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Niebla - Unamuno, XXV

XXV

Fue Augusto a ver a Víctor, a acariciar al tardío hijo de este, a recrearse en la contemplación de la nueva felicidad de aquel hogar, y de paso a consultar con él sobre el estado de su espíritu. Y al encontrarse con su amigo a solas, le dijo:

—¿Y de aquella novela o... ¿cómo era?... ¡ah, sí, nivola!... que estabas escribiendo?, ¿supongo que ahora, con lo del hijo, la habrás abandonado?

—Pues supones mal. Precisamente por eso, por ser ya padre, he vuelto a ella. Y en ella desahogo el buen humor que me llena.

—¿Querrías leerme algo de ella?

Sacó Víctor las cuartillas y empezó a leer por aquí y por allá a su amigo.

—Pero, hombre, ¡te me han cambiado! —exclamó Augusto.

—¿Por qué?

—Porque ahí hay cosas que rayan en lo pornográfico y hasta a las veces pasan de ello...

—¿Pornográfico? ¡De ninguna manera! Lo que hay aquí son crudezas, pero no pornografías. Alguna vez algún desnudo, pero nunca un desvestido... Lo que hay es realismo...

—Realismo, sí, y además...

—Cinismo, ¿no es eso?

—¡Cinismo, sí!

—Pero el cinismo no es pornografía. Estas crudezas son un modo de excitar la imaginación para conducirla a un examen más penetrante de la realidad de las cosas; estas crudezas son crudezas... pedagógicas. ¡Lo dicho, pedagógicas!

—Y algo grotescas...

—En efecto, no te lo niego. Gusto de la bufonería.

—Que es siempre en el fondo tétrica.

—Por lo mismo. No me agradan sino los chistes lúgubres, las gracias funerarias. La risa por la risa misma me da grima, y hasta miedo. La risa no es sino la preparación para la tragedia.

—Pues a mí esas bufonadas crudas me producen un detestable efecto.

—Porque eres un solitario, Augusto, un solitario, entiéndemelo bien, un solitario... Y yo las escribo para curar... No, no, no las escribo para nada, sino porque me divierte escribirlas, y si divierten a los que las lean me doy por pagado. Pero si a la vez logro con ellas poner en camino de curación a algún solitario como tú, de doble soledad...

—¿Doble?

—Sí, soledad de cuerpo y soledad de alma.

—A propósito, Víctor...

—Sí, ya sé lo que vas a decirme. Venías a consultarme sobre tu estado, que desde hace algún tiempo es alarmante, verdaderamente alarmante, ¿no es eso?

—Sí, eso es.

—Lo adiviné. Pues bien, Augusto, cásate y cásate cuanto antes.

—Pero ¿con cuál?

—¡Ah!, pero ¿hay más de una?

—Y ¿cómo has adivinado también esto?

—Muy sencillo. Si hubieses preguntado: pero ¿con quién?, no habría supuesto que hay más de una ni que esa una haya; mas al preguntar: pero ¿con cuál?, se entiende con cuál de las dos, o tres, o diez, o ene.

—Es verdad.

—Cásate, pues, cásate, con una cualquiera de las ene de que estás enamorado, con la que tengas más a mano. Y sin pensarlo demasiado. Ya ves, yo me casé sin pensarlo; nos tuvieron que casar.

—Es que ahora me ha dado por dedicarme a las experiencias de psicología femenina.

—La única experiencia psicológica sobre la Mujer es el matrimonio. El que no se casa, jamás podrá experimentar psicológicamente el alma de la Mujer. El único laboratorio de psicología femenina o de ginepsicología es el matrimonio.

—Pero ¡eso no tiene remedio!

—Ninguna experimentación de verdad le tiene. Todo el que se mete a querer experimentar algo, pero guardando la retirada, no quemando las naves, nunca sabe nada de cierto. Jamás te fíes de otro cirujano que de aquel que se haya amputado a sí mismo algún propio miembro, ni te entregues a alienista que no esté loco. Cásate, pues, si quieres saber psicología.

—De modo que los solteros...

—La de los solteros no es psicología; no es más que metafísica, es decir, más allá de la física, más allá de lo natural.

—Y ¿qué es eso?

—Poco menos que en lo que estás tú.

—¿Yo estoy en la metafísica? Pero ¡si yo, querido Víctor, no estoy más allá de lo natural, sino más acá de ello!

