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El 19 de Marzo y el 2 de Mayo by Benito Pérez Galdós, XXVI

XXVI

Durante nuestra conversación advertí que la multitud aumentaba, apretándose más. Componíanla personas de ambos sexos y de todas las clases de la sociedad, espontáneamente venidas por uno de esos llamamientos morales, íntimos, misteriosos, informulados, que no parten de ninguna voz oficial, y resuenan de improviso en los oídos de un pueblo entero, hablándole el balbuciente lenguaje de la inspiración. La campana de ese arrebato glorioso no suena sino cuando son muchos los corazones dispuestos a palpitar en concordancia con su anhelante ritmo, y raras veces presenta la historia ejemplos como aquel, porque el sentimiento patrio no hace milagros sino cuando es una condensación colosal, una unidad sin discrepancias de ningún género, y por lo tanto una fuerza irresistible y superior a cuantos obstáculos pueden oponerle los recursos materiales, el genio militar y la muchedumbre de enemigos. El más poderoso genio de la guerra es la conciencia nacional, y la disciplina que da más cohesión el patriotismo.

Estas reflexiones se me ocurren ahora recordando aquellos sucesos. Entonces, y en la famosa mañanade que me ocupo, no estaba mi ánimo para consideraciones de tal índole, mucho menos en presencia de un conflicto popular que de minuto en minuto tomaba proporciones graves. La ansiedad crecía por momentos: en los semblantes había más que ira, aquella tristeza profunda que precede a las grandes resoluciones, y mientras algunas mujeres proferían gritos lastimosos, oí a muchos hombres discutiendo en voz baja planes de no sé qué inverosímil lucha.

El primer movimiento hostil del pueblo reunido fue rodear a un oficial francés que a la sazón atravesó por la plaza de la Armería. Bien pronto se unió a aquél otro oficial español que acudía como en auxilio del primero. Contra ambos se dirigió el furor de hombres y mujeres, siendo estas las que con más denuedo les hostilizaban; pero al poco rato una pequeña fuerza francesa puso fin a aquel incidente. Como avanzaba la mañana, no quise ya perder más tiempo, y traté de seguir mi camino; mas no había pasado aún el arco de la Armería, cuando sentí un ruido que me pareció cureñas en acelerado rodar por calles inmediatas.

-¡Que viene la artillería! -clamaron algunos.

Pero lejos de determinar la presencia de los artilleros una dispersión general, casi toda la multitud corría hacia la calle Nueva. La curiosidad pudoen mí más que el deseo de llegar pronto al fin de mi viaje, y corrí allá también; pero una detonación espantosa heló la sangre en mis venas; y vi caer no lejos de mí algunas personas, heridas por la metralla. Aquel fue uno de los cuadros más terribles que he presenciado en mi vida. La ira estalló en boca del pueblo de un modo tan formidable, que causaba tanto espanto como la artillería enemiga. Ataque tan imprevisto y tan rudo había aterrado a muchos que huían con pavor, y al mismo tiempo acaloraba la ira de otros, que parecían dispuestos a arrojarse sobre los artilleros; mas en aquel choque entre los fugitivos y los sorprendidos, entre los que rugían como fieras y los que se lamentaban heridos o moribundos bajo las pisadas de la multitud, predominó al fin el movimiento de dispersión, y corrieron todos hacia la calle Mayor. No se oían más voces que «armas, armas, armas». Los que no vociferaban en las calles, vociferaban en los balcones, y si un momento antes la mitad de los madrileños eran simplemente curiosos, después de la aparición de la artillería todos fueron actores. Cada cual corría a su casa, a la ajena o a la más cercana en busca de un arma, y no encontrándola, echaba mano de cualquier herramienta. Todo servía con tal que sirviera para matar.

