de agua.

Maurice, que estaba a punto de lanzarse al agua, retrocedió y salió corriendo hacia la plataforma, pero finalmente dio la vuelta y se dirigió hacia la hierba bajo las palmeras. Allí trató de ponerse los andrajosos pantalones, a fin de estar listo para cualquier eventualidad.

Ralph, en pie, se sujetaba el pelo con una mano mientras mantenía la otra firmemente cerrada. Simón se disponía a salir del agua. Piggy se limpiaba las gafas con los pantalones y entornaba los ojos dirigiendo la mirada al mar. Maurice había metido ambas piernas en una misma pernera. Ralph era el único de los muchachos que no se movía.

–No veo ningún humo – dijo Piggy con incredulidad -. No veo ningún humo, Ralph, ¿dónde está?

Ralph no dijo nada. Mantenía ahora sus dos puños sobre la frente para apartar de los ojos el pelo. Se inclinaba hacia delante; ya la sal comenzaba a blanquear su cuerpo.

–Ralph… ¿dónde está el barco?

Simón permanecía cerca, mirando alternativamente a Ralph y al horizonte. Los pantalones de Maurice se abrieron con un quejido y cayeron hechos pedazos; los abandonó allí, corrió hacia el bosque, pero retrocedió.

El humo era un diminuto nudo en el horizonte, que iba deshaciéndose poco a poco.

Debajo del humo se veía un punto que podría ser una chimenea. Ralph palideció mientras se decía a sí mismo:

–Van a ver nuestro humo.

Piggy por fin acertó con la dirección exacta.

–No parece gran cosa.

Dio la vuelta y alzó los ojos hacia la montaña. Ralph siguió contemplando el barco como si quisiera devorarlo con la mirada. El color volvía a su rostro. Simón, silencioso, seguía a su lado.

–Ya sé que no veo muy bien – dijo Piggy -, pero ¿nos queda algo de humo?

Ralph se movió impaciente, sus ojos clavados aún en el barco.

–El humo de la montaña.

Maurice llegó corriendo y miró al mar. Simon y Piggy miraban, ambos, hacia la montaña. Piggy fruncía el rostro para concentrar la mirada, pero Simón lanzó un grito como si algo le hubiese herido. – ¡Ralph! ¡Ralph!

El tono de la llamada hizo girar a Ralph en la arena.

–Dímelo tú – dijo Piggy lleno de ansiedad -: ¿Tenemos alguna señal?

Ralph volvió a mirar el humo que iba dispersándose en el horizonte y luego hacia la montaña. – ¡Ralph…, por favor! ¿Tenemos alguna señal?

Simón alargó el brazo tímidamente para alcanzar a Ralph; pero Ralph echó a correr, salpicando el agua del extremo menos hondo de la poza, a través de la blanca y cálida arena y bajo las palmeras. Pronto se encontró forcejando con la maleza que comenzaba ya a cubrir la desgarradura del terreno. Simón corrió tras él; después Maurice. Piggy gritaba: – ¡Ralph! ¡Por favor…, Ralph!

Empezó a correr también, tropezando con los pantalones abandonados de Maurice antes de lograr cruzar la terraza. Detrás de los cuatro muchachos el humo se movía suavemente a lo largo del horizonte; en la playa, Henry y Johnny arrojaban arena a Percival, que volvía a lloriquear, ignorantes los tres por completo de la excitación desencadenada.

Cuando Ralph alcanzó el extremo más alejado del desgarrón ya había gastado en insultos buena parte del necesario aliento. Desesperado, violentaba de tal manera contra las ásperas trepadoras su cuerpo desnudo, que la sangre empezó a resbalar por él. Se detuvo al llegar a la empinada cuesta de la montaña. Maurice se hallaba tan sólo a unos cuantos metros detrás. – ¡Las gafas de Piggy! – gritó Ralph -. Si el fuego se ha apagado las vamos a necesitar…

Dejó de gritar y se movió indeciso. Piggy subía trabajosamente por la playa y apenas podía vérsele. Ralph contempló el horizonte, luego la montaña. ¿Sería mejor ir por las gafas de Piggy o se habría ya ido el barco para entonces? Y si seguía escalando, ¿qué pasaría si no había ningún fuego encendido y tenía que quedarse viendo cómo se arrastraba Piggy hacia arriba mientras se hundía el barco en el horizonte? Inseguro en la cumbre de la urgencia, en la agonía de la indecisión, Ralph gritó: – ¡Oh Dios, oh Dios!

