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El señor de las moscas William Goulding (Lord of the Flies), 11. El Peñón del castillo (2)

11. El Peñón del castillo (2)

Desde lo alto de los pináculos llegó un grito repentino, y tras él la imitación de un grito de guerra al cual contestaron una docena de voces tras el peñón.

–Dame la caracola y quédate quieto. – ¡Alto! ¿Quién va?

Ralph echó la cabeza hacia atrás y pudo adivinar el oscuro rostro de Roger en la cima. – ¡Sabes muy bien quién soy! – gritó – ¡Deja de hacer tonterías!

Se llevó la caracola a los labios y empezó a sonarla. Aparecieron unos cuantos salvajes, que comenzaron a bajar por el saliente en dirección al istmo; sus rostros pintarrajeados les hacían irreconocibles. Llevaban lanzas y se preparaban para defender la entrada. Ralph siguió tocando, sin hacer caso del terror de Piggy.

–Andad con cuidado…, ¿me oís? – gritaba Roger.

Ralph apartó por fin los labios de la caracola y se paró a recobrar el aliento. Sus primeras palabras fueron un sonido entrecortado pero perceptible. -…a convocar una asamblea.

Los salvajes que guardaban el istmo murmuraron entre sí sin moverse. Ralph dio unos cuantos pasos hacia delante. A sus espaldas susurró una voz con urgencia:

–No me dejes solo, Ralph.

–Arrodíllate – dijo Ralph de lado – y espera hasta que yo vuelva.

Se detuvo en el centro del istmo y miró de frente a los salvajes. Gracias a la libertad que la pintura les concedía, se habían atado el pelo por detrás y estaban mucho más cómodos que él. Ralph se prometió a sí mismo atarse el pelo de la misma manera cuando regresase. En realidad sentía deseos de decirles que esperasen un momento y atárselo allí mismo, pero eso era imposible. Los salvajes prorrumpieron en burlonas risitas durante unos instantes, y uno de ellos señaló a Ralph con su lanza. Roger se inclinó desde lo alto para ver lo que ocurría, después de apartar su mano de la palanca. Los muchachos que aguardaban en el istmo parecían estar dentro de un charco formado por sus propias sombras, del que sólo sobresalían las greñas de las cabezas. Piggy seguía agachado; su espalda era algo tan informe como un saco.

–Voy a reunir la asamblea.

Silencio.

Roger cogió una piedra pequeña y la arrojó entre los mellizos con intención de fallar.

Ambos se estremecieron y Sam estuvo a punto de caer a tierra. Una extraña sensación de poder empezaba a latir en el cuerpo de Roger.

Ralph habló de nuevo, elevando la voz:

–Voy a reunir la asamblea.

Les recorrió a todos con la mirada. – ¿Dónde está Jack?

Los muchachos se agitaron y consultaron entre sí. Un rostro pintado habló con la voz de Robert.

–Está cazando. Y ha dicho que no os dejemos entrar.

–He venido por lo del fuego – dijo Ralph – y por lo de las gafas de Piggy.

Los que formaban el grupo frente a él se agitaron como una masa flotante, y sus risas ligeras y excitadas resonaron entre las altas rocas y fueron devueltas por estas.

Una voz habló a espaldas de Ralph. – ¿Qué quieres?

Los mellizos saltaron al otro lado de Ralph y quedaron entre él y la entrada. Ralph se volvió rápidamente. Jack, reconocible por la fuerza de su personalidad y la melena roja, venía del bosque. A cada lado de él se arrodillaba un cazador. Los tres se escondían tras las máscaras negras y verdes de pintura. En la hierba, detrás de ellos, habían depositado el cuerpo ventrudo y decapitado de una jabalina.

Piggy gimió: – ¡Ralph! ¡No me dejes solo!

Abrazó la roca con grotesco cuidado, apretándose contra ella, de espaldas al mar y a su ruido de succión. Las risas de los salvajes se convirtieron en abierta burla.

Jack gritó por encima de aquel ruido:

–Ya te puedes largar, Ralph. Tú quédate en tu lado de la isla. Éste es mi lado y esta es mi tribu. Así que déjame en paz.

Las burlas se desvanecieron.

