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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 14 (2)

Capítulo 14 (2)

Se hubiera dicho que en la cansada mansión de los Buendía había paz y felicidad rutinaria para mucho tiempo si la intempestiva muerte de Amaranta no hubiera promovido un nuevo escándalo. Fue un acontecimiento inesperado. Aunque estaba vieja y apartada de todos, todavía se notaba firme y recta, y con la salud de piedra que tuvo siempre. Nadie conoció su pensamiento desde la tarde en que rechazó definitivamente al coronel Gerineldo Márquez y se encerró a llorar. Cuando salió, había agotado todas sus lágrimas. No se le vio llorar con la subida al cielo de Remedios, la bella, ni con el exterminio de los Aurelianos, ni con la muerte del coronel Aureliano Buendía, que era la persona que más quiso en este mundo, aunque solo pudo demostrárselo cuando encontraron su cadáver bajo el castaño. Ella ayudó a levantar el cuerpo. Lo vistió con sus arreos de guerrero, lo afeitó, lo peinó, y le engomó el bigote mejor que él mismo no lo hacía en sus años de gloria. Nadie pensó que hubiera amor en aquel acto, porque estaban acostumbrados a la familiaridad de Amaranta con los ritos de la muerte. Fernanda se escandalizaba de que no entendiera las relaciones del catolicismo con la vida, sino únicamente sus relaciones con la muerte, como si no fuera una religión, sino un prospecto de convencionalismos funerarios. Amaranta estaba demasiado enredada en el berenjenal de sus recuerdos para entender aquellas sutilezas apologéticas. Había llegado a la vejez con todas sus nostalgias vivas. Cuando escuchaba los valses de Pietro Crespi sentía los mismos deseos de llorar que tuvo en la adolescencia, como si el tiempo y los escarmientos no sirvieran de nada. Los rollos de música que ella misma había echado a la basura con el pretexto de que se estaban pudriendo con la humedad, seguían girando y golpeando martinetes en su memoria. Había tratado de hundirlos en la pasión pantanosa que se permitió con su sobrino Aureliano José, y había tratado de refugiarse en la protección serena y viril del coronel Gerineldo Márquez, pero no había conseguido derrotarlos ni con el acto más desesperado de su vejez, cuando bañaba al pequeño José Arcadio tres años antes de que lo mandaran al seminario, y lo acariciaba no como podía hacerlo una abuela con un nieto, sino como lo hubiera hecho una mujer con un hombre, como se contaba que lo hacían las matronas francesas, y como ella quiso hacerlo con Pietro Crespi, a los doce, los catorce años, cuando lo vio con sus pantalones de baile y la varita mágica con que llevaba el compás del metrónomo. A veces le dolía haber dejado a su paso aquel reguero de miseria, y a veces le daba tanta rabia que se pinchaba los dedos con las agujas, pero más le dolía y más rabia le daba y más la amargaba el fragante y agusanado guayabal de amor que iba arrastrando hacia la muerte. Como el coronel Aureliano Buendía pensaba en la guerra, sin poder evitarlo, Amaranta pensaba en Rebeca. Pero mientras su hermano había conseguido esterilizar los recuerdos, ella solo había conseguido escaldarlos. Lo único que le rogó a Dios durante muchos años fue que no le mandara el castigo de morir antes que Rebeca. Cada vez que pasaba por su casa y advertía los progresos de la destrucción se complacía con la idea de que Dios la estaba oyendo. Una tarde, cuando cosía en el corredor, la asaltó la certidumbre de que ella estaría sentada en ese lugar, en esa misma posición y bajo esa misma luz, cuando le llevaran la noticia de la muerte de Rebeca. Se sentó a esperarla, como quien espera una carta, y era cierto que en una época arrancaba botones para volver a pegarlos, de modo que la ociosidad no hiciera más larga y angustiosa la espera. Nadie se dio cuenta en la casa de que Amaranta tejió entonces una preciosa mortaja para Rebeca. Más tarde, cuando Aureliano Triste contó que la había visto convertida en una imagen de aparición, con la piel cuarteada y unas pocas hebras amarillentas en el cráneo, Amaranta no se sorprendió, porque el espectro descrito era igual al que ella imaginaba desde hacía mucho tiempo. Había decidido restaurar el cadáver de Rebeca, disimular con parafina los estragos del rostro y hacerle una peluca con el cabello de los santos. Fabricaría un cadáver hermoso, con la mortaja de lino y un ataúd forrado de peluche con vueltas de púrpura, y lo pondría a disposición de los gusanos en unos funerales espléndidos. Elaboró el plan con tanto odio que la estremeció la idea de que lo habría hecho de igual modo si hubiera sido con amor, pero no se dejó aturdir por la confusión, sino que siguió perfeccionando los detalles tan minuciosamente que llegó a ser más que una especialista, una virtuosa en los ritos de la muerte. Lo único que no tuvo en cuenta en su plan tremendista fue que, a pesar de sus súplicas a Dios, ella podía morirse primero que Rebeca. Así ocurrió, en efecto. Pero en el instante final Amaranta no se sintió frustrada, sino por el contrario liberada de toda amargura, porque la muerte le deparó el privilegio de anunciarse con varios años de anticipación. La vio un mediodía ardiente, cosiendo con ella en el corredor, poco después de que Meme se fue al colegio. La reconoció en el acto, y no había