Simón, que luchaba con los matorrales, se detuvo para recobrar el aliento. Tenía el rostro alterado. Ralph siguió como pudo, desgarrándose la piel mientras el rizo de humo seguía su camino.

El fuego estaba apagado. Lo vieron en seguida; vieron lo que en realidad habían sabido allá en la playa cuando el humo del hogar familiar les había llamado desde el mar.

El fuego estaba completamente apagado, sin humo, muerto. Los viligantes se habían ido.

Un montón de leña se hallaba listo para su empleo.

Ralph se volvió hacia el mar. De un lado a otro se extendía el horizonte, indiferente de nuevo, sin otra cosa que una ligerísima huella de humo. Ralph corrió a tropezones por las rocas hasta llegar al borde mismo del acantilado rosa y gritó al barco: – ¡Vuelve! ¡Vuelve!

Corrió de un lado a otro, vuelto siempre el rostro hacia el mar, y alzó la voz enloquecida: – ¡Vuelve! ¡Vuelve!

Llegaron Simon y Maurice. Ralph les miró sin pestañear. Simón se volvió para secarse las lágrimas. Ralph buscó dentro de sí la palabra más fea que conocía.

–Han dejado apagar ese maldito fuego.

Miró hacia abajo, por el lado hostil de la montaña. Piggy llegaba jadeando y lloriqueando como uno de los pequeños. Ralph cerró los puños y enrojeció. No necesitaba señalar, ya lo hacían por él la intensidad de su mirada y la amargura de su voz.

–Ahí están.

A lo lejos, abajo, entre las piedras y los guijarros rosados junto a la orilla, aparecía una procesión. Algunos de los muchachos llevaban gorras negras, pero iban casi desnudos.

4. Rostros pintados y melenas largas (2) 4. Bemalte Gesichter und lange Haare (2) 4. Painted faces and long hair (2) 4. Visages peints et cheveux longs (2) 4. Pomalowane twarze i długie włosy (2) 4. Rostos pintados e cabelos compridos (2)

Mientras actuaba, Jack explicó a Roger:

–No es que me huelan; creo que lo que pasa es que me ven. -It's not that they smell me; I think what happens is that they see me. Ven un bulto rosa bajo los árboles. They see a pink lump under the trees. Se embadurnó de arcilla. He smeared himself with clay. – ¡Si tuviese un poco de verde! - If only I had some green!

Volvió hacia Roger el rostro medio pintado y quiso responder a la confusión que notó en su mirada: He turned to Roger the half-painted face and wanted to respond to the confusion he noticed in his gaze:

–Es para cazar. Igual que se hace en la guerra. Ya sabes… camuflaje. Es como tratar de parecerte a otra cosa… It's like trying to look like something else...

Contorsionó el cuerpo en su necesidad de expresarse: -…como las polillas en el tronco de un árbol. She contorted her body in her need to express herself: -…like moths on a tree trunk.

Roger comprendió y asintió con seriedad. Roger understood and nodded seriously. Los mellizos se acercaron a Jack y empezaron a protestar tímidamente por alguna razón. Jack les apartó con la mano. Jack waved them away.

–A callar.

Se frotó con la barra de carbón entre las manchas rojas y blancas de su cara.

–No. Vosotros dos vais a venir conmigo. You two are coming with me.

Contempló el reflejo de su rostro y no pareció quedar muy contento. Se agachó, tomó con ambas manos agua tibia y se restregó la cara. Reaparecieron sus pecas y las cejas rubias.

Roger sonrió sin querer. Roger smiled unintentionally.

–Vaya una pinta que tienes. -Was für ein Aussehen Sie haben. -What a look you have.

Jack estudió detalladamente un nuevo rostro. Jack studied a new face in detail. Coloreó de blanco una mejilla y la cuenca de un ojo; después frotó de rojo la otra mitad de la cara y con el carbón trazó una raya desde la oreja derecha hasta la mandíbula izquierda. He colored one cheek and one eye socket white; then he rubbed the other half of the face red and with charcoal drew a line from the right ear to the left jaw. Buscó su imagen en la laguna, pero enturbiaba el espejo con la respiración. He looked for his image in the lagoon, but blurred the mirror with his breath.