–Birlaste las gafas de Piggy – dijo Ralph excitado – y tienes que devolverlas. – ¿Ah sí? ¿Y quién lo dice? Ralph se volvió a él con violencia. – ¡Lo digo yo! Para eso me votasteis como jefe, ¿Es que no has oído la caracola? Fue un jugada sucia…, te habríamos dado fuego si lo hubieras pedido…

La sangre le acudió a las mejillas y su ojo lastimado le parecía a punto de estallar.

–Podías haber pedido fuego cuando quisieras, pero no: tuviste que venir a escondidas, como un ladrón, a robarle a Piggy sus gafas. – ¡Di eso otra vez! – ¡Ladrón! ¡Ladrón! Piggy chilló: – ¡Ralph! ¡Que estoy aquí!

Jack se lanzó contra Ralph y estuvo a punto de clavarle en el pecho su lanza. Ralph adivinó la dirección del arma por la posición del brazo de Jack y pudo esquivarla con el mango de su propia lanza. Después dio vuelta a su lanza y asestó a Jack un golpe cortante en la oreja. Cuerpo a cuerpo, respiraban fuertemente, se empujaban y devoraban con la mirada. – ¿A quién has llamado ladrón? – ¡A ti!

Jack se libró y blandió la lanza contra Ralph. Ambos usaban ahora las lanzas como sables, sin atreverse a emplear las mortales puntas. El golpe se deslizó por la lanza de Ralph hasta llegar dolorosamente a sus dedos. Estaban de nuevo separados en posiciones invertidas: Jack del lado del Peñón del Castillo y Ralph hacia la isla. Ambos respiraban aguadamente.

–Vamos, atrévete…

–Atrévete tú…

Se enfrentaban ferozmente, pero se mantenían a una distancia discreta. – ¡Tú atrévete y verás! – ¡Tú atrévete…!

Piggy, pegado al suelo, intentaba llamar la atención de Ralph. Ralph se acercó e inclinó, sin apartar de Jack la mirada.

–Ralph… acuérdate a lo que vinimos. El fuego. Mis gafas.

Ralph asintió. Aflojó sus tensos músculos, se calmó y clavó en el suelo el mango de la lanza. Jack le miraba herméticamente a través de su pintura. Ralph alzó la vista hacia los pináculos, después la volvió al grupo de salvajes.

–Escuchadme. Os voy a decir a lo que hemos venido. Primero, tenéis que devolver las gafas de Piggy. No puede ver sin ellas. Así no se juega…

La tribu de salvajes pintados se agitó en risas y la mente de Ralph vaciló. Se echó el pelo hacia atrás y contempló la máscara verde y negra frente a él, intentando recordar el verdadero aspecto de Jack.

Piggy murmuró:

–Y lo del fuego.

–Ah, sí. En cuanto a lo del fuego, lo vuelvo a decir. Y llevo repitiéndolo desde que caímos en la isla. Alzó su lanza y señaló a los salvajes.

–La única esperanza es mantener una hoguera de señal para que se vea mientras haya luz. Así puede que un barco vea el humo y venga a rescatarnos y llevarnos a casa.

Pero sin ese humo vamos a tener que esperar hasta que se acerque un barco por casualidad. Podríamos pasarnos años esperando; hasta hacernos viejos…

La risa trémula, cristalina e irreal de los salvajes regó el aire y se desvaneció en la lejanía. Una ráfaga de ira sacudió a Ralph. Su voz se quebró. – ¿Es que no lo entendéis, imbéciles pintarrajeados? Nosotros cuatro – Sam, Eric, Piggy y yo – no somos bastantes. Tratamos de mantener viva la hoguera, pero no pudimos. Y vosotros aquí no hacéis más que jugar a la caza…

Señaló el lugar, detrás de ellos, donde el hilo de humo se dispersaba en una atmósfera de nácar. – ¡Mirad eso! ¿A eso le llamáis una hoguera de señal? Eso es una fogata para cocinar.

Y ahora comeréis y ya no habrá humo. ¿Es que no lo entendéis? Puede que haya un barco allá fuera…

Calló, vencido por el silencio y la disfrazada anonimidad del grupo que defendía la entrada. El Jefe abrió una boca sonrosada y se dirigió a Sam y Eric, que estaban entre él y su tribu.

