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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 9 (2)

Capítulo 9 (2)

—Llévenlos donde las putas —dijo.

Eran seis abogados de levita y chistera que soportaban con un duro estoicismo el bravo sol de noviembre. Úrsula los hospedó en la casa. Se pasaban la mayor parte del día encerrados en el dormitorio, en conciliábulos herméticos, y al anochecer pedían una escolta y un conjunto de acordeones y tomaban por su cuenta la tienda de Catarino. «No los molesten», ordenaba el coronel Aureliano Buendía. «Al fin y al cabo, yo sé lo que quieren». A principios de diciembre, la entrevista largamente esperada, que muchos habían previsto como una discusión interminable, se resolvió en menos de una hora.

En la calurosa sala de visitas, junto al espectro de la pianola amortajada con una sábana blanca, el coronel Aureliano Buendía no se sentó esta vez dentro del círculo de tiza que trazaron sus edecanes. Ocupó una silla entre sus asesores políticos, y envuelto en la manta de lana escuchó en silencio las breves propuestas de los emisarios. Pedían, en primer término, renunciar a la revisión de los títulos de propiedad de la tierra para recuperar el apoyo de los terratenientes liberales. Pedían, en segundo término, renunciar a la lucha contra la influencia clerical para obtener el respaldo del pueblo católico. Pedían, por último, renunciar a las aspiraciones de igualdad de derechos entre los hijos naturales y los legítimos para preservar la integridad de los hogares.

—Quiere decir —sonrió el coronel Aureliano Buendía cuando terminó la lectura— que solo estamos luchando por el poder.

—Son reformas tácticas —replicó uno de los delegados—. Por ahora, lo esencial es ensanchar la base popular de la guerra. Después veremos.

Uno de los asesores políticos del coronel Aureliano Buendía se apresuró a intervenir.

—Es un contrasentido —dijo—. Si estas reformas son buenas, quiere decir que es bueno el régimen conservador. Si con ellas lograremos ensanchar la base popular de la guerra, como dicen ustedes, quiere decir que el régimen tiene una amplia base popular. Quiere decir, en síntesis, que durante casi veinte años hemos estado luchando contra los sentimientos de la nación.

Iba a seguir, pero el coronel Aureliano Buendía lo interrumpió con una señal. «No pierda el tiempo, doctor», dijo. «Lo importante es que desde este momento solo luchamos por el poder». Sin dejar de sonreír, tomó los pliegos que le entregaron los delegados y se dispuso a firmar.

—Puesto que es así —concluyó—, no tenemos ningún inconveniente en aceptar.

Sus hombres se miraron consternados.

—Me perdona, coronel —dijo suavemente el coronel Gerineldo Márquez—, pero esto es una traición.

El coronel Aureliano Buendía detuvo en el aire la pluma entintada, y descargó sobre él todo el peso de su autoridad.

—Entrégueme sus armas —ordenó.

El coronel Gerineldo Márquez se levantó y puso las armas en la mesa.

—Preséntese en el cuartel —le ordenó el coronel Aureliano Buendía—. Queda usted a disposición de los tribunales revolucionarios.

Luego firmó la declaración y entregó los pliegos a los emisarios, diciéndoles:

—Señores, ahí tienen sus papeles. Que les aprovechen.

Dos días después, el coronel Gerineldo Márquez, acusado de alta traición, fue condenado a muerte. Derrumbado en su hamaca, el coronel Aureliano Buendía fue insensible a las súplicas de clemencia. La víspera de la ejecución, desobedeciendo la orden de no molestarlo, Úrsula lo visitó en el dormitorio. Cerrada de negro, investida de una rara solemnidad, permaneció de pie los tres minutos de la entrevista. «Sé que fusilarás a Gerineldo —dijo serenamente—, y no puedo hacer nada por impedirlo. Pero una cosa te advierto: tan pronto como vea el cadáver, te lo juro por los huesos de mi padre y mi madre, por la memoria de José Arcadio Buendía, te lo juro ante Dios, que te he de sacar de donde te metas y te mataré con mis propias manos». Antes de abandonar el cuarto, sin esperar ninguna réplica, concluyó:

—Es lo mismo que habría hecho si hubieras nacido con cola de puerco.

Aquella noche interminable, mientras el coronel Gerineldo Márquez evocaba sus tardes muertas en el costurero de Amaranta, el coronel Aureliano Buendía rasguñó durante muchas horas, tratando de romperla, la dura cáscara de su soledad. Sus únicos instantes felices, desde la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo, habían transcurrido en el taller de platería, donde se le iba el tiempo armando pescaditos de oro. Había tenido que promover 32 guerras, y había tenido que violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad.

Al amanecer, estragado por la tormentosa vigilia, apareció en el cuarto del cepo una hora antes de la ejecución. «Terminó la farsa, compadre», le dijo al coronel Gerineldo Márquez. «Vámonos de aquí, antes de que acaben de fusilarte los mosquitos». El coronel Gerineldo Márquez no pudo reprimir el desprecio que le inspiraba aquella actitud.

—No, Aureliano —replicó—. Vale más estar muerto que verte convertido en un chafarote.

—No me verás —dijo el coronel Aureliano Buendía—. Ponte los zapatos y ayúdame a terminar con esta guerra de mierda.

Al decirlo, no imaginaba que era más fácil empezar una guerra que terminarla. Necesitó casi un año de rigor sanguinario para forzar al gobierno a proponer condiciones de paz favorables a los rebeldes, y otro año para persuadir a sus partidarios de la conveniencia de aceptarlas. Llegó a inconcebibles extremos de crueldad para sofocar las rebeliones de sus propios oficiales, que se resistían a feriar la victoria, y terminó apoyándose en fuerzas enemigas para acabar de someterlos.

