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Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, Capítulo 10 (4)

Capítulo 10 (4)

—¡Viva el partido liberal! —gritó—. ¡Viva el coronel Aureliano Buendía!

Las descargas de fusilería ahogaron el esplendor de los fuegos artificiales, y los gritos de terror anularon la música, y el júbilo fue aniquilado por el pánico. Muchos años después seguiría afirmándose que la guardia real de la soberana intrusa era un escuadrón del ejército regular que debajo de sus ricas chilabas escondían fusiles de reglamento. El gobierno rechazó el cargo en un bando extraordinario y prometió una investigación terminante del episodio sangriento. Pero la verdad no se esclareció nunca, y prevaleció para siempre la versión de que la guardia real, sin provocación de ninguna índole, tomó posiciones de combate a una seña de su comandante y disparó sin piedad contra la muchedumbre. Cuando se restableció la calma, no quedaba en el pueblo uno solo de los falsos beduinos, y quedaron tendidos en la plaza, entre muertos y heridos, nueve payasos, cuatro colombinas, diecisiete reyes de baraja, un diablo, tres músicos, dos Pares de Francia y tres emperatrices japonesas. En la confusión del pánico, José Arcadio Segundo logró poner a salvo a Remedios, la bella, y Aureliano Segundo llevó en brazos a la casa a la soberana intrusa, con el traje desgarrado y la capa de armiño embarrada de sangre. Se llamaba Fernanda del Carpio. La habían seleccionado como la más hermosa entre las cinco mil mujeres más hermosas del país, y la habían llevado a Macondo con la promesa de nombrarla reina de Madagascar. Úrsula se ocupó de ella como si fuera una hija. El pueblo, en lugar de poner en duda su inocencia, se compadeció de su candidez. Seis meses después de la masacre, cuando se restablecieron los heridos y se marchitaron las últimas flores en la fosa común, Aureliano Segundo fue a buscarla a la distante ciudad donde vivía con su padre, y se casó con ella en Macondo, en una fragorosa parranda de veinte días.

Capítulo 10 (4) Kapitel 10 (4) Chapter 10 (4) Chapitre 10 (4) Capítulo 10 (4) Глава 10 (4) Bölüm 10 (4)

—¡Viva el partido liberal! "Long live the Liberal Party!" —gritó—. ¡Viva el coronel Aureliano Buendía!

Las descargas de fusilería ahogaron el esplendor de los fuegos artificiales, y los gritos de terror anularon la música, y el júbilo fue aniquilado por el pánico. The gunfire drowned out the splendor of the fireworks, and the screams of terror drowned out the music, and the jubilation was drowned out by panic. Muchos años después seguiría afirmándose que la guardia real de la soberana intrusa era un escuadrón del ejército regular que debajo de sus ricas chilabas escondían fusiles de reglamento. Many years later it would continue to be affirmed that the royal guard of the intruding sovereign was a regular army squad that hid regulation rifles under their rich djellabas. Bien des années plus tard, on continuerait d'affirmer que la garde royale du souverain intrus était une escouade de l'armée régulière qui cachait des fusils réglementaires sous leurs riches djellabas. El gobierno rechazó el cargo en un bando extraordinario y prometió una investigación terminante del episodio sangriento. The government rejected the charge in an extraordinary proclamation and promised a thorough investigation of the bloody episode. Le gouvernement a rejeté l'accusation dans une proclamation extraordinaire et a promis une enquête approfondie sur l'épisode sanglant. Pero la verdad no se esclareció nunca, y prevaleció para siempre la versión de que la guardia real, sin provocación de ninguna índole, tomó posiciones de combate a una seña de su comandante y disparó sin piedad contra la muchedumbre. But the truth was never clarified, and the version prevailed forever that the royal guard, without provocation of any kind, took up combat positions at a signal from their commander and fired mercilessly at the crowd. Mais la vérité n'a jamais été clarifiée et la version a prévalu pour toujours selon laquelle la garde royale, sans provocation d'aucune sorte, a pris des positions de combat au signal de son commandant et a tiré sans pitié sur la foule. Cuando se restableció la calma, no quedaba en el pueblo uno solo de los falsos beduinos, y quedaron tendidos en la plaza, entre muertos y heridos, nueve payasos, cuatro colombinas, diecisiete reyes de baraja, un diablo, tres músicos, dos Pares de Francia y tres emperatrices japonesas. When calm was restored, not a single false Bedouin remained in the town, and nine clowns, four Colombian women, seventeen kings of cards, a devil, three musicians, two pairs of France and three Japanese empresses. Lorsque le calme fut revenu, il ne restait plus un seul faux bédouin dans la ville, et neuf clowns, quatre Colombiennes, dix-sept rois de cartes, un diable, trois musiciens, deux paires de France et trois impératrices japonaises. En la confusión del pánico, José Arcadio Segundo logró poner a salvo a Remedios, la bella, y Aureliano Segundo llevó en brazos a la casa a la soberana intrusa, con el traje desgarrado y la capa de armiño embarrada de sangre. In the confusion of panic, José Arcadio Segundo managed to get Remedios the Beauty to safety, and Aureliano Segundo carried the intruding sovereign into the house, her dress torn and her ermine cape smeared with blood. Dans la confusion de la panique, José Arcadio Segundo a réussi à mettre Remedios la Belle en sécurité, et Aureliano Segundo a porté le souverain intrus dans la maison, sa robe déchirée et sa cape d'hermine maculée de sang. Se llamaba Fernanda del Carpio. Her name was Fernanda del Carpio. La habían seleccionado como la más hermosa entre las cinco mil mujeres más hermosas del país, y la habían llevado a Macondo con la promesa de nombrarla reina de Madagascar. They had selected her as the most beautiful among the five thousand most beautiful women in the country, and they had taken her to Macondo with the promise of making her queen of Madagascar. Úrsula se ocupó de ella como si fuera una hija. Úrsula took care of her as if she were a daughter. El pueblo, en lugar de poner en duda su inocencia, se compadeció de su candidez. The people, instead of questioning his innocence, took pity on his candor. Le peuple, au lieu de douter de son innocence, eut pitié de sa candeur. Seis meses después de la masacre, cuando se restablecieron los heridos y se marchitaron las últimas flores en la fosa común, Aureliano Segundo fue a buscarla a la distante ciudad donde vivía con su padre, y se casó con ella en Macondo, en una fragorosa parranda de veinte días. Six months after the massacre, when the wounded recovered and the last flowers in the mass grave withered, Aureliano Segundo went to look for her in the distant city where he lived with his father, and married her in Macondo, in a noisy party. of twenty days. Six mois après le massacre, lorsque les blessés se sont rétablis et que les dernières fleurs du charnier se sont fanées, Aureliano Segundo est allé la chercher dans la ville lointaine où il vivait avec son père, et l'a épousée à Macondo, dans une fête bruyante. vingt jours.