–Vosotros dos. Echaos hacia atrás.

Nadie le respondió. Los mellizos, asombrados, se miraron uno al otro, mientras Piggy, tranquilizado por el cese de la violencia, se levantaba con precaución. Jack miró a Ralph y después a los mellizos. – ¡Cogedles!

Nadie se movió. Jack gritó enfurecido: – ¡He dicho que les cojáis!

El grupo enmascarado se movió nerviosamente y rodeó a Samyeric. De nuevo corrió la cristalina risa.

Las protestas de Samyeric brotaron del corazón del mundo civilizado. – ¡Por favor! – ¡…en serio!

Les quitaron las lanzas. – ¡Atadles!

Ralph gritó, consternado, a la negra y verde máscara: – ¡Jack!

–Vamos, atadles.

El grupo de enmascarados sintió por vez primera la realidad física ajena de Samyeric, y el poder que ahora tenían. Excitados y en confusión derribaron a los mellizos. Jack estaba inspirado. Sabía que Ralph intentaría rescatarles. Giró en un círculo sibilante la lanza y Ralph tuvo el tiempo justo para esquivar el golpe. Detrás de ellos, la tribu y los mellizos eran un montón agitado y ruidoso. Piggy se agazapó de nuevo. Momentos después, los mellizos estaban en el suelo, atónitos, rodeados por la tribu. Jack se volvió hacia Ralph y le dijo entre dientes: – ¿Ves? Hacen lo que yo les ordeno.

De nuevo se hizo el silencio. Los mellizos se hallaban en el suelo, atados burdamente, y la tribu observaba a Ralph, en espera de su reacción.

Les contó a través de su melena y lanzó una mirada al estéril humo. Su cólera estalló.

Gritó a Jack: – ¡Eres una bestia, un cerdo y un maldito… un maldito ladrón!

Se abalanzó.

Jack comprendió que era el momento crítico e hizo lo mismo. Chocaron uno contra el otro y el propio choque los separó. Jack lanzó un puñetazo a Ralph que le llegó a la oreja.

Ralph alcanzó a Jack en el estómago y le hizo gemir. De nuevo quedaron cara a cara, jadeantes y furiosos, pero sin impresionarse por la ferocidad del contrario. Advirtieron el ruido que servía de fondo a la pelea, los vítores agudos y constantes de la tribu a sus espaldas.

La voz de Piggy llegó hasta Ralph.

–Deja que yo hable.

Estaba de pie, en medio del polvo desencadenado por la lucha, y cuando la tribu advirtió su intención los vítores se transformaron en un prolongado abucheo.

Piggy alzó la caracola; el abucheo cedió un poco para surgir después con más fuerza. – ¡Tengo la caracola! Volvió a gritar: – ¡Os digo que tengo la caracola!

Sorprendentemente, se hizo el silencio esta vez; la tribu sentía curiosidad por oír las divertidas cosas que diría.

Silencio y pausa; pero en el silencio, un extraño ruido, como de aire silbante, se produjo cerca de la cabeza de Ralph. Le prestó atención a medias, pero volvió a oírse. Era un ligero «zup». Alguien arrojaba piedras; era Roger, que aún tenía una mano sobre la palanca. A sus pies, Ralph no era más que un montón de pelos y Piggy un saco de grasa.

–Esto es lo que quiero deciros, que os estáis comportando como una pandilla de críos.

Volvieron a abuchearle y a guardar silencio cuando Piggy alzó la blanca y mágica caracola. – ¿Qué es mejor, ser una panda de negros pintarrajeados como vosotros o tener sentido común como Ralph?

Se alzó un gran clamor entre los salvajes. De nuevo gritó Piggy: – ¿Qué es mejor, tener reglas y estar todos de acuerdo o cazar y matar?

De nuevo el clamor y de nuevo: «¡Zup!». Ralph trató de hacerse oír entre el alboroto. – ¿Qué es mejor, la ley y el rescate o cazar y destrozarlo todo?