Nunca fue mejor guerrero que entonces. La certidumbre de que por fin peleaba por su propia liberación, y no por ideales abstractos, por consignas que los políticos podían voltear al derecho y al revés según las circunstancias, le infundió un entusiasmo enardecido. El coronel Gerineldo Márquez, que luchó por el fracaso con tanta convicción y tanta lealtad como antes había luchado por el triunfo, le reprochaba su temeridad inútil. «No te preocupes», sonreía él. «Morirse es mucho más difícil de lo que uno cree». En su caso era verdad. La seguridad de que su día estaba señalado lo invistió de una inmunidad misteriosa, una inmortalidad a término fijo que lo hizo invulnerable a los riesgos de la guerra, y le permitió finalmente conquistar una derrota que era mucho más difícil, mucho más sangrienta y costosa que la victoria.

En casi veinte años de guerra, el coronel Aureliano Buendía había estado muchas veces en la casa, pero el estado de urgencia en que llegaba siempre, el aparato militar que lo acompañaba a todas partes, el aura de leyenda que doraba su presencia y a la cual no fue insensible ni la propia Úrsula, terminaron por convertirlo en un extraño. La última vez que estuvo en Macondo, y tomó una casa para sus tres concubinas, no se le vio en la suya sino dos o tres veces, cuando tuvo tiempo de aceptar invitaciones a comer. Remedios, la bella, y los gemelos, nacidos en plena guerra, apenas si lo conocían. Amaranta no lograba conciliar la imagen del hermano que pasó la adolescencia fabricando pescaditos de oro, con la del guerrero mítico que había interpuesto entre él y el resto de la humanidad una distancia de tres metros. Pero cuando se conoció la proximidad del armisticio y se pensó que él regresaba otra vez convertido en un ser humano, rescatado por fin para el corazón de los suyos, los afectos familiares aletargados por tanto tiempo renacieron con más fuerza que nunca.

—Al fin —dijo Úrsula— tendremos otra vez un hombre en la casa.

Amaranta fue la primera en sospechar que lo habían perdido para siempre. Una semana antes del armisticio, cuando él entró en la casa sin escolta, precedido por dos ordenanzas descalzos que depositaron en el corredor los aperos de la mula y el baúl de los versos, único saldo de su antiguo equipaje imperial, ella lo vio pasar frente al costurero y lo llamó. El coronel Aureliano Buendía pareció tener dificultad para reconocerla.

—Soy Amaranta —dijo ella de buen humor, feliz de su regreso, y le mostró la mano con la venda negra—. Mira.

El coronel Aureliano Buendía le hizo la misma sonrisa de la primera vez en que la vio con la venda, la remota mañana en que volvió a Macondo sentenciado a muerte.

—¡Qué horror —dijo—, cómo se pasa el tiempo!

El ejército regular tuvo que proteger la casa. Llegó vejado, escupido, acusado de haber recrudecido la guerra solo para venderla más cara. Temblaba de fiebre y de frío y tenía otra vez las axilas empedradas de golondrinos. Seis meses antes, cuando oyó hablar del armisticio, Úrsula había abierto y barrido la alcoba nupcial, y había quemado mirra en los rincones, pensando que él regresaría dispuesto a envejecer despacio entre las enmohecidas muñecas de Remedios. Pero en realidad, en los dos últimos años él le había pagado sus cuotas finales a la vida, inclusive la del envejecimiento. Al pasar frente al taller de platería, que Úrsula había preparado con especial diligencia, ni siquiera advirtió que las llaves estaban puestas en el candado. No percibió los minúsculos y desgarradores destrozos que el tiempo había hecho en la casa, y que después de una ausencia tan prolongada habrían parecido un desastre a cualquier hombre que conservara vivos sus recuerdos. No le dolieron las peladuras de cal en las paredes, ni los sucios algodones de telaraña en los rincones, ni el polvo de las begonias, ni las nervaduras del comején en las vigas, ni el musgo de los quicios, ni ninguna de las trampas insidiosas que le tendía la nostalgia. Se sentó en el corredor, envuelto en la manta y sin quitarse las botas, como esperando apenas que escampara, y permaneció toda la tarde viendo llover sobre las begonias. Úrsula comprendió entonces que no lo tendría en la casa por mucho tiempo. «Si no es la guerra —pensó— solo puede ser la muerte». Fue una suposición tan nítida, tan convincente, que la identificó como un presagio.

Esa noche, en la cena, el supuesto Aureliano Segundo desmigajó el pan con la mano derecha y tomó la sopa con la izquierda. Su hermano gemelo, el supuesto José Arcadio Segundo, desmigajó el pan con la mano izquierda y tomó la sopa con la derecha. Era tan precisa la coordinación de sus movimientos que no parecían dos hermanos sentados el uno frente al otro, sino un artificio de espejos. El espectáculo que los gemelos habían concebido desde que tuvieron conciencia de ser iguales fue repetido en honor del recién llegado. Pero el coronel Aureliano Buendía no lo advirtió. Parecía tan ajeno a todo que ni siquiera se fijó en Remedios, la bella, que pasó desnuda hacia el dormitorio. Úrsula fue la única que se atrevió a perturbar su abstracción.

—Si has de irte otra vez —le dijo a mitad de la cena—, por lo menos trata de recordar cómo éramos esta noche.

Entonces el coronel Aureliano Buendía se dio cuenta, sin asombro, que Úrsula era el único ser humano que había logrado desentrañar su miseria, y por primera vez en muchos años se atrevió a mirarla a la cara. Tenía la piel cuarteada, los dientes carcomidos, el cabello marchito y sin color, y la mirada atónita. La comparó con el recuerdo más antiguo que tenía de ella, la tarde en que él tuvo el presagio de que una olla de caldo hirviendo iba a caerse de la mesa, y la encontró despedazada. En un instante descubrió los arañazos, los verdugones, las mataduras, las úlceras y cicatrices que había dejado en ella más de medio siglo de vida cotidiana, y comprobó que esos estragos no suscitaban en él ni siquiera un sentimiento de piedad. Hizo entonces un último esfuerzo para buscar en su corazón el sitio donde se le habían podrido los afectos, y no pudo encontrarlo. En otra época, al menos, experimentaba un confuso sentimiento de vergüenza cuando sorprendía en su propia piel el olor de Úrsula, y en más de una ocasión sintió sus pensamientos interferidos por el pensamiento de ella. Pero todo eso había sido arrasado por la guerra. La propia Remedios, su esposa, era en aquel momento la imagen borrosa de alguien que pudo haber sido su hija. Las incontables mujeres que conoció en el desierto del amor, y que dispersaron su simiente en todo el litoral, no habían dejado rastro alguno en sus sentimientos. La mayoría de ellas entraba en el cuarto en la oscuridad y se iban antes del alba, y al día siguiente eran apenas un poco de tedio en la memoria corporal. El único afecto que prevalecía contra el tiempo y la guerra, fue el que sintió por su hermano José Arcadio, cuando ambos eran niños, y no estaba fundado en el amor, sino en la complicidad.