El resultado era asombroso. Yo no sé de dónde salía tanta gente armada. Cualquiera habría creído en la existencia de una conjuración silenciosamentepreparada; pero el arsenal de aquella guerra imprevista y sin plan, movida por la inspiración de cada uno, estaba en las cocinas, en los bodegones, en los almacenes al por menor, en las salas y tiendas de armas, en las posadas y en las herrerías.

La calle Mayor y las contiguas ofrecían el aspecto de un hervidero de rabia imposible de describir por medio del lenguaje. El que no lo vio, renuncie a tener idea de semejante levantamiento. Después me dijeron que entre 9 y 11 todas las calles de Madrid presentaban el mismo aspecto; habíase propagado la insurrección como se propaga la llama en el bosque seco azotado por impetuosos vientos.

En el Pretil de los Consejos, por San Justo y por la plazuela de la Villa, la irrupción de gente armada viniendo de los barrios bajos era considerable; mas por donde vi aparecer después mayor número de hombres y mujeres, y hasta enjambres de chicos y algunos viejos fue por la plaza Mayor y los portales llamados de Bringas. Hacia la esquina de la calle de Milaneses, frente a la Cava de San Miguel, presencié el primer choque del pueblo con los invasores, porque habiendo aparecido como una veintena de franceses que acudían a incorporarse a sus regimientos, fueron atacados de improviso por una cuadrilla de mujeres ayudadas por media docena de hombres. Aquella lucha no se parecía a ninguna peripecia de los combates ordinarios, pues consistía en reunirsesúbitamente envolviéndose y atacándose sin reparar en el número ni en la fuerza del contrario. Los extranjeros se defendían con su certera puntería y sus buenas armas: pero no contaban con la multitud de brazos que les ceñían por detrás y por delante, como rejos de un inmenso pulpo; ni con el incansable pinchar de millares de herramientas, esgrimidas contra ellos con un desorden y una multiplicidad semejante al de un ametrallamiento a mano; ni con la espantosa centuplicación de pequeñas fuerzas que sin matar imposibilitaban la defensa. Algunas veces esta superioridad de los madrileños era tan grande, que no podía menos de ser generosa; pues cuando los enemigos aparecían en número escaso, se abría para ellos un portal o tienda donde quedaban a salvo, y muchos de los que se alojaban en las casas de aquella calle debieron la vida a la tenacidad con que sus patronos les impidieron la salida.

No se salvaron tres de a caballo que corrían a todo escape hacia la Puerta del Sol. Se les hicieron varios disparos; pero irritados ellos cargaron sobre un grupo apostado en la esquina del callejón de la Chamberga, y bien pronto viéronse envueltos por el paisanaje. De un fuerte sablazo, el más audaz de los tres abrió la cabeza a una infeliz maja en el instante en que daba a su marido el fusil recién cargado, y la imprecación de la furiosa mujer al caer herida al suelo, espoleó el coraje de los hombres. La luchase trabó entonces cuerpo a cuerpo y a arma blanca.

Entretanto yo corrí hacia la Puerta del Sol buscando lugar más seguro, y en los portales de Pretineros encontré a Chinitas. La Primorosa salió del grupo cercano exclamando con frenesí:

-¡Han matado a Bastiana! Más de veinte hombres hay aquí y denguno vale un rial. Canallas; ¿para qué os ponéis bragas si tenéis almas de pitiminí?

-Mujer -dijo Chinitas cargando su escopeta- quítate de en medio. Las mujeres aquí no sirven más que de estorbo.

-Cobardón, calzonazos, corazón de albondiguilla -dijo la Primorosa pugnando por arrancar el arma a su marido-. Con el aire que hago moviéndome, mato yo más franceses que tú con un cañón de a ocho.

Entonces uno de los de a caballo se lanzó al galope hacia nosotros blandiendo su sable.

-¡Menegilda!, ¿tienes navaja? -exclamó la esposa de Chinitas con desesperación.

-Tengo tres, la de cortar, la de picar y el cuchillo grande.