Ahora también Jack gritaba y ya no se podían oír las palabras de Ralph. Jack había retrocedido hasta reunirse con la tribu y constituían una masa compacta, amenazadora, con sus lanzas erizadas. Empezaba a atraerles la idea de atacar; se prepararon, decididos a llevarlo a cabo y despejar así el istmo. Ralph se encontraba frente a ellos, ligeramente desviado a un lado y con la lanza preparada. Junto a él estaba Piggy, siempre en sus manos el talismán, la frágil y refulgente belleza de la caracola. La tormenta de ruido les alcanzó como un conjuro de odio. Roger, en lo alto, apoyó todo su peso sobre la palanca, con delirante abandono.

Ralph oyó la enorme roca mucho antes de verla. Sintió el temblor de la tierra a través de las plantas de los pies y oyó el ruido de las piedras quebrándose sobre el acantilado.

11. El Peñón del castillo (2) 11. Castle Rock (2) 11. The Rock of the Castle (2) 11. Castle Rock (2) 11. Castle Rock (2) 11. замкова скеля (2)

Desde lo alto de los pináculos llegó un grito repentino, y tras él la imitación de un grito de guerra al cual contestaron una docena de voces tras el peñón. From the top of the pinnacles came a sudden cry, and after it the imitation of a war cry answered by a dozen voices from behind the rock.

–Dame la caracola y quédate quieto. Give me the conch and stay still. – ¡Alto! - Halt! - Stop! ¿Quién va?

Ralph echó la cabeza hacia atrás y pudo adivinar el oscuro rostro de Roger en la cima. Ralph tilted his head back and could make out Roger's dark face at the top. – ¡Sabes muy bien quién soy! – gritó – ¡Deja de hacer tonterías! – he yelled – Stop fooling around!

Se llevó la caracola a los labios y empezó a sonarla. He put the conch shell to his lips and began to sound it. Aparecieron unos cuantos salvajes, que comenzaron a bajar por el saliente en dirección al istmo; sus rostros pintarrajeados les hacían irreconocibles. A few savages appeared and began to descend the ledge towards the isthmus; their painted faces made them unrecognizable. Llevaban lanzas y se preparaban para defender la entrada. Ralph siguió tocando, sin hacer caso del terror de Piggy. Ralph spielte weiter und ignorierte Piggys Schrecken.

–Andad con cuidado…, ¿me oís? "Walk carefully... do you hear me?" – gritaba Roger.

Ralph apartó por fin los labios de la caracola y se paró a recobrar el aliento. Ralph finally took his lips from the conch and stopped to catch his breath. Sus primeras palabras fueron un sonido entrecortado pero perceptible. -…a convocar una asamblea.

Los salvajes que guardaban el istmo murmuraron entre sí sin moverse. Ralph dio unos cuantos pasos hacia delante. A sus espaldas susurró una voz con urgencia:

–No me dejes solo, Ralph.

–Arrodíllate – dijo Ralph de lado – y espera hasta que yo vuelva. “Get down on your knees,” Ralph said sideways, “and wait until I get back.

Se detuvo en el centro del istmo y miró de frente a los salvajes. He stopped in the center of the isthmus and faced the savages. Gracias a la libertad que la pintura les concedía, se habían atado el pelo por detrás y estaban mucho más cómodos que él. Thanks to the freedom that painting granted them, they had tied their hair back and were much more comfortable than he was. Ralph se prometió a sí mismo atarse el pelo de la misma manera cuando regresase. En realidad sentía deseos de decirles que esperasen un momento y atárselo allí mismo, pero eso era imposible. He actually wanted to tell them to hang on a minute and tie him up right there, but that was impossible. Los salvajes prorrumpieron en burlonas risitas durante unos instantes, y uno de ellos señaló a Ralph con su lanza. The savages giggled for a moment, and one of them pointed his spear at Ralph. Roger se inclinó desde lo alto para ver lo que ocurría, después de apartar su mano de la palanca. Roger leaned down to see what was happening, after taking his hand off the stick. Los muchachos que aguardaban en el istmo parecían estar dentro de un charco formado por sus propias sombras, del que sólo sobresalían las greñas de las cabezas. The boys waiting on the isthmus seemed to be inside a puddle formed by their own shadows, from which only their heads protruded. Piggy seguía agachado; su espalda era algo tan informe como un saco. Piggy was still crouched; his back was something as shapeless as a sack.