Capítulo 9 (2) Kapitel 9 (2) Chapter 9 (2) Chapitre 9 (2) Capítulo 9 (2) Глава 9 (2)

—Llévenlos donde las putas —dijo. -Bringt sie zu den Huren", sagte er. "Take them to the whores," he said.

Eran seis abogados de levita y chistera que soportaban con un duro estoicismo el bravo sol de noviembre. They were six lawyers in frock coats and top hats who endured the harsh November sun with harsh stoicism. Ils étaient six avocats en redingote et haut-de-forme qui enduraient le dur soleil de novembre avec un stoïcisme sévère. Úrsula los hospedó en la casa. Úrsula put them up in the house. Se pasaban la mayor parte del día encerrados en el dormitorio, en conciliábulos herméticos, y al anochecer pedían una escolta y un conjunto de acordeones y tomaban por su cuenta la tienda de Catarino. They spent most of the day shut up in their bedroom, in hermetic councils, and at nightfall they asked for an escort and a set of accordions and took over Catarino's store on their own. Ils passaient la majeure partie de la journée enfermés dans leur chambre, en conseils hermétiques, et à la tombée de la nuit, ils demandaient une escorte et un ensemble d'accordéons et s'emparaient seuls du magasin de Catarino. «No los molesten», ordenaba el coronel Aureliano Buendía. "Don't bother them," Colonel Aureliano Buendía ordered. «Al fin y al cabo, yo sé lo que quieren». "After all, I know what they want." A principios de diciembre, la entrevista largamente esperada, que muchos habían previsto como una discusión interminable, se resolvió en menos de una hora. In early December, the long-awaited interview, which many had anticipated as an endless discussion, was resolved in less than an hour.

En la calurosa sala de visitas, junto al espectro de la pianola amortajada con una sábana blanca, el coronel Aureliano Buendía no se sentó esta vez dentro del círculo de tiza que trazaron sus edecanes. In the hot visiting room, next to the ghost of the pianola shrouded in a white sheet, Colonel Aureliano Buendía did not sit this time inside the circle of chalk that his aides-de-camp drew. Dans le parloir brûlant, à côté du fantôme du pianola enveloppé d'un drap blanc, le colonel Aureliano Buendía ne s'est pas assis cette fois à l'intérieur du cercle de craie dessiné par ses aides de camp. Ocupó una silla entre sus asesores políticos, y envuelto en la manta de lana escuchó en silencio las breves propuestas de los emisarios. He took a chair among his political advisers, and wrapped in the wool blanket he listened in silence to the brief proposals of the emissaries. Pedían, en primer término, renunciar a la revisión de los títulos de propiedad de la tierra para recuperar el apoyo de los terratenientes liberales. They asked, first of all, to renounce the review of land titles in order to recover the support of the liberal landowners. Pedían, en segundo término, renunciar a la lucha contra la influencia clerical para obtener el respaldo del pueblo católico. They asked, secondly, to give up the fight against clerical influence in order to obtain the support of the Catholic people. Ils demandent, en second lieu, de renoncer à la lutte contre l'influence cléricale afin d'obtenir l'appui du peuple catholique. Pedían, por último, renunciar a las aspiraciones de igualdad de derechos entre los hijos naturales y los legítimos para preservar la integridad de los hogares. They asked, finally, to renounce the aspirations of equal rights between natural and legitimate children to preserve the integrity of homes.

—Quiere decir —sonrió el coronel Aureliano Buendía cuando terminó la lectura— que solo estamos luchando por el poder. -Er meint", lächelte Oberst Aureliano Buendía, als er zu Ende las, "dass wir nur um die Macht kämpfen. "It means," Colonel Aureliano Buendía smiled when he finished reading, "that we are only fighting for power."

—Son reformas tácticas —replicó uno de los delegados—. "These are tactical reforms," one of the delegates replied. Por ahora, lo esencial es ensanchar la base popular de la guerra. For now, the essential thing is to broaden the popular base of the war. Pour l'instant, l'essentiel est d'élargir la base populaire de la guerre. Después veremos. Wir werden sehen. We'll see later.

Uno de los asesores políticos del coronel Aureliano Buendía se apresuró a intervenir. One of Colonel Aureliano Buendía's political advisors hastened to intervene.

—Es un contrasentido —dijo—. "It's a contradiction," he said. "C'est une contradiction", a-t-il dit. Si estas reformas son buenas, quiere decir que es bueno el régimen conservador. Wenn diese Reformen gut sind, bedeutet das, dass das konservative Regime gut ist. If these reforms are good, it means that the conservative regime is good. Si ces réformes sont bonnes, cela signifie que le régime conservateur est bon. Si con ellas lograremos ensanchar la base popular de la guerra, como dicen ustedes, quiere decir que el régimen tiene una amplia base popular. If with them we will be able to broaden the popular base of the war, as you say, it means that the regime has a broad popular base. Quiere decir, en síntesis, que durante casi veinte años hemos estado luchando contra los sentimientos de la nación. It means, in short, that for almost twenty years we have been fighting against the sentiments of the nation.

