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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 6 (1)

Capítulo 6 (1)

VI

El coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió todos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados uno tras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento. Sobrevivió a una carga de estricnina en el café que habría bastado para matar un caballo. Rechazó la Orden del Mérito que le otorgó el presidente de la república. Llegó a ser comandante general de las fuerzas revolucionarias, con jurisdicción y mando de una frontera a la otra, y el hombre más temido por el gobierno, pero nunca permitió que le tomaran una fotografía. Declinó la pensión vitalicia que le ofrecieron después de la guerra y vivió hasta la vejez de los pescaditos de oro que fabricaba en su taller de Macondo. Aunque peleó siempre al frente de sus hombres, la única herida que recibió se la produjo él mismo después de firmar la capitulación de Neerlandia que puso término a casi veinte años de guerras civiles. Se disparó un tiro de pistola en el pecho y el proyectil le salió por la espalda sin lastimar ningún centro vital. Lo único que quedó de todo eso fue una calle con su nombre en Macondo. Sin embargo, según declaró pocos años antes de morir de viejo, ni siquiera eso esperaba la madrugada en que se fue con sus veintiún hombres a reunirse con las fuerzas del general Victorio Medina.

—Ahí te dejamos a Macondo —fue todo cuanto le dijo a Arcadio antes de irse—. Te lo dejamos bien, procura que lo encontremos mejor.

Arcadio le dio una interpretación muy personal a la recomendación. Se inventó un uniforme con galones y charreteras de mariscal, inspirado en las láminas de un libro de Melquíades, y se colgó al cinto el sable con borlas doradas del capitán fusilado. Emplazó las dos piezas de artillería a la entrada del pueblo, uniformó a sus antiguos alumnos, exacerbados por sus proclamas incendiarias, y los dejó vagar armados por las calles para dar a los forasteros una impresión de invulnerabilidad. Fue un truco de doble filo, porque el gobierno no se atrevió a atacar la plaza durante diez meses, pero cuando lo hizo descargó contra ella una fuerza tan desproporcionada que liquidó la resistencia en media hora. Desde el primer día de su mandato Arcadio reveló su afición por los bandos. Leyó hasta cuatro diarios para ordenar y disponer cuanto le pasaba por la cabeza. Implantó el servicio militar obligatorio desde los dieciocho años, declaró de utilidad pública los animales que transitaban por las calles después de las seis de la tarde e impuso a los hombres mayores de edad la obligación de usar un brazal rojo. Recluyó al padre Nicanor en la casa cural, bajo amenaza de fusilamiento, y le prohibió decir misa y tocar las campanas como no fuera para celebrar las victorias liberales. Para que nadie pusiera en duda la severidad de sus propósitos, mandó que un pelotón de fusilamiento se entrenara en la plaza pública disparando contra un espantapájaros. Al principio nadie lo tomó en serio. Eran, al fin de cuentas, los muchachos de la escuela jugando a gente mayor. Pero una noche, al entrar Arcadio en la tienda de Catarino, el trompetista de la banda lo saludó con un toque de fanfarria que provocó las risas de la clientela, y Arcadio lo hizo fusilar por irrespeto a la autoridad. A quienes protestaron, los puso a pan y agua con los tobillos en un cepo que instaló en un cuarto de la escuela. «¡Eres un asesino!», le gritaba Úrsula cada vez que se enteraba de alguna nueva arbitrariedad. «Cuando Aureliano lo sepa te va a fusilar a ti y yo seré la primera en alegrarme». Pero todo fue inútil. Arcadio siguió apretando los torniquetes de un rigor innecesario, hasta convertirse en el más cruel de los gobernantes que hubo nunca en Macondo. «Ahora sufran la diferencia», dijo don Apolinar Moscote en cierta ocasión. «Esto es el paraíso liberal». Arcadio lo supo. Al frente de una patrulla asaltó la casa, destrozó los muebles, vapuleó a las hijas y se llevó a rastras a don Apolinar Moscote. Cuando Úrsula irrumpió en el patio del cuartel, después de haber atravesado el pueblo clamando de vergüenza y blandiendo de rabia un rebenque alquitranado, el propio Arcadio se disponía a dar la orden de fuego al pelotón de fusilamiento.

—¡Atrévete, bastardo! —gritó Úrsula.

Antes de que Arcadio tuviera tiempo de reaccionar, le descargó el primer vergajazo. «Atrévete, asesino», gritaba. «Y mátame también a mí, hijo de mala madre. Así no tendré ojos para llorar la vergüenza de haber criado un fenómeno». Azotándolo sin misericordia, lo persiguió hasta el fondo del patio, donde Arcadio se enrolló como un caracol. Don Apolinar Moscote estaba inconsciente, amarrado en el poste donde antes tenían al espantapájaros despedazado por los tiros de entrenamiento. Los muchachos del pelotón se dispersaron, temerosos de que Úrsula terminara desahogándose con ellos. Pero ni siquiera los miró. Dejó a Arcadio con el uniforme arrastrado, bramando de dolor y rabia, y desató a don Apolinar Moscote para llevarlo a su casa. Antes de abandonar el cuartel, soltó a los presos del cepo.