–Voy a reunir la asamblea. -I am going to gather the assembly.

Silencio.

Roger cogió una piedra pequeña y la arrojó entre los mellizos con intención de fallar. Roger picked up a small stone and threw it between the twins with intent to miss.

Ambos se estremecieron y Sam estuvo a punto de caer a tierra. They both shuddered and Sam nearly fell to the ground. Una extraña sensación de poder empezaba a latir en el cuerpo de Roger. Ein seltsames Gefühl der Macht begann durch Rogers Körper zu pulsieren. A strange feeling of power began to pulse in Roger's body.

Ralph habló de nuevo, elevando la voz:

–Voy a reunir la asamblea.

Les recorrió a todos con la mirada. He looked at them all. – ¿Dónde está Jack?

Los muchachos se agitaron y consultaron entre sí. Un rostro pintado habló con la voz de Robert.

–Está cazando. Y ha dicho que no os dejemos entrar. And he said not to let you in.

–He venido por lo del fuego – dijo Ralph – y por lo de las gafas de Piggy. -I came about the fire," said Ralph, "and about Piggy's glasses.

Los que formaban el grupo frente a él se agitaron como una masa flotante, y sus risas ligeras y excitadas resonaron entre las altas rocas y fueron devueltas por estas. Die Menschen in der Gruppe vor ihm bewegten sich wie eine schwebende Masse, und ihr helles, aufgeregtes Lachen hallte zwischen den hohen Felsen wider und wurde von ihnen erwidert. Those in the group in front of him stirred like a floating mass, their light, excited laughter echoing off and back from the tall rocks.

Una voz habló a espaldas de Ralph. A voice spoke from behind Ralph. – ¿Qué quieres?

Los mellizos saltaron al otro lado de Ralph y quedaron entre él y la entrada. Ralph se volvió rápidamente. Ralph turned quickly. Jack, reconocible por la fuerza de su personalidad y la melena roja, venía del bosque. Jack, recognizable by the strength of his personality and his red hair, came from the forest. A cada lado de él se arrodillaba un cazador. On either side of him knelt a hunter. Los tres se escondían tras las máscaras negras y verdes de pintura. The three of them hid behind black and green paint masks. En la hierba, detrás de ellos, habían depositado el cuerpo ventrudo y decapitado de una jabalina. On the grass behind them had been laid the headless, potbellied carcass of a javelin.

Piggy gimió: – ¡Ralph! ¡No me dejes solo!

Abrazó la roca con grotesco cuidado, apretándose contra ella, de espaldas al mar y a su ruido de succión. He hugged the rock with grotesque care, pressing himself against it, his back to the sea and its sucking noise. Las risas de los salvajes se convirtieron en abierta burla. The laughter of the savages turned into open mockery.

Jack gritó por encima de aquel ruido: Jack shouted over the noise:

–Ya te puedes largar, Ralph. “You can go now, Ralph. Tú quédate en tu lado de la isla. Éste es mi lado y esta es mi tribu. Así que déjame en paz.

Las burlas se desvanecieron.

–Birlaste las gafas de Piggy – dijo Ralph excitado – y tienes que devolverlas. -You stole Piggy's glasses," said Ralph excitedly, "and you have to give them back. – ¿Ah sí? - Is that so? ¿Y quién lo dice? Who says so? Ralph se volvió a él con violencia. Ralph turned on him violently. – ¡Lo digo yo! - I say so! Para eso me votasteis como jefe, ¿Es que no has oído la caracola? That's why you voted me chief, haven't you heard the conch? Fue un jugada sucia…, te habríamos dado fuego si lo hubieras pedido… It was a dirty move..., we would have given you fire if you had asked...

La sangre le acudió a las mejillas y su ojo lastimado le parecía a punto de estallar.

–Podías haber pedido fuego cuando quisieras, pero no: tuviste que venir a escondidas, como un ladrón, a robarle a Piggy sus gafas. – ¡Di eso otra vez! – Say that again! – ¡Ladrón! ¡Ladrón! Piggy chilló: – ¡Ralph! ¡Que estoy aquí! Ich bin da! That I am here!