Iba a seguir, pero el coronel Aureliano Buendía lo interrumpió con una señal. He was going to continue, but Colonel Aureliano Buendía interrupted him with a signal. «No pierda el tiempo, doctor», dijo. "Don't waste your time, doctor," he said. «Lo importante es que desde este momento solo luchamos por el poder». "The important thing is that from this moment we only fight for power." Sin dejar de sonreír, tomó los pliegos que le entregaron los delegados y se dispuso a firmar. Still smiling, he took the sheets handed to him by the delegates and prepared to sign.

—Puesto que es así —concluyó—, no tenemos ningún inconveniente en aceptar. -Da dies der Fall ist", so schloss er, "haben wir keine Einwände, sie zu akzeptieren. "Since it is so," he concluded, "we have no objection to accepting."

Sus hombres se miraron consternados. His men looked at each other in dismay.

—Me perdona, coronel —dijo suavemente el coronel Gerineldo Márquez—, pero esto es una traición. "Forgive me, Colonel," Colonel Gerineldo Márquez said softly, "but this is a betrayal."

El coronel Aureliano Buendía detuvo en el aire la pluma entintada, y descargó sobre él todo el peso de su autoridad. Oberst Aureliano Buendía hielt den Kugelschreiber in der Luft an und ließ das ganze Gewicht seiner Autorität auf ihn einwirken. Colonel Aureliano Buendía stopped the inked pen in the air and unloaded the full weight of his authority on him. Le colonel Aureliano Buendía arrêta le stylo encré en l'air et déchargea sur lui tout le poids de son autorité.

—Entrégueme sus armas —ordenó. -Händigt eure Waffen aus", befahl er. "Give me your weapons," he ordered.

El coronel Gerineldo Márquez se levantó y puso las armas en la mesa. Colonel Gerineldo Márquez got up and put his weapons on the table.

—Preséntese en el cuartel —le ordenó el coronel Aureliano Buendía—. "Report to the barracks," Colonel Aureliano Buendía ordered. « Présentez-vous à la caserne », ordonna le colonel Aureliano Buendía. Queda usted a disposición de los tribunales revolucionarios. Sie stehen den Revolutionsgerichten zur Verfügung. You remain at the disposal of the revolutionary tribunals.

Luego firmó la declaración y entregó los pliegos a los emisarios, diciéndoles: He then signed the declaration and delivered the documents to the emissaries, telling them: Il a ensuite signé la déclaration et a remis les documents aux émissaires en leur disant :

—Señores, ahí tienen sus papeles. "Gentlemen, here are your papers." Que les aprovechen. Let them take advantage.

Dos días después, el coronel Gerineldo Márquez, acusado de alta traición, fue condenado a muerte. Zwei Tage später wurde Oberst Gerineldo Márquez, der des Hochverrats angeklagt war, zum Tode verurteilt. Two days later, Colonel Gerineldo Márquez, accused of high treason, was sentenced to death. Derrumbado en su hamaca, el coronel Aureliano Buendía fue insensible a las súplicas de clemencia. Collapsed in his hammock, Colonel Aureliano Buendía was insensitive to pleas for mercy. Affalé dans son hamac, le colonel Aureliano Buendía était insensible aux appels à la grâce. La víspera de la ejecución, desobedeciendo la orden de no molestarlo, Úrsula lo visitó en el dormitorio. The day before the execution, disobeying the order not to disturb him, Úrsula visited him in the bedroom. Cerrada de negro, investida de una rara solemnidad, permaneció de pie los tres minutos de la entrevista. Schwarz gekleidet und mit einer seltenen Feierlichkeit ausgestattet, blieb sie während der gesamten drei Minuten des Interviews stehen. Closed in black, invested with a rare solemnity, it remained standing for the three minutes of the interview. Fermée en noir, investie d'une rare solennité, elle est restée debout pendant les trois minutes de l'entretien. «Sé que fusilarás a Gerineldo —dijo serenamente—, y no puedo hacer nada por impedirlo. "I know you will shoot Gerineldo," he said serenely, "and I can't do anything to prevent it. Pero una cosa te advierto: tan pronto como vea el cadáver, te lo juro por los huesos de mi padre y mi madre, por la memoria de José Arcadio Buendía, te lo juro ante Dios, que te he de sacar de donde te metas y te mataré con mis propias manos». Aber eines warne ich dich: Sobald ich die Leiche sehe, schwöre ich dir bei den Gebeinen meines Vaters und meiner Mutter, beim Andenken an José Arcadio Buendía, schwöre ich dir vor Gott, dass ich dich von dort, wo du bist, herausholen und mit meinen eigenen Händen töten werde". But one thing I'll warn you: as soon as I see the body, I swear to you by the bones of my father and my mother, by the memory of José Arcadio Buendía, I swear to God, that I will get you out of wherever you are and I will kill you with my own hands." Antes de abandonar el cuarto, sin esperar ninguna réplica, concluyó: Before leaving the room, without expecting any reply, he concluded:

—Es lo mismo que habría hecho si hubieras nacido con cola de puerco. -Das hätte ich auch getan, wenn du mit einem Schweineschwanz geboren worden wärst. "It's the same thing I would have done if you were born with a pig's tail."

Aquella noche interminable, mientras el coronel Gerineldo Márquez evocaba sus tardes muertas en el costurero de Amaranta, el coronel Aureliano Buendía rasguñó durante muchas horas, tratando de romperla, la dura cáscara de su soledad. In dieser endlosen Nacht, während Oberst Gerineldo Márquez in Amarantas Nähzimmer an seine toten Nachmittage erinnerte, kratzte Oberst Aureliano Buendía stundenlang, um die harte Schale seiner Einsamkeit zu durchbrechen. That interminable night, while Colonel Gerineldo Márquez evoked his dead afternoons in Amaranta's sewing room, Colonel Aureliano Buendía scratched for many hours, trying to break the hard shell of his loneliness. Cette nuit interminable, alors que le colonel Gerineldo Márquez évoquait ses après-midi morts dans la salle de couture d'Amaranta, le colonel Aureliano Buendía s'est gratté pendant de longues heures, essayant de briser la dure carapace de sa solitude. Sus únicos instantes felices, desde la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo, habían transcurrido en el taller de platería, donde se le iba el tiempo armando pescaditos de oro. Seine einzigen glücklichen Momente seit dem abgelegenen Nachmittag, an dem sein Vater ihn zum Eis mitgenommen hatte, verbrachte er in der Werkstatt des Silberschmieds, wo er kleine Goldfische zusammensetzte. His only happy moments, since the remote afternoon when his father took him to see ice, had been spent in the silver workshop, where he spent time putting together little gold fishes. Ses seuls moments de bonheur, depuis l'après-midi reculé où son père l'avait emmené voir de la glace, s'étaient passés dans l'atelier d'argenterie, où il passait son temps à assembler de petits poissons d'or. Había tenido que promover 32 guerras, y había tenido que violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad. He had had to promote 32 wars, and he had had to violate all his pacts with death and wallow like a pig in the dunghill of glory, to discover almost forty years late the privileges of simplicity. Il avait dû fomenter 32 guerres, et il avait dû violer tous ses pactes avec la mort et se vautrer comme un cochon dans le fumier de la gloire, pour découvrir avec près de quarante ans de retard les privilèges de la simplicité.