A partir de entonces fue ella quien mandó en el pueblo. Restableció la misa dominical, suspendió el uso de los brazales rojos y descalificó los bandos atrabiliarios. Pero a despecho de su fortaleza, siguió llorando la desdicha de su destino. Se sintió tan sola, que buscó la inútil compañía del marido olvidado bajo el castaño. «Mira en lo que hemos quedado», le decía, mientras las lluvias de junio amenazaban con derribar el cobertizo de palma. «Mira la casa vacía, nuestros hijos desperdigados por el mundo, y nosotros dos solos otra vez como al principio». José Arcadio Buendía, hundido en un abismo de inconsciencia, era sordo a sus lamentos. Al comienzo de su locura anunciaba con latinajos apremiantes sus urgencias cotidianas. En fugaces escampadas de lucidez, cuando Amaranta le llevaba la comida, él le comunicaba sus pesares más molestos y se prestaba con docilidad a sus ventosas y sinapismos. Pero en la época en que Úrsula fue a lamentarse a su lado había perdido todo contacto con la realidad. Ella lo bañaba por partes sentado en el banquito, mientras le daba noticias de la familia. «Aureliano se ha ido a la guerra, hace ya más de cuatro meses, y no hemos vuelto a saber de él», le decía, restregándole la espalda con un estropajo enjabonado. «José Arcadio volvió, hecho un hombrazo más alto que tú y todo bordado en punto de cruz, pero solo vino a traer la vergüenza a nuestra casa». Creyó observar, sin embargo, que su marido entristecía con las malas noticias. Entonces optó por mentirle. «No me creas lo que te digo», decía, mientras echaba cenizas sobre sus excrementos para recogerlos con la pala. «Dios quiso que José Arcadio y Rebeca se casaran, y ahora son muy felices». Llegó a ser tan sincera en el engaño que ella misma acabó consolándose con sus propias mentiras. «Arcadio ya es un hombre serio —decía—, y muy valiente, y muy buen mozo con su uniforme y su sable». Era como hablarle a un muerto, porque José Arcadio Buendía estaba ya fuera del alcance de toda preocupación. Pero ella insistió. Lo veía tan manso, tan indiferente a todo, que decidió soltarlo. Él ni siquiera se movió del banquito. Siguió expuesto al sol y la lluvia, como si las sogas fueran innecesarias, porque un dominio superior a cualquier atadura visible lo mantenía amarrado al tronco del castaño. Hacia el mes de agosto, cuando el invierno empezaba a eternizarse, Úrsula pudo por fin darle una noticia que parecía verdad.

—Fíjate que nos sigue atosigando la buena suerte —le dijo—. Amaranta y el italiano de la pianola se van a casar.

Amaranta y Pietro Crespi, en efecto, habían profundizado en la amistad, amparados por la confianza de Úrsula, que esta vez no creyó necesario vigilar las visitas. Era un noviazgo crepuscular. El italiano llegaba al atardecer, con una gardenia en el ojal, y le traducía a Amaranta sonetos de Petrarca. Permanecían en el corredor sofocado por el orégano y las rosas, él leyendo y ella tejiendo encaje de bolillo, indiferentes a los sobresaltos y las malas noticias de la guerra, hasta que los mosquitos los obligaban a refugiarse en la sala. La sensibilidad de Amaranta, su discreta pero envolvente ternura habían ido urdiendo en torno al novio una telaraña invisible, que él tenía que apartar materialmente con sus dedos pálidos y sin anillos para abandonar la casa a las ocho. Habían hecho un precioso álbum con las tarjetas postales que Pietro Crespi recibía de Italia. Eran imágenes de enamorados en parques solitarios, con viñetas de corazones flechados y cintas doradas sostenidas por palomas. «Yo conozco este parque en Florencia», decía Pietro Crespi repasando las postales. «Uno extiende la mano y los pájaros bajan a comer». A veces, ante una acuarela de Venecia, la nostalgia transformaba en tibios aromas de flores el olor de fango y mariscos podridos de los canales. Amaranta suspiraba, reía, soñaba con una segunda patria de hombres y mujeres hermosos que hablaban una lengua de niños, con ciudades antiguas de cuya pasada grandeza solo quedaban los gatos entre los escombros. Después de atravesar el océano en su búsqueda, después de haberlo confundido con la pasión en los manoseos vehementes de Rebeca, Pietro Crespi había encontrado el amor. La dicha trajo consigo la prosperidad. Su almacén ocupaba entonces casi una cuadra, y era un invernadero de fantasía, con reproducciones del campanario de Florencia que daban la hora con un concierto de carillones, y cajas musicales de Sorrento, y polveras de China que cantaban al destaparlas tonadas de cinco notas, y todos los instrumentos músicos que se podían imaginar y todos los artificios de cuerda que se podían concebir. Bruno Crespi, su hermano menor, estaba al frente del almacén, porque él no se daba abasto para atender la escuela de música. Gracias a él, la Calle de los Turcos, con su deslumbrante exposición de chucherías, se transformó en un remanso melódico para olvidar las arbitrariedades de Arcadio y la pesadilla remota de la guerra. Cuando Úrsula dispuso la reanudación de la misa dominical, Pietro Crespi le regaló al templo un armonio alemán, organizó un coro infantil y preparó un repertorio gregoriano que puso una nota espléndida en el ritual taciturno del padre Nicanor. Nadie ponía en duda que haría de Amaranta una esposa feliz. Sin apresurar los sentimientos, dejándose arrastrar por la fluidez natural del corazón, llegaron a un punto en que solo hacía falta fijar la fecha de la boda. No encontrarían obstáculos. Úrsula se acusaba íntimamente de haber torcido con aplazamientos reiterados el destino de Rebeca, y no estaba dispuesta a acumular remordimientos. El rigor del luto por la muerte de Remedios había sido relegado a un lugar secundario por la mortificación de la guerra, la ausencia de Aureliano, la brutalidad de Arcadio y la expulsión de José Arcadio y Rebeca. Ante la inminencia de la boda, el propio Pietro Crespi había insinuado que Aureliano José, en quien fomentó un cariño casi paternal, fuera considerado como su hijo mayor. Todo hacía pensar que Amaranta se orientaba hacia una felicidad sin tropiezos. Pero al contrario de Rebeca, ella no revelaba la menor ansiedad. Con la misma paciencia con que abigarraba manteles y tejía primores de pasamanería y bordaba pavorreales en punto de cruz, esperó a que Pietro Crespi no soportara más las urgencias del corazón. Su hora llegó con las lluvias aciagas de octubre. Pietro Crespi le quitó del regazo la canastilla de bordar y le apretó la mano entre las suyas. «No soporto más esta espera», le dijo. «Nos casamos el mes entrante». Amaranta no tembló al contacto de sus manos de hielo. Retiró la suya, como un animalito escurridizo, y volvió a su labor.

