Tres claves para lograr tus propósitos
Vais a permitirme que vaya al topicazo con esta Píldora, y es que como acabamos
de empezar el año, pues voy a hablar sobre los buenos propósitos que todos
nos hemos marcado. A ver, ¿cuál habéis elegido vosotros?: ¿dejar de fumar?, ¿hacer
más deporte?, ¿comer mejor?, ¿leer más?, ¿ser menos gruñones? Hoy voy a intentar ayudaros a que podáis cumplir esos buenos propósitos, y la clave es convertirlos
en metas, ¡vamos a verlo!
Cuando empieza el año es una fecha clave que muchas
personas eligen para definir sus buenos propósitos para el año que empieza.
Seguro que vosotros también lo habéis hecho, ¿a que sí? En estas fechas, junto con
el mes de septiembre, que es cuando se marca el inicio del curso académico, es
cuando nos apuntamos al gimnasio, intentamos dejar de fumar, empezamos a
hacer dieta, ... ¿Pero qué es lo que pasa a los pocos
días (o a las pocas semanas)? Pues que esos buenos propósitos se quedan simplemente
en eso, en buenos propósitos. Quizá es un buen
momento para dejar de marcarse simplemente buenos propósitos y hacer
algo que es mucho más útil, y es marcarnos metas. Con esto no me refiero
simplemente a una diferencia de término, cambiar una palabra por otra, sino que
implica una diferencia importante a nivel de planteamiento. Las metas son
algo concreto, implican un plan detallado, un camino a seguir, una supervisión del
avance a lo largo de las diferentes fases que que tiene ese proceso, y los
buenos propósitos es algo más vago, más general, o mucho más difuso... y es
tan difuso que al final es muy difícil saber si lo hemos cumplido o no.
Cuando lo planteamos bien, las metas son muy concretas y nos
permiten al cabo del tiempo dar una respuesta muy simple a la siguiente
pregunta: ¿la he cumplido?, ¿sí o no? No existen más respuestas
posibles, ¿he cumplido la meta o no la he cumplido?
Pongamos un ejemplo: "leer más". Leer más sería un buen propósito, pero leer un
libro al mes sería una meta concreta. "Comer mejor" sería otro buen propósito,
que está muy bien, pero no es una meta. Una meta concreta sería, por
ejemplo, dejar de comprar alimentos ultraprocesados, y es una tarea
que podemos decir si la hemos cumplido o si no lo hemos cumplido:
si en el supermercado hemos metido en el carro algo que no
queríamos, es que no hemos cumplido ese objetivo. Pero también es verdad que,
aunque no consigamos cumplir esas metas al cien por cien, el simple hecho de
haberlas propuesto, de haber luchado por lograrlas, nos habrá acercado mucho
más hacia el objetivo final, aunque no lo hayamos conseguido al cien por cien.
Entonces, ¿cómo lo hacemos para marcarnos bien las metas? Pues vamos a verlo en
tres pasos: el primer paso para poder marcarnos bien
nuestras metas es que éstas tienen que ser realistas, no tienen que estar
demasiado alejadas de nuestras posibilidades reales pero sí que deben
ser algo superiores a nuestros "mínimos cómodos", es decir, tienen que implicar un
esfuerzo (no podemos ponernos una meta por debajo de nuestra capacidad) pero
tampoco algo tan alejado de nuestra capacidad que al final vayamos a
tirar la toalla porque no lo podemos cumplir.
Un segundo paso es valorar la concreción de esas metas, ya lo hemos visto:
no vale con decirnos "bajar de peso", tenemos que decir cuántos kilos en
concreto quiero bajar. Tampoco vale decirnos "hacer algo
más de ejercicio" sino hacer X horas de ejercicio los lunes, miércoles y viernes.
Y el tercer paso es temporizar esas metas,
Si solo vemos el objetivo final podemos desmoralizarnos al verlo demasiado lejos.
Tenemos que dividir nuestras metas y objetivos a corto, medio y largo plazo,
donde los objetivos a largo plazo que serían nuestras metas, se van a conseguir
mediante haber conseguido las metas a medio y corto plazo. Por lo tanto puede
ser una buena idea empezar a marcarnos nuestras metas para este año y
dividirlas temporalmente, por ejemplo, qué objetivo
quiero haber conseguido para la primavera, o que objetivo quiero
haber conseguido para el verano. Cada mes (o cada semana) dependiendo de la meta
que hayamos elegido, iremos valorando el grado en el que hemos conseguido (o no)
nuestro objetivo, y de esa manera podemos ir modificando nuestras estrategias para,
al final, poder conseguir el objetivo que nos habíamos planteado.
Por lo tanto más plantearnos metas y menos buenos propósitos generales
Y hasta aquí otra píldora de psicología, espero que os haya gustado.
Si es así no os olvidéis de compartirlo, de darle al like y de
suscribiros al canal de Píldoras de Psicología en YouTube.
Allí encontraréis muchos más vídeos como éste, y
también muchos más vídeos, artículos y consejos en la página web
albertosoler.es. Y acordaos que ya tenéis en las librerías "Hijos y padres
felices", una guía para disfrutar la crianza.
¡Esperamos que os guste! La semana que viene, ¡más!
¡Un saludoooo!