Al amanecer, estragado por la tormentosa vigilia, apareció en el cuarto del cepo una hora antes de la ejecución. In der Morgendämmerung, erschüttert von der stürmischen Nachtwache, erschien er eine Stunde vor der Hinrichtung im Lagerraum. At dawn, ravaged by the stormy vigil, he appeared in the stocks room an hour before the execution. A l'aube, ravagé par la veillée orageuse, il parut dans la salle des stocks une heure avant l'exécution. «Terminó la farsa, compadre», le dijo al coronel Gerineldo Márquez. "Die Farce ist vorbei, Compadre", sagte er zu Oberst Gerineldo Márquez. "The farce is over, compadre," he told Colonel Gerineldo Márquez. «Vámonos de aquí, antes de que acaben de fusilarte los mosquitos». "Lass uns hier verschwinden, bevor die Moskitos dich fertig machen". "Let's get out of here, before the mosquitoes finish shooting you." El coronel Gerineldo Márquez no pudo reprimir el desprecio que le inspiraba aquella actitud. Oberst Gerineldo Márquez konnte die Verachtung, die diese Haltung in ihm auslöste, nicht unterdrücken. Colonel Gerineldo Márquez could not repress the contempt that this attitude inspired in him.

—No, Aureliano —replicó—. "No, Aureliano," he replied. Vale más estar muerto que verte convertido en un chafarote. Es ist besser, tot zu sein, als zuzusehen, wie du ein Chafarote wirst. It is better to be dead than to see yourself turned into a cutlass. Il vaut mieux être mort que de se voir transformé en coutelas.

—No me verás —dijo el coronel Aureliano Buendía—. "You won't see me," Colonel Aureliano Buendía said. Ponte los zapatos y ayúdame a terminar con esta guerra de mierda. Put on your shoes and help me end this fucking war.

Al decirlo, no imaginaba que era más fácil empezar una guerra que terminarla. Dabei hat er sich nicht vorgestellt, dass es leichter ist, einen Krieg zu beginnen als ihn zu beenden. As he said it, he did not imagine that it was easier to start a war than to end it. Necesitó casi un año de rigor sanguinario para forzar al gobierno a proponer condiciones de paz favorables a los rebeldes, y otro año para persuadir a sus partidarios de la conveniencia de aceptarlas. Es bedurfte fast eines Jahres blutrünstiger Härte, um die Regierung zu zwingen, den Rebellen günstige Friedensbedingungen vorzuschlagen, und eines weiteren Jahres, um seine Anhänger davon zu überzeugen, diese zu akzeptieren. It took almost a year of bloody rigor to force the government to propose peace terms favorable to the rebels, and another year to persuade his supporters to accept them. Llegó a inconcebibles extremos de crueldad para sofocar las rebeliones de sus propios oficiales, que se resistían a feriar la victoria, y terminó apoyándose en fuerzas enemigas para acabar de someterlos. He went to inconceivable extremes of cruelty to quell the rebellions of his own officers, who were reluctant to give away victory, and ended up relying on enemy forces to finish subduing them. Il est allé à des extrêmes inconcevables de cruauté pour réprimer les rébellions de ses propres officiers, qui hésitaient à donner la victoire, et a fini par compter sur les forces ennemies pour finir de les maîtriser.

Nunca fue mejor guerrero que entonces. Er war nie ein besserer Kämpfer als damals. He was never a better warrior than then. La certidumbre de que por fin peleaba por su propia liberación, y no por ideales abstractos, por consignas que los políticos podían voltear al derecho y al revés según las circunstancias, le infundió un entusiasmo enardecido. The certainty that at last he was fighting for his own liberation, and not for abstract ideals, for slogans that politicians could turn right and left depending on the circumstances, filled him with an inflamed enthusiasm. La certitude qu'il se battait enfin pour sa propre libération, et non pour des idéaux abstraits, pour des slogans que les politiciens pouvaient tourner à droite et à gauche selon les circonstances, le remplissait d'un enthousiasme enflammé. El coronel Gerineldo Márquez, que luchó por el fracaso con tanta convicción y tanta lealtad como antes había luchado por el triunfo, le reprochaba su temeridad inútil. Oberst Gerineldo Márquez, der mit ebenso viel Überzeugung und Loyalität für das Scheitern kämpfte, wie er zuvor für den Sieg gekämpft hatte, warf ihm seine nutzlose Unbesonnenheit vor. Colonel Gerineldo Márquez, who fought for failure with as much conviction and loyalty as he had previously fought for victory, reproached him for his useless temerity. «No te preocupes», sonreía él. "Keine Sorge", lächelte er. "Don't worry," he smiled. «Morirse es mucho más difícil de lo que uno cree». "Sterben ist viel schwieriger, als man denkt". "Dying is much more difficult than one thinks." En su caso era verdad. In his case it was true. La seguridad de que su día estaba señalado lo invistió de una inmunidad misteriosa, una inmortalidad a término fijo que lo hizo invulnerable a los riesgos de la guerra, y le permitió finalmente conquistar una derrota que era mucho más difícil, mucho más sangrienta y costosa que la victoria. The certainty that his day was appointed invested him with a mysterious immunity, a fixed-term immortality that made him invulnerable to the risks of war, and allowed him finally to conquer a defeat that was much more difficult, much bloodier and more costly than any other. the victory.