—No seas ingenuo, Crespi —sonrió—, ni muerta me casaré contigo.

Capítulo 6 (1) Kapitel 6 (1) Chapter 6 (1) Chapitre 6 (1) Capitolo 6 (1) Rozdział 6 (1) Capítulo 6 (1) Глава 6 (1)

VI

El coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió todos. Oberst Aureliano Buendía förderte zweiunddreißig bewaffnete Aufstände und verlor sie alle. Colonel Aureliano Buendía promoted thirty-two armed uprisings and lost them all. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados uno tras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Er hatte siebzehn Söhne von siebzehn verschiedenen Frauen, die einer nach dem anderen in einer einzigen Nacht umgebracht wurden, bevor der Älteste fünfunddreißig Jahre alt war. He had seventeen sons by seventeen different women, who were exterminated one after another in a single night, before the eldest was thirty-five years old. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento. He escaped fourteen bombings, seventy-three ambushes, and a firing squad. Sobrevivió a una carga de estricnina en el café que habría bastado para matar un caballo. He survived a load of strychnine in his coffee that would have been enough to kill a horse. Rechazó la Orden del Mérito que le otorgó el presidente de la república. He rejected the Order of Merit awarded to him by the President of the Republic. Llegó a ser comandante general de las fuerzas revolucionarias, con jurisdicción y mando de una frontera a la otra, y el hombre más temido por el gobierno, pero nunca permitió que le tomaran una fotografía. He became commander-in-chief of the revolutionary forces, with jurisdiction and command from one border to the other, and the man most feared by the government, but he never allowed his photograph to be taken. Declinó la pensión vitalicia que le ofrecieron después de la guerra y vivió hasta la vejez de los pescaditos de oro que fabricaba en su taller de Macondo. Er lehnte die ihm nach dem Krieg angebotene lebenslange Rente ab und lebte bis ins hohe Alter von den Goldfischen, die er in seiner Werkstatt in Macondo herstellte. He declined the lifetime pension offered to him after the war and lived until old age from the gold fishes he made in his workshop in Macondo. Il refusa la pension viagère qui lui était offerte après la guerre et vécut jusqu'à un âge avancé des poissons d'or qu'il fabriquait dans son atelier de Macondo. Aunque peleó siempre al frente de sus hombres, la única herida que recibió se la produjo él mismo después de firmar la capitulación de Neerlandia que puso término a casi veinte años de guerras civiles. Obwohl er immer an der Spitze seiner Männer kämpfte, war die einzige Verwundung, die er sich selbst zuzog, nachdem er die Kapitulation von Neerlandia unterzeichnet hatte, die einen fast zwanzigjährigen Bürgerkrieg beendete. Although he always fought at the head of his men, the only wound he received was caused by himself after signing the capitulation of Neerlandia that put an end to almost twenty years of civil wars. Se disparó un tiro de pistola en el pecho y el proyectil le salió por la espalda sin lastimar ningún centro vital. He fired a pistol shot at his chest and the projectile came out of his back without injuring any vital center. Lo único que quedó de todo eso fue una calle con su nombre en Macondo. Das Einzige, was von all dem übrig blieb, war eine nach ihm benannte Straße in Macondo. The only thing that remained of all that was a street with his name in Macondo. Sin embargo, según declaró pocos años antes de morir de viejo, ni siquiera eso esperaba la madrugada en que se fue con sus veintiún hombres a reunirse con las fuerzas del general Victorio Medina. However, as he declared a few years before he died of old age, he did not even expect that the morning he left with his twenty-one men to join the forces of General Victorio Medina.

—Ahí te dejamos a Macondo —fue todo cuanto le dijo a Arcadio antes de irse—. -Dort verlassen wir Macondo", war alles, was er zu Arcadio sagte, bevor er ging. "That's where we'll leave Macondo," was all he said to Arcadio before leaving. Te lo dejamos bien, procura que lo encontremos mejor. Wir überlassen es Ihnen, wir werden versuchen, es besser zu finden. We leave it to you well, try to find it better.