nada pavoroso en la muerte, porque era una mujer vestida de azul con el cabello largo, de aspecto un poco anticuado, y con un cierto parecido a Pilar Ternera en la época en que las ayudaba en los oficios de cocina. Varias veces Fernanda estuvo presente y no la vio, a pesar de que era tan real, tan humana, que en alguna ocasión le pidió a Amaranta el favor de que le ensartara una aguja. La muerte no le dijo cuándo se iba a morir ni si su hora estaba señalada antes que la de Rebeca, sino que le ordenó empezar a tejer su propia mortaja el próximo seis de abril. La autorizó para que la hiciera tan complicada y primorosa como ella quisiera, pero tan honradamente como hizo la de Rebeca, y le advirtió que había de morir sin dolor, ni miedo, ni amargura, al anochecer del día en que la terminara. Tratando de perder la mayor cantidad posible de tiempo, Amaranta encargó las hilazas de lino bayal y ella misma fabricó el lienzo. Lo hizo con tanto cuidado que solamente esa labor le llevó cuatro años. Luego inició el bordado. A medida que se aproximaba el término ineludible, iba comprendiendo que solo un milagro le permitiría prolongar el trabajo más allá de la muerte de Rebeca, pero la misma concentración le proporcionó la calma que le hacía falta para aceptar la idea de una frustración. Fue entonces cuando entendió el círculo vicioso de los pescaditos de oro del coronel Aureliano Buendía. El mundo se redujo a la superficie de su piel, y el interior quedó a salvo de toda amargura. Le dolió no haber tenido aquella revelación muchos años antes, cuando aún fuera posible purificar los recuerdos y reconstruir el universo bajo una luz nueva, y evocar sin estremecerse el olor de espliego de Pietro Crespi al atardecer, y rescatar a Rebeca de su salsa de miseria, no por odio ni por amor, sino por la comprensión sin medidas de la soledad. El odio que advirtió una noche en las palabras de Meme no la conmovió porque la afectara, sino porque se sintió repetida en otra adolescencia que parecía tan limpia como debió parecer la suya y que, sin embargo, estaba ya viciada por el rencor. Pero entonces era tan honda la conformidad con su destino que ni siquiera la inquietó la certidumbre de que estaban cerradas todas las posibilidades de rectificación. Su único objetivo fue terminar la mortaja. En vez de retardarla con preciosismos inútiles, como lo hizo al principio, apresuró la labor. Una semana antes calculó que daría la última puntada en la noche del cuatro de febrero, y sin revelarle el motivo le sugirió a Meme que anticipara un concierto de clavicordio que tenía previsto para el día siguiente, pero ella no le hizo caso. Amaranta buscó entonces la manera de retrasarse cuarenta y ocho horas, y hasta pensó que la muerte la estaba complaciendo, porque en la noche del cuatro de febrero una tempestad descompuso la planta eléctrica. Pero al día siguiente, a las ocho de la mañana, dio la última puntada en la labor más primorosa que mujer alguna había terminado jamás, y anunció sin el menor dramatismo que moriría al atardecer. No solo previno a la familia, sino a toda la población, porque Amaranta se había hecho a la idea de que se podía reparar una vida de mezquindad con un último favor al mundo, y pensó que ninguno era mejor que llevarles cartas a los muertos.

La noticia de que Amaranta Buendía zarpaba al crepúsculo llevando el correo de la muerte se divulgó en Macondo antes del mediodía, y a las tres de la tarde había en la sala un cajón lleno de cartas. Quienes no quisieron escribir le dieron a Amaranta recados verbales que ella anotó en una libreta con el nombre y la fecha de muerte del destinatario. «No se preocupe», tranquilizaba a los remitentes. «Lo primero que haré al llegar será preguntar por él, y le daré su recado». Parecía una farsa. Amaranta no revelaba trastorno alguno, ni el más leve signo de dolor, y hasta se notaba un poco rejuvenecida por el deber cumplido. Estaba tan derecha y esbelta como siempre. De no haber sido por los pómulos endurecidos y la falta de algunos dientes habría parecido mucho menos vieja de lo que era en realidad. Ella misma dispuso que se metieran las cartas en una caja embreada, e indicó la manera como debía colocarse en la tumba para preservarla mejor de la humedad. En la mañana había llamado a un carpintero que le tomó las medidas para el ataúd, de pie, en la sala, como si fueran para un vestido. Se le despertó tal dinamismo en las últimas horas que Fernanda creyó que se estaba burlando de todos. Úrsula, con la experiencia de que los Buendía se morían sin enfermedad, no puso en duda que Amaranta había tenido el presagio de la muerte, pero en todo caso la atormentó el temor de que en el trajín de las cartas y la ansiedad de que llegaran pronto los ofuscados remitentes la fueran a enterrar viva. Así que se empeñó en despejar la casa, disputándose a gritos con los intrusos, y a las cuatro de la tarde lo había conseguido. A esa hora, Amaranta acababa de repartir sus cosas entre los pobres, y solo había dejado sobre el severo ataúd de tablas sin pulir la muda de ropa y las sencillas babuchas de pana que había de llevar en la muerte. No pasó por alto esa precaución, al recordar que cuando murió el coronel Aureliano Buendía hubo que comprarle un par de zapatos nuevos, porque ya solo le