Jack se lanzó contra Ralph y estuvo a punto de clavarle en el pecho su lanza. Jack lunged at Ralph and nearly drove his spear through his chest. Ralph adivinó la dirección del arma por la posición del brazo de Jack y pudo esquivarla con el mango de su propia lanza. Ralph guessed the direction of the weapon by the position of Jack's arm and was able to dodge it with the handle of his own spear. Después dio vuelta a su lanza y asestó a Jack un golpe cortante en la oreja. He then turned his spear and delivered Jack a cutting blow to the ear. Cuerpo a cuerpo, respiraban fuertemente, se empujaban y devoraban con la mirada. Body to body, they breathed heavily, pushed and devoured with their eyes. – ¿A quién has llamado ladrón? - Who did you call a thief? – ¡A ti!

Jack se libró y blandió la lanza contra Ralph. Jack broke free and brandished the spear at Ralph. Ambos usaban ahora las lanzas como sables, sin atreverse a emplear las mortales puntas. Both now used the spears as sabers, not daring to use the deadly points. El golpe se deslizó por la lanza de Ralph hasta llegar dolorosamente a sus dedos. The blow slid down Ralph's spear until it landed painfully in his fingers. Estaban de nuevo separados en posiciones invertidas: Jack del lado del Peñón del Castillo y Ralph hacia la isla. They were again separated in reversed positions: Jack on the side of Castle Rock and Ralph towards the island. Ambos respiraban aguadamente. Both were breathing heavily.

–Vamos, atrévete… -Come on, dare...

–Atrévete tú… -You dare...

Se enfrentaban ferozmente, pero se mantenían a una distancia discreta. – ¡Tú atrévete y verás! - You dare and you will see! – ¡Tú atrévete…!

Piggy, pegado al suelo, intentaba llamar la atención de Ralph. Ralph se acercó e inclinó, sin apartar de Jack la mirada.

–Ralph… acuérdate a lo que vinimos. –Ralph… remember what we came for. El fuego. Mis gafas.

Ralph asintió. Aflojó sus tensos músculos, se calmó y clavó en el suelo el mango de la lanza. He relaxed his tense muscles, calmed down, and thrust the shaft of the spear into the ground. Jack le miraba herméticamente a través de su pintura. Ralph alzó la vista hacia los pináculos, después la volvió al grupo de salvajes. Ralph looked up at the pinnacles, then back at the group of savages.

–Escuchadme. Os voy a decir a lo que hemos venido. I am going to tell you what we have come for. Primero, tenéis que devolver las gafas de Piggy. No puede ver sin ellas. Así no se juega… That's not how you play...

La tribu de salvajes pintados se agitó en risas y la mente de Ralph vaciló. The tribe of painted savages roared with laughter, and Ralph's mind wavered. Se echó el pelo hacia atrás y contempló la máscara verde y negra frente a él, intentando recordar el verdadero aspecto de Jack.

Piggy murmuró:

–Y lo del fuego.

–Ah, sí. En cuanto a lo del fuego, lo vuelvo a decir. Was das Feuer betrifft, so sage ich es noch einmal. As for the fire, I say it again. Y llevo repitiéndolo desde que caímos en la isla. Und seit wir auf der Insel gelandet sind, wiederhole ich es immer wieder. And I have been repeating it ever since we landed on the island. Alzó su lanza y señaló a los salvajes. Er hob seinen Speer und richtete ihn auf die Wilden.

–La única esperanza es mantener una hoguera de señal para que se vea mientras haya luz. -The only hope is to keep a signal fire to be seen as long as there is light. Así puede que un barco vea el humo y venga a rescatarnos y llevarnos a casa.

Pero sin ese humo vamos a tener que esperar hasta que se acerque un barco por casualidad. Podríamos pasarnos años esperando; hasta hacernos viejos… We could spend years waiting; until we get old....