Arcadio le dio una interpretación muy personal a la recomendación. Arcadio gave a very personal interpretation to the recommendation. Se inventó un uniforme con galones y charreteras de mariscal, inspirado en las láminas de un libro de Melquíades, y se colgó al cinto el sable con borlas doradas del capitán fusilado. Er erfand eine Uniform mit Marschallstreifen und Epauletten, inspiriert von den Illustrationen in einem Buch von Melquiades, und hängte den goldenen Säbel des erschossenen Hauptmanns an seinen Gürtel. A uniform with gallons and epaulettes for a marshal was invented, inspired by the illustrations in a book of Melquíades, and the saber with golden tassels of the executed captain was hung from his belt. Emplazó las dos piezas de artillería a la entrada del pueblo, uniformó a sus antiguos alumnos, exacerbados por sus proclamas incendiarias, y los dejó vagar armados por las calles para dar a los forasteros una impresión de invulnerabilidad. He placed the two artillery pieces at the entrance to the town, uniformed his former students, exacerbated by his incendiary proclamations, and let them roam the streets armed to give outsiders an impression of invulnerability. Il plaça les deux pièces d'artillerie à l'entrée de la ville, enchaîna ses anciens élèves, exacerbés par ses proclamations incendiaires, et les laissa errer dans les rues armés pour donner aux étrangers une impression d'invulnérabilité. Fue un truco de doble filo, porque el gobierno no se atrevió a atacar la plaza durante diez meses, pero cuando lo hizo descargó contra ella una fuerza tan desproporcionada que liquidó la resistencia en media hora. Es war ein zweischneidiger Trick, denn die Regierung wagte zehn Monate lang nicht, den Platz anzugreifen, aber als sie es dann doch tat, ging sie mit so unverhältnismäßiger Gewalt gegen ihn vor, dass sie den Widerstand in einer halben Stunde niederschlug. It was a double-edged trick, because the government did not dare to attack the square for ten months, but when it did, it unleashed such a disproportionate force on it that it liquidated the resistance in half an hour. Desde el primer día de su mandato Arcadio reveló su afición por los bandos. From the first day of his mandate, Arcadio revealed his fondness for sides. Leyó hasta cuatro diarios para ordenar y disponer cuanto le pasaba por la cabeza. Er las bis zu vier Zeitungen, um alles zu sortieren und zu ordnen, was ihm durch den Kopf ging. He read up to four newspapers to order and arrange whatever was going through his head. Il lisait jusqu'à quatre journaux pour commander et arranger tout ce qui lui passait par la tête. Implantó el servicio militar obligatorio desde los dieciocho años, declaró de utilidad pública los animales que transitaban por las calles después de las seis de la tarde e impuso a los hombres mayores de edad la obligación de usar un brazal rojo. Er führte die Wehrpflicht ab dem achtzehnten Lebensjahr ein, erklärte Tiere auf der Straße nach sechs Uhr abends für gemeinnützig und verpflichtete volljährige Männer zum Tragen einer roten Armbinde. He introduced compulsory military service from the age of eighteen, declared animals that walked the streets after six in the afternoon to be of public utility, and imposed on men of legal age the obligation to wear a red armband. Il instaure le service militaire obligatoire dès l'âge de dix-huit ans, déclare d'utilité publique les animaux qui se promènent dans les rues après six heures de l'après-midi et impose aux hommes majeurs l'obligation de porter un brassard rouge. Recluyó al padre Nicanor en la casa cural, bajo amenaza de fusilamiento, y le prohibió decir misa y tocar las campanas como no fuera para celebrar las victorias liberales. He confined Father Nicanor in the parsonage, under threat of execution, and forbade him to say mass and ring the bells except to celebrate liberal victories. Il enferme le père Nicanor dans le presbytère, sous peine d'exécution, et lui interdit de dire la messe et de sonner les cloches sauf pour célébrer les victoires libérales. Para que nadie pusiera en duda la severidad de sus propósitos, mandó que un pelotón de fusilamiento se entrenara en la plaza pública disparando contra un espantapájaros. So that no one would doubt the severity of his intentions, he ordered a firing squad to train in the public square, shooting at a scarecrow. Pour que personne ne doute de la sévérité de ses intentions, il ordonna à un peloton d'exécution de s'entraîner sur la place publique en tirant sur un épouvantail. Al principio nadie lo tomó en serio. Zunächst nahm sie niemand ernst. At first no one took him seriously. Eran, al fin de cuentas, los muchachos de la escuela jugando a gente mayor. They were, after all, the boys at school playing grown-ups. Pero una noche, al entrar Arcadio en la tienda de Catarino, el trompetista de la banda lo saludó con un toque de fanfarria que provocó las risas de la clientela, y Arcadio lo hizo fusilar por irrespeto a la autoridad. But one night, when Arcadio entered Catarino's store, the band's trumpeter greeted him with a fanfare that caused laughter from the clientele, and Arcadio had him shot for disrespecting authority. A quienes protestaron, los puso a pan y agua con los tobillos en un cepo que instaló en un cuarto de la escuela. Diejenigen, die protestierten, wurden mit ihren Knöcheln in einem von ihm in einem Raum der Schule installierten Vorrat an Brot und Wasser gehalten. To those who protested, he put them on bread and water with their ankles in a stocks that he installed in a room at the school. A ceux qui protestaient, il les mettait au pain et à l'eau avec leurs chevilles dans un stock qu'il installait dans une salle de l'école. «¡Eres un asesino!», le gritaba Úrsula cada vez que se enteraba de alguna nueva arbitrariedad. "You're a murderer!" Úrsula would yell at him every time she found out about some new arbitrariness. «Cuando Aureliano lo sepa te va a fusilar a ti y yo seré la primera en alegrarme». "When Aureliano finds out, he's going to shoot you and I'll be the first to rejoice." "Quand Aureliano le découvrira, il vous tirera dessus et je serai le premier à m'en réjouir." Pero todo fue inútil. But it was all useless. Arcadio siguió apretando los torniquetes de un rigor innecesario, hasta convertirse en el más cruel de los gobernantes que hubo nunca en Macondo. Arcadio zog die Fesseln der unnötigen Strenge weiter an, bis er zum grausamsten Herrscher wurde, den Macondo je hatte. Arcadio continued tightening the turnstiles with unnecessary rigor, until he became the cruelest ruler Macondo had ever seen. «Ahora sufran la diferencia», dijo don Apolinar Moscote en cierta ocasión. "Now suffer the difference," Don Apolinar Moscote said on one occasion. «Esto es el paraíso liberal». "This is the liberal paradise." Arcadio lo supo. Arcadio knew it. Al frente de una patrulla asaltó la casa, destrozó los muebles, vapuleó a las hijas y se llevó a rastras a don Apolinar Moscote. At the head of a patrol he stormed the house, smashed the furniture, beat the daughters and dragged Don Apolinar Moscote away. A la tête d'une patrouille, il a pris d'assaut la maison, brisé les meubles, battu les filles et entraîné don Apolinar Moscote. Cuando Úrsula irrumpió en el patio del cuartel, después de haber atravesado el pueblo clamando de vergüenza y blandiendo de rabia un rebenque alquitranado, el propio Arcadio se disponía a dar la orden de fuego al pelotón de fusilamiento. Als Ursula in den Hof der Kaserne stürmte, nachdem sie das Dorf durchquert hatte, schrie sie vor Scham und schwang vor Wut eine geteerte Peitsche, während Arcadio selbst gerade dabei war, dem Erschießungskommando den Befehl zu geben. When Úrsula burst into the courtyard of the barracks, after having crossed the town crying out in shame and brandishing a tarry whip in rage, Arcadio himself was about to give the order to fire the firing squad. Quand Ursula fit irruption dans la cour de la caserne, après avoir traversé la ville en criant de honte et en brandissant un fouet goudronneux de rage, Arcadio lui-même s'apprêtait à donner l'ordre de tirer au peloton d'exécution.