quedaban las pantuflas que usaba en el taller. Poco antes de las cinco, Aureliano Segundo fue a buscar a Meme para el concierto, y se sorprendió de que la casa estuviera preparada para el funeral. Si alguien parecía vivo a esa hora era la serena Amaranta, a quien el tiempo le había alcanzado hasta para rebanarse los callos. Aureliano Segundo y Meme se despidieron de ella con adioses de burla, y le prometieron que el sábado siguiente harían la parranda de la resurrección. Atraído por las voces públicas de que Amaranta Buendía estaba recibiendo cartas para los muertos, el padre Antonio Isabel llegó a las cinco con el viático, y tuvo que esperar más de quince minutos a que la moribunda saliera del baño. Cuando la vio aparecer con un camisón de madapolán y el cabello suelto en la espalda, el decrépito párroco creyó que era una burla, y despachó al monaguillo. Pensó, sin embargo, aprovechar la ocasión para confesar a Amaranta después de casi veinte años de reticencia. Amaranta replicó, sencillamente, que no necesitaba asistencia espiritual de ninguna clase porque tenía la conciencia limpia. Fernanda se escandalizó. Sin cuidarse de que no la oyeran, se preguntó en voz alta qué espantoso pecado habría cometido Amaranta cuando prefería una muerte sacrílega a la vergüenza de una confesión. Entonces Amaranta se acostó, y obligó a Úrsula a dar testimonio público de su virginidad.

Capítulo 14 (2) Kapitel 14 (2) Chapter 14 (2) Chapitre 14 (2) Rozdział 14 (2) Capítulo 14 (2) Глава 14 (2) 第14章(2)

Se hubiera dicho que en la cansada mansión de los Buendía había paz y felicidad rutinaria para mucho tiempo si la intempestiva muerte de Amaranta no hubiera promovido un nuevo escándalo. It would have been said that in the tired Buendia mansion there was peace and routine happiness for a long time if Amaranta's untimely death had not promoted a new scandal. Fue un acontecimiento inesperado. It was an unexpected event. C'était un événement inattendu. Aunque estaba vieja y apartada de todos, todavía se notaba firme y recta, y con la salud de piedra que tuvo siempre. Although she was old and isolated from everyone, she still felt firm and straight, and with the stone health that she always had. Bien qu'elle fût vieille et retirée de tout le monde, elle se sentait toujours ferme et droite, et avec la santé de pierre qu'elle avait toujours eue. Nadie conoció su pensamiento desde la tarde en que rechazó definitivamente al coronel Gerineldo Márquez y se encerró a llorar. No one knew his thoughts since the afternoon when he definitively rejected Colonel Gerineldo Márquez and locked himself up to cry. Personne ne connaissait ses pensées depuis l'après-midi où il a définitivement rejeté le colonel Gerineldo Márquez et s'est enfermé pour pleurer. Cuando salió, había agotado todas sus lágrimas. When he came out, he had exhausted all his tears. No se le vio llorar con la subida al cielo de Remedios, la bella, ni con el exterminio de los Aurelianos, ni con la muerte del coronel Aureliano Buendía, que era la persona que más quiso en este mundo, aunque solo pudo demostrárselo cuando encontraron su cadáver bajo el castaño. He was not seen crying with the ascent to heaven of Remedios, the beautiful one, nor with the extermination of the Aurelianos, nor with the death of Colonel Aureliano Buendía, who was the person he loved most in this world, although he could only show it when his corpse was found under the chestnut tree. On ne l'a pas vu pleurer avec la montée au ciel de Remedios, la beauté, ni avec l'extermination des Aurelianos, ni avec la mort du colonel Aureliano Buendía, qui était la personne qu'il aimait le plus au monde, bien qu'il ne puisse que le prouver quand ils l'ont trouvé, son cadavre sous le marronnier. Ella ayudó a levantar el cuerpo. She helped lift the body. Lo vistió con sus arreos de guerrero, lo afeitó, lo peinó, y le engomó el bigote mejor que él mismo no lo hacía en sus años de gloria. He dressed him in his warrior trappings, shaved him, combed his hair, and glued his mustache better than he himself did in his glory years. Nadie pensó que hubiera amor en aquel acto, porque estaban acostumbrados a la familiaridad de Amaranta con los ritos de la muerte. No one thought there was love in that act, because they were used to Amaranta's familiarity with the rites of death. Fernanda se escandalizaba de que no entendiera las relaciones del catolicismo con la vida, sino únicamente sus relaciones con la muerte, como si no fuera una religión, sino un prospecto de convencionalismos funerarios. Fernanda was scandalized that I did not understand the relationship of Catholicism with life, but only its relationship with death, as if it were not a religion, but a prospect of funerary conventions. Amaranta estaba demasiado enredada en el berenjenal de sus recuerdos para entender aquellas sutilezas apologéticas. Amaranta was too entangled in the mess of her memories to understand those apologetic subtleties. Amaranta était trop empêtrée dans le désordre de ses souvenirs pour comprendre ces subtilités apologétiques. Había llegado a la vejez con todas sus nostalgias vivas. He had reached old age with all his nostalgia alive. Cuando escuchaba los valses de Pietro Crespi sentía los mismos deseos de llorar que tuvo en la adolescencia, como