En casi veinte años de guerra, el coronel Aureliano Buendía había estado muchas veces en la casa, pero el estado de urgencia en que llegaba siempre, el aparato militar que lo acompañaba a todas partes, el aura de leyenda que doraba su presencia y a la cual no fue insensible ni la propia Úrsula, terminaron por convertirlo en un extraño. In almost twenty years of war, Colonel Aureliano Buendía had been to the house many times, but the state of emergency in which he always arrived, the military apparatus that accompanied him everywhere, the aura of legend that gilded his presence and to which Not even Úrsula herself was insensitive, they ended up turning him into a stranger. La última vez que estuvo en Macondo, y tomó una casa para sus tres concubinas, no se le vio en la suya sino dos o tres veces, cuando tuvo tiempo de aceptar invitaciones a comer. The last time he was in Macondo, and took a house for his three concubines, he was not seen in his house except two or three times, when he had time to accept invitations to dinner. Remedios, la bella, y los gemelos, nacidos en plena guerra, apenas si lo conocían. Remedios, der Schöne, und die Zwillinge, die mitten im Krieg geboren wurden, kannten ihn kaum. Remedios, the beauty, and the twins, born in the middle of the war, barely knew him. Amaranta no lograba conciliar la imagen del hermano que pasó la adolescencia fabricando pescaditos de oro, con la del guerrero mítico que había interpuesto entre él y el resto de la humanidad una distancia de tres metros. Amaranta could not reconcile the image of the brother who spent his adolescence making little gold fishes, with that of the mythical warrior who had placed a distance of three meters between himself and the rest of humanity. Amaranta n'arrivait pas à concilier l'image du frère qui a passé son adolescence à fabriquer des petits poissons d'or, avec celle du guerrier mythique qui avait placé une distance de trois mètres entre lui et le reste de l'humanité. Pero cuando se conoció la proximidad del armisticio y se pensó que él regresaba otra vez convertido en un ser humano, rescatado por fin para el corazón de los suyos, los afectos familiares aletargados por tanto tiempo renacieron con más fuerza que nunca. But when the proximity of the armistice became known and it was thought that he would return again as a human being, finally rescued for the hearts of his family, the family affections that had been lethargic for so long were reborn stronger than ever. Mais lorsque la proximité de l'armistice fut connue et que l'on pensa qu'il reviendrait en tant qu'être humain, enfin sauvé pour le cœur de sa famille, les affections familiales qui avaient été si longtemps léthargiques renaissaient plus fortes que jamais.

—Al fin —dijo Úrsula— tendremos otra vez un hombre en la casa. -Endlich", sagte Ursula, "werden wir wieder einen Mann im Haus haben. "At last," said Úrsula, "we will have a man in the house again."

Amaranta fue la primera en sospechar que lo habían perdido para siempre. Amaranta war die erste, die vermutete, dass sie ihn für immer verloren hatten. Amaranta was the first to suspect that they had lost him forever. Una semana antes del armisticio, cuando él entró en la casa sin escolta, precedido por dos ordenanzas descalzos que depositaron en el corredor los aperos de la mula y el baúl de los versos, único saldo de su antiguo equipaje imperial, ella lo vio pasar frente al costurero y lo llamó. A week before the armistice, when he entered the house without an escort, preceded by two barefoot orderlies who deposited in the corridor the tools of the mule and the trunk of verses, the only balance of his old imperial luggage, she saw him pass in front of to the sewing kit and called him. Une semaine avant l'armistice, lorsqu'il entra dans la maison sans escorte, précédé de deux aides-soignants pieds nus qui déposèrent dans le couloir les outils de la mule et la malle de vers, seul solde de ses anciens bagages impériaux, elle le vit passer en devant le kit de couture et l'a appelé. El coronel Aureliano Buendía pareció tener dificultad para reconocerla. Colonel Aureliano Buendía seemed to have difficulty recognizing her.

—Soy Amaranta —dijo ella de buen humor, feliz de su regreso, y le mostró la mano con la venda negra—. -Ich bin Amaranta", sagte sie gut gelaunt, glücklich über seine Rückkehr, und zeigte ihm ihre Hand mit der schwarzen Binde. "I'm Amaranta," she said in a good mood, happy at his return, and showed him her hand with the black bandage. Mira. Sehen Sie. Look.

El coronel Aureliano Buendía le hizo la misma sonrisa de la primera vez en que la vio con la venda, la remota mañana en que volvió a Macondo sentenciado a muerte. Colonel Aureliano Buendía gave her the same smile as the first time he saw her with the blindfold, the distant morning that he returned to Macondo sentenced to death. Le colonel Aureliano Buendía lui adressa le même sourire que la première fois qu'il l'avait vue avec le bandeau sur les yeux, le matin lointain où il était revenu à Macondo condamné à mort.

—¡Qué horror —dijo—, cómo se pasa el tiempo! -Wie furchtbar", sagte er, "wie die Zeit vergeht! "How horrible," he said, "how time passes!"