—¡Atrévete, bastardo! "Dare you bastard!" "Osez-vous bâtard!" —gritó Úrsula. Ursula yelled.

Antes de que Arcadio tuviera tiempo de reaccionar, le descargó el primer vergajazo. Bevor Arcadio Zeit hatte zu reagieren, holte er zum ersten Schlag aus. Before Arcadio had time to react, he unloaded the first shot at him. Avant qu'Arcadio n'ait eu le temps de réagir, il déchargea le premier coup sur lui. «Atrévete, asesino», gritaba. "Dare, murderer," he shouted. «Y mátame también a mí, hijo de mala madre. "Und töte mich auch, du Hurensohn. «And kill me too, son of a bad mother. « Et tue-moi aussi, fils d'une mauvaise mère. Así no tendré ojos para llorar la vergüenza de haber criado un fenómeno». Dann habe ich keine Augen, um die Schande zu beweinen, einen Freak großgezogen zu haben". That way I won't have eyes to cry the shame of having raised a phenomenon. Comme ça je n'aurai pas les yeux pour pleurer la honte d'avoir soulevé un phénomène. Azotándolo sin misericordia, lo persiguió hasta el fondo del patio, donde Arcadio se enrolló como un caracol. Whipping him mercilessly, he chased him to the end of the patio, where Arcadio coiled up like a snail. Le fouettant sans pitié, il le poursuivit jusqu'au bout du patio, où Arcadio s'enroula comme un escargot. Don Apolinar Moscote estaba inconsciente, amarrado en el poste donde antes tenían al espantapájaros despedazado por los tiros de entrenamiento. Don Apolinar Moscote was unconscious, tied to the post where they had previously kept the scarecrow torn to pieces by training shots. Don Apolinar Moscote était inconscient, attaché au poteau où ils avaient auparavant gardé l'épouvantail mis en pièces par des tirs d'entraînement. Los muchachos del pelotón se dispersaron, temerosos de que Úrsula terminara desahogándose con ellos. The boys in the platoon dispersed, afraid that Úrsula would end up taking it out on them. Les garçons du peloton se sont dispersés, craignant qu'Úrsula finisse par s'en prendre à eux. Pero ni siquiera los miró. Aber er hat sie nicht einmal angeschaut. But he didn't even look at them. Mais il ne les regarda même pas. Dejó a Arcadio con el uniforme arrastrado, bramando de dolor y rabia, y desató a don Apolinar Moscote para llevarlo a su casa. Er verließ Arcadio mit zerrissener Uniform, brüllend vor Schmerz und Wut, und band Don Apolinar Moscote los, um ihn nach Hause zu bringen. He left Arcadio with his uniform dragged, bellowing with pain and rage, and untied Don Apolinar Moscote to take him home. Il quitta Arcadio avec son uniforme traîné, hurlant de douleur et de rage, et délia Don Apolinar Moscote pour le ramener chez lui. Antes de abandonar el cuartel, soltó a los presos del cepo. Bevor er die Kaserne verließ, befreite er die Gefangenen von den Panzern. Before leaving the barracks, he released the prisoners from the stocks. Avant de quitter la caserne, il a libéré les prisonniers des stocks.