si el tiempo y los escarmientos no sirvieran de nada. Lorsqu'il écoutait les valses de Pietro Crespi, il éprouvait la même envie de pleurer qu'à l'adolescence, comme si le temps et les leçons ne servaient à rien. Los rollos de música que ella misma había echado a la basura con el pretexto de que se estaban pudriendo con la humedad, seguían girando y golpeando martinetes en su memoria. The reels of music that she herself had thrown away under the pretext that they were rotting in the humidity, continued to spin and hit hammers in her memory. Había tratado de hundirlos en la pasión pantanosa que se permitió con su sobrino Aureliano José, y había tratado de refugiarse en la protección serena y viril del coronel Gerineldo Márquez, pero no había conseguido derrotarlos ni con el acto más desesperado de su vejez, cuando bañaba al pequeño José Arcadio tres años antes de que lo mandaran al seminario, y lo acariciaba no como podía hacerlo una abuela con un nieto, sino como lo hubiera hecho una mujer con un hombre, como se contaba que lo hacían las matronas francesas, y como ella quiso hacerlo con Pietro Crespi, a los doce, los catorce años, cuando lo vio con sus pantalones de baile y la varita mágica con que llevaba el compás del metrónomo. She had tried to sink them in the swampy passion that she allowed herself with her nephew Aureliano José, and she had tried to take refuge in the serene and virile protection of Colonel Gerineldo Márquez, but she had not managed to defeat them even with the most desperate act of her old age, when she bathed little José Arcadio three years before he was sent to the seminary, and caressed him not as a grandmother could do with a grandson, but as a woman would have done with a man, as it was said that French matrons did, and as she wanted to do with Pietro Crespi, at the age of twelve, fourteen, when she saw him with his dancing pants and the magic wand with which he carried the metronome's beat. Il avait essayé de les plonger dans la passion marécageuse qu'il s'était permise avec son neveu Aureliano José, et avait tenté de se réfugier dans la protection sereine et virile du colonel Gerineldo Márquez, mais il n'avait pas réussi à les vaincre même avec les plus désespérés. acte de sa vieillesse, lorsqu'il baigna le petit José Arcadio trois ans avant de l'envoyer au séminaire, et qu'elle le caressa non pas comme une grand-mère pourrait caresser un petit-fils, mais comme une femme caresserait un homme, comme on disait des sages-femmes françaises faire, et comme elle voulait le faire avec Pietro Crespi, à l'âge de douze ans, quatorze ans, quand elle l'a vu dans son pantalon de danse et la baguette magique avec laquelle il battait le métronome. A veces le dolía haber dejado a su paso aquel reguero de miseria, y a veces le daba tanta rabia que se pinchaba los dedos con las agujas, pero más le dolía y más rabia le daba y más la amargaba el fragante y agusanado guayabal de amor que iba arrastrando hacia la muerte. Manchmal tat es ihr weh, diese Spur des Elends hinterlassen zu haben, und manchmal machte sie es so wütend, dass sie sich mit den Nadeln in die Finger stach, aber es schmerzte mehr und je mehr Wut es ihr bereitete und desto bitterer die duftende und wurmige Guave Liebe, die sich zum Tod schleppte. Sometimes it hurt her to have left that trail of misery in her wake, and sometimes it made her so angry that she pricked her fingers with the needles, but it hurt her more and made her more angry and bitter at the fragrant and wormy guayabal of love that was dragging towards death. Parfois, cela lui faisait mal d'avoir laissé derrière elle cette traînée de misère, et parfois cela la mettait tellement en colère qu'elle se piquait les doigts avec les aiguilles, mais cela lui faisait plus mal et plus cela lui donnait de la colère et plus la goyave parfumée et vermiforme de l'amour qui traînait vers la mort. Como el coronel Aureliano Buendía pensaba en la guerra, sin poder evitarlo, Amaranta pensaba en Rebeca. As Colonel Aureliano Buendía thought of war, Amaranta could not help but think of Rebeca. Pero mientras su hermano había conseguido esterilizar los recuerdos, ella solo había conseguido escaldarlos. Mais alors que son frère avait réussi à stériliser les souvenirs, elle n'avait réussi qu'à les ébouillanter. Lo único que le rogó a Dios durante muchos años fue que no le mandara el castigo de morir antes que Rebeca. Das einzige, worum sie Gott viele Jahre lang gebeten hatte, war, ihr nicht die Strafe zu schicken, vor Rebekka zu sterben. The only thing he prayed to God for many years was not to send him the punishment of dying before Rebecca. La seule chose qu'elle a suppliée Dieu pendant de nombreuses années était de ne pas lui envoyer la punition de mourir devant Rebecca. Cada vez que pasaba por su casa y advertía los progresos de la destrucción se complacía con la idea de que Dios la estaba oyendo. Every time she passed by her house and noticed the progress of the destruction, she was pleased with the idea that God was listening to her. Una tarde, cuando cosía en el corredor, la asaltó la certidumbre de que ella estaría sentada en ese lugar, en esa misma posición y bajo esa misma luz, cuando le llevaran la noticia de la muerte de Rebeca. One afternoon, when she was