Cómo responder a gente maleducada (2)
Tendría que haber hecho esto” pero no, no dije nada o no hablé de la forma en la que tenía que haber hablado.
No sé, no sé. O sea es algo, yo no sé si esto es algo que le pasa a todo el mundo. A mis amigos no ¿Eh? A mis amigos no, la verdad es que no. A ellos sinceramente cuando alguien les trata de este modo, digamos que o se lo toman a risas, se lo toman de cachondeo, se lo toman de coña ¿No? Como si fuera de coña, de broma ¿No? O sea, cuando alguien… Yo eso lo admiro ¿No?
Cuando alguien los trata mal, mis amigos oye, se ríen y pasan de esa persona. No les dan más importancia, piensan que esa persona es imbécil y ya está. Y dicen, y a mí me han dicho: “Mira, si tú, si alguien te trata mal es porque esa persona es imbécil o porque en ese momento, bueno pues está por cualquier motivo que tú no sabes, está de mal humor y yo qué sé, a lo mejor ha tenido un problema con su mujer o con su marido, o yo qué sé, está nervioso porque su jefe se ha enfadado con él en el trabajo. Tú eso no lo sabes”.
Entonces una de esas dos razones; o esa persona es mal educada e imbécil y te trata mal, o es una persona que bueno, normalmente no es así pero un día pues vale, está de mal humor, está nerviosa y te ha hablado mal.
Entonces tienes que tomar un poco de perspectiva ¿No? Ver las cosas un poco de lejos y un poco con filosofía ¿No? Tomárselo con filosofía. Me gusta esa expresión, hay que tomarse las cosas un poco con filosofía ¿No?
Es decir, bueno si es un imbécil pues oye, a mí qué, yo no me voy a poner ahora amargarme la vida, no me voy amargar la vida porque un imbécil me haya hablado mal. Yo voy a seguir con mi vida y ya está, y pasando del imbécil ¿No? Hay que olvidarse de eso ¿Vale?
Y si es una persona normal que se ha puesto nerviosa un día y te ha hablado mal, bueno pues ya está, bueno pues, pues igual. Vamos a olvidarnos de ese tema, nos puede pasar a todos. A lo mejor otro día tú te pones nervioso y hablas mal a otra persona ¿Vale? Es posible ¿No? Es posible.
Sí, o sea me gusta la filosofía de mis amigos ¿No? Me gusta cómo se toman las cosas. Y no es que, alguno de vosotros estaréis pensando: “Claro, a lo mejor ellos te dan ese consejo pero en el fondo ellos se sienten mal cuando alguien les trata con mala educación.” Y no, bueno, se sienten mal sí, no les gusta, pero no les afecta tanto como me afecta a mí. Yo eso lo veo. Ellos son capaces de superar eso enseguida, en muy poco tiempo. 10 minutos después ya no se acuerdan de esa situación, están… Se han olvidado, pasan de esa persona. No le dan a eso más importancia.
Yo sin embargo estoy ahí dándole vueltas a la cabeza. “Pum-pum, pum-pum, pum-pum” ¿No? Y me siento humillado, me siento humillado, me siento herido, me siento ofendido y es lo que dicen mis amigos: “No es para tanto. Hay gente imbécil en el mundo y hay que aceptarlo así. Hay gente que es así, idiota, mal educada.” ¿Vale?
Y no sé, por ejemplo, esta mañana me estaba acordando… Es que todo esto viene porque, sí. Esta mañana me estaba acordando de algo que me pasó en Santiago de Compostela ¿No? En Santiago de Compostela, que yo hice “El Camino de Santiago” ¿Vale? Lo he hecho dos veces, lo he hecho dos veces “El Camino de Santiago.” Una vez solo, una vez lo hice solo y otra vez lo hice con un amigo ¿Vale?
Bueno pues cuando lo hice solo fue la primera vez que lo hice, pues llegué a Santiago de Compostela y bien, vale, estaba cansado. Fui al hotel, me cambié y tal. Y estuve unos días ahí en Santiago ¿No? Recuerdo que un día salí, era verano ¿Vale? Sí, yo creo que era el mes de julio ¿Vale? Y hacía bastante calor ¿Vale?
Santiago de Compostela está al norte de España en Galicia, bueno es la zona más fresca digamos, donde hace más frío de España quizás ¿No? Llueve mucho pero de todas formas en el mes de julio pues hace calor también ¿Vale?