A partir de entonces fue ella quien mandó en el pueblo. Von da an regierte sie das Dorf. From then on it was she who ruled the town. Restableció la misa dominical, suspendió el uso de los brazales rojos y descalificó los bandos atrabiliarios. He reestablished Sunday mass, suspended the use of red armbands and disqualified the atrabiliary bands. Il rétablit la messe dominicale, suspendit l'usage des brassards rouges et disqualifia les bandes atrabilaires. Pero a despecho de su fortaleza, siguió llorando la desdicha de su destino. Doch trotz seiner Stärke trauerte er weiter über sein unglückliches Schicksal. But despite his strength, he continued to mourn the misfortune of his fate. Se sintió tan sola, que buscó la inútil compañía del marido olvidado bajo el castaño. She felt so alone that she sought out the useless company of her forgotten husband under the chestnut tree. Elle se sentait si seule qu'elle cherchait la compagnie inutile de son mari oublié sous le marronnier. «Mira en lo que hemos quedado», le decía, mientras las lluvias de junio amenazaban con derribar el cobertizo de palma. "Schauen Sie sich an, wozu wir gekommen sind", sagte er, als der Juni-Regen drohte, den Palmenschuppen zu zerstören. "Look what we've got left," he told her, while the June rains threatened to topple the palm shed. "Regarde ce qu'il nous reste", lui dit-il, tandis que les pluies de juin menacent de renverser la palmeraie. «Mira la casa vacía, nuestros hijos desperdigados por el mundo, y nosotros dos solos otra vez como al principio». "Sieh dir das leere Haus an, unsere Kinder, die in der ganzen Welt verstreut sind, und wir beide wieder allein wie am Anfang. "Look at the empty house, our children scattered around the world, and the two of us alone again as in the beginning." José Arcadio Buendía, hundido en un abismo de inconsciencia, era sordo a sus lamentos. José Arcadio Buendía, sunk in an abyss of unconsciousness, was deaf to their cries. Al comienzo de su locura anunciaba con latinajos apremiantes sus urgencias cotidianas. Zu Beginn seines Wahnsinns kündigte er seine täglichen Dringlichkeiten mit eindringlichen lateinischen Ausdrücken an. At the beginning of his madness, he announced his daily emergencies in urgent latin words. Au début de sa folie, il annonçait ses urgences quotidiennes dans des mots latins urgents. En fugaces escampadas de lucidez, cuando Amaranta le llevaba la comida, él le comunicaba sus pesares más molestos y se prestaba con docilidad a sus ventosas y sinapismos. In flüchtigen Anfällen von Klarheit, wenn Amaranta ihm sein Essen brachte, teilte er ihr sein ärgstes Bedauern mit und ließ sich willfährig auf ihre Lutscher und Synapsen ein. In fleeting flashes of lucidity, when Amaranta brought him food, he communicated his most annoying sorrows to her and docilely lent himself to her suckers and synapses. Dans de fugaces éclairs de lucidité, quand Amaranta lui apportait à manger, il lui communiquait ses peines les plus ennuyeuses et se prêtait docilement à ses ventouses et ses synapses. Pero en la época en que Úrsula fue a lamentarse a su lado había perdido todo contacto con la realidad. But by the time Úrsula went to lament by his side, he had lost all contact with reality. Ella lo bañaba por partes sentado en el banquito, mientras le daba noticias de la familia. Sie badete ihn auf der Bank sitzend in Teilen, während sie ihm Neuigkeiten aus der Familie erzählte. She bathed him in parts sitting on the stool, while giving him news about the family. «Aureliano se ha ido a la guerra, hace ya más de cuatro meses, y no hemos vuelto a saber de él», le decía, restregándole la espalda con un estropajo enjabonado. "Aureliano has gone to war, more than four months ago, and we haven't heard from him again," he told her, rubbing his back with a soapy scourer. "Aureliano est parti à la guerre, il y a plus de quatre mois, et nous n'avons plus eu de nouvelles de lui depuis", lui dit-il en se frottant le dos avec une éponge savonneuse. «José Arcadio volvió, hecho un hombrazo más alto que tú y todo bordado en punto de cruz, pero solo vino a traer la vergüenza a nuestra casa». «José Arcadio returned, made a man taller than you and all embroidered in cross stitch, but he only came to bring shame to our house». «José Arcadio est revenu, a fait un homme plus grand que vous et tout brodé au point de croix, mais il n'est venu que faire honte à notre maison». Creyó observar, sin embargo, que su marido entristecía con las malas noticias. Sie glaubte jedoch zu bemerken, dass ihr Mann über die schlechte Nachricht traurig war. She thought she noticed, however, that her husband was saddened by the bad news. Elle crut cependant remarquer que son mari était attristé par la mauvaise nouvelle. Entonces optó por mentirle. So he chose to lie to her. «No me creas lo que te digo», decía, mientras echaba cenizas sobre sus excrementos para recogerlos con la pala. "Glauben Sie mir nicht", sagte er, während er Asche über seine Exkremente schüttete, um sie mit der Schaufel aufzusammeln. "Don't believe what I tell you," he said, as he sprinkled ashes on his excrement to collect it with the shovel. «Dios quiso que José Arcadio y Rebeca se casaran, y ahora son muy felices». "Gott wollte, dass José Arcadio und Rebeca heiraten, und jetzt sind sie sehr glücklich". "God wanted José Arcadio and Rebeca to get married, and now they are very happy." Llegó a ser tan sincera en el engaño que ella misma acabó consolándose con sus propias mentiras. She became so sincere in her deception that she ended up comforting herself with her own lies. «Arcadio ya es un hombre serio —decía—, y muy valiente, y muy buen mozo con su uniforme y su sable». "Arcadio is already a serious man," he said, "and very brave, and very handsome with his uniform and saber." Era como hablarle a un muerto, porque José Arcadio Buendía estaba ya fuera del alcance de toda preocupación. Es war, als würde man mit einem Toten sprechen, denn José Arcadio Buendía war bereits außer Reichweite aller Sorgen. It was like talking to a dead person, because José Arcadio Buendía was already beyond the reach of all concern. Pero ella insistió. But she insisted. Lo veía tan manso, tan indiferente a todo, que decidió soltarlo. Er sah ihn so sanftmütig, so gleichgültig gegenüber allem, dass er beschloss, ihn gehen zu lassen. He saw him so meek, so indifferent to everything, that he decided to let him go. Il le vit si doux, si indifférent à tout, qu'il décida de le laisser partir. Él ni siquiera se movió del banquito. Er hat sich nicht einmal von der Bank bewegt. He didn't even move from the stool. Il n'a même pas bougé du tabouret. Siguió expuesto al sol y la lluvia, como si las sogas fueran innecesarias, porque un dominio superior a cualquier atadura visible lo mantenía amarrado al tronco del castaño. He continued to be exposed to the sun and the rain, as if the ropes were unnecessary, because a domain superior to any visible bond kept him tied to the trunk of the chestnut tree. Hacia el mes de agosto, cuando el invierno empezaba a eternizarse, Úrsula pudo por fin darle una noticia que parecía verdad. Gegen Ende August, als sich der Winter immer mehr hinzog, konnte Ursula ihm endlich eine Nachricht überbringen, die wahr zu sein schien. Around the month of August, when winter was beginning to last forever, Úrsula was finally able to give him some news that seemed true.

—Fíjate que nos sigue atosigando la buena suerte —le dijo—. -Sehen Sie, wie wir immer noch vom Glück geplagt werden", sagte er. "Look how good luck keeps harassing us," he told her. « Regarde comme la chance continue de nous harceler », lui dit-il. Amaranta y el italiano de la pianola se van a casar. Amaranta and the Italian from the player piano are going to get married.