—Es igual.

—¿Cómo que es igual?

—Sí, más acá de lo natural es lo mismo que más allá, como más allá del espacio es lo mismo que más acá de él. ¿Ves esta línea? —y trazó una línea en un papel—. Prolongada por uno y otro extremo al infinito y los extremos se encontrarán, cerrarán en el infinito, donde se encuentra todo y todo se lía. Toda recta es curva de una circunferencia de radio infinito y en el infinito cierra. Luego lo mismo da lo de más acá de lo natural que lo de más allá. ¿No está claro?

—No, está oscurísimo, muy oscuro.

—Pues porque está tan oscuro, cásate.

—Sí, pero... ¡me asaltan tantas dudas!

—Mejor, pequeño Hamlet, mejor. ¿Dudas?, luego piensas; ¿piensas?, luego eres.

—Sí, dudar es pensar.

—Y pensar es dudar y nada más que dudar. Se cree, se sabe, se imagina sin dudar; ni la fe, ni el conocimiento, ni la imaginación suponen duda y hasta la duda las destruye, pero no se piensa sin dudar. Y es la duda lo que de la fe y del conocimiento, que son algo estático, quieto, muerto, hace pensamiento, que es dinámico, inquieto, vivo.

—¿Y la imaginación?

—Sí, ahí cabe alguna duda. Suelo dudar lo que les he de hacer decir o hacer a los personajes de mi nivola, y aun después de que les he hecho decir o hacer algo dudo de si estuvo bien y si es lo que en verdad les corresponde. Pero... ¡paso por todo! Sí, sí, cabe duda en el imaginar, que es un pensar...

--

Mientras Augusto y Víctor sostenían esta conversación nivolesca, yo, el autor de esta nivola, que tienes, lector, en la mano y estás leyendo, me sonreía enigmáticamente al ver que mis nivolescos personajes estaban abogando por mí y justificando mis procedimientos, y me decía a mí mismo: «¡Cuán lejos estarán estos infelices de pensar que no están haciendo otra cosa que tratar de justificar lo que yo estoy haciendo con ellos! Así cuando uno busca razones para justificarse no hace en rigor otra cosa que justificar a Dios. Y yo soy el Dios de estos dos pobres diablos nivolescos.»


XXV XXV

Fue Augusto a ver a Víctor, a acariciar al tardío hijo de este, a recrearse en la contemplación de la nueva felicidad de aquel hogar, y de paso a consultar con él sobre el estado de su espíritu. Augustus ging zu Victor, um seinen verstorbenen Sohn zu streicheln, das neue Glück dieses Heims zu betrachten und sich nebenbei mit ihm über seinen Geisteszustand zu beraten. Y al encontrarse con su amigo a solas, le dijo:

—¿Y de aquella novela o... ¿cómo era?... ¡ah, sí, nivola!... que estabas escribiendo?, ¿supongo que ahora, con lo del hijo, la habrás abandonado? Was hast du geschrieben, ich nehme an, du hast sie jetzt mit dem Sohn verlassen?

—Pues supones mal. "Nun, Sie vermuten falsch." Precisamente por eso, por ser ya padre, he vuelto a ella. Gerade deshalb, weil ich schon Vater bin, bin ich zu ihr zurückgekehrt. Y en ella desahogo el buen humor que me llena.

—¿Querrías leerme algo de ella? "Möchtest du mir etwas über sie vorlesen?"

Sacó Víctor las cuartillas y empezó a leer por aquí y por allá a su amigo. Victor holte die Seiten heraus und begann seinem Freund hier und da vorzulesen.

—Pero, hombre, ¡te me han cambiado! "Aber Mann, sie haben mich verändert!" —exclamó Augusto. rief Augustus aus.

—¿Por qué?

—Porque ahí hay cosas que rayan en lo pornográfico y hasta a las veces pasan de ello... – Weil es Dinge gibt, die ans Pornografische grenzen und manchmal sogar davon weggehen ...

—¿Pornográfico? ¡De ninguna manera! Lo que hay aquí son crudezas, pero no pornografías. Was hier ist, ist roh, aber keine Pornografie. Alguna vez algún desnudo, pero nunca un desvestido... Lo que hay es realismo... Manchmal nackt, aber nie unbekleidet ... Was es gibt, ist Realismus ...

—Realismo, sí, y además...

—Cinismo, ¿no es eso?