La risa trémula, cristalina e irreal de los salvajes regó el aire y se desvaneció en la lejanía. The tremulous, crystalline and unreal laughter of the savages drizzled the air and faded into the distance. Una ráfaga de ira sacudió a Ralph. A gust of anger hit Ralph. Su voz se quebró. – ¿Es que no lo entendéis, imbéciles pintarrajeados? - Don't you paint-stained morons get it? Nosotros cuatro – Sam, Eric, Piggy y yo – no somos bastantes. Tratamos de mantener viva la hoguera, pero no pudimos. Y vosotros aquí no hacéis más que jugar a la caza…

Señaló el lugar, detrás de ellos, donde el hilo de humo se dispersaba en una atmósfera de nácar. He pointed to the spot, behind them, where the wisp of smoke was dispersing in a mother-of-pearl atmosphere. – ¡Mirad eso! – Look at that! ¿A eso le llamáis una hoguera de señal? You call that a signal bonfire? Eso es una fogata para cocinar.

Y ahora comeréis y ya no habrá humo. And now you will eat and there will be no more smoke. ¿Es que no lo entendéis? Puede que haya un barco allá fuera…

Calló, vencido por el silencio y la disfrazada anonimidad del grupo que defendía la entrada. El Jefe abrió una boca sonrosada y se dirigió a Sam y Eric, que estaban entre él y su tribu. The Chief opened a pink mouth and turned to Sam and Eric, who were standing between him and his tribe.

–Vosotros dos. Echaos hacia atrás. Zurücktreten. Back off.

Nadie le respondió. Los mellizos, asombrados, se miraron uno al otro, mientras Piggy, tranquilizado por el cese de la violencia, se levantaba con precaución. Jack miró a Ralph y después a los mellizos. – ¡Cogedles!

Nadie se movió. Jack gritó enfurecido: – ¡He dicho que les cojáis!

El grupo enmascarado se movió nerviosamente y rodeó a Samyeric. De nuevo corrió la cristalina risa. Again the crystalline laughter ran.

Las protestas de Samyeric brotaron del corazón del mundo civilizado. – ¡Por favor! – ¡…en serio! - ...seriously!

Les quitaron las lanzas. They took their spears. – ¡Atadles!

Ralph gritó, consternado, a la negra y verde máscara: – ¡Jack! Ralph yelled in dismay at the black and green mask, “Jack!

–Vamos, atadles. -Come on, tie them up.

El grupo de enmascarados sintió por vez primera la realidad física ajena de Samyeric, y el poder que ahora tenían. Die maskierte Gruppe spürte zum ersten Mal die fremde physische Realität des Samyerischen und die Macht, die sie nun besaß. The masked group felt for the first time the alien physical reality of Samyeric, and the power they now held. Excitados y en confusión derribaron a los mellizos. Excited and in confusion they knocked down the twins. Jack estaba inspirado. Sabía que Ralph intentaría rescatarles. Giró en un círculo sibilante la lanza y Ralph tuvo el tiempo justo para esquivar el golpe. He swung his spear in a hissing circle, and Ralph had just time to dodge the blow. Detrás de ellos, la tribu y los mellizos eran un montón agitado y ruidoso. Behind them, the tribe and the twins were a rowdy, noisy bunch. Piggy se agazapó de nuevo. Momentos después, los mellizos estaban en el suelo, atónitos, rodeados por la tribu. Jack se volvió hacia Ralph y le dijo entre dientes: – ¿Ves? Hacen lo que yo les ordeno. They do what I order.

De nuevo se hizo el silencio. Los mellizos se hallaban en el suelo, atados burdamente, y la tribu observaba a Ralph, en espera de su reacción.

Les contó a través de su melena y lanzó una mirada al estéril humo. He told them through his mane and cast a glance at the barren smoke. Su cólera estalló.

Gritó a Jack: – ¡Eres una bestia, un cerdo y un maldito… un maldito ladrón!

Se abalanzó.

Jack comprendió que era el momento crítico e hizo lo mismo. Jack realized that this was the critical moment and did the same. Chocaron uno contra el otro y el propio choque los separó. They crashed into each other and the crash itself separated them. Jack lanzó un puñetazo a Ralph que le llegó a la oreja. Jack threw a punch at Ralph that landed on his ear.