sewing in the corridor, she was assailed by the certainty that she would be sitting in that place, in that same position and under that same light, when the news of Rebecca's death was brought to her. Se sentó a esperarla, como quien espera una carta, y era cierto que en una época arrancaba botones para volver a pegarlos, de modo que la ociosidad no hiciera más larga y angustiosa la espera. He sat down to wait for her, like someone waiting for a letter, and it was true that at one time he ripped off buttons to glue them back on, so that idleness would not make the wait any longer and more distressing. Il s'assit pour l'attendre, comme on attend une lettre, et il est vrai qu'à un moment il arrachait des boutons pour les recoller, afin que l'oisiveté ne rendît pas l'attente plus longue et plus angoissante. Nadie se dio cuenta en la casa de que Amaranta tejió entonces una preciosa mortaja para Rebeca. No one in the house noticed that Amaranta then wove a beautiful shroud for Rebeca. Más tarde, cuando Aureliano Triste contó que la había visto convertida en una imagen de aparición, con la piel cuarteada y unas pocas hebras amarillentas en el cráneo, Amaranta no se sorprendió, porque el espectro descrito era igual al que ella imaginaba desde hacía mucho tiempo. Als Aureliano Triste später erzählte, dass er sie in eine Erscheinung verwandelt gesehen hatte, mit rissiger Haut und einigen gelblichen Strähnen auf dem Schädel, war Amaranta nicht überrascht, denn das beschriebene Gespenst war dasselbe, das sie sich schon lange vorgestellt hatte. Later, when Aureliano Triste recounted that he had seen her turned into an apparition image, with cracked skin and a few yellowish strands on her skull, Amaranta was not surprised, because the spectrum described was the same as the one she had imagined for a long time. . Plus tard, quand Aureliano Triste raconta qu'il l'avait vue transformée en image d'apparition, avec la peau craquelée et quelques fils jaunâtres sur le crâne, Amaranta ne fut pas surprise, car le fantôme décrit était le même que ce qu'elle avait imaginé depuis longtemps. . . Había decidido restaurar el cadáver de Rebeca, disimular con parafina los estragos del rostro y hacerle una peluca con el cabello de los santos. He had decided to restore Rebeca's corpse, hide the ravages on her face with paraffin, and make a wig out of the hair of the saints. Il avait décidé de restaurer le cadavre de Rebeca, de cacher les ravages sur son visage avec de la paraffine et de lui faire une perruque avec les cheveux des saints. Fabricaría un cadáver hermoso, con la mortaja de lino y un ataúd forrado de peluche con vueltas de púrpura, y lo pondría a disposición de los gusanos en unos funerales espléndidos. He would make a beautiful corpse, with a linen shroud and a coffin lined with plush with purple laps, and put it at the disposal of the worms in splendid funerals. Il ferait un beau cadavre, avec un linceul de lin et un cercueil doublé de duvet violet, et le mettrait à la disposition des vers dans de splendides funérailles. Elaboró el plan con tanto odio que la estremeció la idea de que lo habría hecho de igual modo si hubiera sido con amor, pero no se dejó aturdir por la confusión, sino que siguió perfeccionando los detalles tan minuciosamente que llegó a ser más que una especialista, una virtuosa en los ritos de la muerte. She worked out the plan with such hatred that she shuddered at the thought that she would have done it the same way if it had been with love, but she did not allow herself to be stunned by the confusion, but continued to perfect the details so thoroughly that she became more than a specialist, a virtuoso in the rites of death. Elle a élaboré le plan avec une telle haine qu'il l'a secouée en pensant qu'elle l'aurait fait tout de même s'il avait été amoureux, mais elle ne s'est pas laissée déconcerter par la confusion, continuant plutôt à affiner les détails si minutieusement. qu'elle est devenue plus qu'une spécialiste, une vertueuse dans les rites de la mort. Lo único que no tuvo en cuenta en su plan tremendista fue que, a pesar de sus súplicas a Dios, ella podía morirse primero que Rebeca. The only thing she did not take into account in her tremendous plan was that, despite her pleas to God, she might die first before Rebecca. La seule chose qu'elle n'a pas prise en compte dans son plan formidable était que, malgré ses supplications à Dieu, elle pouvait mourir avant Rebeca. Así ocurrió, en efecto. That's how it happened, in fact. Pero en el instante final Amaranta no se sintió frustrada, sino por el contrario liberada de toda amargura, porque la muerte le deparó el privilegio de anunciarse con varios años de anticipación. But in the final moment Amaranta did not feel frustrated, but on the contrary, she felt liberated from all bitterness, because death had the privilege of being announced several years in advance. Mais au dernier moment, Amaranta ne se sent pas frustrée, mais plutôt libérée de toute amertume, car la mort lui donne le privilège de s'annoncer plusieurs années à l'avance. La vio un mediodía ardiente, cosiendo con ella en el corredor, poco después de que Meme se fue al colegio. He saw her one scorching noon, sewing with her in the hallway, shortly after Meme left for school. La