Total, que yo salí y… Y fui a un café a tomar un café. Fui a una cafetería a tomar un café ¿No? Pasé, estaba casi todo cerrado porque eran como las tres de la tarde y a esa hora en España, pues ya sabéis ¿No? Las tiendas cierran, hace mucho calor ¿No? Y la gente no sale ¿No? Entonces no había casi nada abierto ¿No?
Y en una calle vi una cafetería que tenía unas mesas fueras, dos o tres mesas fuera. Me senté y un poco después vino la camarera que era una chica ¿No? Entonces me preguntó que qué quería tomar, y yo le dije, yo tenía mucho calor ¿No? Y me apetecía un café pero no quería un café caliente ¿No? Quería algo fresco ¿No?
Entonces le dije, ah mira, le pedí un café con hielo ¿No? Un café con hielo. Entonces yo le dije a la chica, a la camarera le dije: “Me traes un café con hielo, por favor.” Y entonces la chica, la camarera me dijo: “¿Solo?” Y cuando me dijo: “¿Solo?” Claro, eso se puede interpretar de mucha formas. Un café solo se puede, lo que me dijo la chica, me dijo: “¿Solo?” Se puede interpretar como un café solo, es decir, no un café con leche sino un café solo, un café expreso ¿No? Un café solo o solamente un café, solamente un café ¿Vale?
“¿No quieres nada más? ¿Sí? ¿Sólo eso? ¿No quieres un no sé, agua o no quieres nada más, solo eso? ¿No quieres un dulce?” O también se puede interpretar como… Como lo interpreté yo en aquel momento, cuando ella me dijo: “¿Solo?” Yo le contesté: “Solo no, con hielo.” Le dije: “Con hielo.” ¿Vale? Le dije: “Con hielo”.
Yo le había dicho, yo le había dicho antes… ¡Uf! Ha pasado una niña en una bicicleta, corriendo, echando leches ¿No? ¿Conocéis esa expresión? “Echar leches.” Pues ha pasado una niña echando leche, me ha dado un susto. Ay porque a estas horas no me espero a nadie y de vez en cuando me salta alguien; un perro, un coche, una moto, ahora una niña con la bicicleta. Bueno, total.
Yo le dije a la camarera: “Solo no, con hielo.” Entonces la tía, la camarera me empezó a gritar, me empezó a decir que si el café lo quería con leche o lo quería solo. Empezó, pero me habló muy mal, me habló muy mal y yo le dije: “Bueno, un café solo con hielo.” Y la tía se súper cabreó conmigo y luego me trajo el café y me lo, prácticamente me lo tiró en la mesa.
O sea, yo me imagino que esa chica había pensado que yo me estaba riendo de ella. No me estaba riendo de ella, simplemente es que, cuando alguien te dice por ejemplo, en esa situación lo que dijo ella ¿No? “¿Solo?” Se puede interpretar de varias formas.
Si yo quería un café con leche y con hielo, o si era solamente un café, no quería nada más, o como yo lo interpreto en el sentido de que ella no había entendido que lo quería con hielo. Bueno, total.
Una cosa sin importancia. Hay más perros aquí.
Una cosa, algo… Sin importancia. ¿Qué importancia tiene eso? Bueno, pues la tía se puso a dar voces, me gritó, me habló mal y yo me, claro yo me puse muy nervioso, me sentí muy mal ¿No? Luego llegó otra chica, una chica extranjera no sé, americana o alemana, no sé, que no hablaba bien español, se sentó en otra mesa y pidió un helado y la camarera también le habló muy mal. La trató muy mal a la chica esta ¿No? Que al final se fue ¿No? Al final se fue.
Y entonces, yo me quedé tan mal, me quedé tan mal, eso me pasó hace seis o siete años ¿No? Y me quedé mal, me quedé mal y todavía me acuerdo, todavía me acuerdo y bueno, como esa anécdota de gente que me habla mal o que me trata mal por motivos absolutamente estúpidos. Es decir algo que, una persona normal se puede echar a reír ¿No? No me parece, no me parece que eso sea una justificación lo que, si la chica pensó que yo me estaba riendo de ella, pues yo creo que esa es una interpretación muy, muy, muy no sé, me imagino que es una persona o que era una persona yo qué sé, que no le gustaba su trabajo, que estaba cansada o que estaba harta de tratar con la gente, yo no sé.
Supongo que mucha gente que trabaja en bares y en, de cara al público ¿No? Eso se llama: “Trabajar de cara al público.” Pues están cansados, quizás de no sólo de trabajar muchas horas sino que están cansados de tratar con gente ¿No? Yo me imagino que si trabajas con gente todo el día, al final tienes problemas y se ponen nerviosos ¿No? Se ponen nerviosos y tal, y bueno pues, a veces pasa eso ¿No?