Ralph alcanzó a Jack en el estómago y le hizo gemir. Ralph caught Jack in the stomach and made him groan. De nuevo quedaron cara a cara, jadeantes y furiosos, pero sin impresionarse por la ferocidad del contrario. Again they stood face to face, panting and furious, but unimpressed by the ferocity of their opponent. Advirtieron el ruido que servía de fondo a la pelea, los vítores agudos y constantes de la tribu a sus espaldas. They noticed the noise that served as a background to the fight, the high-pitched and constant cheers of the tribe behind them.

La voz de Piggy llegó hasta Ralph. Piggy's voice reached Ralph.

–Deja que yo hable. -Überlassen Sie mir das Reden. –Let me speak.

Estaba de pie, en medio del polvo desencadenado por la lucha, y cuando la tribu advirtió su intención los vítores se transformaron en un prolongado abucheo. He was on his feet in the dust unleashed by the fighting, and when the tribe realized his intention the cheers turned into a prolonged boo.

Piggy alzó la caracola; el abucheo cedió un poco para surgir después con más fuerza. – ¡Tengo la caracola! Volvió a gritar: – ¡Os digo que tengo la caracola!

Sorprendentemente, se hizo el silencio esta vez; la tribu sentía curiosidad por oír las divertidas cosas que diría.

Silencio y pausa; pero en el silencio, un extraño ruido, como de aire silbante, se produjo cerca de la cabeza de Ralph. Le prestó atención a medias, pero volvió a oírse. He paid half attention to it, but it came back. Era un ligero «zup». Alguien arrojaba piedras; era Roger, que aún tenía una mano sobre la palanca. A sus pies, Ralph no era más que un montón de pelos y Piggy un saco de grasa. At his feet, Ralph was nothing more than a pile of hair and Piggy a sack of fat.

–Esto es lo que quiero deciros, que os estáis comportando como una pandilla de críos. -This is what I want to tell you, that you are behaving like a bunch of kids.

Volvieron a abuchearle y a guardar silencio cuando Piggy alzó la blanca y mágica caracola. They booed him again and fell silent when Piggy raised the magical white conch shell. – ¿Qué es mejor, ser una panda de negros pintarrajeados como vosotros o tener sentido común como Ralph? 'Which is better, being a bunch of painted blacks like you guys or having common sense like Ralph?'

Se alzó un gran clamor entre los salvajes. De nuevo gritó Piggy: – ¿Qué es mejor, tener reglas y estar todos de acuerdo o cazar y matar? Again Piggy yelled, "Which is better, to have rules and everyone agrees to it, or to hunt and kill?"

De nuevo el clamor y de nuevo: «¡Zup!». Again the clamor and again: "Zup!". Ralph trató de hacerse oír entre el alboroto. – ¿Qué es mejor, la ley y el rescate o cazar y destrozarlo todo? - Which is better, law and rescue or hunting and wrecking?

Ahora también Jack gritaba y ya no se podían oír las palabras de Ralph. Now Jack was also shouting and Ralph's words could no longer be heard. Jack había retrocedido hasta reunirse con la tribu y constituían una masa compacta, amenazadora, con sus lanzas erizadas. Jack had retreated back to rejoin the tribe and they formed a compact, threatening mass, their spears bristling. Empezaba a atraerles la idea de atacar; se prepararon, decididos a llevarlo a cabo y despejar así el istmo. They began to be attracted to the idea of attacking; they prepared themselves, determined to carry it out and thus clear the isthmus. Ralph se encontraba frente a ellos, ligeramente desviado a un lado y con la lanza preparada. Junto a él estaba Piggy, siempre en sus manos el talismán, la frágil y refulgente belleza de la caracola. Next to him was Piggy, always in his hands the talisman, the fragile and shining beauty of the conch. La tormenta de ruido les alcanzó como un conjuro de odio. The storm of noise hit them like an incantation of hatred. Roger, en lo alto, apoyó todo su peso sobre la palanca, con delirante abandono. Roger, up high, leaned his full weight on the stick with delirious abandon.

Ralph oyó la enorme roca mucho antes de verla. Ralph heard the huge rock long before he saw it. Sintió el temblor de la tierra a través de las plantas de los pies y oyó el ruido de las piedras quebrándose sobre el acantilado. He felt the trembling of the earth through the soles of his feet and heard the sound of stones cracking on the cliff.