reconoció en el acto, y no había nada pavoroso en la muerte, porque era una mujer vestida de azul con el cabello largo, de aspecto un poco anticuado, y con un cierto parecido a Pilar Ternera en la época en que las ayudaba en los oficios de cocina. Varias veces Fernanda estuvo presente y no la vio, a pesar de que era tan real, tan humana, que en alguna ocasión le pidió a Amaranta el favor de que le ensartara una aguja. Several times Fernanda was present and did not see her, even though she was so real, so human, that on one occasion she asked Amaranta for a needle. Plusieurs fois Fernanda était présente et ne la vit pas, malgré le fait qu'elle était si réelle, si humaine, qu'une fois elle demanda à Amaranta la faveur de lui planter une aiguille. La muerte no le dijo cuándo se iba a morir ni si su hora estaba señalada antes que la de Rebeca, sino que le ordenó empezar a tejer su propia mortaja el próximo seis de abril. Death did not tell her when she was going to die or if her time was set before Rebeca's, but instead ordered her to start weaving her own shroud on April 6th. La mort ne lui a pas dit quand elle allait mourir ou si son heure était fixée avant celle de Rebeca, mais lui a plutôt ordonné de commencer à tisser son propre linceul le 6 avril. La autorizó para que la hiciera tan complicada y primorosa como ella quisiera, pero tan honradamente como hizo la de Rebeca, y le advirtió que había de morir sin dolor, ni miedo, ni amargura, al anochecer del día en que la terminara. He authorized her to make it as complicated and exquisite as she wanted, but as honestly as she did Rebeca's, and warned her that she would die without pain, fear, or bitterness, at nightfall of the day she finished it. Elle l'autorisa à le rendre aussi compliqué et exquis qu'elle le voulait, mais aussi honnêtement que celui de Rebeca, et l'avertit qu'elle mourrait sans douleur, sans peur ni amertume, à la tombée de la nuit le jour où elle l'aurait terminé. Tratando de perder la mayor cantidad posible de tiempo, Amaranta encargó las hilazas de lino bayal y ella misma fabricó el lienzo. Trying to waste as much time as possible, Amaranta ordered the bayal linen threads and made the canvas herself. Essayant de perdre le plus de temps possible, Amaranta a commandé les fils de lin bayal et a fabriqué elle-même la toile. Lo hizo con tanto cuidado que solamente esa labor le llevó cuatro años. Luego inició el bordado. A medida que se aproximaba el término ineludible, iba comprendiendo que solo un milagro le permitiría prolongar el trabajo más allá de la muerte de Rebeca, pero la misma concentración le proporcionó la calma que le hacía falta para aceptar la idea de una frustración. Fue entonces cuando entendió el círculo vicioso de los pescaditos de oro del coronel Aureliano Buendía. It was then that he understood the vicious circle of Colonel Aureliano Buendía's goldfish. C'est alors qu'il comprit le cercle vicieux du petit poisson rouge du colonel Aureliano Buendía. El mundo se redujo a la superficie de su piel, y el interior quedó a salvo de toda amargura. Le monde était réduit à la surface de sa peau, et l'intérieur était à l'abri de toute amertume. Le dolió no haber tenido aquella revelación muchos años antes, cuando aún fuera posible purificar los recuerdos y reconstruir el universo bajo una luz nueva, y evocar sin estremecerse el olor de espliego de Pietro Crespi al atardecer, y rescatar a Rebeca de su salsa de miseria, no por odio ni por amor, sino por la comprensión sin medidas de la soledad. Es tat ihr weh, diese Offenbarung nicht vor vielen Jahren gehabt zu haben, als es noch möglich war, Erinnerungen zu reinigen und das Universum in einem neuen Licht zu rekonstruieren und ohne Schaudern den Duft von Pietro Crespis Lavendel bei Sonnenuntergang heraufzubeschwören und Rebeca vor ihr zu retten Sauce of Elend. , nicht aus Hass oder Liebe, sondern aus dem unermesslichen Verständnis von Einsamkeit. Cela lui faisait mal de ne pas avoir eu cette révélation de nombreuses années auparavant, alors qu'il était encore possible de purifier les souvenirs et de reconstruire l'univers sous un nouveau jour, et d'évoquer sans frémir l'odeur de la lavande de Pietro Crespi au coucher du soleil, et de sauver Rebeca d'elle. sauce de misère. , pas par haine ou par amour, mais par la compréhension démesurée de la solitude. El odio que advirtió una noche en las palabras de Meme no la conmovió porque la afectara, sino porque se sintió repetida en otra adolescencia que parecía tan limpia como debió parecer la suya y que, sin embargo, estaba ya viciada por el rencor. The hatred that she noticed one night in Meme's words did not move her because it affected her, but because she felt repeated in another adolescence that seemed as clean as hers should have seemed and that, however, was already vitiated by resentment. Pero entonces era tan honda la conformidad con su destino que ni siquiera la inquietó la certidumbre de que estaban cerradas todas las posibilidades de rectificación. Su único objetivo fue terminar la mortaja. En vez de retardarla con preciosismos inútiles, como lo hizo al principio, apresuró la labor. Una semana antes calculó que daría la última puntada en la noche del cuatro de febrero, y sin revelarle el motivo le sugirió a Meme