—¡Cinismo, sí!

—Pero el cinismo no es pornografía. Estas crudezas son un modo de excitar la imaginación para conducirla a un examen más penetrante de la realidad de las cosas; estas crudezas son crudezas... pedagógicas. ¡Lo dicho, pedagógicas!

—Y algo grotescas...

—En efecto, no te lo niego. Gusto de la bufonería.

—Que es siempre en el fondo tétrica.

—Por lo mismo. No me agradan sino los chistes lúgubres, las gracias funerarias. La risa por la risa misma me da grima, y hasta miedo. La risa no es sino la preparación para la tragedia.

—Pues a mí esas bufonadas crudas me producen un detestable efecto.

—Porque eres un solitario, Augusto, un solitario, entiéndemelo bien, un solitario... Y yo las escribo para curar... No, no, no las escribo para nada, sino porque me divierte escribirlas, y si divierten a los que las lean me doy por pagado. Pero si a la vez logro con ellas poner en camino de curación a algún solitario como tú, de doble soledad...

—¿Doble?

—Sí, soledad de cuerpo y soledad de alma.

—A propósito, Víctor...

—Sí, ya sé lo que vas a decirme. "Ja, ich weiß, was Sie mir sagen werden." Venías a consultarme sobre tu estado, que desde hace algún tiempo es alarmante, verdaderamente alarmante, ¿no es eso? Sie sind gekommen, um mich wegen Ihres Zustands zu befragen, der seit einiger Zeit alarmierend, wirklich alarmierend ist, nicht wahr?

—Sí, eso es.

—Lo adiviné. Pues bien, Augusto, cásate y cásate cuanto antes. Also, Augusto, heirate und heirate so schnell wie möglich.

—Pero ¿con cuál?

—¡Ah!, pero ¿hay más de una?

—Y ¿cómo has adivinado también esto?

—Muy sencillo. Si hubieses preguntado: pero ¿con quién?, no habría supuesto que hay más de una ni que esa una haya; mas al preguntar: pero ¿con cuál?, se entiende con cuál de las dos, o tres, o diez, o ene. Wenn Sie gefragt hätten: aber mit wem, hätte ich nicht gedacht, dass es mehr als einen gibt oder dass es einen gibt; aber auf die Frage: aber mit welchem? Es versteht sich, mit welchem von zwei oder drei oder zehn oder Jan.

—Es verdad.

—Cásate, pues, cásate, con una cualquiera de las ene de que estás enamorado, con la que tengas más a mano. Y sin pensarlo demasiado. Und ohne viel darüber nachzudenken. Ya ves, yo me casé sin pensarlo; nos tuvieron que casar. Sehen Sie, ich habe geheiratet, ohne darüber nachzudenken; sie mussten uns heiraten.

—Es que ahora me ha dado por dedicarme a las experiencias de psicología femenina.

—La única experiencia psicológica sobre la Mujer es el matrimonio. El que no se casa, jamás podrá experimentar psicológicamente el alma de la Mujer. El único laboratorio de psicología femenina o de ginepsicología es el matrimonio.

—Pero ¡eso no tiene remedio!

—Ninguna experimentación de verdad le tiene. "Er hat kein wirkliches Experimentieren." Todo el que se mete a querer experimentar algo, pero guardando la retirada, no quemando las naves, nunca sabe nada de cierto. Jamás te fíes de otro cirujano que de aquel que se haya amputado a sí mismo algún propio miembro, ni te entregues a alienista que no esté loco. Vertraue niemals einem anderen Chirurgen als dem, der sein eigenes Glied amputiert hat, oder überlasse dich einem Alienisten, der nicht verrückt ist. Cásate, pues, si quieres saber psicología. Heiraten Sie also, wenn Sie Psychologie kennenlernen wollen.

—De modo que los solteros... "Also Singles...

—La de los solteros no es psicología; no es más que metafísica, es decir, más allá de la física, más allá de lo natural.

—Y ¿qué es eso?

—Poco menos que en lo que estás tú. "Etwas weniger als das, was du vorhast."

—¿Yo estoy en la metafísica? Pero ¡si yo, querido Víctor, no estoy más allá de lo natural, sino más acá de ello! Aber wenn ich, lieber Victor, nicht jenseits des Natürlichen bin, sondern mehr hier als es!

—Es igual.

—¿Cómo que es igual?