–Samyeric. Traedme un coco, uno vacío. Bring me a coconut, an empty one.

Se arrodilló sosteniendo el cuenco de agua. Un círculo de sol cayó sobre su rostro y en el fondo del agua apareció un resplandor. Miró con asombro, no a su propia cara, sino a la de un temible extraño. He stared in wonder, not at his own face, but at that of a fearsome stranger. Derramó el agua y de un salto se puso en pie riendo con excitación. Junto a la laguna, su espigado cuerpo sostenía una máscara que atrajo hacia sí las miradas de los otros y les atemorizó. Beside the lagoon, his slender body held a mask that drew the eyes of others to himself and frightened them. Empezó a danzar y su risa se convirtió en gruñidos sedientos de sangre. Brincó hacia Bill, y la máscara apareció como algo con vida propia tras la cual se escondía Jack, liberado de vergüenza y responsabilidad. He leapt toward Bill, and the mask appeared as something with a life of its own behind which Jack hid, freed from shame and responsibility. Aquel rostro rojo, blanco y negro saltó en el aire y bailó hacia Bill, el cual se enderezó de un salto, riendo, pero de repente enmudeció y se alejó tropezando entre los matorrales. That red, white, and black face leaped into the air and danced toward Bill, who jumped up, laughing, but suddenly fell silent and stumbled away through the bushes. Jack se precipitó hacia los mellizos. Jack rushed over to the twins.

–Los otros se están poniendo ya en fila. -The others are already lining up. ¡Vamos!

–Pero… -…nosotros… – ¡Vamonos! Yo me acercaré a gatas y le apuñalaré… La máscara les forzaba a obedecer. I'll go up on all fours and stab him… The mask forced them to obey.

Ralph salió de la poza y, brincando, cruzó la playa y fue a sentarse bajo la sombra de las palmeras. Tenía el pelo pegado sobre las cejas y se lo echó hacia atrás. Her hair was plastered over her eyebrows and she brushed it back. Simón flotaba en el agua, que agitaba con sus pies, y Maurice se ensayaba en bucear. Simon floated in the water, which he stirred with his feet, and Maurice tried his hand at diving. Piggy vagaba de un lado a otro, recogiendo cosas sin ningún propósito para deshacerse luego de ellas. Piggy wandered from one place to another, picking up things without any purpose to dispose of them later. Los breves estanques que se formaban entre las rocas le fascinaban, pero habían sido ya cubiertos por la marea y no tenía nada en que interesarse hasta que la marea bajase de nuevo. The little pools that formed between the rocks fascinated him, but they had already been covered by the tide and he had nothing to interest himself in until the tide went out again. Al cabo de un rato, viendo a Ralph bajo las palmeras, fue a sentarse junto a él. Als sie nach einer Weile Ralph unter den Palmen sah, setzte sie sich neben ihn. After a while, seeing Ralph under the palm trees, she went to sit next to him.

Piggy vestía los restos de unos pantalones cortos; su cuerpo regordete estaba tostado por el sol y sus gafas seguían lanzado destellos cada vez que miraba algo. Era el único muchacho en la isla cuyo pelo no parecía crecer jamás. He was the only boy on the island whose hair never seemed to grow. Todos los demás tenían la cabeza poblada de greñas, pero el pelo de Piggy se repartía en finos mechones sobre su cabeza como si la calvicie fuese su estado natural y aquella cubierta rala estuviese a punto de desaparecer igual que el vello de las astas de un cervatillo. All the others had bushy heads, but Piggy's hair was spread in fine locks on his head as if baldness was his natural state and that sparse covering was about to disappear like the hair on a fawn's antlers.

–He estado pensado – dijo – en un reloj. -Ich habe über eine Uhr nachgedacht", sagte er. “I have been thinking,” he said, “of a watch. Podíamos hacer un reloj de sol. Se podía hacer con un palo en la arena, y luego…

El esfuerzo para expresar el proceso matemático correspondiente resultó demasiado duro. Der Versuch, den entsprechenden mathematischen Prozess auszudrücken, erwies sich als zu schwierig. The effort to express the corresponding mathematical process proved too hard. Se limitó a dar unos pasos. Er machte nur ein paar Schritte. He just took a few steps.