que anticipara un concierto de clavicordio que tenía previsto para el día siguiente, pero ella no le hizo caso. Une semaine avant, il avait calculé qu'il donnerait le dernier point dans la nuit du 4 février, et sans en révéler la raison, il avait suggéré à Meme d'anticiper un concert de clavecin qu'il avait prévu pour le lendemain, mais elle n'y prêta aucune attention. à lui. Amaranta buscó entonces la manera de retrasarse cuarenta y ocho horas, y hasta pensó que la muerte la estaba complaciendo, porque en la noche del cuatro de febrero una tempestad descompuso la planta eléctrica. Amaranta then looked for a way to delay forty-eight hours, and even thought that death was pleasing her, because on the night of February 4 a storm broke down the electrical plant. Amaranta chercha alors un moyen de retarder quarante-huit heures, et pensa même que la mort lui plaisait, car dans la nuit du 4 février un orage a détruit l'usine électrique. Pero al día siguiente, a las ocho de la mañana, dio la última puntada en la labor más primorosa que mujer alguna había terminado jamás, y anunció sin el menor dramatismo que moriría al atardecer. But the next day, at eight o'clock in the morning, she gave the last stitch in the most exquisite work that any woman had ever finished, and announced without the slightest drama that she would die at sunset. Mais le lendemain, à huit heures du matin, elle mit la dernière maille à l'œuvre la plus exquise qu'aucune femme ait jamais achevée, et annonça sans le moindre drame qu'elle mourrait au coucher du soleil. No solo previno a la familia, sino a toda la población, porque Amaranta se había hecho a la idea de que se podía reparar una vida de mezquindad con un último favor al mundo, y pensó que ninguno era mejor que llevarles cartas a los muertos. Er warnte nicht nur die Familie, sondern die ganze Bevölkerung, denn Amaranta war auf die Idee gekommen, dass ein Leben voller Gemeinheiten mit einem letzten Gefallen an die Welt wieder gutgemacht werden könnte, und sie dachte, dass nichts besser sei, als den Toten Briefe zu bringen. She not only warned the family, but the entire population, because Amaranta had made up her mind that a life of meanness could be repaired with one last favor to the world, and she thought that none was better than taking letters to the dead. Non seulement elle avertit la famille, mais toute la population, car Amaranta était venue à l'idée qu'une vie de bassesse pouvait être réparée par une dernière faveur au monde, et elle pensait que rien ne valait mieux que de porter des lettres aux morts.

La noticia de que Amaranta Buendía zarpaba al crepúsculo llevando el correo de la muerte se divulgó en Macondo antes del mediodía, y a las tres de la tarde había en la sala un cajón lleno de cartas. The news that Amaranta Buendía was setting sail at twilight carrying the mail of death spread in Macondo before noon, and at three in the afternoon there was a drawer full of letters in the living room. La nouvelle qu'Amaranta Buendía s'embarquait au crépuscule avec le courrier de la mort se répandit à Macondo avant midi, et à trois heures de l'après-midi, il y avait un tiroir plein de lettres dans le salon. Quienes no quisieron escribir le dieron a Amaranta recados verbales que ella anotó en una libreta con el nombre y la fecha de muerte del destinatario. Those who did not want to write gave Amaranta verbal messages that she wrote down in a notebook with the recipient's name and date of death. Ceux qui ne voulaient pas écrire donnaient à Amaranta des messages verbaux qu'elle notait dans un carnet avec le nom du destinataire et la date de son décès. «No se preocupe», tranquilizaba a los remitentes. "Don't worry," he reassured the senders. «Lo primero que haré al llegar será preguntar por él, y le daré su recado». «The first thing I will do when I arrive is to ask for him, and I will give him his message». Parecía una farsa. It looked like a farce. Amaranta no revelaba trastorno alguno, ni el más leve signo de dolor, y hasta se notaba un poco rejuvenecida por el deber cumplido. Amaranta ne révéla aucun trouble, pas le moindre signe de douleur, et elle se sentit même un peu rajeunie par le devoir accompli. Estaba tan derecha y esbelta como siempre. She was as straight and slender as ever. De no haber sido por los pómulos endurecidos y la falta de algunos dientes habría parecido mucho menos vieja de lo que era en realidad. Ella misma dispuso que se metieran las cartas en una caja embreada, e indicó la manera como debía colocarse en la tumba para preservarla mejor de la humedad. Elle-même fit placer les lettres dans une boîte goudronnée, et indiqua la manière dont elles devaient être placées dans la tombe pour mieux la préserver de l'humidité. En la mañana había llamado a un carpintero que le tomó las medidas para el ataúd, de pie, en la sala, como si fueran para un vestido. Se le despertó tal dinamismo en las últimas horas que Fernanda creyó que se estaba burlando de todos. Such dynamism awoke in him in the last few hours that Fernanda thought he was making fun of everyone. Úrsula, con la experiencia de que los Buendía se morían sin enfermedad, no puso en duda que Amaranta había tenido el presagio de la muerte, pero en todo caso la atormentó el temor de que en el trajín