Total que sí, que cuando me pasan este tipo de situaciones así pues me afectan, me afectan. Mis amigos dicen que bueno, tendría que comprender a esa chica, tendría que bueno pensar que una de dos, una de dos. O era una persona que bueno no, que está pasando por algún momento difícil, que estaba nerviosa por no sé, por algo que le había pasado o… O simplemente que era imbécil ¿No? Vamos hablar claro, oye también hay gente imbécil ¿Eh?
Hay gente, eso hay que… Hay que decirlo ¿No? Las cosas como son. No todo el mundo es simpático y maravilloso ¿No? Hay gente imbécil y bueno, yo creo que eso nos pasa a todos, que todos algún día nos encontramos con algún imbécil que nos jode ¿No? Que nos jode el día, que nos jode el día ¿No?
Lo que pasa es que, lo que dicen mis amigos, que un imbécil te joda un día o unas horas, bueno pero lo que no puedes hacer es estar dándole vueltas en la cabeza a algo que te pasó hace muchos años ¿No? Eso es demasiado tío, eso es demasiado. Déjalo, no le des tantas vueltas, hay gente maravillosa en el mundo, hay gente súper simpática. Céntrate, céntrate en la gente simpática ¿No?
Acuérdate de los momentos buenos, acuérdate de la gente simpática ¿No? Ellos me dicen ¿No? Seguramente cuando estuviste en Santiago conociste gente simpática, gente que te ayudó, gente con la que te lo pasaste bien y oye, es verdad, es verdad.
Cuando estuve en Santiago pues conocí gente fantástica. No sé, me acuerdo que fui a un bar… Fui a un bar que se llama ¿Cómo se llama? “Las Titas.” Creo que se llama: “Las Titas”, sí. “Las Titas.” Pues en este bar los camareros eran súper simpáticos, me lo pasé muy bien con ellos, me explicaron todo de la ciudad, en fin. Muy bien, muy bien y conocí gente también en el hotel y no sé, conocí gente muy maja, muy maja, muy maja.
Entonces claro, mis amigos tienen razón: “¿Por qué te acuerdas de esa chica, de esa tía que te habló mal? Oye, acuérdate de los chicos, de los camareros que te trataron bien ¿No? ¿Por qué tienes esa…?” Es como una espina ¿No?
¿Conocéis la espina? La espina es algo que tienen las rosas ¿No? Las rosas tienen espinas ¿No? Que te pinchan ¿No? ¡Ay!
Que te pinchas y esas son las espinas. ¡Ay! Que se clavan en la piel y te hacen daño. No es algo muy importante, no es algo muy grave, no es algo grave ¿No? Claro que no, pero te molesta. No estás a gusto, no estás bien. Lo tienes ahí metidito ¿No? Pues eso es lo que me pasa, yo tengo esas espinas y bueno, os podría contar muchas anécdotas de situaciones parecidas ¿No? Pues no sé, eso es lo que me pasa. ¿Qué pensáis? ¿Soy demasiado susceptible, soy demasiado sensible, le doy demasiada importancia a esas cosas? No sé, decidme qué pensáis y si a vosotros les pasa algo parecido o no, o no sé. Yo tengo la esperanza, yo tengo la esperanza de que esto le pase a otra gente. Yo tengo la esperanza de que esto le pase a más gente. Si sólo me pasa a mí, me va a dar un poquito de… A ver, por dónde… Estoy pensando, momentito ¿Eh? Estoy pensando por dónde me voy a ir. Sí, me voy a ir por aquí. Pues es… Por favor, que alguien me diga que esto les pasa a otras personas también ¿Vale? Que no soy yo el único ¿Sí? ¿Vale? Bueno chicos, lo vamos a dejar aquí por hoy. Llevamos ya más de media hora hablando, espero que os haya gustado el podcast de hoy. Muchísimas gracias a todos los que estáis dejando como siempre os digo, muchas gracias a todos los que estáis dejando reviews, críticas. Apple podcast y en otras plataformas donde escucháis este podcast ¿De acuerdo? Muchísimas gracias por todas las reviews, las críticas que estáis dejando, las estrellas que me estáis dando. Muchísimas gracias porque eso me ayuda muchísimo. Un beso, un beso a todos. Y nos vemos no, no, no, no. No nos vemos, nos escuchamos aquí, en “Español con Juan” la próxima semana. Venga, un beso. ¡Adiós! ¡Hasta luego, hasta luego!