–Y un avión y un televisor – dijo Ralph con amargura – y una máquina de vapor. 'And a plane and a television,' Ralph said bitterly, 'and a steam engine. Piggy negó con la cabeza. Piggy shook his head.

–Para eso se necesita mucho metal – dijo -, y no tenemos nada de metal. -Dafür braucht man eine Menge Metall", sagte er, "und wir haben kein Metall. Pero sí que tenemos un palo.

Ralph se volvió y tuvo que sonreír. Ralph turned and had to smile. Piggy era un pelma; su gordura, su asma y sus ideas prácticas resultaban aburridísimas. Piggy was a pain in the ass; his fatness, his asthma, and his practical ideas were boring as hell. Pero siempre producía cierto placer tomarle el pelo, aunque se hiciese sin querer. Aber es war immer ein gewisses Vergnügen, ihn zu necken, auch wenn es ungewollt geschah. But there was always a certain pleasure in teasing him, even if it was done unintentionally.

Piggy advirtió la sonrisa y, equivocadamente, la tomó como señal de simpatía. Piggy noticed the smile and mistakenly took it for sympathy. Se había extendido entre los mayores de manera tácita la idea de que Piggy no era uno de los suyos, no sólo por su forma de hablar, que en realidad no importaba, sino por su gordura, el asma y las gafas y una cierta aversión hacia el trabajo manual. Unter den Älteren herrschte ein stillschweigendes Gefühl, dass Piggy nicht zu ihnen gehörte, und zwar nicht nur wegen seiner Sprache, die eigentlich keine Rolle spielte, sondern auch wegen seiner Fettleibigkeit, seines Asthmas, seiner Brille und einer gewissen Abneigung gegen körperliche Arbeit. The idea had been tacitly spread among the elders that Piggy was not one of their own, not only because of his way of speaking, which didn't really matter, but because of his fatness, asthma and glasses, and a certain dislike of manual work. Ahora, al ver que Ralph sonreía por algo que él había dicho, se alegró y trató de sacar ventaja. Now, seeing Ralph smile at something he had said, she brightened up and tried to take advantage.

–Tenemos muchos palos. Podríamos tener cada uno nuestro reloj de sol. Así sabríamos la hora que es. So we would know what time it is.

–Pues sí que nos ayudaría eso mucho. -Nun, das würde uns sehr helfen. "Well, that would help us a lot."

–Tú mismo dijiste que debíamos hacer cosas. -Du hast selbst gesagt, dass wir etwas tun sollten. –You yourself said that we should do things. Para que vengan a rescatarnos. To come to our rescue.

–Anda, cierra la boca. -Komm schon, halt den Mund. -Come on, shut your mouth.

De un salto, Ralph se puso en pie y corrió hacia la poza, en el preciso momento en que Maurice se tiraba torpemente al agua. Ralph jumped to his feet and ran toward the pool, just as Maurice clumsily dove into the water. Se alegró al encontrar la ocasión de cambiar de tema. He was glad to find the occasion to change the subject. Cuando Maurice salió a la superficie, gritó: – ¡Has caído de barriga! Als Maurice an die Oberfläche kam, schrie er: - Du bist auf den Bauch gefallen! As Maurice surfaced, he yelled, “You've fallen flat on your stomach! ¡Has caído de barriga! You've fallen on your stomach!