El ejército regular tuvo que proteger la casa. Die reguläre Armee musste das Haus schützen. The regular army had to protect the house. Llegó vejado, escupido, acusado de haber recrudecido la guerra solo para venderla más cara. Er kam verärgert an, wurde bespuckt und beschuldigt, den Krieg eskaliert zu haben, nur um ihn teurer zu verkaufen. He arrived vexed, spat on, accused of having intensified the war only to sell it more expensively. Il arriva vexé, craché dessus, accusé d'avoir intensifié la guerre pour la revendre plus cher. Temblaba de fiebre y de frío y tenía otra vez las axilas empedradas de golondrinos. He was trembling with fever and cold and once again his armpits were paved with swallows. Il tremblait de fièvre et de froid et de nouveau ses aisselles étaient pavées d'hirondelles. Seis meses antes, cuando oyó hablar del armisticio, Úrsula había abierto y barrido la alcoba nupcial, y había quemado mirra en los rincones, pensando que él regresaría dispuesto a envejecer despacio entre las enmohecidas muñecas de Remedios. Six months before, when she heard about the armistice, Úrsula had opened and swept the bridal bedroom, and had burned myrrh in the corners, thinking that he would come back ready to grow old slowly among Remedios's musty dolls. Six mois auparavant, lorsqu'elle avait entendu parler de l'armistice, Ursula avait ouvert et balayé la chambre nuptiale, et avait brûlé de la myrrhe dans les coins, pensant qu'il reviendrait prêt à vieillir lentement parmi les poupées moisies de Remedios. Pero en realidad, en los dos últimos años él le había pagado sus cuotas finales a la vida, inclusive la del envejecimiento. But in reality, in the last two years he had paid his final dues to life, including aging. Mais en réalité, au cours des deux dernières années, il avait payé son dernier dû à la vie, y compris le vieillissement. Al pasar frente al taller de platería, que Úrsula había preparado con especial diligencia, ni siquiera advirtió que las llaves estaban puestas en el candado. Passing by the silver workshop, which Úrsula had prepared with special diligence, she didn't even notice that the keys were in the padlock. En passant devant l'atelier d'argenterie qu'Úrsula avait préparé avec une diligence particulière, elle ne remarqua même pas que les clés étaient dans le cadenas. No percibió los minúsculos y desgarradores destrozos que el tiempo había hecho en la casa, y que después de una ausencia tan prolongada habrían parecido un desastre a cualquier hombre que conservara vivos sus recuerdos. Er bemerkte nicht den winzigen, herzzerreißenden Schaden, den die Zeit dem Haus zugefügt hatte und der nach so langer Abwesenheit jedem Mann, der seine Erinnerungen wachhielt, als eine Katastrophe erschienen wäre. He did not notice the tiny, harrowing ravages that time had wrought on the house, and that after so long an absence would have seemed a disaster to any man with his memories alive. Il ne remarqua pas les ravages minuscules et déchirants que le temps avait faits sur la maison, et qu'après une si longue absence aurait semblé un désastre à tout homme avec ses souvenirs vivants. No le dolieron las peladuras de cal en las paredes, ni los sucios algodones de telaraña en los rincones, ni el polvo de las begonias, ni las nervaduras del comején en las vigas, ni el musgo de los quicios, ni ninguna de las trampas insidiosas que le tendía la nostalgia. He was not hurt by the lime peeling on the walls, or the dirty cobwebs in the corners, or the dust from the begonias, or the ribs of termites on the beams, or the moss on the doorframes, or any of the insidious traps that made him nostalgic. Il n'a pas été blessé par la chaux qui s'écaille sur les murs, ou les toiles d'araignées sales dans les coins, ou la poussière des bégonias, ou les côtes de termites sur les poutres, ou la mousse sur les encadrements de porte, ou l'un des pièges insidieux qui le rendait nostalgique. Se sentó en el corredor, envuelto en la manta y sin quitarse las botas, como esperando apenas que escampara, y permaneció toda la tarde viendo llover sobre las begonias. Er saß im Korridor, in seine Decke gehüllt und ohne seine Stiefel auszuziehen, als ob er nur auf den Regen warten wollte, und blieb den ganzen Nachmittag und sah zu, wie es auf die Begonien regnete. He sat on the porch, wrapped in the blanket and without taking off his boots, as if barely expecting it to clear up, and spent the whole afternoon watching it rain on the begonias. Il s'assit dans le couloir, emmitouflé dans la couverture et sans ôter ses bottes, comme s'il attendait à peine qu'il s'éclaircisse, et passa tout l'après-midi à regarder pleuvoir sur les bégonias. Úrsula comprendió entonces que no lo tendría en la casa por mucho tiempo. Da wurde Ursula klar, dass sie ihn nicht mehr lange im Haus haben würde. Úrsula understood then that she would not have him in the house for a long time. Úrsula comprit alors qu'elle ne l'aurait pas dans la maison avant longtemps. «Si no es la guerra —pensó— solo puede ser la muerte». Wenn nicht Krieg", dachte er, "dann kann es nur der Tod sein". If it isn't war, he thought, it can only be death. Fue una suposición tan nítida, tan convincente, que la identificó como un presagio. It was such a neat guess, so convincing, that he identified it as an omen.

Esa noche, en la cena, el supuesto Aureliano Segundo desmigajó el pan con la mano derecha y tomó la sopa con la izquierda. An diesem Abend, beim Abendessen, zerbröselte der angebliche Aureliano Segundo das Brot mit der rechten Hand und aß die Suppe mit der linken Hand. That night, at dinner, the alleged Aureliano Segundo broke the bread with his right hand and ate the soup with his left. Ce soir-là, au dîner, le prétendu Aureliano Segundo rompit le pain de la main droite et mangea la soupe de la gauche. Su hermano gemelo, el supuesto José Arcadio Segundo, desmigajó el pan con la mano izquierda y tomó la sopa con la derecha. His twin brother, the supposed José Arcadio Segundo, crumbled the bread with his left hand and ate the soup with his right. Era tan precisa la coordinación de sus movimientos que no parecían dos hermanos sentados el uno frente al otro, sino un artificio de espejos. Die Koordination ihrer Bewegungen war so präzise, dass sie nicht wie zwei Brüder aussahen, die sich gegenüber saßen, sondern wie ein Spiegelkunstwerk. The coordination of their movements was so precise that they did not seem like two brothers sitting opposite each other, but rather an artifice of mirrors. La coordination de leurs mouvements était si précise qu'ils ne ressemblaient pas à deux frères assis l'un en face de l'autre, mais plutôt à un artifice de miroirs. El espectáculo que los gemelos habían concebido desde que tuvieron conciencia de ser iguales fue repetido en honor del recién llegado. Das Schauspiel, das sich die Zwillinge ausgedacht hatten, seit sie sich bewusst waren, gleichberechtigt zu sein, wurde zu Ehren des Neuankömmlings wiederholt. The spectacle that the twins had conceived since they became aware of being equals was repeated in honor of the newcomer. Pero el coronel Aureliano Buendía no lo advirtió. Aber Oberst Aureliano Buendía bemerkte das nicht. But Colonel Aureliano Buendía did not notice it. Parecía tan ajeno a todo que ni siquiera se fijó en Remedios, la bella, que pasó desnuda hacia el dormitorio. Er schien so vergesslich zu sein, dass er nicht einmal Remedios, den Schönling, bemerkte, der nackt ins Schlafzimmer kam. He seemed so oblivious to everything that he didn't even notice Remedios, the beauty, who went naked to the bedroom. Úrsula fue la única que se atrevió a perturbar su abstracción. Úrsula was the only one who dared to disturb his abstraction.