de las cartas y la ansiedad de que llegaran pronto los ofuscados remitentes la fueran a enterrar viva. Úrsula, with the experience that the Buendías died without illness, did not doubt that Amaranta had had the omen of death, but in any case she was tormented by the fear that in the traffic of the letters and the anxiety that they would arrive soon the obfuscated senders were going to bury her alive. Úrsula, avec l'expérience que les Buendías sont morts sans maladie, ne doutait pas qu'Amaranta ait eu le présage de la mort, mais en tout cas elle était tourmentée par la peur que dans l'agitation des lettres et l'anxiété qu'elles arriveraient bientôt le des expéditeurs obscurs allaient l'enterrer vivante. Así que se empeñó en despejar la casa, disputándose a gritos con los intrusos, y a las cuatro de la tarde lo había conseguido. A esa hora, Amaranta acababa de repartir sus cosas entre los pobres, y solo había dejado sobre el severo ataúd de tablas sin pulir la muda de ropa y las sencillas babuchas de pana que había de llevar en la muerte. At that time, Amaranta had just distributed her things among the poor, and she had only left on the severe coffin of unpolished boards the change of clothes and the simple corduroy slippers that she would have to wear in death. A ce moment-là, Amaranta venait de distribuer ses affaires aux pauvres, et n'avait laissé sur le cercueil sévère fait de planches brutes que les vêtements de rechange et les simples pantoufles de velours côtelé qu'elle porterait dans la mort. No pasó por alto esa precaución, al recordar que cuando murió el coronel Aureliano Buendía hubo que comprarle un par de zapatos nuevos, porque ya solo le quedaban las pantuflas que usaba en el taller. Er ließ diese Vorsichtsmaßnahme nicht außer Acht und erinnerte sich daran, dass wir ihm nach dem Tod von Oberst Aureliano Buendía ein neues Paar Schuhe kaufen mussten, weil er nur noch die Hausschuhe hatte, die er in der Werkstatt trug. He did not overlook that precaution, remembering that when Colonel Aureliano Buendía died, they had to buy him a new pair of shoes, because he only had the slippers he used in the workshop. Il n'a pas ignoré cette précaution, se souvenant qu'à la mort du colonel Aureliano Buendía, il a dû lui acheter une nouvelle paire de chaussures, car il ne lui restait que les pantoufles qu'il utilisait dans l'atelier. Poco antes de las cinco, Aureliano Segundo fue a buscar a Meme para el concierto, y se sorprendió de que la casa estuviera preparada para el funeral. Si alguien parecía vivo a esa hora era la serena Amaranta, a quien el tiempo le había alcanzado hasta para rebanarse los callos. If anyone seemed alive at that hour, it was the serene Amaranta, who had enough time to slice off her tripe. Si quelqu'un semblait vivant à cette heure-là, c'était la sereine Amaranta, dont l'heure était même venue de couper ses tripes. Aureliano Segundo y Meme se despidieron de ella con adioses de burla, y le prometieron que el sábado siguiente harían la parranda de la resurrección. Aureliano Segundo et Meme lui ont dit au revoir avec des adieux simulés et lui ont promis que le samedi suivant, ils auraient la fête de la résurrection. Atraído por las voces públicas de que Amaranta Buendía estaba recibiendo cartas para los muertos, el padre Antonio Isabel llegó a las cinco con el viático, y tuvo que esperar más de quince minutos a que la moribunda saliera del baño. Attracted by the public reports that Amaranta Buendía was receiving letters for the dead, Father Antonio Isabel arrived at five with the viaticum, and had to wait more than fifteen minutes for the dying woman to come out of the bathroom. Attiré par les informations publiques selon lesquelles Amaranta Buendía recevait des lettres pour les morts, le père Antonio Isabel est arrivé à cinq heures avec le viatique et a dû attendre plus de quinze minutes pour que la mourante sorte des toilettes. Cuando la vio aparecer con un camisón de madapolán y el cabello suelto en la espalda, el decrépito párroco creyó que era una burla, y despachó al monaguillo. When he saw her appear in a madapolan nightgown and her hair loose on her back, the decrepit parish priest thought it was a mockery, and sent the altar boy away. Lorsqu'il la vit apparaître en chemise de nuit madapolane et les cheveux lâchés sur le dos, le curé décrépit crut à une parodie et renvoya l'enfant de chœur. Pensó, sin embargo, aprovechar la ocasión para confesar a Amaranta después de casi veinte años de reticencia. Amaranta replicó, sencillamente, que no necesitaba asistencia espiritual de ninguna clase porque tenía la conciencia limpia. Amaranta replied, simply, that she did not need spiritual assistance of any kind because her conscience was clear. Fernanda se escandalizó. Sin cuidarse de que no la oyeran, se preguntó en voz alta qué espantoso pecado habría cometido Amaranta cuando prefería una muerte sacrílega a la vergüenza de una confesión. Without taking care not to be heard, she wondered aloud what horrible sin Amaranta had committed when she preferred a sacrilegious death to the shame of a confession. Entonces Amaranta se acostó, y obligó a Úrsula a dar testimonio público de su virginidad. Then Amaranta went to bed, and forced Ursula to give public testimony of her virginity.