Maurice sonrió con la mirada a Ralph, que se deslizó en el agua con destreza. De todos los muchachos, era él quien se sentía más a sus anchas allá dentro; pero aquel día, molesto por la mención del rescate, la inútil y estúpida mención del rescate, ni siquiera las verdes profundidades del agua ni el dorado sol, roto en ella en pedazos, podían ofrecerle bálsamo alguno. Von allen Jungen fühlte er sich dort am wohlsten; aber an diesem Tag, aufgewühlt von der Erwähnung des Lösegelds, der nutzlosen und dummen Erwähnung des Lösegelds, konnten ihm weder die grünen Tiefen des Wassers noch die goldene Sonne, die darin zerbrach, irgendeinen Trost spenden. Of all the boys, he was the one who felt most at home in there; but that day, annoyed by the mention of ransom, the useless and stupid mention of ransom, not even the green depths of the water, nor the golden sun, broken in it, could offer him any balm. En vez de quedarse allí a jugar, nadó con seguras brazadas por debajo de Simón y salió a gatas por el otro lado de la poza para tumbarse allí, brillante y húmedo como una foca. Anstatt dort zu bleiben und zu spielen, schwamm er mit sicheren Zügen unter Simon hindurch und kroch auf allen Vieren auf die andere Seite des Beckens, um dort zu liegen, glänzend und nass wie ein Seehund. Instead of staying there to play, he swam with sure strokes under Simon and crawled out on all fours on the other side of the pool to lie there, shiny and wet as a seal. Piggy, siempre inoportuno, se levantó y fue a su lado, por lo que Ralph dio media vuelta y fingió, boca abajo, no verle. Piggy, immer zur Unzeit, stand auf und ging zu ihm, so dass Ralph sich umdrehte und so tat, als ob er ihn nicht sehen würde. Piggy, always intrusive, got up and went to his side, so Ralph turned around and pretended, face down, not to see him. Los espejismos habían desaparecido y con tristeza su mirada recorrió la línea azul y tensa del horizonte. Die Fata Morgana war verschwunden, und traurig schweifte sein Blick über die angespannte blaue Linie des Horizonts. The mirages had disappeared and sadly his gaze traveled the tense blue line of the horizon.

Se levantó de un salto repentino y gritó: – ¡Humo! Er sprang plötzlich auf und schrie: - Rauchen! He jumped up suddenly and shouted: - Smoke! ¡Humo!

Simón, aún dentro de la poza, intentó incorporarse y se tragó una bocanada de agua. Simon, still in the pool, tried to sit up and swallowed a mouthful of water.

Maurice, que estaba a punto de lanzarse al agua, retrocedió y salió corriendo hacia la plataforma, pero finalmente dio la vuelta y se dirigió hacia la hierba bajo las palmeras. Maurice, der sich gerade ins Wasser stürzen wollte, wich zurück und rannte auf die Plattform zu, drehte aber schließlich um und ging auf das Gras unter den Palmen zu. Maurice, who was about to jump into the water, backed away and ran towards the platform, but finally turned and headed for the grass under the palm trees. Allí trató de ponerse los andrajosos pantalones, a fin de estar listo para cualquier eventualidad. Dort versuchte er, seine zerschlissene Hose anzuziehen, um für alle Eventualitäten gerüstet zu sein.

Ralph, en pie, se sujetaba el pelo con una mano mientras mantenía la otra firmemente cerrada. Ralph stand auf und hielt sein Haar in einer Hand, während er die andere fest geschlossen hielt. Ralph stood holding his hair with one hand while keeping the other firmly closed. Simón se disponía a salir del agua. Piggy se limpiaba las gafas con los pantalones y entornaba los ojos dirigiendo la mirada al mar. Piggy wiped his glasses on his pants and squinted at the sea. Maurice había metido ambas piernas en una misma pernera. Ralph era el único de los muchachos que no se movía. Ralph war der einzige der Jungen, der sich nicht bewegte.

–No veo ningún humo – dijo Piggy con incredulidad -. No veo ningún humo, Ralph, ¿dónde está?

Ralph no dijo nada. Mantenía ahora sus dos puños sobre la frente para apartar de los ojos el pelo. Er hielt sich nun beide Fäuste an die Stirn, um sich die Haare aus den Augen zu halten. He now held both his fists over his forehead to keep his hair out of his eyes. Se inclinaba hacia delante; ya la sal comenzaba a blanquear su cuerpo. Er beugte sich vor; das Salz begann bereits, seinen Körper zu bleichen. He was leaning forward; the salt was already beginning to whiten his body.

–Ralph… ¿dónde está el barco?

Simón permanecía cerca, mirando alternativamente a Ralph y al horizonte. Los pantalones de Maurice se abrieron con un quejido y cayeron hechos pedazos; los abandonó allí, corrió hacia el bosque, pero retrocedió. Maurice' Hose öffnete sich mit einem Stöhnen und fiel in Stücke; er ließ sie liegen, rannte in den Wald, fiel aber zurück.

El humo era un diminuto nudo en el horizonte, que iba deshaciéndose poco a poco. The smoke was a tiny knot on the horizon, gradually dissolving.

Debajo del humo se veía un punto que podría ser una chimenea. Ralph palideció mientras se decía a sí mismo: Ralph errötete, als er zu sich selbst sagte: Ralph blanched as he said to himself:

–Van a ver nuestro humo. -sie werden unseren Rauch sehen. –They will see our smoke.