-¡Aquí estamos, espanta-cuervos! -gritó la maja tomando de manos de su amiga un cuchillo carnicero cuya sola vista causaba espanto.

El coracero clavó las espuelas a su corcel y despreciando los tiros se arrojó sobre el grupo. Yo vilas patas del corpulento animal sobre los hombros de la Primorosa; pero ésta, agachándose más ligera que el rayo, hundió su cuchillo en el pecho del caballo. Con la violenta caída, el jinete quedó indefenso, y mientras la cabalgadura expiraba con horrible pataleo, lanzando ardientes resoplidos, el soldado proseguía el combate ayudado por otros cuatro que a la sazón llegaron.

Chinitas, herido en la frente y con una oreja menos, se había retirado como a unas diez varas más allá, y cargaba un fusil en el callejón del Triunfo, mientras la Primorosa le envolvía un pañuelo en la cabeza, diciéndole:

-Si te moverás al fin. No parece sino que tienes en cada pata las pesas del reló de Buen Suceso.

El amolador se volvió hacia mí y me dijo:

-Gabrielillo, ¿qué haces con ese fusil? ¿Lo tienes en la mano para escarbarte los dientes?

En efecto, yo tenía en mis manos un fusil sin que hasta aquel instante me hubiese dado cuenta de ello. ¿Me lo habían dado? ¿Lo tomé yo? Lo más probable es que lo recogí maquinalmente, hallándose cercano al lugar de la lucha, y cuando caía sin duda de manos de algún combatiente herido; pero mi turbación y estupor eran tan grandes ante aquella escena, que ni aun acertaba a hacerme cargo de lo que tenía entre las manos.

-¿Pa qué está aquí esa lombriz? -dijo la Primorosaencarándose conmigo y dándome en el hombro una fuerte manotada-. Descosío: coge ese fusil con más garbo. ¿Tienes en la mano un cirio de procesión?

-Vamos: aquí no hay nada que hacer -afirmó Chinitas, encaminándose con sus compañeros hacia la Puerta del Sol.

Echeme el fusil al hombro y les seguí. La Primorosa seguía burlándose de mi poca aptitud para el manejo de las armas de fuego.

-¿Se acabaron los franceses? -dijo una maja mirando a todos lados-. ¿Se han acabado?

-No hemos dejado uno pa simiente de rábanos -contestó la Primorosa-. ¡Viva España y el Rey Fernando!

En efecto, no se veía ningún francés en toda la calle Mayor; pero no distábamos mucho de las gradas de San Felipe, cuando sentimos ruido de tambores, después ruido de cornetas, después pisadas de caballos, después estruendo de cureñas rodando con precipitación. El drama no había empezado todavía realmente. Nos detuvimos, y advertí que los paisanos se miraban unos a otros, consultándose mudamente sobre la importancia de las fuerzas ya cercanas. Aquellos infelices madrileños habían sostenido una lucha terrible con los soldados que encontraron al paso, y no contaban con las formidables divisiones y cuerpos de ejército que se acampaban en las cercanías de Madrid. No habían medido los alcances y las consecuencias de su calaverada, ni aunque los midieran, habrían retrocedido en aquel movimiento impremeditado y sublime que les impulsó a rechazar fuerzas tan superiores. Había llegado el momento de que los paisanos de la calle Mayor pudieran contar el número de armas que apuntaban a sus pechos, porque por la calle de la Montera apareció un cuerpo de ejército, por la de Carretas otro, y por la Carrera de San Jerónimo el tercero, que era el más formidable.

-¿Son muchos? -preguntó la Primorosa.

-Muchísimos, y también vienen por esta calle. Allá por Platerías se siente ruido de tambores.

Frente a nosotros y a nuestra espalda teníamos a los infantes, a los jinetes y a los artilleros de Austerlitz. Viéndoles, la Primorosa reía; pero yo... no puedo menos de confesarlo... yo temblaba.


