La Boca del Lobo Episodio 1
Prólogo
Ayacucho, la sierra peruana. De chico, a los once años de edad, Vitín había hecho un viaje a la sierra con su tío Roque. El capitán Alejandro “Roque” Luna, se llevó (took) a su sobrino a la sierra “para que sepa lo que es el sacrificio y ser hombre de mérito”. Y, ¿para qué?, eso sí, esas rondas por los cerros y las montañas en los Andes fueron los días más duros y maravillosos de su vida. Los recuerdos de aquella primera vez que fue de expedición con su tío y otros cuatro amigos del capitán se le vinieron como una inundación de náuseas y dolorzazo de cabeza del soroche, de los paisajes preciosos, de las parrilladas (barbecues) de cuy (guinea pig) que los serranos de Qeros les habían convidado (invited—treated) de las bañadas (cuando Vitín, su tío y los amigos nadaron) en los ríos que bajaban de los glaciares hasta los ríos como el Urubamba y otros que alimentaban (fed) el río amazonas en la selva peruana. El tío de Vitín era limeño pero también era “serrano” de cariño. Se graduó segundo en su clase en la escuela de oficiales, hablaba el quechua con propiedad, el idioma de los serranos y se había hecho experto en la historia de la civilizaciones de los Tiahuanacos y de los Incas.
Tío Roque no era como sus compadres limeños que los veían a los serranos con desprecio (disdain) El capitán valorizaba la cultura quechua y su patrimonio (herencia) Vitín y sus compañeros, los cuatro cabos (privates) que lo acompañaban en la patrulla, estaban estacionados en la cima de un cerro que daba al pueblo de Chuspi. Vitín seguía mirando a lo lejos, apreciando la vista y “saboreando” (tasting) los recuerdos de aquellos días: “Mira ve, Vitín. Ahí está la cima. (the summit) En media hora estaremos sentados comiendo rico con nuestros compadres quechuas”. Tío Roque nunca usaba la palabra “indio” o “cholo” como sus compadres limeños cuando se refería a sus amigos serranos. Vitín se acordaba de todas aquellas charlas acerca del reino incaico, y sus maravillas arquitectónicas, los viajes a Machu Pichu, a las ruinas de Ollantaytambo, al valle de Pisac. “Vitín. Cristobal Colón, cuando llegó a las Américas, tenía el mapa de Tolomeo y el mapa del mundo de Tolomeo, era exactamente una quinta parte menos que este planeta que conocemos. El almirante del mar océano era un genio de primera en la navegación, pero le faltaba información, así que, cuando tocó tierra por allí en el caribe, estaba convencido de que había llegado a La India. Y cuando llegaron Pizarro y sus compinches al Tauhuantinsuyo (el reino de los cuatro rincones del mundo—el nombre que la civilización quechua puso a la nación) ellos siguieron usando el término, y así se les quedó ese nombre a nuestros compadres serranos por equivocación. Y más bien, esta civilización que todo el mundo llama “Inca” también es un gran error porque el único Inca era el rey. El rey era el Inca, y todos los demás (the rest) eran sus súbditos (subjects) los sacerdotes, los artistas, los ingenieros, los generales, y la gente común no eran Incas. Solo había un Inca que reinaba sobre todos. Más bien, cuando nos referimos a la cultura de nuestros amigos serranos, deberíamos de decir: “la civilización quechua”.
Tan lejos quedaban esos “tiempos”. Ahora el mundo había dado (had turned upside down) media vuelta y todo se había echado a perder…..
Prólogo II: El Pueblo de Chuspi
Una serranita de unos nueve años de edad atendía a su rebaño de ovejas y alpacas. La chiquita parecía que estaba en trance, mirando a lo lejos. Detrás de ella, a unos quinientos metros, quedaba (estaba) la plaza del pueblo. La chiquita era una belleza, con su pelo negro como la oscura noche sin luna, sus ojos negros, cuyo dolor le penetraba hasta las entrañas (guts) a cualquiera que la miraba. La chiquita ahora estaba sola, abandonada a la buena de Dios (abandoned to God's whims) Al mirarle los ojos, Vitín se cayó al abismo y se le secó el alma…
(his soul dried up)
Capítulo Uno:
Cinco camiones en fila, cargados de rifles, ametralladoras, comida, y diez y nueve hombres, soldados del ejército peruano subían la cuesta. El camino era estrecho. Apenas (barely) daba espacio para un camión. Las llantas del costado tocaban la orilla. Si el chofer se equivocara por lo que parecían (for what appeared to be) centímetros, el camión se caería por el precipicio (cliff) al abismo y eso sería la muerte para el chofer y sus compañeros. Así fue el viaje por toda la sierra; puras cuestas y bajadas. Cinco días tenían de andar en ese plan y Quispe, uno de los cabos ya estaba harto (fed up) Tenía miedo de las alturas y le estaba dando vértigo. Vio que nadie lo miraba y sacó su botellita de pisco que tenía escondido (hidden) en su mochila (backpack) Sacó la botella y se la tomó entera de un solo zarpazo (in one shot) La combinación del alcohol y la altura lo “tumbó” (knocked him out) al cabo y se quedó inconsciente, justo lo que quería, porque, estando inconsciente, ya no se moría de miedo.
El chofer, el cabo Gallardo metió el cambio en primera en una cuesta tan inclinada que parecía que el camión se iba a caer para atrás, llantas al cielo. El camión llegó al tope (to the top) y la bajada también era drástica, que parecía que los soldados iban en un juego de la montaña rusa (roller coaster ride) Gallardo entonces, aplicó los frenos y siguió con los cambios en primera (first gear) Al ratito (after a short while) la bajada se puso menos inclinada y Gallardo metió el cambio en segunda y después tercera. Luego, llegaba otra cuesta (uphill) y de nuevo metía el cambio en segunda, y en primera. Así era el plan: constantes cuestas (uphills) subidas y bajadas, constantes gruñidos del motor, un olor a quemado (smell of burning) de los frenos, y paradas inesperadas (unexpected) por llantas estalladas.
Vitín (narración)----Ahora sí, ya estábamos por llegar al pueblo que nos tocaba (which was assigned to us) proteger. La zona de emergencia. Mis compañeros y yo no hablamos casi nada en el camino. Todos parecíamos reos (prisioneros) de Lurigancho (prisión de Lima de criminales de extremo peligro) aquellos hombres condenados a la pena de muerte que les quedaban (only had) muy pocas horas para vivir. En Lima, yo había postulado (applied) para la escuela de oficiales pero no entré (didn't get in) Entonces, intervino mi tío Roque y me explicó que si yo sirviera (served) en la zona de emergencia e hiciera buen papel (and did a good job) entonces, la cosa era fija (it was a sure bet) que yo podría entrar a la escuela después, y así tendría (would have) carrera (career)……Así que yo mismo me apunté (I signed up) para servir como cabo (private) en la zona de emergencia por un lapso (period) de ocho meses.