Piggy por fin acertó con la dirección exacta. Piggy hat endlich die richtige Adresse. Piggy finally hit on the exact address.

–No parece gran cosa. -Es sieht nicht nach viel aus.

Dio la vuelta y alzó los ojos hacia la montaña. He turned around and looked up at the mountain. Ralph siguió contemplando el barco como si quisiera devorarlo con la mirada. Ralph kept looking at the ship as if he wanted to devour it with his eyes. El color volvía a su rostro. Simón, silencioso, seguía a su lado. Simon blieb schweigend an seiner Seite.

–Ya sé que no veo muy bien – dijo Piggy -, pero ¿nos queda algo de humo? -Ich weiß, dass ich nicht sehr gut sehen kann", sagte Piggy, "aber haben wir noch Rauch? "I know I can't see very well," said Piggy, "but do we have any smoke left?"

Ralph se movió impaciente, sus ojos clavados aún en el barco.

–El humo de la montaña. -Der Rauch vom Berg.

Maurice llegó corriendo y miró al mar. Simon y Piggy miraban, ambos, hacia la montaña. Piggy fruncía el rostro para concentrar la mirada, pero Simón lanzó un grito como si algo le hubiese herido. – ¡Ralph! ¡Ralph!

El tono de la llamada hizo girar a Ralph en la arena. Der Ton des Anrufs ließ Ralph im Sande verlaufen. The tone of the call spun Ralph around in the arena.

–Dímelo tú – dijo Piggy lleno de ansiedad -: ¿Tenemos alguna señal? 'You tell me,' said Piggy anxiously, 'have we any sign?'

Ralph volvió a mirar el humo que iba dispersándose en el horizonte y luego hacia la montaña. Ralph blickte wieder auf den Rauch, der sich über den Horizont und dann in Richtung des Berges ausbreitete. – ¡Ralph…, por favor! ¿Tenemos alguna señal?

Simón alargó el brazo tímidamente para alcanzar a Ralph; pero Ralph echó a correr, salpicando el agua del extremo menos hondo de la poza, a través de la blanca y cálida arena y bajo las palmeras. Simon streckte zaghaft die Hand aus, um Ralph aufzufangen, aber Ralph rannte los und spritzte das Wasser vom flachen Ende des Pools über den warmen weißen Sand und unter die Palmen. Simon reached out timidly for Ralph; but Ralph broke into a run, splashing water from the shallow end of the pool, across the warm white sand and under the palm trees. Pronto se encontró forcejando con la maleza que comenzaba ya a cubrir la desgarradura del terreno. He soon found himself struggling with the undergrowth that was already beginning to cover the tear in the ground. Simón corrió tras él; después Maurice. Simon ran after him; then Maurice. Piggy gritaba: – ¡Ralph! Piggy shouted: - Ralph! ¡Por favor…, Ralph!

Empezó a correr también, tropezando con los pantalones abandonados de Maurice antes de lograr cruzar la terraza. He started to run too, tripping over Maurice's abandoned pants before he made it across the terrace. Detrás de los cuatro muchachos el humo se movía suavemente a lo largo del horizonte; en la playa, Henry y Johnny arrojaban arena a Percival, que volvía a lloriquear, ignorantes los tres por completo de la excitación desencadenada. Hinter den vier Jungen bewegte sich der Rauch sanft am Horizont entlang; am Strand warfen Henry und Johnny Sand auf Percival, der wieder wimmerte, alle drei völlig ahnungslos von der Aufregung, die ausgelöst worden war.

Cuando Ralph alcanzó el extremo más alejado del desgarrón ya había gastado en insultos buena parte del necesario aliento. Als Ralph das andere Ende des Risses erreichte, hatte er schon viel Atem für Beleidigungen verbraucht. Desesperado, violentaba de tal manera contra las ásperas trepadoras su cuerpo desnudo, que la sangre empezó a resbalar por él. In seiner Verzweiflung drückte er seinen nackten Körper so heftig gegen die rauen Kletterer, dass das Blut an seinem Körper herunter zu rinnen begann. Se detuvo al llegar a la empinada cuesta de la montaña. Er hielt an, als er den steilen Abhang des Berges erreichte. Maurice se hallaba tan sólo a unos cuantos metros detrás. Maurice was only a few meters behind. – ¡Las gafas de Piggy! – gritó Ralph -. Si el fuego se ha apagado las vamos a necesitar… If the fire has gone out we will need them...