XXVI

Durante nuestra conversación advertí que la multitud aumentaba, apretándose más. Componíanla personas de ambos sexos y de todas las clases de la sociedad, espontáneamente venidas por uno de esos llamamientos morales, íntimos, misteriosos, informulados, que no parten de ninguna voz oficial, y resuenan de improviso en los oídos de un pueblo entero, hablándole el balbuciente lenguaje de la inspiración. It was made up of people of both sexes and of all classes of society, spontaneously brought by one of those moral, intimate, mysterious, informed appeals, which do not come from any official voice, and suddenly resound in the ears of an entire people, speaking to them. the stammering language of inspiration. La campana de ese arrebato glorioso no suena sino cuando son muchos los corazones dispuestos a palpitar en concordancia con su anhelante ritmo, y raras veces presenta la historia ejemplos como aquel, porque el sentimiento patrio no hace milagros sino cuando es una condensación colosal, una unidad sin discrepancias de ningún género, y por lo tanto una fuerza irresistible y superior a cuantos obstáculos pueden oponerle los recursos materiales, el genio militar y la muchedumbre de enemigos. The bell of that glorious outburst rings only when many hearts are ready to beat in accordance with its yearning rhythm, and history rarely presents examples like that, because the patriotic feeling does not perform miracles except when it is a colossal condensation, a unity. without discrepancies of any kind, and therefore an irresistible force, superior to all the obstacles that material resources, military genius and a host of enemies can oppose. El más poderoso genio de la guerra es la conciencia nacional, y la disciplina que da más cohesión el patriotismo. The most powerful genius of war is the national conscience, and the discipline that gives the most cohesion is patriotism.

Estas reflexiones se me ocurren ahora recordando aquellos sucesos. These reflections occur to me now remembering those events. Entonces, y en la famosa mañanade que me ocupo, no estaba mi ánimo para consideraciones de tal índole, mucho menos en presencia de un conflicto popular que de minuto en minuto tomaba proporciones graves. Then, and on the famous morning with which I am concerned, I was not in the mood for such considerations, much less in the presence of a popular conflict which from minute to minute was taking on serious proportions. La ansiedad crecía por momentos: en los semblantes había más que ira, aquella tristeza profunda que precede a las grandes resoluciones, y mientras algunas mujeres proferían gritos lastimosos, oí a muchos hombres discutiendo en voz baja planes de no sé qué inverosímil lucha. Anxiety grew at times: there was more than anger on their faces, that deep sadness that precedes great resolutions, and while some women uttered pitiful cries, I heard many men quietly discussing plans of I don't know what an implausible fight.

El primer movimiento hostil del pueblo reunido fue rodear a un oficial francés que a la sazón atravesó por la plaza de la Armería. The first hostile movement of the assembled people was to surround a French officer who at that time crossed the Plaza de la Armería. Bien pronto se unió a aquél otro oficial español que acudía como en auxilio del primero. Very soon he was joined by another Spanish officer who came to the aid of the first. Contra ambos se dirigió el furor de hombres y mujeres, siendo estas las que con más denuedo les hostilizaban; pero al poco rato una pequeña fuerza francesa puso fin a aquel incidente. The fury of men and women was directed against both, these being the ones who harassed them with the most courage; but soon after a small French force put an end to that incident. Como avanzaba la mañana, no quise ya perder más tiempo, y traté de seguir mi camino; mas no había pasado aún el arco de la Armería, cuando sentí un ruido que me pareció cureñas en acelerado rodar por calles inmediatas. As the morning progressed, I did not want to waste any more time, and tried to continue on my way; but I had not yet passed the arc of the Armory, when I felt a noise that seemed to me to accelerate gun carriage rolling through immediate streets.

-¡Que viene la artillería! -The artillery is coming! -clamaron algunos.

