¿Podemos CRECER sin límites? 🌎 La sostenibilidad
¿Podemos crecer sin acabar con los
recursos? ¿La sostenibilidad frena el desarrollo? O ¿Tenemos recursos ilimitados?
El sistema económico actual se basa en un crecimiento continuo; los países tienen que
desarrollarse cada vez más, las empresas tienen que ser cada vez más grandes, las
personas debemos ganar cada vez más dinero. Medimos el éxito y la felicidad con base
en el crecimiento económico. El crecimiento continuo produce cada vez más
bienes y servicios y para que esos bienes y servicios se consuman, se nos mete en la
cabeza la falsa idea de que cada vez tenemos más necesidades. El crecimiento, la producción
y el consumo siguen un ciclo de retroalimentación que solo se mantiene si estos tres elementos
están en constante crecimiento. Pero ¿Podemos seguir creciendo sin límites?
Los humanos hemos modificado hasta tal punto nuestro hogar que nuestra propia supervivencia
está en riesgo. Los problemas ocasionados por nuestra forma de vivir cada vez se hacen
más rápidos, dañinos y difíciles de revertir. ¿Qué acaso no lo veíamos venir?
Ya desde 1662 el escritor y jardinero John Evelyn se preocupó al ver la sobreexplotación
de madera y pidió que la siembra y plantado de árboles fuera un deber nacional de todo
terrateniente. Y 300 años después, en 1972, un estudio nombrado “Los límites del crecimiento”,
basado en una simulación, mostraba las consecuencias de la interacción que tenemos los humanos
con nuestro planeta. La conclusión fue sencilla; si se continuaba con las tendencias de crecimiento,
industrialización, contaminación, producción de alimentos y extracción de recursos, el
límite de crecimiento del planeta se daría en los próximos 100 años y una vez llegado
ese punto habría un declive repentino e incontrolable. ¡Lo sabíamos desde hace 50 años! Pero en
su momento, ese estudio fue ignorado y además criticado por las industrias química y petrolera.
Recientemente hemos visto que no estaba tan equivocado: ese estudio sentó las bases para
avisarnos que: “el crecimiento económico infinito en un planeta finito es imposible”.
Resulta que nuestro planeta sí tiene límites. En 2009 un grupo de científicos se juntaron
y encontraron 9 procesos que regulan la estabilidad y resiliencia de los sistemas de nuestro planeta.
Establecieron límites cuantitativos que determinan si los humanos podemos continuar viviendo
después de eso. Cruzar los límites nos pone en riesgo como humanidad y hasta ahora hemos
traspasado 5 de los 9 límites. El modelo económico que seguimos nos hace
pensar que solo es posible el desarrollo a través del crecimiento, pero esta forma de
crecimiento desafía los límites de nuestro planeta y afecta el medio. Parece que pensamos
que los recursos son infinitos porque para nosotros siempre han estado ahí y también
parece que creemos que los residuos que producimos desaparecen mágicamente cuando los ponemos
en el bote de basura. Hoy en día necesitaríamos 1.75 mundos para
mantener nuestros hábitos sin consecuencias desastrosas, así que, vivimos con recursos
prestados del futuro y cada año acabamos con los recursos asignados más rápido. Es
como si ya te estuvieras gastando hoy el salario que supones que ganarás dentro de seis meses.
Claro que el desarrollo ha mejorado nuestras vidas pero, paradójicamente, el modelo actual
altera otros aspectos que están afectando nuestra calidad de vida.
Y se ha descubierto que el problema no es cuántos somos, sino cómo vivimos. Conviene
replantearnos las relaciones sociales y económicas que nos han llevado a este punto. Modificar
nuestra forma de vida no significa detener el bienestar, el desarrollo y la tecnología.
Se produce suficiente comida para alimentar a 10 mil millones de personas; actualmente
somos menos de 8 mil millones y aun así 820 millones pasan hambre. Y ya hemos hablado
de cómo la riqueza está distribuida de forma desigual. El planeta da para que todos cubramos
nuestras necesidades, y una sociedad donde las necesidades de todos estén cubiertas
es una sociedad desarrollada. Lo que el planeta no puede soportar son nuestros caprichos,
impuestos por un modelo consumista. Por eso se busca el desarrollo sostenible; donde una
sociedad cubra todas sus necesidades sin poner en peligro a las generaciones futuras. O incluso
un desarrollo regenerativo, que enmiende lo que hemos hecho. Aunque es más sencillo decirlo
que hacerlo. Para lograr un planeta sostenible la Organización
de las Naciones Unidas propuso trabajar en 17 objetivos. Cada objetivo está relacionado
con los factores de los que depende la sostenibilidad y propone líneas de acción claras para combatir
los desafíos de la humanidad. Hay un largo camino que recorrer para lograr los objetivos.
Pero, hay propuestas muy interesantes que se han desarrollado para lograr estos objetivos:
La “economía de la dona” toma en cuenta: las necesidades humanas (sustentadas en los
objetivos de desarrollo sostenible) y los límites planetarios. Es una economía basada
en un diseño regenerativo, circular y modular donde se consideran todos los impactos; desde
la creación, la vida útil y hasta disposición final. ¿Te ha pasado que se rompe la pantalla
de tu celular y es más barato comprar uno nuevo que cambiarla o que tu computadora ya
no soporta las actualizaciones y tienes que comprar otra? Pues una de las ideas es evitar
esos problemas que solo incentivan el ciclo de consumismo, producción y desechos.
También está la “contabilidad de costos reales” muchas veces vemos que la opción
más sostenible es la más cara, pero ¿qué pasaría si a las empresas no sostenibles
se les empezara a cobrar cosas que antes no tenían precio? Por ejemplo, que a las empresas
que usan pesticidas que afectan a los insectos se les cobrara el daño a los polinizadores
o a las mineras por la destrucción del paisaje. Probablemente encontraríamos nuevas soluciones
sostenibles y los costos de producción de los productos sostenibles serían mucho más
rentables. La cuestión es que la sostenibilidad requiere
una transformación profunda con cambios estructurales, soluciones tecnológicas, instrumentos financieros,
políticas públicas y una gestión y visión ecológicas. Pero el cambio más importante
que se necesita es el cambio en la mentalidad y valores de cada uno de nosotros, para que
comprendamos los problemas y actuemos desde nuestras posibilidades.
Nos estamos enfrentando a retos complicados y no se comparan con lo que les espera a las
siguientes generaciones. Los problemas solo podrán ser superados por personas íntegras
con conocimientos y habilidades tanto manuales e intelectuales como sociales. Suena preocupante
y aterrador, pero ahora imagínate un planeta sostenible que sea: equitativo, empático,
responsable y con un gran vínculo con la naturaleza ¿a poco no suena increíble? ¿tú
cómo te imaginas un mundo sostenible? Cambiemos el paradigma. En la descripción
te dejamos un enlace con 170 pequeñas acciones que puedes implementar para impulsar un mundo
sostenible. ¡Curiosamente! Antes de ir a ver esas 170 acciones te recomendamos
hacer una pequeñita: dale click a ese botón de suscribirse, a la campanita y al dedito
arriba.