Dejó de gritar y se movió indeciso. He stopped screaming and shifted uncertainly. Piggy subía trabajosamente por la playa y apenas podía vérsele. Piggy stapfte den Strand hinauf und war kaum zu sehen. Piggy was trudging up the beach and could hardly be seen. Ralph contempló el horizonte, luego la montaña. ¿Sería mejor ir por las gafas de Piggy o se habría ya ido el barco para entonces? Wäre es besser, Piggys Brille zu holen, oder wäre das Boot dann schon weg? Would it be better to go get Piggy's glasses or would the ship have left by then? Y si seguía escalando, ¿qué pasaría si no había ningún fuego encendido y tenía que quedarse viendo cómo se arrastraba Piggy hacia arriba mientras se hundía el barco en el horizonte? And if he kept climbing, what if there was no fire burning and he had to watch Piggy crawl up as the ship sank on the horizon? Inseguro en la cumbre de la urgencia, en la agonía de la indecisión, Ralph gritó: – ¡Oh Dios, oh Dios! Unsicher auf dem Höhepunkt der Dringlichkeit, in der Agonie der Unentschlossenheit, schrie Ralph auf: - Oh Gott, oh Gott!

Simón, que luchaba con los matorrales, se detuvo para recobrar el aliento. Simon, struggling with the bushes, stopped to catch his breath. Tenía el rostro alterado. Ralph siguió como pudo, desgarrándose la piel mientras el rizo de humo seguía su camino. Ralph struggled on, tearing his skin as the smoke curled its way.

El fuego estaba apagado. The fire was out. Lo vieron en seguida; vieron lo que en realidad habían sabido allá en la playa cuando el humo del hogar familiar les había llamado desde el mar. Sie sahen es sofort; sie sahen, was sie eigentlich schon am Strand gewusst hatten, als der Rauch des Familienofens sie vom Meer aus gerufen hatte. They saw it at once; they saw what they had really known back on the beach when the smoke from the family hearth had called to them from the sea.

El fuego estaba completamente apagado, sin humo, muerto. The fire was completely out, smokeless, dead. Los viligantes se habían ido. The watchmen were gone.

Un montón de leña se hallaba listo para su empleo. A pile of firewood was ready for use.

Ralph se volvió hacia el mar. De un lado a otro se extendía el horizonte, indiferente de nuevo, sin otra cosa que una ligerísima huella de humo. Ralph corrió a tropezones por las rocas hasta llegar al borde mismo del acantilado rosa y gritó al barco: – ¡Vuelve! Ralph ran stumbling along the rocks until he reached the very edge of the pink cliff and shouted to the boat: - Turn back! ¡Vuelve!

Corrió de un lado a otro, vuelto siempre el rostro hacia el mar, y alzó la voz enloquecida: – ¡Vuelve! He ran from one side to the other, always turning his face towards the sea, and raised his crazed voice: - Come back! ¡Vuelve!

Llegaron Simon y Maurice. Ralph les miró sin pestañear. Simón se volvió para secarse las lágrimas. Simon turned to wipe away his tears. Ralph buscó dentro de sí la palabra más fea que conocía. Ralph suchte in sich selbst nach dem hässlichsten Wort, das er kannte. Ralph searched within himself for the ugliest word he knew.

–Han dejado apagar ese maldito fuego. -They've let that damn fire go out.

Miró hacia abajo, por el lado hostil de la montaña. Piggy llegaba jadeando y lloriqueando como uno de los pequeños. Ralph cerró los puños y enrojeció. No necesitaba señalar, ya lo hacían por él la intensidad de su mirada y la amargura de su voz. He didn't need to point out, the intensity of his gaze and the bitterness in his voice already did that for him.

–Ahí están. -There they are.

A lo lejos, abajo, entre las piedras y los guijarros rosados junto a la orilla, aparecía una procesión. In the distance, below, among the stones and pink pebbles along the shore, a procession appeared. Algunos de los muchachos llevaban gorras negras, pero iban casi desnudos. Some of the boys wore black caps, but they were almost naked.