Pero lejos de determinar la presencia de los artilleros una dispersión general, casi toda la multitud corría hacia la calle Nueva. But far from determining the presence of the gunners a general dispersion, almost the entire crowd ran towards Nueva Street. La curiosidad pudoen mí más que el deseo de llegar pronto al fin de mi viaje, y corrí allá también; pero una detonación espantosa heló la sangre en mis venas; y vi caer no lejos de mí algunas personas, heridas por la metralla. Curiosity overcame me more than the desire to reach the end of my trip soon, and I ran there too; but a hideous detonation froze the blood in my veins; and I saw some people fall not far from me, wounded by shrapnel. Aquel fue uno de los cuadros más terribles que he presenciado en mi vida. La ira estalló en boca del pueblo de un modo tan formidable, que causaba tanto espanto como la artillería enemiga. Anger erupted in the mouth of the people in such a formidable way that it caused as much fear as the enemy artillery. Ataque tan imprevisto y tan rudo había aterrado a muchos que huían con pavor, y al mismo tiempo acaloraba la ira de otros, que parecían dispuestos a arrojarse sobre los artilleros; mas en aquel choque entre los fugitivos y los sorprendidos, entre los que rugían como fieras y los que se lamentaban heridos o moribundos bajo las pisadas de la multitud, predominó al fin el movimiento de dispersión, y corrieron todos hacia la calle Mayor. Such an unexpected and rude attack had terrified many that they fled in fear, and at the same time heated the anger of others, who seemed ready to throw themselves on the gunners; but in that clash between the fugitives and the surprised, between those who roared like wild beasts and those who lamented wounded or dying under the footsteps of the crowd, the dispersal movement prevailed at last, and they all ran towards the Calle Mayor. No se oían más voces que «armas, armas, armas». There were no more voices than "weapons, weapons, weapons." Los que no vociferaban en las calles, vociferaban en los balcones, y si un momento antes la mitad de los madrileños eran simplemente curiosos, después de la aparición de la artillería todos fueron actores. Those who did not shout in the streets, shouted on the balconies, and if a moment before half the people of Madrid were simply curious, after the appearance of the artillery they were all actors. Cada cual corría a su casa, a la ajena o a la más cercana en busca de un arma, y no encontrándola, echaba mano de cualquier herramienta. Each one ran to his house, to another's or to the nearest one in search of a weapon, and not finding it, he made use of any tool. Todo servía con tal que sirviera para matar. Everything served as long as it served to kill.

El resultado era asombroso. Yo no sé de dónde salía tanta gente armada. I don't know where so many armed people came from. Cualquiera habría creído en la existencia de una conjuración silenciosamentepreparada; pero el arsenal de aquella guerra imprevista y sin plan, movida por la inspiración de cada uno, estaba en las cocinas, en los bodegones, en los almacenes al por menor, en las salas y tiendas de armas, en las posadas y en las herrerías. Anyone would have believed in the existence of a quietly prepared conspiracy; But the arsenal of that unforeseen and unplanned war, moved by the inspiration of each one, was in the kitchens, in the still lifes, in the retail stores, in the halls and weapons stores, in the inns and in the smithies. .

La calle Mayor y las contiguas ofrecían el aspecto de un hervidero de rabia imposible de describir por medio del lenguaje. Calle Mayor and the ones next to it looked like a hotbed of rage impossible to describe in language. El que no lo vio, renuncie a tener idea de semejante levantamiento. Whoever did not see it, give up any idea of such an uprising. Después me dijeron que entre 9 y 11 todas las calles de Madrid presentaban el mismo aspecto; habíase propagado la insurrección como se propaga la llama en el bosque seco azotado por impetuosos vientos. Later they told me that between 9 and 11 all the streets of Madrid looked the same; The insurrection had spread as the flame spreads in the dry forest whipped by impetuous winds.