—Sí, más acá de lo natural es lo mismo que más allá, como más allá del espacio es lo mismo que más acá de él. – Ja, mehr als das Natürliche ist hier dasselbe wie jenseits, als jenseits des Raumes ist es dasselbe wie jenseits. ¿Ves esta línea? —y trazó una línea en un papel—. Prolongada por uno y otro extremo al infinito y los extremos se encontrarán, cerrarán en el infinito, donde se encuentra todo y todo se lía. Von einem Ende zum anderen ins Unendliche verlängert und die Extreme treffen aufeinander, schließen sie sich im Unendlichen, wo alles gefunden und gebündelt ist. Prolonged by one and the other end to infinity and the ends will meet, they will close in infinity, where everything meets and everything is entangled. Toda recta es curva de una circunferencia de radio infinito y en el infinito cierra. Jede Linie ist eine Kurve mit einem Umfang von unendlichem Radius und schließt im Unendlichen. Every straight line is a curve of a circle of infinite radius and closes at infinity. Luego lo mismo da lo de más acá de lo natural que lo de más allá. So it makes no difference what is beyond the natural or what is beyond the natural. ¿No está claro?

—No, está oscurísimo, muy oscuro.

—Pues porque está tan oscuro, cásate.

—Sí, pero... ¡me asaltan tantas dudas!

—Mejor, pequeño Hamlet, mejor. ¿Dudas?, luego piensas; ¿piensas?, luego eres.

—Sí, dudar es pensar.

—Y pensar es dudar y nada más que dudar. Se cree, se sabe, se imagina sin dudar; ni la fe, ni el conocimiento, ni la imaginación suponen duda y hasta la duda las destruye, pero no se piensa sin dudar. Es wird geglaubt, es ist bekannt, es wird ohne Zögern vorgestellt; weder Glaube, noch Wissen, noch Einbildung setzen Zweifel voraus, und selbst der Zweifel vernichtet sie, aber man denkt nicht ohne zu zweifeln. Y es la duda lo que de la fe y del conocimiento, que son algo estático, quieto, muerto, hace pensamiento, que es dinámico, inquieto, vivo. Und es ist der Zweifel, dass Glaube und Wissen, die etwas Statisches, Stilles, Totes sind, das Denken, das dynamisch, ruhelos, lebendig ist.

—¿Y la imaginación? "Und die Phantasie?"

—Sí, ahí cabe alguna duda. "Ja, da gibt es einige Zweifel." Suelo dudar lo que les he de hacer decir o hacer a los personajes de mi nivola, y aun después de que les he hecho decir o hacer algo dudo de si estuvo bien y si es lo que en verdad les corresponde. Normalerweise bezweifle ich, was ich den Charakteren in meiner Nivola sagen oder tun lassen muss, und selbst nachdem ich sie dazu gebracht habe, etwas zu sagen oder zu tun, bezweifle ich, ob es richtig war und ob es ihnen wirklich entspricht. Pero... ¡paso por todo! Aber ... ich gehe alles durch! Sí, sí, cabe duda en el imaginar, que es un pensar... Ja, ja, es gibt einen Zweifel daran, sich vorzustellen, was denkt ...

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Mientras Augusto y Víctor sostenían esta conversación nivolesca, yo, el autor de esta nivola, que tienes, lector, en la mano y estás leyendo, me sonreía enigmáticamente al ver que mis nivolescos personajes estaban abogando por mí y justificando mis procedimientos, y me decía a mí mismo: «¡Cuán lejos estarán estos infelices de pensar que no están haciendo otra cosa que tratar de justificar lo que yo estoy haciendo con ellos! Während Augusto und Víctor dieses nivoleske Gespräch führten, lächelte ich, der Autor dieser Nivola, die Sie, Leser, in der Hand haben und lesen, mich rätselhaft an, als er sah, dass meine nivolesken Charaktere für mich plädierten und meine Rechte rechtfertigten Verfahren, und er sagte mir: «Wie weit werden diese Unglücklichen davon entfernt sein zu denken, dass sie nichts anderes tun, als zu rechtfertigen, was ich mit ihnen mache! Así cuando uno busca razones para justificarse no hace en rigor otra cosa que justificar a Dios. Wenn man also nach Gründen sucht, sich selbst zu rechtfertigen, tut man nichts anderes, als Gott zu rechtfertigen. Y yo soy el Dios de estos dos pobres diablos nivolescos.»