Amaranta y Pietro Crespi, en efecto, habían profundizado en la amistad, amparados por la confianza de Úrsula, que esta vez no creyó necesario vigilar las visitas. Amaranta and Pietro Crespi, in fact, had deepened their friendship, protected by Úrsula's confidence, who this time did not think it necessary to monitor the visits. Era un noviazgo crepuscular. It was a twilight courtship. C'était une cour crépusculaire. El italiano llegaba al atardecer, con una gardenia en el ojal, y le traducía a Amaranta sonetos de Petrarca. The Italian arrived at dusk, with a gardenia in his buttonhole, and translated Petrarch's sonnets for Amaranta. L'Italien arriva au crépuscule, un gardénia à la boutonnière, et traduisit les sonnets de Pétrarque pour Amaranta. Permanecían en el corredor sofocado por el orégano y las rosas, él leyendo y ella tejiendo encaje de bolillo, indiferentes a los sobresaltos y las malas noticias de la guerra, hasta que los mosquitos los obligaban a refugiarse en la sala. They stayed in the corridor suffocated by oregano and roses, he reading and she knitting bobbin lace, indifferent to the shocks and the bad news of the war, until the mosquitoes forced them to take refuge in the living room. Ils restèrent dans le couloir étouffés par l'origan et les roses, lui lisant et elle tricotant de la dentelle aux fuseaux, indifférents aux chocs et aux mauvaises nouvelles de la guerre, jusqu'à ce que les moustiques les obligent à se réfugier dans le salon. La sensibilidad de Amaranta, su discreta pero envolvente ternura habían ido urdiendo en torno al novio una telaraña invisible, que él tenía que apartar materialmente con sus dedos pálidos y sin anillos para abandonar la casa a las ocho. Amarantas Sensibilität, ihre diskrete, aber umhüllende Zärtlichkeit, hatte ein unsichtbares Netz um den Bräutigam gewoben, das er mit seinen blassen, ringlosen Fingern mühsam wegziehen musste, um um acht Uhr das Haus zu verlassen. Amaranta's sensitivity, her discreet but enveloping tenderness had been weaving an invisible spider's web around the boyfriend, which he had to materially part with his pale, ringless fingers in order to leave the house at eight. La sensibilité d'Amaranta, sa tendresse discrète mais enveloppante avaient tissé une toile d'araignée invisible autour du petit ami, qu'il devait matériellement séparer de ses doigts pâles et sans bague pour quitter la maison à huit heures. Habían hecho un precioso álbum con las tarjetas postales que Pietro Crespi recibía de Italia. They had made a beautiful album with the postcards that Pietro Crespi received from Italy. Eran imágenes de enamorados en parques solitarios, con viñetas de corazones flechados y cintas doradas sostenidas por palomas. They were images of lovers in lonely parks, with vignettes of hearts with arrows and golden ribbons supported by doves. C'étaient des images d'amoureux dans des parcs solitaires, avec des vignettes de cœurs avec des flèches et des rubans dorés soutenus par des colombes. «Yo conozco este parque en Florencia», decía Pietro Crespi repasando las postales. «I know this park in Florence», said Pietro Crespi reviewing the postcards. «Uno extiende la mano y los pájaros bajan a comer». "You hold out your hand and the birds come down to eat." A veces, ante una acuarela de Venecia, la nostalgia transformaba en tibios aromas de flores el olor de fango y mariscos podridos de los canales. Sometimes, before a watercolor of Venice, nostalgia transformed the smell of mud and rotten shellfish from the canals into warm aromas of flowers. Parfois, devant une aquarelle de Venise, la nostalgie transformait l'odeur de boue et de coquillages pourris des canaux en arômes chaleureux de fleurs. Amaranta suspiraba, reía, soñaba con una segunda patria de hombres y mujeres hermosos que hablaban una lengua de niños, con ciudades antiguas de cuya pasada grandeza solo quedaban los gatos entre los escombros. Amaranta sighed, laughed, dreamed of a second homeland of beautiful men and women who spoke the language of children, with ancient cities of whose past greatness only cats remained among the rubble. Después de atravesar el océano en su búsqueda, después de haberlo confundido con la pasión en los manoseos vehementes de Rebeca, Pietro Crespi había encontrado el amor. After crossing the ocean in his search, after having confused it with passion in Rebeca's vehement fondling, Pietro Crespi had found love. Après avoir traversé l'océan à sa recherche, après l'avoir confondu avec passion dans les caresses véhémentes de Rebeca, Pietro Crespi avait trouvé l'amour. La dicha trajo consigo la prosperidad. Glückseligkeit brachte Wohlstand. Happiness brought with it prosperity. Su almacén ocupaba entonces casi una cuadra, y era un invernadero de fantasía, con reproducciones del campanario de Florencia que daban la hora con un concierto de carillones, y cajas musicales de Sorrento, y polveras de China que cantaban al destaparlas tonadas de cinco notas, y todos los instrumentos músicos que se podían imaginar y todos los artificios de cuerda que se podían concebir. His warehouse then occupied almost a block, and it was a greenhouse of fantasy, with reproductions of the bell tower of Florence that told the time with a concert of carillons, and musical boxes from Sorrento, and compacts from China that sang five-note tunes when they were uncovered, and all the musical instruments that could be imagined and all the string devices that could be conceived. Son entrepôt occupait alors presque un pâté de maisons, et c'était une serre de fantaisie, avec des reproductions du clocher de Florence qui racontait l'heure avec un concert de carillons, et des boîtes à musique de Sorrente, et des compacts de Chine qui chantaient des airs de cinq notes quand ils ont été découverts, et tous les instruments de musique qu'on pouvait imaginer