En el Pretil de los Consejos, por San Justo y por la plazuela de la Villa, la irrupción de gente armada viniendo de los barrios bajos era considerable; mas por donde vi aparecer después mayor número de hombres y mujeres, y hasta enjambres de chicos y algunos viejos fue por la plaza Mayor y los portales llamados de Bringas. In the Pretil de los Advice, by San Justo and by the Plazuela de la Villa, the irruption of armed people coming from the slums was considerable; but where I saw a greater number of men and women appear later, and even swarms of boys and some old men, it was through the Plaza Mayor and the portals called Bringas. Hacia la esquina de la calle de Milaneses, frente a la Cava de San Miguel, presencié el primer choque del pueblo con los invasores, porque habiendo aparecido como una veintena de franceses que acudían a incorporarse a sus regimientos, fueron atacados de improviso por una cuadrilla de mujeres ayudadas por media docena de hombres. Towards the corner of Calle de Milaneses, in front of the Cava de San Miguel, I witnessed the first clash of the town with the invaders, because having appeared about twenty French who came to join their regiments, they were suddenly attacked by a gang of women helped by half a dozen men. Aquella lucha no se parecía a ninguna peripecia de los combates ordinarios, pues consistía en reunirsesúbitamente envolviéndose y atacándose sin reparar en el número ni en la fuerza del contrario. This fight was not like any of the incidents of ordinary combat, for it consisted of suddenly gathering, wrapping and attacking each other regardless of the number or strength of the opponent. Los extranjeros se defendían con su certera puntería y sus buenas armas: pero no contaban con la multitud de brazos que les ceñían por detrás y por delante, como rejos de un inmenso pulpo; ni con el incansable pinchar de millares de herramientas, esgrimidas contra ellos con un desorden y una multiplicidad semejante al de un ametrallamiento a mano; ni con la espantosa centuplicación de pequeñas fuerzas que sin matar imposibilitaban la defensa. The foreigners defended themselves with their accurate aim and their good weapons: but they did not have the multitude of arms that encircled them from behind and in front, like the bars of an immense octopus; nor with the tireless prodding of thousands of tools, wielded against them with a disorder and a multiplicity similar to that of machine-gunning by hand; nor with the frightful hundred-fold of small forces that without killing made defense impossible. Algunas veces esta superioridad de los madrileños era tan grande, que no podía menos de ser generosa; pues cuando los enemigos aparecían en número escaso, se abría para ellos un portal o tienda donde quedaban a salvo, y muchos de los que se alojaban en las casas de aquella calle debieron la vida a la tenacidad con que sus patronos les impidieron la salida. Sometimes this superiority of the Madrilenians was so great that it could not but be generous; for when the enemies appeared in small numbers, a portal or store was opened for them where they would be safe, and many of those who stayed in the houses on that street owed their lives to the tenacity with which their employers prevented them from leaving.

No se salvaron tres de a caballo que corrían a todo escape hacia la Puerta del Sol. Three on horseback were not saved, running at full speed towards Puerta del Sol. Se les hicieron varios disparos; pero irritados ellos cargaron sobre un grupo apostado en la esquina del callejón de la Chamberga, y bien pronto viéronse envueltos por el paisanaje. Several shots were fired at them; but irritated they charged over a group stationed at the corner of the Chamberga alley, and very soon they found themselves engulfed by the peasantry. De un fuerte sablazo, el más audaz de los tres abrió la cabeza a una infeliz maja en el instante en que daba a su marido el fusil recién cargado, y la imprecación de la furiosa mujer al caer herida al suelo, espoleó el coraje de los hombres. With a strong blow of the sword, the boldest of the three opened the head of an unhappy maja as she handed her husband the newly loaded rifle, and the imprecation of the furious woman as she fell wounded to the ground, spurred the courage of the men mens. La luchase trabó entonces cuerpo a cuerpo y a arma blanca. The fight then became melee and stabbed.