—Si has de irte otra vez —le dijo a mitad de la cena—, por lo menos trata de recordar cómo éramos esta noche. -Wenn du schon wieder gehen musst", sagte er nach der Hälfte des Essens, "dann versuch dich wenigstens daran zu erinnern, wie wir heute Abend waren. "If you have to go again," she told him halfway through dinner, "at least try to remember what we were like tonight." « Si tu dois y retourner, » lui dit-elle au milieu du dîner, « essaie au moins de te rappeler comment nous étions ce soir.

Entonces el coronel Aureliano Buendía se dio cuenta, sin asombro, que Úrsula era el único ser humano que había logrado desentrañar su miseria, y por primera vez en muchos años se atrevió a mirarla a la cara. Then Colonel Aureliano Buendía realized, without surprise, that Úrsula was the only human being who had managed to unravel his misery, and for the first time in many years he dared to look her in the face. Alors le colonel Aureliano Buendía s'est rendu compte, sans surprise, qu'Úrsula était le seul être humain qui avait réussi à démêler sa misère, et pour la première fois depuis de nombreuses années, il a osé la regarder en face. Tenía la piel cuarteada, los dientes carcomidos, el cabello marchito y sin color, y la mirada atónita. His skin was cracked, his teeth rotten, his hair withered and colorless, and his eyes stunned. Sa peau était craquelée, ses dents pourries, ses cheveux desséchés et incolores, et ses yeux étourdis. La comparó con el recuerdo más antiguo que tenía de ella, la tarde en que él tuvo el presagio de que una olla de caldo hirviendo iba a caerse de la mesa, y la encontró despedazada. He compared it to his oldest memory of her, the afternoon he had had an omen that a pot of boiling broth was going to fall off the table, and found her in pieces. En un instante descubrió los arañazos, los verdugones, las mataduras, las úlceras y cicatrices que había dejado en ella más de medio siglo de vida cotidiana, y comprobó que esos estragos no suscitaban en él ni siquiera un sentimiento de piedad. In einem Augenblick entdeckte er die Kratzer, die Striemen, die blauen Flecken, die Wunden und Narben, die mehr als ein halbes Jahrhundert des täglichen Lebens an ihr hinterlassen hatte, und stellte fest, dass diese Verwüstungen in ihm nicht einmal ein Gefühl des Mitleids hervorriefen. In an instant he discovered the scratches, the welts, the bruises, the ulcers and scars that more than half a century of daily life had left on her, and he verified that these ravages did not even arouse in him a feeling of pity. En un instant, il découvrit les égratignures, les marques, les contusions, les ulcères et les cicatrices que plus d'un demi-siècle de vie quotidienne lui avaient laissés, et il vérifia que ces ravages n'éveillaient même pas en lui un sentiment de pitié. Hizo entonces un último esfuerzo para buscar en su corazón el sitio donde se le habían podrido los afectos, y no pudo encontrarlo. Then he made one last effort to search his heart for the place where his affections had rotted, and he couldn't find it. Puis il fit un dernier effort pour chercher dans son cœur l'endroit où ses affections avaient pourri, et il ne put le trouver. En otra época, al menos, experimentaba un confuso sentimiento de vergüenza cuando sorprendía en su propia piel el olor de Úrsula, y en más de una ocasión sintió sus pensamientos interferidos por el pensamiento de ella. In another time, at least, he experienced a confused feeling of shame when he caught the scent of Úrsula on his own skin, and on more than one occasion he felt his thoughts interfered by the thought of her. Dans un autre temps, au moins, il éprouva un sentiment confus de honte lorsqu'il sentit l'odeur d'Ursula sur sa propre peau, et plus d'une fois il sentit ses pensées interférer avec la pensée d'elle. Pero todo eso había sido arrasado por la guerra. But all that had been destroyed by the war. Mais tout cela avait été détruit par la guerre. La propia Remedios, su esposa, era en aquel momento la imagen borrosa de alguien que pudo haber sido su hija. Remedios selbst, seine Frau, war in diesem Moment das verschwommene Bild von jemandem, der seine Tochter hätte sein können. Remedios herself, his wife, was at that moment the blurred image of someone who could have been his daughter. Las incontables mujeres que conoció en el desierto del amor, y que dispersaron su simiente en todo el litoral, no habían dejado rastro alguno en sus sentimientos. The countless women he met in the desert of love, and who scattered their seed throughout the coastline, had left no trace in his feelings. La mayoría de ellas entraba en el cuarto en la oscuridad y se iban antes del alba, y al día siguiente eran apenas un poco de tedio en la memoria corporal. Most of them entered the room in the dark and left before dawn, and the next day they were just a bit of boredom in the body's memory. La plupart d'entre eux sont entrés dans la pièce dans le noir et sont partis avant l'aube, et le lendemain, ils n'avaient qu'un peu d'ennui dans la mémoire du corps. El único afecto que prevalecía contra el tiempo y la guerra, fue el que sintió por su hermano José Arcadio, cuando ambos eran niños, y no estaba fundado en el amor, sino en la complicidad. The only affection that prevailed against time and war was the one he felt for his brother José Arcadio, when they were both children, and it was not founded on love, but on complicity.