et tous les appareils à cordes qu'on pouvait concevoir. Bruno Crespi, su hermano menor, estaba al frente del almacén, porque él no se daba abasto para atender la escuela de música. Bruno Crespi, sein jüngerer Bruder, war für den Laden zuständig, weil er mit der Musikschule nicht mithalten konnte. Bruno Crespi, his younger brother, was in charge of the store, because he couldn't afford to attend music school. Gracias a él, la Calle de los Turcos, con su deslumbrante exposición de chucherías, se transformó en un remanso melódico para olvidar las arbitrariedades de Arcadio y la pesadilla remota de la guerra. Thanks to him, the Calle de los Turcos, with its dazzling display of trinkets, was transformed into a melodic haven to forget Arcadio's arbitrariness and the distant nightmare of war. Cuando Úrsula dispuso la reanudación de la misa dominical, Pietro Crespi le regaló al templo un armonio alemán, organizó un coro infantil y preparó un repertorio gregoriano que puso una nota espléndida en el ritual taciturno del padre Nicanor. When Úrsula ordered the resumption of Sunday mass, Pietro Crespi gave the church a German harmonium, organized a children's choir, and prepared a Gregorian repertoire that set a splendid note in Father Nicanor's taciturn ritual. Lorsqu'Úrsula ordonna la reprise de la messe dominicale, Pietro Crespi donna à l'église un harmonium allemand, organisa une chorale d'enfants et prépara un répertoire grégorien qui donna une note splendide au rituel taciturne du père Nicanor. Nadie ponía en duda que haría de Amaranta una esposa feliz. No one doubted that he would make a happy wife of Amaranta. Sin apresurar los sentimientos, dejándose arrastrar por la fluidez natural del corazón, llegaron a un punto en que solo hacía falta fijar la fecha de la boda. Without rushing their feelings, allowing themselves to be carried away by the natural flow of the heart, they reached a point where it was only necessary to set the wedding date. No encontrarían obstáculos. Sie würden keine Hindernisse finden. They would find no obstacles. Úrsula se acusaba íntimamente de haber torcido con aplazamientos reiterados el destino de Rebeca, y no estaba dispuesta a acumular remordimientos. Ursula warf sich selbst vor, Rebeccas Schicksal durch wiederholtes Aufschieben verdreht zu haben, und sie hatte nicht vor, Reue zu empfinden. Úrsula intimately accused herself of having twisted Rebeca's destiny with repeated postponements, and she was not disposed to accumulate remorse. El rigor del luto por la muerte de Remedios había sido relegado a un lugar secundario por la mortificación de la guerra, la ausencia de Aureliano, la brutalidad de Arcadio y la expulsión de José Arcadio y Rebeca. The rigor of the mourning for the death of Remedios had been relegated to a secondary place by the mortification of the war, Aureliano's absence, Arcadio's brutality, and the expulsion of José Arcadio and Rebeca. Ante la inminencia de la boda, el propio Pietro Crespi había insinuado que Aureliano José, en quien fomentó un cariño casi paternal, fuera considerado como su hijo mayor. Angesichts der bevorstehenden Hochzeit hatte Pietro Crespi selbst angedeutet, dass Aureliano José, zu dem er eine fast väterliche Zuneigung hegte, als sein ältester Sohn betrachtet werden sollte. Before the imminence of the wedding, Pietro Crespi himself had insinuated that Aureliano José, in whom he fostered an almost paternal affection, was considered his eldest son. Todo hacía pensar que Amaranta se orientaba hacia una felicidad sin tropiezos. Everything made one think that Amaranta was oriented towards a happiness without setbacks. Pero al contrario de Rebeca, ella no revelaba la menor ansiedad. Doch im Gegensatz zu Rebecca zeigte sie nicht die geringste Beunruhigung. But unlike Rebeca, she did not reveal the slightest anxiety. Con la misma paciencia con que abigarraba manteles y tejía primores de pasamanería y bordaba pavorreales en punto de cruz, esperó a que Pietro Crespi no soportara más las urgencias del corazón. Mit der gleichen Geduld, mit der sie Tischtücher bunt färbte, Posamenten webte und Pfauen im Kreuzstich stickte, wartete sie, bis Pietro Crespi das Drängen ihres Herzens nicht mehr ertragen konnte. With the same patience with which she variegated tablecloths and wove trimmings and embroidered cross-stitch peacocks, she waited until Pietro Crespi could no longer bear the urges of the heart. Avec la même patience avec laquelle elle bariolait les nappes, tissait les passementeries et brodait les paons au point de croix, elle attendit que Pietro Crespi ne puisse plus supporter les élans du cœur. Su hora llegó con las lluvias aciagas de octubre. His time came with the ominous October rains. Son heure est venue avec les pluies inquiétantes d'octobre. Pietro Crespi le quitó del regazo la canastilla de bordar y le apretó la mano entre las suyas. Pietro Crespi nahm den Stickereikorb von ihrem Schoß und nahm ihre Hand in seine. Pietro Crespi took the embroidery basket from her lap and squeezed her hand in both of his. «No soporto más esta espera», le dijo. "I can't stand this waiting anymore," he told her. «Nos casamos el mes entrante». "We're getting married next month." Amaranta no tembló al contacto de sus manos de hielo. Amaranta did not tremble at the contact of his icy hands. Retiró la suya, como un animalito escurridizo, y volvió a su labor. Er zog seinen zurück, wie ein glitschiges kleines Tier, und ging zurück an seine Arbeit. She withdrew hers, like a slippery little animal, and went back to her work.

—No seas ingenuo, Crespi —sonrió—, ni muerta me casaré contigo. -Seien Sie nicht naiv, Crespi", lächelte sie, "selbst im Tod werde ich Sie nicht heiraten. "Don't be naive, Crespi," he smiled, "not even dead will I marry you." « Ne sois pas naïf, Crespi, sourit-il, même mort je ne t'épouserai pas.