Entretanto yo corrí hacia la Puerta del Sol buscando lugar más seguro, y en los portales de Pretineros encontré a Chinitas. Meanwhile I ran towards Puerta del Sol looking for a safer place, and in the portals of Pretineros I found Chinitas. La Primorosa salió del grupo cercano exclamando con frenesí:

-¡Han matado a Bastiana! Más de veinte hombres hay aquí y denguno vale un rial. There are more than twenty men here and some are worth a rial. Canallas; ¿para qué os ponéis bragas si tenéis almas de pitiminí? Scoundrels; Why do you wear panties if you have Pitimini souls?

-Mujer -dijo Chinitas cargando su escopeta- quítate de en medio. "Woman," Chinitas said, loading his shotgun, "get out of the way." Las mujeres aquí no sirven más que de estorbo.

-Cobardón, calzonazos, corazón de albondiguilla -dijo la Primorosa pugnando por arrancar el arma a su marido-. -Cobardón, calzonazos, heart of meatloaf -said the Primorosa struggling to wrest the weapon from her husband-. Con el aire que hago moviéndome, mato yo más franceses que tú con un cañón de a ocho. With the air that I make moving, I kill more French than you with a cannon of eight.

Entonces uno de los de a caballo se lanzó al galope hacia nosotros blandiendo su sable.

-¡Menegilda!, ¿tienes navaja? -Menegilda! Do you have a knife? -exclamó la esposa de Chinitas con desesperación.

-Tengo tres, la de cortar, la de picar y el cuchillo grande. -I have three, the one to cut, the one to chop and the big knife.

-¡Aquí estamos, espanta-cuervos! "Here we are, scarecrows!" -gritó la maja tomando de manos de su amiga un cuchillo carnicero cuya sola vista causaba espanto. -shouted the maja, taking from her friend's hands a butcher knife, the mere sight of which caused fright.

El coracero clavó las espuelas a su corcel y despreciando los tiros se arrojó sobre el grupo. The cuirassier nailed his spurs to his steed and, ignoring the shots, threw himself on the group. Yo vilas patas del corpulento animal sobre los hombros de la Primorosa; pero ésta, agachándose más ligera que el rayo, hundió su cuchillo en el pecho del caballo. I saw the legs of the stout animal on the shoulders of the Primorosa; but this, stooping lighter than lightning, plunged her knife into the horse's chest. Con la violenta caída, el jinete quedó indefenso, y mientras la cabalgadura expiraba con horrible pataleo, lanzando ardientes resoplidos, el soldado proseguía el combate ayudado por otros cuatro que a la sazón llegaron. With the violent fall, the rider was defenseless, and while the horse expired with horrible kicking, emitting fiery snorts, the soldier continued the fight helped by four others who arrived at that time.

Chinitas, herido en la frente y con una oreja menos, se había retirado como a unas diez varas más allá, y cargaba un fusil en el callejón del Triunfo, mientras la Primorosa le envolvía un pañuelo en la cabeza, diciéndole: Chinitas, wounded in the forehead and with one ear less, had retreated about ten yards further, and was carrying a rifle in the alley of Triumph, while the Primorosa wrapped a handkerchief around his head, saying:

-Si te moverás al fin. -If you will move at last. No parece sino que tienes en cada pata las pesas del reló de Buen Suceso. It only seems that you have the weights of the Good Success relay on each leg.

El amolador se volvió hacia mí y me dijo: The grinder turned to me and said:

-Gabrielillo, ¿qué haces con ese fusil? -Gabrielillo, what are you doing with that rifle? ¿Lo tienes en la mano para escarbarte los dientes?

En efecto, yo tenía en mis manos un fusil sin que hasta aquel instante me hubiese dado cuenta de ello. In effect, I had a rifle in my hands without my having been aware of it until that moment. ¿Me lo habían dado? Had they given it to me? ¿Lo tomé yo? Lo más probable es que lo recogí maquinalmente, hallándose cercano al lugar de la lucha, y cuando caía sin duda de manos de algún combatiente herido; pero mi turbación y estupor eran tan grandes ante aquella escena, que ni aun acertaba a hacerme cargo de lo que tenía entre las manos. The most probable is that I picked it up mechanically, being close to the place of the fight, and when it undoubtedly fell at the hands of some wounded combatant; But my confusion and amazement were so great at that scene that I couldn't even manage to take care of what I had in my hands.

-¿Pa qué está aquí esa lombriz? -What's that worm here for? -dijo la Primorosaencarándose conmigo y dándome en el hombro una fuerte manotada-. said the Primorosa, facing me and slapping me hard on the shoulder. Descosío: coge ese fusil con más garbo. Descosío: take that rifle with more panache. ¿Tienes en la mano un cirio de procesión?

-Vamos: aquí no hay nada que hacer -afirmó Chinitas, encaminándose con sus compañeros hacia la Puerta del Sol.

Echeme el fusil al hombro y les seguí. Put the rifle on my shoulder and I followed them. La Primorosa seguía burlándose de mi poca aptitud para el manejo de las armas de fuego.

-¿Se acabaron los franceses? -The French are over? -dijo una maja mirando a todos lados-. ¿Se han acabado?

-No hemos dejado uno pa simiente de rábanos -contestó la Primorosa-. "We haven't left one for radish seed," said the Primorosa. ¡Viva España y el Rey Fernando!

En efecto, no se veía ningún francés en toda la calle Mayor; pero no distábamos mucho de las gradas de San Felipe, cuando sentimos ruido de tambores, después ruido de cornetas, después pisadas de caballos, después estruendo de cureñas rodando con precipitación. Indeed, no Frenchmen were to be seen in the entire Calle Mayor; but we were not far from the stands of San Felipe, when we heard the noise of drums, then the noise of bugles, then the footsteps of horses, then the roar of gun carriages rolling hastily. El drama no había empezado todavía realmente. Nos detuvimos, y advertí que los paisanos se miraban unos a otros, consultándose mudamente sobre la importancia de las fuerzas ya cercanas. Aquellos infelices madrileños habían sostenido una lucha terrible con los soldados que encontraron al paso, y no contaban con las formidables divisiones y cuerpos de ejército que se acampaban en las cercanías de Madrid. Those unfortunate Madrilenians had fought a terrible fight with the soldiers they encountered on the way, and they did not count on the formidable divisions and army corps that camped near Madrid. No habían medido los alcances y las consecuencias de su calaverada, ni aunque los midieran, habrían retrocedido en aquel movimiento impremeditado y sublime que les impulsó a rechazar fuerzas tan superiores. They had not measured the scope and consequences of their skull, nor even if they measured them, they would have retreated in that sudden and sublime movement that prompted them to reject such superior forces. Había llegado el momento de que los paisanos de la calle Mayor pudieran contar el número de armas que apuntaban a sus pechos, porque por la calle de la Montera apareció un cuerpo de ejército, por la de Carretas otro, y por la Carrera de San Jerónimo el tercero, que era el más formidable. The time had come for the countrymen on Calle Mayor to be able to count the number of weapons pointed at their chests, because an army corps appeared on Calle de la Montera, on Calle Carretas another, and on Carrera de San Jerónimo the third, who was the most formidable.

-¿Son muchos? -preguntó la Primorosa.

-Muchísimos, y también vienen por esta calle. Allá por Platerías se siente ruido de tambores. There in Platerias you can hear the noise of drums.

Frente a nosotros y a nuestra espalda teníamos a los infantes, a los jinetes y a los artilleros de Austerlitz. In front of us and behind us we had the Austerlitz infantrymen, horsemen and gunners. Viéndoles, la Primorosa reía; pero yo... no puedo menos de confesarlo... yo temblaba. Seeing them, the Primorosa laughed; but I ... I can't help but confess it ... I was trembling.